Vaaaaale.... ya lo se..... los elfos no duermen ni cierran los ojos, solo descansan la mente.... pero si aquí no se despertaba es k no tenía gracia!!! Jejejeje espero k os guste!!! Y pooooorfa! Dejarme reviews!!!

P.d. Lothluin: no te preocupes... k mas tarde estos van a crecer y van a pasar muchas cosas.... ay si te contara.... snif..snif...pero es SORPRESA! jajaja

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-¡Glorfindel despierta! ¡Ya es de día!

-Em... ¿Qué...?¿qué pasa...?

Glorfindel se había quedado dormido en un sillón grande, en frente de la chimenea, en la habitación de Arwen. Después de haberla acostado la noche anterior estuvo descansando los ojos todavía dolorosos al lado del fuego, recordando cosas y momentos que ya no volverían, y más tarde, cuando incluso las brasas se apagaron sintió sueño, antes de cerrar completamente los ojos azules.

-¡Corre! ¡Vamos a desayunar! ¡Tengo hambre!

-Y yo tengo sueño mi niña... por favor... déjame dormir un poco más...- la voz le sonaba débilmente ronca.

-¡Glorfindel eres un aburrido!

Tenía las piernas dobladas, subidas al terciopelo del sillón y se había girado, apoyando la cabeza en el respaldo y la espalda en uno de los brazos rojos y mullidos.

Apretó la cabeza contra la piel del respaldo todavía con los ojos cerrados y frunciendo el ceño, intentando volver a dormirse y alejándose de las manos de Arwen que querían despertarle.

-Bueno, pues iré a decirle a papá que venga él a desayunar conmigo...

Glorfindel reaccionó débilmente: -...No... a Elrond no... que luego me regaña a mí... Arwen...- carraspeó con la garganta.

La niña se cruzó de brazos impaciente, cerca del sillón.

-Espera... ya me levanto...

Glorfindel estiró los brazos cansados y bostezó antes de abrir sus ojos intensos.

Miró adormilado a la niña todavía subido en el sillón y con los brazos cerca de la cabeza: -¿Siempre te despiertas tan pronto...?

-Papá dice que es bueno despertarse pronto para aprovechar bien el día.

-¿Ah sí...? pues él no lo hace...- volvió a bostezar.

-¡Sí, es un vago!

Glorfindel rió mientras cerraba débilmente los ojos.

Arwen le dio con su osito en la cabeza.

-¡Au! ¡Arwen...! No me pegues...- y se puso las manos en los ojos, haciendo que lloraba.

-Glorfindel...- Arwen se asustó: -¡Lo siento! ¿Te he hecho daño?- acercó sus manos al pelo de Glorfindel y le acarició para consolarle.

Glorfindel empezó a reírse dentro de las palmas de sus manos, levantó la cara sonriente y le dio un beso a la niña: -¡Te lo has creído!

Arwen puso cara seria: -¡Que malo eres!

Glorfindel volvió a reír: -¡Ya lo se! ¡Los orcos feos siempre somos malos!- la cogió y se puso a hacerla cosquillas.

-¡Ah! ¡Suéltame!- dijo Arwen mientras se reía por las cosquillas: -¡Socorro! ¡Un orco me ataca!

Glorfindel le hizo una pedorreta en la tripa mientras Arwen se defendía dándole con su oso en la cabeza.

-¡Ay! ¡Una enana me pega con un oso!

-¡Yo no soy una enana!- y empezó a darle más fuerte.

Glorfindel se reía debajo de las cabezadas del oso: -Oye Arwen... ¡ay! ¡¿Tu no tenías tantas ganas de desayunar...?! ¡ay!

La niña dejó de darle con su oso: -¡Sí!

El elfo se aplastó el pelo despeinado por los golpes del osito con la mano, se levantó del sillón, cogió a Arwen de la mano y dijo: Vamos.

CARMENCHU!!!