viernes, 24 de octubre de 2003
Sol de Medianoche
Capítulo 2.
-¿Qué me tienen de nuevo?
-El informe del laboratorio ya está listo Señor, lo espera en su escritorio.
-¿Lo leíste?
-Sin profundizar mucho, dice que las plumas no son comunes, no pertenecen a ningún tipo de ave de la zona ni conocida.
-¿O sea?
-Podrían ser sintéticas, pero su estructura no tiene polietileno ni químicos. Son componentes normales en una pluma, pero en combinaciones diferentes que no pertenecen a ningún ave.
-Componentes orgánicos. –dijo hojeando el informe, de pocas páginas –pigmentos naturales, salidas de alas vivas, sin embargo el animalito dueño de esas alas no existe.
-En pocas palabras, eso dice.
El enorme sujeto se sentó pesadamente en su pomposo sillón de cuero negro. Su cara morena no expresaba emoción o pensamiento alguno.
-¿Qué piensa Señor?
-Pienso que deberé ir personalmente.
-En la ciudad hay un joven... el... –el tipo buscó en su pequeña libreta y ajustó sus lentes –Comandante Hiwatari Satoshi.
-¿Hiwatari?, el chico genio.
-Ese mismo Señor.
-El Jefe de las Contramedidas contra Dark, el Ladrón Fantasma... ¿Qué ha dicho él de todo esto?
-Deberían estar entregándole al mediodía el informe Señor.
-Bien. Al mediodía ya habré llegado.
-Entonces arreglaré un transporte y un almuerzo con el Comandante Hiwatari.
-Por eso me gusta tenerte de asistente Nakano. Me lees la mente.
-Me halaga Señor.
-Bien Nakano, entonces supongo que sabrás lo que estoy pensando ahora.
-¿Un aumento para su buen asistente Nakano? –preguntó sonriendo –
-... –la cara divertida del Capitán hizo sonreír aún más al joven Teniente -
-Usted piensa que debería acompañarlo, Señor. Eso es lo que está pensando.
-Ahora si aciertas. –dijo levantándose de un salto –Bien muchacho, te espero en 45 minutos en el frontis de la Comandancia.
-A la orden Señor.
***
-Plumas vivas... orgánicas, pero que no son de ningún animal conocido. Lo sabía...
Con el informe bajo el brazo, Hiwatari tomó su teléfono celular y marcó el número que había editado recién.
"Dai-chan"
Una suave sonrisa se formó en sus labios al escuchar la adormilada voz por el otro lado del aparato.
-Hola...
-Hola, ¿cómo amaneciste?
-Solo...
-Lo siento, no quise despertarte en la mañana.
-¿Vendrás a comer?, ¿verdad que si?
-Lo intentaré.
-Bien, le diré a Mamá que prepare algo delicioso...
-Dai...
-¿Te gustaron los pasteles de anoche verdad?, iré a comprar otros más para el postre. ¿Tomas té después del almuerzo?
-Dai...
-Al abuelo le gusta tomar té, no suelo acompañarlo, pero si a ti te gusta podríamos tomar una taza juntos...
-Daisuke necesito hablar con tu abuelo después ¿de acuerdo?
-Claro... ¿pasó algo?
-Nada fuera de lo que ya esperaba.
-Oh... ¿te esperamos para cenar entonces o para almorzar?
-Entre ambas.
-Ok.
-Nos vemos.
Satoshi cortó la comunicación y salió de su oficina, esperando poder comprar un café antes de revisar cuidadosamente el informe de las plumas encontradas.
-¿Comandante?
-¿Si?
-Señor, nos informan que el General Matsumoto acaba de llegar.
-¿Matsumoto? –preguntó sorprendido -¿Del cuartel General?
-Así es. Pidió una audiencia con usted a la hora de la cena.
-¿A la cena? Pero.... –diablos, no podría estar mucho tiempo con Daisuke -¿No puede ser mañana a primera hora?
-Llamaré de vuelta señor, quizás podamos cambiarla.
-Gracias. Esperaré en mi celular la confirmación.
-Como diga.
La chaqueta en su hombro y el teléfono en su bolsillo. Debía hacer algunas diligencias y buscar algunos datos antes de ir con su pelirrojo favorito.
***
-Señor, nos informan que el Comandante Hiwatari ha pedido un aplazamiento de la reunión.
-¿Plazo?, ¿qué razones dio?
-No hay razones especificadas Señor –dijo con cierto desdén Nakano –Su secretaria nos llamó.
-Bien, supongo que no hay razones para no concederle su petición. No me gustaría molestarte con el único en esta ciudad que puede darnos información fidedigna de Dark.
-¿Señor?
-No te preocupes Nakano. Almorcemos nosotros y ya cenaremos con el muchacho ese.
-...Como diga.
***
Nada. Nada de nada.
Ningún escrito decía algo que pudiera llevarlo a una conclusión, o al menos a una idea cercana sobre lo que podía ser este asesino que era tan parecido a Dark en modus operandi.
La biblioteca de los Niwa estaba de cabeza, y aún no había ningún libro que pudiera darles una pista. Claro, excepto el pequeño pasaje al final de una hoja, cuyas hojas siguientes habían sido arrancadas.
"Muerte alada,
acopio de odios y temores.
La inocencia de los infiernos,
Juez y guardiana de las partes.
Libre arma, mortal y sedienta de venganza
Manipulada flor delicada, furiosa de vergüenza.
Aquél que tenga en sus manos las llaves de Dios
Será dueño de lo que desee.
La vida y la muerte se rendirán a sus pies.
Plumas negras bañadas en sangre
Plumas blancas rodeadas de muerte.
Plumas negras veloces y escurridizas.
Lo que parece no es, y lo que es, no parece.
Llegado el momento juzgarás.
Quien se vea en tu camino...."
Era el escrito más extraño que habían encontrado en la amplia biblioteca, y el único sin explicación. Solo el dibujo gastado de una sombra alada con garras largas y brillantes acompañaba el raro poema.
--Es un libro muy antiguo –dijo Kosuke-san. –Me parece raro que no haya páginas siguientes...
--¿Y de qué trata el libro? –preguntó Emiko-san
--Sobre una maldición. Pero nada es dicho de manera explícita. Solo hablan en versos y poemas sin solución.
--Que extraño es todo esto.
La tarde continuó, y la comida entre Daisuke y Satoshi no fue coronada por la presencia de alguien más. La casa estaba en silencio, lo que dio tiempo a la pareja de sumirse en ellos mismos mientras se olvidaban del mundo.
--Satoshi...
--¿Dime?
--...
--¿Qué pasa Dai? –preguntó mirándolo fijamente.
--No lo sé... tengo la impresión de que algo malo ocurrirá... por favor cuidate mucho...
Sin más palabras se ocultó en el pecho de Hiwatari temblando. Este le acarició con gran ternura, sintiendo las hebras rojizas entre sus dedos, imaginando la textura de la piel bajo la ropa, pero reprimiendo todo tipo de pensamiento... 'poco adecuado para el momento'
--Seré cuidadoso, lo prometo.
Pero la hora pasa rápidamente, y debían separarse.
-Debo ir a la reunión con el General...
--¿No puedo acompañarte verdad?
--Sabes que no...
Deliciosos besos en la frente y los ojos. Niwa sonreía ante las cosquillas que estos le provocaban y mantenía sus párpados fuertemente cerrados.
--¿Puedo al menos acompañarte hasta el lugar de encuentro?
--Dai...
--Onegai...
--Pero...
--¿No vas a negármelo o si? –preguntó con su mejor carita de pena. El de lentes lo miró, suspiró y sonrió –
-Vamos de una vez.
Un dulce beso en sus labios y una inocente caricia en sus costillas que lo hizo temblar.
-Hai... ´
***
--¿Este es el lugar de encuentro?
--Si Señor. Lo escogí personalmente.
--Como siempre aciertas en mis gustos Nakano, eres increíble.
El joven Teniente sonrió y se sintió lleno de orgullo ante las palabras de su Jefe.
--También he pedido una entrada de langostinos, un plato fuerte compuesto de verduras y algo de carne blanca. Un bajativo y postre dulce.
--¡Me abres el apetito Nakano!, vamos, siéntate y pidamos un café mientras esperamos.
--Muchas gracias Señor...
Sonriendo y mostrando su perfecta dentadura, Nakano Eikichi obedeció. Su cabello castaño claro voló con el viento fresco de la ciudad, mientras sus ojos observadores buscaban al famoso Hiwatari.
--Señor, ha llegado .-dijo cuando su café terminado, apuntando discretamente hacia el inicio de la calle, visible a través de los ventanales.
--¿En serio?
Los ojos de Matsumoto se fijaron en el lugar indicado, y no pudo evitar sorprenderse... El muchacho no venía solo...
--¿Está bien Señor?
--...Ese chico...
--¿El que acompaña al Comandante? –rápidamente revisó sus libretas, pero negó lacónico –No tengo información sobre él...
--...Niwa... es un Niwa...
Mientras, en la calle, Daisuke se detuvo al sentir un escalofrío. Satoshi lo miró preocupado, borrando de inmediato la hermosa sonrisa que adornaba su cara. Por un momento, él también pudo sentir esa escalofriante presencia...
--¿Lo sientes?
--¿Es posible que esté cerca? –Niwa se enderezó y miró hacia todos lados, pero no pudo ver nada sospechoso... excepto una cara conocida en un balcón... Una chica de largo cabello lo miraba, pero sus ojos eran tapados por el flequillo que caía abundante sobre su frente. –Satoshi...
--¿Nani?
Esforzándose, el pelirrojo intentó recordar si era ese punto por el que cruzaban la noche que la había visto, antes de llegar a casa.
--Nada... no es nada...
--Mejor vienes conmigo Dai... no es seguro que vuelvas a tu casa.
Daisuke se sorprendió cuando él tomó su mano y tiró de él. Lo mismo sucedió con cierto General del cuartel central de la Policía....
***ediciones_ryochan@hotmail.com***
notas: gomen, gomen... tanto por la tardanza como por la extensión del capítulo. Es apenas la mitad del otro, pero intentaré que mejore... Espero que les haya gustado. Lamento no poder contestar reviews, pero estoy corta de tiempo. ¡Saludos a todos!
Bai bai.
