Pensaba que era Gripe

Autor: Muchos maravillosos escritores de HPRoundRobin.Livejournal, cada capítulo puede estar escrito por una persona diferente

Clasificación: R por situaciones por venir.

Resumen: Severus piensa que está enfermo, pero descubre que es mucho más de lo que había esperado.

Pareja: SS/HP

Spoiler: ninguno que sepamos

Disclaimer: No son nuestros. No hacemos dinero. Los personajes pertenecen a JK Rowling

Traducción : Alima21

I Thought It Was The Flu

Capítulo 7

Por Corgi

Decir que Poppy Pomfrey estaba enojada era quedarse corto. Estaba lívida. Si alguno de sus estudiantes la viera en ese momento, la hubieran temido aún más que al mismo Severus Snape y a perpetuidad. En ese momento, la razón de su enfado residía en la Guarida, velando por Harry Potter. Necesitaba traer al joven de regreso. ¿Por qué Albus era incapaz de entenderlo? No, él no la había dejado, ¡al menos no hasta que le dijera quién, qué, dónde y cómo! Pero ella no le diría pues se encontraba atada por el juramento de proteger la privacidad de su paciente, que realizó cuando le entregaron su licencia para practicar. No, el viejo tonto no conseguiría que hiciera eso.

Tenía que pensar, pero primero necesitaba calmarse, antes que un estudiante herido viniera buscándola. Caminó hasta la alacena donde guardaba sus suministros de pociones y revisó desordenadamente buscando un tranquilizante. Finalmente encontró algo al fondo del gabinete y lo tomó de un bocado. Mientras esperaba que la poción surtiera efecto, se sentó a reorganizar sus medicamentos, pensando que una tarea común ayudaría a la poción a relajarla. Finalmente, sintió que ya no estaba a punto de arrancar su cabello. Se retiró a su oficina y convocó un elfo doméstico, para pedirle una taza de té y algunos bocadillos. Antes que pudiera parpadear dos veces, el pequeño regresó con los alimentos pedidos y ella le agradeció su ayuda.

Mientras comía y bebía, comenzó a sopesar sus opciones. Sabía que si no regresaba a Harry con Severus, perdería tanto al mago mayor como al niño que llevaba. Sirius también quedaría devastado, pensando que el último enlace que tenía con su ahijado había fallecido junto con el hombre que Harry amaba. Realmente, no tenía opciones. Pasó una hora pensando el modo de convencer a Albus que la dejara traer al joven mago de regreso a Hogwarts, y tomó conciencia de que su tiempo se agotaba. Una vez que decidía algo, Albus podía ser tan testarudo como Severus. Ésta era una de las razones por las cuales entendía al Maestro de Pociones mejor que al resto del profesorado.

Sus pensamientos se quebraron cuando llegaron cuatro estudiantes arrastrados por sus compañeros de clase, con hojas brotando salvajemente por todos lados. Un fluido goteaba por las ropas de las víctimas indicando que había ocurrido un nuevo accidente de pociones en las mazmorras. Afortunadamente, Severus se encontraba lejos de la explosión. No sabía qué efectos impropios podían tener sobre el bebé las pociones preparadas. Después de administrarles el antídoto y dejarlos en observación por una hora, los sacó a la puerta y regresó a su dilema.

Por como veía la situación, no podía obedecer a Dumbledore y dejar a Harry en La Guarida con un posible riesgo de Severus y su niño. En realidad, si lo veía bajo la óptica lógica, su trabajo no significaba nada, comparado con el juramento que había hecho. Como los muggles, los medimagos y medibrujas tomaban el Juramento Hipocrático, pero a diferencia de los doctores muggles, los brujos quedaban atados al juramento. Si iban contra la letra y el espíritu de dicho juramente, su magia se destruía para siempre. Bajo esa luz, Poppy nunca había tenido elección. Tenía que llevarse a Harry. ¿Pero cómo lo hacía? Su principal obstáculo sería incapacitar a Albus. Era demasiado poderoso como para que pudiera aturdirlo con un hechizo. Quizás a Sirius se le podría ocurrir algo para distraer al viejo tonto. Si Black lograba conseguir algún modo de distracción, Poppy podría traer a Harry usando la red floo. Y si hubiera algún lugar para ocultar a los dos hombres, estaría resuelto.

Cuando levantó la vista hasta el reloj de su oficina notó que era hora de cenar. Caminó al Gran Comedor, se sentó en su lugar habitual al lado de la Profesora Sprout y pasó la comida conversando acerca de los nuevos descubrimientos sobre plantas medicinales mágicas. Flora estaba muy excitada por el descubrimiento y rebozaba de gozo al ser una de la pocas personas seleccionadas para hacer un intento de cultivarla en un medio ambiente controlado. Poppy aprovechó la oportunidad para observar a Severus y midió cómo se estaba sintiendo sin que lo supiera. De verdad que no le gustaba como se veía. Tenía que traer a Harry lo antes posible. Tenía que poner su plan en acción mañana mismo, antes que fuera demasiado tarde. Pasó el resto de la comida conspirando, mientras hacía los comentarios apropiados a la Profesora Sprout para disimular su falta de atención.

La mañana llegó demasiado pronto para la agotada mente de Poppy, pero necesitaba ponerse en movimiento. Se recetó a si misma una poción estimulante, recogió las cosas que necesitaba para Harry y Severus para ese día, y llenó una segunda mochila con medicamentos para un largo recorrido. Encogió esta última bolsa y la ocultó en uno de sus bolsillos. Mirando al reloj, decidió que no era demasiado temprano para conseguir a Severus, pues el hombre era famoso por ser madrugador. Otro tanto no se podía decir de Black, pero no tenía que levantarlo.

La matrona salió rumbo a las mazmorras con una sonrisa que radiaba determinación. Golpeó en el retrato que guardaba los aposentos de Snape y se sorprendió al ver que quien contestaba era ni más ni menos Sirius Black.

-Buenos días, Sirius, necesitó revisar a Severus.

-Buenos días. Él acaba de desayunar- contestó Sirius, mientras se apartaba para cederle el paso a Poppy.

Ella miró alrededor hasta que encontró a Severus sentado en uno de los sillones. Estaba más pálido de lo habitual, pero a la medimaga le alegró ver que Sirius estaba haciendo que el delgado mago comiera. Firme en su resolución de lograr que Harry se alejara de Albus, cruzó la habitación hasta Severus.

-Buenos días, Poopy. Veo que estás aquí para hurgarme y pincharme nuevamente- en nivel de agotamiento en la voz del hombre era notable tanto para Sirius como para Poppy.

-Sí, Severus. Estoy aquí para examinarte nuevamente. Estaré aquí cada mañana hasta que nazca el bebé. No quiero pasar por alto nada. Pero necesito un favor tuyo antes que empecemos. Tengo un paciente que necesita una casa segura. Es un personaje de un alto nivel y necesito ubicarlo en un lugar donde no pueda ser localizado. Lo traería aquí, pero ni en Hogwarts estaría seguro.

-La mayor parte de los refugios de la Orden son conocidas por Albus. De hecho, todos son conocidos por Albus y al menos otro miembro de la Orden; si necesitas un lugar verdaderamente seguro, no elijas ninguna de esas casas.

Severus tenía una mirada pensativa, pero Poppy no sabría decir si estaba buscando algún otro lugar y imaginándose a quien estaba tratando de ocultar la mujer.

-Hay una pequeña finca de campo dentro de las tierras de mi familia que es segura. Hay una gran cantidad de escudos y hechizos de protección en el lugar, que hace difícil encontrarlo. Tanto Albus como el Ministerio desconocen su existencia. ¿Serviría?

-¡Será perfecto, Severus! ¡Gracias!- exclamó la mujer con alivio. Ahora tenía un lugar para ocultar a los hombres hasta que Harry estuviera mejor.

-Déjame llamar a un elfo doméstico y asegurarme que el lugar esté listo para ser ocupado. Ellos han estado haciendo las reparaciones necesarias aunque no se use. Así que no les tomara mucho tiempo arreglar cualquier cosa que no esté a punto- comentó Severus, mientras se dirigía hacia su escritorio. Cuando lo alcanzó, revolvió hasta sacar una pequeña caja, y sacando el contenido, llamó-: ¡Miffy!

Se escuchó un pequeño crack y la elfina doméstica Miffy apareció, inclinándose y revisando el entorno para verificar si algún peligro amenazaba a su amo. Cuando se enderezó, levantó la vista hacia Severus esperando instrucciones.

-¿ Miffy, podrías tú y los demás preparar Thornwall Cottage, por favor? Madame Pomfrey llevará un paciente para su recuperación, y nadie debe saber que ese paciente se encuentra allí.

-Sí, amo Severus, Miffy se encargará de eso- con otro clap, la pequeña elfina salió a cumplir las órdenes de su amo.

-La finca estará lista en unos momentos- se giró hacia Poppy antes de continuar-. Miffly se asegurará que la red floo esté abierta para que lleves a tu paciente.

Gracias, Severus; agradezco el uso de la casa de campo. ¡Ahora, andando a la habitación! Necesito hacerte algunas exploraciones.

Severus se dirigió a la habitación y se acostó en la cama con una expresión de enojo en su rostro. Poppy le dio una pequeña y divertida sonrisa y colocando su bolso en la mesita de noche, comenzó a registrarla buscando una poción nutritiva que había traído para él, y una poción para dormir de efecto leve para mezclarla. Una vez que estuvo fuera de la vista de Severus, sacó la ampolla y la colocó en la mesita de noche, y sacó la varita de su bolsillo. Comenzó a explorar y encontró que el bebé estaba bastante saludable, aunque la salud de Severus declinaba pues el bebé consumía todos sus recursos. Toda esta información hizo que la determinación de Poppy sobre traer de vuelta a Harry se afianzara; ¡aunque tuviera que golpear al Albus con una roca en la cabeza, hoy mismo rescataría al joven mago!

-El bebé está muy saludable, Severus, pero tus recursos están muy débiles. Necesitas comer y dormir más. Trata de hacer pequeñas comidas a lo largo del día, de forma que no sientas náuseas o incomodidad. Tómate la poción nutriente y descansa el resto del día.

Severus tragó la poción después de un breve asentimiento en señal de aceptación se las instrucciones de la medimaga. Le dirigió una sospechosa mirada al detectar el gusto de la poción del sueño, pero cayó dormido antes que pudiera gruñirle. Poppy arropó al hombre dormido y se apresuró hacia el saloncito para hablar con Sirius. Una vez en la habitación, con rapidez lanzó un hechizo de silencio y otro para cerrar las puertas antes de girarse al ex-fugitivo.

-Sirius, necesito tu ayuda. No quiero que digas nada a Severus hasta después que esté hecho. Harry fue encontrado, pero Albus lo tiene oculto por su seguridad.

-¡Poppy, eso es fantástico! ¿Dónde está? ¿Cuándo va a regresar?- Sirius saltaba alrededor de la habitación como un cachorro.

-Ese es el problema por el que necesito tu ayuda, Sirius. Albus no quiere que regrese a Hogwarts porque su magia a mermado seriamente y ha perdido gran cantidad de sangre. Está estable pero sin defensas. ¿Tú conoces la condición de Severus?

-Sé que está embarazado y sé que Harry es el padre, pero ¿por qué Albus cree que no podemos protegerlo aquí? Estoy consciente que aún existen Mortífagos que quieren matar a Harry, pero no es razón para mantenerlo lejos de su casa.

-Eso es exactamente lo que Albus está temiendo. Es inflexible respecto a que Harry debe permanecer oculto, pero si no traemos a Harry aquí perderemos a Severus y al bebé. En los embarazos masculinos, ambos padres deben estar en cercano contacto para que el padre embarazado permanezca saludable y el bebé se desarrolle. Necesito poner a Albus fuera de acción el tiempo suficiente como para llevar de contrabando a Harry hasta la finca. ¿Se te ocurre algo? Si debo hacerlo, soy capaz de golpearlo en la cabeza, pero sería mejor si puedo evitarlo. No puedo aturdirlo simplemente; sus protecciones personales son demasiado fuertes para que pueda hacer eso.

-Déjame correr a Hogsmeade y comprar unos caramelos de limón. Luego los mezclaré con una fuerte poción para dormir. Sé que entre sus existencias, Severus tiene algo para quitarle el gusto. Esto sacaría a Albus de tu camino el tiempo suficiente como para ocultar a Harry. ¿Vas a llevar a Severus allí también?

-Sí, también quiero a Severus allí. Necesito que esté en estrecho contacto con Harry durante su embarazo. Iré a la oficina de Albus y llevaré una bolsa de esos condenados caramelos en nombre de Minerva. Le diré que me pidió que se los llevara durante mi visita de ayer. Y regresaré.

-Bien, Poppy. Yo rescataré esa poción y empacaré las pertenencias de Severus. Yo ni siquiera he desempacado todavía.

-¿Estas seguro de querer sufrir la cólera de Albus, Sirius?- preguntó Poppy antes de retirar los encantamientos.

-A pesar de mi manera de actuar, Poppy, sé cuanto le debo a Severus por esas pociones que me regresaron la salud después que Harry y los demás sacaron mi cuerpo del Velo en el Departamento de Misterios. Haré cualquier cosa para ayudarlos a él y a Harry. Puede que no me entusiasme demasiado la relación de mi ahijado con Severus, pero si es verdaderamente feliz no interferiré, ni permitiré que Albus los hiera

-Eso es perfecto para mí, Sirius. No me entusiasma demasiado la idea de romper mi juramento y perder mi magia por la terquedad de Albus- asintió a Sirius y dejó la habitación.

Una hora más tarde, se encaminaba enérgicamente hacia la habitación de Harry en el Refugio. Albus estaba sentado al lado de Harry, quien miraba el techo aturdido, luciendo pálido y cansado.

-¿Cómo te sientes hoy, Harry?- mientras sacaba los medicamentos que debía tomar el joven.

-He estado mejor- susurró el chico con aspereza y miró con aversión las pociones colocadas en fila en la mesita de noche.

-¡Antes de que te des cuenta, estarás bien!- lo animó la medimaga, sintiendo cada palabra aunque no de la manera que Albus pensó que lo hacía.

-Ves, Harry, todo va a estar bien, mi muchacho- Albus le dio unas palmaditas en la espalda.

-Oh, antes que lo olvide. Minerva te envió una bolsa de caramelos de limón. Pensó que podrían estarse agotando tus provisiones.

-Siempre puedo contar con Minerva para saber qué necesito antes que yo. Precisamente estaba pensando enviarle una lechuza pidiéndole algunos- Albus rió entre dientes, tomó la bolsita de Poppy e inmediatamente la abrió y se metió uno en la boca después de ofrecerles a sus huéspedes. La mujer no podía creer en su buena suerte mientras Albus chupaba la poción del caramelo y caía dormido.

Levitó al dormido Director hasta la otra habitación y sacó el caramelo remanente en su boca. Una vez que había dispuesto de él son seguridad, se apresuró a regresar a la habitación de Harry y atrapó al joven mago intentando escapar.

-¡Oh, no. Tú no vas a ninguna parte, jovencito!- lo regañó, mientras lo empujaba de regreso a la cama.

-¡Me tengo que ir, Poppy!¡Tengo que regresar a la escuela!

-Te llevaré con Severus tan pronto te tomes esta poción. Está desesperado desde que desapareciste.

-¿Lo está?

-Sí, lo está. Ahora bébelo. Mientras más pronto lo hagas, más pronto podremos partir- sonrió mientras veía como Harry tomaba la poción tan rápido como podía-. Ahora inclínate sobre mí y viajaremos con polvos floo hasta la casa de Severus- tomó un puñado de polvos floo y gritó "Thorwall Cottage! y desaparecieron en una llama de fuego verde.

Una vez en la casita rural, Poppy condujo a Harry a la habitación principal y llamó a un elfo doméstico con un cordón de seda colocado a un lado de la cama.

-¿Qué necesita la señora de Miffy?- preguntó la elfina que apareció.

-Por favor, cuida a Harry hasta que llegue tu Amo Severus, por favor- luego que la elfina asintió, se giró hacia el chico-. Harry, duerme hasta que llegue Severus. Si necesitas algo, pídeselo a Miffy.

-Bien, Poppy- aceptó Harry y se volvió hacia la elfina para agradecerle su ayuda.

La medimaga abandonó la habitación y regresó a la chimenea para llamar a Sirius. La cabeza del animago apareció en las llamas y la interrogó inmediatamente.

-¿Lo conseguirte, Poppy? ¿Está bien?

-Sí, está aquí, pero muy cansado. Trae aquí a Severus nseguida- por encima del hombro de Sirius, observó a Severus que entraba en la habitación-. ¡Severus, necesito que me ayudes aquí inmediatamente! ¡Por favor!

-Sal del camino que allá voy- contestó Severus, sin cuestionar a Poppy-. ¿Cuál es el problema con tu paciente y qué necesitas hacer?- preguntó sin preámbulos.

-Juzga por ti mismo, Severus. Está en la habitación principal con Miffy.

Severus caminó a grandes zancadas hacia la puerta sin notar que Sirius había llegado y cerraba la red floo. Se encaminó hacia la habitación y se detuvo aturdido por el impacto. Un grito de "Harry" se desgarró de la garganta del mago embarazado mientras corría hacia la cama.

Los ojos de Harry se abrieron de improviso y la primera sonrisa que había visto en el mago de ojos verdes desde que lo habían encontrado iluminó su rostro cuando vio al Maestro de Pociones. El joven mago saltó de la cama hacia los brazos del otro hombre y ambos gritaron a un tiempo "te amo". Tanto Poppy como Sirius tenían lágrimas en los ojos mientras eran testigos del reencuentro, pero Poppy sabía que lo peor aún estaba por venir dentro de este peligroso embarazo.

Continuará........

REVIEW

Mickaelle: Bueno, gracias por las felicitaciones pero debemos aclarar que las musas no son nuestras (ojalá) sino de las autoras de esta historia, que fue escrita por un grupo e intervinieron varias personas. Nosotras nos limitamos a traducirlas y hasta el sol de hoy hemos actualizado semanalmente en intentaremos seguir haciéndolo así ,

marla: que bueno que te guste la historia y sobre actualizar 2 capítulos semanales es imposible, tenemos demasiadas historias. ¿Nos perdonas? Besitos.

AsusanSnape: Sí, de veras que el perrito es polifacético jeje. Imaginamos que no es maternidad sino paternidad, y ya vimos que te uniste de nuevo a nuestro grupo. Bienvenida. Besos.

Minako: Bueno, creo que tus dudas aún no resultaron despejadas, pero en el próximo capítulo seguro. La longitud de los capítulos escapa de nuestras manos, ya que el fic está listo y nosotras sólo lo traducimos, y Nacido del Odio, lo actualizaremos muy pronto. Besos

Gala: Si, aquí entre tu y nosotras te diremos que esto es definitivamente un universo alterno donde Sev y Sirius se aman, jajjajja. ¿Pero verdad que sería lindo que fueran amigos? Por lo menos en esta historia nos damos gusto. Y viste que ya se encontró nuestra parejita, no tuviste que esperar tanto. Besotes.

Luzy Snape: ¿Y vas a seguir con la agresividad? Vaya por Dios jeje. Pero reflexiona, si nos despachas la traducción se queda a la mitad. ¿Te parece buena idea? ¿No verdad? Menos mal porque a nosotras tampoco juasjuas. Y para que calmes tus ansias (que conste que las amenazas no tuvieron nada que ver) pues aquí se encontraron por fin Harry/Sevie. Besitos

Azalea: ¿Has leído muchos cuentos de hadas últimamente, verdad? Aunque si que fue un reencuentro romántico, ambos estaban hechos un desastre pero eso es un pequeñísimo detalle. Además, recuerda que cuando dicen 'y fueron felices para siempre' la historia se acaba, y a esta aún le quedan unos cuantos capítulos, así que bienvenida al mundo real, muajajajaja. Besitos

Velia: Sirius haría cualquier cosa por Harry y aquí lo demuestra y Severus aparte que tiene la misma razón que el animago, únele las hormonas del embarazo jejeje. No, el no malinterpretará nada, más bien agradecerá la ayuda a quien corresponda. Besitos