Blasting Again and DoubleBlasting Again and Double

Capítulo 3: Por mientras, en el espacio exterior

Una nave se acercaba a la tierra. Era enorme, cómo nunca se había visto antes.

Avanzaba lentamente, cómo si pensara que alguien los podría descubrir. Adentro,

estaban unos seres muy raros. Ellos eran llamados Quazar Men, y son una especie

de banda de extraterrestres piratas. Tenían una particularidad muy grande. Ellos

tenían biológicamente guardado su información cómo ceros y unos, aunque no eran

robots... estaban muy cerca de serlo. Digamos que eran una especie de robots

vivos, quienes nadie los contruyó. Rara la definición si me preguntan a mí. Así,

los Quazar Men se acercaban a la tierra.

-Bien... ésta va a ser la última prueba – gritaba un quazar man, el cual llevaba

unos lentes enormes – Es hora que se muevan chicos, el arma está durmiendo.

Unos quazar men entraron a una habitación blanca. Al medio, había un pequeño

montón de gelatina verde, el cuál tenía unos ojos tal cual cachitos de caracol.

Parecía que dormía. Los Quazar Men entraron cuidadosamente, no tenían que

arruinar el experimento.

-Ahora!

Los Quazar Men sacaron unas grandes pistolas, y le dispararon al pequeño

gelatinoso ser que dormía. Todas sus partes salieron disparadas hacia la pared.

A primera vista, tal parecía el que el experimento era un fracaso, pero el

Quazar Man de los anteojos sabía que hacía

-Retírense!

Los Quazar Men se retiraron de la habitación trotando, con la cabeza en las

manos de desepción. Pero, el Quazar Man que llevaba ésta operación, no perdía

las esperanzas. Una vez que estuvieron todos afuera, la gelatina dispersa se

empezó a reunir de nuevo, para formar, nuevamente, lo que era antes

-Prueba de destrucción, lista!

-¿Lista?

Entró a la habitación dónde monitoreaban a aquel ser verde un Quazar Man enorme.

Generalmente, los Quazar Men son todos iguales, con un gran cuerpo de metal a lo

Mister Universo con largos tentáculos plateados cómo el resto de su cuerpo.

Además, su cabeza estaba totalmente separada de su cuerpo, así podían entrar

fácilmente a mirar diferentes partes sin tener que meter su enorme cuerpo

completo. Por el contrario, el Quazar Man que había acabado de entrar era dorado

con rayas rojas. Todos los demás también tenían rayas de diferentes colores, y

dependía de la función que cumplían en la nave. Si eras de los comunes, tu color

era morado. Si eras el más importante, eras rojo.

-Así es Red – respondió tartamudeando el Quazar que veía las operaciones

-¿Estás seguro que es completamente indestructible y destructor?

-Sí – respondió contento, pero un poco inseguro – Ya ha destruido varias

locaciones, ésta es la más fuerte

-Aún no estoy muy convencido de esto Blue – opinó Red - ¿Estás seguro que el ADN

es bueno?

-Es mucho más adaptable que nuestro sistema – explicó Blue, ésta vez muy

emocionado – Ésta arma biológica es tan adaptable que será completamente

imposible de destruir. Es cómo el Refrío para los humanos... nunca podrán

encontrar una cura

-Otra pregunta Blue – Red quería estar informado, y también, en realidad, ya

quería largarse - ¿Por qué la tierra?

-Por que todos sus seres tienen su información guardada en péptidos! – Blue notó

que eso no convencía a Red – En ADN! Bueno, exepto los virus.... Con ellos

podremos hacer todos los experimentos que podamos

-¿Y no son adaptables también?

-Ellos tienen que procrear para adaptar su ADN... – Blue estaba muy emocionado

mientras contaba eso, no notaba que Red estaba un poco cansado - él no... él

puede hacerlo en el suyo automáticamente

-Revisa bien los problemas... te mato si hay alguno...

-Sí señor...

En Retroville, en la casa de los Neutron, estaban teniendo nuevamente una cena

familiar, aunque no tan buena cómo la de ayer, Ginny comía al mismo ritmo... y

eso que era Crema de Maíz.

-¿Cómo les fue en la escuela?

Ginny se atragantó

-Querida, te estás volviendo experta en hacer preguntas en el momento menos

apropiado – intervino Hugh – Espera a que trague

-¿Hiciste algo malo? – preguntó inmediatamente Judy a su sobrina

-No mamá – interrumpió Jimmy – Ella no hizo nada malo

-Y a ti ¿Qué te dio por defenderla? – interrogó Judy rápidamente – Todos están

bien raros el día de hoy

-Bueno tía – Ginny se estaba preparando para la tormenta – Tuve una pelea a la

salida

Hugh y Judy se miraron. La última no sabía qué decir, el primero no sabía si

preguntar. Decidió romper el hielo de todos modos

-Y... tu oponente... – intentó preguntar Hugh - ¿Está en el hospital o algo

parecido?

-No – respondió rápidamente Jimmy – Ni siquiera se golpearon, ella evitó todos

los golpes

-Jimmy, tu prima puede responder

-Sólo hize unos trucos para impresionar al auditorio – respondió Ginny antes que

Judy siguiera mirando a su primo con cara de "Qué hiciste?"

-¿Auditorio?

-¡Quienes apostaron!

Judy quedó estupefacta. Sacó a su marido de la mesa, ordenó a los niños que

siguieran comiendo y ella empezó a hablar con él

-¿Qué están haciendo? – masculló Ginny rápidamente

-Mi mamá está tratando de convencer a mi papá que te de un discurso

-¿Un discurso? – Ginny se asustó hasta los huesos. No quería imaginarse cómo

eran los discursos de tío Hugh

-Nah.. no te preocupes – explicó Jimmy – generalmente ni mi papá está muy

convencido de lo que dice... si no te vas a quedar encerrada el fin de semana,

estás bien

-Seguro que no me dará un castigo para el siguiente mes?

-No

-Seguro que no me hará hacer alguna dieta extraordinaria al estilo ejercicios de

triatlón con dieta de diabético?

-No

-Seguro que...

-¿Tú papá te daba ésos castigos? – Jimmy estaba impresionado - ¿Segura que no

huíste de casa?

-Heh... Ginny – Hugh interrumpió la conversación – vamos a tu... "habitación",

por favor

Ginny respiró profundamente en la mesa. Luego, de un salto, bajó y empezó a

caminar con pasos inseguros, muy asustada.

-¿Qué le pasa?

-Me lo imagino

Hugh empezó a caminar detrás de ella, bastante tranquilo y calmado. Ambos

subieron juntos las escaleras, para llegar pronto al ático

-Mamá – preguntó Jimmy - ¿Qué clase de monstruo es mi tío?

-Ésa no es la pregunta exacta Jimmy – respondió Judy, cosa que a Jimmy le

sorprendió – Yo encuentro que un monstruo es demasiado bueno comparado con él

-Mamá... – si monstruo no era la palabra, había que idear otra cosa – Todos los

padres quieren a sus hijos ¿cierto?

-Eso... no sabría responderte

Ginny se había sentado su cama, mirando el piso y con las manos juntas. Hugh se

había sentado al lado de ella.

-Supongo que sabes que yo no soy igual a tu padre ¿Correcto?

-Aún tengo mis dudas

-Mira Ginny, habré vivido parte de mi vida con él pero me pasaron diferentes

cosas y uno reacciona de manera distinta – explicó Hugh – Así que no tengas

miedo y cuéntame qué pasó en la escuela

-Pues... le dije a un niño que no me caía bien – Ginny empezó a hablar – Una de

sus admioradoras se molestó conmigo y me dijo en jerga, que me esperaba afuera

para matarme. Cómo no había entendido la jerga, no tuve tiempo de largarme...

así que peleé con ella. Pero lo único que le hize fue evitar los golpes...

porque... no era muy buena realmente

-¿Y qué tal si la hubieses golpeado?

-No sé...

-A ver – ofreció Hugh – golpeame para averiguarlo

Ginny estiró el brazo con todas sus fuerzas, con los puños y los ojos cerrados

en dirección a la mandíbula de su tío

-Ahh... – intentó decir Hugh un tanto mareado – La habrías mandado al

hospital... casi me knoqueas...

-Disculpe

-Nah... de todas maneras estoy acostumbrado a que me golpeen – Hugh empezó a

contar para tranquilizarla – Tu papá me mandó al hospital sus 4 veces al año, no

te preocupes

-Sí... – dijo Ginny

-Ahora, solamente intenta evitar todas las peleas posibles y estaremos y estarás

muy bien – recitó Hugh cómo para terminar con el asunto – Lo que sí... ¿Tienes

alguna manera de entrenar mientras que no sea chicas de la escuela? Si pierdes

fuerza, lo más probable es que Brian me mate

-Pero... – a Ginny no le entraban muy bien aquellas palabras de su tío – Mi papá

no sabe que estoy aquí... usted lo sabe

-Lo sé, pero cuando lo sepa! – replicó Hugh - ¿Piensas que tu papá es tonto?

Algún día te vendrá a buscar

Ginny no estaba muy segura sobre eso. Ella pensaba que si era capaz de dejarla

en el internado... era capaz de dejarla en cualquier parte...

-Bueno... – empezó a responder Ginny con toda la calma – Tendría que ir al

puente y patear algunos matones

-Solamente golpea algo ¿bueno?

-Está bien

Hugh dejó el ático y bajó hacia la cocina. Allí miraban expentantes Judy y Jimmy

-¿Qué sucedió papá?

-Nada – respondió Hugh – Cómo no había pasado realmente nada, le dije que no

peleara con nadie nunca más, así no tendremos ni ella tendrá problemas

-¿Y ése moretón en la cara querido?

-¿Ya me salió? – fue la primera reacción – No, lo que pasa es que le dije a

Ginny que me golpeara a ver que tanta fuerza tenía... creéme, la chica tiene

fibra

-Jimmy – Judy se empezó a preocupar por eso, aunque, igual había que fomentar

las habilidades de su violenta sobrina - ¿No hay en la escuela algún grupo de

karate, judo o algo? Así ellos podrían enseñarle auto control a Ginny...

-No no no querida – por el contrario, a Hugh le parecía una mala idea eso –

Déjame encargarme de esto ¿Sí?

-No creo que sea muy buena idea querido

-Créeme querida, yo sé perfectamente de qué se trata eso

Un pequeño temblor sacudió la casa

-Ginny! Pero no me botes la casa...

-Disculpe tío Hugh! – gritó adolorida la chica – Nunca más! Duele mucho...

Por mientras, en el espacio exterior, todo estaba listo para el lanzamiento

-¿Seguro estás de todo esto? – preguntó un Quazar Men, el cual era igual que los

demás, pero tenía unas rayas rosadas

-No – respondió Red, ante la pregunta de su compañera – Pero no puedo hacer

mucho, más que nada viajamos hasta acá para poder realizar éste experimento de

Blue

-No será divertido si lo piensa señor – opinó otro, ésta vez, en vez de

plateado, era color cobre y sus rayas eran verdes

-Lo sé también – respondió de pésima gana Red – Pero, les dije, esto es un

experimento, si podemos hacer algo así, solamente deberemos soltar una a una

éstas bestias dónde queramos y tendremos el planeta que queramos... pero, si no

funciona... lo haremos de la manera divertida

-Ojalá no funcione

-Señor! – un Quazar Men morado llegó muy preocupado a la habiotación de sus

líderes. Tal parecía que estaba pasando algo bastante grave – Unos agentes de la

confederación quieren verlo ¿Qué les digo?

-¿Quiénes son?

-Los de siempre – respondió el soldado

-El gordo y el flaco – opinó Pink – siempre que nosotros pasamos por acá, ellos

vienen

-De momento no hemos hecho nada malo – explicó Red – Además, simplemente vamos a

probar un experimento... déjalos pasar...

El soldado corrió de vuelta y dejó pasar a 2 tipos (De raza humana) vestidos de

negro. Respondían exactamente a su extraño apodo. Uno era flaco y muy alto, el

otro era un poquito más bajo, pero no tenía una gordura muy grande. Más bien

parecía que su panza respondía a algo especial. Ambos estaban vestidos de la

misma manera. De terno y corbata negra, con una camisa blanca.

-Agentes de la confederación bla bla bla, tú ya sabes de qué hablo – dijo el

flaco, cómo bastante aburrido – Por lástima, no vengo a pelearte nada, esto es

solamente de rutina

-¿Tú crees que te creo?

-Vas a tener que creernos – respondió el gordo – ésas son nuestras órdenes

-Yo no – opinó el flaco – yo tengo cosas más importantes que hacer que estar acá

-Ja! – se rió Red, soltando su cabeza de su cuerpo, la cual voló en frente del

agente – Cómo si creyera que tienes vida privada

-Por lo menos crees que venimos de una misión de rutina – contestó el gordo – No

le estarías haciendo eso si pensaras que realmente te venimos a arrestar

-Así que, para que no te incomodemos tanto – continuó su compañero – muéstranos

lo último que estás haciendo y nos iremos

-Sinceramente, ¿Crees que lo haré?

-Tendrás que hacerlo – dijo el flaco, apoyándose en la cabeza – Porque, a pesar

de que es de rutina, tenemos órdenes de actuar si te reúsas

-Llamen a Blue – dijo escuetamente Red, regresando a su cuerpo

-Blue demorará un poco – avisó Pink a los agentes - ¿Le gustaría algo para

esperar?

-No gracias – respondió el flaco – No quiero veneno

-Si tiene ácido fosfórico – objetó el gordo – Yo aceptaría

-A veces me pregunto si eres humano – dijo Pink cómo despedida

-Es una buena pregunta – dijo el flaco a sus espaldas

Blue estaba muy molesto por su orden. Su arma de ADN adaptable estaba

descansando ahora, pues, le esperaría un largo viaje. Así que le ordenaran

llevarlo de repente a ver un par de metidos que les pagaban por meterse en lo

que no les importa le incomodaba bastante. Aún así, despertó a su pequeño ser y

lo llevó en una bandeja hacia el hall principal, dónde uno de los agentes estaba

ensuciando el piso con cenizas de cigarro, cosa que no le agradaba para nada a

Blue.

-¿Por qué le dejaste fumar? – le dijo la cabeza de Blue a Red, muy despacio y

muy cerca – Eso es un vicio humano imperdonable, especialmente en ésta sala

-Son agentes – respondió Red – Pero no te preocupes... su cuadrante abarca

solamente hasta la 3ra luna de júpiter

Blue regresó a su cuerpo muy indignado. Aún así, tuvo que tragarse su orgullo y

mostrarles a su creación.

-¿Qué es exactamente? – preguntó el gordo

-Un ser artificial de ADN – respondió Blue, con toda la calma que pudo juntar

-Parece un cruce entre un caracol y mis flemas – opinó el flaco, lanzando una

gran bocanada de humo hacia el ser. A él se le irritaron los ojos, e

inmediatamente empezó a hacer lágrimas. El agente le sorprendió mucho eso –

Supongo que sabes que los seres del planeta tierra están hechos a base de ADN

-De allí saqué la base

-¿Por qué no lo hiciste de ceros y unos? – preguntó el gordo

-Esto era una misión de rutina – interrumpió Red, visiblemente molesto – No una

interrogación sobre las inspiraciones de mi científico. Se me imagina que su

misión ya terminó

-Imagina mal – respondió el flaco - ¿Qué van a hacer exactamente con el

experimento?

-Probarlo

-Ok... – el agente se sentía desilucionado. Sabía que planeaban algo extraño,

nunca se acercaban a un planeta de proporciones tan pequeñas cómo la tierra por

nada. En el espacio exterior era raro ver que algún extraterrestre se interesara

por la tierra cómo centro de exploración. Aún se les consideraba a los humanos

cómo seres demasiado inferiores cómo para ser tratados de igual a igual afuera

del planeta, pero los extraterrestres consideraban que la tierra debía ser

protegida de otros, los cuales consideraban a la tierra cómo un punto

extratégico, ya que, lamentablemente, quedaba al centro de todo. Así, sin que

ningún humano ni presidente en la tierra supiera, fue considerado algo así cómo

un "Refugio Ecológico" y protegido por esta organización, los únicos humanos que

conocían la historia y la verdad. El agente lo sabía bastante bien, y le

molestaba demasiado que no le hubiesen contado toda la verdad, y por ende, no

poder echarlos de su cuadrante – Es todo... vámonos

-¿Seguro?

-No, pero no podemos hacer otra cosa

En Retroville, los chicos del 4to grado se estaban animando, una parte, y la

otra, desilucionando. Tocaba campamento, en unos bosques que no sabían dónde

quedaban, todo el fin de semana. Dormir con la ropa, sucios, tener que hacer en

baños químicos, bañarse en el río y tener cómo única entretención contar

historias de terror en la noche. Era algo que hacía sentir feliz a algunos, a

otros, era simplemente una pesadilla

-Voy a perder el especial de Ultralord – gimoteaba Sheen, cómo todos los fines

de semanas que tenían campamento – 2 horas y media de solamente Ultralord...

-Sheen – replicó Jimmy – Viste ésos episodios durante la semana

-Pero cuándo uno los ve todos juntos se siente diferente

-Sí – se lamentó Carl – Dolor de ojos

-Nah... – reclamó Sheen – mi mamá me dijo que me los grabaría, pero no es lo

mismo así

-En el estudio de TV también los tienen grabados – comentó Jimmy – No creas que

llegan y los animan en el mismo día

-Poco me importa eso – reafirmó Sheen – no se siente igual

-¿qué harás éste campamento Jimmy?

-Lo de siempre – le contestó a Carl – Encerrarme en mi carpa y no salir de allí

-¿Te puedo acompañar?

-Claro – respondió Jimmy – No puedo creer lo inútiles que son los campamentos.

Allí solamente van los forzudos y altos a lucirse... Cosa que obviamente no

pueden hacer con sus neuronas

-No digamos que tú te luces mucho con las tuyas

-Sheen... cállate

-¿Qué crees que hará Ginny el fin de semana?

-Carl... – Jimmy se sentía un poco preocupado – la semana pasada lo tercero que

me preguntabas era sobre Ginny, ahora es lo segundo, ¿Qué te pasa?

-¡No fue mi segunda pregunta!

-La segunda pregunta que realizaste – cuando a Jimmy le bajaban las ganas de

explicar con todo detalle las razones de su hipótesis, generalmente olvidaba que

el resto de la clase no estaba a la altura de su sintáxis - No estaba dentro del

cuestionario que inconcientemente preparaste para preguntarme después de ver el

aviso del campamento, sino que salió por motivo de mi respuesta a tu primera

pregunta, por lo tanto, ésa se elimina ¿Qué te pasa?

Al contrario de Jimmy, a Carl le costaba su momento en hilar las ideas.

-Nada – respondió Carl después de que pudo comprender a medias lo que le había

dicho Jimmy. Por suerte su amigo no se impacientó, ya que estaba acostumbrado –

Sólo pienso que Ginny no se está acostumbrando muy bien a la escuela

-No quiere acostumbrarse

-¿Qué?

-En realidad – intentó explicar Jimmy, pero, al contrario de la última vez,

intentó hacerlo lo más sencillo posible – Se siente a gusto, pero no quiere

cambiar – luego, sin querer agregó – aunque en cualquier parte se sentiría más a

gusto que en su casa

-¿Perdón?

-Nada, nada...

Ésta vez, Ginny se había juntado con las chicas. Iba a ser la primera vez que

iba a almorzar con ellas, ya que a ella le daba un poco de vergüenza presentarse

a comer con ellas con el apetito que generalmente traía. Al final, se armó de

valor y se sentó con ellas

-¿Supieron lo del campamento? – comentaba Cindy, mientras Ginny ya había

terminado su primera hamburguesa – Todo el cuarto grado va a ir al bosque a un

campamento de supervivencia, me encantan los campamentos de supervivencia

-A mí también – agregó Ginny, mientras terminaba la mitad de su segunda

hamburguesa – Te subes a los árboles y empiezas a tirarles nueces a los niños.

Luego casi se matan por tratar de averiguar quién fue. O, pasas al lado de ellos

cantando "hi ai ho" y ellos se dedican a buscar a los 7 enanos!

-Aunque podríamos poner a Jimmy cantando eso y no se notaría la diferencia

Todas las chicas rieron menos Ginny. Ella estaba pensando completamente en otra

cosa. Cindy lo notó a medias, así que intentó pedir disculpas

-Entiende que simplemente va al caso, tú sabes, Jimmy es simplemente un enano

inmaduro

-Eso mismo estaba pensando – agregó Ginny - ¿Por qué Jimmy es un tema tan

recurrente?

Todas las chicas, incluyendo a Cindy, la miraron con duda. Además, aunque

solamente Ginny lo notó, Cindy se puso roja cómo un tomate

-¡Te pusiste roja!

-¡Yo no me he puesto roja!

-¡Cindy se puso roja!

Todo el comedor, menos el grupo de los nerds (osea, el de Jimmy, claro), supo

que Cindy se había puesto roja por el comentario sobre un chico. Lo que nadie

supo, era, qué chico.

-¿Así que has estado suspirando por mí? – preguntó Nick, autoproclamándose el

creador de aquella vergüenza provocada por Ginny

-Siempre suspiro por ti – mintió inmediatamente Cindy. Ginny notaba que Cindy,

más que mentirle a Nick, se mentía a sí misma

-Sueña... – Ginny se retiraba de la mesa, cantando a toda voz, y bastante

desafinado – con un mañana, un mundo nuevo, debe llegar... – Todos los de la

mesa la miraron acusadoramente, especialmente Cindy – Me gusta mucho ésa canción

– Para Ginny, ellos tenían que conformarse con eso – Ten fe, es muy posible si

tú estás... decidido oh oh! Ooohhh...

-¿Qué te pasa Ginny? – fue lo que preguntó Jimmy cuando, de camino a dejar la

bandeja, Ginny había pasado al lado de su mesa - ¿Te duele el estómago?

-Y yo que pensaba que era la única que ironizaba en éste lugar...

Ginny se alejó ya sin cantar para no preocupar a nadie más a dejar su bandeja.

Se había dado cuenta de una cosa, una cosa que era bastante obvia realmente.

Había algo más allá que las buenas notas lo que provocaba a Cindy. Era algo

mucho más profundo, mucho más al interior. Ginny pensaba que se encontraba en

frente de un buen ejemplo del clásico: Quién te quiere, te pega

-¿Es cierto lo que le dijiste a Red? – cuestionó uno de los agentes a su

compañero, mientras que esperaban que pasara algo en la noche, en un claro, en

la tierra - ¿De que tienes mejores cosas que hacer?

-Tú sabes que siempre tengo mejores cosas que hacer – fue la respuesta – pero

también sabes que para la superintendencia mis problemas son postergarbles

-Es la primera vez que le dices algo así – fue la réplica – Esta vez estás

realmente preocupado

Su compañero lo miró, muy enojado. Generalmente, él mantenía la calma y su cara

de "no me importa" todo el tiempo. Tal parecía que ésta vez había sido demasiado

obvio.

-Esto me recuerda una vez que mi padre me llamó de su trabajo - comenzó a

relatar – Mi hermano me preguntó que qué me pasaba, yo le respondí que nada –

Aspiró un poco su cigarro y luego botó un poco de humo – Me dijo que nunca antes

me había visto así

-Creo que ésa historia ya me la contaste – comentó el otro – Y creo que recuerdo

cómo terminaba

-Sí – le respondió – Lo dejé más tonto de lo que ya estaba

-Ésa historia es muy graciosa

-Si solamente te cuento la parte graciosa

Uno de los agentes se detuvo y apuntó al cielo. Por allí pasaba rápidamente una

estrella fugaz. Para los agentes no era exactamente un meteorito que entraba a

la atmósfera.

-¿Dónde fue?

-En Retroville – respondió – si quieres, podemos pasar a hacer algunos trámites

inconclusos

-¿Soy tan obvio?

-Si pasas trabajando con el mismo tipo 4 años

Ambos se subieron al auto y partieron desde ése claro a las afueras de Twosons,

para dirigirse a otro pueblito, de nombre Retroville.