*0*0*0*0*0*0*0*  ------  Cambio de época.

************        ------  Cambio de escena.

Summary:  Un reino próspero, un castillo, un rey y una hermosa princesa algo ¿Caprichosa o sensata?... dejar el lujoso palacio para convertirse en una aldeana común es una idea realmente descabellada que cambiará su vida drásticamente.  El destino viene siendo más que una realidad... ¿Crees en él?...

Disclaimer:  Todo de pinta de Rowling no es mío, sólo uno que otro personaje ^_^ ¡Vamos! No es para demandar, es sólo entretención mía y suya ^_-

UNA ILUSIÓN, UN DESTINO Por Annia

2

Estaba angustiada, para qué negarlo.  Después de todo lo que habían hecho ella y sus amigos en la biblioteca ¿Cómo más podía sentirse?  Bueno, ya no debía pensar más en eso, lo hecho, hecho estaba y no tenía que mortificarse más.  Consideraba que estuvo bien aceptar la sugerencia de Harry:

  - Por lo pronto lo mejor es no preocuparnos y dejar las cosas así, no empeorarlas – había dicho él sensatamente – vamos, tenemos que irnos, no querrán sumar a las faltas la inasistencia a clases ¿O sí?

Y así habían hecho.  Luego de haber más o menos "arreglado" el desorden, cada uno se había dirigido a su aula respectiva.  Ginny había marchado con sus compañeros de sexto grado, Ron y Harry fueron a Adivinación y por último, ella, aunque estuviera en el mismo curso que los dos chicos, tuvo que separarse de ellos pues desde tercero no veía clases con Trelawney.  Y ahora que lo pensaba, aún no entendía cómo sus dos amigos perdían su tiempo con las patrañas de aquella profesora.

Sin embargo, el que estuviera en otra clase en esos momentos, no ayudaba mucho.

La cabeza le daba vueltas, ¿La razón? Una palabra:  Aritmancia.  A su vista signos, símbolos y más signos hacían que ya estuviera desesperada, francamente no sabía por qué a su cerebro no llegaba la luz si nunca tenía problema en solucionar un simple ejercicio y la materia siempre le había sido fácil.  Bien, debía de concentrarse, sólo eso, concentrarse... una vez más y... ¡Rayos! ¿Pero qué le pasaba? Ella era Hermione Granger, la prefecta de su casa y la mejor alumna de todo Hogwarts, era para que hubiera sido la primera en terminar y estuviera adelantando trabajo en esos momentos, pero no ¡Lo único que se le ocurría era estar nula y tener a una cabecita pelirroja en sus pensamientos! Ay no, ¡Qué estaba pensando! No y no ¿Qué hacía ese estúpido en su mente? Ya basta, debía concentrarse, debía trabajar... pero es que ese beso... ¡No otra vez! No debía pensar en eso, él había sido un atrevido, un descarado, ¡Eso era sin duda!... Ow, ¿Entonces por qué no podía odiarlo?...

  - ¿Hermione?... ¿Hermione?... Houston llamando a Granger -

  - ¿Uh? – la chica del pelo enmarañado volvió en sí sobresaltada, ¿Quién le estaba hablando?

  - Hasta que por fin me pones atención -

La voz a su lado derecho hizo que se volteara.  Hermione sonrió apenada al comprobar quién era.

  - Lo siento Ernie, estoy un poco distraída -

  - ¿Distraída? ¡Yo diría es estás en la luna! – bromeó el chico.

  - Oh, no digas eso – dijo Hermione divertida mientras el comentario le hacía recordar casualmente cierto detalle.

  - Me extraña araña -

  - ¿Qué dijiste? – la voz del chico la cogió desprevenida.

  - Dije que me extrañas, ni siquiera has empezado -

  - ¿A qué te...? Oh, cierto – comprendió Hermione luego de observar que el chico señalaba el trabajo en el pupitre y habló avergonzada – yo, sí, lo que pasa es que, bueno yo... -

  - ¿No entiendes el tema? – le interrumpió sorprendido Macmillan.

  - Oh, sí, bueno, no, es decir – la joven se estaba trabando al hablar, ¿Por qué se mostraba tan insegura? no era común en ella.

  - No prestabas atención a la explicación de Vector ¿No es así? – comentó Ernie como si fuera un regaño.

  - Bueno, la verdad es que... no – admitió Hermione resignada – estaba en las nubes, no sé que me pasó -

El joven Macmillan la miró fijamente ante esto último y luego le sonrió como cómplice.

  - Hermione Granger ¿Por qué estás tan indisciplinada? – dijo negando con la cabeza fingiendo seriedad – primero destrozas la biblioteca y ahora no te interesan las clases ¿Qué será de ti? -

  - ¡Oye! ¡Fue sólo un accidente! – le replicó ella.

  - Ts, ts, ts, ahora te ganarás un gran castigo – Ernie movía su dedo índice de un lugar a otro y una sonrisa maliciosa se le escapaba – hiciste enojar de verdad a Pince y no te expulsarán, te felicito amiga, no muchos pueden lograr eso, ¡Es una hazaña fenomenal! Oye, hace mucho quiero hacer algo similar, uno de estos días tienes que ser mi mentora –

  - ¡No digas tonterías! – río Hermione codeándolo – aunque bueno, ahora que lo dices sí me merezco el título de fenomenal – añadió con burla y ambos prorrumpieron en risas.

  - ¡Granger, Macmillan! – la imponente presencia de la profesora Vector se apareció ante ellos con un gesto severo - ¡10 puntos menos para cada uno por no estar trabajando! ¡A comportarse! -

Los dos aludidos miraron avergonzados a su profesora y asintieron sin chistar.  Hermione se sintió peor, no sabía cuantos puntos les iban a quitar por el "incidente" pero seguramente muchos, ¡Y ahora esto! Ouw, no era su día.

Vector al cumplir su cometido se retiró y fue a ver a otros estudiantes.  Ernie abrió la boca para decir algo pero la cerró enseguida al observar a su compañera, se veía triste.  No le gustaba verla así, debía intentar hacerla reír.

  - Ouch, recorte de puntaje, ¿Si ves? esto es lo que me gano por tu influencia – le dijo a Hermione sin poder contener una leve risa.

La chica giró hacia él sorprendida por el comentario.  Ernie al captar su atención hizo una mueca exagerada de "¡Pobre de mí!" y una sonrisa se escapó de los labios de ella.

  - ¿No será al revés? – ironizó la joven sonriéndole.

  - Como sea – Ernie se encogió de hombros con el mismo gesto de ella mientras se alegraba de nuevo por darle ánimo – mejor déjame ayudarte, o sino no acabas el ejercicio – y diciendo esto se acercó más a la chica. 

Hermione se vio incómoda al tenerlo tan cerca, pronto un leve rubor se posó en sus mejillas.  Desvió su cabeza ligeramente y sonrió ante el detalle del joven.

  - Gracias – le dijo – pero conste que me tienes que explicar muy bien – añadió en broma.

  - Lo sé, lo sé, si no lo hago de seguro que me degollas si repruebas – dijo él siguiéndole el juego.

  - ¡Hey! -

  - Era broma, era broma – se corrigió divertido.

La joven negó con la cabeza sonriendo.  ¡Qué chico! Ese era sin lugar a dudas Ernie Macmillan.  Desde que ambos fueron prefectos había surgido entre ellos una divertida amistad.  No se tenían tanta confianza como la que por ejemplo ella profesaba con Harry, Ron y Ginny, pero los dos se agradaban.  Ernie tenía un gran carisma y se lo contagiaba a ella, a parte de sus mejores amigos, era uno de los pocos que lograba hacerla reír con ganas y siempre estaba dispuesto a ayudarla.  Era por eso que le tenía un gran aprecio y estaba segura que él también a ella.

  - ... y así se hace esta operación ¿Entiendes? – Ernie le había hablado y otra vez no estaba prestando atención, ¡Qué vergüenza!

  - Ow, lo siento – fue lo único que se le ocurrió decir mientras se volteaba hacia él, se inclinaba y juntaba las palmas de sus manos - ¿Me puedes explicar otra vez? ¿Sí? por fis, por fis – dijo fingiendo un tono meloso.

Ernie se sonrió, vaya chica, todo lo que tenía que hacer por ella, y a pesar de todo siempre terminaba complaciéndola.

  - Bien, bien, no tienes que rogarme, sé que soy indispensable para ti – comentó con orgullo y sonriendo al mismo tiempo.

  - Ni lo sueñes – especificó Hermione.

  - ¿No me crees? Oh, ya vas a ver, ya vas a ver – y se volteó dándole la espalda.

  - Está bien, lo acepto, ¡Pero sólo por esta vez! – puntualizó la chica haciendo un gran esfuerzo.

  - ¿Ya lo ves? Sí te soy indispensable – dijo Ernie ahora mirándola directamente contento de sí mismo por haber logrado su cometido.

  - Ya me hiciste aceptarlo – comentó la chica con buen humor para que no siguiera – ahora sí, ¿Me puedes seguir explicando? -

Ernie asintió con una amplia sonrisa y agregó complacido:

  - Sí, ya puedo

************

  - ¡¿Eso paso?! – exclamó sorprendido un chico rubio sentado a la derecha de la joven pelirroja – Vaya amiga, creo que tus amiguitos de séptimo son una mala influencia – comentó en broma ganándose una mirada enojada por parte de la aludida.

  - Eso no es gracioso Colin -

  - Sabes que lo dijo en broma Ginny – intervino en tono tranquilizador una chica alta, delgada, de ojos miel y cabello castaño claro, largo y ondulado que se sentaba atrás de la joven Weasley.  

  - Pero fuera de charla, esta vez sí que los van a castigar – dijo el chico de cabellos y ojos negros que se encontraba al lado de la chica que había hablado - ¿Tienes idea de todas las reglas que han roto? -

  - Ni me lo recuerdes Adam – suspiró cansada Ginny – hoy nos avisarán -

  - Te compadezco amiga, como es Madam Pince no se contentará con algo fácil, aunque creo que la mejor para decirte esto es Alyson – dijo Colin.

  - Fue una mala experiencia créeme – comentó fastidiada la aludida – cuando terminé el castigo que me puso no pude moverme en dos días de lo cansada que estaba -

  - Ouw – se quejó Virginia imaginándose lo que le esperaba – por lo menos me queda el consuelo de que no estaré sola – suspiró resignada.

  - Eso es para que la próxima vez no se les vayan las luces – le dijo Colin como regaño.

  - Bueno, yo creo que ya entendieron el mensaje, aunque sí me extrañó de Hermione que estuviera metida en ese desastre, con lo disciplinada que es – expuso divertida Alyson negando con la cabeza.

  - En fin, como sea, si necesitas ayuda no dudes en pedírmela Ginny, lo haré con gusto – dijo Adam dándole ánimos.

Virginia lo miró y soltó una risilla.

  - Descuida, es muy amable de tu parte pero no te preocupes, no tendré problemas – contestó la pelirroja regalándole una gran sonrisa a lo que el joven calló y desvió la vista sonrojado. 

Los 4 compañeros no tuvieron oportunidad de seguir su conversación en el salón de clases puesto que inmediatamente se abrió la puerta y entró el profesor saludando a todos.  Los alumnos le correspondieron alegremente ya que él figuraba en la lista de sus profesores favoritos y tomando orden cada uno regresó a su puesto.

El educador vestía con una túnica de mago muy raída y remendada, parecía enfermo pero su sonrisa y ánimo demostraban lo contrario y se veía joven aunque su cabello castaño claro estuviera veteado de gris.  Avanzó entre las filas y finamente llegó a su escritorio.  Desde su sitio examinó el rostro de cada estudiante y luego sonriendo de nuevo, habló:

  - Buenas tardes, siento la tardanza, bienvenidos a su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras - 

************

Se sentía bien, se sentía muy bien.  Aún no había terminado el verano pero particularmente ese día ella tenía frío, sensación que se había ido por completo al tener dos fuertes brazos rodeándola.  Allí estaban los dos, en un rincón apartado del patio principal de Hogwarts, sentados en la grama bajo la sombra de un pino.  Nadie los molestaba pues los pasillos estaban la mayoría desiertos.  Habían tenido suerte esta vez, casualmente ella no tenía clases por ahora y supo que él tenía hora libre también pues la profesora de Adivinación no se había presentado, circunstancias que ambos aprovecharon muy bien y ya era tiempo, pues no habían estado a solas desde el día anterior.

Umm... que rico se sentía estar en sus brazos.  Ese chico, el gran Harry Potter, reconocido por todo el mundo mágico y perseguido por miles de chicas de todo el mundo, y sólo era para ella.  Ella, Cho Chang, era la única dueña del corazón del "Niño que Vivió", la única y podía darse el lujo de ello, sabía que era envidiada y no iba a cambiar ese premio por nada.  Él era apuesto, encantador, tierno, atento, respetuoso, detallista, besaba increíblemente... ¿Qué más podía pedir?.  ¡Qué buen partido se había ganado! Y lo mejor de todo:  ¡Sin esfuerzo!  Que curioso, ¡Ja! Y pensar que no lo habría descubierto ni volteado a mirar de no ser por esa chica, Weasley, esa pobretona.  Un día de estos debía darle las gracias... ¡Nah! ¡Sería una tontería!  

  - Cho... – la llamaron dulcemente.

La aludida abrió los ojos y se incorporó para mirar a su chico.  Harry le sonreía.  "¡Adorable! Y sólo mío"  pensó regocijada.

  - ¿Dime? – Cho se había separado de él y le hablaba melosamente.

Harry soltó una risita y negó con la cabeza.

  - No es nada, sólo pensé que te habías dormido -

  - Me hubiera encantado – respondió ella acercándose más al joven – pero no estaba cansada, me puse fue a pensar -

  - ¿Y se puede saber en qué? – le preguntó su novio con interés.

  - Es en quién – le corrigió Cho riendo – en ti tontito – y le pinchó la punta de la nariz con su dedo.

Antes de que Harry pudiera responder ella ya lo había abrazado por el cuello.

  - Ouw – no pudo evitar quejarse él cuando ella se recargó en su hombro izquierdo.

  - ¿Qué sucede? – cuestionó Chang separándose.

  - No, nada – se apresuró a decir el chico desviando la cabeza.  Cho lo miró con el ceño fruncido y él tuvo que explicar – No pasa nada, sólo que aún estoy un poco lastimado por la caída, ya sabes, en la biblioteca -

Cho asintió y luego lo vio con curiosidad.

  - Oye, sé de todo el daño que causaron pero no me has dicho cómo ocurrió, ¿Por qué te caíste? -

  - Eeeh, jejeje, bueno... -

Harry reía nervioso.  No podía decirle a su novia que se había caído porque dos chicas – así fueran sus mejores amigas – lo estaban abrazando muy "estrechamente" y le habían hecho perder el equilibrio.  Cho en ocasiones era muy celosa.

  - ¿Y bien? – insistió la joven.

  - Pues sólo me caí – respondió él restándole importancia.

  - Sí, pero ¿Por qué? -

  - Porque... porque... porque estábamos ahí y me tropecé, y caí sobre la silla y empujé los estantes y bueno, ya sabes el resto – contestó Harry aliviado de encontrar una respuesta a tiempo.

La chica lo miró no muy convencida pero prefirió dejarlo así.  Luego averiguaría por su cuenta.

  - ¡Harry! – exclamó un chico pelirrojo acercándose a la pareja.

Cho resopló, ¿Es que acaso siempre tendrían que interrumpirlos? Primero esa mañana la chica Weasley y ahora su hermano mayor ¡Qué familia! ¡Lo único que ella quería era pasar a solas una tarde con su novio!

  - Te llevo buscando hace como media hora, ¡Tú y tu manía de perderte! – continuó el pelirrojo algo molesto – Ah, hola Cho – añadió despreocupado al ver a la chica quien le sonrió apáticamente y lo saludó con la cabeza.

  - ¿Qué sucede Ron? – le preguntó Harry a su mejor amigo.

El aludido miró a Chang precavido y cogió al chico de lentes por el brazo levantándolo del suelo, importándole un pepino no ser cortés.

  - Es Snuffles – le dijo Ron en voz baja como única respuesta.

Harry abrió los ojos como platos y lo miró significativamente.  Ante esto Ron asintió con la cabeza y el chico de ojos verdes le sonrió mientras salía disparado hacia el interior del castillo sin acordarse de la chica con la cual estaba.  El pelirrojo soltó una risilla y corrió detrás de su amigo.

Mientras tanto, en el patio, una chica se levantaba de un salto indignada.

  - ¡Pero quién se cree! – exclamó Cho muy disgustada con las manos en la cintura refiriéndose exclusivamente a Harry - ¡Ni siquiera se despidió!

************

Una voluta de humo plateado salió de la punta de su varita.  Avanzó en el aire y poco a poco fue tomando la forma de un hermoso fénix, el cual batió sus alas y se elevó majestuosamente para luego disolverse en pequeñas partículas.

Un extraño silencio imperó en todo el salón.  Nadie movió un solo músculo por la sorpresa y un "¡Whao!" se extendió rápidamente en todas las bocas de los presentes.

El profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras sonrió ampliamente por este resultado y se acercó a una joven pelirroja, quien estaba estática y con varita en mano.

  - Ese fue un buen comienzo, 5 puntos para Gryffindor – le dijo el maestro complacido – no hay duda de que tienes gran potencial, te felicito Ginny -

Virginia lo miró no acabándoselo de creer.  ¡Había hecho un Patronus! Bueno, duró poco, pero de todos modos lo había logrado.  Estaba muy contenta.  Ese encantamiento lo venían practicando hacía ya como 5 clases y hasta ahora sólo había obtenido que un chorro de gas plateado saliera de su varita.  Pero esta vez era diferente, ¡Invocó un Fénix! El profesor les había dicho que el encantamiento Patronus era un hechizo muy por encima del Nivel Corriente de Embrujo y su aspecto dependía del mago que lo conjurara.  Se sentía muy orgullosa, no sólo su encantamiento tenía la forma de una de las más hermosas aves mágicas del mundo, sino que también era la primera en convocarlo de todos sus compañeros.

Volvió a mirar a su profesor y le devolvió la sonrisa.

  - Gracias profesor Lupin -

Remus J. Lupin le guiñó un ojo disimuladamente y luego se dirigió a la clase entera.

  - Muy bien todos, no deben desanimarse, si se concentran estoy seguro que muy pronto lograrán hacer un Patronus como el de su compañera.  Sé que al principio es difícil pero quiero que tengan confianza en sí mismos – alentó el profesor y sus alumnos asintieron decididamente.

Siguieron practicando.  Ginny decidió descansar un poco pues estaba agotada y sus amigos se le acercaron también a felicitarla.

  - ¡Eso fue estupendo Ginny! – le dijo Adam Feexnez muy contento - ¡Un fénix es genial! -

Colin Creevey y Alyson Bouchneet a su lado asintieron muy conformes y luego cada uno comentó su parecer mientras la pelirroja les agradecía y se ponía colorada.

Pasaron unos minutos y la campana de término de clase sonó a la hora acordada.  Los alumnos fueron cada uno a sus puestos, recogieron sus mochilas y se despidieron de su profesor.  Ginny estaba a punto de salir del aula cuando la voz de Lupin pidiéndole que se quedara la hizo detenerse, asintió y volteó hacia Adam quien estaba justo delante de ella.

  - Los veo luego – dijo haciendo un gesto con la mano.  El chico pareció desilusionado pero le sonrió y se despidió con un "Sí, nos vemos".

Lupin se había sentado tras de su escritorio arreglando unos pergaminos y Virginia se dirigió hacia él.  Cuando vio que ya no quedaba nadie en el salón, a la chica se le iluminó el rostro y habló emocionada.

  - ¡Viste lo que hice Remus! ¿Qué piensas? ¿A poco un fénix no es excelente? -

El aludido la vio con sorpresa y no pudo evitar reírse.

  - ¿Qué? – preguntó ella desconcertada.

  - Calma, calma, parece como si hubieras ganado la copa de Quidditch – se explicó Remus divertido a lo que la pelirroja se sonrojó visiblemente.

  - Bueno, tampoco es para exagerar, sólo que me emocioné mucho, eso es todo – replicó ella – aunque lo malo es que el patronos no me duró mucho, ¿Viste cómo se disolvió? – añadió desilusionada.

  - No tienes que ponerte así, te falta practicar un poco más para que sea estable pero vas muy bien, y sí, es muy impresionante que sea un fénix – le contestó el hombre sonriéndole.

Virginia lo vio fijamente y acabó asintiendo contenta.  Remus siempre sabía cómo reanimarla, lo consideraba una gran persona y le tenía gran confianza.  Recordaba que la primera vez que lo vio, en su segundo año, ni siquiera se atrevía a hablarle.  Luego, cuando creció y se involucró directamente con el trío de Gryffindor entonces tuvo la oportunidad, entre otras cosas, de conocer mejor a su antiguo profesor y más aún en su quinto año cuando para sorpresa de todos, Lupin, por petición de Dumbledore, se reintegró a Hogwarts.  Y de eso ya un año, el profesor era muy amable y extrañamente la comprendía muy bien, por eso le eran placenteras las muchas ocasiones en las que se sentaban a hablar por horas y horas, tanto que incluso le llamaba por su nombre de pila y no "profesor", sólo que cuando estaban en clases delante de los demás alumnos siempre prefería ser más cortés.

Y bien, ahí estaba delante del hombre lobo esperan... Un momento ¿Hombre lobo? Ow, casi lo olvidaba.

  - Por cierto, Remus, pronto será luna llena ¿No es así?, ¿Te sientes bien? ¿Estás preparado? – le preguntó la joven con recato.  A Lupin le cogió desprevenido la pregunta pero sonrió.

  - Gracias por preocuparte Ginny, descuida, ya me tomé la poción -

  - Qué bien – dijo la chica aliviada y continuó ligeramente divertida – no vaya a pasar como la otra vez que... -

Pero no pudo terminar la frase porque un "Plop" se había escuchado y un elfo doméstico apareció delante de ellos.  La criatura sonreía y venía vestida de una manera muy extraña, con un diminuto chaleco rojo y dos calcetines de colores.

Ginny lo reconoció inmediatamente como Dobby, el elfo que Harry había liberado de los Malfoy.  Tanto ella como Lupin lo saludaron gustosamente y el elfo luego de hablar sumisamente como siempre le entregó al profesor un pedazo de pergamino enrollado.  Se despidió con tres venias y otro "Plop" anunció su desaparición.

Remus extrañado desenrolló el papel y leyó lo que ahí apuntaba.

  - ¿Puedo preguntar qué dice? – dijo la pelirroja cohibida tras unos segundos cuando éste terminó de leer, después de todo era correspondencia ajena y no quería ser imprudente.

  - Es de Dumbledore – expuso Lupin con una sonrisa – no me explico cómo supo que tú me acompañabas pero ven, hay que ir -

  - ¿A dónde? -

  - Pues a su despacho, vamos, apúrate – respondió Remus amablemente.

La chica lo miró supremamente desconcertada y se rascó la cabeza, ¿Para qué iban a ir a la oficina del director?.  Al ver esto, el licántropo le hizo un gesto impaciente y ella encogiéndose de hombros siguió a su profesor fuera del salón.

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Una hermosa jovencita vestida modestamente, de aproximadamente 16 años, de cabello enmarañado color castaño claro y ojos del mismo color, correteaba por toda la sala de su casa a un pequeño niño de 12 años con los mismos rasgos de ella.  Se veía muy molesta y el niño en vez de dejarse coger seguía también corriendo mientras reía.

  - ¡Jimmy Ashton, ven acá! – gritaba la chica con el ceño fruncido - ¡Deja de correr! ¡Oye, ¿Estás escuchándome?! ¡Es que si te atrapo...! -

  - ¿Crees que estoy loco? ¡No me alcanzarás Melissa! – exclamaba el pequeño soltando la carcajada.

  - ¡Ugggg! – gimió la chica exasperada y siguió correteándolo.

¡Es que esta vez su hermano sí se las iba a pagar!, pensaba la joven fastidiada.  Ese pequeño se había atrevido a entrar sin su permiso a su habitación y lo peor de todo es que el descarado ¡Leyó su diario! ¡Eso no tenía perdón! ¿Cómo se atrevía? ¡Era lo más sagrado para ella! ¡Es que si cogía a su hermanito se iba a llevar tal muenda que le dejaría viendo estrellas!

Los dos hermanos siguieron corriendo y no se percataron que la puerta principal de la casa se había abierto y una mujer madura, de cabello color castaño claro y ojos oscuros entró muy animada cargando dos bolsas con comida, llegó a la sala esperando ser recibida por sus hijos y en vez de eso se quedó con la boca abierta al ver los muebles corridos, dos estantes caídos y un florero roto.  Pasada la impresión fue calmadamente a la cocina, dejó los paquetes que traía consigo, regresó a la sala, miró de un lado a otro, respiró hondo, frunció el entrecejo, aclaró su garganta y...

  - ¡¡¡SUFICIENTE!!!­ -  

La chica y el niño pararon en seco al oír la voz tan conocida para ellos.  Se giraron hacia su madre y sudaron frío cuando contemplaron el desastre que habían hecho.  Oh oh, ahora sí estaban en problemas.

  - Primero que todo hola y ¡Ahora mismo me explican que está sucediendo! ¡Melissa Ashton, tú eres la mayor, ¿Qué crees que hacías?! – profirió la mujer exaltada.

  - Eeh, hola mamá, déjame explicarte – comenzó la joven pálida – es que este mocoso – y aprovechó para coger al niño de un brazo – entró a mi cuarto y tuvo el atrevimiento de leer mi diario – explicó indignada – por eso lo estaba persiguiendo, para que aprendiera de una vez por todas – terminó y guardó silencio.  La madre la miró y luego a su hijo.

  - Jimmy ¿Es eso cierto? – preguntó perspicaz - 

  - Em, bueno sí mamá, ¡Pero ella no tenía porque corretearme así! ¡Ya me había disculpado! – concluyó el pequeño molesto.

La mujer negó con la cabeza en actitud resignada y habló con calma:

  - A ver los dos, Jimmy no tenías porqué leer el diario de Melissa, es personal y tú lo sabes, y Melissa, comprendo tu enojo pero no tenías porqué haber actuado de esa forma.  Ambos estarán castigados... -

  - ¡Pero mamá...! – interrumpieron los hermanos al mismo tiempo.

  - Ya dije, ambos estarán castigados y empezaran su correctivo ahora mismo limpiando todo este desorden, no quiero oír quejas, debieron pensarlo antes.  Entonces si me disculpan, estaré en la cocina arreglando la alacena – y diciendo esto, la madre se despidió y abandonó la sala.

La joven y el niño se miraron enojados como diciendo "Es tu culpa" pero sin poder hacer más comenzaron cada uno a arreglar, acomodaron los muebles, barrieron, limpiaron y al final terminaron sentados en el suelo supremamente agotados, pues ya antes habían gastado sus energías persiguiéndose.

Luego de un rato de haber descansado, la chica se incorporó y se acercó a la ventana de la sala para distraerse.  Como estaba abierta se asomó a la calle y sonriendo contempló todos los alrededores.

Era un hermoso día de verano en la capital del Imperio Inglés.  Los cielos estaban despejados, las colinas verdes, el palacio real se alzaba en toda su magnificencia en lo alto de una meseta y a sus pies se edificaba el pueblo de Londres.  Éste en cuestión se concentraba en una gran aldea, conformada de modestas y espaciosas viviendas de dos o tres niveles, la mayoría no muy distanciadas la una de la otra.  La aldea también tenía una plaza central, concurrida comúnmente y en la cual los aldeanos pasaban una feliz tarde y se reunían en las ocasiones especiales.  La plaza era la única empedrada, al contrario de las demás calles que conservaban su suelo natural.  La aldea era habitada por numerosas y amables familias, dedicadas cada una a su propio oficio en beneficio de la comunidad.  Gentes que vivían en tranquilidad, gozando de la paz del reino y enteramente fieles a su rey.

De pronto, la joven Ashton se sobresaltó, creyó haber oído algo, un sonido que había estado esperando.  Su rostro se iluminó al observar que se aproximaba un bello corcel negro marchando por las calles tranquilamente con su jinete a cuestas, cosa que no la sorprendió pues era casi habitual transportarse en aquellos animales.  La chica vio como el jinete guiaba su caballo hacia la panadería de la aldea y sonrió conteniendo la ansiedad mientras sus mejillas se tornaban ligeramente de color rosa.

  - Tú misma te descubres Melissa, habías estado esperando a Zach ¿no? – dijo de repente Jimmy a su lado con voz pícara, también se había levantado del suelo y ahora veía hacia la calle.

Su hermana se giró inmediatamente hacia él con la cara encendida, no se sabía si era de la vergüenza o del coraje.

  - ¡Cállate! ¡No vuelvas a decir eso! – exclamó molesta, el comentario de su hermano había sido por un detalle que éste había leído en su diario y la sacaba más de quicio.

  - Bien, bien, pero no te enojes – dijo el pequeño en son de paz pero sin poder evitar una sonrisa maliciosa en su rostro.  Ella suspiró resignada y se volteó.

  - Melissa – llamó la madre entrando a la sala.

  - ¿Sí, mamá? -

  - Olvidé comprar el pan cuando salí – dijo la aludida con inquietud - ¿Podrías ir con el señor Jansen por mí? -

Al escuchar esto la joven acrecentó su sonrisa, ¿Ir a la panadería? Con mucho gusto.  Aceptó el mandado de su madre y en un instante ya había salido de su casa.  Observó al corcel negro a pocos metros delante suyo y tomando velocidad logró alcanzar el paso del caballo.

  - ¡Hola! ¿Cómo has estado Zach? – preguntó al jinete armándose de valor.

El aludido bajó su vista sorprendido y al verla curvó sus labios, aceptando el saludo.

  - Eres tú Melissa -

Se trataba de un apuesto joven de aproximadamente 17 años, tenía el cabello alborotado de color azabache y una sublime mirada esmeralda consagraban su semblante maduro.  No obstante, lo que más lo caracterizaba era una particular cicatriz en forma de rayo grabada en su frente.

  - ¿A dónde vas? – preguntó el chico a la joven parando su corcel cerca de una casa.

  - Pues como veo, al mismo lugar que tú – respondió ella sonriéndole y señalando la casa cercana.

Zach movió su cabeza divertido y asintió.  Ambos avanzaron hacia la vivienda, que tenía una clase de extenso recinto a un costado en el cual se hallaba la panadería.  Ésta era la única que había en el pueblo y estaba a cargo de la familia Jansen que vendía todos sus productos de trigo "como pan caliente".  El recinto tenía a su entrada un mostrador y varios estantes atrás portaban la mercancía, en un rincón aguardaba el horno y en las mesas a su lado se preparaba la masa.

Un joven pelirrojo de 17 años, ojos azules, apuesto, alto, delgado y con diminutas pecas en la nariz, los recibió detrás del mostrador para atenderlos apenas entraron.

  - ¡Zach!, veo que ya llegaste – dijo alegremente, y luego añadió casi incómodo viendo a la joven presente – Ah, hola Melissa ¿Cómo te ha ido?   

Zach sonrió maliciosamente por esta última frase y le devolvió gustosamente el saludo al pelirrojo.  Melissa por su parte intentó ignorar el tono cómo la había saludado y dibujó media sonrisa.

  - Me ha ido muy bien Daniel, por cierto, creí que tu hermano, Gefry, estaría atendiendo, ¿No es a esta hora su turno? -

  - Sí, tienes razón, pero papá le pidió hoy que lo acompañara a la hacienda de Norbert – contestó Daniel con calma y continuó dirigiéndose a Zach – Creí que te los encontrarías en el camino ¿No es de allí de donde vienes? -  

  - Pues sí, de allí vengo, pero seguramente cogieron por otra ruta distinta a la mía, no los he visto – dijo el chico de ojos verdes haciendo un gesto con la mano.

  - Ya veo, bueno – refirió el pelirrojo alzándose de hombros – mejor díganme en qué les sirvo, ¿Qué pedirán? -

A Zach y Melissa los cogió desprevenidos esta pregunta pero luego captaron que habían olvidado pedir sus encargos.  La chica asintió y pidió dos panes de queso, mientras que el joven solicitó un paquete de suspiros y 7 kilos de harina.

  - Es para Thomas, quiere utilizarla para hacer no sé qué de una mezcla, se le ha dado por ser creativo en la cocina – explicó despreocupadamente Zach a Daniel cuando éste último se sorprendió con tanta cantidad de harina. 

  - Pues el señor Neihglees sí es ocurrente, ¡7 kilos para sólo dos personas! – comentó Daniel asombrado.

  - Ya sabes cómo es mi padrino – dijo Zach divertido encogiéndose de hombros.

Terminando sus pedidos, ninguno se retiró y los tres se quedaron a hablar de trivialidades.  Transcurrió por lo menos un cuarto de hora entre risas, comentarios sarcásticos, opiniones y... disgustos.

  - ¡Es que si tuvieras un poco más de tacto! – le decía fastidiada Melissa a Daniel por varios comentarios que él le había dicho.

Daniel no alcanzó a responder porque un pequeño de 12 años había entrado al local.

  - ¡Hola a todos! – saludó el pequeño.

  - Jimmy ¿Qué haces acá? – preguntó Melissa fuera de onda.

  - ¿Qué tal Daniel, Zach? – dijo el niño ignorando a su hermana – Hey, Zach, ¿Qué opinas de Melissa? ¿Mi hermana no te ha dicho nada hasta ahora? – inquirió Jimmy pícaramente mientras la chica Ashton estaba que lo degollaba.

  - Que no me ha dicho qué – refirió el ojiverde extrañado.

  - Pues que a ella le gu... – comenzó el niño con el dedo índice levantado tipo explicación pero inmediatamente fue bloqueado por su hermana, quien le cubrió la boca desesperada.

Los dos jóvenes de 17 intercambiaron miradas desconcertados y luego voltearon a ver a los hermanos debatiéndose en soltarse uno y callar la otra.

  - ¿Qué estaba diciendo tu hermano? – preguntó Daniel a Melissa con curiosidad.

  - Nada, nada, ya me tengo que ir, gracias por los panes – respondió nerviosamente la chica mientras arrastraba a Jimmy a la salida – Y ¡Recuerda lo que te dije Daniel! – añadió disgustada antes de salir.

El pelirrojo hizo una mueca y se giró también fastidiado.  Zach lo vio y no pudo evitar soltar una risilla.

  - No te agrada ¿eh? – le dijo a su amigo.

  - No es eso, Melissa es una buena chica sólo que a veces ¡Ugggh! – comentó Daniel exaltado – ¡A veces realmente me saca de quicio! – y Zach soltó la carcajada al oírlo ganándose una mirada enojada por parte del otro.

  - Bueno, y... ¿Tu mamá? ¿Cómo está? – preguntó el chico de la cicatriz para desviar la atención.

  - Está en la casa, supongo que cocinando – contestó - ¿Sabes? Creo que aún sigue molesta con Gefry -

  - ¿Por qué? -

  - Bueno, no le digas pero ella insiste en que ya es hora de que se case, que a los 22 es buen tiempo, sólo que mi hermano le dice que él aún no está listo y que deje de meterse en su vida – comentó riendo el pelirrojo.

  - Pues él tiene razón -

  - Opino igual, jejeje, aunque yo de Gefry ya estaría seguro, la chica con la que sale es una joya -

  - ¿Y quién es? -

  - Creo que trabaja como criada, pero se da el lujo, sirve y vive en el palacio – dijo Daniel señalando por la ventana por la cual se alcanzaba a vislumbrar una parte del castillo real – Me pregunto cómo será vivir allí, debe ser excelente -

  - No lo sé, debes tener razón – comentó Zach mirando también por la ventana.

  - Por cierto, he oído a mi padre que pronto tendremos nuevo soberano, o mejor dicho soberana -

  - Es lógico – refirió Zach sin prestarle mucha importancia – es tradición que el heredero al cumplir la mayoría de edad suba al trono -

  - Heredera querrás decir, la princesa Virginia es la única hija del rey Williams, será extraño servir a una reina ¿No lo crees? -

  - Sí, no es muy común – asintió Zach – Ahora que la mencionas, ¿Alguna vez has visto a la princesa? – preguntó con curiosidad – porque ya llevo 6 años viviendo aquí, en Londres y esta es la hora de que no sé ni de qué color es su cabello -  

  - Mmm, no, tampoco la he visto, parece ser que a la princesa no le gusta salir mucho del palacio – respondió el pelirrojo – pero dicen que es muy hermosa - 

  - ¿Hermosa? Yo creo que no le gusta salir del castillo para ocultar que es fea hasta los huesos – dijo Zach con burla y al instante ambos chicos prorrumpieron en risotadas.

  - ¡Ja! Zach, que nadie te oiga decir eso – le previno Daniel aún con ataques de risa.  El aludido se alzó de hombros.

  - Sólo espero que para ser mujer gobierne bien a Inglaterra -

Zach dijo esto en tono divertido y guiñándole un ojo al otro chico.  Al momento se percató de que ya debía volver a casa así que pagó su pedido, montó en su caballo con lo que había comprado y se marchó, no sin antes despedirse de su amigo pelirrojo.

************

El movimiento seco del sable cortó el aire precipitándose al suelo.  El hombre que lo portaba retrocedió y atacó de nuevo lográndolo cruzar con la espada de su contrincante.  Una chica era su oponente y a pesar de que usaba un largo y sencillo vestido llegaba a su nivel.

El hombre rubio y de ojos oscuros sonrió complacido y empujó con más fuerza a la otra espada causando que la chica retrocediera un poco.  El semblante de ella cambió a uno decidido, aflojó sus brazos y giró sobre sí misma a la vez que su largo cabello escarlata se ondeaba.  Al quitarse ella de en medio, el hombre se inclinó irremediablemente hacia delante, hizo un esfuerzo para recuperarse lo más pronto posible logrando voltearse hacia ella, pero la joven fue más rápida y con un ágil movimiento de su espada golpeó el sable de él haciéndolo rodar por el suelo.

Él estaba indefenso y ahora era el turno de ella para sonreír mientras apuntaba la punta de su espada en la garganta de su oponente.

  - Fin del duelo – dijo la joven triunfante.

Sonriendo resignado, el hombre de aproximadamente 40 años asintió.  Ante su respuesta, la chica bajó su espada y la introdujo en la funda que llevaba a su cintura.  Por su parte, él hizo lo mismo con su sable y luego en posición solemne, ambos se pusieron frente a frente haciendo una venia.

  - He mejorado mucho ¿No lo cree Lord Henry? – comenzó ella tomando un descanso.

  - Así es Virginia, tienes mucho potencial – afirmó el hombre muy convencido y la princesa le sonrió – fue buena idea que tomaras clases de esgrima, eres una excelente alumna, estoy seguro que David estará orgulloso de lo que has logrado -

Aquel era Lord Henry Deutsch y hacía ya más de dos años que se había convertido en el maestro personal de la princesa de Inglaterra por petición de la misma.  Lord Henry era perteneciente a una familia noble, de muy alto rango, que siempre había mantenido relaciones cercanas con la Corte Real.  Era por eso que él y el Rey David Williams de Inglaterra habían crecido juntos de niños y hasta estos días conservaban una íntima amistad.  Lord Henry llamaba al rey por su nombre y de igual forma a la princesa, quien lo estimaba y le tenía gran confianza.

  - Gracias por sus halagos – dijo la joven alegre – Puede que el arte de la espada sea sólo para hombres, sin embargo eso no impide que yo pueda aprenderlo, el que lo practique no significa que deje de ser una dama y comportarme como tal.  Siempre me ha parecido un deporte emocionante, me brinda entretención y me inspira seguridad; como dice usted, mi padre quizás esté orgulloso de mí, pero ya sabe, él aún se empeña en que no es adecuado para mí – terminó Virginia algo decepcionada.

  - David puede ser algo testarudo a veces, milady – comentó Lord Henry sensatamente – pero no debes preocuparte por eso, tu padre te ama y sé que te comprenderá -

La princesa observó a su maestro y luego asintió con la cabeza sonriente.  A continuación se oyeron dos sutiles campanadas en el gran salón, provenían de un antiguo reloj colgado en la pared que marcaba las dos de la tarde.

  - Por cierto, Virginia, hay algo importante que debo informarte – habló Lord Henry tras meditar unos segundos.

  - ¿Qué sería? – indagó la joven extrañada.

  - Verás, tus clases prácticamente han terminado, ya eres una experta en el manejo de la espada y no hay nada más que pueda enseñarte -

  - ¿Es eso cierto? – dijo ella sorprendida.

  - Lo es milady, aprendes con una rapidez sorprendente, sólo bastarían como máximo dos clases para terminar el curso -

  - Ya veo – murmuró pensativa – Debo aceptar que por una parte me alegra pero no niego que me agradaba recibir sus clases – el hombre al oír esto inclinó la cabeza como agradecimiento.  Ella suspiró, dudaba si decir o no lo que la inquietaba, pero al fin continuó – Cambiando de tema, Lord Henry, he sabido que pronto dejará Londres, ¿Es verdad? -

  - Te informaron bien – confirmó el hombre – Oxford requiere un gobernador y yo me ofrecí para el cargo, tu padre fue muy justo en aceptarme -

Virginia calló cavilando sus ideas por unos segundos y seguidamente habló:

  - Lord Henry, en todos estos años de conocerlo usted se ha ganado mi entera confianza - 

  - Es grato que me diga eso milady – contestó el hombre rubio con respeto y una sonrisa.

  - Por la confianza que me ha dado y que le profeso, le pediré esta vez que aguarde en el castillo y tenga la gentileza de escucharme -

  - ¿Sucede algo Virginia? – preguntó preocupado el hombre.

  - Descuide – le dijo la aludida sonriendo mientras negaba con la cabeza – acompáñeme a mi habitación, será una larga charla -

La joven avanzó sin esperar respuesta y su desconcertado maestro de esgrima no tuvo más remedio que seguirla, después de todo no podía desobedecer a su futura reina.

************

En la sala de recibimiento que hacía parte de su habitación, la princesa Virginia se encontraba sentada junto a Lord Henry, y de pie su criada personal, Alice, los veía preocupada, pensando que lo que su ama quería hacer era simplemente una locura.

Virginia había terminado de hablar hacía unos pocos segundos y el único hombre presente callaba intentando asimilar todo lo dicho por su princesa.

  - Virginia ¿Te has puesto a pensar en lo que me estás pidiendo? – dijo Lord Henry de repente algo exaltado.

  - Lo he hecho, y muy bien, de no ser así no se lo habría dicho – contestó la joven con semblante firme.

  - Milady, esto... sinceramente... esto es una locura – confesó Deutsch mirándola fijamente.

Alice quien estaba un poco apartada, respiró con alivio pues estaba segura de que el Lord lograría convencer a su ama de abandonar sus planes.

  - Tengo confianza en ti Henry y por eso he acudido a tu persona – profirió Virginia tuteándolo por primera vez – Lo que te he dicho no es algo que pongo a consideración, no trates de convencerme de lo contrario porque no lograrás nada – advirtió la princesa – Espero que... -

  - Nada, Virginia – la interrumpió Henry – ¿Cómo se te ha ocurrido semejante cosa? No estoy de acuerdo y no cuentes conmigo -

  - Ya tomé una decisión Henry – expresó ella con el ceño fruncido.

  - Virginia, no... – el hombre chascó la lengua en señal de desapruebo.  Se sintió mal porque estaba seguro que su princesa no cambiaría de parecer a pesar de todos los argumentos que él expusiera – Entiéndelo por favor, es insensato de parte tuya el querer abandonar el castillo y vivir como una aldeana común.  Tú eres una princesa, incluso pronto heredarás el trono, no es digno para ti convivir entre los plebeyos.  Además me estás pidiendo que guarde el secreto y finja que vivirás en Oxford conmigo y mi familia por una temporada, no sería capaz, tampoco me parece justo mentirle a tu padre, es mi amigo y me sentiría muy mal – continúo el rubio tratando de persuadirla.

  - Comprendo tu posición Henry, para mí tampoco será fácil mentirle a mi padre pero tengo que hacerlo, de lo contrario nunca me permitirá cumplir mis deseos.  Ahora soy yo la que te pide que lo entiendas, por una vez en mi vida me gustaría ser libre, sólo por una vez, es por eso que iré a la aldea haciéndome pasar como una de ellos, no tendré problemas, sé lo que tengo que hacer – afirmó Virginia con semblante firme – No he olvidado mis responsabilidades, si es lo que te preocupa, sólo serán unos meses, volveré para el proceso de coronación y todo retornará a la normalidad –

Lord Henry enmudeció y se quedó mirándola fijamente.  No podría, no sería correcto, si David se enterara...

  - Dudas, lo sé, pero insisto en que me hagas ese favor, si no lo haces por mi padre entonces hazlo por mí – dudó un poco y añadió como quien no quiere – Si aún persistes en negarte entonces tendré que recurrir a mi autoridad sobre ti... por mi posición me debes obediencia -

La tensión reinó en la habitación.  Maestro y alumna se veían sin parpadear.  Lord Henry vivía una terrible batalla interior y Virginia estaba decidida.  Finalmente luego de unos minutos y tras de pensarlo repetidas veces, el hombre suspiró resignado y asintió.

Alice, quien observaba se sintió angustiada por esa decisión.  Ahora no dudaba que tanto su ama como el Lord estaban cometiendo una locura.

Virginia por su parte respiró aliviada y sonrió abiertamente, feliz de que Henry hubiera aceptado su petición.

  - No olvidaré el favor que me haces Henry, no lo olvidaré -

************

Nota de la Autora:

Hola¡¡¡ Uff, por fin el 2 chap¡ Y yo como que le dejo el título al fic así n_nUU.  Disculpen la demora por favor, en serio que estaba trabada, ¡La musa no me quería venir!.  Menos mal que ya terminé y pienso que me quedó bien ^^ ¿Ustedes que creen? ¿Les gustó?

Wo¡ tantos reviews¡ muchas gracias, su apoyo es muy importante n_n  Este capítulo se lo dedico a todas aquellas personas que me dejaron su review ^^  y a los que leyeron pero no dejaron comentario, también muchas gracias y por fis, anímense a escribirme ¿Sí? ^o^ 

Bue, a ver, qué digo ^^UU  Pues traté de hacer el capítulo más entretenido, aunque, bueno, no avancé mucho pero es que ya llevaba muchas hojas jejeje :P  De todos modos ya vimos más o menos las nuevas relaciones, los compañeros de Ginny, también ¿Hermione y Ernie amigos? Según como es Ernie en mi fic, sí está bien :D.  Y la escena de Harry y Cho ¬¬U bue, me tocó hacerla, ¡Pero uy!, mejor no opino.  ¿Pero qué decía Ron sobre lo de Snuffles? :D jejejeje, me encantó como Harry dejó tirada a Cho (yo tan mala :P)  

¡¿Y Qué les pareció Remsie?! ^o^ ¡Tan lindo! **^^** Remus es uno de mis adultos favoritos (y Sirius no se queda atrás **^^**)  Ya ven que Ginny le tiene mucha confianza ahora, digamos que uno con el tiempo siempre termina conociéndose bien n_n.

Bien, pues ya narré más cosas sobre el panorama en el siglo XVIII, más personajes, más diálogos y el plan de la princesa va viento en popa ^_^  ¡Qué chica tan persistente! Hasta que convenció a Lord Henry, lo va a poner a mentirle al rey, ^^UU.  ¿Y qué piensan de Melissa y su hermanito? Yo la comprendo, a mí no me gustaría que leyeran algo tan privado como mi diario, ese niñito tan pícaro jejejeje, y de paso casi la delata frente a Zach :P  Por cierto, ¿Qué les parece este joven? Por lo visto a parte de ser muy apuesto monta muy bien su corcel ^o^ (a quién no le gustan los caballitos? ^^ a mí personalmente me encanta montar en ellos)  Y ahora qué opinan de Daniel? Ese pelirrojo tan lindo, jejeje :D  y qué tal esos dos chicos hablando así de la princesa? Ja¡ si ella supiera esos comentarios ^o^  Y de paso mostré un poco el pensamiento machista de ese entonces (¬¬), pues para que vean, ahora tendrán una reina y no un rey :P

A ver, aclaro una cosita muy importante:   como ya dije antes las dos épocas NO están unidas pero los personajes del siglo XVIII (la mayoría) tienen su, por así decirlo, "contrapartida", para que sea más fácil y se hagan una idea, así que sólo tienen que guiarse por las descripciones que pongo ;D.  Por ejemplo,  la princesa Virginia pues obviamente es Ginny; el joven Zach es Harry, Daniel es Ron, Melissa es Hermione, etc,  ¿Ya? ^_^

Y por si algo, si alguien tiene alguna duda respecto a eso no más díganmela y yo se las aclaro con mucho gusto n_n

Les voy a pedir una cosita, verán, ya dije antes que tengo otra historia pendiente, y este fic es como si fuera dos en uno, por eso es que me tardaré haciendo los capítulos, tengo que inventar en una época y en la otra, sólo espero que me comprendan y me tengan paciencia, por favor ^_^

Y ahora las respuestas a sus reviews:

Hermione-weasley9:  Hola¡ gracias por escribirme, fuiste la primera que me envió un review en la primera ocasión que publiqué este fic, arigato¡ ^_^  Me alegra que te haya gustado, pero perdóname por no haber actualizado rápido ^^UU.  Ya no te quedes intrigada, la historia va cogiendo forma como ves, ojalá que agrade este chap n_n  Chao¡

Nia 88:  Qué tal?¡ te encuentro otra vez¡ ^o^ arigato por tu review, eres la primera que me escribió en esta versión del fic, gracias.  ¿Te encantó? ^o^ jejeje, ojalá te siga agradando este segundo capítulo, ¿Qué opinas?.  Bue, trato de escribir lo más rápido que puedo pero siempre me tardo ^^UU comprensión pliss.  ¿Y quién se ha creído Cho? Jajaja, te comprendo, a mí también me cae re mal, incluso me dio rabia escribiendo la escena de ella y Harry juntos pero me gustó como terminó, jejeje :P.  Entonces gracias de nuevo y nos leemos¡ ^_^

Zapping:  Hey¡ gracias por tu comentario, que bien que te parezca así, y como ya ves, lo continué ^_-, el 2 chap arriba¡ ¿Qué te parece? Espero que te siga gustando, me esforcé mucho haciéndolo ^^UUU.  Bue, arigato otra vez y bye bye¡

HaRuKa4:  Hola¡¡ te agradezco el review n_n.  Ya lo seguí, ya lo seguí ^^UU, me comentas que te parece el segundo capítulo ¿Sí? ;D.  A mí también me encantan las parejas que mencionas¡  en especial me fascinan H/G y Hr/R¡ ^o^  Oye, ¿Ya te leíste el quinto libro? Porque yo no y mencionas a Neville/Luna ^^ ¿Es que pasa algo entre ellos dos o qué? :P.    Jejejeje, opino igual, de Hermione que me quedo ahí estancada, disfrutando, y no le pegaría una cachetada, antes le premio con otro beso ^_-.  Nos leemos¡

Vannet av Galskap:  Qué hay?¡ Wo, ¿Excelente? ¡Gracias! n_n  Arigato por tu review, ya lo continué como ves, espero que este chap también te guste ^_^.  ¿Si o no que es genial? Siempre me ha gustado ese tema de las épocas antiguas, a quién no le gustaría vivir en un castillo, ser una princesa, vivir con todas esas comodidades, llevar lujosos vestidos, asistir a esos bailes¡¡  Bue, nada cuesta soñar ^^UUU.  Yep, no te preocupes, con Cho no lo dejaría ni porque me pagaran¡ ^_-  también me cae pésimo ;D.  Igualmente saludos y chau¡ n_n

Phoebe25:  Holis¡¡  gracias por escribirme n_n, qué bien que te haya gustado, ¿Yo con mucha imaginación? **^^** wo, nadie me había dicho eso hasta ahora, jejeje, gracias.  Pos ya ves, aquí está la continuación, perdona la tardanza, Y ¿Qué te parece este segundo capítulo? Ojalá te guste :D.  A las dos nos cae mal Cho, bien por eso ^_-  y ¡Sip! fieles a H/G¡ podés creer que no sé como pero me enamoré de esa pareja, ¡Simplemente me encanta! ^_^.  Un abrazo y chao¡ ;D

Morgana8: ¡¡Hola!! Nos vemos de nuevo¡  Y sip, como lo mencionaste, aquí yo otra vez ^_-   ¡¡Gracias por tu review!! Ya verás que me esforzaré a montones para que este fic sea bueno ;D.  Bueno, Ginny no se atormenta tanto al no ser correspondida por Harry pero aún está la chispa, y lastimosamente luego tendré que dar paso a hechos en la historia acerca de eso, después de todo el amor nunca es fácil y menos el estar juntos u_u.  Ya sabrás que a mí también me encantan los H/G¡ n_n  y a propósito, ¡¿Te gustó tanto "Flores Negras"?! ^o^ Wo, muchas gracias¡ y no te preocupes, no me molesta, antes me halaga mucho que la hayas guardado en el disco, como escritora es algo muy especial que lo tengan así a uno en cuenta :D.  Acerca de tu petición, la comprendo, descuida, no es molestia.  Y verás, yo tampoco me he leído aún el quinto libro, ^^UU, estoy esperando pacientemente a que llegue pero en español a mi pais todavía, es que prefiero leerlo en mi idioma, tampoco es que sea súper buena leyendo en inglés pero para mí le quitaría la "esencia" al libro si lo hago n_n.  Bueno, no voy a negar que sí me he enterado de varios detalles pero no creo que los incluya en esta historia, y si llega la ocasión en que lo haga entonces lo avisaré como tú me pides ;D.  Gracias también por considerarme una de tus escritoras favoritas, me complace mucho n_n.  Un beso, chao¡

Erika19:  Hola¡¡  te agradezco el review ^^, me alegra que te guste, aquí está el 2 chap ¿Qué te parece?  Harry y Ginny también me fascinan juntos, ya lo verás ^_-  Entonces nos vemos y de nuevo gracias¡ n_n

LuLu PoTtEr:  Qué tal? Gracias por tu comentario¡ Que bien que te encante, como ves, aquí está la continuación, me cuentas qué opinas ¿Vale? Bye¡ ^_^

Weno, pues muchas gracias por leer, espero les esté gustando el fic y ¡No olviden dejar sus reviews! :D  Así sea para decirme que perdieron su tiempo leyendo :P (Ojalá no sea así ^^UU)

¡Opriman el botoncito de Go y Arigato!

Annia

"Volará quien le ponga alas a sus sueños..."