Nota previa: Para entender de mejor forma esta historia es recomendable leer primero el one short de "Es una promesa". Arigatou
Promesas pasadas
Por Kary
Capitulo XXI:
Retornando sobre las huellas
Megumi frunció el ceño molestamente tirando las sandalias negras frente al muchacho de cabello castaño que la miro con las cejas alzadas.
Chasqueo la lengua un par de veces en forma reprobatoria sin darse cuenta ¿Era su impresión o últimamente cada vez que se encontraba con su prima Magdalia, esta estaba siempre con Sanosuke?
- ¿Qué tan idiota eres como para caminar por la arena caliente descalzo?- le pregunto Megumi al muchacho mientras se cruzaba de brazos. Tenía puesta una camisa holgada blanca con líneas verdes y unos pantalones blancos también holgados sobre el traje de baño.
- ¿Qué tan idiota me crees como para querer verte la cara?- le replico Sano a su vez, poniéndose las sandalias y tratando de que su alivio no se notara
- No te imaginas cuanto- le respondió ella pasando a su lado y dirigiéndose hacia su prima- ¿Qué haces aquí?
- Hola prima- le saludo Magdalia tímidamente- Nada en realidad, solo me encontré con Sanosuke y estábamos hablando-
-Ya veo- dijo Megumi mirando por el rabillo del ojo al muchacho que a su vez la veía con mala cara- Pues no deberías pasar tanto tiempo con él, ¿sabes? La idiotez pude ser contagiosa y no quiero que la contraigas- dijo ella bastante ácidamente.
- jajaja- se rió Sanosuke con sarcasmo y paso a su lado hasta agarrarle suavemente el brazo a Magdalia y comenzar a jalarla- Mejor no te acerques tanto a la zorra solterona que puedes contagiarte de su amargura
- ¡¿Sabias que la misma frase solo tiene gracia una vez?!- grito ella molesta cuando Sano comenzó a alejarse con su prima que no hacía el mínimo esfuerzo por evitarlo. Sano se encogió de hombros simplemente.
- Oh cierto- dijo Magdalia soltándose del agarre de Sano para ir hasta su prima. Megumi se relajo sin entender porque se había sentido tan tensa hacia un segundo- Ya me decidí Megumi-chan, voy para Tokio con ustedes a final de semana- dijo sonriendo suavemente
Megumi la vio con cierto alivio y Sano no entendió el porque- Me alegro, es lo mejor-
- Hai- Magdalia sonrió suavemente
- ¿Y por que vas a viajar a Tokio?- pregunto Sanosuke curiosamente.
- hum… tengo que hacer algunas diligencias- dijo ella distraídamente mientras sacaba el puñuelo blanco de su bolsillo y lo arrugaba nerviosamente.
- Ya veo- murmuro Sano y un gruñido de su estomago resonó en la calle.
- Tienes hambre ¿ne?- sonrió Magdalia y Sano le sonrió apenadamente, un tinte rosa colorando sus mejillas.
Megumi hizo el mayor de los esfuerzos por ocultar su sonrisa pero es que se veía tan… tan… ¿lindo? Ella frunció el ceño a ese pensamiento ¡Estaba pasando mucho tiempo escuchando las cursilerías de Kaoru y ya se le estaban pegando! ¿Desde cuando Sanosuke Sagara era lindo? Atractivo puede ser, sexy puede ser ¡¿Pero lindo?! Kami-sama algo le estaba pasando a su mente…
- Si quieres puedes venir a casa a almorzar- le dijo Magdalia al muchacho, viendo su reloj- Aunque ya es algo tarde-
- No importa, sería bueno algo diferente porque creo que hoy le toca cocinar a Kaoru- dijo Megumi quitándole las palabras de la boca a Sanosuke
- ¿Y quien te invito a ti?- le pregunto Sanosuke de mala gana
- Oh no Sanosuke claro que también estaba invitando a Megumi-chan- dijo Magdalia sonriendo con nerviosismo a la mirada extraña que Megumi tenía.
- Vamos entonces- dijo esta sonriendo con cierta falsedad mientras se alejaba seguida por Magdalia. Sanosuke la miro y se encogió de hombros siguiendo a ambas muchachas.
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El resto de la semana paso en un suspiro y antes de darse cuenta todos estaban empacando sus cosas para volver a Tokio… para pasar otras diez horas dentro de un automóvil…
Kaoru suspiro suavemente y acomodo un mechón negro perdido detrás de su oreja, los pendientes hechos con escama de pez en forma de estrellas se movieron con gracia en sus orejas. Kenshin se los había regalado la noche anterior en un bazar.
Habían sido unas bonitas vacaciones, pensó Kaoru con una sonrisa algo nostálgica, la había pasado bien y había sido un cambio agradable de las responsabilidades que normalmente tenía que afrontar.
- ¡Mira Kaoru-neesan!- Misao entro por la puerta alegremente, balanceando un amuleto que seguramente provenía del templo – Soujiro-kun me lo regalo, dijo que me dará suerte para mi examen de admisión ¿no es lindo? Por cierto, Anshin-sama dijo que como sabe que lo más probable es que no vuelvas a ir al templo, lo llames si tienes alguna duda sobre lo que hablaron- dijo Misao hablando rápidamente- ¿Qué hablaron?
- ¡Mou Misao! Nada importante- Kaoru doblo una de sus blusas rosas y la guardo pulcramente en su maleta pensando que no quería hablar por ahora con el monje anciano, de seguro sacaría nuevamente el tema de las reencarnaciones y ella no tenía la más mínima intención de pensar en eso por ahora -¿Ya empacaste todo? Kenshin dijo que nos vamos antes de la tarde-
- Iie, pero luego lo hago. ¿Sabes que?- pregunto Misao viéndola con los ojos brillantes de la emoción, parecía como si guardará el secreto del nacimiento del mundo
- ¿Qué?- pregunto Kaoru balanceando la cabeza hacía un lado para ver que más le faltaba por guardar
- ¡Aoshi-sama dijo que me ayudaría a estudiar para el examen de admisión de la universidad! ¡¡¿No es genial?!!- Misao dio varios saltitos de alegría tirando al suelo algunas camisas de Kaoru
- Si genial Misao pero deja de tirar las cosas- dijo Kaoru con un tono aburrido y rodando sus ojos
- Diablos- murmuro Misao viéndose en el espejo que estaba colgado en la habitación, tenía el rostro y los hombros tan rojos que podría imitar a la perfección a una langosta viva- ¿Tienes crema neechan?-
-Si, allí está- dijo Kaoru señalando el frasco de plástico en la mesa de noche, Misao lo agarro y comenzó a pasar la crema blanca sobre su rostro haciendo una mueca de dolor cuando la sustancia cremosa y fría hizo contacto con su piel caliente.
Los próximos quince minutos Kaoru tuvo que aguantar la perorata agitada de Misao, que le contaba la facilidad que tenía Aoshi para hacer origamis de papel y lo linda que era la grulla que él le había regalado. En voz de Misao sonaba como si hubiese sido un regalo romántico pero Kaoru, que había estado presente sabía que Aoshi solo se lo había dado porque los ojos de su hermana se habían convertido en faroles de tanto que brillaban al ver la figura.
- Misao ¿Por qué no sigues el ejemplo de tus hermanas mayores y terminas de guardar tus cosas?- dijo Kaoru en un tono que demostraba su cansancio de tanto oírla
Misao hizo una mueca de molestia por ser interrumpida – Pero Megumi aun no ha hecho nada- dijo Misao abriendo la ventana
- ¿nani?- los ojos de Kaoru se agrandaron un poco
- Hai. Tiene media hora enfurruñada en el sofá de la sala maldiciendo a Sanosuke- ella sonrió ligeramente- Si sigue así no dudo que encontremos al cabeza de pollo muerto en una alcantarilla
- ¿nani? ¿Dónde esta Sano?- pregunto Kaoru chasqueando la lengua
- Creo que fue a ayudar a Magdalia con su equipaje- respondió la muchacha aplicando más crema sobre su nariz
- Ya veo- Kaoru rodó sus ojos, ahora entendía el supuesto mal humor de su hermana mayor. Sanosuke y Magdalia parecían haberse hecho muy buenos amigos con el transcurso de la semana y por alguna razón a Megumi le molestaba. Era obvio para todos menos para ella y tal vez para Sanosuke que lo que tenían eran celos, pero tampoco hacía nada para evitarlos.
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Sano acaricio con desgana a Notaro mientras el perro veía al igual que el muchacho, a la joven de cabello castaño que escribía una carta, ambos tenían la misma expresión de aburrimiento en la cara. A un lado de la puerta había dos maletas rojas y grandes esperando a que Sanosuke las cargara.
- ¿Te falta mucho? Ya llevas más de diez minutos escribiendo eso- Sanosuke se movió de su silla para ver de frente a Magdalia, ella tenía el cabello suelto y sobre su cabeza un sombrero bastante grande de color rosa, el vestido blanco y fresco que llevaba la hacía ver como una niña de secundaría según Sanosuke, pero aun así se veía bien.
- Iie. Ya terminé- ella doblo el papel blanco por la mitad- Y si me tardé es porque la carta es para mi hermano-
- ¿Y eso que tiene que ver?- dijo Sano distraídamente mientras agarraba una manzana del frutero y la balanceaba
- No conoces a Shogo- dijo ella escribiendo algo más- Es demasiado sobre protector, cuando vea que no estoy en casa pondrá el grito en el cielo, no quiero llamarlo porque se que no me dejará ir así que prefiero dejarle una carta, aunque se que apenas la lea irá a Tokio a buscarme. Bueno listo, vamos- dijo dejando la carta sobre la mesa.
Sano la agarró y la vio, estaba escrita con una impecable y hermosa letra cursiva que decía:
Para Shogo
Sayo
- ¿Quién es Sayo?- pregunto Sanosuke extrañado levantando la carta para verla mejor
- ¿hum?- Magdalia se dio vuelta para verlo y un tinte colorado lleno sus mejillas- ¡Oye! ¿Alguna vez te han dicho que eres muy chismoso? Te gusta revisar la correspondencia de los demás ¿ne?
- Como sea- él se encogió de hombros- ¿Quién es Sayo?
Ella suspiro derrotada- Soy yo. Es mi nombre real- aclaró al ver la mirada confusa de Sano, pero esta no desaparecería hasta que se lo explicara bien- Magdalia es mi nombre cristiano, soy cristiana por si no te habías dado cuenta-
- ¿Y porque escogiste ese nombre?- pregunto Sanosuke, claro que él se había dado cuenta que ella era cristiana, no solo por su nombre si no porque ella solía mencionar mucho a 'Dios' cuando hablaba.
- Me gusta, al parecer hace años existió una cristiana en esta parte de Nagasaki con ese nombre, es una historia larga y confusa, me la contaron cuando era muy pequeña y me gusto, así que decidí tomar ese nombre como mío- le explico ella
- Pues Sayo no está mal- dijo Sano poniendo la carta sobre la mesa
- Mi hermano es el único que puede llamarme así- dijo ella frunciendo el ceño
- A mi me gusta- Sano se encogió de hombros y camino hasta agarrar ambas maletas- ¿Nos vamos?-
Una muy sonrojada Magdalia asintió con la cabeza, agarro su bolso y lo siguió- Pero primero tenemos que dejar a Notaro en casa de Naru-san- dijo ella y el perro la siguió a la mención de su nombre.
- Si claro- dijo Sano viendo de soslayo al perro. Lo extrañaría.
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- ¿Y se supone que siete personas van a caber allí no?- pregunto con algo de sarcasmo Kenshin viendo su camioneta que estaba abarrotada de bolsos y maletas y en la que a lo mucho cuatro personas podrían viajar ahora.
- Si eso se supone y yo voy delante- dijo Kaoru subiéndose a la camioneta antes que nadie, no quería ir detrás, apretujada y con Megumi y su mal humor, que aunque ella no hubiese pronunciado palabra en toda la mañana su aura se sentía que explotaría en cualquier momento. Ella le había echado la culpa a su día del mes pero…
- Yo conduzco- dijo estoicamente Aoshi subiendo al volante.
- Bueno- Kenshin agito su cabeza suavemente. Se notaba la tristeza por el fin de sus pequeñas vacaciones en todos, el mismo no había querido que llegara este día, la sola idea de volver a estar encerrado en la oficina leyendo papeles y firmando contratos le revolvía el estómago. Aunque no habían sido exactamente sus perfectas vacaciones con Kaoru como las había planeado, no había salido tan mal al final. Con la excepción clara de Sanosuke y su retomado vicio al cigarro y Megumi con su humor de mil demonios.
Todos entraron en el automóvil, Sanosuke en la ventana derecha con Misao a un lado que refunfuñaba porque Kaoru estaba cómoda enfrente, Kenshin estaba entre Magdalia y Megumi sintiendo el contraste de las emociones de ambas muchachas.
Pronto comenzaron a alejarse de la casa playera y un suspiro abandono los labios de todos.
- Aoshi ¿puedes prender el aire de una vez?- dijo Megumi con un tono molesto en la voz- Aquí atrás esta hirviendo, aunque con Ken-san a mi lado eso era obvio
- ¡Onnesan!- dijo Kaoru volteándose escandalizada y molesta, Sanosuke también se le quedo viendo y Kenshin murmuro un 'oro' mientras su piel se enrojecía, Misao la miró de forma incrédula ¿No estaba de mal humor pues? Y Magdalia se sonrojo suavemente; Aoshi por su parte la ignoro.
- ¡Hohoho!- Megumi rió burlescamente- ¿Y que quieres? No puedo evitarlo-
- hum… Aoshi detente aquí un momento- le pidió Kaoru cuando pasaron por una gasolinera
- ¡Oh no de nuevo Jou-chan! ¡Aprende a controlar tu vejiga!- le dijo Sanosuke
- ¡Cállate!- le espetó esta- ¡Solo voy a comprar agua!
- Pero aquí hay- dijo Misa levantando el envase de plástico, pero Kaoru ya había salido del automóvil, Kenshin la siguió momentos después.
TODO había estado calculado en la mente de Megumi ¡Como si no conociera a la pequeña Kaoru! Ella era tan predecible, un comentario o dos y su hermana no aguantaría las ganas para cambiar de puestos debido a los celos. Obviamente así fue, Kaoru se sentó junto a Kenshin detrás dejándole a Megumi el cómodo puesto delantero.
- Zorra astuta- murmuro bajo su respiración Sanosuke, recibiendo una sonrisa arrogante y ácida de la casi doctora.
Los minutos pronto se convirtieron en horas interminables y cansadas que cambiaron radicalmente cuando Sanosuke tomo el volante.
Los gritos histéricos de Megumi no habían sido algo normal.
En diez minutos Sanosuke había adelantado casi media hora y el corazón Megumi pegaba tanto en su pecho que prácticamente se oía el retumbo en todo el automóvil.
- ¡¿Qué demonios tienes por cerebro idiota?!- le grito Megumi histérica cuando Sano redujo la velocidad por un enorme camión que tenía enfrente- ¡¿Acaso quieres matarnos a todos?!
- ¡Ya cállate!- le grito él- ¡La única forma en que podríamos morir es si manejaras tu!
Golpe en el orgullo.
Megumi lo miró fríamente por un momento corto pero para Sano fue como si le clavara una daga de hielo en la mitad de la cabeza. Luego de un rato de silencio tenso por parte de todos Sanosuke se aburrió de conducir y se orillo cerca de una esquina dejando que Kenshin manejara.
Megumi comenzó a mirar por la ventana el paisaje rupestre que a medida que pasaban los minutos tomaba un tono más oscuro, ahora que Kenshin estaba manejando como alguien que si había aprobado el examen de conducir podía pensar con tranquilidad.
¿Qué le había pasado estos últimos días? Megumi estaba completamente conciente que su mal humor ni era normal ni era culpa de su periodo como ella misma había dicho. Si no que era culpa de alguien con nombre y apellido y eso era lo que más rabia le daba. ¿Cómo podía rebajarse a sentirse mal por culpa de Sanosuke? ¿Por qué dejaba que su amistad con Magdalia le afectará tanto? Ellos eran amigos… él y ella misma tenían una rara amistad. Nada más. Y aun así le molestaba que él le sonriera a su prima de esa forma tan especial, le molestaba que él prefiriera su compañía… bueno en eso no se podía quejar tanto porque ha veces él simplemente era insoportable y ella no quería ni verlo, pero otras…
¡No podía pasarle a ella! ¿Acaso estaba necesitando de la compañía del cabeza de pollo? ¿Qué le daba él? Solo malos ratos y dolores de cabeza… y apoyo, compañía y alegría… ¿alegría?
¿Ella se alegraba al verlo?
Si… tenía que admitirlo a veces le alegraba verlo, a veces cuando lo veía su pecho gritaba cosas que el orgullo no dejaba salir de su boca y eso la preocupada.
¡Dios la angustiaba!
¿Por qué se sentía mal cuando sus miradas no eran para ella? ¿Por qué últimamente sus insultos le molestaban hasta llegar a un punto doloroso cuando ellos eran los que le daban sentido a su relación?
¿Acaso quería que él la mirara con otros ojos? Con esos ojos de deseo y cariño que aparecían cada vez que compartían un beso ¿acaso extrañaba sus besos?
Megumi volteó a verlo por el rabillo del ojo simulando que veía algo en su hombro, Sanosuke le estaba dando vueltas a su encendedor ociosamente, sus ojos veían al objeto con aburrimiento y le dirigió una mirada entre incrédula y exasperada a Misao que no dejaba de hablar sobre los bonitos pendientes y collares que un artesano había estado vendiendo en el bazar.
Y cuando él se dio cuenta del escrutinio de Megumi, la miró fijamente y aunque fue solo por un segundo ella estuvo segura de que sus ojos brillaron de esa única forma que hacía que su corazón de repente latiera más rápido de lo que era médicamente normal. Justo como ahora.
Aparto la vista con rapidez sintiéndose algo mareada de repente.
¿Acaso estaba teniendo un ataque de taquicardia?
No…
Y de repente algo más fuerte la golpeo tan duro en su mente que no pudo evitar abrir la boca en un grito mudo y enterrar sus manos en su cabello frustradamente.
No era ninguna enfermedad física lo que tenía, si no algo mucho peor…
Ella… ella en realidad se estaba enamorando de Sanosuke.
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Serían aproximadamente las diez de la noche cuando llegaron a Tokio, específicamente a la casa de las Kamiya todos cansados, hambrientos y de un humor bastante sucio.
Megumi fue la primera en salir del automóvil y abrir la puerta de su casa con tanta rapidez que asusto a la mayoría.
- ¿Y quien va a cargar sus maletas?- pregunto Sanosuke señalando las dos grandes maletas negras de la ácida mujer, aun no entendía porque todas llevaban tanto equipaje cuando él con un solo bolso estaba bien. Todos apartaron la vista y siguieron haciendo sus cosas, Sanosuke maldijo entre dientes.
Entró tambaleándose a la casa de las muchachas con cuatro maletas a cuestas, una en cada mano y sobre cada hombro.
- Arigato gozaimazu Sanosuke- Magdalia le sonrió suavemente al muchacho cuando él descargo en el suelo sus maletas y las de Megumi. Sano le correspondido la sonrisa un poco forzadamente mientras doblaba su muñeca, ¡diablos como pesaban esas cosas! Pero después de todo no iba a dejar que Magdalia cargara esas maletas tan pesadas en su estado y no tenía ganas de escuchar los gritos de Megumi por haber dejado su equipaje olvidado.
Kaoru suspiro cuando entro finalmente a su casa, estaba todo limpio y ordenado tal como lo habían dejado y no se oían voces así que lo más probable es que Ayame y Suzume estuviesen con su tía Tae aun.
- Muchas gracias Kenshin- Kaoru abrazo al pelirrojo por el cuello sorprendiéndolo pero ganándose una sonrisa suave- la pase muy bien, fue un descanso agradable
- Hai, me alegro que hayas ido conmigo- dijo él besándola suavemente
- Voy a vomitar- murmuro Sanosuke- Te espero en el automóvil- le dijo a Kenshin- Adiós Jou-chan, adiós Magdalia- la castaña se despidió con un gesto dulce de su mano
- Mou, que pesado- murmuro Kaoru frunciendo el ceño, aun sin soltar sus sostenimiento del cuello de Kenshin -¡Oi recuerda que tienes que venir temprano mañana!
Se escucharon algunas maldiciones por parte del muchacho que ya había salido de la casa.
- ¡Arigatou Aoshi-sama!- dijo alegremente Misao entrando, seguido estaba Aoshi cargando su maleta rosada. Él murmuro algo que sonó a 'bien' aunque Misao no estaba segura.
- Konbanwa- le dijo Kaoru al pelirrojo dándole un beso en la mejilla – Y llámame-
- Lo haré- le dijo este suavemente no queriéndose ir en verdad, pero al no encontrar ninguna excusa para quedarse no le quedo otro remedio que irse seguido de Aoshi. Kaoru los acompaño hasta la puerta y espero a que su camioneta se perdiera en la oscuridad de la calle antes de volver a entrar a su casa suspirando.
Sus lindas vacaciones habían terminado dejándole un lindo recuerdo y un atractivo bronceado lastima que ya habían acabado y que su vida regresaba a la normalidad… con todos sus problemas.
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Notas de la autora:
Sinceramente no me gusto mucho este capitulo, fue más que todo un capitulo de transición sin mucha relevancia a excepción de lo que pensó Megumi, en verdad me gusto escribir esa parte :p
Lamento la tardanza pero este capitulo en realidad me costo muchísimo, estaba muy bloqueada y con los ánimos no muy altos pero no se preocupen que el próximo no saldrá tan tarde.
Espero que me dejen un mensaje de todas formas y aunque no quede satisfecha con el capitulo espero que ustedes si ¡Gracias por todos sus reviews!
Y espero que hayan pasado unas felices fiestas y que pasen un Feliz año nuevo!!
Asumi: muchas gracias!! Pues si lo que dijo el monje es importante, solo que Kaoru no le presto mucha atención. Jaja de verdad que Magdalia no es mala ni tiene malas intenciones, aunque puedo asegurar que más de una persona quiso matarla en este capitulo :p pues espero que te haya gustado este!
Chi2: ¡Gracias por tu mensaje! Si bueno este capitulo no estuvo muy largo, pero es que el bloqueo fue grande, esperanzadamente el próximo saldrá más rápido y más largo.
Megumi Sagara1: jaja muchas gracias, de verdad aprecio tus palabras. Pues que raro que no te llegara mi email, y siento no haber podido leer tu historia aun pero es que no tengo nada de tiempo, pero de este año no pasa a que la lea ^^
Kaoru86 Kamiya: jeje pues me alegra que te haya gustado a sido uno de los capítulos que mas disfrute escribir a diferencia de este ¬¬ y no te preocupes no me tardare tanto. ¡Gracias!
Gaby: Bueno pues por ahora Kenshin no recordará mucho, pero si Kaoru y lo demás pues ya veremos :p gracias por tu mensaje!!
Megumi014: u_u si lo siento tampoco me gusto eso por parte de Sano pero no creo que le dure mucho, y como que aun no hacen las paces y lo dudo un poco ahora que Megumi hizo su gran descubrimiento.
Roxy: jaja bueno me alegra que te guste y por cierto ¡Gracias por tu regalo de navidad! Y lo del proyecto pronto…
Mer: ^^ me alegra y por cierto espero que continúes con tu historia que me encanta, aunque casi nunca tengo tiempo de leerla
Kissing-Ligh:¡Gracias!
Dani: Muchas gracias me halagas ^^ Pues si al final todo se solucionara ya sea para bien o para mal, por ahora Sano y Megumi están como que algo confundidos y bueno ya veremos que pasa con Aoshi y Misao-chan. Y si claro que Kaoru se enterara y tal vez sea más pronto de lo que todos creen. ¡Gracias por todo!
Demi-san: Oh bueno lo del vinagre y los pimentones es una mezcla que se hace para limpiar el bronce, es ahorrativa y útil ^^ Y acertaste algunas cosas. Lastimas que vayas a estar sin internet ;_;
Justary: Lamento la tardanza pero aquí esta el capitulo ¡Gracias!
Ai8: ^^ otro capitulo de relleno, lo siento pero espero que te guste igual :P
Aska Ishida: Pues pronto vendrá lo que tengo preparado para A/M espero que te guste y gracias!!
Lunascorpio: jaja muchas gracias por tu mensaje!
Rurouni-andrea: Gracias gracias!!!
Sumire-chan: :p espero no haberte decepcionado mucho con este capitulo y gracias por tu apoyo!
Ale: Bueno la aparición de Soujiro no creo que pase de allí solo como un amigo de la infancia de Misao. Y lo de Sano pues no puede negar que siente atracción hacia Magdalia pero esta más ligado al hecho de que él sabe la verdad sobre su enfermedad y le preocupa, además que de alguna u otra forma se siente responsable de ella y eso es por el recuerdo de su vida pasada que no sabe que tiene, bueno ya creo que te enrede :P gracias!!
Hitokiri Lady: ¡Gracias! Se que andas muy ocupa y todo, te entiendo porque ando igual pero espero que pronto actualices tu historias de los vampiros ^^ me encanta.
Ady: Gracias!!
Midori: Muchas gracias por todo!! Si bueno no creo que tarde mucho para llegar el final.
Gracias por todo!!!!
Kary
Ja ne
