¡Wow! Este capítulo me quedó un poco mas grande de lo usual, espero no agotarlos con tanta palabrería, por lo que agradecería que me comentara que tal estuvo. Muchas gracias a todas las personas que me dejaron comentarios anteriormente.

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Diana Carolina: Me complace el hecho de que hayas tenido que mandarme el mail en lugar del RR. Eso demuestra que si te esta gustando la historia, eso me hace sentir bastante bien, al menos puedo comprobar que no estoy tan mal en esto Jejejeje. Slash es cuando en el escrito hay relación física entre dos hombres. Francamente es un género que no me gusta nada, por lo que podrás darte cuenta que no pienso escribir algo así en mis fics.

Me encantaría leer tu historia, trataré de hacerlo pronto, como podrás ver, estoy sumida en obligaciones y deberes y apenas ahora puedo escribir el siguiente capítulo. Me lo aventé todo esta noche, a punto de dormirme, así que si tiene errores o algo te pido a ti, y todos los que estén leyendo esto que me lo hagan saber, por que francamente estoy demasiado dormida para notarlo. Espero que te siga gustando la historia.

Amsp14: Tienes razón, a veces me pasa que estoy escribiendo y me emociono demás y me voy a mil por hora, es uno de los errores que debo corregir, ya que si no me cuido, también me sucede lo contrario, que voy a menos mil por hora, y llega un momento en que se convierte en algo bastante tedioso. Si sigo con eso, te pido por favor que me avises, así es como los autores de fics podemos mejorar. Gracias por tu consejo, trataré de seguirlo.

Idril Black: Jajajaja ¿De verdad quedó en suspenso? Eso si no me lo esperaba yo. (Si, estoy en el pozo Jejejeje) Que bueno que te haya gustado, francamente hay muchas cosas que voy a tratar de manejar con este fic. Se supone que los personajes principales son Snape y Harry, pero también quisiera manejar un poco a Ron y Hermione, esos dos por el momento, y a ver si después puedo meter a otros personajes mas. Solo espero sus comentarios de aliento o desaliento Jejejeje.

Connie Eressea: Si, es un ataque muy fuerte de Severitus que me dio este semestre. Solo espero que sea lo suficiente como para acabar el fic, por que si no, entonces si me las vería negras en todo momento. A mi tampoco me agrada que haya muy pocos fics en español de Severus que no sean Slash. Pero si le buscas, te aseguro que los encontrarás, aunque la mayoría de ellos son traducciones, pero al fin y al cabo fics. Gracias por tu RR.

Lettice-Evans-Potter: Jajajajaja Muchas gracias, creo que con esas advertencias mejor me pongo a escribir pronto, de lo contrario, pienso que al menos tendré un virus en mi computadora provocando que cada vez que quiera iniciar sesión aparezca una horrible cabeza diciendo "¡¿Por que no continuaste el fic?!". Bueno, para evitar casos como esos, al menos subiré este capítulo. Así aseguraré mi existencia por un tiempo, hasta que quieras volver a leer otro capítulo y me vuelvas a amenazar. Jejejeje. Esta bien, esas amenazas son buenas y alentadoras, ¡muchas gracias!.

Angie-SBM: Espero que te continúe gustando la trama. Lamentablemente no pienso escribir nada de Slash, pero como quiera espero que te agrade la historia. Es algo raro que sea un SSHP sin Slash, pero ya vez de cada cosa que hay en este sitio.... Por el momento muchas gracias por tu comentario.

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Capítulo 4 "Castigo de navidad"

La mañana de navidad Harry y Ron despertaron con los pies de su cama cubiertos de paquetes envueltos en papeles dorados y moños rojos, dando a entender que ese año recibían mas regalos que los acostumbrados. El primer paquete era el tradicional Jersey Weasley que la madre de Ron les había hecho a su hijo y a él. Harry lo usó con mucho gusto, mientras que Ron pensaba la manera de hacerle llegar el suyo a Dobby.

-No creo que eso sea muy agradable de tu parte, Ronald- Dijo Hermione desde la puerta de la habitación de los chicos.

-Feliz navidad a ti también- Ron le hizo un ademán de exasperación a la muchacha, cosa que ésta ignoró completamente. Se volvió hacia Harry y después de desearle una muy feliz navidad, se sentó junto con ellos a observar los regalos que habían ganado ese año.

-Creo que deberían entregarte los tuyos ya en esta habitación, después de todo, siempre pasas la navidad aquí, ¿Por qué Hermione?- Harry hablaba con ironía.

El resto de la mañana la pasaron comiendo las cosas que habían obtenido de su última salida a Hogsmeade, platicando agradablemente entre ellos y de vez en cuando entraba Ginny para salir luego apresuradamente por el cuadro de la Dama Gorda. Ni Harry no Ron se percataban de la presencia de la pequeña Ginny, y Hermione no hacía comentarios al respecto, así que llegaron casi a olvidar su existencia en ese lugar y en ese tiempo. Por la tarde bajaron a recorrer el castillo, dado que estaban algo mas que aburridos.

Caminaban sin rumbo, topándose de vez en cuando algunos personajes conocidos en los cuadros que los saludaban alegremente entre brindis y brindis. Uno de ellos, Sir Michelle Davidson, un caballero que había sido muy famoso en sus tiempos, antiguo estudiante en Slytherin, y con ironía, gran amigo de los chicos, les platicaba de algunas de sus hazañas en tiempos de guerra.

-Después de eso morí cruelmente a manos del Dragón de Utgmar, lamentablemente nadie recuerda mi muerte.... Eso es algo triste, ya que ni mi amada parece recordarlo.... Creo que después de ello se fugó con alguien mas, tuvo sus hijos y el pobre Sir Michelle se quedó en el pasado.... – A medida que tomaba mas el contenido de su copa, el noble caballero parecía caer mas en la pesadumbre.

-Estoy segura de que nosotros lo recordaremos siempre, Sir Michelle- dijo Hermione, a modo de consuelo, obteniendo una mirada de agradecimiento por parte del hombre. –Nos encantaría conocer mas acerca de sus tiempos en Hogwarts, ¿Cómo era en su época? ¿Conoció a su novia aquí?- preguntó después de un silencio en el que Sir aprovechó para sorberse la nariz de un modo muy poco atribuyente a un caballero hecho y derecho.

-Bueno, en realidad mi amada era un joven hermosa, pero ella no era bruja. Era totalmente muggle, por eso mi familia jamás lo aceptó y nunca terminamos juntos. No quería que nos fugáramos ya que eso comprometía su reputación, y provocaba que su familia, una de las mas antiguas en el condado, la desheredara, y no tenía a donde ir. Esperamos un tiempo, pero fue demasiado y yo morí.

-Hermione, creo que nosotros nos retiramos- dijo Ron algo aburrido. Él y Harry habían esperado pacientemente a Hermione, pero la muchacha no daba muestras de cansancio, así que decidieron dejarla por unos momentos, después de todo, ¿Qué podría pasar?. La chica los ignoró y continuó platicando con el caballero del cuadro.

-Todas las mañanas iba y le tocaba a su ventana, si, mi amada, Lady Evans era la mujer mas bella del mundo...- Hermione se atragantó y comenzó a toser con mucha fuerza.

-¿L...Lady Evans...?- preguntó ella.

-Si, ¿La conoció? ¡Imposible! Ella existió hace mucho, mucho tiempo...-

-¿No sabes si tuvo algún otro familiar? ¿Tíos, primos, abuelos que se apellidaran de igual manera y que el nombre pudiera trascender a través de las generaciones?-

-Bueno, como dije antes, ella no tenía mas familia que sus padres y su hermano, Lord Joseph Evans, quien se casó y tuvo otro varón, quien prosiguió con el apellido. Hace pocos años estuve aquí, pero de algún modo supe que hubo alguien llamado así hace tiempo. Tal vez sean solo suposiciones mías, pero debe de ser pariente de mi hermosa dama.-

-Bueno, me encantó compartir este tiempo con usted, Sir Michelle, debo asegurarle que sus hazañas serán reconocidas alguna vez- y dicho esto, Hermione se dirigió al Gran Comedor a esperar a sus amigos.

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-Así que de algún modo, Sir Michelle fue amante de algún pariente lejano de Harry, ¿no es así?- preguntó Ron cuando ella les hubo contado todo.

-Si, así es... – Harry parecía perdido en sus pensamientos. –Si logramos hacer un árbol genealógico, tal vez podría investigar mas acerca de mi padre y mi madre. Seguramente hay gente que debió conocerlos.... El problema es ¿Por donde comenzar? Dumbledore no creo que me diga quienes los conocieron, lo último que le quiere es que me salga del castillo, pero debe de haber alguna forma para enterarme.... Tal vez si voy a Hogsmeade entonces podré escuchar algo, como la última vez...- Parecía que pensaba en voz alta.

-Harry, no ¡Olvídalo! ¿Cuántas probabilidades hay de que se vuelvan a reunir el Ministro de Magia, la profesora McGonagall y demás para hablar acerca del pasado de tu familia? Ese fue un caso bastante especial...-

-Bueno, nada pierdo con probar, y si tengo suerte, podré estar aquí para la hora de la cena, así nadie notará mi ausencia...-

-Yo voy contigo... – aceptó Ron.

-Yo también, después de todo, necesitan alguien con sentido común-

-Pensé que los prefectos no rompían las reglas del castillo...- Ron se burlaba de Hermione muy a menudo. Su nivel había aumentado mas en esos tiempos, Harry no sabía por que.

-Cierra la boca Ron, no estamos en época de clases, así que no tengo la responsabilidad como prefecta, yo le estaba aconsejando como amiga...-

Pero Harry ya no los escuchó, se había lanzado corriendo hacia la Sala Común de Gryffindor en busca de su capa invisible, para buscar la vieja capa de su padre.

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-Camina con mas cuidado Ron, es la segunda vez que me pisas- se quejó Harry desde algún punto en el pueblo de Hogsmeade. Estaban cubiertos por la capa invisible, pero por sus pisadas se podía apreciar que estaban entrando a las Tres Escobas.

-¡Esta haciendo un frío horrible! Nos hubiéramos quedado en el castillo...- murmuró Hermione, mientras se frotaba los brazos fuertemente.

-Te puedo prestar mi abrigo si quieres, estoy acostumbrado a pasar sin él, Fred y George siempre me lo quitaban- Dijo Ron, pasándole la prenda a la muchacha, quien se lo agradeció con una sonrisa, logrando que apareciera un leve matiz carmín en las mejillas del chico.

Entraron al lugar y se encontraron con un montón de seres mágicos que no habían visto antes y de los cuales no sabían su nombre, excepto, claro está, Hermione. Se sentaron y comenzaron a observar.

-¿Y bien? – preguntó Ron, quien tenía las orejas un poco azules del frío.

-¿Y bien que?-

-¿Qué estamos esperando? ¿Con quien vas a hablar?-

Pero la respuesta jamás la pudo escuchar, ya que en esos momentos entraron Hagrid y el profesor Snape a la taberna. Los muchachos se acurrucaron unos junto a otros, temiendo ser vistos por los dos profesores de Hogwarts. Se dirigieron a la barra y Hagrid le dio instrucciones a Madame Rosmerta, quien asintió y se metió a las cocinas, para salir luego con dos elfos, quienes le llevaban dos barriles aparentemente llenos de algo.

Severus le pagó unas monedas y le dio órdenes a los elfos de que llevaran lo barriles a Hogwarts. Hagrid se quedó sentado en la barra y negó con una mano cuando el huraño profesor le hizo ademán para que se fueran.

El trío se acercó un poco a los profesores, quienes parecían discutir. Severus estaba empeñado en querer irse, mientras que Hagrid estaba demasiado a gusto en su ambiente como para querer abandonarlo tan pronto.

-Solo un par de cervezas Severus, no seas así- dijo Hagrid, tratando de tentarlo. –Como cuando estabas en Hogwarts, eso nunca se lo negaste a ella- Snape crispó los labios y se puso algo rojo, para gran sorpresa del trío.

-Era un caso diferente- dijo con suavidad peligrosa, pero se puso tranquilo, ya que sentó al lado de Hagrid, después de asegurarle con voz fuerte que serían solamente dos copas. El trío ocupó una mesa cerca de la barra.

La tarde transcurrió tranquila. Ni Snape ni Hagrid hablaban entre sí, uno callado y el otro platicando con cualquier persona en la taberna dispuesto a escucharlo. Por fin, después de un montón de copas, Severus le aseguró que era hora de volver al castillo. Se levantó de su asiento y con paso firme se volvió hacia el otro lado, sin embargo, tropezó con el pie invisible de Harry. Snape comenzó a hacer un examen minucioso del lugar, buscando la causa de su tropiezo, sin embargo, no encontró nada que le ayudase, así que decidió salir de la taberna, seguido por Hagrid, quien no notó el accidente.

Por fin el trío pudo hablar tranquilamente.

-¿A que se refería Hagrid con "ella"? ¿Acaso Snape....?- aparentemente Ron no podía terminar la pregunta.

-¿Crees que es alguien amargado que jamás estuvo con otra persona?- preguntó Hermione sensatamente.

-Si, pero nunca imaginé que fuera un "ella"- agregó el pelirrojo. Harry no sabía si reír o asquearse, después de todo, ¿Cada cuando se asociaba al profesor de pociones con alguien?

-Hay un modo de averiguarlo.... Si tan solo logramos encontrar el recuerdo adecuado... Si Hagrid lo sabe, entonces lo sabe medio mundo, ¿No lo creen?- preguntó Harry.

A Hermione no le pareció buena idea, pero ella también se moría de la curiosidad, así que decidió dejar su razón para después, después de todo, nadie podría salir herido por eso, ¿O si?. Decidieron que era hora de volver al castillo, y salieron de la taberna.

Al momento de pisar la nieve se escuchó la suave y peligrosa voz que les puso los pelos de punta durante sus últimos tiempos en Hogwarts.

-Veo que aún no ha perdido las ganas de dárselas de héroe, ¿Me equivoco señor Potter?- Severus sonreía de una manera que hubiera hecho temblar a cualquier alumno en un día de clases, pero en esos momentos estaban de vacaciones, no creía Harry que le fueran bajar puntos a su casa, ¿Verdad?.

-No señor Potter, lamentablemente no puedo expulsarlos y mucho menos bajarle puntos a su casa, sin embargo, es mi deber como profesor el castigar a los alumnos que no estén cumpliendo las reglas de vacaciones en el Colegio, así que me parece que ustedes tres...- pero fue interrumpido por Hagrid.

-Vamos Severus, ¿No les vas a castigar hoy? Es navidad... Son solo unos muchachos..- El aludido se veía notablemente molesto por la intervención de un profesor que él no consideraba lo suficientemente apto para el puesto, sin embargo, continuó con su discurso como si no hubiera escuchado nada.

-El señor Weasley y la señorita Granger volverán a limpiar los sanitarios del tercer y cuarto piso respectivamente, y el señor Harry Potter, el presunto cabecilla de todo, irá directo a mi despacho para proporcionarle su castigo, ahora, tengan la amabilidad de acompañarme hasta el castillo, si son tan amables...- Y dicho y hecho.

Hagrid iba delante de todo, con sus dos metros en cada paso, les sacaba muy buen trecho al trío y al profesor, pero Hermione y Ron trataron de acercarse mas al semi-gigante que al hombre de nariz ganchuda, a diferencia de Harry, quien se había quedado mirando al profesor, preguntándose si es cierto que alguna vez había podido llegar a querer a alguien.

-Señor Potter, hágame el favor de caminar mas rápido, no crea que lo esperaremos- exclamó Snape, y tomó a Harry por un hombro, jalándolo hacia delante, obligándolo a ir a mayor velocidad. –No todos estamos aquí para protegerlo señor Potter, si no fuera por Dumbledore, usted no estaría ni tan solo vivo, mucho menos dentro de este colegio, pero supongo que es así como los de tu familia dan las gracias, rompiendo el mayor número de reglas posibles... De haber sido por mi, usted estaría en la calle.- Harry se detuvo en seco.

-¿Y por que no lo hace?- Snape lo miró incrédulo.

-¿Disculpe?- preguntó.

-¿Por qué no habla con Dumbledore y me expulsan de la escuela? Sería mas fácil para usted, tal vez para todo mundo, así tal vez dejarían de ocurrir todas las desgracias que ocurren al mundo mágico, después de todo, yo mismo soy una de esas desgracias... – Harry continuó caminando furiosamente, pero fue detenido bruscamente por el profesor Snape.

-Profesor Hagrid, lleve a los otros dos a la escuela y asegúrese de que estén en su Sala Común apenas entren. Yo me encargaré del señor Potter-

Harry vio como sus dos mejores amigos se alejaban deseándole suerte. Por la cara de Ron se podría asegurar que trataba de decirle que recordara todos los hechizos de defensa que había estudiado, tal vez los necesitaría.

Harry caminó lentamente, seguido de Snape, quien no decía palabra, para preocupación de el muchacho. Por fin se detuvo Snape y posó su mirada en algún punto en dirección al paisaje cubierto por la nieve. Pasó bastante tiempo y se podría pensar que estaba dormido con los ojos abiertos, sin embargo, se podía preciar en sus facciones que estaba mas que despierto y vigilante.

-¿Gusta repetir lo que dijo hace un momento?- preguntó Snape. Su fría voz había amedrentado a Harry, quien juraba que le iba a lanzar algún embrujo.

-Pregunté que por que no me expulsa. Dice que soy demasiado egoísta, tal vez sea cierto, dice que me gusta romper las reglas y que me gusta estar en problemas, perfecto, siempre es lo mismo, después de todo, ¿Qué mas se podría esperar de alguien a quien lo acompaña la muerte desde un principio?- Harry notó una lágrima rondando por su ojo izquierdo, pero estaba seguro que se tiraría a un foso lleno de leones antes que llorar enfrente del profesor Snape.

-Cada quien se siente como quiere señor Potter- murmuró el profesor. Su tono frío y amenazador no había desaparecido. Al parecer quería hacer sentir peor a Harry.

-Como diga profesor-

-Por lo visto hoy esta dispuesto a estar de acuerdo conmigo en todo-

-Como quiera profesor- En la voz de Harry había algo opaco que Snape no entendía. Pareciera que había perdido algo, y no sabía muy bien que era. Se preocupó, pero solamente por el hecho de que pensó que Voldemort podría estar detrás de eso, sin embargo, el muchacho había concluido satisfactoriamente sus clases de Occlumency ese año, Voldemort no podría estar controlándolo.

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-Claro, el estúpido y magnífico James Potter, ¿Quién podría estar en contra de él?- se quejaba un muchacho flaco y de cabello negro. Estaba a la entrada del Bosque Prohibido, era de noche y traía una linterna en la mano. Había sido castigado por una trampa que le habían puesto esos "malditos gryffindors" y Hagrid lo esperaba para cumplir con el requisito.

-Bien, ustedes dos, entrarán al Bosque Prohibido a buscar "esclavas".-

-¿Queeee?- exclamó una niña de cabello castaño y ojos verde. Snape no había notado su presencia si no hasta ese momento. Otra Slytherin que también había caído en la trampa y ahora por ende tenía que acompañar al muchacho de rostro huraño.

-No es posible que no sepas lo que son las "esclavas". Son unas plantas muy extrañas que solamente crecen en una parte del mundo, justo aquí en el Bosque Prohibido. Tienen los mejores métodos curativos del mundo, es mucho mas poderosa que cualquier poción y solamente tienen que molerse en agua, claro está, con cierta dosis específica, de lo contrario podrían ser nocivas para la salud- Snape se había acercado a la niña, que era de su misma edad, y le había explicado el asunto. Hagrid se había retirado desde hacía rato.

-¿Y a ti quien te preguntó? Si no fuera por ti, no estaría aquí- La niña parecía tener muy mal humor, y lo estaba descargando con Snape.

-Discúlpame pequeña huraña, no volveré a molestarte- aclaró Snape. Luego agregó por lo bajo –Mañana mismo me largo- Pero ella lo alcanzó a escuchar. Caminaron y se adentraron al Bosque Prohibido. Después de un rato, por fin encontraron la dichosa planta, tomaron lo necesario y regresaron a la cabaña de Hagrid, quien en esos momentos no estaba. Se sentaron a esperarlo frente a la fogata que había a un lado de ésta.

-¿Por qué te quieres ir?- preguntó la Slytherin muy interesada –No creo que a tu padre le agrade la idea-

-Silencio- gruñó Snape.

-Como quieras, pero estoy segura de que te verás mas cobarde si te largas-

-¿Y que quieres que haga?- bramó Snape –Potter y su pandilla son una sarta de idiotas que se la pasan haciéndome la vida de cuadritos. Jamás podré desquitarme todas las que me han hecho. ¿¡Acaso esperabas que lo hiciera?! ¡Son los malditos preferidos de Dumbledore, mientras que yo soy el hijo de un Mortífago!-

-¡Cierra la boca! ¿Quieres terminar mal?- La niña se acercó y movió un puño amenazadoramente enfrente de él. –Severus Snape pon mucha atención y escúchame bien. ¡Jamás! Te digo, ¡Jamás! Nunca vuelvas a valorarte a ti con relación a los demás y mucho menos por lo que ellos digan. Si sigues así acabarás mal muy pronto. Eres un imbécil por hacer eso, no puedo creer que lo escuche, y menos del favorito en pociones- Ella se volvió a sentar en su lugar, mientras que Snape recapacitaba en las palabras que le había dicho. Por fin llegó el guardabosques del lugar y pudieron retirarse con el castigo cumplido. Ahí fue donde comenzó todo.

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-Señor Potter, haga el favor de volver a su Sala Común en este preciso momento- El muchacho dejó de notar que le daba mas frío, la voz de Snape o el ambiente mismo. Pero ahí no había acabado todo, cuando estaba a punto de irse pudo escuchar la clara y gélida voz del profesor de pociones –Y si lo vuelvo a escuchar que se valora en relación al pensamiento de los demás consideraré el castigarlo seriamente. Por el momento lo espero en mi oficina esta noche a las siete en punto. No llegue tarde.- Y Snape se volvió a sumir en sus pensamientos.