Todos de nuevo, sentados como un día más, alrededor de la mesa del comedor
de la casa de Elrond.
Estaban allí los cuatro hijos del señor de Rivendel.
Elroyënath que miraba seriamente su plato, sumido en pensamientos, cada día pareciéndose más a su padre en la forma de mirar y hablar.
Elladan parecía haber madurado desde aquel día en el que habló, de hombre a hombre, con Glorfindel.
Elrohir, más cercano a los pequeños que a los mayores de la casa, y Arwen sentada cerca de su inseparable osito.
El día asomaba lentamente al otro lado de las vidrieras mientras desayunaban y hoy Glorfindel también les acompañaba haciendo gala, junto a Legolas también allí presente, de invitados de honor.
No solía desayunar con los niños en la casa de Elrond, normalmente no se quedaba en aquella casa a dormir y sus ojos se veían cansados, desacostumbrados a dormir en una cama que no fuera la suya.
-Deberías dormir un poco más Glorfindel, se nota que tienes sueño.- seriamente, y aún así no del todo adulto, salió de los labios serenos de Elroyënath.
-No, no pasa nada... se me pasará.- se frotó los ojos: -Es que no he dormido muy bien esta noche.
Elrohir acercó amenazante un dedo tieso a la nariz de Arwen: -¡Deberías haberle dejado dormir más, enana!
Si hubiera sido en otra ocasión Elladan hubiera interrumpido con más gestos de reprobación hacia su hermana pequeña, pero aquel día decidió no interferir, realmente había madurado.
Arwen frunció el ceño desde su plato.
-No, no. Déjala, no ha sido culpa suya.- se apresuró a defenderla Glorfindel.
Legolas se reía, seguramente en su casa se sentiría solo, y le gustaba ver más gente ante sus ojos, sonriendo y hablando animadamente.
Elladan decidió cambiar de conversación: -Bueno,¿y que vamos a hacer hoy?
-¡Sí! ¿Qué queréis hacer? Si no es un plan muy descabellado os acompaño.- rió Glorfindel aún un poco adormilado.
Hubo un tiempo de silencio en el nadie habló mientras pensaban en que hacer hasta que una manita tímida se alzó en un lado de la mesa: -¿Qué os parece si vamos a pescar? -¡Sí!
-¡Sí, yo también quiero!
-¡Es cierto! Hace mucho que no vamos a pescar!
-¡Esa es una estupendísima idea Legolas! ¿Queréis?
Todos respondieron, moviendo la cabeza de arriba abajo contentos, a la pregunta de Glorfindel: -¡Pues muy bien! En cuanto terminéis de desayunar nos ponemos a preparar las cosas ¿vale?
-Me parece que antes de eso deberías dormir un rato...- rió, aunque seriamente, Elroyënath.
Glorfindel bostezó y volvió a frotarse los ojos cansados: -Sí, me parece que tienes razón...
Y después de desayunar Glorfindel se tiró sobre la primera cama que vio en unas de las salas de la casa de Elrond, y se durmió rápida y profundamente aún si taparse con las mantas, mientras los niños se preparaban para ir más tarde a pescar.
CARMENCHU!!!
P.D. Lothluin: para saber que pasará en el futuro más información en: lo que de verdad pasó entre Aragorn y Arwen... llame al 234837... jejejejeje perdón!! Lo de teletienda es obsesivo!!! Jejeje Gracias por los reviews!
Estaban allí los cuatro hijos del señor de Rivendel.
Elroyënath que miraba seriamente su plato, sumido en pensamientos, cada día pareciéndose más a su padre en la forma de mirar y hablar.
Elladan parecía haber madurado desde aquel día en el que habló, de hombre a hombre, con Glorfindel.
Elrohir, más cercano a los pequeños que a los mayores de la casa, y Arwen sentada cerca de su inseparable osito.
El día asomaba lentamente al otro lado de las vidrieras mientras desayunaban y hoy Glorfindel también les acompañaba haciendo gala, junto a Legolas también allí presente, de invitados de honor.
No solía desayunar con los niños en la casa de Elrond, normalmente no se quedaba en aquella casa a dormir y sus ojos se veían cansados, desacostumbrados a dormir en una cama que no fuera la suya.
-Deberías dormir un poco más Glorfindel, se nota que tienes sueño.- seriamente, y aún así no del todo adulto, salió de los labios serenos de Elroyënath.
-No, no pasa nada... se me pasará.- se frotó los ojos: -Es que no he dormido muy bien esta noche.
Elrohir acercó amenazante un dedo tieso a la nariz de Arwen: -¡Deberías haberle dejado dormir más, enana!
Si hubiera sido en otra ocasión Elladan hubiera interrumpido con más gestos de reprobación hacia su hermana pequeña, pero aquel día decidió no interferir, realmente había madurado.
Arwen frunció el ceño desde su plato.
-No, no. Déjala, no ha sido culpa suya.- se apresuró a defenderla Glorfindel.
Legolas se reía, seguramente en su casa se sentiría solo, y le gustaba ver más gente ante sus ojos, sonriendo y hablando animadamente.
Elladan decidió cambiar de conversación: -Bueno,¿y que vamos a hacer hoy?
-¡Sí! ¿Qué queréis hacer? Si no es un plan muy descabellado os acompaño.- rió Glorfindel aún un poco adormilado.
Hubo un tiempo de silencio en el nadie habló mientras pensaban en que hacer hasta que una manita tímida se alzó en un lado de la mesa: -¿Qué os parece si vamos a pescar? -¡Sí!
-¡Sí, yo también quiero!
-¡Es cierto! Hace mucho que no vamos a pescar!
-¡Esa es una estupendísima idea Legolas! ¿Queréis?
Todos respondieron, moviendo la cabeza de arriba abajo contentos, a la pregunta de Glorfindel: -¡Pues muy bien! En cuanto terminéis de desayunar nos ponemos a preparar las cosas ¿vale?
-Me parece que antes de eso deberías dormir un rato...- rió, aunque seriamente, Elroyënath.
Glorfindel bostezó y volvió a frotarse los ojos cansados: -Sí, me parece que tienes razón...
Y después de desayunar Glorfindel se tiró sobre la primera cama que vio en unas de las salas de la casa de Elrond, y se durmió rápida y profundamente aún si taparse con las mantas, mientras los niños se preparaban para ir más tarde a pescar.
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