I Thought It Was The Flu
Autor: Muchos maravillosos escritores de HPRoundRobin.Livejournal, cada capítulo puede estar escrito por una persona diferente
Clasificación: R por situaciones por venir.
Resumen: Severus piensa que está enfermo, pero descubre que es mucho más de lo que había esperado.
Pareja: SS/HP
Spoiler: ninguno que sepamos
Disclaimer: No son nuestros. No hacemos dinero. Los personajes pertenecen a JK Rowling
Traducción : Alima21
I Thought It Was The Flu
Capítulo 11
Por Corgi
Mientras Sirius subía la escaleras charlaba con Remus, contándole sobre su tiempo con Severus y la conmovedora reunión entre el taciturno hombre y su ahijado. Durante todo el trayecto, se debatía sobre si debía conducir a ambos hombres con Harry y Severus. Sabía que podía confiar en Remus, pero Albus le preocupaba un tanto. Justo ahora, el hombre parecía feliz con todo. Pero Sirius no creía que Severus y Poppy se mostraran muy entusiasmados al ver al anciano en ese momento. Sopesando sus opciones, decidió pegar la carrera y tratar de eludir a los dos hombres.
-¡Diablos, olvide unas cosas que Severus me pidió que recogiera! – exclamó el animago palmeándose la frente en señal de exasperación.
Se giró de regreso a la habitación de Severus para tomar los artículos y luego escapar por la red floo a su casa. Mientras se regresaba, no notó que Albus le lanzaba un hechizo o que Remus lo seguía hasta la habitación del Maestro de Pociones. Una vez dentro, tomó rápidamente los libros que Severus le había pedido y los encogió, guardándolos en su bolsillo. Dio la vuelta y chocó con Remus.
"Demonios" pensó, "tengo que encontrar el modo de deshacerme de Remy por unos pocos momentos"
-¿Hey, Remus, podrías recoger las ampollas con la medicina del gabinete? Yo necesito buscar unas cosas en los gabinetes de la cocina.
-Bien, Sirius. ¿Qué medicinas necesitas?- escuchó al hombre lobo preguntar desde el baño mientras lanzaba los polvos floo en la chimenea.
-¡12 Grimmauld Place!- Sirius saltó al fuego y mientras desaparecía en medio de las llamas, pudo distinguir como Remus entraba corriendo en la habitación.
Sirius llegó a su casa familiar y se encaminó rápidamente hacia la puerta. El fuego lanzó una llamarada verde y el animago pudo ver a Remus lanzarse fuera de la chimenea, hacia él. Corrió hacia la puerta, esperando poder alcanzarla antes que Remus lo atrapara. Justo cuando estaba desapareciendo, sintió la mano de su amigo cerrándose sobre su muñeca. Se apareció en el Callejón Diagon, con Remus a remolque, y se desprendió de su mano cuando el hombre dio un traspiés. Corrió calle abajo, entrando y saliendo de las tiendas, con la esperanza de despistar a Remus y poner distancia entre ellos.
Corrió y corrió, zambulléndose en los almacenes y saliendo otra vez . Remus comenzaba a ganar terreno, así que se transformó en su forma de animago y continuó tratando de evadir al licántropo. Corrió calle abajo por el Callejón Knockturn con la esperanza de perder a su viejo amigo en los giros y vueltas. Padfoot atrapó un olor que dominó sus sentidos e instintivamente, su forma de animago asumió el control y rodó en un desagradable charco de líquidos y semi-líquidos, la mayoría de ellos no identificados. Esperando que el asqueroso hedor que ahora lo cubría confundiera el olfato hipersensible del licántropo, rápidamente atravesó el resto de las calles que conducían al centro del comercio del Mundo Mágico y regresó al Callejón Diagon. Retomó su forma humana, y comenzó una serie de apariciones con la intención de ocultar su rastro.
El destino final de Sirius era Thornwall Cottage, la propiedad de Severus. Rápidamente se lanzó varios hechizos de limpieza y remoción de olor, antes de entrar en la casa. Vacío sus bolsillos y retornó los libros que había traído a su tamaño original. Luego de ejecutar esta última tarea, buscó a Poppy. La encontró camino a la habitación de Harry y Severus y le contó un rápido resumen de lo que había pasado en la escuela. No notó que los enfermos estaban parados en la puerta de su habitación.
-Revisa si lleva algún encantamiento de rastreo, Poppy. No me extrañaría que Albus sospechara que Sirius escaparía- sugirió Severus, caminando para tomar los libros que el animago había traído.
-Tienes razón, Severus; le lanzó un encantamiento de rastreo. Supongo que pronto tendremos compañía- mientras dispersaba el hechizo, la medibruja echaba humo ante la mala suerte que tenían
-Lo lamento, gente. Debí ser más cuidadoso. Albus descubrió lo del embarazo; Remus detectó el cambio en el aroma de Severus. El viejo parecía feliz pero no estoy seguro. Debí haber chequeado si no me habían lanzado algún hechizo una vez que perdí a Remus.
-¿Cómo perdiste a Remus y a su nariz?- preguntó Harry, la curiosidad escrita en su rostro.
-Uhmm, es un tanto embarazoso. Mientras intentaba escapar de él, me transformé en mi forma animal y decidí rodar sobre algo bastante oloroso para ocultar mi esencia. No sé qué era ni quiero saberlo. El Callejón Knockturn es de por si bastante asqueroso para además entrar en detalles- el rostro de Sirius adquirió un brillante tono rojo cuando alguien empezó a reír.
- Bien, ahora que ya tuvimos nuestra sesión de risas del día, caballeros, necesito explicarles algunas cosas sobre el embarazo, así que tomen asiento- ordenó Poppy a los hombres, sentándose para una charla prolongada. Antes que pudiera empezar a hablar, un bang hizo eco arriba.
-¿Qué fue eso?- Sirius se paró al instante, sacó la varita y caminó hacia las escaleras.
-Mis elfos domésticos se enteraron de mi estado y en el estilo tradicional de los elfos de la casa, exageraron. Están trasladando hasta aquí la antigua guardería familiar y decidieron redecorar el mobiliario y el ambiente allá arriba- explicó Severus con un largo suspiro de sufrimiento-. Nunca escucharon cuando se les dijo que hicieran algo discreto.
-Bien, aunque suena como si tuvieran una pareja de hipogrifos con ellos- Sirius regresó a su asiento y centró su atención en la medibruja, quien estaba a punto de lanzarse en su conferencia.
-Como le dije antes a Severus, el embarazo masculino siempre produce magos. A diferencia del femenino, el niño que porta un hombre sobrevive gracias a la magia de ambos padres; esa es la razón por la que Severus estaba tan fatigado el otro día. Cuando el niño es concebido, se forma un enlace entre los padres que comunica las necesidades de el bebé al otro padre. El embarazo es muy difícil ya que drena la magia del que lo lleva hasta el punto que ni siquiera puede usar su propia magia. Este punto llega generalmente alrededor del sexto mes de embarazo. Como las brujas, los magos portan al bebé nueve meses, pero a partir del sexto mes debe realizarse una poción y un hechizo para fomentar la formación del canal de nacimiento. Pueden ocurrir varias complicaciones, pero dado que estoy observando a Severus desde el primer mes de embarazo, no creo que ocurra ninguna de ellas. El problema más inquietante sería si la poción y el hechizo fallaran en la formación del canal de nacimiento. Entonces el portador debería ser transformado para formar uno. El principal problema para ustedes dos es que Severus no puede elaborar la poción, así que tendrá que dirigir a Harry desde el otro extremo de la habitación.
Severus gimió cuando el último pedacito de información fue expuesto y miró hacia Harry, esperando que su amor no se ofendiera. Harry, por su parte, estaba muy pálido y parecía estar al borde del pánico.
-No te preocupes, Harry. Aquí no hay ningún Slytherin que añada ingredientes adicionales a tu caldero- Severus se vio recompensado con una trémula sonrisa de Harry.
Poppy iba a agregar algo pero fueron interrumpidos por un toque en la puerta. Un hilo de preocupación ató a todos mientras Sirius despachaba con un movimiento de la mano al elfo doméstico que iba a abrir. Caminó hasta la puerta, respiró profundamente y tiró para abrir.
-Buenas noches, Sirius. ¿Podemos pasar?- preguntó Albus con una sonrisa en el rostro y el maldito brillo de alegría en sus ojos. Remus estaba parado tras él, mirando sobre su hombro.
Sirius se hizo a un lado y dejó pasar a los dos hombres. Ambos saludaron a una muy enojada Poppy, quien los amenazó con sus propias vidas si causaban una onza de angustia a sus pacientes. Sirius luchó por contener la risa ante la apariencia aturdida e impactada de los rostros de Albus y Remus. No muchas personas podían impresionar al Director y esa era una visión que no tenía precio. Poppy condujo a sus invitados hasta el cuarto de estar donde Severus estaba dormitando, acostado en un diván y usando el regazo de Harry como almohada.
Remus y Albus corrieron hacia Harry y lo felicitaron en voz baja. Luego de eso se sentaron en las sillas que habían traído los elfos domésticos de la mansión y Poppy siguió con el discurso que estaba dando a Harry y Severus, liberada con las amenazas ofrecidas a Albus.
-Si hubiera sabido sobre el embarazo, Poppy, hubiera llevado a Severus a la Guarida para reunirse con Harry- dijo Albus con remordimiento-. Nunca quise herir a ninguno de ellos, sólo quería que Harry se recuperara con seguridad.
-Yo no quería que nadie supiera, Albus- la voz de Severus cortó la conversación.- No quería que el bebé fuera tratado como trataron a Harry. No tenía intención de decirle a nadie quién era el otro padre. Poppy lo descubrió por si sola.
-No interferiré con la educación del niño, mi muchacho, y prometo ayudarte a protegerlo de las preguntas de la prensa mágica.
La tensión en la habitación bajó notablemente mientras la conversación continuaba. Todos discutieron sus planes futuros mientras escuchaban el ruido que los ocupados elfos domésticos hacían en el piso de arriba.
Los siguientes cinco meses transcurrieron con bastante tranquilidad, eso si, si se descontaba la incomodidad de Severus. Sirius no podía ayudar pero sentía pena por sus viejo rival, quien continuaba sufriendo malestares matutinos. Al momento que los olores de la comida en la cocina impactaban la nariz del pobre hombre, éste corría al baño. Sirius notó que, a pesar de que Severus continuaba venerando al Dios de la porcelana, el embarazo estaba logrando mucho en mejorar la apariencia física taciturna del hombre. Su delgado rostro se había rellenado y las señales de amargura y descontento virtualmente habían desaparecido a medida que el embarazo avanzaba, aunque Sirius no sabía si esto último era debido al embarazo o a la presencia de Harry; quizás a ambos. De cualquier modo, Sirius estimaba que en realidad no importaba. Harry y Severus eran felices y estaban completamente absortos el uno en el otro y en el niño que habían procreado.
Mientras el tiempo para que la poción especial fuera elaborada se acercaba, Harry comenzó a entrar en pánico. Había leído las instrucciones para hacerla varias veces al día y continuaba su espiral descendente a pesar de la confianza de Severus.
-¡Sirius, no puedo hacerlo! ¡Podría envenenar a ambos!- no hacía ningún intento de ocultar su histeria creciente-. No todas mis pociones en la escuela eran saboteadas. Dañé un montón de ellas yo solo.
-No tienes elección, Harry. Tu firma mágica tiene que estar impresa en la poción o no funcionará. El cuerpo de Severus no aceptará la poción si no es preparada por ti, y únicamente por ti. Severus estará al otro lado de la habitación ladrándote órdenes. Estarás bien, relájate- empleaba toda su inteligencia intentando razonar con su ahijado.
-Si de verdad piensas eso, Sirius......
Harry no estaba tan seguro. Si había algo que no había cambiado con los años era su falta de confianza en sus propias habilidades.
El tiempo de empezar a elaborar la poción llegó y Severus se sentó en una silla al otro lado del salón con la receta frente a él. Sus ojos nunca abandonaron a Harry mientras el joven comenzaba a preparar los ingredientes. El chico miraba constantemente a Severus para asegurarse que estaba haciendo todo correctamente. Cuando llegó el momento de agregar el primer ingrediente al agua hirviendo en el caldero, una gran explosión sacudió la edificación. Sirius corrió hacia la entrada y vio una brillante luz roja destellar en dirección de la mansión de la familia Snape, y para su horror, flotando sobre el lugar pudo ver la Marca Oscura.
Continuará..........
REVIEWS
Devil Lady Hitokiri: Que bueno que te sigue gustando. Esos dos siguen tiernísimos, pero ahora como que surgió cierta complicación en su cielo, jeje. Besos y nosotras también te queremos, las queremos a todas porque son geniales.
Ana Rickman: Pues el viejito se tranquilizó del todo y no sólo no le hizo nada a Poppy, sino que ella lo amenazó, vaya carácter jeje. En unas cuantas semanas empezaremos la precuela de Wanted, sólo un poquito de paciencia. Besotes.
Azalea Snape: Si, la verdad es que llegar en el momento 'preciso' debe ser francamente......impactante, por decir lo menor, ¡que fuerte!!. No creemos que tengas mente cochambrosa porque a nosotras nos encantan los lemon. ¿O será que también tenemos mente cochambrosa? Jajjajjajjas. Besos.
Velia: Bueno, no relatan nada sobre cambios de humor ni reacciones de los demás, de hecho siguen en la mansión de Sevie. Lo que ocurre es que recuerda que esto es producto de un reto y escriben diversas personas, así que la historia va caracoleando, por así decirlo. Besos
Gala Snape: Bueno, pero debes concederle a Sirius que al menos trató de escaparse, jejje, pero tienes razón, al viejito este no se le escapa una. Aunque en esta historia se le han escapado una cuantas. JAJJAJJA. Besitos.
Autor: Muchos maravillosos escritores de HPRoundRobin.Livejournal, cada capítulo puede estar escrito por una persona diferente
Clasificación: R por situaciones por venir.
Resumen: Severus piensa que está enfermo, pero descubre que es mucho más de lo que había esperado.
Pareja: SS/HP
Spoiler: ninguno que sepamos
Disclaimer: No son nuestros. No hacemos dinero. Los personajes pertenecen a JK Rowling
Traducción : Alima21
I Thought It Was The Flu
Capítulo 11
Por Corgi
Mientras Sirius subía la escaleras charlaba con Remus, contándole sobre su tiempo con Severus y la conmovedora reunión entre el taciturno hombre y su ahijado. Durante todo el trayecto, se debatía sobre si debía conducir a ambos hombres con Harry y Severus. Sabía que podía confiar en Remus, pero Albus le preocupaba un tanto. Justo ahora, el hombre parecía feliz con todo. Pero Sirius no creía que Severus y Poppy se mostraran muy entusiasmados al ver al anciano en ese momento. Sopesando sus opciones, decidió pegar la carrera y tratar de eludir a los dos hombres.
-¡Diablos, olvide unas cosas que Severus me pidió que recogiera! – exclamó el animago palmeándose la frente en señal de exasperación.
Se giró de regreso a la habitación de Severus para tomar los artículos y luego escapar por la red floo a su casa. Mientras se regresaba, no notó que Albus le lanzaba un hechizo o que Remus lo seguía hasta la habitación del Maestro de Pociones. Una vez dentro, tomó rápidamente los libros que Severus le había pedido y los encogió, guardándolos en su bolsillo. Dio la vuelta y chocó con Remus.
"Demonios" pensó, "tengo que encontrar el modo de deshacerme de Remy por unos pocos momentos"
-¿Hey, Remus, podrías recoger las ampollas con la medicina del gabinete? Yo necesito buscar unas cosas en los gabinetes de la cocina.
-Bien, Sirius. ¿Qué medicinas necesitas?- escuchó al hombre lobo preguntar desde el baño mientras lanzaba los polvos floo en la chimenea.
-¡12 Grimmauld Place!- Sirius saltó al fuego y mientras desaparecía en medio de las llamas, pudo distinguir como Remus entraba corriendo en la habitación.
Sirius llegó a su casa familiar y se encaminó rápidamente hacia la puerta. El fuego lanzó una llamarada verde y el animago pudo ver a Remus lanzarse fuera de la chimenea, hacia él. Corrió hacia la puerta, esperando poder alcanzarla antes que Remus lo atrapara. Justo cuando estaba desapareciendo, sintió la mano de su amigo cerrándose sobre su muñeca. Se apareció en el Callejón Diagon, con Remus a remolque, y se desprendió de su mano cuando el hombre dio un traspiés. Corrió calle abajo, entrando y saliendo de las tiendas, con la esperanza de despistar a Remus y poner distancia entre ellos.
Corrió y corrió, zambulléndose en los almacenes y saliendo otra vez . Remus comenzaba a ganar terreno, así que se transformó en su forma de animago y continuó tratando de evadir al licántropo. Corrió calle abajo por el Callejón Knockturn con la esperanza de perder a su viejo amigo en los giros y vueltas. Padfoot atrapó un olor que dominó sus sentidos e instintivamente, su forma de animago asumió el control y rodó en un desagradable charco de líquidos y semi-líquidos, la mayoría de ellos no identificados. Esperando que el asqueroso hedor que ahora lo cubría confundiera el olfato hipersensible del licántropo, rápidamente atravesó el resto de las calles que conducían al centro del comercio del Mundo Mágico y regresó al Callejón Diagon. Retomó su forma humana, y comenzó una serie de apariciones con la intención de ocultar su rastro.
El destino final de Sirius era Thornwall Cottage, la propiedad de Severus. Rápidamente se lanzó varios hechizos de limpieza y remoción de olor, antes de entrar en la casa. Vacío sus bolsillos y retornó los libros que había traído a su tamaño original. Luego de ejecutar esta última tarea, buscó a Poppy. La encontró camino a la habitación de Harry y Severus y le contó un rápido resumen de lo que había pasado en la escuela. No notó que los enfermos estaban parados en la puerta de su habitación.
-Revisa si lleva algún encantamiento de rastreo, Poppy. No me extrañaría que Albus sospechara que Sirius escaparía- sugirió Severus, caminando para tomar los libros que el animago había traído.
-Tienes razón, Severus; le lanzó un encantamiento de rastreo. Supongo que pronto tendremos compañía- mientras dispersaba el hechizo, la medibruja echaba humo ante la mala suerte que tenían
-Lo lamento, gente. Debí ser más cuidadoso. Albus descubrió lo del embarazo; Remus detectó el cambio en el aroma de Severus. El viejo parecía feliz pero no estoy seguro. Debí haber chequeado si no me habían lanzado algún hechizo una vez que perdí a Remus.
-¿Cómo perdiste a Remus y a su nariz?- preguntó Harry, la curiosidad escrita en su rostro.
-Uhmm, es un tanto embarazoso. Mientras intentaba escapar de él, me transformé en mi forma animal y decidí rodar sobre algo bastante oloroso para ocultar mi esencia. No sé qué era ni quiero saberlo. El Callejón Knockturn es de por si bastante asqueroso para además entrar en detalles- el rostro de Sirius adquirió un brillante tono rojo cuando alguien empezó a reír.
- Bien, ahora que ya tuvimos nuestra sesión de risas del día, caballeros, necesito explicarles algunas cosas sobre el embarazo, así que tomen asiento- ordenó Poppy a los hombres, sentándose para una charla prolongada. Antes que pudiera empezar a hablar, un bang hizo eco arriba.
-¿Qué fue eso?- Sirius se paró al instante, sacó la varita y caminó hacia las escaleras.
-Mis elfos domésticos se enteraron de mi estado y en el estilo tradicional de los elfos de la casa, exageraron. Están trasladando hasta aquí la antigua guardería familiar y decidieron redecorar el mobiliario y el ambiente allá arriba- explicó Severus con un largo suspiro de sufrimiento-. Nunca escucharon cuando se les dijo que hicieran algo discreto.
-Bien, aunque suena como si tuvieran una pareja de hipogrifos con ellos- Sirius regresó a su asiento y centró su atención en la medibruja, quien estaba a punto de lanzarse en su conferencia.
-Como le dije antes a Severus, el embarazo masculino siempre produce magos. A diferencia del femenino, el niño que porta un hombre sobrevive gracias a la magia de ambos padres; esa es la razón por la que Severus estaba tan fatigado el otro día. Cuando el niño es concebido, se forma un enlace entre los padres que comunica las necesidades de el bebé al otro padre. El embarazo es muy difícil ya que drena la magia del que lo lleva hasta el punto que ni siquiera puede usar su propia magia. Este punto llega generalmente alrededor del sexto mes de embarazo. Como las brujas, los magos portan al bebé nueve meses, pero a partir del sexto mes debe realizarse una poción y un hechizo para fomentar la formación del canal de nacimiento. Pueden ocurrir varias complicaciones, pero dado que estoy observando a Severus desde el primer mes de embarazo, no creo que ocurra ninguna de ellas. El problema más inquietante sería si la poción y el hechizo fallaran en la formación del canal de nacimiento. Entonces el portador debería ser transformado para formar uno. El principal problema para ustedes dos es que Severus no puede elaborar la poción, así que tendrá que dirigir a Harry desde el otro extremo de la habitación.
Severus gimió cuando el último pedacito de información fue expuesto y miró hacia Harry, esperando que su amor no se ofendiera. Harry, por su parte, estaba muy pálido y parecía estar al borde del pánico.
-No te preocupes, Harry. Aquí no hay ningún Slytherin que añada ingredientes adicionales a tu caldero- Severus se vio recompensado con una trémula sonrisa de Harry.
Poppy iba a agregar algo pero fueron interrumpidos por un toque en la puerta. Un hilo de preocupación ató a todos mientras Sirius despachaba con un movimiento de la mano al elfo doméstico que iba a abrir. Caminó hasta la puerta, respiró profundamente y tiró para abrir.
-Buenas noches, Sirius. ¿Podemos pasar?- preguntó Albus con una sonrisa en el rostro y el maldito brillo de alegría en sus ojos. Remus estaba parado tras él, mirando sobre su hombro.
Sirius se hizo a un lado y dejó pasar a los dos hombres. Ambos saludaron a una muy enojada Poppy, quien los amenazó con sus propias vidas si causaban una onza de angustia a sus pacientes. Sirius luchó por contener la risa ante la apariencia aturdida e impactada de los rostros de Albus y Remus. No muchas personas podían impresionar al Director y esa era una visión que no tenía precio. Poppy condujo a sus invitados hasta el cuarto de estar donde Severus estaba dormitando, acostado en un diván y usando el regazo de Harry como almohada.
Remus y Albus corrieron hacia Harry y lo felicitaron en voz baja. Luego de eso se sentaron en las sillas que habían traído los elfos domésticos de la mansión y Poppy siguió con el discurso que estaba dando a Harry y Severus, liberada con las amenazas ofrecidas a Albus.
-Si hubiera sabido sobre el embarazo, Poppy, hubiera llevado a Severus a la Guarida para reunirse con Harry- dijo Albus con remordimiento-. Nunca quise herir a ninguno de ellos, sólo quería que Harry se recuperara con seguridad.
-Yo no quería que nadie supiera, Albus- la voz de Severus cortó la conversación.- No quería que el bebé fuera tratado como trataron a Harry. No tenía intención de decirle a nadie quién era el otro padre. Poppy lo descubrió por si sola.
-No interferiré con la educación del niño, mi muchacho, y prometo ayudarte a protegerlo de las preguntas de la prensa mágica.
La tensión en la habitación bajó notablemente mientras la conversación continuaba. Todos discutieron sus planes futuros mientras escuchaban el ruido que los ocupados elfos domésticos hacían en el piso de arriba.
Los siguientes cinco meses transcurrieron con bastante tranquilidad, eso si, si se descontaba la incomodidad de Severus. Sirius no podía ayudar pero sentía pena por sus viejo rival, quien continuaba sufriendo malestares matutinos. Al momento que los olores de la comida en la cocina impactaban la nariz del pobre hombre, éste corría al baño. Sirius notó que, a pesar de que Severus continuaba venerando al Dios de la porcelana, el embarazo estaba logrando mucho en mejorar la apariencia física taciturna del hombre. Su delgado rostro se había rellenado y las señales de amargura y descontento virtualmente habían desaparecido a medida que el embarazo avanzaba, aunque Sirius no sabía si esto último era debido al embarazo o a la presencia de Harry; quizás a ambos. De cualquier modo, Sirius estimaba que en realidad no importaba. Harry y Severus eran felices y estaban completamente absortos el uno en el otro y en el niño que habían procreado.
Mientras el tiempo para que la poción especial fuera elaborada se acercaba, Harry comenzó a entrar en pánico. Había leído las instrucciones para hacerla varias veces al día y continuaba su espiral descendente a pesar de la confianza de Severus.
-¡Sirius, no puedo hacerlo! ¡Podría envenenar a ambos!- no hacía ningún intento de ocultar su histeria creciente-. No todas mis pociones en la escuela eran saboteadas. Dañé un montón de ellas yo solo.
-No tienes elección, Harry. Tu firma mágica tiene que estar impresa en la poción o no funcionará. El cuerpo de Severus no aceptará la poción si no es preparada por ti, y únicamente por ti. Severus estará al otro lado de la habitación ladrándote órdenes. Estarás bien, relájate- empleaba toda su inteligencia intentando razonar con su ahijado.
-Si de verdad piensas eso, Sirius......
Harry no estaba tan seguro. Si había algo que no había cambiado con los años era su falta de confianza en sus propias habilidades.
El tiempo de empezar a elaborar la poción llegó y Severus se sentó en una silla al otro lado del salón con la receta frente a él. Sus ojos nunca abandonaron a Harry mientras el joven comenzaba a preparar los ingredientes. El chico miraba constantemente a Severus para asegurarse que estaba haciendo todo correctamente. Cuando llegó el momento de agregar el primer ingrediente al agua hirviendo en el caldero, una gran explosión sacudió la edificación. Sirius corrió hacia la entrada y vio una brillante luz roja destellar en dirección de la mansión de la familia Snape, y para su horror, flotando sobre el lugar pudo ver la Marca Oscura.
Continuará..........
REVIEWS
Devil Lady Hitokiri: Que bueno que te sigue gustando. Esos dos siguen tiernísimos, pero ahora como que surgió cierta complicación en su cielo, jeje. Besos y nosotras también te queremos, las queremos a todas porque son geniales.
Ana Rickman: Pues el viejito se tranquilizó del todo y no sólo no le hizo nada a Poppy, sino que ella lo amenazó, vaya carácter jeje. En unas cuantas semanas empezaremos la precuela de Wanted, sólo un poquito de paciencia. Besotes.
Azalea Snape: Si, la verdad es que llegar en el momento 'preciso' debe ser francamente......impactante, por decir lo menor, ¡que fuerte!!. No creemos que tengas mente cochambrosa porque a nosotras nos encantan los lemon. ¿O será que también tenemos mente cochambrosa? Jajjajjajjas. Besos.
Velia: Bueno, no relatan nada sobre cambios de humor ni reacciones de los demás, de hecho siguen en la mansión de Sevie. Lo que ocurre es que recuerda que esto es producto de un reto y escriben diversas personas, así que la historia va caracoleando, por así decirlo. Besos
Gala Snape: Bueno, pero debes concederle a Sirius que al menos trató de escaparse, jejje, pero tienes razón, al viejito este no se le escapa una. Aunque en esta historia se le han escapado una cuantas. JAJJAJJA. Besitos.
