Nota previa: Para entender de mejor forma esta historia es recomendable leer primero el one short de "Es una promesa". Arigatou
Promesas pasadas
Por Kary
Capitulo XX:
Compañeros de alma…
Te amé de tantas maneras y de tantas formas,
de vida en vida, de época en época,
Siempre...
œ~*œ~*œ~*œ~*œ~*œ~*
Como un buen día de verano en la región de Nagasaki esa mañana hacía un calor intensamente fuerte, haciendo que las personas se refugiaran bajo sombrillas mientras caminaban por las calles o simplemente se abstuvieran de salir mientras el sol aun estaba en lo más alto del cielo.
En la playa las personas se habían aglomerado para tomar ese sol tan resplandeciente y broncearse un poco, pero entre tantas personas un grupo de seis resaltaba notablemente, en especial por los gritos de dos personas que superaban hasta los chillidos de las gaviotas y los gritos alegres de los niños.
- ¡Estúpido tori-atama ¿se puede saber que diablos estas haciendo?!
- ¡Cállate tonta no te metas! ¡Es mi problema!
Kenshin, Aoshi, Kaoru y Misao vieron por primera vez atentamente la discusión que llevaban acabo Megumi y Sanosuke desde hacia varios minutos. No era una discusión como cualquiera, de esas que tenían cada cinco minutos hasta por el color del piso, no, era una discusión más seria, por lo menos para Megumi parecía ser algo bastante grave.
- ¡¿Por qué diablos estas envenenando tus pulmones Sanosuke Sagara?!- grito Megumi fuertemente, sus ojos refulgiendo con la furia contenida
Sanosuke tomó otra succión de su cigarrillo y lo movió ligeramente para tirar la ceniza, esta cayó sobre la arena y se disperso con el viento.
- ¡Que me dejes en paz!- grito él a su vez y soplo todo el humo hacía un lado- ¡Y cállate de una buena vez que me duele la cabeza!
- No me interesa tu dolor de cabeza, porque te aseguro que no es mayor al mío- respondió Megumi cruzándose de brazos y bajando el tono de voz, su ceja temblaba de tanto en tanto y parecía querer matar a todo ser vivo- Deja de hacer eso antes de que consigas un cáncer de pulmón y termines en una fosa comido por los gusanos-
- Estoy temblando- le respondió Sanosuke indiferentemente- Si de todos modos todos terminamos ahí
Megumi se llevo una mano temblorosa por la rabia a la frente en un gesto desesperado, sintiendo la frustración elevándosele hasta la garganta y amenazando con convertirse en un sollozo. Este ya era un caso que involucraba su moral como futura doctora, y no se trataba de un simple muchacho sin importancia. Era Sanosuke. El estúpido cabeza de pollo que inevitablemente se había convertido en una parte importante de su vida. Era su amigo por más que no lo admitiera…
- Sanosuke tu aliento apestará- dijo Megumi seriamente, tratando de hacerlo reaccionar de alguna forma
- Me lavo los dientes- respondió él aspirando el humo nuevamente
- Tus dientes se pondrán amarillos, al igual que tus dedos y tu piel- dijo ella casi en un tono desesperado
- Existen los dentistas y los dermatólogos- respondió Sano sentándose sobre la arena
- ¡Toda la nicotina tapara tus pulmones!- le gritó ella exaltándose por la actitud de Sanosuke
- ¡Y si a mi no importa! ¡¿Por qué a ti si te tiene que importar?!- le grito está vez Sano, aspirando por última vez de su cigarro antes de tirarlo a la arena
- ¡Por que es mi obligación como médico advertirte de las consecuencias!- le grito ella, dando gracias que la mayoría del cigarro se hubiese consumido solo al estar ellos peleando tanto- ¿Además desde cuando fumas? ¡Tengo meses conociéndote y nunca te había visto hacerlo!
- ¡¿Qué te importa desde cuando lo hago?!- le respondió Sano buscando entre los bolsillos de su shorts de playa su caja de cigarros
- ¡¿Y por que lo haces?!- le preguntó ella quitándole la caja de cigarros de las manos cuando él la encontró
- ¡Oi! ¡Devuélvemela estúpida!- grito Sanosuke parándose de golpe para quitarle la caja, pero Megumi en un acto de reflejo metió la caja entre sus pechos sostenida por el traje de baño verde que llevaba puesto
- ¡Maldita seas zorra! ¡Estoy estresado! ¡Ahora devuélveme la maldita caja antes de que sea yo quien la saque de allí!- le grito Sanosuke molesto en verdad, incluso Kenshin frunció el ceño a su actitud.
Tanto él como Aoshi y Sanosuke habían fumado en su juventud como un acto de rebeldía, no podía negar que siempre lo había disfrutado y que incluso ahora y más que todo en momentos de frustración o estrés le provocaba fumar de repente, pero no. Los tres habían dejado ese vicio al terminar la universidad, Aoshi porque había entrado en su etapa de meditación y búsqueda de paz interior, lo que le prohibía el cigarro, Kenshin porque estaba claro que no era bueno fumar y Sanosuke lo había dejado porque se había aburrido o porque su madre de algún modo lo había descubierto (Sano no sabía mentir ni por teléfono). Pero ahora Kenshin no entendía él porque Sano lo había retomado tan de repente; cuando él y Megumi habían llegado a horas de la madrugada, solo se había acostado por dos horas y cuando despertó se baño, se cambió y salió. Al regresar, Kenshin distinguió el indiscutible olor a cigarro en él y Sano no pudo negarlo, pero no dio mayores explicaciones. Kenshin tampoco se las pidió. Sano ya era lo suficientemente grande como para saber lo que hacía.
- ¡¿Y por que demonios estas estresado?! ¡Estas todo el día como vago sin hacer nada! ¡No limpias, no cocinas, no mueves un solo dedo! ¡¿Estas todo el día en una playa de vacaciones y te estresas?!- grito ella con el sarcasmo pintando su voz- ¡No me quieras ver la cara de estúpida por que no lo soy!
- Eso crees- musito él- ¡Ahora kitsune no seas terca y dame la maldita caja!
- ¡No!- grito ella y cuando Sano se abalanzo para quitársela, Megumi la agarro y la tiro con todas sus fuerzas al mar, la caja a pesar del papel plástico se hundió en el agua
- Wow Megumi-oneesan tiene un buen brazo- musito Misao poniéndose la mano como sombrilla sobre los ojos para poder ver lo lejos que había llegado la dichosa caja de cigarros- ojalá se callen por que ya no soporto el dolor de cabeza
- Hai, creo que la cabeza me va a estallar- dijo Kaoru acomodándose los lentes oscuros que tenía puestos, según ella para la luz del sol que le molestaba, pero en realidad eran más que todo para ocultar sus ojos rojos y trasnochados.
- Humm… ¿Por qué será?- pregunto Kenshin fingiendo inocencia- ¿Tu sabes Aoshi?
- No, no tengo idea- respondió Aoshi con cierto tono sarcástico en la voz
- ¡Mou Kenshin! ¡Sabes que fue un error!- dijo Kaoru sonrojándose levemente, sobretodo al recordar el beso sumamente caluroso que le había dado a Kenshin cuando llegaron a la casa, recordaba sus labios moviéndose contra los suyos con la misma intensidad que ella, con el mismo deseo y con la misma pasión… Dios… por eso no bebía… Gracias a Kami que nadie había estado cerca para verlos y que Kenshin estaba completamente sobrio porque sino dudaba mucho que ese beso hubiese terminado allí.
- Maa maa Kaoru, lo sé- dijo Kenshin sonriendo.
- Ya cállense- murmuro Misao cerrando los ojos ¿Acaso era posible que la cabeza le doliera tanto? Tenía que ser otra cosa, ella no podía haber bebido ¡Ella no bebía! Pero no recordaba nada… tal vez Sanosuke le había jugado una broma y le había cambiado la bebida… o tal vez alguien la había obligado a beber, o simplemente se había caído y había quedado inconsciente y como no recordaba nada todos le decían que se había emborrachado… Ewwweeee… que palabra tan horrorosa ¡no pegaba con ella! No, definitivamente ella no había tomado.
- ¡¿Acaso crees que eso va a impedir que fume?! ¡Para tu información, cigarros venden en cada esquina!
- Pues no me importa, nunca tienes dinero para nada- musito Megumi satisfecha acostándose sobre su toalla en la arena. En el fondo se sentía mal, sabía que Sanosuke podía encontrar dinero en cualquier parte, solo era buscarlo, ir a alguna panadería o supermercado y comprar otra caja de cigarrillos ¡¿Por Dios que había entrado en Sanosuke para ponerse a fumar?! El día anterior todo había estado bien, incluso habían podido llegar a casa sanos y salvos y de repente ¡Veía al cabeza de pollo prender un cigarro y fumar! Casi le había dado un ataque cardiaco al verlo…
Y maldita sea el dolor de cabeza que tenía, y eso que ya se había tomado tres pastillas para aliviarlo y nada ¡¿Por que demonios Kaoru se había empeñado hoy en ir a la playa?! ¡Hoy que ninguna de las tres podía ni con su alma! Maldito alcohol… nunca más iba a beber…
- ¡Maldita sea me voy!- dijo Sanosuke enfadado y sobresaltando a todos, le envió una fría mirada a Megumi que hizo lo mejor por ignorarlo y luego se fue maldiciendo a diestra y siniestra
- ¿No vas ha ir a buscarlo?- le pregunto Kaoru a Megumi que se recostó sobre su toalla nuevamente dispuesta a tomar sol
- Iie. ¿Por qué tendría que hacerlo?- respondió ella sin darle mucha importancia
- Bueno… has estado algo sobre protectora con lo que haga Sanosuke- dijo cuidadosamente Misao, esperando que de un momento a otro su hermana le saltase encima
- No me importa lo que él haga- dijo Megumi- Pero no puedo dejar que se envenene frente a mis ojos, soy doctora primero que nada- dijo contradiciéndose
- Pero también eres mujer- dijo Kaoru. Kenshin y Aoshi alzaron una ceja, ¿eran sus impresiones o esto se estaba volviendo una conversación muy personal de repente?
- Y se puede saber Kaoru ¿Qué tiene eso que ver?- pregunto fríamente Megumi
- Nada, nada- respondió Kaoru tímidamente, a veces no era bueno llegar tan lejos con Megumi, solía ser muy terca y reservada con esas cosas
- Además no me preocupo- dijo ella apoyándose sobre sus codos- El muy idiota dejo sus sandalias, no podrá caminar así descalzo sobre la arena. Tiene que regresar.
Pero Sanosuke no regreso…
*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*
La piedra golpeo con furia un automóvil rojo que estaba estacionado en la acera de enfrente, algunas personas vieron la abolladura que quedo en el carro y miraron al joven que la había pateado caminando como bólido, por la expresión dura en su rostro nadie se molesto en llamarle la atención, no querían correr riesgos de salir lastimados por ese muchacho.
Sanosuke por su parte iba sin prestarle atención a nada, caminaba por la acera donde había más sombra pero aun así sus pies estaban rojos y tenían alguno que otro corte ligero. Pero él tenía dignidad, prefería caminar descalzo por todo Japón a tener que regresar y verle la cara estúpida a la estúpida kitsune con su estúpida sonrisa triunfal.
Maldita sea… necesitaba un cigarro…
Después que Megumi le había dicho sin darse cuenta sobre la enfermedad de Magdalia, no había sabido que hacer. Se había sentido tan mal, como si el aire le faltase mientras cientos de agujas largas y afiladas se le clavaban en el pecho una y otra vez, era extraño porque no la conocía de tal forma que le afectará tanto saber que estaba enferma pero aun así… aun así quería matar al resto del mundo, desaparecer a todo ser viviente, destrozar cada cosa que se cruzará en su camino.
Tenía tanta rabia.
Ella era una joven hermosa, viva, alegre… ¿Cómo podía estar tan enferma? Y lo más frustrante era no poder saber con exactitud lo que tenía. No podía preguntarle a Megumi, porque ella no se había dado cuenta de lo que había dicho y si él le preguntaba a ella no se le iba a hacer difícil sumar dos más dos y darse cuenta de que él se había aprovechado de su estado, y aunque ya no podría hacer nada Sano no tenía ganas de pelear por eso… aunque en realidad era más el temor de que ella se enfadará en verdad y que no confiara más en él.
Aunque era difícil que se enfadara más de lo que ya estaba.
Y tampoco podía ir de lo más ligero y preguntarle a Magdalia "¿Oi Magdalia es verdad que estas enferma de muerte? ¿Cuál es tu enfermedad?" claro que no podía hacer eso y él no tenía mucho tacto para hablar siendo sinceros.
Y el cigarro… había sido la única salida que había encontrado para no explotar, no sabía porque la mezcla de tantos sentimientos en su pecho pero si sabía que el cigarro era lo único que lograría calmarlo, lo había hecho cuando era joven y lo estaba haciendo ahora.
No le importaba si se le llenaban los pulmones de humo, después de todo eran sus pulmones y podía hacer lo que quisiera con ellos y mientras el cigarro lo calmara y lo relajara. Todo bien.
Se sentó en un banco de madera y se vio los pies. Prácticamente había tenido que volar en la playa para tratar de no quemarse los pies, pero de todas maneras se había quemado y todo era culpa de la estúpida zorra ¡Ella había llegado de repente a su vida solo para convertirse en su karma! ¡Solo para instalarse en su mente y mover cada pieza de su vida que él había fríamente calculado! El había planeado llegar a Japón, ver por su hermano, salir con sus viejos amigos, beber por ahí, conocer alguna que otra chica, salir con muchas chicas, dormir y vivir tranquilamente ¿Y había podido hacer algo de eso?
¡NO!
¡Por la simple razón de que Megumi había decidido aparecerse en medio y arruinar su perfecto plan de vida con su sola presencia! Porque con ella cerca ni siquiera podía pensar en conocer a alguna mujer ni podía soñar en salir con sus amigos ¡No podía hacer nada!
Y mientras él perdía los mejores momentos de su juventud por culpa de una zorra solterona, ella se reía y disfrutaba con su sufrimiento.
- Maldita zorra…- murmuro Sano extrañamente sin resentimiento. Porque tal vez, en el fondo no lamentaba tanto que Megumi hubiese llegado a su vida.
- Sagara-san debería dejar de maldecir tanto o su alma terminara en las pailas más profundas del infierno- dijo una voz a sus espaldas.
Y el corazón de Sanosuke se detuvo.
Sonriendo ampliamente detrás de él estaba Magdalia Amakusa, con su cabello brillante y rizado en las puntas, con sus ojos verdes como las aceitunas, con su piel blanca y con su manera grácil de ser… y también con su enfermedad.
- Hola- dijo él tiesamente al verla
- ¿Qué haces aquí? ¿Y… así?- pregunto ella señalando su estado de semi desnudez con solo los shorts negros de playa. Un rubor suave cubría sus mejillas suavemente y Sano se pregunto si sería cierto lo de su enfermedad, se veía tan bien, no parecía ni tener un resfriado. Tal vez Megumi se había equivocado al decirle eso, tal vez había estado tan dormida que no sabía para nada lo que había dicho y él se había preocupado por nada.
Si, ahora Sano estaba convencido que todo había sido un error, una muchacha tan bonita no podía estar enferma.
Si solo Magdalia hubiese seguido sonriendo tan alegremente, para Sano todo el mundo se habría convertido en un lugar color rosa, pero no. Magdalia tosió fuertemente desde lo profundo del pecho, con el dolor pintándosele en sus suaves facciones.
- ¿Estas bien?- le pregunto Sanosuke parándosele a un lado, viendo como ella tosía insistentemente sobre un pañuelo blanco, su cuerpo agitándose bruscamente.
- Hai, daijoubu Sanosuke- respondió ella luego de unos minutos cuando dejo de toser y Sano la hizo sentarse en el banco.
- ¿No quieres nada? ¿Agua? ¿jugo? ¿azúcar?- pregunto Sanosuke entrando en un estado de pánico ¡¿Quién totalmente sano tosía de esa manera?! ¡¡Nadie!!
- mm… no gracias- respondió ella viéndolo algo confundida, suspiro suavemente y guardo el pañuelo en el bolsillo de su vestido celeste
- ¿En verdad no quieres nada?- le pregunto una vez más Sanosuke, sintiéndose de repente con la fuerza para recorrer todo el mundo en busca de agua si Magdalia se la pedía
- Iie, arigato gozaimazu- respondió ella educadamente.
Sano suspiro sintiendo esa extraña fuerza desvanecerse como el aire ¿Ahora que podía hacer?
*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*
Kaoru floto suavemente en el agua clara y cristalina del mar viendo el cielo azul ante sus ojos, hacía tanto calor y le dolía tanto la cabeza que decidió meterse dentro del agua para refrescarse. Kenshin también nadaba cerca, después de todo no quería correr riesgos de que Kaoru se lastimara, parecía que aun tenía los efectos del alcohol en su organismo o tal vez tenía mucho sueño porque se hundía y cerraba los ojos continuamente dejando que la marea guiará su cuerpo.
- Kenshin- dijo ella suavemente sabiendo que Kenshin estaba a su lado
- ¿si?- pregunto Kenshin tomando uno de sus frágiles brazos que flotaban como su cuerpo, y atrayéndola hacia si para guiarla en el agua. Kaoru ni siquiera abrió los ojos o salto al contacto inesperado, confiaba tanto en Kenshin que una reacción así era casi imposible.
- ¿Sabes que haré cuando regresemos a Tokio?- le pregunto ella sintiendo las fuertes manos de Kenshin guiar sus brazos y a su vez su cuerpo sobre el agua.
- ¿Inscribirte en Alcohólicos anónimos?- bromeó Kenshin
- Iie- respondió Kaoru frunciendo el ceño, pero sin abrir aun sus ojos- Voy a mandarle un ramo de flores al dueño del Banco Central – dijo ella simplemente.
Kenshin sintió como si hubiera tragado mucha agua y no pudiese respirar bien, como no si ella se estaba refiriendo a él mismo- ¿Naze?*- pregunto Kenshin pero su voz brotó como si hubiese soltado una burbuja de la boca, aunque Kaoru no lo noto (*¿Por qué?)
- Bueno porque le voy a mezclar las flores con hiedras venenosas- dijo ella sonriendo divertida, suerte que tenía los ojos cerrados porque si hubiese visto la cara de susto de Kenshin lo habría descubierto todo
- Etto…- murmuro Kenshin sin saber que decir- ¿No crees que sería algo… cruel?
- No- respondió Kaoru sin dudar y sin inmutarse- Después de todo el es quien a sido cruel conmigo- dijo ella y se soltó suavemente del agarré de Kenshin para poder levantarse, pronto se dio cuenta que no tocaba suelo y se sujeto del cuello de Kenshin sin pensar en que él tampoco podía tocar la arena: el pobre pelirrojo quedo hundido en el agua debido al peso de Kaoru.
- ¡Mou Kenshin! ¡No juegues!- le grito Kaoru, pensando que ella pesaba lo mismo que una pluma porque seguía agarrando al pelirrojo como salvavidas. Kenshin tuvo que hacer un esfuerzo sobre- humano para poder soportar el peso de la pelinegra sin ahogarse.
- Ano… Kaoru- dijo Kenshin ahogadamente y escupiendo algo de agua- ¿no crees que sea mejor regresar?
- mmm… ¡No!- dijo ella alegremente y hundiéndolo en el agua. Esta vez con toda intención y cuando lo hizo una imagen paso como relámpago en su mente.
Dos hombres peleando con espadas, envueltos en sangre y con las ropas hechas jirones, con miradas de odio y frialdad…
Y uno de esos hombres era Kenshin.
Kaoru soltó de inmediato al pelirrojo y este surgió del agua de golpe, con su cabello rojo empapado y pegado al rostro entre risas y toses.
- *coft* Koi tienes fuerza en los *coft* brazos- dijo Kenshin tosiendo, Kaoru lo tomo del brazo y comenzó a nadar hacía la orilla jalándolo
- ¿De que hablas? Mis brazos son frágiles y débiles como los de una muñeca- dijo ella distraídamente y sin pensar mucho, solo para ocultar su aturdimiento.
¿Qué había sido eso? ¿Acaso en verdad era Kenshin? ¿Y quien era ese otro hombre? ¿Y ese lugar? ¡¿Kami acaso se estaba volviendo loca?! No podía hablar de eso con Kenshin, no se sentiría bien y quedaría como una loca, tenía tantas dudas y tantos pensamientos mezclados a los que no les podía poner una explicación que estaba comenzando a frustrarse. No podía pasar el resto de su vida teniendo alucinaciones sobre la persona que quería ¡era algo ilógico!
Kenshin salió del agua junto a Kaoru viendo como esta parecía de repente en otro mundo, fruncía el ceño de esa forma encantadora como siempre que pensaba en algo complicado y se mordía el labio inferior constantemente demostrando su duda…
- ¿Ocurre algo Kaoru?- pregunto Kenshin apretando suavemente su mano, estas aun permanecían entrelazadas
- ¿hu?- pregunto ella saliendo de su estado taciturno- Iie, no me pasa nada Ken- respondió ella obviamente mintiendo. Kenshin no le creyó pero no le pregunto nada.
- ¿Nos vamos? Creo que estoy cansada ya- le pregunto Kaoru a Kenshin cuando ambos llegaron hasta donde estaban Misao y Aoshi hablando, más bien Misao hablando y Aoshi escuchándola al parecer.
- ¡Aun es temprano!- dijo Misao pero luego hizo una mueca de dolor y hablo nuevamente –hum si creo que es mejor regresar, tengo sueño
Kenshin rodó los ojos
- ¿Dónde esta Megumi-oneesan?- pregunto Kaoru al no ver a su hermana mayor
Misao les dio una sonrisa extraña, entre picara y sabelotodo- Se fue, dijo que no se sentía bien
- ¿Y que tiene eso de extraño?- pregunto Kenshin al ver los ojos brillantes de Misao y su sonrisa extraña
- Que se llevo las sandalias de Sanosuke- respondió Aoshi secamente. Con eso Kenshin y Kaoru entendieron todo.
*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*
Serían aproximadamente las doce del mediodía cuando una Kaoru limpia de arena y bañada en agua caliente y reconfortante salió de la no tan pequeña casa que ocupaba cerca del mar. Caminaba sola bajo el sol caliente, con sus lentes negros para ocultar sus ojos rojos por el trasnocho y sus grandes ojeras, su piel estaba algo roja por el sol pero no importaba porque ella tenía algo primordial que hacer.
Kenshin se había empeñado en acompañarla pero ella no lo dejo y el pobre pelirrojo se quedo obedientemente en casa haciendo él almuerzo, Misao había llegado a bañarse y luego cayó rendida sobre su futón, Kaoru dudaba que incluso un ejercito pudiera despertarla y Aoshi simplemente se había instalado en su computadora portátil. Ni Megumi ni Sanosuke habían llegado aun, ni parecían haber ido a la casa en algún momento.
Par de necios tercos… suspiro mentalmente Kaoru, era duro tratar con personas así y más duro si dos personas así se tenía que tratar, peor aun si ya estaban enamorados. Eso era obvio ¿no?
Kaoru caminó por la calle calurosa, viendo las casas bonitas y a las personas, caminó por un camino lleno de flores bien cuidadas y comenzó a subir unas largas escaleras de piedra pensando en lo que iba ha hacer.
Había estado toda la mañana pensando en eso y había llegado a una buena conclusión: necesitaba ayuda. Sola no podría encontrar ninguna respuesta y aunque tal vez esta no fuera la mejor o la más fidedigna opción era la única que le había llegado a la cabeza.
Movió incómodamente el tirante de su camisa blanca cuando comenzó a sentir que este le lastimaba, tal vez debería haberse puesto más protector solar.
Cuando termino de subir el sin número de escaleras su vista se lleno con un templo bonito y cuidado, tal cual a como ella lo recordaba, sencillo pero agradable a su vez.
Estaba casi vacío a excepción de varios turistas extranjeros que estaban comprando los amuletos que vendía el joven muchacho encargado de cuidar el templo junto al monje que era su abuelo.
- Konichiwa Soujiro-kun - dijo con una inclinación ligera Kaoru cuando llego hasta donde el joven estaba y se quitó los lentes negros
- Konichiwa Kamiya-san, tiempo sin verla- dijo el muchacho luego de un momento de duda antes de reconocerla, tenía una sonrisa suave y relajada incluso dulce, no era muy alto y tendría tal vez la misma edad de Misao. Su cabello era corto y negro al igual que sus ojos contrastando con su piel pálida.
Soujiro Seta había sido el amigo de Misao en todas las vacaciones a Nagasaki que Kaoru podía recordar, su padre había sido amigo de abuelo de Soujiro por lo tanto solían visitar el templo muy seguido, con el tiempo Misao y Soujiro crearon una bonita amistad.
- Ya estas más alto, cuanto tiempo sin verte ¿serán dos o tres años?- pregunto Kaoru apoyando los codos en la mesa del cuviculo de madera que la separaba del muchacho
- Tres años y medio- dijo Soujiro con su sonrisa cordial
- Me alegro que estés bien- dijo Kaoru sonriéndole al muchacho, prácticamente había sido como un hermano menor al que tenía que cuidar solo en las vacaciones- ¿Y donde esta tu abuelo?
- Creo que estaba puliendo el bonsho- dijo Soujiro pensativo -¿recuerdas donde queda?
- Si claro, arigato Soujiro-kun, espero verte pronto y seguro que Misao se alegrará de verte también- dijo Kaoru comenzando a alejarse
- Aa, a Misao-chan la vi hace poco- dijo el muchacho suavemente
- Oh, bueno entonces le diré que venga a verte otra vez- dijo Kaoru alejándose, Soujiro sonrió al verla y continuo con su trabajo, tratando de entender el japonés que los extranjeros estaban utilizando el cual era completamente indescifrable.
Kaoru recorrió un camino lleno de árboles grandes y viejos, algunos tendrían más de trescientos o cuatrocientos años de antigüedad, las marcas en sus cortezas lo demostraban y sus grandes ramas protegían el camino del sol.
Algunos pájaros cantaban alegremente refugiándose en las sombras en busca de brisa, se sentía una paz infinita y Kaoru deseó que nunca se acabase, que siempre todo fuera tranquilidad y armonía.
Cuando Kaoru llego a la parte trasera del templo, un fuerte olor a vinagre lleno sus sentidos aturdiéndola y haciéndola arrugar la nariz en la molestia.
Había una gran campana de bronce, un pequeño frasco con vinagre y algunos pimentones rojos cortados en varios pedazos sobre el tami limpiamente pulido. También había un anciano vestido con ropas tradicionales, puliendo con un pequeño trapo amarillo la campana dorada. Ya no tenía cabello pero si unas pobladas cejas blancas y una cara cubierta de arrugas.
- hum… Konichiwa Anshin-sama- saludo Kaoru con una inclinación, el anciano volteo a verla y sonrió suavemente al reconocerla
- Konichiwa Kaoru-chan ¡Que alegría verte!- dijo el monje alegremente, dejando el paño amarillo a un lado
- Igual Anshin-sama- sonrió Kaoru, la última vez que ella lo había visto había sido en el funeral de su padre cuando viajo a Tokio
- Hace poco vi a Misao-chan-dijo el hombre caminando hacia la pelinegra- Pero a Megumi aun no la he visto, no se porque tengo la impresión de que tampoco la veré- el anciano frunció el ceño y Kaoru sonrió nerviosamente
- Bueno… ha estado algo ocupada pero seguramente viene a visitarlo pronto- dijo Kaoru
- Eso espero, ¿esa niña aun sigue siendo tan antipática como siempre?- pregunto el monje y Kaoru sonrió como respuesta, él había sido siempre el único que podía decirle eso a Megumi en su propia cara sin que se pusiera histérica, es que sinceramente el monje era la horma de su zapato y viceversa.
- Dime Kaoru-chan ¿A que has venido? No creo que a verme solamente- dijo suspicazmente el anciano. Ambos caminaban lentamente entre los árboles que había en el templo, escuchando a la naturaleza hablar
- En realidad no- admitió ella tímidamente
- Entonces habla- dijo el anciano y si Kaoru no lo conociera hubiese creído que estaba de mal humor
- Maa… ¿recuerda esos sueños que tenía cuando era pequeña?- le pregunto Kaoru sin saber como preguntar lo que quería
- ¿Cuál? ¿El de el conejo gigante que se comía a tu oso de felpa?- pregunto el monje llamado Anshin con una mueca divertida en sus viejos rasgos
- ¡Iie!- grito Kaoru levemente sonrojada- ¡Los otros! ¡Los de los samuráis, ese dojo extraño, las espadas! Ese hombre pelirrojo…- musitó suavemente al final
- Oh si- pronunció el anciano al recordar los sueños tan raros que Kaoru le contaba cuando era pequeña - ¿Aun los tienes?
- Hai- respondió Kaoru dudando sobre sus próximas palabras- Pero eso no es lo más extraño- el monje la miró esperando a que continuara y Kaoru lo hizo, después de todo a eso había ido a ese lugar- Lo más extraño es que lo he visto
- ¿Dónde lo has visto?- pregunto el anciano frunciendo el ceño
- En la calle- respondió ella- Y no fue una alucinación, lo conozco, hablo con él, salgo con él, es mi amigo…- dijo ella, no tenía que decir que aparte de todo era su novio
- Eso es muy extraño ¿desde hace cuanto lo conoces?
- Desde hace algunos meses, y estoy completamente segura que nunca antes lo había visto a excepción de mis sueños- dijo Kaoru suavemente- Y aunque siempre fueron imágenes extrañas y nubladas estoy casi segura que es él ¡Y no se que hacer! ¡¿Volver a Tokio e ir a la clínica del doctor Gensai para que me haga un encefalograma?! ¡¿O ir directamente a un manicomio para que me internen?!
- Kaoru-chan relátame nuevamente esos sueños- le pidió el anciano gentilmente y Kaoru lo hizo, le contó los sueños que siempre había tenido. Le contó sobre las calles que veía, los rostros nítidos y las ropas de las personas que estaban allí, le hablo sobre el dojo que le traía sentimientos de nostalgia, sobre el muchacho pelirrojo que aunque su rostro no se veía bien solía hacerla despertar con una sonrisa, quiso ocultar la sangre y las peleas pero todo el relato salía de sus labios con tal fluidez que se le hizo imposible hacerlo. Para cuando Kaoru terminó, el anciano suspiró y oculto sus manos dentro de su gi azul, se sentó en una raíz sobresaliente de un enorme árbol y se puso a observar lo que se veía de cielo entre las ramas y las hojas verdes. Kaoru se sentó en el césped esperando a que el anciano hablara nuevamente, lo único que se oía era el cantar de los pájaros escondidos entre los árboles y alguno que otro murmullo del viento. Cuanto el monje anciano hablo su voz era suave y tranquila, casi lejana.
- A veces como uno deja sus vestidos gastados y se pone otros nuevos, el alma deja su cuerpo gastado y entra en uno nuevo. Ó a veces retornan incesantemente para repetir dramas, escenas, sucesos, situaciones aquí y ahora en este mundo- el anciano miró fijamente a Kaoru y ella vio en sus ojos la seriedad con la que hablaba y lo mucho en que creía lo que decía- El pasado se proyecta hacia el futuro a través del callejón del presente ¿lo entiendes Kaoru?
- ¿Esta hablando de la reencarnación?- pregunto Kaoru entre asombrada y asustada. El anciano asintió con la cabeza.
- A veces en nuestra vida no podemos cumplir las metas que nos hemos trazado, o que el destino a escrito para nosotros, por la razón que sea. Por eso el ego regresa para cumplirlas, retorna en un nuevo cuerpo y busca inconscientemente realizar todo lo que no pudo lograr, aprender todo lo que no alcanzó a saber.
- Demo… ¿Por qué lo recuerdo a medias? ¿Por qué Kenshin esta aquí conmigo? ¿Y si se supone que es un nuevo cuerpo por que yo lo veo hoy como si fuera el mismo?- pregunto Kaoru confundida, pensando que hubiese sido mejor quedarse callada desde un primer momento y nunca haber sacado el tema
- Si recordaras todo sabrías cual es tu objetivo en esta vida, al saberlo puedes cumplirlo con mayor velocidad y al hacerlo tú vida perdería el sentido ya que no has aprendido más que lo necesario.
¿Y nunca has oído hablar acerca de los compañeros de alma? No importa cuantas vidas pasen, no importa que estén a extremos diferentes del mundo, si ese amor es verdadero se encontraran en algún momento, siempre, de vida en vida y de época en época, a veces ese amor no se consumará pero otras veces si.
A tu otra pregunta, solo puedo decirte algo: El destino tiene diferentes formas de jugar con nosotros, y somos muy afortunados si podemos aprender y entender sus reglas.
Kaoru se quedo callada por varios minutos algo turbada de que él anciano hubiese descubierto tan rápido acerca de su relación con Kenshin, luego se paró y se despidió automáticamente, regreso por el camino de árboles y flores y se despidió de Soujiro prometiendo regresar pronto con Misao, caminó como autómata por las calles sin prestar atención a las personas a su alrededor.
De repente se paró en mitad de la calle.
¡Eso era imposible! Era una ridiculez pensar en ser una reencarnación, esas cosas solo pasaban en películas, leyendas o en cuentos infantiles, no en la vida real, no en su vida.
Kaoru desechó esa idea tan descabellada, la desterró de su mente y sus pensamientos reemplazándolos por la idea de buscar un buen psicólogo al llegar a Tokio.
_________________________________________________
Notas de la autora:
Knichiwa minna-san!! Creo que este capitulo me quedo algo extraño, no entiendo creo que no pasó mucho pero quedo algo largo, por eso les pregunto ¿prefieren que haga los capítulos más largos? ¿o que sigan siendo de esta forma pero aumenten más el número de capítulos? Sinceramente a mi no me importa hacerlos más largos ya que tengo todo en mi cabeza.
Y esto se me ha alargado bastante, ya voy por el capitulo veinte y al principio no pensaba hacerlo mayor de quince, que novela xD
Por cierto creo que la historia dio un giro algo raro, pero tengo la fe de que les gustara, y además aunque no lo parezca este capitulo fue importante para el resto de la historia, podría decirse que las cosas comienza a desenvolverse.
¡¡Y GRACIAS POR LOS MÁS DE 300 MENSAJES QUE ME HAN DEJADO!! En verdad nunca pensé que mi idea tendría una respuesta tan maravillosa por parte de todos ustedes *arigato gozaimazu*
Rayen: Hola!! Que alegría que te haya gustado jeje si pues algunas cosas no pueden cambiar tan rápido. Y si, estoy deacuerdo para mi la parte más divertida de escribir de ese capitulo fueron los celos de Sano :P
Misao-19: ¡Lo siento! De verdad lo intento pero me cuesta sacar escenas de A/M ¡mou! ._. quisiera complacerte en verdad ¡así que pondré todo mi esfuerzo para poder hacer algunas escenitas lindas! ¡Te lo prometo!
Mer: jajaja si el cubo de hielo esta comenzando a derretirse, aunque habría que utilizar mil soles para lograrlo por completo ¬¬
Kaoru86 Kamiya: Gracias!! Pues esa era la idea, asustar un poquito al pelirrojo :P
Megumi014: Pues que bien que te haya gustado, si es algo divertido imaginarse a Megumi haciendo esas cosas peroooo cualquier cosa puede pasar cuando Sano esta cerca xD espero que me dejes tu mensaje sobre este capitulo que creo que a muchos puede haberle disgustado u_u
Gaby: bueno ya viste lo que ocultaba Megumi pero creo que te confundí un poco, la enfermedad de Magdali no tiene nada que ver con Kanryu, solo fueron dos situaciones que se medio mezclaron, y Sano las enredo un poco :p espero que me digas que tal te pareció : )
Megumi Sagara1: jaja yo también habría matado a Sano o por lo menos le hubiese dado una buena paliza. Pues si pobre Megumi, me imagino que la mayoría al principio pensó igual que Sano y claro que sería un honor para mi leer tu historia, no se si recibiste mi email, así que te mande otro hoy. Muchas gracias!!
Meikyo: Pues como ya he dicho me cuesta mucho esta pareja -__- las escenas entre ellos parecen correr de mi mente y esconderse lejos… lo siento… Pero como siempre trataré de hacer algo ¡Gracias por tu mensaje!
Michire- Meinu: Pues me alegro que te hayas dado cuenta de las actualizaciones xD sinceramente a mi me pasa lo mismo, soy bastante despistada también :p GRACIAS!
Susy Ayama: Hola!! Jaja chévere que te gusto!
Eve-chan: Wow en dos días? No me impresionaría si me dices que terminaste dormida xD Pues la reacción de Kaoru tal vez no sea la pensada por todo :p ¡Gracias por leer!
Aska Ishida: Gracias!!! Lamento lo de tu musa, espero que la encuentres pronto
Ale: Si, en realidad en un principio no tenía planeado meter a Magdalia pero luego surgio y me pareció interesante plantear nuevamente su enfermedad en este tiempo. Si Kaoru se enfadará mucho perooooo Kenshin esta muy temeroso de perder lo que tiene…
Demi-san: Hola mujer! ¿Y tu proyecto? Aun no lo veo ¬¬
Roxy: jaja gracias tontita te quiero
Ai8: Oh bueno, si creo que ese fue un capitulo de relleno más que todo pero espero que este te guste ^^
Kenkao: je creo que Sano solo estaba más celoso de lo que quería aceptar ¬¬' y sobre protector también, y Misao seguro que salio bien lo que le viene de resaca es peor :p
Sam: ¡Que linda! ¡Muchas gracias!
Chi2: Que mal que no te gusto, lo siento mucho pero espero que los siguientes capítulos te gusten más. ¡Gracias por tu mensaje!
Sumire-chan: jeje muchas gracias. En verdad había una escena de A/M en el auto pero se me perdió -_-' y te prometo que cuando tenga una pizca de tiempo me leo todas tus historias, es que los exámenes me tienen loca.
Dani-chan: gracias!! Me hace feliz que mi historia te guste tanto, y bueno la pareja de Magdalia y Sano no me disgusta del todo pero me gusta mucho más Sano/ Megumi. Espero que me digas que tal!
Anto-chan: Que lindo sus celos verdad *-* Bueno y no te preocupes ya llegara alguien mejor ^^ ¡¡Gracias por tu mensaje!!
Hitokiri Lady: No te preocupes yo me lo imagino, también estoy llena de ocupaciones que me roban el tiempo, pero me alegra que te molestes en dejarme tu maravillosa opinión. Muchas Gracias!
Javi: Hola!! ¡¿Un día?! ¿Y aun estas viva? xD pues que bien, si claro no te preocupes la mayoría de las escenas de esas parejas salen como la seda, a diferencia de otra ¬.¬
Rin3: Hola!! Pues si Sayo es su verdadero nombre, pero en su momento ella explicara porque utiliza su nombre cristiano. Por cierto ¿vas a continuar con tu historia La vida es un sueño? Es que soy aficionada de ella ^^ y tienes tiempo sin continuarla, así que ya sabes que la estoy esperando con ansias ¡Gracias!
little mary-chan: ¡Gracias! Que bien que te acordaras de mi historia y como digo la relación A/M me cuesta pero veré que hago. Y K/K nah ellos creo que saldrán bien al final :p
Asumi: jaja si Sano es una muy mala influencia pero pobre -_- sus líos mentales son grandes ¿Cómo debe ser saber mucho y no poder hacer nada para solucionarlo? En mi opinión debe ser muy frustrante. Jaja si Kaoru se llevo su bolso que bien que te diste cuenta. Misao pues esta algo loca pero en el fondo es una buena chica. Gracias por tus comentarios!!!
Danimonia: Hola!! Pues no se, pero ni son pocos ni son muchos los capítulos que faltan, lo siento u.u
YEYI: ¡¡GRACIAS!!
Anne: Muchas gracias!!
Laya_kitsune: me halagas, si yo se que la mayoría de las personas le rehuyen a las historias AU aunque no estoy de acuerdo con eso y me alegra que te guste mi historia! Y si, trato de guardar lo mas cerca que me sea posible la personalidad de los personajes, por eso algunas parejas me cuestan tanto u.u
Ady: Gracias!! Pues puede ser que Battousai salga en algún momento, pero no te preocupes tengo otro proyecto en mente relacionado con esto, solo tengo que terminar algunas historias (esta :p) y podré hacer otras cosas que tengo en mente.
Samy: Hola!! Pues como dije no se muy bien cuando capítulos me queden para terminar aunque así como no quiero acabarla quiero hacerlo xD si lo se soy rara. Y publicar, pues me cuesta debido a la falta de tiempo pero lo hago cada vez que puedo. Nahh pues lo mas seguro es que tenga un final feliz… aunque no se o_o tal vez…
Kirara26: jeje pues no se porque te parecerá conocida pero a mi también me gusta ^^ ¡Domo arigato! En realidad me halagas. Y pues digamos que soy muy terca cuando me empeño en aprender algo, y como el japonés me encanta pues he investigado todo lo posible y he aprendido varias cosas de una vecina que lo habla, pero lo más probable es que cuando termine las clases me meta en algún curso especial para aprenderlo bien. ¡¡Muchas gracias!!
Kissing-Ligh: Que felicidad que mi historia ocupe un lugar en tu tiempo ¡Gracias!
Justary: Si claro, sobretodo la relación de K/K entrara pronto en como lo llama mi amiga Roxy 'su etapa categórica' jeje espero que sigas leyendo y gracias por hacerlo.
¡ESPERO QUE HAYA SIDO TODO DE SU AGRADO Y DEJENME SUS MARAVILLOSOS MENSAJES PARA SABER SU OPINIÓN!
Kary
Ja ne
