Harry Potter, ilustre protagonista de su propia serie de libros y dueño de
un tercio del mundo mágico (o era la mitad?), tuvo la osadía de viajar en
escoba a los terrenos rurales de Hogsmeade de noche solo y vagar por ahí en
busca de la Casa de los Gritos. "Donde se vino a meter el idiota de Malfoy"
dijo, al tropezar con una rata. La verdad es que estaba algo asustado,
incluso llevando su varita. Cuando traspasó una especie de bosque se dio
cuenta que una rama le había deshilachado su polerón y ahora le llegaba al
ombligo, se tuvo que devolver a desenredar el hilo y sintió el aullido de
un lobo. Inconscientemente, pensó que Lupin podría encontrarse cerca; en
realidad, no habría sido nada divertido que anduviese por ahí y el aullido
proviniese de él. Retomó el paso y llegó a los mohosos terrenos.
No se dirigió directamente a la entrada si no que a una ventanilla rectangular cercana al suelo y a la maleza y espió un rato a Draco a través de ella.
Draco llevaba su torso fornido desnudo (era lindo como Harry sólo que un poco más musculoso y menos bronceado, varios centímetros más alto), tenía el tatuaje con el nombre maldito de Harry y su pelo tal como Ron se lo había descrito. Estaba sentado trazando un complicado mapa de Hogsmeade y Londres sobre un escritorio y reía desquiciadamente de vez en cuando; un montón de objetos que parecían souvenirs flotaban a su alrededor, entre ellos, un muñeco vudú de Harry que tenía la cicatriz extendida por todo el cuerpo al que hablaba incoherencias de vez en cuando.
Después de observarlo un rato se aburrió y se decidió a entrar. No tocó por que de todos modos Draco estaba demasiado concentrado en su monólogo con el mono y no lo habría escuchado. Sólo entró y tropezó con un velador, cayendo de bruces al suelo.
Draco se sobresaltó.
- ¿Quién anda ahí?- dijo nervioso.
- Draco, ¿estás ahí? ...
Draco supo que se había vuelto loco. Mucho tiempo sólo, pensando en Harry. Pero después de tanto tiempo sintió claramente la voz de Harry, llamándolo por su nombre; el corazón le empezó a latir ridículamente rápido, como el de un ratón.
- Draco ¿Estás bien?
Se le erizaron los pelos de la piel de la nuca. Los objetos flotantes cayeron al suelo...
...mi pequeño y oscuro mundo se desmoronó en aquel instante, podría haber estado malherido, o desmayado de fatiga, pero estaba ahí en pie, viviendo de pura maldad, como siempre creí; no había ningún motivo para estar mal y, sin embargo, lo estaba. Era como tener encerrado a un licántropo en mi cuerpo; quería dejarlo salir por que me estaba haciendo daño pero si lo dejaba salir podría morderme y volverme uno.
- Este, no entres, esta mu-muy desordenado - dijo agudamente, e hizo desaparecer todo lo que había a su alrededor que denotara su locura.
- No te preocupes, mi casa está siempre desordenada...
- Este...¿Harry Potter? – y cuando dijo estas palabras, un montón de cajas se desmoronaron en el pasillo de la entrada impidiendo el paso al living. Preguntó por que podía ser su "mente enferma" la que causara todo aquello. O la materialización de la voz de Harry en aquel lugar, después de haber tenido un accidente. Desafortunadamente para su licántropo interior, el joven estaba vivo, tan vivo como él.
- Si, el mismo.
Se colocó un vestón negro y sacó su varita para evitar que su invitado tuviera que lidiar con todas esas cajas...
Si, suena cortés. Ir personalmente a abrirle la puerta del pasillo. Antes de abrirle quería ver...sus ojos, abrí la rendija de la puerta para apreciar cuánto habían cambiado desde la última vez que lo vi. Solo necesitaba saber que me eso, lo que ocurriera más tarde se escribiría.
Fue como en mis sueños. No como cuando lo admiré medio centímetro cuando lo vi vencer al Señor Oscuro, no. Tampoco como cuando recortaba sus artículos en diarios para ponerlos en paneles y recibía las revistas que traían gratis un poster de él, ni cuando me tatué su nombre en mi brazo, pensando en ciertos ojos. Eran todos distintos, y estos eran los más extraños, los definitivos.
- Harry.
- Cuanto tiempo, Malfoy - dijo Harry como si de un trámite se tratara.
- ¿Cómo... estás?
- Mmm no sé en realidad
- Bien yo creo
Miró su chaleco ajado y todo su plan se deshizo. Aquel plan del que Weasley se enteró y como buena comadreja, le contó a su amigo Harry, por el cuál había venido. Creía que vendría más enojado, así como pensaba que saldría todo su histrionismo en el momento en que lo viera; que podría ser cínico, y tan loco como siempre pensó que estuvo. Con el advenimiento de aquel momento paralelo a la historia, atraído por la voz de Harry, lo supo todo, y sintió ...
...quizá es esto que siento lo que llaman honestidad contigo mismo. Son muy fuertes mis sentimientos y muy convencionales los suyos y su actitud. ¿Cómo estaba yo? Nervioso, jadeante, pero Harry no lo notaba por que ni siquiera se fijó.
- Te quería proponer algo...
Esto no me huele nada bien. Su actitud no es la misma desde que entré. La habitación cambió, todo cambió, absolutamente todo...¿qué pasó? Alguien hizo algo mientras miraba por esa ventanilla. Venía tan seguro y aplastante, pero ¿qué es lo que encuentro? Miedo. Quiero irme de aquí pero tengo que quedarme. No puedo moverme tampoco, me da pánico salir. ¿Qué le iba a proponer? Que trocáramos papeles, pero así no se puede. No con esta realidad nueva hecha de polvo seco y hielo morado que siento como boca.
- No. No quiero ser tú.
- Pero ¿Qué...demonios...DICES? –dijo entrecortadamente.
- Eso.
Reprimí un impulso enojado de soltar una verdad. La verdad del momento, no la tenía clara. Mi realidad sería verdad al momento que la afirmara, aunque hasta entonces habría sido inverosímil.
Draco se volteó seguro de que se iría a la cama, que dormiría para deshacerse de ese extraño sueño en que tenía ganas érmelo.
- Pero Malfoy ¿de qué hablas?
- No quiero ser modelo, ¿esa era tu propuesta, cierto?
No quería reconocer que estaba en lo cierto. ¿Será que Snape le enseñó a Malfoy Legeremancia? Suena ridículo. Se supone que siempre fue un estúpido. Se supone que está loco ¿qué le ocurrió a Malfoy?
- Yo, bueno sí. Te iba a pedir que me reemplazaras, que podrías decir que tu derrotaste a Voldemort y no yo, así tu calidad de vida mejoraría y yo...
- Yo no quiero mejorarla.
- Maldita sea ¿puedes escucharme, para por lo menos pensarlo?
- No. Ya lo pensé. Yo quiero ser...- dejó a Harry en un suspenso asqueroso. Fue una niña pequeña y mimada intentando sacarlo de sus cabales.
- ...tu modelo.
- Malfoy ¿qué demonios...? AHGH...
Con su cuerpo bien entrenado y sus instintos carnívoros insaciados, se tiró sobre Harry agarrando sus brazos para que no pudiese defenderse. Sus ojos de serpiente intentaron llevarse la mirada de un asustado y muy enojado Potter.
El retorno de Celebrity jajaja...
Una explicación antes: quizá haya algunas cosas que no concuerden con el resto de la historia, hace tiempo que la dejé y ¡esto es sólo un bonus track! No me importa mucho la coherencia. En un comienzo tenía otra idea para bonus track, pero siempre pensé en este capítulo, de hecho, lo había escrito, pero lo perdí TT así que acabo de hacer otro que quedó harto raro. Eran las circunstancias, Draco y Harry y su preciosidad.
Espero que les guste.
No se dirigió directamente a la entrada si no que a una ventanilla rectangular cercana al suelo y a la maleza y espió un rato a Draco a través de ella.
Draco llevaba su torso fornido desnudo (era lindo como Harry sólo que un poco más musculoso y menos bronceado, varios centímetros más alto), tenía el tatuaje con el nombre maldito de Harry y su pelo tal como Ron se lo había descrito. Estaba sentado trazando un complicado mapa de Hogsmeade y Londres sobre un escritorio y reía desquiciadamente de vez en cuando; un montón de objetos que parecían souvenirs flotaban a su alrededor, entre ellos, un muñeco vudú de Harry que tenía la cicatriz extendida por todo el cuerpo al que hablaba incoherencias de vez en cuando.
Después de observarlo un rato se aburrió y se decidió a entrar. No tocó por que de todos modos Draco estaba demasiado concentrado en su monólogo con el mono y no lo habría escuchado. Sólo entró y tropezó con un velador, cayendo de bruces al suelo.
Draco se sobresaltó.
- ¿Quién anda ahí?- dijo nervioso.
- Draco, ¿estás ahí? ...
Draco supo que se había vuelto loco. Mucho tiempo sólo, pensando en Harry. Pero después de tanto tiempo sintió claramente la voz de Harry, llamándolo por su nombre; el corazón le empezó a latir ridículamente rápido, como el de un ratón.
- Draco ¿Estás bien?
Se le erizaron los pelos de la piel de la nuca. Los objetos flotantes cayeron al suelo...
...mi pequeño y oscuro mundo se desmoronó en aquel instante, podría haber estado malherido, o desmayado de fatiga, pero estaba ahí en pie, viviendo de pura maldad, como siempre creí; no había ningún motivo para estar mal y, sin embargo, lo estaba. Era como tener encerrado a un licántropo en mi cuerpo; quería dejarlo salir por que me estaba haciendo daño pero si lo dejaba salir podría morderme y volverme uno.
- Este, no entres, esta mu-muy desordenado - dijo agudamente, e hizo desaparecer todo lo que había a su alrededor que denotara su locura.
- No te preocupes, mi casa está siempre desordenada...
- Este...¿Harry Potter? – y cuando dijo estas palabras, un montón de cajas se desmoronaron en el pasillo de la entrada impidiendo el paso al living. Preguntó por que podía ser su "mente enferma" la que causara todo aquello. O la materialización de la voz de Harry en aquel lugar, después de haber tenido un accidente. Desafortunadamente para su licántropo interior, el joven estaba vivo, tan vivo como él.
- Si, el mismo.
Se colocó un vestón negro y sacó su varita para evitar que su invitado tuviera que lidiar con todas esas cajas...
Si, suena cortés. Ir personalmente a abrirle la puerta del pasillo. Antes de abrirle quería ver...sus ojos, abrí la rendija de la puerta para apreciar cuánto habían cambiado desde la última vez que lo vi. Solo necesitaba saber que me eso, lo que ocurriera más tarde se escribiría.
Fue como en mis sueños. No como cuando lo admiré medio centímetro cuando lo vi vencer al Señor Oscuro, no. Tampoco como cuando recortaba sus artículos en diarios para ponerlos en paneles y recibía las revistas que traían gratis un poster de él, ni cuando me tatué su nombre en mi brazo, pensando en ciertos ojos. Eran todos distintos, y estos eran los más extraños, los definitivos.
- Harry.
- Cuanto tiempo, Malfoy - dijo Harry como si de un trámite se tratara.
- ¿Cómo... estás?
- Mmm no sé en realidad
- Bien yo creo
Miró su chaleco ajado y todo su plan se deshizo. Aquel plan del que Weasley se enteró y como buena comadreja, le contó a su amigo Harry, por el cuál había venido. Creía que vendría más enojado, así como pensaba que saldría todo su histrionismo en el momento en que lo viera; que podría ser cínico, y tan loco como siempre pensó que estuvo. Con el advenimiento de aquel momento paralelo a la historia, atraído por la voz de Harry, lo supo todo, y sintió ...
...quizá es esto que siento lo que llaman honestidad contigo mismo. Son muy fuertes mis sentimientos y muy convencionales los suyos y su actitud. ¿Cómo estaba yo? Nervioso, jadeante, pero Harry no lo notaba por que ni siquiera se fijó.
- Te quería proponer algo...
Esto no me huele nada bien. Su actitud no es la misma desde que entré. La habitación cambió, todo cambió, absolutamente todo...¿qué pasó? Alguien hizo algo mientras miraba por esa ventanilla. Venía tan seguro y aplastante, pero ¿qué es lo que encuentro? Miedo. Quiero irme de aquí pero tengo que quedarme. No puedo moverme tampoco, me da pánico salir. ¿Qué le iba a proponer? Que trocáramos papeles, pero así no se puede. No con esta realidad nueva hecha de polvo seco y hielo morado que siento como boca.
- No. No quiero ser tú.
- Pero ¿Qué...demonios...DICES? –dijo entrecortadamente.
- Eso.
Reprimí un impulso enojado de soltar una verdad. La verdad del momento, no la tenía clara. Mi realidad sería verdad al momento que la afirmara, aunque hasta entonces habría sido inverosímil.
Draco se volteó seguro de que se iría a la cama, que dormiría para deshacerse de ese extraño sueño en que tenía ganas érmelo.
- Pero Malfoy ¿de qué hablas?
- No quiero ser modelo, ¿esa era tu propuesta, cierto?
No quería reconocer que estaba en lo cierto. ¿Será que Snape le enseñó a Malfoy Legeremancia? Suena ridículo. Se supone que siempre fue un estúpido. Se supone que está loco ¿qué le ocurrió a Malfoy?
- Yo, bueno sí. Te iba a pedir que me reemplazaras, que podrías decir que tu derrotaste a Voldemort y no yo, así tu calidad de vida mejoraría y yo...
- Yo no quiero mejorarla.
- Maldita sea ¿puedes escucharme, para por lo menos pensarlo?
- No. Ya lo pensé. Yo quiero ser...- dejó a Harry en un suspenso asqueroso. Fue una niña pequeña y mimada intentando sacarlo de sus cabales.
- ...tu modelo.
- Malfoy ¿qué demonios...? AHGH...
Con su cuerpo bien entrenado y sus instintos carnívoros insaciados, se tiró sobre Harry agarrando sus brazos para que no pudiese defenderse. Sus ojos de serpiente intentaron llevarse la mirada de un asustado y muy enojado Potter.
El retorno de Celebrity jajaja...
Una explicación antes: quizá haya algunas cosas que no concuerden con el resto de la historia, hace tiempo que la dejé y ¡esto es sólo un bonus track! No me importa mucho la coherencia. En un comienzo tenía otra idea para bonus track, pero siempre pensé en este capítulo, de hecho, lo había escrito, pero lo perdí TT así que acabo de hacer otro que quedó harto raro. Eran las circunstancias, Draco y Harry y su preciosidad.
Espero que les guste.
