Nota1: Los derechos de los personajes son de la grandiosa Rowling, nada me pertenece, solo me gusta jugar con los personajes, además de que no obtenemos nada monetariamente hablando, solo lagrimas... y nos atormentamos un poquito.

Nota2:  Bueno una nueva historia rara, ¿que pasaría?, si después de la muerte te encuentras con esa persona, en vidas diferentes, pero con algunos rasgos similares, ¿la reconocerías?

Otro Remus/ Sirius, un poquito diferente.

Te recordare

A pesar de los años,

A pesar de la distancia,

Del tiempo y el lugar,

Yo te recordare.

Tal ves mi mente olvidara,

Pero mi corazón recordara,

Podemos ser diferentes,

Pero siempre iguales,

En el corazón.

Capitulo 1: No es una despedida, es un hasta pronto.

La oscuridad estaba ganando al atardecer, la noche caía sin saber que albergaría la ultima batalla del mundo de magos; la ultima batalla en la que los muggles estarían involucrados, aun si lo ignoraban.

Una batalla que decidiría el futuro; como una tragedia o como un renacer; todos aguardaban enemigos y aliados por igual, verían su vida de otra manera después de esta noche;: ignoraban si habría un mañana para todos o solo unos cuantos verían nuevamente al sol que se ocultaba.

Trataban de darse ánimos; pero, en los rostros de los otros veían reflejados los mimos sentimientos de sus corazones; un temor que estaba presente; el temor al oscuro destino que se presentaba ante ellos.

Y esa clase de sentimiento atormentaba a un mago en especial; sus ojos cansados observaban todo a su alrededor, buscaba unos ojos azules especiales y al dueño de  ellos; su temor era no poder verlo una ultima ves; en medio de la confusión; en medio de tantos magos.

Las batallas se habían sucedido en los últimos días, los familiares, los amigos estaban dispersos; lejos unos de otros no sabían si sus seres queridos vivían o habían caído.

Camino en pasos lentos, el cansancio era evidente, los días de lucha, la preocupación; en la primera batalla se había alejado de ellos; quería encontrarlos, pero al mismo tiempo temía descubrir que los había perdido; ya había visto demasiadas muertes, ¿tendría que contemplar la de ellos y la suya también?.

Se dolía al ver que algunos magos lo observaban con desdén  y se apartaban de su camino; era un hombre lobo, iluso de él creyendo que eso no importaba ante la terrible guerra; no, al parecer hay cosas que nunca cambian ni ante la guerra.

Pero eso no le importaba; su corazón solo tenia en mente el encontrarlos, aunque fuera una última ves que se reunieran, una ultima ves que viera a Harry, una ultima ves que besara a Sirius... y si una ultima ves para despedirse de Severus.

Y fue precisamente a él a quien vio; Severus Snape, antiguo profesor de pociones de Hogwarts, antes de que esta fuera destruida; lo observo con emoción y camino apresurado a su lado; en momentos que estamos perdidos, el ver incluso a quienes llamamos enemigos , nos conforta.

- ¿Sirius, donde esta?, por favor dime- Remus no podía articular bien las palabras, la emoción lo embargaba, y el temor hacia mella... y, si le decía, que él... no lo creería.

- Lupin- Severus lo observo con calma- te separaste del grupo; creíamos que algo te había pasado.

- Por favor Severus, necesito saber- Remus sentía que de un momento a otro sus fuerzas le fallarían.

- Esta bien, sígueme; tú perrito esta bien- Severus camino seguido de un Remus Lupin aliviado.

Fue como si les devolvieran el aire, Remus se perdió en los ojos de Sirius y este en los de Remus; se abrazaron como si temieran que fuera la ultima vez.

- Agradezco poder verte una ves mas- Remus no detuvo las lagrimas que escapaban- Sirius te amo, no se que hubiera hecho sin verte tan solo esta vez.

- No hables así Rem; vamos a sobrevivir, todos- Sirius trataba de infundirle una esperanza que el mismo había perdido hacia ya tiempo.

- No hablemos;  es tal ves la ultima oportunidad- los dos no la desaprovecharon y con besos y carisias omitieron las palabras; ya no eran necesarias; trataban de gravarse en sus almas, para nunca olvidarse, la muerte no los separaría... querían creer en un futuro.

Un estruendo cruzo el campo; la batalla estaba comenzando, los hechizos cruzaban de un lado a otro, los enemigos avanzaban los unos contra los otros; el día había llegado, todos lo sabían.

Su deber era proteger a Harry Potter; el era el único que podía decidir la batalla, el que se enfrentaría a Voldemort.

Trataron de permanecer unidos pero en el clamor de la batalla fue imposible.

Pronto Remus se encontró alejado de Sirius; combatía con dos mortifagos y alejaba a un dementor; solo esperaba que el estuviera bien.

Sirius corría al lado de Harry; mientras su corazón le pedía ir en sentido contrario; regresar en busca de Remus; pero se lo había prometido; los dos habían prometido que lo mas importante era proteger a Harry, no importara que ellos dos... no , Remus tienes que sobrevivir, tenemos que ver el siguiente amanecer, juntos.

El cielo se tiño de rojo; el lord oscuro festejaba el que los campos también se teñían con ese matiz, la sangre corría; los muertos eran mas que los vivos.

Remus observo su situación; estaba perdido tres mortifagos mas se unieron a la lucha; el solo podía hacer hechizos de defensa; su fuerza se acababa; sentía como el escudo se rompía, vio un brillo, una ¿espada?... y el brillo se reflejaba en los ojos fríos de Lucius Malfoy, que lo observo con malicia cuando la barrea cayo.

Se defendió esquivando como podía la danza mortal de su enemigo, Malfoy consideraba que el no merecía morir con un hechizo, ese terrible ser, gustaba de dar muertes lentas y dolorosas; por ello es que había corrido a los dos mortifagos que quedaron con vida en esa pequeña batalla con Remus.

Pero el cansancio y las heridas eran demasiadas, sintió  el filo atravesar su piel, no se concentro en el dolor, sino en defenderse, sus ropas bañadas en su propia sangre; tropezó sin poder defenderse mas; y observo el deleite en la mirada de Lucius Malfoy, que acerco el filo lentamente apoyándolo en su piel.

¿Eso seria lo ultimo que vería?, Lucius Malfoy se preparaba para matarlo; Remus no tenia mas fuerzas; su destino había llegado, pero en ese momento su atacante fue repelido.

El chico Malfoy ( que lo había salvado), le tendió una mano y le dedico una media sonrisa; el indico que se apartara; esa pelea era entre padre e hijo.

Remus se aparto renuente; esa seria una pelea a muerte, él lo sabia.

- Profesor Lupin; por favor valla y cuide de Harry- Draco lo observo una última ves mientras se dirigía caminando a donde estaba su padre- dígale... no él ya lo sabe- el joven le sonrió una ultima ves.

Remus obedeció y se alejo, el sabia lo que esta batalla representaba también para esos dos jóvenes; ¿habría un futuro aguardando?; en ese momento noto sus heridas; el sabia que eran graves, trataba de detener la sangre y sus manos se teñían de rojo; no le importaba; iba a llegar a donde Sirius estuviera aun si solo fuera para despedirse.

Los combatientes parecían ignorarlo, después de todo ya estaba condenado, su vida se le escapaba lentamente; pero llegaría, moriría si, pero contemplando por ultima ves lo ojos de Sirius.

La batalla con el lord y su escolta era reñida; un gran perro negro tenia a sus pies los cadáveres de varios lobos y sostenía pelea con el ultimo.

Severus Snape peleaba contra varios mortifagos, mientras Harry se dirigía al lord.

El perro se transformo en Sirius, tenia que detener a varios dementores que se acercaban, su ropa estaba bañada en sangre, pero no era suya, solo tenia algunos cortes; invoco un patronus, pensando en el día en que había conocido a Remus, pero se desvaneció, por que estaba preocupado por el... sintió que flotaba en esa nube de tristeza.

Severus Snape alejo a los dementores, y  se dirigió a Harry, quien mantenía una pelea con el lord; protégelo a como de lugar; esas habían sido las ultimas palabras de su maestro, su amigo... Albus; por todo lo que le debía daría incluso su vida por el joven Potter.

Sirius observo a Snape, tan decidió; se obligo a ponerse de pie, el no debía detenerse; se lo había prometido a Remus y se lo debía a James y a Lily.

Harry no podía mantener por mas tiempo ese hechizo, aquel por el que Dumbledore había dado la vida, aquel que le había enseñado, en una batalla que no ganado ante el lord, pero que lo había debilitado lo suficiente.

Cuando sintió que sus fuerzas lo abandonarían, dos poderosos hechizos se unieron al suyo; Severus Snape y Sirius Black, trabajando en equipo nadie lo creería jamás.

El hechizo y el propio valor lo logro, el lord  se esfumo con un grito infernal, un rugido que clamaba venganza; en un ultimo intento se lanzo contra Harry, pero Sirius fue mas rápido, lo empujo junto con el, aunque no pudo evitar recibir grandes heridas.

Los combates cesaron, los mortifagos escucharon el grito de su señor, muchos huyeron, otros mas se entregaron, todos cansados ya no comprendían ¿por qué peleaban?, ¿por qué se habían gastado tantas vidas?, ¿solo por la ambición de un hombre?.

Sirius se apoyo en Harry, mientras recuperaba sus fuerzas, el amanecer estaría pronto ahí , Severus Snape, trato de observar sus heridas y ayudarlo, Sirius lo aparto con un gesto, amable, no un gesto de odio, ya no mas; simplemente lo observo con una media sonrisa; sus heridas eran muy graves, no había nada que hacer.

Observo a una figura que se acercaba, era Remus, que vacilante caminaba hacia Sirius, Severus corrió a sujetarlo a tiempo cuando se iba a desplomar.

El se negó también a que lo atendiera, le suplico por que lo único que quería era ver a Sirius.

Harry se aparto un poco, tomo las manos de Sirius y las de Remus y las unió; los dos le sonrieron; el joven se levanto y se acerco a donde Severus Snape estaba esperando; las lagrimas escaparon de sus ojos; perdería a lo poco de familia que le quedaba.

Los dos pudieron contemplar el ultimo amanecer, la paz los rodeaba al fin, aunque no podrían disfrutarla.

Remus le sonrió a Sirius, y este sintió como el corazón, de la persona que mas había amado en su vida, se detenía, como solo el silencio y la paz, rodeaba a su figura.

Las lagrimas corrieron solitarias, pero no se lo permitiría ni al destino ni a la vida ni a la muerte, no volverían a separarlos, no sabia como pero un día se encontrarían, se lo juraba.

Sirius sentía a sus fuerzas abandonarlo, la paz se adueñaba de el, observo a Harry acercándose lentamente a ellos... grito el nombre de Remus con toda la fuerza que se permitió, no lo olvidaría, ni en el tiempo, ni en la distancia.

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Un hombre joven despertó con el sudor corriendo por su rostro, esa pesadilla nuevamente lo atormentaba; es que no podía dejarla, que había dicho el psiquiatra, que era producto del estrés... barato e inútil psiquiatra.

Desde que era un niño esa pesadilla en fragmentos se presentaba, una de sus tutoras le había dicho que a veces se levantaba  en medio de la noche y despertaba a todos con un grito... decía algo así como Remus...; y después preguntaba como perdido donde estaba ese Remus... por eso es que sus tutores lo habían llevado a psiquiatras, la practica seguía, esos sueños no lo molestaron en la adolescencia, y pensó que los había dejado atrás, pero no hacia mas que un par de semanas sen volvieron a  presentar, y ya no en fragmentos, sino como todo una historia, que el no recordaba... tal ves era solo una tontería.

Trataba de ponerles sentido, tal ves era una imaginación que de niño tenia para ocupar el lugar de sus padres ( maldito accidente que se los había quitado), no los recordaba muy bien, tenia unos cuatro años o menos... a veces tenia la impresión de que los había visto con una varita en sus manos, esa ultima noche que los había visto, cuando los observo mientras se arreglaban para ir a una reunión; una varita igual a aquellas que aprecian en sus sueño; ¿varitas mágicas?, eso era realmente una tontería...era demasiado grande para creer en la magia; nunca mas bien había creído en ella; tal ves antes de la muerte de sus padres, después ya no; después había dejado de creer en todo, incluso en la felicidad, incluso en el amor... todo solo palabras.

Y su sueño realmente lo confundía; por que gritaba ¿Remus?, ¿qué era eso, un nombre extraño?, y por que no recordaba claramente su sueño; antes no recordaba nada, ahora solo ese nombre y un par de ojos, ¿dorados?... era eso posible... bueno era tiempo de olvidar todo.

Se levanto, sabia que ya no podría volver a dormirse, no después de esos sueños.

Observo la habitación, insistía en tener un departamento, desordenado hasta que el servicio despertara, la mansión siempre le pareció muy grande, muy fría,  además aquí tenia una independencia mayor... se dirigió al armario  y eligió una de las costosas piezas, se vistió rápidamente, odiaba los trajes; pero, tenia que dar una impresión fuerte, ante todos esos viejos ejecutivos, todos esos que trataba de decirle que hacer, esta bien que hubieran manejado la empresa mientras el era un niño, mientras terminaba sus estudios, y mientras vivía una vida de play boy ; pero ahora el quería hacerse cargo de todo, su padre así lo habría querido.

Y justo hoy que tenia esa decisión tan importante, regresaban esos sueños tontos; se decidió a olvidarlos, mientras se contemplaba ante el espejo, tendría pronto treinta años, aunque no los aparentara, ¿qué había hecho de su vida?, se observo detenidamente y amarro su cabello con una cinta ; podían pedirle todo, para aparentar seriedad, pero no que se cortara el cabello, jamás.

Tenia muchos pendientes en su agenda, noto mientras la revisaba, una comida con su mejor y único amigo, un hijo de amigos de sus padres; ellos habían sido muy amables con el; y James era su único amigo, por que no mantenía amistades fácilmente, su amigo decía, que era por esa mascara de indiferencia que ponía ante todos.

Con James no había sido así, ¿por qué?; por esa extraña sensación que había tenido con el, como si lo conociera de toda la vida, como si.... le debiera algo.

Alucinaciones seguramente; aunque a veces sentía que algo faltaba en su vida, un hueco, James le había dicho, que necesitaba una familia... claro y llegar con ojeras al trabajo como las de James, por que el nuevo  niño se había pasado toda la noche llorando; pero bueno también estaba esa felicidad que su amigo proyectaba en su cara; era muy feliz con Lily; y el había sentido que eran el uno para el otro, y no había perdido a una excelente secretaria , sino que había ganado  a una grandiosa amiga, aunque ella desidiera dejar el trabajo para cuidar mejor de ese nuevo bebe y de su hijo mayor.

Esos dos y su raro amor de odio, indiferencia, quien los viera hacia  años, y ahora los dos con  dos hijos Harry el mayor ya un joven con casi diez años y un bebe...   sus ahijados; con un futuro prometedor, y un padrino que siempre los consentía.

¿Tal ves si necesitaba una familia?; pero, él no había tenido una... como creer en ella; además, a veces veía a James misterioso, recordaba que de niños habían ido a  colegios distintos, nunca pregunto a cual había ido su amigo; tal ves de haber estado juntos pudieron bromear... no las risas no eran para el.

Sus sueños lo estaban trastornando, seguramente, al rato pensaría que James también usaba una varita, y que a escondidas hacia magia... como si eso fuera posible.

El no era un soñador como su padre debió serlo, por eso se llamaba Sirius, por que su padre había sido un enamorado de la astronomía... bueno su nombre nunca le había molestado demasiado, los Black eran demasiado respetados como para que alguien le dirigiera un comentario malo.

Reviso todas las anotaciones, la junta, y otras reuniones de trabajo, y también reuniones para contratar a una nueva secretaria o secretario, que mas daba... la ultima incompetente que había contratado... simplemente nunca encontraría a una persona tan organizada como Lily.

Y ya había tenido a muchas distintas en el puesto, un desfile de caras bonitas y cero inteligencia, incluso aceptaría contratar a un hombre, que mas daba, quería alguien competente en el puesto, hombre o mujer.

La ultima anotación le produjo dolor, cenar con Ann, su novia... su exnovia; ella lo había traicionado, recordó por que había dormido tan molesto; creyó que ella era el amor de su vida, y tan solo había sido una espía de una empresa competidora; querían averiguar cual era el nuevo producto que lanzarían al mercado, querían adelantarse... lo habían usado; como un tonto había caído... por suerte su jefe de seguridad lo había averiguado, ese amargado había servido para algo, le aumentaría el sueldo... o lo pensaría, después de todo ese Severus Snape, no le inspiraba confianza, siempre con su gesto ceñudo...  bien le aumentaría el sueldo, así el pobre tipo se compraría algo para su pelo... ¿podía ser mas grasiento?; otras ves esa extraña sensación, por que ese tipo le había resultado antipático nada mas verlo... ni siquiera habían cruzado mas de cuatro palabras.

Seguramente era el coraje por lo de Ann.... no debía buscar el amor, ya se lo había repetido una y otra ves; ¿por qué no se escuchaba?.

Y ese era otro rasgo raro de sus sueño; por alguna extraña por culpa de ellos, lo primero en lo que se fijaba en las chicas... desde que tuviera razón, buscaba en las personas, esos ojos dorados... había salido con mujeres de ojos color miel, o castaños... con ninguna había durado mucho, unos días, unos meses... no había amado a ninguna.

Tenia el corazón hecho un lió, pero debía apartarlo, hoy tenia que tomar control total de sus empresas... hoy era un día especial, no sabia por que sentía que no necesariamente por la junta.

Recordar, le decía su sueño, pero... ¿recordar que?, se pregunto mientras subía  al lujoso auto que lo esperaba en la puerta.

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En un lugar muy diferente de la ciudad un hombre de la misma edad corría de un lugar a otro de su pequeño departamento, todo era un desorden, pero el no tenia tiempo de arreglar, se suponía que hoy tenia una cita de trabajo sumamente importante, y se le estaba haciendo tarde... el trabajo mas importante que se le había presentado jamás.

Recogió a toda prisa las sabanas que había tirado en la confusión; y sintió que enfermaría al levantarse, corrió al baño sujetándose el estomago, ojala y fueran los nervios, no quería que esa enfermedad regresara, ya la había dejado atrás, ya había perdido mucho peso; observo su desgastado armario, unas cuantas prendas, y el único traje que tenia un poco desteñido y algo roto, pero si ocultaba su espalda un poco, nadie notaria donde lo había parchado, o eso esperaba; debía dar una buena impresión en esa empresa; era una de las mas importantes, y el estaba aspirando por un puesto importante.

Toda su vida dependía de ese momento y su destino también; era huérfano, nunca había conocido a sus padres, pero sentía que lo habían querido; lo habían dejado en el orfanatorió cuando tenia tan solo un par de años; fue muy duro crecer ahí, sumándole a todo el que fuera muy pequeño para su edad, muy débil y con esa enfermedad.

Siempre pareció mas pequeño, y los niños mayores lo había molestado tantas veces, pero por eso mismo había aprendido a defenderse de los golpes desde muy pequeño, y había aprendido a abrirse camino en la vida.

Un matrimonio lo había adoptado, no eran pobres, pero tampoco ricos; el se había pagado sus estudios con becas de buenos promedios y con pequeños trabajos.

Había soñado con estudiar en la universidad, pero sus padres adoptivos  murieron, y los hijos, verdaderos, lo habían corrido, sin nada se había vuelto a encontrar en las calles, había robado, había hecho tantas cosas, hasta que esa amable viejecita lo había socorrido, siempre era como si extraños lo conocieran y lo ayudaran cuando mas lo había necesitado, la anciana era pobre, pero con ella el había tenido un techo en el cual abrigarse y comida;  con eso prosiguió sus estudios, con becas nuevamente y trabajando en la tienda de la esquina.

Había terminado únicamente un cierto nivel, pero eso era suficiente, podía trabajar en relaciones publicas y como ayudante de ejecutivos; pero su enfermedad lo había atacado de  nuevo, no duraba demasiado en ningún trabajo; y no solo por eso, sino por su aspecto, no podía ahorrar lo suficiente para comprar un traje.

La anciana había muerto, pero le había dejado el departamento que rentaba,  al funeral solo fueron el y una familia, la familia de  otro hombre de su edad, un vecino que estimaba a la anciana aunque no lo dijera; no era una persona de muchas palabras, pero también lo había apoyado.

Tal ves Severus Snape, no fuera el mejor vecino, pero era una persona buena cuando se buscaba en el fondo... su esposa era muy amable, y cuando notaba que él se había quedado sin ningún dinero para comer, lo invitaba a su casa.

Los Snape, tampoco es que tuvieran el dinero de sobra, ellos dos se habían casado muy jóvenes y  no habían podido terminar los estudios, tenían ya tres hijos y muchos gastos; por suerte Severus había ascendido a jefe de seguridad de la empresa, y por sus contactos le había conseguido la entrevista a su vecino.

El les correspondía como podía, cuando tenia algo de dinero era el quien invitaba a los Snape, aunque tuviera que ayunar al día siguiente no importaba; o cuidaba de los niños cuando Severus y su esposa salían, a él le gustaban mucho los niños, pero tenia la idea de que jamás tendría una familia propia; ni siquiera, había salido en plan serio con una chica, ni siquiera en ningún plan... todas se alejaban por sus ropas parchadas, por su delgadez y sus ojeras y por que no podía invitarles nada; bueno no importaba en los Snape tenia a una familia.

A veces sin proponérselo, extrañas cosas habían ocurrido a su alrededor, pero el no podía ponerles mucha atención, tenia que buscar la manera de sobrevivir.

Se acomodo el traje, esperaba que nadie notara que estaba parchado... bueno todos notarían lo viejo y raido que estaba, pero el tenia orgullo, y había aprendido a no sonrojarse con ello.

Tomo el viejo maletín, que la anciana le había regalado, tenia su nombre escrito, aunque algunas letras estaban parcialmente destruidas, el apellido y su nombre  era lo único que había tenido de sus padres verdaderos, incluso no sabia cual era su segundo nombre, solo la inicial; pues así constaba en sus papeles; el era Remus J. Lupin; el mismo no sabia sus segundo nombre y a veces se sentía tonto cuando le preguntaban por su segundo nombre; bueno tenia un rasgo mas de sus padres, esos ojos extraños, como dorados, tal ves algún día pudiera reconocer a algún familiar por ellos, no era un tono muy común.

¿Qué rayos hacia perdido en sus pensamientos, y pensando en sus ojos?; si ya era tarde.

Tomo sus papeles y se reunió en las escaleras todo apresurado con Severus Snape, este lo esperaba al lado de su esposa consultando su reloj, rápidamente se disculpo y la señora Snape le coloco apresurada una corbata, de las mejores, de su esposo.

Le desearon suerte los niños mientras se dirigían a la escuela, tenia que conseguir el empleo, con eso mejoraría su situación y podría ayudar a los Snape.

Remus se prometió que lo conseguiría; aunque no entendía por que mas haya de todo los nervios, sentía algo mas, como si hubiera esperado toda su vida por este momento.

............Continuara

Notas: Bueno para ser el primer capitulo quedo algo largo, ¿tendrá Remus esos sueños también?.

¿Qué pasara cuando se encuentren?

¿Esta leyendo alguien, una mas de mis ideas locas?