Capitulo 3: Relatado por Sakura

Créanme, cuando entre a ese cuarto, se me fue el aire.

Alguien ahí estaba enojado. Y no era exactamente Touya. Tomoyo se mostraba algo nerviosa.

El rubor que cubrió su rostro cuando Touya se despidió de ella había sido profundo.

Decidí ignorarlo nuevamente. Aunque no podría seguir ignorando el hecho de que Tomoyo corría para ver a Touya cada que el timbre tocara por mucho tiempo.

Cuando Touya se fue, sentí como el aire se relajaba. Algo estaba sucediendo, o mi imaginación había volado demasiado alto. Ninguna de las opciones me agradaba.

Comencé a hablar con Tomoyo sobre cosas triviales, sin sentido. De repente todo era como antes. Y todas mis preocupaciones se desvanecieron. La ligereza de las palabras de Tomoyo me convencieron de que no había nada malo…

Invite a Tomoyo para que se quedara a dormir, pero esta vez batalle más de la costumbre para convencerla.

--"Vamos Tomoyo, hace mucho que no hacemos esto, en realidad lo extraño, por favor, si?" Puse mi mejor cara de perrito triste, y por fin, poco a poco una sonrisa se fue dibujando en los labios de Tomoyo.

--"Esta bien. Solo deja hablarle a mi mamá y convencerla."

--"Esta bien, pe…" Yo misma me interrumpí cuando bostecé. Llevábamos hablando más de la mitad de la noche.

--"Moshi moshi? Madre…yo solo queria saber si me podria quedar en casa de los Kinomoto…?"

Tomoyo ya había terminado de hablar con su mamá, así es que subimos y entramos a mi cuarto. Kero estaba roncando en su cajón, y nosotros, entre risitas lo grabamos con la cámara que Tomoyo me había regalado para mi cumpleaños. Bajamos nuevamente de puntitas las escaleras y atacamos la cocina. Jugos, sodas, palomitas, dulces, pastel…todo. No te imaginas que tan divertido puede ser ordenar pizza a las tres de la mañana a una tienda que esta abierta las 24 horas.

Saqueamos completamente el refrigerador. Me reí al imaginar la cara que Touya pondría en unas horas cuando viera el refrigerador vacío. Subimos las escaleras con más ruido esta vez, y nos acomodamos en mi cuarto. Era genial. Esto era justo lo que necesitaba. A las 3:30 escuchamos a mi hermano llegar. Tomoyo en esos momentos se quedo misteriosamente callada. Después de eso continuamos hablando. Y por casualidad salio el tema de mi hermano. Para mi sorpresa, fue Tomoyo quien inició la plática.

--"En serio tu hermano y Nakuru hacen muy bonita pareja." La forma en la que lo dijo me hizo sentir que en realidad no estaba hablando en serio.

--"Nakuru me agrada, pero no creo que sea la indicada para el."

--"¿Entonces quien?" Tomoyo preguntó, muy callada.

--"No lo se, pero debería de ser alguien tranquila y seria, pero no a la exageración. Que lo entienda y que lo apoye. Y que sobre todo, lo quiera." En respuesta, solo recibí un suspiró. Mejor decidí cambiar de tema.

--"¿Qué pasaría si Kero se levantara?" Fue entonces que algo extraño sucedió. Una idea traviesa se le ocurrió a Tomoyo.

--"Y si…" Yo no me iba a quedar atrás. La ayude en su idea.

Yo iba a invocar a la carta Ilusión, Tomoyo, muy asustada, iba a despertar a Kero. Y Kero, lo que iba a ver era un fantasma. Mientras yo iba a estar detrás de Ilusión con la cámara. Se que no suena como la gran cosa, pero Kero le tiene pavor a los fantasmas. A la mitad de la noche. Tomoyo desesperada y asustada. Yo 'desaparecida´. Kero se la iba a tener que creer. Rápidamente invoque a Ilusión y la puse a trabajar. Ahora el espíritu aventurero de las cartas me iba a ayudar en vez de causarme problemas. Dentro de poco escuche a Tomoyo decir en un desesperado susurro.

--"¡Kero…Kero…despierta! ¡Sakura esta desaparecida, y hay ruidos extraños en el balcón!" Se escucho un,

--"¿Eh? ¿Qué paso?" muy soñoliento de parte de Kero. Pero por fin Tomoyo logró llevarlo al balcón.

--"¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!"

¡Como me reí! Todavía estábamos riendo cuando una luz se encendió y Touya entró a mi cuarto. No tenia camisa, solo traía unos pantalones cortos. Comencé a dar una explicación, pero al ver que Touya no me estaba prestando atención, me callé. Dirigí mi mirada hacia donde el tenía la suya. Era Tomoyo. Estaba de un color rojo, al igual que mi hermano. Entonces fue que recordé que Touya no tenía ni camisa, ni idea de que Tomoyo estaba aquí.