Nota1: Los derechos de los personajes como siempre son de J.K. Rowling, solo los tome prestados.

Nota2: Bueno al fin, ya he llegado al final de la historia, espero que no luzca demasiado precipitado; pero si aun quedan cosas que contar se darán en las pequeñas historias de esta que aun quiero relatar; la primera de ellas se las comentare después del final sino arruinaría todo.

Lean todo, y no me quieran matar hasta terminar, prometí final feliz y por extraño que parezca mantuve mi promesa; espero que les guste.

Agradezco muchos todos sus comentarios, criticas y detalles, durante el año que tarde en terminar esta historia; yo misma tuve que releerla por que habían ocasiones en que no recordaba la trama.

Bueno sin mas espero que disfruten.

Capitulo Final: Te Recordare, por que un día estaremos juntos.

Una promesa  eterna de amor, un destino marcado para mi, terrible; la muerte como resultado; pero nunca le tuve miedo, por que antes estabas tu y el tiempo que podía robarle a la vida, para estar contigo, era mi consuelo, mi resignación.

De tu mano, siempre lo supe, de tu mano la muerte no seria duro castigo, sino un momento escrito.

Tus ojos la maravillosa visión que aminoraría el dolor; tus lagrimas que envolverían en calidez la frialdad de la muerte.

Tu voz llamándome, la esperanza  de una victoria.

- Remus- el horror visible en los ojos de la persona que mas había amado; ahora que recuperaba el control de sus emociones y el alma sufría por el- no es posible- Sirius retiro su mano manchada por la sangre de quien mas amaba- es una pesadilla.

El licántropo sintió una inmensa debilidad y no pudiendo resistir mas se dejo caer, el dolor se iba alejando lentamente  sumergiéndose  en un sopor.

- Remus- Sirius había al fin reaccionado, y se  acerco arrastrándose al licántropo caído.

- Sirius- la voz entrecortada de Remus, trataba de aliviar a Sirius.

- ¿Cómo pude hacer esto?- gritaba Sirius en shock observando sus manos manchadas.

- No fuiste tu- susurro Remus, sintiéndose cada vez mas cansado, pero feliz al ver a su Sirius regresar- esto ya estaba escrito, era un destino del que- Remus tomo aire con dolor- no podíamos escapar.

Un estruendo proveniente de la pelea de Harry y Dumbledore los alerto, Sirius desvió la vista en dirección de Harry.

- Harry, no debe combatir solo- susurró Remus- ve, Sirius, ayúdalo.

- Yo...- Sirius observo dudoso la terrible herida de Remus, que este ocultaba con una de sus manos- no puedo dejarte solo.

- Nunca lo has hecho- Remus le sonrió, en ese momento James pudo llegar a ellos.

- Quédate, yo ayudare a Harry- dijo James rápidamente.

- No- Sirius se levanto decidido- es mi batalla también y yo aun tengo algo que ese mago quiere- Remus, por favor espérame; no te vayas sin mi, no te vayas sin decirme adiós.

- Sirius- Remus vio a James agachado a su lado y a Sirius parado- pase lo que pase, siempre...

- No lo digas- Sirius le pidió con lagrimas en los ojos- solo prométemelo.

- Te lo prometo- sonrió débilmente Remus.

Sirius no pudo voltear una vez mas, o nunca podría obligar a su corazón a alejarse en ese momento.

- Remus – James trato de incorporar un poco a Remus, para que estuviera mas cómodo; pero Remus se rehusó quejándose con dolor, retirando un momento la mano con que cubría la herida, de la que retiro la daga al momento de caer, cuando comenzaba a quemarle.

- Yo...- James sintió que las lagrimas llegaban a sus ojos- ¿por qué le hiciste una promesa que no puedes cumplir?- James sujeto la mano de su amigo, infundiéndole valor, tenia el brazo fracturado, pero James le tomo la mano, con cuidado- lo prometiste, así que debemos ir en busca de un medimago y...

- James- Remus sonrió a quien siempre fue su amigo, al amigo que al fin tenia a su lado, por ultima vez- es demasiado tarde; se lo prometí, hasta que el regrese; pero esa será la primera promesa que no podré cumplirle a Sirius, ojala el me perdone.

Peter salió volando a causa de la fuerza de un ataque, del otro lado del lugar; parándose un poco atontado cerca de sus amigos, distinguió a Remus en el suelo y se acerco sin importarle mas la batalla.

- Remus- el hombre bajito, se inclino ante su amigo- no ahora que vamos a ganar, tu... hay muchos sueños que aun debes realizar- Peter se estremeció ante la  palidez en el rostro de sus dos amigos.

- Peter... gracias- Remus cansado, sentía que las palabras morían en su boca- nunca puedes contradecir al destino; fue un honor haber compartido mi vida con tan maravillosos amigos- Remus recurrió a sus ultimas fuerzas volteando en dirección de Sirius, quien a lo lejos peleaba al lado de Harry- pase lo que pase... yo siempre te amare- susurro unas palabras tan similares  a las que Sirius había dicho por ellos, en esa otra vida- te recordare lo juro- la mano  que James aun sujetaba se soltó de su agarre.

- Remus- Peter con la mirada cegada por las lagrimas llamaba a su amigo- debes resistir, por ese futuro que debió pertenecerte- los sollozos aumentaron  cuando James contemplo a Peter, con los ojos llenos de lagrimas que no podía detener- por favor contéstame, Remus.

- Ya no lo llames, Pet- susurro calmadamente.

- No...- Peter negaba aun contemplando los ahora cerrados ojos de su amigo, el mas cercano a él.

Los dos solo se contemplaban en silencio, sabiendo que el dolor mas profundo seria para  Sirius, cuando regresara  a su lado.

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- ¿Y de que forma pretenden ganarme?- pregunto con ironía el anciano mago.

- Una vez por mi buen corazón perdí ante ti Grindelwald; por que te di la espalda, te perdone- Harry luciendo esa extraña mirada y con la voz profunda, pronunciaba las palabras como una sentencia- pero, no volveré a cometer el mismo error.

- Dumbledore- susurro el anciano mago- así que tu alma no desapareció- la confianza se borro un poco en el rostro del mago- lucharas contra mi.

- Lucharemos contra ti- agrego Sirius situándose cerca de Harry.

- Así, que el patético hombre lobo, lo consiguió- dijo con odio el anciano- Voldemort nuevamente derrotado por ese absurdo sentimiento- el anciano se permitió una sonrisa- ¿aun que has perdido lo que mas amabas, lucharas?.

- Tengo confianza- Sirius afirmo aunque con una voz que no la mostraba- el me esperara, ya nada nos separara; tu maldad terminara aquí.

- ¿Maldad?; dice eso de mi, quien mato  a la persona que amaba, con sus propias manos- el veneno destilando en sus palabras- ¿serás capaz de renunciar al poder del lord en ti?, no lo creo.

- Basta- Harry grito impaciente- ya has perdido demasiado tiempo, Grindelwald.

- ¿Poder?; eso nunca a sido importante para mi, ¿Querías el poder del lord oscuro?, pues tómalo- grito Sirius sintiendo un torbellino oscuro surgir de su interior chocando con el cuerpo del anciano mago quien grito sin poder contener toda la magnitud de esa fuerza; a la que pronto Harry unió su poder.

- Debes regresar lo que fue mío- grito la anciana voz con furia; la voz que Harry proyectaba.

- No- el mago sintió que el alma que había  enclavado en ese cuerpo robado, era extraída, un vació oscuro lo llevaba, sin poder anclarse, destruido el poder que busco.

Una luz pálida envolvió el cuerpo del anciano y Harry sintió que el poder y el resplandor que lo habían acompañado lo dejaban.

- Soy yo- el anciano sonrió con una voz cálida y diferente- después de tantos años.

- Gusto en conocerlo, profesor Dumbledore- agrego Harry- de nuevo.

- Esto es extraño- suspiro Sirius, cansado como si hubiera realizado ejercicios pesados, el abandono de ese poder lo había agotado.

- Yo he conseguido lo que deseaba- el anciano hablo con esa voz dulce- pero tu muchacho, me temo que lo has perdido todo- dijo con pesar señalando en dirección de donde Sirius, había dejado a Remus.

Sirius sintió un dolor inmenso apoderándose de su ser, como si una parte de su  alma le fuera arrebatada.

- Remus- grito corriendo a donde yacía la persona que amaba, olvidando el inmenso cansancio.

El combate había cesado, sin líder instigándolos los rebeldes se rindieron; los hombres lobo dudaron pero al final también lo hicieron, una de sus mas grandes familias había sido destruida en esa lucha sin sentido; podían oler la sangre de los suyos derramada, sin sentido.

Nadie se interpuso en el camino de Sirius, que fue seguido por Dumbledore y Harry a quienes pronto se unieron Draco, Severus y su padre y Lily; un lugar donde un amigo había partido.

- Remus- la voz desgarrada de Sirius no conseguía respuestas; cuando se acerco y contemplo a sus dos amigos que observaban al caído; no tuvo  que preguntar, los terribles ojos tristes de James y el sollozo continuo de Peter, le dijeron que el triste adiós había llegado. Se dejo caer a un lado de él, observando la pálida piel, las manos cubiertas de sangre, pero en su rostro la expresión era relajada, como si al fin pudiera descansar de ese cruel destino.

- ¿Por qué no me esperaste?- pregunto Sirius, con el dolor dominándolo- prometiste que no te irías, sin decirme adiós; sabias que no te dejaría solo, ¿por qué no me esperaste?- el llanto de Sirius fue desgarrador, mientras  sujetaba las pálidas manos.

- No es justo- grito Severus hijo enojado- todo aquello que hizo, toda su lucha fue en vano.

- Las luchas, nunca son en vano; si siguen una causa buena- aseguro el ahora verdadero Dumbledore.

- ¿Esta es la recompensa de ellos por amarse; este es su castigo, decirse adiós para siempre?-  el joven Severus indignado solo atinaba a contener las lagrimas.

- No, esto... no es un adiós; es un ... hasta pronto- Dumbledore con voz misteriosa guiño un ojos a Harry.

- Sirius- Harry se atrevió a acercarse a los merodeadores que velaban el cuerpo caído de uno de ellos- debes vivir, con al esperanza de un reencuentro.

- El esta muerto- Sirius pronuncio con dolor- debo acaso morir esperando una nueva vida en la que al fin...

- No- Dumbledore se acerco también y susurro algo a Harry- siempre he creído que el amor es una de las mayores fuerzas; que obra todo milagro por muy imposible que parezca; él deseo con todo su corazón verte una vez mas, muchacho; eso es importante- el anciano se agacho tocando la frente del caído- las promesas de amor son eternas, al igual que los lazos- el anciano sujeto la mano  a la que surcaba una cicatriz y sujeto también la mano de Sirius, que mostraba la misma línea- esto prueba que volverán a encontrarse; ¿serás capaz de esperarlo muchacho?- pregunto el anciano a Sirius.

- Toda mi vida y la eternidad de ser necesario- contesto Sirius.

- ¿Serán capaces de renunciar al amigo que habían recuperado?- pregunto  a los otros merodeadores y a Lily que consolaba a James.

- Si- afirmaron los tres- por que ellos puedan tener ese reencuentro- aseguro James.

- Entonces que así sea- Dumbledore sonrió a los tres- no será una despedida, solo será algo diferente- ahora  volteo en dirección de Severus- solo me falta una pregunta mas, o un par de ellas- contemplo al joven Severus- ¿serias capaz de cualquier cosa por cubrir tu deuda?.

- Por Remus, si- Severus asintió con determinación.

- Y ustedes muchachos- se dirigió ahora a Draco y Harry- ¿su amor puede cobijar uno mas?.

Harry sonrió entendiendo lo que el amigo buscaba, así que sonrió en dirección de Draco y sujeto su mano.

- Cuando el hechizo se complete, el ciclo terminara, Draco, y yo  no nos recordaremos, no en la forma pasada; pero se que volveremos a amarnos con la misma fuerza y podremos cobijar ese amor.

- Harry- Draco lo observo con determinación- recuperaremos lo que debió ser, por nosotros, y por todos.

- Bien- el anciano toco nuevamente la frente de Remus- que el hechizo cierre el ciclo y el destino cobre su victima- una intensa luz rodeo el cuerpo del caído y a todos los presentes, cuando se disipo el cadáver había desaparecido; convirtiéndose en un par de  luminosas luces, que flotaban en el lugar donde Remus Lupin había perdido la vida.

- Remus- sollozo Sirius tratando de contenerse; una de las luces avanzo y se detuvo frente al joven Severus, al que ilumino al fusionarse con el.

- Cuando sea tu momento, Severus, te casaras- afirmo Dumbledore- tu primer hijo, será Remus renacido, sin recuerdos; dale la vida tranquila que siempre mereció; y cuando llegue el momento Sirius y el se reencontraran y si su promesa es fuerte se recordaran.

- Pero..- Sirius observo perplejo al anciano- seré demasiado grande, el no me amara.

- Sirius- Dumbledore dirigió la otra luz  al animago, al que cubrió- cuando ese bebe nazca; tu volverás a ser un bebe a su vez, perdiendo tus recuerdos; hasta que reencuentres a la persona amada; y Harry y Draco abran de ser padres amorosos  para ti; como siempre quisiste, una familia así- tus amigos estarán aquí, aunque mayores, no habrá una separación dolorosa; solo espera el momento.

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- Sirius Black- la voz de todas las mañanas despertó al joven de un extraño sueño; un chico de ojos dorados lo había estado llamando; en primer lugar el no conocía a ningún chico así, y que supiera las personas no tenían los ojos dorados- Sirius – volvió a reclamar la voz.

- Ya voy, papa- contesto al notar que esa voz empezaba a acercarse.

- Date prisa o llegaras tarde a clases- dijo un joven hombre de cabellos revueltos, abriendo la puerta y contemplando al adolescente que aun bostezaba- tu padre y yo preparamos el desayuno, sino lo quieres frió, apúrate.

- Si- el muchacho observo con cara divertida a uno de sus padres- eso quiere decir que, ¿papa Draco lo preparo, mientras tu observabas?.

- Eres imposible- sonrió el hombre, cerrando la puerta y alejándose.

- Siempre, lo molesto con lo mismo- el joven se levanto y comenzó a buscar frenéticamente en su enorme armario; Sirius Black, sabia que todo le quedaba bien; pero, también sentía que ese día era especial, por alguna causa, así que busco mas detalladamente su camisa favorita. Abrió las ventanas y se permitió asomarse al balcón; adoraba la vista de los jardines en la mañana.

El era un joven normal, bueno no tanto; que adoraba a sus dos padres, Harry Potter y Draco Malfoy; ellos eran sus padres adoptivos, ya que el era el heredero de los Black, su padre Sirius había muerto de una forma misteriosa y el había quedado al cuidado del ahijado de su padre; la mejor familia que pudo desear; ellos y el abuelo James y la abuela Lily; el tío Peter; todos una gran familia; también estaban los mejores amigos de su papa Harry; Ron Weasley y Hermione Snape; un niño de ojos dorados recordó de pronto; hace muchos años que no veía a la señora Snape, que había sido muy amable; ella tenia un hijo de su edad; pero solo lo había visto una vez, y no recordaba bien su nombre; pero, ¿creía recordar que tenia los ojos dorados? o ¿color miel?.

Se reprendió al ver la hora;  por lo tarde que se le había hecho, ¿cómo se ponía a pensar, de que color eran los ojos de un niño que solo había visto una ves?.

- Buenos días- saludos  a su papa Harry que leía el periódico  y a su papa Draco, que servia un par de  tostadas extras en el plato de Harry.

- Draco- Harry le sonrió dejando el periódico- si engordo no te gustare mas.

- Pues come todo lo que quieras- Draco le sonrió- siempre me gustaras, no importa como luzcas.

- Y tu a mi- Harry tomo las manos del rubio, y acerco su rostro.

- Ehhhhhmmm- Sirius carraspeo- par de tórtolos, ¿no pueden esperar a que me vaya a la escuela, para empezar?.

- Que oportuno- suspiro Draco- ¿Sirius ya tendrás tiempo de desayunar sin vigilarnos?.

- Es que me quitan el apetito- bromeo Sirius.

- Celoso- recrimino con una sonrisa Harry y consultó su reloj- sino sales ya, llegaras tarde.

- Y puede que hoy sea un día muy especial- aventuro Draco con una sonrisa misteriosa, que el y Harry habían tenido toda la semana, en opinión de Sirius.

- ¡Nah!- negó Sirius levantándose- será un día como todos; bueno, solo por que llegara un nuevo maestro, pero dicen que es terriblemente estricto- se despidió rápido y tomo las llaves de su moto.

- Ten cuidado- los despidieron los dos hombres.

Sirius arranco la moto y se alejo, llegando a pensar, ¿no se apellidaba Snape el nuevo profesor?, ¿tendría algo que ver con la señor Snape, amiga de sus papas?, ¿con el chico de ojos dorados de su sueño?...

- Será un día especial- aseguro Harry, viendo una vez mas la carta que había estado leyendo y que oculto con el periódico, a la llegada de Sirius; la misiva le fue arrebatada por Draco; quien picaramente se acerco a el.

- Ya leíste las palabras de Severus, es ahora tiempo que escuches las mías- Draco le sonrió aun mas acercando sus labios.

- Al fin una historia tendrá un final feliz- susurro Harry sintiendo una inmensa felicidad por Sirius y Remus- aunque Severus se tardo mucho en propiciar ese encuentro.

- Es un padre celoso, como tu y yo; aunque sabe que ellos son el uno para el otro- Draco sonrió aun mas besando a Harry- y no es el final de la historia sino el inicio- agrego.

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- Ya deja de pasearte por treintaiteava ocasión querido- una mujer de cabello castaños le sonrió, al hombre de cabellos negros que lucia inquieto- sabias que este momento tenia que llegar- trato de razonar  ella, con su esposo.

- Si, pero...- el hombre volteo a verla- ¿será lo correcto?.

- Ellos se aman, siempre se amaron- la mujer suspiro- claro que esta bien, es nuestro hijo también, pero fue y seguirá teniendo el alma de Remus.

- Tienes razón- Severus suspiro- ¿quién iba a decirme que un día estaría de acuerdo, en que un hijo mío se enamoraría de Sirius Black?.

- Deja el orgullo de lado- la mujer sonrió- ¿quién iba a decir que un día estaría casada, con quien en otro tiempo, fue mi mas odiado profesor?.

- Ja, tienes razón- el hombre se decidió y subió las escaleras a tocar a la puerta de uno de los dormitorios- Remus, es tarde, si no te das prisa, te dejare.

- Ya voy- grito una dulce vos, mientras se escuchaba el ruido de algo rompiéndose.

- Estaré abajo- indico el hombre, mientras volvía al lado de su esposa- un florero mas, no se por que insistes en tener uno en su habitación, cuantos van esta semana.

- Las flores son bonitas- alego la joven mujer, sacando un nuevo florero de una caja- este quedara bien.

- ¿Será que, se debe al hecho de no ser mas un hombre lobo, esa torpeza?- el hombre pregunto con curiosidad.

- Pues es mejor, eso, que la maldición que peso sobre el tantos años- aseguro la inteligente bruja.

- Bueno- el hombre cambio el tema- me alegra que  aunque Hogwarts exista, ya no hay solo internados mágicos, me agrada mas la idea de una escuela, de la que pueden ir  y venir todos los días, una fusión de lo muggle y lo mágico- Severus suspiro- aunque no se si me agradara dar clases a Black.

- Ya veras que si- Hermione sonrió.

- Ja, ya quiero que intente besar a mi hijo, en mi presencia o en mi clase; no va a terminar con los castigos- sonrio el hombre.

- Severus- regaño la joven mujer, viendo ese gesto en su esposo- déjalos en paz.

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El joven corrió pues llegaría tarde a clases, su padre se molestaría, y si había algo que aterrorizaba en Severus Snape, era su enojo; aunque su abuelo luciera muy similar, el si podía sonreír con ternura.

Llegar tarde a la clase de su propio padre, no quería ni pensarlo; pues al final se retrazo tanto que su padres e fue sin el, a preparar sus clases, en esa nueva escuela.

Tarde el primer día, corrió realmente desesperado, cuando uno de sus libros casi se le cae, por fijarse en atraparlo, no se percato de la silueta que se había detenido un poco delante de el.

Un buen golpe, fue el que provoco al estrellarse, así que llegaba tarde y además tiraba a uno de sus compañeros, y todo eso, el primer día, suspiro tristemente.

- Estas bien- la mirada color miel, del joven se enfoco en quien le ofrecía una mano, al parecer su compañero ya se había levantado, esos ojos celestes que lo observaron, lo llenaron de felicidad, y sin poder evitarlo se sonrojo.

- Si- el muchacho acepto la mano que le ofrecían.

- ¿Creíste que no te recordaría, Remus, a pesar de que ya no tienes los ojos dorados?- el muchacho de ojos azules, le sonrió, perdiéndose en  esos ojos.

- Sabia que volveríamos a vernos, Sirius- el muchacho supo que al fin, la oportunidad por la que lo había dado todo, había llegado.

- Y, esta vez, es para siempre- susurro acercándose a  los labios del otro adolescente.

- Para siempre- susurro, también Remus sellando el beso.

- Pero no justifica que lleguen tarde a mi clase- aseguro la vos molesta de Severus Snape- y por cierto, Black deja de hacerle eso a mi hijo- Severus sonrió triunfante.

Fin........

Nota3: Bueno, espero que les haya gustado, decidí dejarlo en final feliz, y la primera pequeña historia, será el nuevo manual del galán de Sirius Black, para conquistar a Remus a pesar de la presencia del molesto Severus Snape.

Espero que les gusten...