Nota previa: Para entender de mejor forma esta historia es recomendable leer primero el one short de "Es una promesa". Arigatou

Promesas pasadas 

Por Kary

Capitulo V:

La vida te da sorpresas… sorpresas te da la vida

Yahiko corría por las calles gritando cosas que muy pocos entendían, la sonrisa en su rostro estaba llena de picardía y felicidad, como si hubiera recibido el mejor regalo de toda su vida, bueno, la noticia que llevaba era de las mejores que había podido saber. Había logrado perder a Kaoru y estaba disfrutando de lo lindo, llego a la calle donde estaba la Floristería, que bien, aun estaba abierta, grito algo mas y corrió más rápido, resbalo un poco antes de abrir la puerta del lugar, contento.

- ¡A que no saben…!- y su voz murió en sus juveniles labios al ver la escena ante él. Megumi estaba dada vuelta del mostrador, al parecer guardaba algo en una caja y se veía de muy mal humor, sentado sobre el mostrador estaba su hermano Sano, cruzado de brazos, también parecía de mal humor, tenia una bandita sobre la ceja izquierda y el labio lo tenia roto, pero ya no sangraba. Pero eso no fue lo que mas agobió al niño, ni el al humor de los dos mayores, ni las heridas de Sano, ni el hecho de que para ellos al parecer él era invisible por que ni lo habían notado, no,  lo que mas atención le llamó a Yahiko fue el ambiente de pesadez y tensión que había en un lugar en que siempre se sentía alegría y paz ¿Qué pasaba?

- ¡Oi Yahiko-chan no te había visto!- grito Sano al parecer abandonando su mal humor, Megumi volteo a verlo

- ¡No me digas –chan!- grito Yahiko- ¿Y que te paso? ¡Seguro andabas de vago y borracho tan temprano y te caíste por ahí!

Sanosuke frunció el ceño mientras Yahiko prácticamente se destornillaba de la risa

- Eso no te importa enano- dijo Sanosuke, Yahiko paro su risa y lo miro extrañado ¿desde cuando Sano hablaba así? Normalmente le hubiera gritado y habría alegado que no era cierto y lo hubiera perseguido por todas partes, pero no

- ¿Y que es lo que quieres Yahiko-kun?- pregunto de repente Megumi, un poco mas fría de lo normal, pero Yahiko no se dio cuenta, ya que había recordado la gran noticia que llevaba consigo.

- ¡Es verdad! ¡¿A que no saben lo que yo se?!- dijo con una voz melosa

- Claro que no lo sabemos niño, por eso te preguntamos- dijo Sano de malas pulgas, Yahiko no le hizo caso y continuo

- Kaoru… ¡¡tiene una cita!!- grito y pareció como si la tensión y el mal humor de Sano y Megumi se desvaneciera al instante. Sano soltó una carcajada

- ¿De verdad? ¿Jou-chan tiene una cita?

- ¿Cómo lo sabes?- pregunto Megumi interesada, la takuni-chan tenía una cita!

- Escuche cuando ese sujeto se lo pedía- comenzó a explicar Yahiko distorsionando "un poco" la realidad, cuando termino sonrió satisfecho frente a los rostros de Megumi y Sano

- Esto será genial- murmuro sonriente Megumi

- ¿Y no sabes quien es?- pregunto Sano frunciendo el entrecejo

- Ya te dije que no, nunca lo había visto antes, aunque pensando bien si me parece que lo vi un día en el dojo Shiru, pero no recuerdo- explico Yahiko, sonriendo, definitivamente esto se iba a poner bueno.

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'Chiquillo odioso' pensó Kaoru, mientras caminaba con pesadez por las calles llenas de gente, seguramente había perdido media hora corriendo tras Yahiko tratando de evitar que siguiera gritando quien sabe que cosas.

De repente una sonrisa se formo en sus labios, no podía creer que tuviera una cita, bueno… si a "seguimos hablando a las 7" se le podía llamar cita, ¡¿en que pensaba?! Claro que podía ser una cita, algo extraña, pero lo sería, y Kaoru no había tenido una cita desde…, Kami ya ni se acordaba cuando había sido la última vez que había salido con un muchacho. Mientras caminaba con mas animo que antes, debido a sus pensamientos, se fijo mejor en el camino y en las personas ¿era su impresión o todos la estaban mirando demasiado?

- ¡Felicidades Kaoru-san!- le grito una muchacha de cabello celeste desde el otro lado de la calle, Kaoru no la conocía mucho, solo la había visto algunas veces en el Akabeko, ¿Por qué la felicitaba? No era ni su cumpleaños, ni se había ganado nada… ¡Por Dios! Acaso fue… ¡¿Cómo podía ser que Yahiko tuviera una bocota tan grande?! ¡¿Acaso ya le había contado a la mitad de la ciudad que ella iba a tener una "cita"?!

Con renovada furia Kaoru literalmente voló hasta la floristería de su familia, pensando en cual sería la mejor forma de matar a Yahiko. Ella no exageraba al decir que todos sus vecinos la miraban de forma extraña, sonrisas llenas de picardía que la hacían sonrojar.

Entro a la floristería que aun estaba abierta (normalmente estaba ya cerrada a la hora del almuerzo) pero no había nadie allí, no estaban ni Sano ni Megumi, era algo extraño. Kaoru se encargo de cerrar, paso por el corredor que separaba la casa de la floristería, al parecer tampoco había nadie en la casa, lo cual era aun más extraño, sabía que Misao no regresaría de su paseo hasta las cinco o seis de la tarde, las niñas tal vez estaban con el doctor Gensai o con su tía Tae, pero Megumi normalmente permanecía en casa. Subió las escaleras hasta su habitación, un cuadro de frutas le recordó que lo único que había comido en todo el día había sido un par de tostadas y un jugo, y de eso ya hacía mucho tiempo, pero Kaoru pensó que si comía algo lo iba a vomitar, acaso eso eran… ¿nervios?

Luego de un largo y relajante baño con agua bien caliente, Kaoru se recostó en su cama con una extraña mezcla de emociones, por un lado no quería ir a esa 'cita', después de todo, no lo conocía, no sabía casi nada de él, solo que había estudiado la misma carrera que ella estaba estudiando, administración y economía, en el extranjero, que le gustaba el kendo y que odiaba las peleas, solo cosas triviales, y lo más importante  no lo sabía ¡No sabía su nombre! Y si era una trampa, y si el era un secuestrador y quería raptarla para pedir un rescate por ella. No, eso era imposible, sus ojos eran muy sinceros al hablar para poder tener malas intenciones, pero eso no lo sabría nunca, podía ser un lobo disfrazado de oveja que se la quería comer, y sus hermanas tendrían que pagar el rescate vendiendo flores en las esquinas y las avenidas bajo la nieve y la lluvia y así pasarían muchos años para poder tener todo el dinero reunido y ella se haría vieja esperando a que la suelten, atada y amordazada en una silla vieja, bajo un sótano oscuro y tenebroso y luego…¡ya! mejor dejar aquellas fantasías novelescas, porque cada vez se parecían más a una novela mala de un canal local. Mejor prestarle mayor atención a ese otro lado que le gritaba fuertemente que era tenía que ir, por que ella tenía increíbles deseos de ir, era como una fuerza mayor que le susurraba que tenía que conocerlo mejor, verlo, por que si no lo hacía, si no iba, algo horrible pasaría, y él no parecía alguien malo, era muy dulce y simpático, muy amable, además ella quería saciar su curiosidad, aunque tampoco es que le importara demasiado su nombre, con nombre o sin el, ese pelirrojo había prendido algo dentro de Kaoru, algo que ella creía apagado para siempre, como una llama, pequeña aun, dentro de si, y si el iba a lograr convertir esa llama en hoguera, Kaoru no, pero no lo iba a despreciar. Con eso y con el agotamiento que tenia, Kaoru quedo profundamente dormida.

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Había sido una de las reuniones mas largas y tediosas que Kenshin había tenido en su vida, tres preciosas horas que solo había utilizado para asentir con la cabeza como idiota a todo lo que Aoshi decía y le explicaba a él y a los inversionistas extranjeros. Verdaderamente odiaba su trabajo. Vio como Aoshi se despedía de los hombres y cerraba la puerta de su oficina, aunque el siempre era frío y de pocas palabras, Kenshin podía distinguir cuando su amigo de prácticamente toda la vida estaba molesto. Y ese era el caso.

- ¿Se puede saber que es lo que te pasa Himura? No prestaste atención a nada de lo que dije- gruño Aoshi sentándose en la silla frente al pelirrojo

- No me pasa nada Aoshi. Solo estoy  cansado. Espero que shishou regrese pronto- suspiro cansado Kenshin, miro el reloj en la pared, pronto serían las cuatro de la tarde y ya solo faltaban tres horas para las siete, cuando tal vez la vería de nuevo. Desde que llego a la oficina no había dejado de pensar en…en… en todo. Primero, ¿desde cuando era un casanova que invitaba a las muchachas a 'tomar algo'? ese no era él, bueno, tal vez había sido él cuando era más joven y aun estaba en la universidad, pero eso, según Kenshin era culpa de las malas influencias de sus amigos, y había sido hacía varios años cuando el y sus amigos eran los mas populares de la universidad y salían con cada mujer con la que cruzaban palabra, y como todas querían conocer al grupo de Kenshin, es poco decir que había salido con mas de la mitad de las mujeres de cada facultad de la universidad. Pero ahora era diferente, esas relaciones eran con mujeres superficiales, y Kenshin no duraba mas de una semana o dos con ellas, se sentía vació, ellas siempre lo buscaban por que el era popular y con dinero, en cambio, esa muchacha pelinegra que había conocido era diferente, para Kenshin había sido como encontrar un oasis en un desierto, había logrado desconectarse por completo de los problemas y de la oficina mientras hablaba con ella, podía hablar y sentirse tranquilo, y era una sensación agradable. Ni siquiera sabía de donde habían salido esas palabras, el no había tenido la intención de invitarla, había querido decir "Nos vemos otro día" pero en vez de decir eso como alguien normal, había soltado un frase que casi sonaba a novela "que tal si nos vemos aquí a las siete y seguimos hablando" ¡Que estúpido! Lo mas probable es que ella pensara que era un aprovechado por eso, y no lo querría ver mas, peor aun, no iría, estaba seguro de que ella no iría a la cafetería en la noche como el le había pedido, después de todo no tenía por que hacerlo, ella no lo conocía a él, no sabía quien era, pero diablos el quería verla, y estaba casi seguro que ella también quería verlo, así que de todos modos él iría y la esperaría, por lo menos tenía que saber su nombre.

- Kenshin me estas escuchando- reclamo molesto Aoshi al ver que Kenshin volvía soñar despierto y no le prestaba ni la mas mínima atención

- ¿nani? Gomen nasai Aoshi, ¿Qué me estabas diciendo?- pregunto sonriendo Kenshin

- Olvídalo- dijo Aoshi

- Sabes creo que hoy me voy a ir temprano- dijo Kenshin parándose de su escritorio, comenzó a caminar hasta la puerta, cuando está se abrió de improviso, golpeándolo

- ¡oro!- dijo mientras se agarraba la frente que era donde se había lastimado

- Gomen nasai Himura-san- dijo la rubia secretaría, cargaba en sus brazos cientos de carpetas que formaban una pila bastante alta- buenas tardes Shinomori-san- Aoshi movió la cabeza

- ¿Que es eso Minako-dono?- pregunto Kenshin viéndola y viendo la larga pila de carpetas, mientras rogaba que no fuera lo que pensaba que sería

- Trabajo Himura-san, tiene que tener revisadas todas estas carpetas y estos documentos para mañana a primera hora- explico ella poniéndole las carpetas en los brazos de Kenshin, el cual perdió un poco el equilibrio y casi se le cae todo

- ¡Pero no terminaré hasta media noche!- replico el pelirrojo

- Pareces un niño quejándote- se burlo Aoshi, Kenshin frunció el entrecejo ¿desde cuando Aoshi tenía sentido del humor?

- Gomen nasai Himura-san- volvió a repetir la secretaría algo azorada por la molestia de su atractivo jefe, pero agrego en un tono sensual y servicial- Si quiere, me puedo quedar a ayudarlo hasta que termine

- Hai. Arigatou Minako- dono, si no nunca terminaría- dijo Kenshin dirigiéndose nuevamente hasta el escritorio y apoyando sobre él, las cientos de carpetas- además hoy tengo un compromiso y no quisiera llegar tarde por culpa de esto- agrego mirando las carpetas con cansancio

- ¿Para donde vas?- pregunto con interés Aoshi

- ¿hu? Nada especial, solo una tontería- dijo, 'si, una tontería, como no' pensó adquiriendo un muy suave color carmesí en las mejillas  

- ¿Tiene calor Himura-san?- pregunto la rubita secretaría al ver la reacción acalorada de Kenshin de un momento a otro

- Iie. Iie – dijo y tomo la primera carpeta que estaba encima de la pila para cambiar de tema, pero cuando comenzó a leer frunció el entrecejo- Esto es sobre el asunto de las Kamiya- dijo molesto- Ya le fue enviada la carta de rechazo, no entiendo que hace esto aquí

- Kenshin no me parece que seas tan duro, solo son unas niñas y están solas…- comenzó Aoshi

- No Aoshi- dijo Kenshin cortantemente

- No entiendo como se mezclo esa carpeta- dijo la secretaría algo apenada, después de todo ella era la encargada de mantener todo en orden

- Son solo unas niñas- repitió Aoshi, Kenshin eran tan terco a veces

- No importa. No pienso tener nada que ver con una niña tal malcriada y maleducada como lo es Kaoru Kamiya- dijo Kenshin tirando la carpeta a la papelera.

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Había dormido por mucho tiempo, se sentía cansada y ni siquiera sabía el porque. Ella no solía dormir siestas, y mucho menos por tanto tiempo. Eran ya las cuatro de la tarde, Kami había dormido demasiado, se levantó de la cama y se miro en el espejo, tenía algunas marcas de las sabanas en el rostro, se froto los ojos con las manos y se acomodo el cabello que aun estaba algo húmedo en su cola de caballo normal. Tal vez comería algo e iría a la floristería y luego… luego iría a la cafetería, ya lo había decidido, haría eso, bueno por lo menos esos eran sus planes antes de bajar por las escaleras y encontrarse a medio mundo en la sala de estar.

- ¡Kaoru-chan!- gritaron Omazu y Okon a la vez ¿Qué hacían ellas con casi, por no decir todas las cosas de la peluquería en la casa?

- ¿Qué pasa?- pregunto Kaoru asombrada, además de sus dos primas Omazu y Okon, estaban su tía Tae, Tsubame, Ayame, Suzume, Sanosuke y Yahiko (seguro era culpa de la bocota del mocoso) Cuando Kaoru le iba a preguntar a Sano del porque de las banditas en su rostro, unos brazos la rodearon por el cuello casi ahorcándola

- ¡¡Hohohoho imouto-chan tiene una cita!!- rió Megumi mientras apretaba mas fuerte el agarre en el cuello de Kaoru y le salían dos orejas de zorro

- No no es eso- trato de decir Kaoru cuando todas comenzaron a decir cosas como "Era hora" "Creí que se quedaría solterona" "¡Al fin!"

- Tanuki-chan ¿a que hora es que tienes que ir?- pregunto Megumi soltándola, y no es que no supiera que era a las siete, solo quería escuchar a Kaoru decirlo

- humn… a las siete- dijo tímidamente- pero aun no se si ir

- ¿¡nani!? Kaoru-chan tienes que ir, no puedes perder la oportunidad- dijo Tae

- Hai Jou-chan, no querrás quedarte solterona como la kitsune- sonrió Sano, ganándose una mirada de odio por parte de Megumi

- No pierdes nada al ir- dijo Omazu sonriendo

- Bueno si iré pero…- comenzó Kaoru cuando las muchachas gritaron

-¡¡¡SUGOI!!- y comenzaron a jalar a Kaoru por todas partes

El timbre sonó y como todas andaban muy ocupadas diciéndole y preguntándole cosas a Kaoru, Yahiko tuvo que abrir, encontrándose a Enishi Yukishiro mas pálido de lo normal, este entro y se acerco a Kaoru que sonreía aturdida a todo lo que las muchachas le decían.

- Kaoru dime que no es cierto- dijo cuando la vio con un tono de voz apagado

- ¿De que hablas?- le pregunto Kaoru

- ¡De esa tontería de que tienes una cita!- dijo exaltado Enishi

- ¿Quién te lo dijo?- pregunto extrañada Kaoru de que Enishi ya lo supiera

- El guardia de la farmacia me lo dijo, que se lo dijo el heladero al que se lo dijo la señora de la panadería quien lo supo por su prima que lo escucho del cartero a quien se lo dijo el señor verdulero que lo escucho de…

- ¡¡¡Yahiko se lo dijiste a todo la ciudad!!!- grito Kaoru al niño, interrumpiendo a Enishi, Yahiko puso una sonrisa inocente pero los ojos le brillaban

- ¡Entonces es cierto! ¡No puedes…!- grito Enishi, pero no siguió ya que la puerta se abrió de golpe y Misao entro saltando sobre Enishi y tirándolo al suelo

- ¡Onee-san tienes novio! ¿Por qué no me lo habías dicho? ¡malaaaaaa!- comenzó emocionada Misao, Kaoru puso una cara de espanto ¿Qué ella tenía novio? ¡Si apenas lo conocía!

- No eso no es así- alego acaloradamente Kaoru mientras Okon desamarro la cinta de su cabello- no tengo ningún novio y solo es alguien con quien voy a conversar un rato  

- No seas modesta Kaoru-chan- dijo sonriendo Tae

- Por cierto takuni-chan ¿Cómo se llama el chico?- pregunto Megumi interesada, todos la miraron, incluso Enishi que estaba recuperándose del golpe improvisto de Misao

- Pues… verán- sonrió nerviosamente- hemos hablado a veces pero… hum… ja ¿pueden creer que no se su nombre?

Todos la miraron con escepticismo y en silencio

- ¡No sabes su nombre! ¿Cómo vas a salir con un tipo del que ni siquiera sabes su nombre?- dijo exaltado nuevamente Enishi y de pronto agrando los ojos -¿Y si es un secuestrador? ¡un loco asesino!

- ¡Por Kami Enishi eres un paranoico!- dijo Kaoru molesta aunque en realidad no le importaba lo que Enishi dijera

- Creo que, en cualquier caso Jou-chan se puede defender sola- dijo Sano masticando su espina de pescado

Enishi alego algo pero nadie lo escucho ya que Tsubame dijo algo sobre la hora, las niñas comenzaron a gritar y a jugar alrededor de su hermana mayor y todas comenzaron a gritar y moverse como hormigas por la casa, arrastrando a Kaoru con ellas.

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Si increíble, era conocido por su siempre puntualidad en todos los asuntos que mas odiaba, y estaba llegando tarde al lugar a donde mas quería ir desde temprano. Kenshin maldijo no encontrar un puesto para su automóvil mientras se desamarraba con una mano la corbata roja, por lo menos tres calles seguidas antes y después de la cafetería estaban totalmente repletas de coches, y no fue hasta que llego a la quinta calle de distancia cuando encontró un pequeño puesto. Estacionó rápidamente y bajo del auto, comenzó literalmente a correr, no podía creer que fueran las siete y cuarto, de seguro ella tenía rato esperando, si era que había ido, y el estaba llegando tarde, buena forma de comenzar Himura, se reprocho. Unas ancianas se le cruzaron ¡diablos! ¿no podían ir más rápido' bueno… uno, dos, tres, cuatro, cinco… ya, comenzó a caminar nuevamente esquivando a las viejecitas y vio la cafetería, con sus toldos azules y las paredes de piedra, el sol aun no se había ocultado, rogando con todo su ser que ella estuviese allí, Kenshin entro al lugar. 

Kaoru suspiro como por cuarta vez desde que había llegado al lugar, estaba vestida con solo unos blue jeans y un polo color verde claro, bastante sencillo si comparaba lo que Okon le había propuesto que se pusiera, su cabello estaba amarrado en su coleta típica pero se veía rizado al final, Omazu le había hecho bucles, pero Kaoru pensó que era muy exagerado así que para el disgusto de su prima se lo amarro con su cinta azul, pero los rizos aun se veían.

Había sido una osadía salir de la casa, con Enishi diciendo todo tipo de cosas, al final Misao había tenido que encerrarlo dentro de la casa, mientras los demás salían a despedirla, Megumi le había dado algunos consejos que la hicieron sonrojar y Sanosuke le dijo que si el tipo se sobrepasaba con ella, lo golpeará y si no podía que lo llamará y él mismo sería el que le daría una paliza por pervertido, Megumi murmuro algo de 'para que lo dejen peor' pero Kaoru no lo entendió, en fin parecía que no necesitaría ni de los consejos de Megumi ni de la ayuda de Sano, por que el pelirrojo no había llegado, y tal vez no llegaría, Kaoru pensó amargamente que había sido una tonta broma y que ella había caído como una tonta mayor.

Mientras se reprochaba por caer como estúpida, se paro de la mesa en la que estaba para pagar el jugo que estaba tomando he irse a casa, pero en ese momento vio una cabellera roja entrar, seguida por su dueño y sin darse cuenta el corazón de Kaoru comenzó a latir rápidamente.

Kenshin entro en la cafetería, estaba llena de gente para ser las siente de la tarde, no la veía por ninguna parte, al parecer ella no estaba, Kenshin sintió una punzada al pensar que no había ido, pero de repente vio una mano agitándose en el aire, y de por si a su dueña, Kenshin sonrió, sintiéndose nervioso de pronto se acerco hasta ella, estaba muy linda, muchísimo.

¡Había llegado! Kaoru no lo podía creer, no había sido una broma. Y viéndolo bien ¡que atractivo se veía! Los primero botones de su camisa negra estaban desabrochados y el pantalón también era negro, el contraste del negro de su ropa con su rojo cabello lo hacían ver muy sexy… Kaoru mala, mala, mala, se reprocho mentalmente mientras se sonrojaba, no podía pensar en eso ¿Por qué no? le dijo otra voz en su mente, pero Kaoru no le presto atención por que Kenshin llego hasta ella.

- Gomen nasai por llegar tarde, es que en la oficina había mucho que hacer- dijo Kenshin y Kaoru comprendió el por que se veía elegante- ¿Llegaste hace mucho?

- Iie- mintió Kaoru sonriendo, que importaba que tuviera casi veinte minutos esperando sola cuando el ya había llegado, y así comenzaron a hablar, divertidos.

Kaoru le contó que tenía cuatro hermanas, una mayor y tres menores, pero que las dos mas pequeñas eran adoptadas, le contó que sus padres habían muerto hace un año y que ellas habían quedado al cargo del negocio familiar.

Kenshin le contó que tenía una hermana mayor que estaba casada y que tenía una hija, le comento que él adoraba a esa pequeña y ella a el. Kaoru supo que él sustituía a su padre en el trabajo por que este se encontraba viajando, rieron por un rato hasta que Kaoru recordó algo de repente.

- Oi, aun no se tu nombre- dijo sonriendo y sonriendo aun más cuando lo vio a él sonreír

Kenshin sonrió contento de que ella sacara el tema, iba a decirle su nombre cuando ella hablo primero

- Me llamo Kaoru Kamiya, es un placer

Kenshin pareció aturdido por un momento, mientras procesaba la información y de repente sus ojos se abrieron como platitos de té, su rostro se torno pálido y miro al vació ¿Su nombre era Kaoru Kamiya? ¿había escuchado bien?  Oh si, si lo había hecho.

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Notas de la autora:

¿Me quieren matar? Espero que no ^^  ahhhhhh no puedo creer que terminé este capitulo y eso que desde hace una semana lo tenía en mi mente y no había encontrado las palabras correctas para escribirlo. Me quedo muy largo no u.u creo que si, pero espero que de todos modos les guste y me dejen muchos muchos mensajes :p

Prometo contestar reviews en el proximo capitulo por que ando corta de tiempo, gracias a jockerita, mer, roxy, Laie Himura de Fanel, ady, hikari, Demi- san, Ale y Laza por sus mensajes, espero que les guste este capitulo y me dejen sus opiniones.

Por cierto he tenido un problema con mi computadora y no puedo abrir ninguno de mis correos, por eso si quieren decirme algo díganmelo en un reviewn por que con el paro no se hasta cuando pueda arreglar mi computadora o ver mis correos en otra, además por el mismo problema mi corrector ortográfico no sirve así que me disculpo si hay errores. Besos.

Kary

Ja ne