*0*0*0*0*0*0*0*  ------  Cambio de época.

************        ------  Cambio de escena.

Summary:  Un reino próspero, un castillo, un rey y una hermosa princesa algo ¿Caprichosa o sensata?... dejar el lujoso palacio para convertirse en una aldeana común es una idea realmente descabellada que cambiará su vida drásticamente.  El destino viene siendo más que una realidad... ¿Crees en él?...

Disclaimer:  Todo de pinta de Rowling no es mío, sólo uno que otro personaje ^_^ ¡Vamos! No es para demandar, es sólo entretención mía y suya ^_-

UNA ILUSIÓN, UN DESTINO Por Annia

3

"Melinda Williams"

"Amada esposa y devota madre"

Se leía en letras góticas sobre una lúgubre lápida bien cuidada.  Allá, atravesando el fastuoso jardín real y llegando a una especie de mausoleo, Virginia Williams visitaba la tumba de su madre.  Arrodillada sobre la grama, la princesa permanecía en silencio contemplando el nombre grabado, evocando dulces recuerdos y meditando sobre la decisión que otrora había tomado.

El vestido fino que traía se estaba estropeando por la tierra y no parecía importarle.  Extrañamente, esta vez su roja cabellera no era ondeada por el viento a pesar de que éste soplaba alrededor suyo.  Ese día lo llevaba recogido completamente en un rodete.

  - Sé feliz... – murmuró Virginia quedamente al recordar la promesa que le había hecho a su madre de niña.  Una sonrisa se fue dibujando poco a poco en su rostro y sus ojos azules adquirieron un brillo especial – una promesa se debe cumplir mamá... sé que probablemente sea una locura lo que voy a hacer pero... – soltó una risita – seré libre, tendré una experiencia totalmente nueva, no me arrepentiré de ello – hizo una pausa y luego añadió en voz baja como si la hubieran reprendido – perdóname por lo de... bueno, ya sabes... pero fue necesario... -  

Unas pisadas acercándose la sobresaltaron e hicieron que guardara silencio.  Al voltearse se encontró con un hombre de aproximadamente 40 años, vestido muy gallardamente y con presencia imponente.  Era de ojos azules pero lo que más lo caracterizaba era su cabellera rojiza igual a la de la joven.

La chica le sonrió al reconocerlo.

  - Sabía que estarías aquí cuando no te encontré en tu habitación – dijo él sonriéndole cálidamente – supongo que te estabas despidiendo -

  - Así es papá, no podría irme sin decirle adiós – respondió ella posando suavemente un ramillete de flores sobre la lápida e incorporándose luego – creo que ya es tiempo ¿No es así? -

David Williams observó a su hija por unos segundos y un alo de tristeza se proyecto en su rostro sin poder evitarlo.

  - No discutiré tu decisión Virginia, ya hemos hablado de ello, aún así no te puedo ocultar que me entristece el que te marches, me harás mucha falta – soltó el rey de Inglaterra tomando a su hija por los hombros.

Virginia en un impulso rodeó el cuello del hombre con sus brazos y se asió fuertemente a él.  También se sentía triste y aunque permaneciera en Londres, extrañaría a su padre, su compañía le era indispensable desde que su madre había fallecido.  Y a pesar de eso no se atrevía a mirarlo a los ojos, no cuando sabía que le estaba mintiendo.

  - Yo también te extrañaré papá – susurró ella aún abrazándolo – Pero descuida, sólo serán unos meses, pronto regresaré – dijo en son de ánimo.  El padre se separó de su hija y le sonrió con cariño.

  - Te estaré esperando – contestó.

Transcurrieron unos minutos antes de que los dos abandonaran el mausoleo y se dirigieran con paso rápido hacia las puertas principales del palacio donde aguardaba listo un lujoso carruaje.  Lord Henry Deutsch partía ese mismo día hacia la ciudad de Oxford donde ejercería el cargo de gobernador y como lo habían acordado anteriormente, la princesa Virginia marcharía con él.

  - La dejo en tus manos Henry, te la encargo con sumo cuidado – dijo el rey a su amigo cuando estuvo al lado suyo.

  - No debes temer David, Virginia es mi princesa, la protegeré aún con mi vida – respondió el Lord con solemnidad y respeto.

  - Que así sea – afirmó el regente y ambos hombres se dieron un apretón de manos.

Mientras tanto, Virginia se encontraba un poco apartada acompañada por Alice quien se mostraba un tanto preocupada e intentaba persuadir a su ama como último recurso para que desistiera de su empeño.

  - Te agradezco el que te preocupes por mí Alice, pero mi decisión ya está tomada – respondía la princesa sonriéndole a su criada comprensivamente.

  - Pero su alteza, ¿Y si le sucede algo malo? – insistía la joven alarmada.

  - No será así, y si se da el caso estoy lista para defenderme, no estoy supeditada a los guardias del palacio – repuso para tranquilizarla.

  - Oh, milady, no estoy muy segura de todo esto – suspiró resignada Alice, hizo una pausa y tomó a su ama de las dos manos – milady, quiero que sepa que yo la apoyaré en todo momento, sólo llámeme si me necesita, como siempre le he dicho su alteza, es un gusto para mí servirla – terminó la criada sonriendo ampliamente.

  - Muchas gracias Alice, muchas gracias – asistió y la joven princesa se sintió regocijada por contar con tan fiel amiga.

  - Creo que su majestad la llama, milady – observó Alice tras unos segundos haciendo que Virginia volteara hacia el carruaje.

  - Entonces no hay que esperar más – sentenció decidida la joven encaminándose hacia su padre.

************

La lujosa carroza se movía por el largo sendero impulsada por la fuerza de cuatro potentes caballos.  Pero dentro de ella, la tensión reinaba.  La conversación que Lord Henry Deutsch había llevado con la princesa Virginia desde que iniciaron su viaje estaba finalizada al desembocar en el tópico crucial.

Lord Henry aún no podía creer que estuviera haciendo esto, le estaba mintiendo a su mejor amigo, y no cualquier amigo, ¡Sino a su rey! Y además estaba secundando en su capricho a la hija del mismo.  Por que eso era lo que opinaba Deutsch, la decisión de la princesa era un simple capricho, no le parecía coherente desde ningún punto de vista.  Y a pesar de todo no se pudo negar, eso era lo que más lo contrariaba.  Había accedido finalmente al favor que Virginia le había pedido, fingir que ella permanecería con él y su familia en su casa de Oxford aparcando todo lo que implicaba.

  - Supongo que estarás contenta, has logrado tu cometido – comentó el hombre tras unos segundos mirándola fijamente.

  - Ya hemos hablado de esto Henry, no pienso discutir más – contestó ella sosteniéndole la mirada – antes te repito que estoy infinitamente agradecida contigo, confío tú en silencio -

  - No tienes que agradecérmelo, cumpliré con lo que me pediste – dijo él con serenidad y enseguida frunció el ceño – sólo espero que sepas lo que haces... -  

Virginia lo miró vacilante y no respondió.  Poco a poco se fue perdiendo en sus pensamientos, meditaba en lo que estaba a punto de hacer, o mejor dicho en lo que ya había iniciado e intentaba convencerse a sí misma de que hacía lo correcto.  Se decía que el querer vivir en la aldea de Londres no era tan malo, no perjudicaba a nadie, además sólo sería por unos meses, estaba consciente de sus responsabilidades y sabía que tendría que regresar para su coronación.  Ya no había marcha atrás, no podía arrepentirse a último momento. 

Recordaba cuán difícil fue convencer a su padre de dejarla marchar, irónicamente con la disculpa de la misma coronación.  Había argumentado que aquello ejercía una alta presión sobre ella y que necesita un tiempo considerable para meditarlo, necesitando para esto alejarse de Londres, respirar aire nuevo en otra ciudad, estar sola, fuera de su palacio.  Repuso que no tendría problemas en estar con Lord Henry, él era de gran confianza para su padre.  Aunque sí procuró mantener la decisión de irse en absoluto secreto, no había razón para que el reino se enterara, incluso era mejor callarlo para su seguridad.  Para fortuna de ella, el rey estuvo de acuerdo con esto, si nadie asediaba a su hija estaría más tranquilo.  Aún así sabía que a su padre le dolía el que ella se fuera, se sentiría muy solo.  Una punza en su pecho le recordó que no había pensado en eso.

El carruaje cesó su marcha de repente y Virginia supo que había llegado la hora.

  - Aquí nos separamos milady – pronunció Lord Henry no muy seguro de ello mirando hacia fuera.

  - No hay marcha atrás – suspiró Virginia con los ojos cerrados.

La joven descendió lentamente de la carroza ayudada por Lord Henry y al tocar tierra firme supo que ya nada sería igual.

************

Un joven se removía en su cama incómodo al parecer, su cabello negro azabache no podía estar más desordenado de tanto moverse.  Se tapaba de pies a cabeza con las sábanas como si se estuviera congelando y luego se las quitaba inmediatamente como si no aguantara el sofoco.  Lanzó una maldición y finalmente se incorporó fastidiado de no poder dormir, para colmo que esta vez sí que lo necesitaba pues había amanecido con un horrible dolor de cabeza que insistía en no querer irse.

  - ¡Rayos! – soltó agarrándose la cabeza con las dos manos, se había levantado con tanta rapidez que a la jaqueca se le había sumado un insoportable mareo - Ugggh – se quejó.

Como pudo se bajó de la cama y fue hacia el cuarto de baño, no tenía intenciones de quedarse recostado, y era mejor que se despabilara cuanto antes si no quería que su padrino se percatara de su estado.  Le tenía gran cariño al hombre y se podría decir que lo consideraba su única familia pero cuando se trataba de estar enfermo prefería estar alejado de él.  Thomas resultaba en esos casos muy sobre protector y lo obligaba a quedarse en cama, cosa que detestaba.

Luego de darse un baño el chico se sintió mejor a pesar de que el taladro en su cabeza persistiera aunque con menos intensidad.  En seguida se vistió modestamente, con un pantalón negro, botas hasta las rodillas, una camisa blanca holgada de manga larga y un chaleco marrón, intentó peinarse el cabello pero desistió al instante, ese día era más rebelde de lo normal.

Pronto estuvo listo pero antes de salir de su habitación giró con mirada soñadora para mirar la pintura enmarcada que había sobre una mesita de noche al lado de su cama, y raro en él, pues casi nunca solía hacerlo, sonrió dulcemente contemplando aquel retrato.

************

Como era costumbre, la temperatura del taller de la casa era alta debido a los dos potentes hornos ahora encendidos que el hombre utilizaba para realizar su trabajo, que se centraba principalmente en la elaboración del cristal o vidrio y todas las estructuras que se podían construir con este material.  Para esto, el taller era muy espacioso, iluminado y con suficiente ventilación.

El hombre era apuesto, alto, de contextura atlética y se veía joven, de aproximadamente 36 años.  Su cabello lo tenía corto, de color negro intenso y los ojos de un azul tan brillante que asemejaban un océano cristalino.

En esos momentos llevaba puesta su ropa de trabajo y estaba ocupado en moldear unos cristales cóncavos que hacía poco le habían encargado.  De repente, un ruido proveniente de la entrada al taller lo hizo detenerse y volteó a ver de qué o quién se trataba.  Sonrió ampliamente y habló volviendo su atención a los cristales.

  - Buenos días Zach, ¿Cómo amaneciste? -

El aludido sonrió nerviosamente y agradeció que su padrino no lo estuviera mirando, para su desgracia la jaqueca no había desaparecido.

  - Muy bien – mintió – ¿Y tú? Veo que madrugaste a trabajar – contestó el chico acercándosele.

  - Ya sabes lo responsable que soy – comentó el hombre con una media sonrisa.

  - ¿Estás seguro? – preguntó el chico con perspicacia, haciendo que su interlocutor soltara una carcajada – vamos Thomas, te conozco – continuó Zach divertido.

  - Vaya, qué sagaz – rió Thomas Neihgeels rindiéndose – es un trabajo atrasado, eso es todo – respondió alzándose de hombros – no había tenido tiempo de hacerlo -  

  - ¿Quieres que te ayude? -

  - No, así está bien, es más, ya casi termino – repuso su padrino despreocupadamente moldeando el último cristal – ¿Ya desayunaste? – preguntó.

  - Sí, acabé de hacerlo -

  - Entonces quiero que me hagas un favor – pronunció y el chico hizo una mueca.

  - ¿Cuál? -

  - Norbert me encargó estos cóncavos para hoy mismo y necesito que se los lleves, no tardarás mucho, ¿Está bien?

A Zach se le acentuó la mueca, no es que le disgustara ir a la hacienda de Norbert, antes era un amigo muy querido, pero, tendría que ir a caballo y por lo visto galopando, no creía que eso le ayudara a disipar su jaqueca.  ¿Por qué diablos amaneció así?

  - Como tú digas – respondió el joven resignado pasándose una mano por el cabello, no podía negarse.

  - Muy bien... ¡Eh, ya está! – exclamó Thomas dejando el último cristal sobre un recipiente para que se enfriara.  Puso las herramientas en su sitio y luego apagó los dos hornos, descansaría un poco antes de seguir trabajando.

En pocos minutos Zach se encontraba fuera de la casa al lado de su corcel negro, ya listo para el viaje, esperando a que su padrino saliera.  El caballo relinchó y el joven prosiguió a acariciarle en la parte frontal de la cabeza.  Si hubiera sido otra persona de seguro el animal ya lo hubiera tumbado, algo particular en ese caballo era que no le gustaban los extraños y mucho menos si le acariciaban en esa parte, Zach era el único que podía hacerlo y salir ileso, sólo él sabía que de esa forma se podía calmar al brioso corcel.

  - ¡Hola Zach! ¡Buenos días! – una voz infantil hizo que el joven volteara extrañado.

  - Aah, hola Jimmy – respondió con una media sonrisa y haciendo un gesto con la cabeza - ¿Cómo amaneciste? -

  - ¡Jimmy! ¡Ven acá! ¡Qué te he dicho de no adelantarse! – otra voz, pero femenina, hizo que el pequeño hiciera cara de "Upps" y no pudiera responder.

  - Vamos Melissa, relájate, tu hermano está bien – intervino Zach en modo conciliador, haciendo que la chica se sobresaltara y desviara la vista algo avergonzada.

  - Ow, estoy encargada de cuidarlo, tú no lo entiendes Zach – dijo ella incómoda y molesta.

  - Me gustaría entenderlo pero no tengo hermanos ¿Lo recuerdas? – le respondió él.

Melissa se mordió el labio, temió haberlo ofendido.

  - Yo... bueno, no quise... -

  - Olvídalo – la interrumpió el chico negando con la cabeza divertido – ¿Entonces qué? ¿Vas a seguirlo regañando? – preguntó sonriendo y despeinándole el cabello a Jimmy.  

  - ¡Zach! – exclamó el pequeño riendo con ganas y moviendo los brazos para que lo dejara cuando el chico comenzó a hacerle cosquillas.

  - Está bien, ya paro – respondió Melissa divertida al verlos – pero ya déjalo, mamá va a pensar que yo hice que se revolcara – bromeó.

  - ¿Y qué los trae por aquí? – preguntó Zach luego de obedecer a la chica.

  - Mamá me mandó a recoger el ventanal que le encargó al señor Neihgeels – respondió Jimmy con  autosuficiencia.

  - Nos mandó, Jimmy, a los dos – le corrigió su hermana mirándolo ceñudamente.

  - Ya veo, entonces pues, déjenme ir a traerlo – contestó Zach encaminándose hacia la puerta de la casa.

No tuvo necesidad de entrar puesto que su padrino abría la puerta cuando él llegaba.  Thomas se vio algo fastidiado al tener que ingresar otra vez al taller pero no tuvo remedio, a los pocos minutos regresó con el ventanal y se lo entregó a los hermanos luego de saludarlos.

  - Ten Zach, aquí están los cóncavos – dijo ahora dirigiéndose a su ahijado y entregándole una cajita de madera.

  - Menos mal que no me va estorbar – opinó el muchacho examinando la cajita y guardándola en un morral que ya tenía terciado al pecho.

  - Eeh, disculpa Zach, ¿Vas a partir? – intervino tímidamente Melissa, lo que extrañó a los dos hombres.

  - Sí, iré a la hacienda de Norbert – respondió el aludido.

La muchacha se mordió de nuevo el labio y miró de un lado a otro como si estuviera pensando rápidamente en algo.

  - ¿Podría ir contigo? – indagó al instante con apremio. El chico se desconcertó totalmente y la miró confundido – verás, es que también tengo que ir con Norbert, porque yo, no, mi mamá, quería una, no, tenía que... ¡preguntarle algo! – se le ocurrió – sí, y por eso, bueno, le haría el favor de una vez, ¿Qué dices? – preguntó nerviosamente.

  - Eeh... bueno, creo que no habría problema – contestó Zach no muy seguro.

  - Gracias – dijo Melissa aliviada y luego volteó a ver a su hermano – Jimmy, llévale el ventanal a mamá y dile que me tardaré haciéndole el encargo ¿Me entiendes? – inquirió mirándolo significativamente.

  - ¿Cuál encargo di...? – comenzó Jimmy confundido – oh, sí, ese encargo, descuida se lo diré – corrigió cuando su hermana le pisó el pie disimuladamente.

  - Muy bien, entonces ya es hora de que vuelvas a casa – le ordenó Melissa contenta dándole un besito en la mejilla – te veo luego -

El niño le sonrió maliciosamente imaginando el porqué su hermana quería ir con el joven.  "Pasémosela por esta vez"  pensó y enseguida se despidió de todos llevando el ventanal cargado.

  - Entonces ¿Vamos? – inquirió la chica tras unos segundos poniéndose al lado del caballo.

  - Vamos – asintió Zach, se acercó a ella y con cuidado la ayudó a subir al corcel, esto provocó que un intenso rubor cubriera las mejillas de la joven – Tienes suerte que el caballo te conozca, de lo contrario no te dejaría montar – comentó él cuando ya estaba acomodado delante de ella.

  - ¿Hablas en serio? – dijo la joven sorprendida.

  - Bueno chicos, cuídense y lleguen temprano – interrumpió Thomas despidiéndolos – nos vemos – y ambos jinetes asintieron.

  - Agárrate fuerte – le murmuró Zach a Melissa mientras pensaba que para fortuna de él, la jaqueca había menguado.

  - Eeh, Zach, espera, yo no monto mucho – comenzó a decir la chica algo nerviosa – ¿Podrías ir despa... ¡aaaaaaah! –  

Melissa terminó gritando y rodeando fuertemente la cintura de Zach, puesto que el chico con un "¡Jiah!" había dado la orden y el corcel negro arrancó a todo galope.

************

Era ya más de mediodía y en una pradera, bajo la sombra de un frondoso árbol de grueso tallo descansaban dos jóvenes, un chico y una chica. Ella dormía plácidamente reclinada sobre el tronco y el viento soplando alrededor mecía los mechones enmarañados de su cabello castaño claro.  Mientras tanto él vigilaba a su corcel negro que pacía a pocos metros de ellos, cuando se cansó volteó su cabeza y su vista se topó con el rostro tranquilo de la muchacha dormida, la contempló por un momento, examinándola y una media sonrisa se le escapó.

Hacía poco habían salido ambos de la hacienda de Norbert, no se fueron más temprano puesto el que hombre de gran estatura y amor por los animales les insistió en quedarse a comer con él.  Cuando ya iban en camino a la aldea, Melissa le pidió que descansaran un rato y por eso ahora estaban allí, recostados.

El relincho de su caballo sobresaltó al joven inmediatamente, se giró para ver qué sucedía y de la nada un puño se estampó contra su rostro.  Le dolió pues estaba distraído y la jaqueca parecía regresar, pero el grito de su amiga le alertó haciendo que se olvidara de esto.

  - ¡Stevens! ¡¿Qué rayos crees que haces?! – exclamó Zach furioso parándose de un salto y tirándose sobre el aludido, pero antes de que pudiera golpearlo dos muchachos corpulentos que parecían gorilas lo retuvieron por los hombros.

  - Vaya Mkerler, tan salvaje como siempre – habló una voz varonil, fría y sarcástica que arrastraba las palabras.

Se trataba de un chico, de por lo menos 17 años, su rostro era sumamente pálido y puntiagudo, sus ojos tan grises como el metal y su cabello rubio platinado, recogido en una coleta.  Vestía similar a Zach sólo que sus ropas se veían mayor cuidadas y ostentosas como si disfrutara de una mayor clase social.

Venía acompañado de 5 hombres más, incluidos los dos corpulentos que estaban apresando al joven de ojos verdes quien luchaba para soltarse.

  - Y tú causando problemas – lo enfrentó el chico de la cicatriz en forma de rayo – no te basta con arruinarlos el día con tu presencia – añadió con rencor en la voz.

  - El sentimiento es mutuo Mkerler – replicó el de rostro pálido mofándose – pero eso no impide el que pueda divertirme contigo -

  - Cállate Stevens – masculló la única chica presente - ¡Y tú ya suéltame! – le gritó al muchacho que la retenía de un brazo.

  - Qué bonitos modales Ashton – refirió Stevens mientras se retiraba unos mechones rubios que se le escapaban dándole un toque sensual y malévolo a la vez.

  - Por qué no miras los tuyos primero – intervino Zach con frialdad – suéltala, el problema es conmigo -

Stevens se le quedó mirando durante unos segundos con una media sonrisa y luego le hizo un gesto al muchacho que detenía a la joven para que la soltara.  Melissa se consideraba un chica ruda pero con 6 hombres de ese calibre que estaban armados con dagas y espadas no tenía el valor suficiente para enfrentárseles.

  - Muy bien Mkerler, tú así lo quisiste – comenzó el joven arrastrando las palabras y acercándose hacia Zach – esto es para que la próxima vez no te des aires de grandeza – añadió refiriéndose a un altercado anterior que ambos muy bien conocían – sobre todo frente a mí -

  - ¡Noo! – exclamó Melissa horrorizada cuando el chico rubio le asestó  tremendo golpe en el estómago a su amigo, siguiéndole irremediablemente otra tanda.

Zach no pudo defenderse al estar controlado por los dos gorilas.  Terminó muy dolorido tras diez golpes seguidos en el mismo lugar, y eso no era todo pues además de estar preocupado por Melissa tenía que aguantarse la espantosa jaqueca que había regresado.  Se sentía tremendamente impotente y estúpido, ni siquiera podía protegerse a él mismo y mucho menos a su amiga, y ese era su deber, tenía que pensar rápidamente en algo.

  - Eres débil Mkerler – pronunció despectivamente Stevens cuando estuvo satisfecho.

  - No más débil que tú si necesitas tener a esos dos apresándolo – intervino sensatamente una voz desconocida para todos.

Una joven apareció ante ellos causándoles extrañeza.  Llevaba un morral terciado a su pecho, su vestido era modesto pero estaba cubierto casi en su totalidad por una capa de color verde oscuro y en cuanto a su rostro, no podían distinguirlo puesto que una capucha se los impedía.

Ella pareció vacilar un poco pero en seguida avanzó decidida.

  - ¿Quién eres? – preguntó perspicazmente Stevens, el único que pareció acordarse de hablar, también movido por la insinuación que ella le había hecho. 

  - Es protocolo que primero se presente el caballero – repuso ella como respuesta.  Él se la quedó viendo y luego soltó una risa.

  - Veo que eres muy educada – opinó – Mi nombre es Mike Stevens, un gusto – se presentó haciendo una leve venia.

  - Bien, señor Stevens, entonces le agradecería que soltara a ese joven y se fuera inmediatamente con sus amigos – contestó ella con voz implacable.

  - ¿Bromeas jovencita? – dijo el rubio con sorna.

  - No considero que mi petición sea una broma -

Mike la miró extrañado pues ningún desconocido se había atrevido a enfrentarle de esa manera sin perder los estribos, y menos si estaba acompañado de su selecto grupo.

  - Será mejor que te marches por donde viniste si no quieres salir perjudicada – sugirió frunciendo el ceño y mostrando la daga y la espada en su cinturón.

  - Bonita colección de armas – se burló ella no tomándolo en serio, lo que hizo que Mike acentuara su expresión y que Melissa a un lado se tapara la boca con temor de lo que pudiera pasar.  Por su parte, Zach se mostraba ligeramente ofendido, no necesitaba que nadie lo ayudara, antes intentaba reprimir el dolor en su pecho para poder zafarse y amparar a esa joven insolente – Estás supeditado, eso aumenta tu debilidad – continuó seriamente la chica desconocida.

  - ¿Cómo te atreves? – comenzó Stevens sorprendido por la cínica intervención de ella y en un arranque de ira se fue acercándosele – Es mejor que dejes tu estúpida impertinencia o de lo contrario... -  

Su frase se quedó en el aire al instante.  La desconocida al verlo aproximarse, se inclinó y en un movimiento rápido y girando sobre sí misma le pasó por el lado arrebatándole la espada del cinto y ahora con brazo firme apuntaba el vértice directo a su garganta.

         - ¿Qué decías? – le preguntó la joven despreocupadamente.  El chico se había quedado de piedra, ¿Cómo hizo eso?.  "Es muy ágil"  pensó.

Esta situación aumentó el asombro de todos los presentes.  Ante esto, el muchacho que anteriormente estaba sujetando a Melissa del brazo, frunció el entrecejo y se abalanzó sobre la joven de la capa verde.  En un impulso de impotencia, Zach gritó un "¡Cuidado!" percatándose de las intenciones del chico, quien se detuvo inmediatamente, pero no por haber sido delatado sino porque la joven desconocida había tomado la daga del cinturón de Stevens y estirando el otro brazo la blandía contra el pecho del muchacho impertinente.

  - Como ya te dije:  bonita colección de armas – comentó la extraña mirando hacia los dos lados – Les repito amablemente que se vayan ¿O prefieren las perforaciones? – inquirió gravemente.

Al verse reducido de esa manera y contra su orgullo, Mike Stevens levantó las manos en señal de rendición.  La joven no retiró ni la espada ni la daga de su lugar.  Mike se incorporó lentamente e hizo un gesto a sus seguidores para que se reunieran con él, por su honor reconocía que había perdido esa vez.

Zach se derrumbó en el suelo cuando lo soltaron así que Melissa corrió veloz hacia él y lo sostuvo.  Ambos alzaron la vista y contemplaron a la joven de la capa, ¿Quién era ella?  Y eso mismo se preguntaba el rubio platinado con rencor, lo que le dolía no era que lo hubieran vencido, ¡Sino que había sido una mujer!

  - ¿Quién eres? – volvió a preguntar Mike.

  - No mereces saberlo – respondió escuetamente ella y le arrojó la espada y la daga que aún tenía en su poder – ten, son tuyas, ahora vete -

El rubio la miró fijamente con aversión.

  - Ya la oyeron, vámonos – ordenó severamente y todos sus amigotes con un gruñido se fueron retirando – Tuviste suerte "Zachary" – dijo con voz despectiva acentuando el nombre con mofa – eres tan inútil y patético, sin mencionar poco hombre, que una chica tuvo que salvarte, te felicito – completó burlonamente y se alejó dando media vuelta - Nos volveremos a ver – exclamó en la lejanía sin girar y la joven supo que eso iba dirigido hacia ella.

El silencio imperó en la pradera, bajo el árbol de grueso tronco, cuando aquellos truhanes se alejaron del lugar y un relincho proveniente del corcel negro advirtió que éste se acercaba buscando a su amo, no había podido hacerlo antes puesto que había sido retenido.

La joven desconocida vio al caballo y siguió su dirección avanzando hacia el joven de ojos verdes que yacía dolorido recostado sobre el tallo del árbol y era atendido por la chica de cabello enmarañado.  La preocupación la impulsó a retirarse la capucha, dejando a la vista su hermoso rostro y una lacia cabellera rojiza recogida en media cola que le llegaba a los hombros.

  - ¿Se encuentran bien? – preguntó con inquietud llamando la atención de los dos jóvenes quienes al instante voltearon a verla.

  - Sí, gracias por ayudarnos – asintió Melissa curvando sus labios y tratando de reconocerla – Oye, no te había visto antes, ¿Quién eres? – preguntó con curiosidad.

  - No me has visto antes puesto que es la primera vez que piso estas tierras – respondió la chica pelirroja con una sonrisa – provengo de la ciudad de Bristol – aclaró.

  - ¿De Bristol? – intervino Zach incrédulo y desconcertado - ¿Qué hace una chica de Bristol aquí? – preguntó con el mismo tono.

  - Asuntos personales – respondió escuetamente ella sorprendida del poco tacto que tenía él – aunque para ser sincera no me esperaba ese recibimiento, ¿Quiénes eran ellos? ¿Por qué te estaban golpeando? 

  - Ira rezagada, nada que te interese, sólo son buscapleitos – contestó Zach restándole importancia.

  - Viven en la aldea, sólo que a Stevens y sus amigos les divierte causar problemas – añadió Melissa – Y por cierto, me quito el sombrero ante ti, ¡Me pareció sorprendente cómo los enfrentaste!, les diste un buen escarmiento – dijo emocionada y agradecida.

  - Hice lo que pude – comentó apenada la pelirroja – y ustedes, ¿Cómo se llaman? -

  - Oh, sí, mi nombre es Melissa Ashton y él es mi amigo, Zach Mkerler – contestó alegremente la chica.

  - Pero... ¿No que el rubio te llamó Zachary? – indagó la joven de la capa extrañada y curiosa haciendo que el chico frunciera el entrecejo molesto.

         - Es Zach – corrigió con tono golpeado y Melissa soltó una risilla.

         - Vamos, si ese es tu verdadero nombre – dijo codeándolo – Se llama Zachary pero detesta que le digan así – aclaró volteando hacia la otra joven quien alzó una ceja.

         - ¿Por qué lo detestas? – le preguntó al chico.

         - Déjalo – cortó Zach desviando la cabeza.

         - Respeto tus motivos pero en mi opinión, me parece absurdo – comentó la pelirroja haciendo que él se girara confuso y fastidiado – Zachary es el nombre que te pusieron tus padres, no deberías avergonzarte de él – replicó ella.

El chico la miró fijamente sorprendido por lo que acababa de decir, guardó silencio, nadie nunca había tocado ese punto... no supo qué responder.

  - Eeeh, bueno, al fin no nos has dicho tu nombre – intervino de repente Melissa para liberar tensión.  La pelirroja también prefirió cambiar de tema y se volteó hacia ella sonriéndole.

  - Me llamo Virginia – respondió con un brillo especial en sus ojos azules.  Aquella era la princesa Virginia Williams, quien experimentó una curiosa sensación, se sentía extraña al estar bajo el antifaz de aquella humilde joven que encubría la verdad – Virginia Shelton – completó con una sonrisa traviesa.

Aquella sería su nueva identidad, como lo había acordado antes con Alice y Lord Henry, conservaría su propio nombre.  No tendría inconvenientes puesto que nadie la podría relacionar con la princesa de Inglaterra, esa era su ventaja, no sabían cómo era físicamente. 

  - ¿Virginia? – dijo sorprendida Melissa – Es un muy bonito nombre, así como el de nuestra princesa – comentó simpáticamente.

  - ¿Qué coincidencia verdad? – opinó la joven alegremente.

  - Como sea – dijo de repente Zach ya cansado de tanta charla – vamos a... ugggh – se quejó involuntariamente cuando intentó incorporarse.

  - Necesitas ayuda – insinuó Virginia con sensatez y se acercó a él.

  - No es tu asunto – la cortó el chico parándola.

  - Por lo menos deberías agradecerme el que haya intervenido en tu encuentro con el rubio idiota – dijo ella disgustada, él ni siquiera había tenido la decencia de reconocérselo.

  - No pedí tu ayuda por si no lo recuerdas – contestó Zach con el mismo tono – antes tuviste suerte de salir ilesa, niña -

  - Tengo 16 años, no soy ninguna niña – corrigió ella cortantemente.

  - Pues yo tengo 17, sigo siendo mayor que tú – repuso él desdeñosamente.

  - Insolente – masculló Virginia con mal humor, esto ya era el colmo – apenas te conozco, deberías ser más amable -

  - Y tú deberías medir tus palabras – comentó el chico desafiante.

  - Oigan, no hay razón para discutir – opinó Melissa en tono conciliador acercándose – Zach, ya basta, ella tiene razón, deberías ser más afable y darle las gracias – añadió y el joven no más desvió la vista haciendo que ella comprendiera al fin – Aah, con que es eso... -

  - ¿Es qué? – inquirió Virginia.  Melissa se volteó hacia ella.

  - Virginia, no tienes que preocuparte, ya se le pasará, lo que sucede es que aún no acepta que lo haya salvado una chica, está herido en su orgullo de hombre – explicó divertida a la pelirroja ocasionando que dos ojos verdes la miraran enfadados – Oh, Zach, acéptalo, es la verdad – repuso ante esa mirada.

  - No te lo recordaré si te hace sentir mejor – sugirió Virginia al chico.

  - Olvídalo – contestó él para zanjar el asunto y se volteó dando un silbido.

Inmediatamente el corcel negro acudió a su llamado y Zach le dio unas palmaditas en el lomo, dándole a entender que pronto partirían.

  - Virginia, vas a la aldea ¿No es así? – preguntó Melissa junto a ella.

  - Sí, ¿Por qué? -

  - ¿Tienes dónde quedarte? -

  - No – contestó la pelirroja soltando una risilla – en realidad pensaba llegar y pagar un cuarto

Melissa se quedó pensativa por un rato y luego su rostro se iluminó.

  - ¿Por qué no te hospedas en mi casa? – propuso.

  - ¿Qué? -

- Sí, tenemos un cuarto libre y me encantaría que fueras, si hablo con mis padres de seguro no habrán inconvenientes – explicó la chica Ashton con emoción.

  - Pero Melissa... bueno, yo, no sabría... -

  - Tómalo como agradecimiento por lo de hoy – la interrumpió la chica guiñándole un ojo - ¿Qué dices? -

Virginia se le quedó viendo incrédula y no más atinó a sonreír.   Sinceramente nunca pensó que sus súbditos fueran tan amables y bondadosos.  "Bueno, si tenemos en cuenta a esta joven, porque si es por otros..."  recapacitó en su mente.

  - Si mi estadía en tu hogar no acarrea dificultades entonces me alegraría mucho aceptar tu invitación – respondió al fin la princesa sonriéndole a la chica castaña, a quien a su vez se le escapó una risilla.

  - Vaya, eres tan educada, ya me gustaría a mí hablar de esa manera – mencionó Melissa refiriéndose al vocabulario que la chica había utilizado.  Virginia le agradeció por el cumplido – Entonces quedamos así, estoy segura que la pasarás bien en mi casa – continuó sonriendo - ¿Amigas? – le preguntó extendiendo la mano.

La joven pelirroja se mostró sorprendida y experimentó una sensación extraña en su estómago, todo estaba dando vueltas a su alrededor, todo estaba cambiando, hasta ahora su única amiga era Alice y nunca pensó que tendría a otra persona a la cual brindarle su amistad... Muy bien dicho: "Pensó" en verbo pasado.

  - Amigas – confirmó Virginia tomando con emotividad la mano que la chica le ofrecía.

A los pocos segundos, la voz de Zach les llamó la atención y las dos voltearon para ver que el joven ya tenía preparado su caballo.  Ambas se acercaron a él luego de que Melissa le hiciera un gesto a la otra chica para que la siguiera.

  - ¿Que la pelirroja vendrá con nosotros? – preguntó Zach ligeramente fastidiado cuando Melissa le explicó sus intenciones.

  - Mi nombre es Virginia – corrigió la aludida frunciendo el ceño – te exijo más respeto - ¿Quién se creía él? Nadie la nombraba "la pelirroja", eso le parecía despectivo considerando su alcurnia.

  - Zach, hay espacio, puede montar perfectamente una tercera persona – repuso Melissa sensatamente.

  - No me refería a eso – replicó él – sabes cómo es este animal, no deja que lo monten desconocidos -

  - Pero... – Melissa calló, no había pensado en eso.

Mientras que ellos hablaban, Virginia ya se había aproximado al caballo y lo miraba detenidamente.

  - Oye, ten cuidado – la previno Zach.

  - Es un corcel muy hermoso, se ve que ha sido bien cuidado – opinó la pelirroja obviando el comentario de él - ¿Sabes? Este caballo se parece a... no, olvídalo – concluyó como si no fuera necesario decirlo.

  - ¿Uh? – se le escapó al chico – Oye, espera... hey, ¡No lo hagas! – exclamó presurosamente al ver que ella se disponía a acariciar al animal en la parte frontal de la cabeza.

Virginia se volteó extrañada - ¿Por qué no? -

  - No te conoce, te tumbaría si lo haces – contestó él con seriedad.

Al oírlo la joven se giró hacia el caballo y lo miró detenidamente.  Si no fuera increíble, juraría que el animal de color negro le devolvía la mirada con igual intensidad y un brillo extraño, como si quisiera reconocerla.  Virginia se mordió el labio y dudó unos instantes.  Lentamente y con temor fue acercando su mano a la parte frontal de la cabeza del corcel con intención de acariciarlo, a pesar de las prevenciones del chico de ojos verdes.

  - No, ¿Qué haces? – le dijo Zach con precaución.

A ella pareció no importarle y siguió acercando su mano.  Las yemas de sus dedos tocaron levemente la piel del animal y un fuerte relincho hizo que las retirara rápidamente, mientras que el corcel se hacía para atrás en un intento de huir.

  - Virginia, aléjate – le sugirió Melissa.

  - ¿Ya lo ves? – Zach se veía molesto por la terquedad de la joven.

Virginia no volteó a verlo, sus ojos estaban fijos en los del caballo nuevamente.  A pesar de la fallida tentativa anterior, otra vez fue acercando su mano.  Volvió a tocar ligeramente la piel del corcel y la retiró al instante temiendo que relinchara, pero esta vez el animal no hizo nada, incluso a ella le pareció que le estaba acercando la cabeza.  Este detalle le inyectó seguridad y cuando menos lo pensó, el caballo resoplaba de gusto al ser acariciado suavemente por ella en la parte frontal.

  - Jejejejejejejeje, no hagas eso – río Virginia cuando el corcel le hizo cosquillas pasando un poco su lengua por la mejilla de ella – Sí, así se hace, buen chico – susurró en tono arrullador mientras el caballo mecía su cabeza con la suya.

  - ¿Co-como hiciste eso? – preguntó Zach con los ojos como platos, su caballo era muy difícil de manejar y ella, siendo una desconocida, había logrado amansarlo en segundos, ¡Eso le parecía increíble!

  - ¡Whao! – murmuró Melissa al salir de la impresión – eso sí es digno de admirar – opinó como leyendo los pensamiento del joven.

  - ¿Ahora sí crees que pueda montar tu caballo? – preguntó la pelirroja divertida dirigiéndose a Zach, a la vez que le daba unas palmaditas al corcel.

El chico no respondió y la observó fijamente por unos instantes.  Desvió su cabeza como si estuviera pensando y luego dejó escapar un suspiro de resignación.

  - Tú ganas – contestó al fin alzándose de hombros, haciendo que Melissa asintiera alegremente.

La joven pelirroja esbozó una sonrisa triunfal por esta respuesta, y curiosamente, el corcel negro dio un relincho sonoro y fuerte dando la impresión de que había entendido a la perfección y estuviera contento de que ella lo fuera a montar.  Virginia sonrió divertida por aquella demostración de afecto y acarició al animal de nuevo sobre la parte frontal de la cabeza como un cariñito.

  - Excelente decisión – concluyó ella soltando una risita.

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En el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, precisamente en la oficina del director Albus Dumbledore se llevaba a cabo una reunión singular.  El anciano de blanca barba sonreía abiertamente detrás de su escritorio y tres estudiantes de séptimo grado miraban alucinados a un hombre vestido con ropa muggle:  pantalones negros, abrigo del mismo color y camisa blanca con el cuello abierto y ligeramente desarreglado que le daba un toque muy juvenil y gallardo a pesar de sus 36 años, pero que tampoco le quedaba mal.  Era alto y de contextura atlética, su cabello era corto, de un color negro intenso y lo que más resaltaba en su rostro eran dos ojos azules, en los que por su brillo, cualquiera se perdería.

Uno de los estudiantes, de cabello negro azabache y hermosos ojos verdes enmarcados por anteojos, meneó la cabeza divertido y esbozando una gran sonrisa se acercó al hombre abrazándolo fuertemente.

  - Lo vuelvo a repetir, es un gran gusto que estés aquí Sirius – dijo con alegría.

  - Para mí también pequeño – sinceró Black dándole unas palmaditas en la espalda – bueno, no tan pequeño – corrigió soltando una risilla ante la cara de reproche que le acababa de hacer su ahijado.

  - Oye, ya déjalo respirar, Harry, no has parado de abrazarlo desde que entramos – comentó riendo el segundo estudiante, de cabellera roja y ojos azules.

  - ¡Ron! Harry no ve a Sirius desde hace mucho, déjalo ser feliz – replicó ligeramente enfadado el tercer estudiante, perdón, enfadada "la" tercer estudiante, una chica de cabello enmarañado castaño claro y ojos del mismo color.

  - Vamos Hermione, sólo bromeaba – replicó el pelirrojo defendiéndose.

  - Entonces deja de bromear, no es momento para eso – repuso ella ahora sí molesta, aún no se le había olvidado que estaba enojada con él por el beso que le había robado.

  - ¿Por qué tienes que ser tan aguafiestas Hermione? -

  - ¿Y tú por qué no puedes tener un poco de tacto? -

  - ¡Sí lo tengo! – repuso Ron indignado.

  - ¡No es así! -

  - Oigan chicos, no empiecen por favor – intervino Harry con voz cansada tratando de separar a sus amigos.

  - No es tiempo para sus discusiones infantiles – cortó Black con ligera frialdad –  hay un problema mucho mayor que tenemos pendiente y nos atañe -

Hermione y Ron se voltearon inmediatamente hacia él sorprendidos por el tono con que había hablado pero al instante inclinaron sus cabezas avergonzados, Sirius tenía la razón.

  - Sirius... no había necesidad de... – comenzó Harry un poco cohibido pero calló al comprender lo mismo que sus dos amigos.

  - Bien Sirius – intervino Dumbledore con voz pausada y semblante tranquilo – ¿Qué te parece si entramos ya en materia? – sugirió.

  - No le veo inconveniente pero... – Sirius fue interrumpido por un ruido proveniente de la entrada al despacho para luego ver con temor que la puerta se abría sin avisar.

Todos alertados se acomodaron en sus sitios para fingir aparente normalidad como lo habían hecho otrora, y el animago rápidamente adoptó su forma de perro.

Al instante dos personas entraban a la oficina y los presentes suspiraban aliviados  al ver a una divertida Ginny Weasley y a un sonriente Remus Lupin aparecer ante sus ojos.  El licántropo repartió un "Hola" y la pelirroja les hizo un saludo con la mano mientras pasaba la vista por cada uno, abriendo luego sus ojos desmesuradamente e iluminándose la cara en unos segundos.

  - ¡Snuffles! – exclamó con júbilo sumiendo al gran perro en un fuerte abrazo de esos rompecostillas - ¡Qué alegría, estás aquí! – siguió diciendo sin advertir que el sabueso se debatía por querer respirar libremente.

  - Oye Ginny, lo estás dejando sin aire – le dijo Ron para que lo soltara.

  - Upps, lo siento, me emocioné de más – se disculpó la pelirroja apenada.

El perro negro se contrajo y poco a poco empezó a crecer, completando su transformación en un Sirius algo agotado que se daba golpecitos en el pecho.

  - Pobre Sirius – opinó divertido Harry – los abrazos de Gin son asfixiantes, lo digo por experiencia -

  - ¡Oye! – exclamó la aludida en son de protesta enfadándose con el chico.

  - Espera, no te enojes – titubeó el de ojos verdes poniendo sus manos como barrera.

  - Uff, la próxima vez avisa Gin – intervino Black parando la posible discusión – pero fuera de charla – dijo ahora dirigiéndose hacia la pelirroja y el profesor Lupin – identifíquense antes de abrir la puerta, tener que transformarse cada vez que alguien entra es agobiante – continuó levemente fastidiado.

Ante esto todos menos el profesor y la joven Weasley soltaron la carcajada.

  - ¿Alguien quiere explicarnos? – preguntó Remus desconcertado y otra ola de risas sobrevino, incluso Dumbledore se notaba muy divertido.

Hermione fue la que más o menos se pudo calmar y como nadie parecía poder hacerlo entonces se dispuso a aclarar la cuestión.

  - Lo que sucedió fue que cuando Sirius llegó a Hogwarts nos mandó a reunir a todos nosotros, sólo que ninguno se identificó antes de entrar al despacho – soltó una risilla – Ron fue al primero que avisaron y cuando entró, Sirius se tuvo que transformar al no saber que era él, luego, como nadie llegaba entonces Ron tuvo que salir a buscar, encontró a Harry, vinieron los dos a esta oficina y nuestro amigo Snuffles también se apresuró a transformarse arrastrando con ello ese diván de ahí – continuó con una mueca de dolor – Yo llegué unos minutos después y ya adivinarán qué pasó.  Por último entraron ustedes dos y sin avisar así que el querido Hocicos pensando que eran desconocidos, otra vez se tuvo que transformar – concluyó la chica divertida.   

  - Vaya, Canuto amigo, fue un buen día para prácticar, ¿No lo crees? – bromeó Lupin luego del relato.

  - Oh, cállate Moony – gruñó Sirius molesto haciendo que todos se rieran de nuevo.

Pasados unos minutos en los que lograron calmarse y no soltar de vez en cuando una risita, Dumbledore retomó la palabra.

  - Sirius, ¿No crees que debemos ya centrarnos en lo que nos preocupa? – inquirió calmadamente pero con semblante serio.  Todos guardaron silencio.

  - Sí, hemos divagado mucho – suspiró el animago prófugo, hizo una pausa y continuó con voz firme – Los ataques mortífagos han avanzado en los últimos días, poco a poco pero avanzan a pesar de nuestros esfuerzos.  Sus blancos no parecen calculados es por eso que no hemos podido anticiparnos, lo que nos favorece es tal vez que hasta ahora no han sido en gran escala aunque no hay nada seguro.  En cuanto a los muggles no sospechan nada, sus sistemas de seguridad no han detectado algo fuera de lo normal y en la comunidad mágica no hay explosiones de pánico, por fortuna.  No obstante pueden haberlas en cualquier instante, la Orden del Fénix ha tenido la situación bajo control pero... Voldemort es impredecible -

  - Voldemort parece querer mantenerse oculto por ahora, ¿Por qué? – intervino Lupin desconcertado.

  - No podemos saber a ciencia cierta las intenciones del Lord Oscuro, pero no es conveniente para él darse a conocer tan pronto – comentó Dumbledore –  Desde que renació hace tres años ha preferido no dar grandes golpes sino ataques al azar, los muggles no pueden saberlo y muchos magos aún no creen en su regreso, de esta forma le es más fácil recuperar todo su poder y reunir más seguidores - 

  - Pero tenemos muchas cosas a nuestro favor, nos hemos asegurado de conseguir aliados – repuso Hermione de repente.

  - Tiene mucha razón Señorita Granger, mas eso no es suficiente para vencer – replicó el director mirándola seriamente.  Hermione desvió la vista.

  - Sirius, algunos de los ataques estaban centrados en Oxford, ¿Qué sucedió? – preguntó Harry con aprensión.

  - La contingencia en la ofensiva anterior no nos fue favorable, por ahora nos encontramos en posición recesiva pero no hay más mortífagos – respondió Black frunciendo el entrecejo.

  - Entonces no habrán más ataques en esa zona – planteó Ginny aliviada.

  - Dices que no hay más mortífagos, ¿Están muertos? – indagó Ron con emoción.

  - No, se movilizaron – contestó el animago para desilusión de todos –desgraciadamente no sabemos su ubicación actualIntervine unos contactos nuestros pero no tenían la información suficiente, en cuanto a las demás filas están recuperando fuerzas y pronto avanzarán hacia el norte, eso es todo.  El Ministerio no parece estar enterado de nada y si lo está, Fudge no arriesgará su pellejo, ¡Ese imbécil! – masculló con rencor. 

  - Esa no es una buena perspectiva – opinó Virginia.

  - No la es en absoluto, sin embargo no todo está perdido – dijo el licántropo sensatamente.

  - Estoy contigo Remus – comentó Sirius estando de acuerdo con su amigo.

  - ¿Y qué hacemos ahora? – preguntó Ron.

  - Ustedes nada señor Weasley – contestó Dumbledore con su calma de siempre haciendo que el pelirrojo se cruzara de brazos molesto – Remus, necesito que me hagas un favor, y en cuanto a ti Sirius, ya sabes qué hacer – añadió seriamente y ambos hombres asintieron.

Por lo que le había dicho, Remus avanzó hacia el escritorio de Dumbledore y ambos conversaron en voz baja.  Hermione y Ron se extrañaron por esto, ellos pensaban que no tenían nada que ocultarles, y además, el licántropo se veía preocupado.

  - Oye Ron, ¿Sabes de qué están hablando? – le susurró Hermione luego de codarlo para llamar su atención, había olvidado por completo que estaba molesta con él.

  - ¿Uh? ¿Por qué lo preguntas? – indagó el pelirrojo confundido, generalmente era él el curioso por conversaciones ajenas.

  - Se ve que es algo serio – repuso la chica de cabello enmarañado.

  - Ay, pues no sé, ¿Qué quieres que haga? – dijo Ron alzándose de hombros.

  - Pues acércate – respondió ella empujándolo hacia el escritorio disimuladamente – vamos, no habrá nada de malo si escuchamos, seguramente nos concierne, hazle, muévete – añadió en murmullos mientras lo seguía empujando.

Mientras tanto Harry Potter se había apartado en un rincón con su padrino y lo miraba indecisamente.

  - ¿Partirás pronto? – preguntó decepcionado el joven.  Sirius volteó a verlo comprensivamente y le rodeó con sus brazos.

  - Lo siento, no puedo quedarme por más tiempo – le susurró.

  - Entiendo – asintió tristemente el chico de ojos verdes, comprendía muy bien la situación.

Y a pesar de eso no quería que Sirius se fuera.  La verdad, aunque los Weasley lo trataban como a uno más de ellos y les tenía gran cariño, con Sirius era diferente, para él era su única familia y lo apreciaba como a nadie en el mundo.  Siempre esperaba ansiosamente el momento de verlo, no obstante, a la vez lo detestaba, puesto que tendría que decirle también "Adiós".  Se sentía fatal cada vez que tenía que despedirse de su padrino.

Harry aún seguía abrazando a Sirius cuando sintió que alguien lo observaba insistentemente.  Sin separarse del abrazo volteó a ver y se encontró con dos hermosos y penetrantes ojos azules.  Se trataba de ella, de su pelirroja amiga.  Virginia Weasley lo veía desde un rincón con infinita tristeza y Harry supo con nomás apreciar aquella mirada que esa chica sabía exactamente lo que el sentía en esos momentos y que por ende lo comprendía, incluso se atrevía a pensar que más que él mismo.

Una cálida sonrisa se dibujó en el rostro del chico de anteojos, aquel sutil apoyo sin palabras lo había reconfortado más de lo que imaginaba.  Y ella al ver esto le devolvió la sonrisa, contenta de haber podido reanimarlo.

Minutos después, Albus Dumbledore, Remus Lupin y Sirius Black entablaban una última conversación considerablemente apartados del grupo.  Hermione y Ron discutían acaloradamente en voz baja sobre algo en especial, Harry intentaba calmarlos y Ginny se encontraba en la ventana cuidando de Fawkes, el fénix del director, que hacía poco había llegado volando.  Curiosamente, aquel ave le había cogido un singular cariño a la pelirroja desde la primera vez que la vio.  Era por eso que le obedecía mansamente y siempre que ella estaba presente procuraba estar a su lado.  A Virginia no le incomodaba en absoluto nada de esto y encontraba en el hermoso fénix una agradable compañía.

  - ¿Sabes Fawkes? En mi clase de Defensa Contra las Artes Oscuras logré convocar un Patronus – le susurraba la pelirroja mientras le acariciaba el cuello - ¿Y a que no adivinas qué forma tuvo? – indagó contenta y Fawkes emitió un leve canto – Así es, ¡Un fénix! ¿No te parece maravilloso? -

  - No sabía que habías invocado ese hechizo – dijo una voz a su espalda, sobresaltándola.

  - No vuelvas a hacer eso, Harry – protestó ella luego de pasar el susto.

  - Lo siento – se disculpó él sonriéndole – y como te decía, invocar un fénix es impresionante, te felicito – añadió poniéndose a un lado de ella.

  - Gracias – atinó a decir Ginny ligeramente avergonzada.

  - ¿Puedo tocarlo? – preguntó de repente Harry refiriéndose a Fawkes.

  - No hay problema, no muerde – respondió la joven consintiendo al ave en la cabecita, por lo que ésta daba canticos de gusto.

  - No muerde pero sí picotea – corrigió el chico divertido.  Ginny soltó una risilla.

  - Anda, no seas miedoso – dijo y tomando la mano del chico la llevó hacia el cuello del fénix para que lo acariciara.  Harry pareció quedarse estancado así que lentamente fue moviendo su mano con la de él por todo el cuello - ¿Lo ves? No es tan difícil – continuó alegremente.

Harry esbozó una sonrisa y ahora fue él, para asombro de la chica, quien tomó la mano de ella y la llevó con la suya hacia el plumaje de Fawkes acariciando apaciblemente.  El ave se quedó mirándolos como si estuviera extrañado pero luego cantó otra vez con satisfacción.

  - Gracias – susurró el chico de ojos verdes deteniendo el movimiento de su mano, pero sin mirarla.

  - ¿Por qué? – preguntó la pelirroja confundida y un poco sonrojada al percatarse que él no había retirado su mano de la suya.

  - Por ser mi amiga – sinceró Harry volteándola a ver con una sonrisa cálida.

La joven Weasley comprendió al instante que el chico se refería al momento en que habían intercambiado miradas mientras él abrazaba a su padrino.  El joven le estaba agradeciendo sinceramente y ella le correspondió con una dulce sonrisa, a pesar de que una simple palabra en aquella frase le provocara tristeza.

         - Es un gran honor serlo, Harry – respondió Virginia, y él asintiendo entrelazó sus dedos con los de ella, suavemente.

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Nota de la Autora:

Hola a todos¡¡ Aquí tienen el tercer capítulo, muchas gracias por leer ^_^ Espero les guste, lo hice más entretenido y aparecieron más personajes ^_-.  Disculpen por la demora en la actualización pero ya les había advertido antes, en compensación lo hice larguito como pudieron ver, mas eso no significa que todos vayan a ser tan extensos ^^UU.  Les recuerdo que tengo otro fic pendiente y voy a empezar nuevo curso así que me tardaré con los sgtes chaps, espero que me entiendan por favor u_u.

Yupi¡¡¡ tengo reviews¡¡¡ ^o^ en serio, muchas gracias por su apoyo, para uno es muy significativo el que reconozcan su trabajo, yo siempre me pongo muy emotiva, jejeje n_n.  A las personas que me dejaron su comentario, un saludo y un gran beso, arigato ^_-

A ver, vuelvo a repetir una cosita muy importante:   las dos épocas NO están unidas para nada pero los personajes del siglo XVIII (la mayoría) tienen su "contrapartida", para que se hagan una idea, así que sólo tienen que guiarse por las descripciones que pongo ;D.  Por ejemplo,  Virginia es Ginny; Zach es Harry, Daniel es Ron, Melissa es Hermione, etc y etc.  ¿Ya? ^_^  Si alguien tiene alguna duda, me la comunica y yo se la aclaro con mucho gusto ;)

Pos como ya ven, nuestra princesita se salió con la suya y ya conoció a Melissa y a Zach, jejejeje, qué encuentro, y vaya que la pelirroja demostró que Lord Henry es un excelente maestro con la espada, dejó callado al joven Stevens ^.-  Pobecito Zach, el chico, herido en su orgullo, pero no van a negar que los hombres se sienten así u_uUUU qué cosas.  ¿Y qué opinan del corcel negro? Ay, me encariñé con ese caballito ^_^, resultó obedeciéndole a Virginia, qué lindo.  Oigan, de verdad que no se me ocurre qué nombre ponerle, ¿Me podrían dar sugerencias? n_n

En cuanto a la época futura apareció Sirius¡¡ sí, él me encanta ;D jejejeje, le tocó transformarse como cuatro veces.  Qué mal que Harry tuviera que despedirse de su padrino, pero por lo menos Ginny le levantó los ánimos. ¿No les pareció cute la escena de los dos con Fawkes? ^o^.  Y ya vamos conociendo la situación con Voldie, no soy muy buena con todo lo que se relaciona con él así que pido comprensión ^^UU.

Aclaro que NO me he leído el quinto libro así que lo que mencione de Voldemort y la Orden del Fénix es de acuerdo a lo que quiero con el fic y como me lo voy imaginando.  Si algún detalle concuerda, como dicen en las películas:  es pura coincidencia ^_-

Ahora sí respondo a sus reviews:

Phoebe25:  Qué tal?¡ ^o^ muchas gracias por tu review, me alegra que te haya gustado el segundo chap, y sí, jejeje, esa escena de Harry y Cho fue una de mis favoritas ^_- .  Espero que este capítulo también te guste n_n ¿Qué opinas? Ya la historia va tomando mejor forma y pos la cara que pondrán Zach y Daniel al descubrir cómo es la princesa será mucho más adelante cuando se sepa toda la verdad ;D Por ahora ya Zach conoce a Virginia Shelton, la chica de Bristol, jejejejeje, ya veremos si logran arreglar sus diferencias ^_-  Bue, de nuevo gracias y nos vemos¡ n_n

Nia 88:  Hola Nia¡ te veo otra vez, muchas gracias¡¡ ^_^ jejejejeje, ¿Que no puedes creer que escriba así?  Para ser sincera yo tampoco ^^UUU, ¡Es en serio! Yo empiezo a teclear y se me van ocurriendo las escenas y todo el cuento, releo el capítulo como mil veces antes de publicarlo y me parece normal (antes me parece simple ^^UU) pero cuando llego a la página y leo el fic no puedo creer que haya escrito eso, en algunas partes digo: "¡Whao! ¡De verdad que me inspiré!"  ^o^ jejeje.  Te agradezco tu comentario n_n, pero bueno, no creo que sea tan buena **^^** tú sí lo eres n_n y me alegro que te encante mi fic :D  Weno, entonces chao y por cierto estamos en mutuo acuerdo con lo de Cho:  la odiamos¡¡ jejejejeje ^_-

Haruka of the Sidhe:  Hola chica¡¡ que bien que te haya gustado el segundo chap, ya subí el tercero (que está más largo :P) ¿Qué te pareció? ojalá no te haya decepcionado ^^UU Gracias por tu review n_n yo también odio a Cho, no me cayó para nada desde el primer momento, y personalmente no es digna de pareja para Harry ¬¬. Jejeje ¿Que Cho muriera por el calamar? O.o, uy, castigo duro pero pa' qué que sería espléndido, jajajaja ;D Lastimosamente no creo poder cumplir tu petición de matarla ^^UUU, la necesito, pero le haré embarradas lo más que pueda si eso te consuela ^.-.  Curioso lo que me dices de Neville/Luna  jejeje, antes no lo había considerado y sip, congenian muy bien, a mí me parece que inspiran mucha ternura ^o^, y fuera de charla, ese detalle es uno de los que me gusta de la pareja H/G n_n.  También un beso y que la pases bien, chao¡ ;D

LuLu PoTtEr:  Cómo tas?¡ n_n gracias por tu comentario, me alegra que te parezca chévere, y espero que este chap también ^_- ya conté más cosas y pos ves que Zach se encontró con la princesa jejeje ^o^ singular reunión n_n parece que no se caen muy bien.  Y vaya que estamos de acuerdo con lo de Cho ;D.  Arigato por el review y cuídate¡

Moony Lovegood:  Holas de nuevo, Hermione¡ Estoy muy bien ¿Y tú? n_n Me alegra que el fic te esté gustando mucho, sí que me estoy esforzando en escribirlo para no decepcionarlos ^^.  Pos aquí ya está el tercer capítulo, ojalá te guste también ;D y en cuanto a actualizar rápido, jejeje, tengo problemitas con ello, ya lo expliqué ^^UU y más ahora que entraré al colegio me voy a tardar, te pido por favor que me entiendas.  Acerca de tu pregunta, ya la había aclarado en la nota de autora del primer capítulo ^^UUU pero bueno, las dos épocas las contaré por aparte ^_^.  Entonces, nos vemos en el próximo chap¡ n_n

Vivi Salinas:  Hola¡¡ Qué tal? Gracias por tu review¡ es un gusto que te agrade la historia ^^.  Sip, aquí continúo, ya subí el tercer chap, mucho más largo y con más situaciones, ¿Qué te pareció? ojalá también te haya gustado n_n.  Gracias por el ánimo, intentaré actualizar lo más pronto posible pero bueno, tardaré un poquito ^^UU.  Entonces pásala bien y chao¡ ^_^

Darklade:  ¡¡¡Rebeca, estás conmigo!!! ^o^  Claro que te reconozco¡ amiga es un gusto que me hayas escrito ¡Y dos reviews! jejejeje, vaya ^^.  ¿Apenas ibas en la mitad del primer chap? O.o jajaja, ¿y eso por donde? ¿en la segunda época? ^^UUU  sip, promete bastante y me esforzaré para hacerlo n_n, ¿Se me da muy bien? Je¡ **^^** gracias por tu comentario ;D.  Y terminaste los dos chaps, jejeje, buena descripción, me alegra que te parezcan impresionantes :D  ¿Y qué opinas de este tercero? Más largo aún pero mejor creo yo ^_-  Trataré de actualizar lo más pronto posible, aunque bueno, no lo aseguro, este nuevo ingreso a clases me tiene atrapada O_oUUU.  Oye, no te preocupes, cuando tengas tiempo me escribes, ya ves que yo también tardé y te redacté señor correo, tenía de todo para hablar, ¿Segura que no te cansaste leyendo? ^^UUU.  Ve, me puedes explicar eso de que el fic está estructurado casi como el guión de una película :P, es que no había oído esa expresión ^^UUUU, es algo así como que está bien o tiene mucha descripción o qué? :D.  Bue, te mando un abrazote¡ ^o^ gracias por las porras, cuídate chica y nos leemos¡ ^_-

Leri:  ¡¡Leri, qué alegría tenerte por acá chica!! ^_^  Cómo tas? Ya te pasó la gripe? ^^.  Muchas gracias por tu review¡ larguito sí, me encantó leerlo y prepárate para la respuesta n_n.  Descuida, no tienes que disculparte por no escribir antes, lo que cuenta es que leíste :D, además lo del teclado me lo explicaste antes, menos mal que ya pudiste comprar otro n_n.  Je¡ ¿exámenes? Te comprendo, eso es horrible, más cuando te tienen en vela, los profesores no lo consideran a uno, y ahora que entro a clases otra vez con el mismo cuento O_OU uff¡ espero que los hayas aprobado, te deseo suerte¡ ^^.  Gracias por tenerme en cuenta :D y sip, ya estaba atrasada con "Viaje al Pasado" pero acabé de subir el séptimo capítulo ^^ (aún no puedo creer que lleve tanto jejeje) espero que te guste, y yo también te pregunto, ¿Cuándo actualizarás "Querido Harry" y "Delirios"? n_n, eres muy malita, nos has tenido en ascuas por mucho tiempo, me muero por saber las continuaciones¡ ^o^ son fics muy lindos y geniales, me encantan¡ por eso es un gran honor que me hayas escrito, es muy importante para uno que escritores a los que admira le dejen un review, te agradezco todo tu apoyo n_n.

Y bueno Leri, que bien que te guste la idea de dos épocas ^^, eso siempre me ha fascinado y ¿Por qué no escribirlo? ^_-    Vaya, no pensé que la Ginny que describo se pareciera a la del quinto libro, siempre me la había imaginado así, más resuelta, más simpática, más involucrada; es que en todo la dejan a un lado y eso no me gusta, por eso en mi fic no hay trío sino cuarteto y es una de las protagonistas ^_^.  A mí también me gustan los nombres de Zach y Daniel, lo que tuve que craneármelas para que me salieran como quería :D.  ¿Que Henry es Lupin? Jejeje, nop, fallaste, es otra personita que veremos más adelante y tengo planeado otro papel para la contraparte de Remus n_n.  Sip, a Melissa le gusta Zach, es más, le encanta ^^ y otra vez sip pillina, habrá gato encerrado entre Daniel y Melissa pero te digo que ellos ahora se toleran más que otros, jejejeje.  Buen punto con lo de la esgrima, el arte de la espada siempre me ha gustado, y ya ves que en este chap Virginia mostró algunas de sus capacidades :D, además, como decis, eso del sexo débil es una tontería, las mujeres también podemos defendernos ;D.  Wo¡ ¡¿En serio me puedes pasar el quinto libro por mail?! Ay, te adoro¡ me encantaría si no te molesta, ya me lo quiero leer ;_; me súper intrigaste con el cambio de Ginny y también con lo de Luna, esta chica me sorprende al poder ver las bestias de los carruajes o.o (lo leí en una traducción).  Oye, pero está en inglés o en español?, me estoy emocionando y yo sin saber el idioma ^^, si está en español te agradecería mucho el que me lo mandarás n_n.  Y ahora que leo la posdata O_O, ¿Que si soy de Argentina? Jejeje, nop chica, fallaste de nuevo ^^, yo vivo al otro polo en Sudamérica.  Soy de talento Colombiano ^_^ siguiendo los pasos de Gabo, jejeje, ¡nah! Ni siquiera le llego a los talones¡ ^^UU.  Pos sí, soy de Colombia y me enorgullezco de ello, mi patria es una retro aunque se piense lo contrario ^_-, uno de estos días tengo que hacer mi Bio ;D, oye ¿Y por qué pensaste que era de Argentina? ¿Tú de dónde eres? :D.   Bue, como que ya le paro ^^U, gracias por todo y un beso, cuídate¡ ^_-

De nuevo les agradezco a todos por leer mis escritos, me esfuerzo cada día para que les guste, y espero que me dejen sus reviews ¿Vale? ^_-  me encantaría saber sus críticas, puntos de vista, comentarios, preguntas, en fin n_n.  Nos leemos¡¡

Annia

"Volará quien le ponga alas a sus sueños..."