El sol había ya descendido hasta el lindero del horizonte, hasta las cimas más altas de las montañas, y empezaba a desaparecer. A través de la ventana se pudo ver por fin aquel primer punto blanco de luz en el cielo naranja, la primera estrella de la tarde que brillaba en la lejanía.

Los hijos de Elrond estaban sentados alrededor de la mesa grande y rectangular del comedor de la casa del señor de Rivendel y Glorfindel les acompañaba.

Nadie más estaba allí. Raramente los niños de aquella casa comían o cenaban junto a su padre.

Demasiados asuntos y visitas tenía el señor de Rivendel, cada noche y cada mediodía como para atenderles. Realmente aquellos niños no conocían lo que era realmente un familia.

Entraban sirvientes de vez en cuando por las grandes puertas doradas del comedor con bandejas y comida e intentaban que todo allí estuviera reluciente para la cena que se serviría más tarde para los adultos.

La mesa era muy amplia, varios invitados se sentaban allí todos los días venidos desde lugares lejanos, pero ahora sólo ellos cinco sentaban en la tabla alargada de oro y plata, en sillas de marfil.

(Sí, ya se k os debo una explicación.... es k en la otra historia que tengo por allí dije que Arwen tenía un hermano más mayor aún que los que se citan en el libro. Más tarde muere en una batalla en la que le mata....Aragorn... Pero sin querer eh!!! K mi Aragorn no es un asesino!! Y menos de sus cuñados... ay pobrecito... a si k aquí son cuatro hermanitos!)

El mayor de los cuatro hermanos llevaba una tiara de oro en la frente, y en el centro una gema verde: Elroyënath.

Él era ya un adolescente, su altura llegaba casi a igualar la de Glorfindel y el pelo era moreno y oscuro como el de su padre, corto, no le llegaba a los hombros, pero abundante y ondulado. Y en sus ojos el mismo mirar de nube de sus hermanos, donde aquel brillo de inocencia que solía tener cuando era un niño había ya desaparecido, dando paso a una mirada melancólica y sería, como la de su padre.

En la mesa, cerca del plato de Arwen, descansaba su inseparable osito, y con una cuchara mal cogida y grande para su boca sorbía la sopa.

-¡No hagas esos ruidos al beber la sopa, enana!- Elladan la miraba desde su plato.

-¡Cállate!

-Papá te ha dicho varias veces que eso no se hace.

-Elladan, tu hermana es pequeña...

Elroyënath hablo con su voz todavía no del todo masculina pero con su forma de pronunciar las palabras semejó más a la de un adulto:- No te molestes en hacer que dejen de pelear Glorfindel, son así todas las noches.

Su mirada gris volvió a posarse en su plato y se llevó la cuchara de plata a la boca.

Glorfindel sonrió.

Elrohir removía su sopa allí cerca.

-¿Que te pasa? ¿no tienes hambre?

-No me gusta la sopa...

-Pero hay que comer de todo Elrohir.- Glorfindel acercó sus labios al oído del niño y susurró: -No te preocupes, luego te daré un bollo.

-Les malcrías Glorfindel...- Elroyënath le miraba con una sonrisa entre ironía y reprobación: -¡A mí no me dabas tantas porquerías cuando era pequeño!

-Es que tu eras más listo.

Elrohir miró los ojos azules de Glorfindel con una sonrisa: -¡Yo no soy tonto!

-¡Ni yo!- saltó Elladan desde su asiento.

-¡¿A ti también te da bollos?!

-¡Sí! ¡Y rellenos de chocolate!

-¡Oye Glorfindel, a mi no me los das con chocolate!

Glorfindel ya no sabia que responder mientras sonreía: -Porque se me habrían acabado aquel día...

Arwen habló por detrás de su plato de donde sorbía sopa: -¡Sí, pero a mi me da más que a vosotros porque soy su preferida!

-¿Ves como les malcrías?- Elroyënath empezó a sonreír aún más viendo la situación en la que estaba metida Glorfindel.

Elladan y Elrohir empezaron a meterse con su hermana.

-¡No es verdad! ¡Glorfindel no querría estar con una enana como tú!

-¡Pues sí!

-¡Pues no! ¡Porque a demás de eso eres una pesada!

-¡Sí! ¡Solo haces preguntas estúpidas!

-¡No es verdad! ¡Sois unos orcos feos!

-¡Y tu eres una asquerosa pies infectos!

-¡Elladan! ¡No vuelvas a llamar así a tu hermana!- Glorfindel se levantó de su sitió y fue a coger a Arwen en brazos que acababa de empezar a llorar.

Elladan se echó hacia atrás tras la objeción de Glorfindel. Aquel elfo les daba a todos mucho respeto.

-Pero... ella nos ha llamado orcos feos, y...

-Eso no es una excusa Elladan. Arwen es pequeña y los hermanos nunca deberían pelearse.

Apartó el pelo de la cara de Arwen y le secó las lagrimas: -Venga mi niña, ya pasó, no llores.

Elladan no pudo soportarlo: -¡Lo que pasa es que la prefieres a ella en vez de a nosotros!

Glorfindel le miró de repente y con ojos serenos : -Sabes que eso no es verdad, Elladan.

Y el niño, ya no tan niño después de todo, aunque tratado como tal siendo siempre el segundo en todo detrás de su hermano mayor y ahora también tratado inferiormente por su hermana pequeña, salió con ira en los ojos de la habitación dando un portazo.

Glorfindel dejó a Arwen con cuidado en el suelo e intentó seguirle pero Elroyënath se levantó mirándole con sus ojos grises: -Déjalo, iré yo.

Y salió por la puerta por donde había salido su hermano.

Glorfindel suspiró: -En vaya líos me metéis...

CARMENCHU!!!

P.D. povechita Arwen!!! K cruel soy.... pero... esk se ha levado a nuestro Argorn!!! Eso no se lo podemos permitir!!! Y..... y el hermanito mayor de Arwen..... k??? Le elegimos súper guapo??? Siiii!!! Porque todos los elfos son una monada!!! Y si encima tiene el pelo corto.... pues variamos!!! =P BESOS BABOSOS DE GOLLUM A TODOS!!!