Glorfindel llamó a la puerta lentamente: -¿Arwen...?

El pomo dorado de la puerta giró y una bella elfa de cabellos ambarinos y ojos grises y vivos apareció en el umbral con cara sonriente. -¡Glorfindel!- se abalanzó sobre él dándole un fuerte abrazo.

A Glorfindel le vinieron a la mente los días en los que jugaba con ella cuando aun era una niña.

-Hola Arwen.- aunque la elfa estuviera muy contenta el rostro de él no expresaba alegría alguna a pesar de que él también estaba contento de verla de nuevo.

-¡Cuanto os he echado de menos a todos! ¡Me he aburrido muchísimo yo sola! ¿Sabes? ¡A la próxima guerra voy yo también! ¡Lo prefiero a quedarme aquí!

Glorfindel le puso una mano delante de la cara pero la elfa siguió hablando rápidamente: -¿Cómo están todos? ¿Cómo esta papá? ¡Y Elrohir y Elladan? ¡Seguro que se lo han pasado muy bien haciendo de generales! ¡Conociéndoles se habrían puesto a mandar incluso para que fregaran el suelo del barco! ¿Y Lorien?¿Habéis pasado por Lorien? ¡¿Habeis visto a Galadriel?! ¿Qué ha dicho? ¿Y Elroyënath? ¿Cómo esta Elroyënath?

De repente el rostro de Glorfindel cambió completamente y Arwen pudo notarlo.

-¿Qué pasa Glorfindel...?

Glorfindel la hizo entrar en la habitación lentamente y cerró la puerta tras de si: -Siéntate.- le dijo sereno y a la vez nervioso, buscando las palabras.

-Arwen, tengo que decirte una cosa muy importante.

Arwen se sentó en un sillón cerca de la chimenea intranquila: ¿Qué es? ¿Es un mensaje de alguien? ¿De Galadriel? ¿Ha dicho algo sobre mí?

Glorfindel empezaba a perder los nervios, comprendía la curiosidad de Arwen después de tanto tiempo sin verles pero no podía decirle nada de lo ocurrido si seguía hablando.

-¡Glorfindel venga! ¡Cuéntamelo todo! ¡Estoy deseando ir a ver a papá a ver que me dice...! Hace mucho que no veo a Galadriel...

-¡Arwen, por favor!

Arwen paró en seco de hablar y miró a Glorfindel que intentaba serenarse de pie enfrente suya, jamás en su vida la había gritado.

-Mira.- dijo él sentándose en un sillón cerca de Arwen para mirla bien y para cogerla de la mano: -Se que estas emocionada porque hayamos vuelto después de tanto tiempo fuera pero tengo que decirte algo, algo muy importante, créeme que no te hubiera gritado si no hubiera sido realmente importante, tanto para mí como para ti y toda tu familia.

Arwen le miró en silencio sin saber que decir y todavía impresionada.

-Arwen, tu... tu hermano ha muerto.

Arwen titubeó y cerró y abrió los ojos varias veces sin comprender: -¿Qué...?

-Elroyënath murió luchando Arwen.

Arwen tenía los ojos muy abiertos y no podía creer lo que le decía Glorfindel.

-Lo se, yo tampoco podía creerlo cuando le vi, pero es así Arwen y he llorado demasiadas veces su muerte ya. Le voy a echar mucho de menos...

A Arwen, que antes había estado hablando tan ampliamente ahora no le salían las palabras y su respiración empezaba a volverse profunda y rápida.

Glorfindel notó que iba a empezar a llorar, la angustia la estaba invadiendo y el nerviosismo crecía en ella debido a la noticia, la abrazó entonces para consolarla, igual y como había hecho con Elrohir, los dos especialmente iban a lamentar mucho la muerte de su hermano.

Arwen empezó a sollozar en el hombro de Glorfindel, aún los dos sentados en los sillones uno en frente al otro.

-Lo siento, Arwen...- Glorfindel casi la mecía lentamente de un lado a otro en sus brazos, como hacía con ella cuando era una niña.

Él también sintió tristeza y la vista se le empezó a difuminar mientras lagrimas se dibujaban poco a poco en sus ojos azules.

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Cuando Arwen dejó de llorar Glorfindel vio conveniente dejarla sola para que pensara en silencio sobre las cosas que le harían recordar a su hermano y salió sin hacer ruido de la habitación.

Paseó por los pasillos de la casa de Elrond como había hecho tantas veces pero mucho más lentamente que como lo hacía habitualmente y se encontró con Elrond, en uno de los descansillos que anticipaban a las escaleras.

-¿Qué... que ha dicho?- preguntó entristecido al ver llegar a Glorfindel con los ojos rojos que delataban que había llorado.

-Ya ha dejado de llorar, es una mujer madura y comprensiva, lo asimilará pronto...- la voz de Glorfindel era casi entrecortada.

-Todavía no entiendo por qué tuvo que pasar esto...- Elrond empezaba a parecerse a su hija justo después de recibir la noticia.

-Yo tampoco Elrond, yo tampoco...

-Le enterraremos mañana ¿sabes ese lugar a donde le gustaba tanto ir para estar solo? ¿en la pradera? Creo que ese sería un buen sitio. A él le hubiera gustado...- una lagrima rozó la mejilla de Elrond.

-Sí, él lo hubiera querido así...

-Luego plantaré un árbol sobre su tu tumba e iré a dejarle flores todos los días para que sepa que no nos olvidamos de él.

-Iré contigo.

-Gracias Glorfindel...

Y otra persona más lloró sobre su hombro.

CARMENCHU!!!

P.D. NO!! NO LLOREIS!! QUE ME DEPRIMO MÁS!!! Por qué habré nacido tan dramática??!! AGUANTAD VALIENTES!!!! NO!! NO SE LLORA!!! ESO ESO!! COMO LOS GUERREROS FUERTES!!! XP!

Carmenchu os quiere mucho!! A que si tesoro?? jajaja