Nota previa: Para entender de mejor forma esta historia es recomendable leer primero el one short de "Es una promesa". Arigatou
Promesas pasadas
Por Kary
Capitulo IX:
Con sabor a chocolate
Kaoru se maravillo al entrar a la enorme edificio frente a ella, las paredes estaban todas pintadas de colores claros y habían líneas de marcas de manos de diferentes colores fuertes, el techo estaba bastante alto dando la impresión de que todo era mas grande. Kenshin le había dicho que había sido en tiempo de Meiji una iglesia Cristiana encubierta y cuando se decreto la prohibición de la religión cristiana en el país, el lugar había sido desalojado y había permanecido por muchos siglos desabitado, pero hacía algunos años había sido recuperado y convertido en un orfanato para los niños desamparados.
- Bienvenido Himura-san, teníamos tiempo sin verlo- dijo una muchacha joven que pasaba por uno de los pasillos, parecía una especie de enfermera por su forma de vestir
- Hola Aya-dono- la saludo Kenshin.
Al parecer allí todos conocían a Kenshin, por que siempre que se cruzaban con alguien ya fuera encargada, enfermera, o ayudante siempre le dirigían sonrisas calurosas y saludos amables, aun así Kaoru no sabía que era lo que tenía en mente Kenshin, se veía muy contento mientras ambos caminaban por los pasillos, era un lugar muy bonito y caluroso, distinto a como ella se imaginaba que normalmente eran los orfanatos, estrictos y fríos.
- Kenshin…- dijo bajito Kaoru
- ¿Si Kaoru? – pregunto Kenshin viéndola suavemente
Kaoru iba a preguntarle que diablos era lo que estaban haciendo caminando por los pasillos sin llegar a ninguna parte cuando se escucharon pasos corriendo y algo golpeo contra la pierna de Kaoru haciéndola tambalearse y si no fuera por que Kenshin aun la tenía agarrada de la mano y no la soltó, hubiera caído al suelo.
- ¿Daijoubu Kaoru?- pregunto Kenshin suavemente cuando ella se compuso
- Hai- contesto Kaoru- Mou ¿Qué diablos fue eso?
- ¡¡Ken-chan!!- grito una voz sumamente aguda, y Kaoru vio a una niña de seis o siete años que corrió hasta Kenshin agarrandose a sus piernas. Tenía el cabello castaño claro amarrado en dos colitas y los ojos eran de un verde aguamarina muy brillante.
- Ohayou Mei-chan- dijo Kenshin calurosamente acariciando la cabeza de la niña. Kaoru sonrió, se veía muy dulce y educada
- ¡Ken-chan tenía tiempo sin venir a ver a Mei!- dijo ella alegre cuando Kenshin la alzo en brazos, en eso vio por primera ves a Kaoru que le estaba sonriendo - ¿Y quien es esa tipa?-
'¡¿Tipa?!' se dijo Kaoru abriendo grande los ojos y comenzando a molestarse, al parecer esta niña no era tan dulce y educada como pensaba.
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- Luego de muchos años de sufrir tanto bajo la crueldad de su inclemente tía, la joven de los rizos dorados junto al gran amor de su vida, viajó al mundo donde el sol del amor esta siempre presente y donde los sueños siempre son posibles…- recito suavemente Kaoru
- ¡Eso fue muy lindo, me gusto esa historia!
- ¿Ese lugar existe en verdad Kaoru-neesan?
- Si- respondió ella sonriendo
- ¡¿Y nosotros podremos ir alguna ves?!
- Quizá
- ¡Genial!
Kenshin sonrió cuando vio a Kaoru sentada sobre el césped del patio del orfanato, un libro en su regazo y varios niños alrededor de ella, el sol la golpeaba suavemente resaltando la luminosa sonrisa que le mostraba a los niños, esa era una de las imágenes que Kenshin guardaría para siempre en su memoria, se sentía bien siempre que viera a Kaoru sonreír, era como si un deseo de anhelo en el se cumpliera.
Era bueno también ver a la pequeña Mei riéndose junto a los demás niños y a Kaoru, esa niña pocas veces en su vida había reído, Kenshin la había encontrado cuando ella tenía solo tres años, él había venido a Japón de vacaciones, la encontró sola y en un lugar oscuro y frío, era una de las tantas que formaba parte de la mafia de trafico de niños, sus padres estaban muertos, no tenía ningún otro familiar, estaba desnutrida, el mejor lugar para ella era el orfanato que Kenshin había formado con ayuda de su madre antes de que esta muriera. Pensar en todo lo que la niña debía haber pasado hacía sentir a Kenshin una tristeza y un furia increíble, pero Mei se había recuperado, por que cuando llego no hablaba y ahora hablaba mas que una radio prendida. Ella solía ser muy celosa con Kenshin a pesar de ser solo una niña, no le gustaba nadie que estuviera con él, pero para el alivio de Kenshin, parece que Kaoru había salido bien esta vez, por la forma en que ambas reían junto a todos lo niños.
Aun no había podido hablar con Kaoru, al principio Kenshin había pensado tontamente que decírselo en un lugar lleno de niños reduciría sus posibilidades de muerte, pero era peor, por que si antes no podía encontrar oportunidad para decírselo ahora menos, todos lo niños parecían de repente tener un imán con Kaoru y siempre que iba a hablar algo pasaba, como en el almuerzo. Kenshin había estado tan nervioso que las manos le temblaban y sin querer con su tenedor salpico a Kaoru en toda la cara con arroz y como Kaoru no se queda atrás, le tiro a Kenshin parte de su comida en la cara, alguien grito "¡Guerra de Comida!" y algo parecido a la segunda guerra mundial sucedió cuando el aire se lleno de comida que volaba de un lado a otro, al final todos habían terminado llenos de arroz, carne azada, verduras y puré mientras la encargada los sermoneaba, Kenshin suspiro viendo su camisa sucia, se habían bañado pero la ropa que llevaban puesta ahora él y Kaoru estaba tan manchada de comida y tan sucia que parecía sacada de un basurero, pero a Kaoru no parecía importarle mucho.
Kaoru sonrió cuando vio a Kenshin acercándose y su sonrisa se agrando aun más cuando se sentó a su lado, no es que fuese el mejor día de su vida pero no podía negar que le gustaba estar allí, todos esos niños eran muy lindos, y cada uno guardaba su propia historia, además de que actuaban casi totalmente diferente a como ella recordaba que actuaban los niños, al primer niño que recordó fue: Misao. Cuando Misao era una niña pequeña, parecía tener energía para todo, siempre saltando por todas partes, subiéndose a los lugares menos pensados y haciéndole todo tipo de preguntas a todo el mundo, nunca estaba quieta. Los segundos niños en los que Kaoru pensó fueron Yahiko y Tsubame, Yahiko aunque seguía siendo un niño, cuando era más pequeño era definitivamente un mocoso del infierno, como ella solía llamarlo, siempre molestando y entrometiéndose en todo, por su parte Tsubame siempre había sido muy tímida, pocas veces preguntaba algo o hablaba. Y los últimas infantes que Kaoru había tenido que cuidar eran sus hermanas Ayame y Suzume, aunque también estaba Aoi, ellos tenía una energía que cualquiera envidiaría, pero estos niños eran diferentes, a pesar de ser niños, en sus miradas había algo diferente, tenían una mirada que ocultaba emociones que para su edad deberían ser desconocidas, era una mirada que escondía mucha tristeza detrás de esas sonrisas que mostraban y Kaoru no podía dejar de sentir piedad.
Kenshin le sonrió a Kaoru cuando se sentó a su lado, los niños comenzaron a decirle cosas sobre princesas y soles, pero Kenshin no les presto mayor atención por que la sonrisa de Kaoru de Kaoru acaparaba toda su vista.
Era linda.
Era la mujer mas linda que Kenshin había conocido alguna vez, y mientras mas lo repetía más lo creía.
- Hola Kenshin- lo saludo Kaoru viéndolo, el era muy atractivo, mucho. Pero Kaoru no podía dejar de sentir algo raro al ver su rostro. No es que tuviera nada malo, ni mucho menos, solo que ella tenía la impresión de que le faltaba algo, era una cosa tonta ella sabía, pero no podía evitar sentirlo.
- Kenshin- nii, Kaoru-neesan nos contó una historia muy linda- dijo la pequeña Mei sonriendo, sus ojos brillaban mucho
- ¿En verdad? Me alegro por eso- respondió el sonriéndole a Kaoru, la niña de cabello castaño lo miro ceñuda, los demás niños se despidieron y comenzaron a correr por todas partes diciendo cosas alegres
- ¿Ken-chan ya no quiere a Mei?- pregunto la niña cambiando su ceño a una expresión triste
- ¿Qué?- le pregunto Kenshin confundido- ¿Por qué dices eso?
- ¡Por que Ken-chan le sonríe más a Kaoru-neesan que a Mei!- grito ella, Kaoru la vio un poco aturdida. Kenshin le sonrió y puso una mano mansa sobre su cabeza
- Yo te quiero mucho Mei-chan- dijo suavemente Kenshin, la niña sonrió un poco, luego soltó una carcajada y de un salto se sentó sobre el regazo de Kenshin haciéndolo gemir un poco por la rudeza
- ¡Deacuerdo!- dijo alegremente Mei- Kaoru- neesan es muy linda ¿ella es tu novia?- le pregunto Mei viéndolo. Kaoru se sonrojo y de repente se encontró viendo una hoja seca como si fuera una maravilla. Kenshin solo le sonrió a la niña.
- Oh ya veo – dijo la niña pensativamente, tomando la sonrisa de Kenshin como un si- Pero Kenshin no puede olvidar que Mei es su otra novia
- hum, no lo olvidare- dijo Kenshin viendo por el rabillo del ojo el rostro sonrojado de Kaoru.
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A las cuatro o cinco de la tarde Kenshin y Kaoru caminaban por una calle muy poco transitada, pero muy linda. Habían varias tiendas y alguno que otro automóvil pasaba por la calle. Habían salido del orfanato cuando los niños iban a tomar su siesta, se despidieron de todos y salieron, pero, intencionalmente o por idiotez, habían comenzado a caminar olvidándose que el automóvil de Kenshin estaba estacionado al frente del lugar.
El sol no era muy fuerte, pero todo estaba muy claro.
Una muchacha pelirroja estaba en la puerta de una tienda colorida, tenía una bandeja en las manos que estaba llena de galletas y cuando vio a Kenshin y a Kaoru acercarse les sonrió.
- ¿Quieren una muestra gratis?- pregunto
- ¡Si!- Kaoru se acerco emocionada, agarrando una de las galletas en forma de triangulo y mordiéndola- ¡Esto sabe muy bien!- dijo alegremente
- ¿De que es?- pregunto Kenshin interesado
- Chispas de chocolate- respondió ella- ¿quieres?
- bue…- pero Kaoru ya se había comido la galleta por completo, Kenshin rodó sus ojos a la vidriera
- ¡Mira todos esos chocolates Kenshin!- dijo ella alegremente acercándose a la vidriera junto a él. Habían todo tipo de chocolates y caramelos ordenados en su propio desorden, que brillaban y tentaban a todo el que los viera, habían chocolates blancos y negros, en forma de corazones o Ángeles y caramelos tan grandes como canicas.
- ¿Quieres alguno?- le pregunto Kenshin a Kaoru viendo como los ojos de esta brillaban en la excitación y emoción, definitivamente Kaoru a veces podía ser un tanto infantil, pero eso era lo que la hacía única
- ¿nani? Hu… he… Iie Kenshin no tienes… que molestarte- dijo ella cohibidamente
- No es molestia- dijo él sonriendo- es un regalo
- ¿hu?... Kenshin no hace falta de verdad- dijo ella sonrojándose tontamente y su mirada se fijo en un chocolate que estaba arreglado sobre una bandeja muy linda de plata, era una palabra de chocolate y las letras eran tan grandes como la mano de un hombre.
Kenshin vio atentamente lo que Kaoru estaba viendo, era una palabra de chocolate: Adiós.
- Ya se lo que te puedo regalar cuando me vaya- dijo Kenshin simpáticamente.
Pero para Kaoru no fue simpático. No fue alegre. No fue cómico. Fue como si algo afilado golpeara su pecho, y el tiempo se detuvo para ella.
De repente ya no era de día, si no de noche ¿Cuándo había anochecido tan de repente? ¿Cuándo el sol había sido cambiado por la luna? Kaoru volteo confundida a sus lados, no había ninguna calle ni ningún automóvil, si no hierva y maleza y un pequeño riachuelo que corría sin hacer ruido, y ya no estaba la tienda con sus dulces, si no que había hierva y los dulces brillantes ahora brillaban en el aire, todos emitiendo luces fosforescentes, a Kaoru le tomo un segundo darse cuenta: No eran dulces, eran luciérnagas.
¿Dónde estaba? Pensó con angustia ¿Dónde estaba Kenshin? ¿Acaso esto era alguna clase de sorpresa que él le tenía preparada? Por que si era así, no le estaba gustando mucho que digamos.
Kaoru trato de dar un paso al frente, pero casi tropezó al darse cuenta de que sus pies estaban limitados al movimiento por que su pantalón y su camisa habían desaparecido y ahora ella llevaba puesto un kimono parecido a los que había usado alguna vez ¿Por qué? ¿Dónde estaba su ropa? ¿Se había cambiado y no se acordaba?
Escucho algo a sus espadas y se volteo con rapidez: Era Kenshin. A pesar de que llevaba ropa extraña compuesta por un hakama blanco y un haori rosa y que no podía ver su rostro con claridad, su cabello rojo como el fuego lo delataba, Kaoru reconocería su cabello en cualquier lugar.
- Kenshin…- dijo ella tratando de acercarse, pero no podía, primero por que le costaba moverse con la ropa que llevaba puesta y segundo por que lo que vio mando una ola de tristeza que invadió hasta el último rincón de su cuerpo impidiéndole moverse.
No era Kenshin. No podía serlo, a pesar de que era exactamente igual, este hombre no podía ser su Kenshin, por que aunque sus ojos eran del mismo malva claro, los ojos de este hombre estaban nublados por la tristeza, estaban llenos de emociones confusas y agobiantes, llenos de culpabilidad, de una angustia y una desesperación mal disimulada, los ojos de su Kenshin siempre estaban alegres, irradiando mucha clama y tranquilidad. Además este hombre tenía algo que su Kenshin no, tenía una cicatriz en forma de cruz en su mejilla izquierda y ella sintió mucha mas tristeza al verla bien, sin entender como Kaoru supo que esa cicatriz guardaba una historia triste. Este hombre era Kenshin y no lo era a su vez. Sus labios se movían diciendo cosas que Kaoru no alcanzaba a oír, pero por alguna razón sentía sus ojos picar por las lagrimas, nada de lo que estaba pasando tenía sentido ¡¿Acaso se estaba volviendo loca?!
Quería irse, quería correr y alejarse hasta llegar a donde sea que su Kenshin estuviera, no quería ver la tristeza en los ojos de este Kenshin, ni ninguno de los sentimientos que reflejaba su aura, pero no podía moverse, no podía hacer nada más que estar ahí y verlo, no podía gritar ni hablar por que su voz parecía haber corrido hacía algún lugar lejano.
Y sin previo aviso él la abrazo suavemente, era un abrazo que lleno aun más de confusión la mente de Kaoru, era muy cálido, pero muy triste, demasiado triste, y cuidadoso, era como si una pared de cristal invisible se interpusiera entre su abrazo, haciéndolo difícil y doloroso, y las lagrimas que Kaoru estaba tratando de tragarse se le escaparon y corrieron libremente por su rostro, empapando la tela rosa de él. Ella no sabía por que lloraba, no sabía por que sentía ganas de que el mundo se acabara, quería empujarlo lejos, gritar y preguntar que estaba pasando, quería hacer algo que no fuera llorar y sentir ese dolor y esa desesperación que sentía, pero no podía, solo se quedo allí, en su abrazo triste, llorando, hasta que escucho su voz, era la misma voz que siempre anhelaba escuchar cuando el teléfono sonaba en su casa, la misma voz que siempre le decía cosas dulces, pero Kaoru deseo en ese momento no escuchar, deseo que él no dijera lo que su corazón sin sentido le estaba gritando hasta más no poder que él le diría, pero lo hizo, lo dijo…
"Sesha wa rurouni… Gracias por todo…Sayonara"
Y Kaoru sintió que algo dentro de ella estallaba, haciéndola llorar mas fuerte y difícilmente ¿le estaba diciendo Adiós? ¿Por qué? Sus piernas no aguantaban mas su peso, se sentía débil, quería que esto se acabara de una vez, quería que el sol regresara y que la tienda de chocolates estuviera a su vista, quería a su Kenshin devuelta. Él la soltó lentamente y se separo, Kaoru quería ir tras el y pedirle una explicación pero nada le respondía, el se alejaba y lo único que ella podía hacer era llorar fuertemente sintiéndose desgraciada, sintiendo su corazón desgarrarse en mil pedazos.
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Kenshin vio con angustia como lagrimas gruesas y pesadas nacían en los ojos de Kaoru y rodaban libremente por su rostro, ella parecía lejos, viendo hacía algo que el no podía ver, ella no respondía a sus suplicas que le pedían tranquilidad, ella solo lloraba y lloraba. ¿Acaso había dicho algo malo? ¿Qué había hecho para que Kaoru llorara de esa forma cuando hacía un momento estaba riendo feliz?
Sus ojos distantes y cristalinos por las lagrimas parecieron regresar a la realidad y lentamente se enfocaron en Kenshin, él la observo sin saber que hacer, no quería que ella siguiese llorando pero no quería asustarla tampoco.
Kaoru soltó un sollozo estrangulado y más lagrimas brotaron de sus ojos cuando prácticamente se lanzo sobre Kenshin, que reaccionó de forma confusa pero raída, y la envolvió en un firme abrazo, quería que se tranquilizara y que olvidara lo que la hizo llorar de esa forma, sea lo que sea que hubiese hecho llorar de esa forma a Kaoru, Kenshin se juro que lo pagaría, así fuera el mismo.
Kaoru lloro sobre el pecho de Kenshin, sin importarle la camisa sucia que tenía y que olía a carne ¡que importaba eso si él estaba allí! Este era su Kenshin, el que a pesar de que sus ojos estuvieran angustiados y preocupados no tenían el dolor y la culpa de los otros que había observado, este era el que la abrazaba por completo, sin barreras ni obstáculos, él era el que no tenía esa cicatriz llena de misterio, el nunca la dejaría…
- shh…- le susurro el- tranquila…
Pero ella no se tranquilizo, lloro aun más fuerte y con más ganas, tenía algo que le oprimía el corazón, algo que hacía querer morir en ese instante y ella se lo dijo entre sollozos y lagrimas
- No… no…me vas… a dejar… nunca… ¿ver…dad?- dijo ella torpemente, nublada entre las lagrimas y su voz estrangulada en sollozos
Kenshin trato de verla, pero ella se escondía en su pecho, a pesar de su voz baja y lo mucho que le costaba hablar ella le había preguntado prácticamente si alguna vez la dejaría. ¡Claro que no! ¿De donde había sacado eso? Pero la vista de Kenshin fue rápidamente hasta la vidriera donde la palabra de chocolate brillaba en un recordatorio… ¿acaso había sido lo que el le había dicho? ¡Pero si solo era una broma! Deacuerdo, el nunca hacía bromas pero nunca se le había cruzado por la mente que ella se tomaría en serio ese tonto comentario ¡Claro que nunca la dejaría!
- No. Yo nunca te dejare- pronunció suavemente Kenshin, para que ella lo entendiera con todos sus sentidos y no lo olvidará, el nunca la dejaría, siempre estaría a su lado cuidándola y velando por ella. Le costaba creer que Kaoru se pusiera así por ese simple comentario ¿acaso ella lo quería tanto como para llorar de esa forma con la sola idea de que él la dejaría? Kenshin no pudo dejar de sentirse contento al darse cuenta que si ella le dijese lo mismo, probablemente y sin ningún pretexto él reaccionaria igual.
Kaoru sintió la tranquilidad extendiéndose por su cuerpo cuando escucho las palabras de Kenshin y sintió sus manos acariciar su cabello pidiéndose calma, había regresado de donde quiera que hubiera estado, así hubiese sido un sueño o una ilusión, estaba donde tenía que estar, con el sol brillando y la luna aun sin resplandecer, con su ropa normal y no la otra, con la tienda de chocolates a un lado y la calle con automóviles al otro, con su Kenshin abrazándola firme pero tiernamente. El le había dicho que no la dejaría y el nunca le mentiría ¿verdad? El siempre había sido sincero, ella no tenía por que dudar o desconfiar de él.
Poco a poco, se fue calmando, recuperando su respiración mientras sentía el suave latir del corazón de Kenshin, las lágrimas dejaron de surgir de sus ojos y solo quedaban los rastros secos, pero seguramente ahora sus ojos estaban hinchados y rojos. Ninguno de los dos se había dado cuanta del público que había tenido y que ya se estaba retirando, tal vez eso fue algo bueno. Cuando Kenshin sintió que ella estaba calmada por completo, se separo para ver su rostro, sintió que Kaoru se tensaba pero el la acaricio su cabeza para indicarle que todo estaba bien, cuando la vio le sonrió suavemente, a pesar de sus ojos hinchados y rojos, de las marcas de lagrimas y de su aspecto en general, Kenshin la vio hermosa, ella siempre se vería hermosa, y con ese pensamiento le dio un suave beso en la frente, un beso prolongado y suave, pero Kaoru quería más, ella quería más que un beso tierno en la frente. Subió la cabeza y se encontró con el rostro sonriente de Kenshin, si, ella quería más, suavemente acerco su rostro al de él y le dio un suave beso en la esquina de su boca, y sin dejar que se sorprendiera mucho, llevo sus labios hasta los de él y lo beso, tan suave y dulcemente que parecía de fantasía, y él le respondió sintiendo un ambiente dulce parecido al chocolate.
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Notas de la autora:
Ahhhhhhh!!! Hasta que escribí esto, no podía dormir pensando en cuando tendría tiempo de hacerlo. Bueno aquí estoy, llegando tarde como de costumbre, pero como de costumbre tengo mis excusas :P primero mi computadora estuvo enferma y se la llevaron para arreglarla por una semana T.T lo cual fue un trauma para mi, luego me enferme y no me podía para de la cama y por último el paro se levanto y ya comencé las clases nuevamente, así que con todo lo que perdimos ahora nos van a dar fuerte incluso me pusieron clases los sábados!! ;__; así que tendré menos oportunidades para escribir, incluso ahora debería estar estudiando ¬¬ después me pregunto por que salgo mal en matemáticas
Ojala les halla gustado este capitulo, a mi en lo general si me gusto kawai!!
Gracias por sus reviews son geniales!!
Kitiara: Me alegra que te gustara! Pues si, a mi también se me nubla la mente el pensar en Sano todo sexy ahhh ^.^ ¡Espero que te guste este capitulo!
Michele: Pues como que aun no :p Gracias por tu mensaje!!
Ale: Pues hubo algo de k+k en este capitulo, espero que te haya gustado y lo de los demás personajes pues pronto comenzara lo bueno eso lo prometo ^^
Mer: Hola!!! Pues aquí esta este capitulo espero que te guste amiga!!
Jocki-misao: Gracias por dejarme un mensaje! Prometo que haré algo mas con M+A
Rayen: Que mala soy ¿verdad? Si vieras que mi primera intención fue que si se besaran… peroooo ¬_¬ me salio diferente ^^ pero me alegra que de todos modos te gustara
Minako-chan: jaja pues si vieras muchas cosas de las que dices tal vez pasen… o tal vez no, no lo se, pero tengo pensado muchoooo aunque con el poco tiempo que tengo tal vez tarde en hacerlo, gracias por tu mensaje y ojalá te guste este capitulo
Hikari: Si a mi también me pareció eso, por eso el capitulo anterior se lo dedique a ellos, pero no te preocupes no los olvidare! Gracias
Demi-san: jeje si por eso puede ser que no se besaron, me pareció que era un poco rápido debido a la relación extraña que ellos llevan ¬¬ pero bueno espero que te guste!!
Sol Himura: ahhhh creo que acertaste un poco en lo que tengo pensado, pero viste ya comenzó a recordar ciertas cosas Kaoru, me alegra que te guste espero que me dejes otro mensaje y me digas lo que piensas!! En lo de la editora pues también he estado pensando en eso ^^
Hitokiri Lady: ^^ gracias!! Pues si Enishi saldrá pronto otra vez y lo de Ken-san espero que tenga la oportunidad de hacerlo pronto… :P
Lis-chan: Gracias me alegro que te guste mi historia y mi forma de escribir, espero que te guste este capitulo y me lo digas!
Carmen: Pues no estamos muyyyyyy lejos tampoco :P yo he ido a España algunas veces (solo dos ¬¬) y me gusta mucho. Me alegra que te guste mi historia de verdad que me siento bien cuando me lo dicen! Gracias!!!!
Espero que me dejen muchos mensajes y me digan que tal les pareció!!! Gracias!!!!!!!!!!!!!!
En el próximo capitulo!!!
- Si me siguen viendo así les voy a patear la estúpida cara a todos!!!
- Lo siento, pero me había prohibido decirte la verdad
- Pero, pero, pero…
Kary
Ja ne
