Nota previa: Para entender de mejor forma esta historia es recomendable leer primero el one short de "Es una promesa". Arigatou
Promesas pasadas
Por Kary
Capitulo XXII:
Entre artículos y dudas
El calor en Tokio comenzó a desvanecerse cuando el verano emprendió su partida para darle paso al otoño a comienzos de septiembre.
El clima se había vuelto agradable y fresco, con suaves vientos y un cielo azul con alguna que otra nube blanca mientras las hojas comenzaban a caer, un ambiente perfecto para todos.
Las calles estaban repletas de gente, en menos de una semana las clases darían comienzo nuevamente y se podía ver a las jovencitas de secundaria ir de un lado a otro emocionadas y disfrutando de los últimos días de vacaciones en los parques, cines y centros comerciales.
Kaoru observó embelezada la vidriera de dulces coloridos y chocolates de diferentes formas y tamaños pensando en cuales compraría mientras Kenshin terminaba de comprar las entradas. Él la había invitado a salir y luego de un rico almuerzo en un elegante restaurante habían ido al cine, hacia semanas que no salían juntos y compartir un rato solos era muy agradable.
- Ya compré las entradas Kaoru- dijo Kenshin cuando llego ha donde estaba su novia viendo los dulces – Compré para la película de The Last Samurai-
- Genial. Palomitas saladas ¿ne? – Kaoru le dijo más de una forma afirmativa que interrogativa
- Hai- sonrió Kenshin- ¡Oro! ¿Vas a comprar todo eso Kaoru?- los ojos de Kenshin se agrandaron cuando vio la cantidad de chocolates y caramelos que habían en el contador
- Hai- dijo ella sonriéndole abiertamente- ¡Mira esos chocolates Kenshin! ¡Tienen maní! ¡Adoro el chocolate con maní!
Kenshin sonrió suavemente mientras ella le pedía los dulces a la muchacha de la tienda de dulces del cine. Kaoru estaba tan bonita como siempre, su cabello azabache y brillante estaba en una cola alta atado con una gruesa cinta azul, tenía una camisa celeste de tiras y una falda corta al estilo escocés de un azul oscuro y con las líneas de azul claro, ella también tenía una chaqueta negra en la mano. Kenshin volvió a verla sabiendo a la perfección que tenía una sonrisa estúpida en la cara, después de estar días sin verla y teniendo solo el consuelo de su voz por el teléfono era difícil no tenerla.
Un leve sonido lo saco de sus pensamientos y Kenshin volteó hacia los lados tratando de saber de donde venía, solo se encontró con la muchedumbre de personas que hacían cola para entrar al cine y comprar los dulces.
- Youshi! Iku* - dijo alegremente Kaoru sacando a Kenshin de la catalepsia momentánea, ella le sonrió y le dio algunos dulces y papas para que cargara mientras ella cargaba los refrescos y otros dulces; cuando la vio sonreír Kenshin olvido por completo lo que le había llamado la atención. (*¡Vamos!)
Animadamente ambos entraron a ver la película sin ningún tipo de preocupación.
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Misao suspiró, no sabía si era un suspiro de felicidad, de anhelo o de aburrimiento. Podía escuchar en la radio como la reportera contaba con emoción como los centros comerciales estaban repletos de personas y las calles llenas de jóvenes entusiastas que disfrutaban de los últimos días de vacaciones, últimos días que ella había gastado encerrada en su casa nada más y nada menos que estudiando.
¡¿Quién estudia en vacaciones?!
Nadie. Solo ella porque a final de semana presentaba el examen de admisión para la Universidad de Tokio, en solo siete días presentaría la prueba que definiría gran parte de su futuro, si la pasaba entonces sería toda una universitaria y si no solo sería una pobre rurouni*.
Pero había un lado bueno, un lado muy bueno si le preguntaban a ella porque Aoshi la había estado ayudando a estudiar desde hacia un par de semanas y Misao estaba tan feliz que no cabía en si.
Aoshi era un buen maestro, solía como él mismo hablar claramente he ir al punto exacto sin dar muchas vueltas pero así mismo explicaba todo de una forma completamente entendible. Incluso biología (que era una de las peores materias según Misao) había cobrado significado en los labios del joven de ojos índigo, a ella las matemáticas nunca le habían resultado difíciles e incluso le gustaban- no moría por ellas- pero no las odiaba tanto como Kaoru, que si estuviera en sus manos ya las habría borrado de la faz de la tierra. El resto de las materias tampoco eran tan difíciles, tenía que admitir que después de Megumi ella era la que había acumulado un mayor promedio por eso no se preocupaba tanto.
Gracias a eso no se quejaba por tener que estar estudiando en vez de ir al cine como Kaoru o a las ferias como Magdalia y Megumi, ni siquiera se quejaba cuando sus amigas de secundaria la invitaban a salir y ella tenía que rechazar sus invitaciones, por la simple razón de que estar en la misma habitación que Aoshi por más de una hora lo recompensaba absolutamente todo.
Miró el reloj que daba cinco para las cuatro de la tarde y luego se asomo por la ventana de su habitación que daba en dirección a la calle, algunas personas transitaban de un lado para otro sumergidos en su propio mundo mientras los automóviles de diferentes colores se mezclaban en el paisaje, y como en todos los últimos días el automóvil de Aoshi Shinomori se estaciono frente a su casa a las cinco en punto de la tarde. Ella nunca en su vida sería así de puntual.
Bajó los escalones de dos en dos provocando que el sonido sordo de sus pasos en la madera hiciese eco en la casa vacía y solitaria, con una sonrisa abrió la puerta antes de que el timbre incluso sonara. Un Aoshi con expresión estoica fue lo que encontró parado en el umbral de su puerta, él ya no se molestaba en tocar el timbre porque Misao solía tener la manía de abrirle antes de que lo hiciera.
- ¡Konichiwa Aoshi-sama!- dijo alegremente Misao como todos los días dejando entrar al muchacho alto.
- Konichiwa Misao- dijo él tan secamente como los otros días, bajo su brazo cargaba un par de libros de aspecto terrible por lo grueso que eran, tenían la tapa azul y el titulo en unas diminutas letras doradas, pero Misao no se preocupo en leerlas.
Misao corrió suavemente el shoji que tenía dibujado unos enormes pétalos de sakura para que ambos pudieran entrar a una de las habitaciones más solitarias y alejadas de la casa, pero también una de las más iluminadas de allí por la enorme puerta de cristal que daba al jardín y dejaba entrar la luz del sol cuando las cortinas grises estaban abiertas. Era un estudió, lleno y repleto de estantes con libros de todos los tamaños y colores que le daba un aspecto más pequeño a la habitación, en el centro había una mesa baja de madera y dos almohadas grandes. Esa habitación había pertenecido al padre de las muchachas y todas ellas solían estudiar allí cuando el examen era importante o muy difícil, por la simple razón de que ese cuarto tenía un aura tranquilizante y calmada que ayudaba a la concentración.
Misao la había utilizado los últimos días y tenía suerte de que Kaoru no había tenido tiempo de entrar porque si no le hubiese dado un ataque cardiaco al ver el estado en que se encontraba su querido centro de concentración: el tami normalmente limpio y espacioso estaba repleto de papeles (la mayoría arrugados y escritos con corazones y alguno que otro 'Aoshi y Misao') los libros estaban desordenados y amontonados en el suelo y la mesa, algunos abiertos y otros medio cerrados, algunos tenían las páginas dobladas y otros estaban marcados con resaltador fluorescente.
Definitivamente Kaoru se moriría al instante si viera el estado de la habitación.
- De acuerdo ¿en que quedamos ayer?- pregunto Aoshi sentándose sobre uno de los cojines, Misao salto alegremente y se sentó en el otro que estaba a su lado
- Creo que ya terminamos de ver el año 1866, hoy comenzamos con la Era Meiji- dijo Misao embotadamente, buscando el enorme libro de historia que había utilizado el día anterior, cuando lo encontró (enterrado bajo una tonelada de papeles y lápices) comenzó a leerlo en voz alta.
- "Bakumatsu no Douran" el fin del Edo Bakufu, comenzó. Los japoneses temían que su independencia nacional se viera amenazada por Estados Unidos y Europa, muchas provincias japonesas tampoco quisieron forasteros en su país, así que decidieron dispararle a los buques para que se fueran. La primera provincia en hacerlo fue Choushuuhan. Sin embargo al Edo Bakufu no le gustó esta acción independiente y envió soldados a Kyoto, el centro de Choushuuhan. Allí se peleo una batalla que termino con miles de personas en Kyoto, que perdieron sus vidas y sus hogares. A los habitantes de Choushuuhan no les gustó el tratamiento que recibieron del Edo Bakufu y pensaron que este seria débil a la presión que los estadounidenses y/u otros países aplicaban al Japón. Así que Choushuuhan se unió con otras provincias que pensaban de la misma manera y formaron el Meiji Ishin. Este estaba encabezado por tres hombres, Nakaoka Shintarou, Sakatomo Ryouma y Ookubo Toshimichi. El Meiji Ishin viendo la necesidad de protegerse a si mismos reclutaron espadachines para su protección a los que se les llamo el Ishinshishi. El gobierno Meiji se estableció en 1868.
Muchas batallas sangrientas se libraron entre el Shinsengumi y el Ishinshishi (defensores de Shogun y del lema "Aku, Soku, Zan") muchos grupos ninjas que quedaron en el anonimato y el absoluto secreto a pesar del tiempo, ellos también formaron parte de esta guerra siguiendo sus propios ideales, algunos apoyaban al gobierno pero otros no…" – terminó Misao su lectura levantando los ojos del libro y viendo a Aoshi que la había escuchado al parecer atentamente – Eso no lo sabía-
- Si, existieron diferentes grupos ninjas pero la mayoría trabajaba en secreto por lo que hoy en día son muy pocos los que se conocen o se recuerdan, además de que la mayoría de ellos fueron asesinados y toda la evidencia de su existencia fue destruida- dijo Aoshi con un tono de pesar ¿Cómo era posible que ese tipo de cosas quedaran enterradas y olvidadas en la historia?
- Que mal – dijo Misao frunciendo el ceño- Sería interesante saber de ellos, me imagino todas las cosas por las que tenían que pasar en su entrenamiento, de pequeña yo quería estudiar Ninjutsu pero mi padre nunca me dejo- sonrió con algo de nostalgia- Decía que no quería que su hija fuese una Kunoichi** así que lo más cercano que pude practicar a eso fue gimnasia y karate-
- Ya veo- dijo Aoshi abriendo otro de los libros y hablando casi distraídamente- Yo si practique Ninjutsu por varios años-
- ¿De verdad?- pregunto Misao incrédula por un segundo- ¡Sugoi!- gritó, sus ojos resplandecían con admiración, mucha más de la que ya normalmente se le veía cuando estaba cerca de Aoshi
Aoshi la vio fijamente algo confundido por la mirada y la alegría de Misao, esa eran las cosas que nunca dejarían de sorprenderlo acerca de la muchacha: la forma en que se emocionaba por pequeñeces y cosas simples y la manera en que sus ojos brillaban casi de la misma forma que el sol.
- ¡Me dijeron que en la universidad de Tokio hay un equipo de Ninjutsu! ¡Si entro formare parte de él!- dijo Misao con una mirada decidida en sus ojos.
- Si lo hay- dijo Aoshi sintiendo una sonrisa formarse en su mente, él habría pertenecido a ese equipo si hubiese estudiado en Japón, después de todo había tenido el cupo libre y a su disposición.
- Entonces tengo que estudiar más- dijo Misao tomando su lápiz y comenzando a anotar lo que veía que era más importante de los libros de texto.
Aoshi la vio de reojo como escribía y releía los libros mientras él buscaba algo en los libros. No le había molestado cuando ella le había pedido que la ayudara a estudiar, al contrario. Era extraña esa responsabilidad que sentía por ella y lo que le pasará ¿Acaso la veía como una hermana menor? Tal vez si… pero tal vez no.
No, no la veía como una hermana menor pero si la quería proteger de todo, y a veces sentía la necesidad de encerrarla en una caja de cristal para alejar su inocencia de todos los males del mundo, pero también sentía la necesidad de estar con ella.
¿Estar con ella?
Si, le gustaba su compañía aunque a veces lo mareara, le gustaba escuchar su voz y sus relatos sobre cualquier cosa, le gustaba ver la mirada de admiración inocente y cariño en sus ojos cuando lo miraba. Muy diferente a la mirada que la mayoría de las mujeres siempre le habían dirigido.
Y siempre, siempre quería que sonriera. Era extraño y casi imposible imaginársela sin la sonrisa alegre plasmada en sus labios.
Misao trato de concentrase en un párrafo que hablaba en especial sobre el Shinsengumi y se encontró con que no le interesaba en lo más mínimo, porque su mente estaba demasiado ocupada pensando sobre lo que debió haber sido la vida de los ninjas cuando aun eran tan importantes en la sociedad como los samurais.
Miró a Aoshi por el rabillo del ojo y se dio cuenta que no le era para nada difícil imaginarlo con uno de esos trajes de ninjas que lucían los libros de textos.
Incluso se vería sexy con ellos, y con una gabardina blanca. Sip, así se vería perfecto; no es que ahora no se viera sensacionalmente bien, sino que era muy cómodo imaginarlo con otro tipo de ropa tal vez algo más rara.
¿Pero con que no se veía bien Aoshi?
Todo le encajaba a la perfección. Él era perfecto, solo si sonriera más seguido…
Y e repente pasó. Pasó así, sin previo aviso, sin darle una oportunidad a Misao para preparase: Aoshi sonrió.
Parecía estar pensando en algo agradable porque sus ojos estaban perdidos en las páginas del libro pero a leguas se notaba que no estaba leyendo.
Y ahora si que era completamente perfecto.
Misao sonrió grandemente al mismo tiempo que el corazón comenzó a bombearle con más fuerza en la pura emoción de verlo sonreír pero…
- ¿Por qué sonríe?- preguntó ella suavemente sin darse cuenta, pero se arrepintió de inmediato porque la sonrisa se borró al instante de los labios de Aoshi como si nunca hubiera estado allí en primer lugar- ¡No! No deje de hacerlo- dijo ella rápidamente apartando las ganas de golpearse contra las mesas por su estupidez.
Aoshi la vio fijamente y Misao se ruborizo- Digo… que no deje de sonreír- balbuceó ella torpemente mirando sus manos por un segundo antes de verlo a él y a sus labios curvados levemente hacia arriba.
Y el corazón le volvió a latir tan fuertemente que le dolía, pero no era desagradable todo lo contrario y en un impulso, uno de esos impulsos que siempre le hacían meter la pata y arrepentirse hasta más no poder, Misao se lanzó a los brazos de un sorprendido Aoshi y le planto un emocionado beso en la mejilla… muy cerca de los labios.
Pero se separo al instante sentándose como tabla rígida nuevamente, con el rostro tan colorado como un ají y los ojos tan abiertos como platos por su impertinencia mientras que su cerebro parecía haber entrado en un estado de paralización completa.
Ahora Aoshi la odiaría, pensaría lo peor de ella y no le volvería a hablar más nunca. ¡Misao tonta!
Pero Aoshi no dijo nada, simplemente volvió al libro que estaba leyendo hacia unos minutos.
Pero sus ojos nunca le prestaron atención a las palabras que estaban escritas, es más ni siquiera se movieron del titulo.
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La mañana siguiente había amanecido muy soleada al igual que los días anteriores y Kenshin lo único que podía hacer era maldecir su suerte por tener que estar encerrado en su oficina.
Observo el reloj que estaba en una de las paredes y bostezo con cansancio mientras buscaba a tientas su café en el escritorio.
- Buenos días Himura-san- lo saludo su rubia secretaria cuando entró a su oficina cargando una pila de papeles y carpetas, el periódico matutino y un penecillo envuelto en un papel transparente.
- Buenos días Minako-dono- Kenshin bostezo nuevamente y la vio con ojos cansados- ¿Puedes repetirme que hago a las cinco y media de la mañana metido aquí?-
La mujer rió entre dientes dejando todo lo que cargaba sobre el escritorio y cruzándose de brazos pensativamente – Su padre necesita que haya leído y firmado cada una de estas carpetas antes de las siete de la mañana para luego ir a la reunión con el primer ministro y sus secretarios, pero no se preocupe que las organice por importancia así que no será difícil, a las dos de la tarde tiene un almuerzo importante con los segundos accionistas del banco así que hice reservaciones en "Go Gozen", le recomiendo que coma algo más que este panecillo. A las seis de la tarde tiene otra reunión con los socios de Hiten Mitsurugi and Company. Y si mis predicciones son correctas a las diez podrá llegar a casa y tomar una ducha rápida para dormir-
- ¿Qué haría sin tu ayuda?- murmuro Kenshin con la cabeza apoyada sobre el mueble negro, con una enorme expresión de fastidio.
- Probablemente nunca saldría de aquí- dijo ella riendo ligeramente
- Si, es lo más probable- murmuro Kenshin abriendo el periódico - ¿Dice algo importante?
- No se aun no lo he leído- dijo ella agitando su cabello levemente- Voy ha ayudar a Yumi con algunos informes que tiene que entregar, si me necesita solo llámeme-
Kenshin movió ligeramente la cabeza en señal de que había escuchado y comenzó a leer el periódico ligeramente como lo hacía todos los días. No había nada nuevo, lo de siempre: problemas políticos, problemas extranjeros, problemas y más problemas… todo en la vida y en el mundo era un problema, por eso siempre iba directamente a los crucigramas al final de la página.
- Hola- dijo secamente Aoshi cuando entró sin tocar a la oficina, Kenshin le dio un saludo con la mano mientras buscaba sus crucigramas -¿Por qué no has comenzado a trabajar?
- Tengo tiempo- dijo Kenshin distraídamente- Minako-dono organizó varias cosas por mi-
- ¿Si?- dijo Aoshi incrédulamente y alzando una ceja mientras se sentaba frente al pelirrojo- ¿Ya terminaste el informe que tenias que entregarme?
- ¿Oro?- murmuro Kenshin levantando la vista del periódico totalmente confundido y desorientado
Aoshi rodó sus ojos – El que no terminaste ayer porque saliste- los ojos de Kenshin se agrandaron – ¿Los balances de este mes?
- ¡Diablos!- grito Kenshin parándose de golpe y abriendo y cerrando varias gavetas a la vez buscando los informes incompletos -¡Aoshi no se donde están!-
- Si ya me di cuenta- dijo Aoshi rodando los ojos y agarrando el periódico para comenzar a leerlo mientras el pelirrojo revolvía y desordenaba por completo la oficina en busca del informe.
- Estoy seguro que lo deje por aquí, en una de estas carpetas negras… o rojas… no, creo que era la azul o tal vez la amarilla- farfullo Kenshin con la cabeza sumergida en uno de los archivadores
- Kenshin- dijo Aoshi suavemente detrás del periódico pero Kenshin no le hizo caso porque estaba muy ocupado pensando en donde estaría su informe – Kenshin Himura-
- Yo se que lo guarde cerca, con los contratos de inversiones ó creo que con los informes de cuentas… ¿será que lo puse con las cartas de sugerencias?- Kenshin se froto la frente
- Kenshin- lo llamó Aoshi con más fuerza
- ¿Nani?- preguntó Kenshin de mal humor viendo a Aoshi. Él hombre con mucha calma y tranquilidad doblo el periódico pulcramente y lo apoyo sobre el escritorio, Kenshin se le quedo viendo y el abogado señalo el articulo que había dejado a la vista.
Kenshin lo leyó una vez y sus ojos se abrieron, lo leyó otra vez y sus ojos se abrieron más lo leyó por tercera vez y vio la foto que acompañaba el no tan pequeño artículo. Un sudor frío recorrió su frente y una sola palabra abandono sus labios.
- ¡Oro!-
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Sanosuke le dio golpecitos ociosamente a la hoja aterciopelada de una de las rosas que estaba cerca del mostrador, como cosa rara no habían llegado muchos clientes a la floristería aunque había sido mejor para él ya que estaba solo.
Kaoru había salido a pagar unas cuentas y Megumi había llevado a Magdalia a una de las ferias a comprarle un par de Zori*** a su hermano, este había llegado a Tokio dos días después que ellos completamente enfadado, claro, su expresión era tan imperturbable como la de Aoshi pero su aura denotaba un muy mal humor. Magdalia solamente le había sonreído un segundo y todo su enfado había volado.
Claro que luego ella había tenido que chantajearlo para que no se la llevara de nuevo a Nagasaki, al final Shogo la había dejado quedarse solo con la condición de que lo llamará dos veces al día y que cualquier cosa le avisase al instante, a final de esa semana se había ido y todo había regresado a una extraña normalidad.
Megumi y Magdalia salían dos veces a la semana a las tres de la tarde y regresaban a las cinco, Sanosuke con su eterna curiosidad las había seguido la tercera vez que ellas habían salido y se hubiera encerrado en su habitación si hubiese sabido con lo que se iba a encontrar.
La zorra y la castaña caminaban dos calles lejos de la floristería, esperaban seis minutos a que el transporte público pasara y lo tomaban, Megumi le hacia una inclinación y Magdalia saludaba educadamente al chofer, pagaban un boleto de ida y vuelta y se sentaban en el segundo puesto de la fila derecha sin hablar mucho, allí esperaban a que el autobús recorriese cinco calles abajo y pasara tres semáforos, pasara dos avenidas cortas y doblara en una estación de gasolina, finalmente ellas se bajarían media calle hacía arriba y caminarían cuatro pasos para entrar en la clínica del doctor Gensai.
Sano las había seguido desde hacía tres semanas, viendo como ambas entraban allí con caras que no demostraban mucha emoción y esperando reunir el valor necesario para entrar y preguntarles que demonios hacían allí y que diablos era lo que estaba pasando; él siempre daba tres pasos y las puertas automáticas de la clínica se abrían dejándole la vía libre, pero siempre retrocedía y se escondía tras uno de los árboles que estaban cerca y esperaba a que ellas salieran de allí, y luego las seguía a casa por la misma ruta cuidando que nada les pasase.
Nunca tenía el valor para entrar y siempre salía con un regaño al final del día por parte de Kaoru por ser tan irresponsable y dejarla sola en la tienda.
Que patético era. Él que se las daba de bravucón y malo ahora le tenía miedo a dos mujeres y a una simple afirmación.
- ¡Konichiwa!- saludo Magdalia cuando entró haciendo sonar la campanita, Megumi la siguió entrando sin saludar
- Konichiwa- saludo Sanosuke sin dejar de golpear la hoja de la rosa
- Deja de hacer eso- le riño Megumi dándole un golpe con la mano en su mano
Sano rodó los ojos fastidiado, quitando la mano -Si, olvidaba que a la flor le van ha salir colmillos y me va ha masticar hasta dejarme hecho una masa asquerosa en su estomago
- Si- dijo Megumi con una mueca ácida- Y luego se va ha sentir tan arrepentida y nauseabunda que te va ha vomitar
Sano se encogió de hombros fastidiado – Por lo menos ya no tendré ni ojos para verte, ni oídos para escuchar tu asquerosa voz-
- Estúpido- murmuro Megumi entrando al mostrador donde él estaba. Magdalia se rió entre dientes acostumbrada a sus peleas y camino hasta la puerta que dividía la casa de la floristería y desapareció por ella llevando una bolsa roja en la mano.
Megumi se puso su delantal tranquilamente, se soltó el cabello que lo había llevado puesto en una cola y anotó en una libreta negra que estaba cerca del teléfono algo, luego disimuladamente agarro la caja de cigarros de Sanosuke que estaba sin abrir y la tiro en el cesto de basura que había al lado.
- Hay dos pedidos- dijo Sanosuke sin darse cuenta de nada de lo que ella había hecho- Un arreglo de quince rosas rojas y otro de treinta orquídeas y violetas-
Megumi movió la cabeza con una mueca feliz y comenzó a buscar las flores y alambres que iba a necesitar.
- Sanosuke se acabaron los periódicos viejos- dijo ella con un tono molesto cuando no vio más del papel en donde se suponía que estaban
- Usa el de hoy- dijo él encogiéndose de hombros y arrojándoselo. Megumi lo atajo en el aire haciendo una mueca de molestia y lo extendió sobre el mostrador poniendo algunas rosas sobre el.
El teléfono sonó.
- Moshi, moshi, Floristería Las Kamiya- atendió Sano quitándole el teléfono a Megumi que frunció el ceño pero no dijo nada.
- ¿Sanosuke?- preguntó la voz por el auricular -Soy Kenshin, pero no digas mi nombre-
- Oh bueno… si hola- dijo Sano confundidamente, Megumi lo miró y él le hizo una mueca volteándose y alejándose hasta donde el cable del auricular le permitía, lo que era como medio metro- ¿Qué pasa?- susurro
- ¡Sanosuke no dejes que vean el periódico de hoy, ningún periódico!- dijo la voz de Kenshin en un tono casi desesperado
- ¿Por qué?- pregunto Sanosuke en un susurro
- ¡Simplemente no dejes que nadie lo vea por favor!- dijo la voz de Kenshin -Rómpelo, escóndelo o cualquier cosa-
- De acuerdo, de acuerdo- dijo Sano cuando se dio cuenta del estado de histeria de la voz del pelirrojo.
- Gracias Sano, te debo una- dijo- Adiós-
- Adiós- dijo Sanosuke colgando- ¡Hombre que le pico a éste!-
- ¿De que hablas Sanosuke?- pregunto Megumi viéndolo y Sano se dio cuenta de su error: ya le había dado el periódico a la zorra.
- ¿ah? No… de nada, era Yahiko molestando como siempre- dijo Sano rascándose la nuca, Megumi alzo una ceja incrédula. Sanosuke Sagara era tan bueno mintiendo como ella lo era para repartir besos y abrazos por docena.
Sanosuke salió del mostrador y caminó un poco viendo el periódico extendido en toda su amplitud en la mesa y a Megumi acomodando las cosas, tal vez si se acercara podía hacer algo. Camino y se apoyo en el mostrador frente a Megumi, ella lo vio por un segundo y siguió doblando los alambres que tenía en las manos.
Sano vio el periódico tratando de ver algo raro cuando lo encontró: Una foto de por lo menos doce centímetros de ancho y de largo adornaba la página y en ella salía la imagen de Kenshin sonriendo estúpidamente y la de Kaoru haciendo lo mismo pero dando la espalda levemente, estaba a todo color junto a un artículo de letras pequeñas.
"El famoso empresario y contador, director del Banco Central, próximo heredero de las compañías Hiten Mitsurugi, ganador de las copas más importantes de los torneos nacionales de kendo y sin olvidar el obvio hecho de que es uno de los hombres más atractivos seleccionados por la revista nacional 'Kokoro no ai' fue visto el día de ayer muy bien acompañado. Así es, el millonario empresario Kenshin Himura, mejor conocido como Battousai Himura fue encontrado ayer por nuestros reporteros (los mejores en el país) en uno de los cines de la ciudad, acompañado por una muchacha de tal vez unos 20 años, muy bonita, su nombre al parecer es Kaoru Kamiya ¿Quién es esta mujer que al parecer ha robado el corazón del joven empresario? Muchas lo quisieran saber, lo que es cierto es que su relación con el joven millonario no es nueva, según dicen no es la primera vez que se les ve juntos, agarrados de las manos o mirándose como dirían los cursis como locos enamorados. Si su relación es seria o no, no se sabe con certeza pero lo que podemos asegurar es que esta mujer Kaoru Kamiya se ha sacado el premio gordo conquistando a uno de los hombres más ricos y atractivos del país. El tiempo dirá si esta pareja puede llegar a un altar o sin son solo unas salidas de amigos, lo siento por todas pero nos tocará esperar para saberlo"
Sanosuke termino de leer con dificultad ya que el artículo estaba volteado, es decir a plena vista y buena lectura de la estudiante de medicina que tenía un par de rosas en la mano.
'Mierda' Fue la primera palabra que le llegó a la cabeza, ahora entendía el porque de la actitud desesperada de Kenshin, si alguien en esa casa veía el periódico estaba muerto, si Kaoru lo veía podía escribir que él mismo moriría en sus manos.
- ¿Qué ves?- pregunto Megumi viendo a Sanosuke y su mirada se dirigió al periódico que el muchacho veía fijamente, pero él prácticamente se tiro sobre la mesa quitándole la visibilidad. Ella frunció el ceño extrañada - ¡Oye! ¿Qué te pasa?-
- Nada- respondió Sano desviando la mirada. Ella lo iba a descubrir, lo sabía, si él no hacía nada podía considerarse muerto.
- ¿Qué estas haciendo?- pregunto Megumi con el ceño fruncido, los labios apretados y su sagacidad y agudeza para todo alerta. Ella no era tonta, al cabeza de pollo le pasaba algo…
- Que nada, pero que mujer tan metida eres- le espeto Sano apoyando los brazos cruzados sobre el mostrador, tapando perfectamente el artículo y la foto.
- No me mientas Sanosuke- dijo ella de repente sonriendo de una forma retorcida- Te conozco y no sabes mentir ¿Qué estas ocultando?-
- ¡Diablos, que no me pasa nada! ¡Déjame tranquilo!- le grito y aparto la mirada fijándola en la pared a un costado
- ¡Entonces muévete que me molestas aquí!- le grito ella empujándolo por el pecho, pero sin mucho éxito- ¡Por primera vez en tu vida ve ha hacer algo útil o no se has cualquier otra cosa!-
- ¡Noo, déjame!- grito Sano cuando Megumi comenzó a golpearlo en el pecho con fuerza para que se moviera, pero si lo hacía ella vería todo.
- ¡Quítate idiota! ¡No tengo tiempo para tus estupideces!- gritó Megumi ya de mal humor y mucho peor al ver lo débil que era contra Sanosuke
- ¡Zo- zorra! ¡Déjame!- mascullo Sano cuando Megumi comenzó a golpearlo con la libreta negra en toda la cara
- ¡Déjame trabajar! ¡Estúpido cretino!- gritó ella molesta, las rosas cayeron al piso, los alambres se clavaron dolorosamente en los brazos de Sano, el periódico prácticamente estaba hecho trizas y aun así seguían gritándose insultos como niños.
- ¡Idiota me estas lastimando!- grito Sano adolorido por los alambres. Megumi dejó de empujarlo al instante y se bajo apenada del mostrador ya que tenía casi medio cuerpo sobre el.
- Lo siento- dijo débilmente, dándose la vuelta… bien y ahora ella se estaba disculpando.
- Ya…- Sano se froto su brazo, en realidad no le dolía tanto.
Y se quedaron en un silencio bastante incomodo que ninguno de los dos sabía como romper.
- Mejor comienzo ha trabajar- dijo ella agarrando las rosas del suelo y poniéndolas sobre la mesa, acomodo el papel de periódico medio roto y arrugado y Sano comenzó a desesperarse nuevamente.
- ¡Espera!- gritó él
- ¿Qué?- pregunto ella de mal humor
- Yo… bueno- tartamudeó Sano con la mente en blanco, carraspeó un poco ante la mirada dura de la mujer zorro y se rasco una oreja nerviosamente- Yo quiero… es algo importante sabes… siempre caminó tarde y pienso que sería bueno… no se hacer algo que… bueno una cosa nueva para… para…-
Megumi lo miró en la expectativa alzando una ceja, a veces Sanosuke Sagara podía ser tan lento para buscar una excusa. Desvió la mirada del muchacho y la bajo al periódico para arreglarlo un poco.
Y de nuevo lo sintió, ella sintió ese toque eléctrico recorrerle el cuerpo desde la punta de la cabeza hasta la planta de los pies cuando Sanosuke levanto su rostro y la beso.
Cielos… en verdad era débil cuando se trataba de Sanosuke.
Esto se estaba convirtiendo en costumbre, pensó débilmente Sanosuke, siempre que quería callarla, distraerla o cambiar de tema terminaba besándola. No es que le molestara… para nada, le gustaba tener este tipo de contacto con ella.
Siempre le gustaría el sabor de sus labios y de su boca.
Ella siempre le provocaría esa sensación calurosa en el pecho al besarla, siempre sentiría esa chispa de emoción al sentir sus labios… ella siempre le provocaría sensaciones nuevas e increíbles.
Megumi se dejo llevar ¿para que negarlo? le gustaba su cercanía, le gustaba mucho en realidad. Y las últimas semanas la urgencia por sentirlo cerca se había convertido en algo frustrante ¡Era un ser patético!
Depender de un hombre… ¡Santo Dios depender de Sanosuke!
Y los pensamientos fueron empujados lejos por la sensación cosquillosa de la mano de Sanosuke en la base de su cuello, acercándola más a él siendo el mostrador su único obstáculo. Su otra mano acaricio su rostro y Megumi lo único que pudo hacer fue suspirar contra sus labios y agarrar débilmente la camisa del muchacho.
Sus labios siempre eran mansos al principio, siempre pedían permiso para ir más allá y ella siempre se lo había permitido.
Su boca caliente se sentía maravillosamente bien, él lamió y mordisqueo sus labios con suavidad y la beso profundamente doblando su cabeza hacía atrás, acariciando su cuello y su mandíbula con sus manos, sintiendo una enorme necesidad de tenerla cerca. Tal vez podría saltar el mostrador…
¿Y que pasaba si alguien llegaba y los veía en esa penosa situación? Un demonio… ¿Y que pasaría después? Todo sería como siempre, como si nada hubiese pasado, como si todo hubiese sido un sueño, como si ese beso no tuviera mayor importancia.
Pero la tenía. Y mucha.
Megumi arrugo más la ropa entre su manos sintiéndose extraña, sabía que esto era peor para ella porque lo único que hacía era incrementar sus sentimientos y sus dudas pero no hacerlo era imposible. Y ella respondió más agresivamente, quería disfrutarlo, quería tenerlo lo más cerca posible porque no sabía por cuanto tiempo las cosas seguirían así y cuando se acabarían… o cuando ella misma les diera un punto final.
Sanosuke se separo por varios milímetros y la beso un par de veces con suavidad, solo roces pequeños llenos de cariño, como caricias sin palabras que tenían un gran valor. Pero no se separaron del todo, ni él dejo de acariciar su cabello ni ella dejo de presionar con fuerza la camisa blanca de él.
¿Cuánto tiempo podían seguir así?
Con solo momentos fugases de pasión y besos que nunca tenían ningún tipo de explicación ¿Por cuánto tiempo ella podría seguir mirándolo a los ojos sin que los suyos gritaran los sentimientos que crecían en su pecho?
Si seguían así ella terminaría por volverse loca. Ya había aceptado muchas cosas que le estaban pasando y ahora tendría que aceptar muchas más.
Y no estaba preparada para eso, aun no.
- Bueno yo voy ha… ha…voy ha acomodar unas cajas que están por allí- dijo codamente Sano algo apenado y con un tinte tosa en las mejillas separándose por completo de ella.
Megumi miró su espalda fijamente sin decir nada cuando él se dio la vuelta, su cuerpo rígido por completo.
Sano caminó un par de pasos tiesamente, sabía que si se volteaba a verla lo más seguro es que se abalanzaría sobre ella y la besaría hasta que se quedaran sin aire, pero no quería empujar su suerte, ella no había dicho nada esta vez y además el tampoco tenía nada en mente que decir.
Aire. Eso era lo que necesitaba en ese momento. Respirar un poco y aclarar la mente, despejarse, saber y tratar de entender lo que estaba sintiendo. Camino hasta la puerta y la abrió, la campanilla sonó suavemente.
- Sanosuke…-
El cuerpo de Sano se detuvo al instante y se congelo en su lugar, su mano en el asa de la puerta y su corazón latiendo como nunca lo había hecho.
Mierda… fue lo que pensó él con una mueca interior. Cuando se dio la vuelta se encontró a una Megumi con el rostro rígido, pálido…
- ¿Qué es esto?- pregunto ella
… y con lo que quedaba del periódico en una mano.
Oh mierda… pensó nuevamente, había olvidado por completo lo del articulo… Kenshin lo mataría.
- ¿El periódico?- pregunto él tratando de parecer inocente, pero se arrepintió cuando la expresión de Megumi se puso mucho más dura aun dando a entender que ella ya había leído lo que estaba allí escrito.
- No seas idiota- dijo ella apretando los dientes- ¡Explícame que demonios es esto! ¡¿Acaso este es el mismo Ken-san que conocemos?!
- No- aventuro a decir Sanosuke desviando la mirada
- ¡No me quieras ver la cara de estúpida Sanosuke!- grito Megumi agitando el papel en su mano- ¡Este Kenshin Himura dueño del Banco Central es el mismo que yo conozco! ¡Es el novio de mi hermana menor!
Sano no respondió ¿Qué podía decir? Mejor quedarse callado y no seguir metiendo la pata.
- ¡Y tú lo sabías!- grito Megumi algo herida- ¡Tú sabias que Kenshin era el mismo hombre que nos negó el préstamo! ¡¡No lo puedo creer!! ¡Él se ha estado burlando de todos, de Kaoru!!
- ¡Oi no eso no es así!- grito Sanosuke defendiendo al pelirrojo ausente- ¡El tenía sus razones para negarles el préstamo! ¡Y él nunca había sabido hasta hace poco que Kaoru era la misma que había presentado la petición al banco!- un poco de mentira piadosa no era tan malo
- ¡¿Y por que no ha dicho nada?!- pregunto Megumi sin poder creérselo. Su hermana tenía por novio al hombre que odiaba y no lo sabía, él no se lo había dicho. Sanosuke no se lo había dicho a ella…- ¿Por qué tú no me dijiste nada?-
- El idiota de Kenshin tiene demasiado miedo para decirle la verdad a Jou-chan- dijo Sano dándose cuenta de la voz penosa de la casi doctora- Y ese… ese no es asunto mío, yo no podía ir divulgando las cosas de mi mejor amigo por ahí-
- ¡Pero se trataba de mi hermana Sanosuke!- gritó Megumi tirando la hoja al suelo- ¡Tenías que contármelo!
- ¡No, yo no tenía porque contarte nada!- le grito él esta vez - ¡Además Kenshin no tiene malas intenciones con Jou-chan! ¡Es demasiado bueno el muy idiota como para pensar en hacerle daño! ¡Por Kami-sama él la adora!-
- Ese no es el punto- dijo Megumi calmándose y retomando su posición práctica y seca, sería, tenía que dejar los arranques- El punto es que él le mintió, nos mintió a todos. No nos dijo quien era en realidad y eso es terrible, nos traiciono, traicionó nuestra confianza-
- Oh vamos- dijo Sano sintiéndose mal por su amigo- Sabes que Kenshin no es malo, simplemente es un cobarde para algunas cosas. Además el aceptó su petición de préstamo, fue Jou-chan quien la rechazo. Y no creo que se tarde mucho más para decirle la verdad a ella, la culpa lo esta matando-
- No puedo creerlo- dijo Megumi frotándose la frente y suspirando- Él es Battousai Himura y tendré que ser yo quien se lo diga a Kaoru-
- ¡No!- dijo Sano exaltado- ¡No hagas eso zorra!
- ¿Cómo que no lo haga?- ella frunció el ceño y los labios se convirtieron el líneas delgadas- ¿No pensarás que voy a mentirle a mi hermana?
- ¡Ese no es tu problema Megumi!- grito Sano golpeando el mostrador con las manos suavemente para darle énfasis a su punto
- ¡Claro que lo es!-
- ¡Ese es asunto de Kenshin! ¡No te metas!-
- ¡Kaoru es mi hermana y ella esta involucrada! ¡¿Cómo dices que no es mi problema?!- grito Megumi con un tono frustrado
- ¡Kenshin es quien tiene que decírselo!- dijo Sano seriamente y Megumi agito su cabeza, una gran migraña comenzando a formársele
- Necesito una aspirina- murmuro ella sentándose en la silla que estaba cerca, Sanosuke se le acerco pero no mucho
- Por favor Megumi, deja que Kenshin solucione eso- sus manos entraron en sus bolsillos y él se balanceo como con pena por pedirle un favor- Te prometo que si no lo hace pronto, yo lo haré ó mejor: le golpearé tanto la cabeza a ver si de esa forma puede pensar mejor-
Megumi no sonrió pero tampoco mostró otra expresión. Era imposible, si él se lo pedía de esa forma y con esos ojos para ella imposible negarle algo.
Se estaba perdiendo ante él… estaba siendo patéticamente débil…
- De acuerdo- dijo ella cerrando los ojos y suspirando- no le diré nada a Kaoru por ahora, pero 1) cuando vea a Kenshin sabrá quien soy yo y 2) No me vuelvas a ocultar otra cosa por favor- Megumi abrió los ojos y lo miró seriamente
Sano le sonrió suavemente- De acuerdo-
Y ninguno se dijo más nada por el resto del día, una preocupada, confundida y llena de culpa y el otro nervioso, confundido y frustrado.
* Actualmente en Japón a las personas que no pasan el examen de admisión en la universidad se les llama rurouni, estas personas tienen que esperar un año completo para volverlo a intentar.
** Una Kunoichi es una mujer ninja, ellas se dedicaban principalmente a engañar a los hombres, seduciéndolos, teniendo relaciones con ellos para luego matarlos y robarles sus pertenencias o para cumplir con mayor facilidad sus misiones.
*** Zori: Son unas sandalias de paja.
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Notas de la autora:
Hola!! Siento la tardanza con toda mi alma pero no tienen idea de lo complicada que es mi vida últimamente, además que los planetas parece que se alinearon para que todo me saliera mal ¬¬
No tienen idea de la carga de estudio que tengo encima así que les pido disculpas por la espera, y se las pido de adelantado también porque seguramente me tardare para publicar el próximo capitulo, la causa es que el 6 de marzo presento el examen de admisión para la universidad y no se imaginan lo mucho que tengo que estudiar, además que en el colegio no están siendo muy amables con la carga de trabajo ^^
Varias personas me han preguntado porque hago a Kaoru tan estricta con el orden y la limpieza, no se si conteste esto antes pero la razón es sencilla: tanto en el manga como en el anime Kaoru siempre se ha preocupado por que todo este limpio, obligando a Kenshin y a Yahiko a mantener todo ordenado, además de que yo NUNCA he visto algún capitulo en el que se vea desorden en el dojo, todo lo contrario.
Gracias por su apoyo, si no fuera por ustedes con todo lo que me ha pasado ya habría abandonado este proyecto. ¡¡LOS AMO!!
Megumi Sagara1: Sip, se pondrán interesantes con Sayo cerca pero lo repito ella no es mala jeje.
Megumi014 : ^o^ jeje gracias y espero que el de hoy tambien te haya gustado, aunque creo que enrede un poco las cosas.
mer1: bueno no shogo no tendrá aparición, espero que estes bien. TKI!!
gaby (hyatt): Pronto, de verdad pronto :P
Rayen: ya vendrá… ya vendrá el romance ^^ ¡Gracias!
Roxy : Ok si mis cálculos no fallan, cinco o seis capítulos, se que todos quieren que se acabe la historia pero no puedo volar :P
Misao-19 : jeje amiga pues aquí hay algo T.T tenía pensado más pero no salio.
Solo espero que no este tan mal la gotita de a/m que puse hoy.
Ai8: Si, tienes razón se estaba haciendo largo el viaje, este capitulo para mi es el comienzo del desenlace, ya Megumi lo descubrió y no falta mucho para que todo comience a solucionarse. ¡gracias por tus mensajes!
Kissing-Ligh: ¡Aquí estoy espero que te guste este capitulo!
Justary: hola!! No en realidad no me canso de oirlo :P todo lo contrario. Y lo de S/M no puedo evitarlo, las escenas salen solas y Magdalia jeje es difícil no incluirla por ahora. Si pronto se hablara más acerca de las reencarnaciones y K+K. y A/M pues ahí van, ha paso lento pero seguro ^^ ¡¡Gracias!!
Y-Yukiko-Y : Gracias!! Jeje si bueno escribo mucho, no me extraña que te hayas demorado :P soy feliz cuando las cosas que escribo le llegan a los lectores, gracias por hacérmelo saber. Jeje si Megumi se dio cuenta de que le gusta Sanosuke mucho más de lo que ella quisiera, ahora le toca aceptarlo del todo. Si bueno A/M es una relación que me cuesta mucho plasmar por eso tomo ese camino que es más natural. Y bueno… ¿Cuándo se va a enterar Kaoru de la verdad? No falta mucho.¡¡Gracias por tu mensaje!!
Sumire-chan: Hola amiga!! Jaja gracias por decirme esas cosas lindas!! Pues no se que ha pasado con lo del premio, la pagina tiene tiempo sin actualizarse, aunque no creo haber ganado de todas formas :P ¡Gracias!
Sol_Himura_lady: ¡Gracias! Pues espero que sigas leyendo!! Y todo lo contrario gracias por darme el placer de leer y saber sus opiniones acerca de mi trabajo.
Aome: Hola!! Gracias por tu mensaje, me alegra que te haya mantenido entretenida mientras la leías ^^
Dani: ¡Igual! Pues si, hubo bastante S/M en este capitulo, no lo puedo evitar me encantan ^^ y aun quedan varias cosas por solucionar entre ellos. Espero que este capitulo también te guste!!
Los quiero!!! Esperen el próximo capitulo.
Kary
Ja ne
