Capitulo 28.- Vendo mi alma por ti.
Perdido en los recuerdos, cuando la esperanza se aleja, ¿qué me queda?, ¿qué puedo hacer, por tu amor?...
Deberé vender mi alma, será la única forma en que estemos juntos, en que al fin descanse en ti, es muy tentador, pero; no puedo, por que tu serias el primero que jamás me perdonaría el seguir este camino; debo confiar, aun debe haber esperanza.
Sirius.. debo confiar, no depende solo de mi, tu puedes vencerlo también, pero si en medio de los recuerdos me perdiera, mi deseo es que al menos con mi muerte consiga salvarte...
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- Bueno, al final no fue tan terrible- Sirius caminaba animadamente, seguido de una figura abatida- bueno, al menos para mi...
- Si, como a ti no te predijo la muerte, ... unas cien veces...- Remus observo molesto al muchacho que caminaba delante de el, tan tranquilo.
- ¿O será que lo que te molesto?, fue... que dijo que morirías por mi, todas esas cien veces- Sirius se volteo a ver al otro joven.
- Créeme, que no sería ni una sola... nunca moriría por alguien como tu, Sirius...- Remus le sonrió con burla, riéndose de si mismo, por una pequeña mentira.
- Pues, eres un mal amigo...- Sirius fingió estar molesto.
- Bueno, estaba bien, cuando alguna joven que hayas rechazado trate de matarte, yo te defenderé, y si e de morir... esta bien, acepto mi destino- Remus tratando de fingir una vos seria.
- Eres un tonto- Sirius comenzó a reírse, y rápidamente contagio a su amigo.
- ¿Por qué, estamos últimamente peleando, Sirius, si somos amigos?- Remus se recargo un poco en el hombro de su amigo, mientras con una cierta tristeza preguntaba.
- ¿Por qué?... no lo se, Remus...- Sirius, se quedo con las palabras, que hubo de reprimir, peleamos por celos, por que te amo y me muero por decírtelo, pero jamás lo oirás.
- Bueno, yo tampoco, pero ya nos esta ocasionando problemas, trata de no comenzar una pelea nuevamente- Remus se aparto un poco de el.
- Que yo recuerde, señor Lupin, fue usted quien me golpeo la última ves- replico Sirius.
- Bueno, como sea, solo no peleemos- Remus se dirigió a un pasillo.
- Espera, estas tomando el camino equivocado, debemos regresar a la torre de gryffindor, por ese pasillo...- Sirius le señalo rápidamente.
- Lo se- Remus se detuvo un momento- pero mi padre, bueno el dijo que me escribiría, tengo que ir a la lechucearía, prefiero leer a solas- Remus siguió avanzando.
- Bien, como gustes, pero si luego te atrapan, no será mi culpa- Sirius dio la vuelta- pero... no es raro que tu padre te escriba, siempre de noche- cuando volteo, Remus ya se había perdido en los pasillos- Lupin, ¿por que tienes tantos misterios?, y aun peor, ¿por qué me muero por descubrirlos?.
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Siento, tener que dejar a Sirius así, pero tengo que leer cuanto antes ese mensaje, y no puedo arriesgarme a leerlo en la habitación... no cuando creo conocer su contenido, y cuando lo pienso, las lagrimas quieren escaparse, ¿cómo puede mi padre?, ... ¿por qué?, ¿por qué no nos deja en paz a mi madre y a mi?...
- Whinge- Remus llamo en medio de la lechucearía, y de una de las columnas se acerco una gran lechuza de plumas marrón, posándose delicadamente en el brazo que el joven extendía y mostrando una carta atada a su pata- gracias, amigo por todo, aunque no me traigas buenas noticias, regresa, no mandare una respuesta a mi padre.
La lechuza ululo tristemente, y después extendió las alas, volando en dirección a una de las ventanas y perdiéndose en la noche.
No sabia si deseaba leer esa carta, ya sabia su contenido y le indignaba completamente, ¿por qué su padre había tomado ese camino?, ¿por qué era partidario de ese terrible mago oscuro?... ese era un secreto que guardaría para si en lo mas profundo, sus amigos sabían que el era un hombre lobo, si, pero jamás les permitiría descubrir, lo que su padre hacia...
Tomo el sobre, grabado con la fina y cuidada letra de su padre, si su madre se enteraba que leía las cartas que este le enviaba, se molestaría en extremo, pero... no podía evitarlo, no cuando él la había amenazado, no cuando le había insinuado que la dañaría, si el no atendía sus mensajes... su padre deseaba, que al final el se uniera a la causa, en la que el y su hermano estaban metidos.
Pero, a pesar de la amenazas, el jamás se uniría, el jamás lo haría, abrió lentamente el sobre y cada palabra que leyó, le dolió en el alma.
.... "Remus todo esta listo, pronto tu serás uno de sus aprendices, es una gran honor el que el te concede, pues a pesar de todo, eres un hombre lobo, pero el me ha indicado que eso es de su agrado, con el se formara un mundo en el que no habrá desprecio para los de tu raza, hijo mío, me siento tan orgulloso de que leas atentamente mis cartas, y aun mas me alegrare cuando tomes la marca en tu brazo, cuando destruyamos juntos a los despreciables muggles; muchos magos de tu edad, de la casa de Slyterin han tomado ya la marca, se que te arrepientes de haber sido elegido a Gryffindor, pero ten paciencia; tu hermano te manda afectuosos saludos, desea entrenarte personalmente y presentarte a lord Voldemort; ansió ver a mi familia unida..."
.... " Tu padre"...
Bueno, en esta carta no la había amenazado, pero... tampoco es que le dejara muchas opciones... casi ya hablaba como si el hubiera deicidio unirse, como si el fuera un asesino...
Jamás, ya tenia decidido, esto, jamás se uniría a ellos, y aun cuando antes flaqueaba su corazón ahora no, y una de las causas era cierto joven de cabellos oscuros... Sirius con la valentía que el había demostrado a todos, al abandonar a su familia... una familia con ideas similares a las de su padre... y si Sirius tuvo el valor, el no podría tenerlo menos, el verlo le ayudaba a mantener esa difícil decisión, estaría al lado de sus amigos, aun cuando tuviera que luchar con su propia familia... si tan solo pudiera confesarle sus sentimientos... cuanto valor le daría el amor... pero, no podía... no cuando estaba decidido a atraer el odio de su padre, ya Sirius cargaba con muchos problemas, como para agregarse él a la lista..
De pronto escucho un ruido que lo desvió de sus pensamientos, unos débiles pasos que se acercaban a la otra puerta de la lechucearía, seguramente era el conserje; agradeció a sus agudos sentidos.
Asustado, pues no deseaba perder mas puntos para su casa, se escabullo por la otra puerta, metiendo rápidamente la carta en su bolsillo.
Pero olvido que ese bolsillo precisamente, se había roto cuando se acerco demasiado a las llamas, por orden de la profesora de adivinación, su túnica había prendido, y aunque apago a tiempo el problema, su bolsillo había terminado con un gran agujero; pero los nervios de ser descubierto, hicieron que él olvidara ese pequeño detalle.
Una figura entro sigilosa, justo cuando Remus se alejaba ya por un pasillo, pero no era el conserje.
- Rayos, se me escabullo- Sirius contemplo molesto la vacía habitación, cierto había cientos de lechuzas, pero se le había escapado la presa que buscaba- y yo que , deseaba atraparlo y conocer otro de sus secretos, pero.. ya será otro día- Sirius camino en dirección a la otra puerta, tenia que dirigirse cuanto antes a Gryffindor, sin querer su vista se poso en un trozo de pergamino, que alguien había dejado caer... con curiosidad lo levanto, pues ese alguien, solo podía ser Remus, observo el papel sin atreverse a leer- ¿Debería?... es después de todo la correspondencia privada de Remus.... pero, no le diré que la leí... pero tengo que devolvérsela... – sin poder detener mas tiempo la curiosidad leyó, y cuando termino deseo jamás haber tenido que leer esas terribles palabras, ¿su amigo seria un seguidor de Voldemort?..., con tristeza guardo la carta, mientras se dirigía a la torre de Gryffindor, y su mente era asaltada por tristes pensamientos.
No podía confiar en el, pronto recibiría la marca, sabia bien que era eso... por su familia... la marca oscura, aquella que lo mostraría como servidor de Voldemort... Remus, aquel muchacho dulce y amigable, en realidad todo era una mascara, esta fingiendo... y el sabia, el sabia lo que odiaba a todos esos magos oscuros...
Y sintió crecer un odio inmenso, por que la persona a la que amaba en secreto, tan solo era una fachada, era un engaño que ocultaba a alguien similar a lo que su familia era... pero sus ojos, esos jamás le mentirían, veía una inmensa bondad dentro de esos ojos dorados, ¿también eso era falso?, podía engañar a su propia alma, una que le decía que Remus, era una persona muy especial, que siempre lo había sido y lo seria...
Y ¿qué podía hacer el?, reclamarle... peor que... después de todo, siempre lo supo, Remus era un hombre lobo y aunque ellos creyeran que cambiarían su naturaleza, no era posible, siempre seria una criatura oscura.
Ahora comprendía bien, esa actitud que mostraba con Snape, seguramente eran aliados, ambos aprendices de mortifagos... se reían, claro como no lo había visto antes, seguramente Snape, se daba cuenta de los celos que le provocaba... y él y Remus se reían de un pobre tonto enamorado.
Entonces... ¿qué quedaba para el?.. el mundo era demasiado cruel, tan solo quería perderse en la oscuridad y olvidar ese sentimiento, olvidar el dolor que Remus le estaba causando, ese traidor.
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- Ódialo, querido muchacho, piensa que esa es la verdad...- la vos oscura en medio de la habitación- las almas se vuelven tan débiles por amor, que es sencillo manipularlas... que patéticos- Sirius se levanto con lentos movimientos, del diván donde estaba recostado, acercándose paso a paso a donde la figura de Remus estaba tendida, alargo su mano, acomodando un mechón de cabellos que se pegaban al rostro sudado- tan frió y tan decidido, el esfuerzo debe ser enorme, si tardas mas, consumirás tu alma... solo ríndete y el será tuyo, por toda la eternidad- la mirada maligna en los ojos de Sirius, era tan diferente a la verdadera- si no te das prisa, el tomara tu lugar- la figura de Sirius se encamino a donde un joven a medio vestir lo esperaba, los ojos dorados tan parecidos tan diferentes, tan confundida el alma que aceptaba a este sustituto de su amante.
Y la figura tendida perdido lentamente el brillo que lo rodeaba, mientras llegaban a el ecos de su amor traicionado, y su alma lejana se desgarraba; una de las manos que colgaba sin movimiento a los lados, comenzó a sangrar abriendo la delgada cicatriz que lo cruzaba, mientras un pacto se rompía, y mas aun era imposible forjar uno nuevo.
Lentamente esa mano comenzó a moverse, la respiración se regularizo y tras pestañear, los ojos dorados se abrieron, pero carecían de brillo, nublados por el sufrimiento; la figura se levanto lentamente, con dolor y caminando a donde se encontraba aquel que juro amarlo, aquel que ya no era el alma a la que se unió, y al mismo tiempo lo era.
- Acepto- una simple palabra, con la que vendía su alma.
- Y a tiempo- Sirius se levanto rápidamente, al ver de pie al joven hombre lobo, colocándose la capa que instantes atrás había arrojado al suelo, la mirada oscurecida se poso en la delicada figura- es tu mejor elección- con un gesto le indico al hermano mayor que abandonara la habitación, este sonrió cruelmente y con cierto odio en dirección de Remus, pero se alejo presuroso, deteniéndose únicamente a recoger sus ropas.
- Por estar junto a el, te vendo mi alma- Remus casi susurro, al sentir la fría mirada, tan diferente y sin embargo la misma.
- Es un trato justo, licántropo- Sirius tomo el rostro de Remus acercándolo aun mas al suyo- una criatura oscura, siempre será eso.
- Si..- la tristeza que esas palabras le ocasionaban, unas que Sirius había negado; pero había fracasado, o tal ves no... cuanto podía vivir sin esa parte de su alma, cuanto podía resistir, sin que el descubriera que no había perdido la esperanza, y acepto el beso, cargado de dolor, mientras apenas podía refrendar las lagrimas, pues besaba a quien mas amaba y al mismo tiempo lo traicionaba, no solo a el, sino a todos a quienes había amado.
Continuara.........
