Ola! K tal todos?? N serio lamento esta esper atan grande… sobretodo cuando el capítulo es así d corto… xo no me salía nada más T-T lo siento…
Voy a contestar reviews:
LeoHagrid: Ola, si gracias; estoy bien.
Rosana: estaba demasiado ocupada x culpa del bachillerato... siento l aespera
Cerdo volador: gracias ya te comenté k no soy muy fan del SS/HP ... xo si del D/H -
ESSY: Primita!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! O-O d verdad te gusta?? ... n serio??? ... - Gracias!!!!!! XDDD te kiero!!!!!
Ivy potter black: gracias espero k este capi tb te guste
Diana-Lily-Potter: Gracias; x cierto, lo d las ofensas esas... ya lo arreglamos???
gabyKinomoto: siento tardar... U-U spero k la spera no te haya matado... disfruta dl capi, bsos
Ximena: Ola!!! - te as unido a mi comunidad, cierto?? Muxas gracias - asta pronto!
GaRrY: Gracias
Lucumbus: Ola!!!! K tal??? - ves? Ya escribo T-T xo sigo sin tiempo... vaya shit! Bsos!
Synn: Ola wapisima!!! si, bueno... XDDD Harry es Harry... - y claro... después de esa pérdida ¬¬ pos no iba a estar tan trankilo.... xo ya se calma, ya veras
jessytonks: gracias lamento la espera
AleXxX: Ola!!! K tal?? - jo tb sóc de Barna - la frase del Buenafuente era del programma d la tele... m'alegra k t'agradi el fic; i sento k hagis d'esperar tant x llegir T-T ptons!
Superhyoga: tienes razón... aunke no creo k le ponga pareja... no se x kien decidirme :S bsos!
Ithae: OLa!!! K tal tot?? -spero k be... quan acabes el curs?? Espero k t'agradi el capi
Pekenyita: akí tens la conversa ... no tesperis una super conversa U-U ... xo algo es algo... j aveuràs... s molt curt... molts ptons!! Ens veiem pel msn i sort amb els examens k et kedin!!!
Blackspirit: d nada, me alegra k estés bien. Eres la unica k pilló k esa "reflexión" la puse precisamente x eso... bueno, muxos bsos
Bueno... deciros k ya he acabado el cole... aunke eso no significa tiempo libre ¬¬ hoy empiezo entrenos dobles y en Badia... ¬¬ menuda shit!
D todas maneras espero no tardar muxo con el proximo capi; bsos
CharlasNo sabía cuanto tiempo había pasado… sólo sabía que le dolía TODO. Al menos ya no estaba atado, de modo que pudo girarse un poco; muy poquito ya que sus músculos empezaron a protestar por el dolor que sentía en ellos.
Cuando abrió los ojos y se dispuso a observar su alrededor vio que estaba solo.
¡Por fin!
Necesitaba pensar. Y no lo conseguiría mientras se sintiera observado.
… Dios… le dolía la cabeza… pero al menos ya no estaba atado… no era capaz de recordar porque… 'oh! Si… le había prometido al director no volver a escaparse… lástima porque eso era lo único que tenía ganas de hacer ahora… escaparse de nuevo. Pero esta vez deseaba poder llegar bastante más lejos… ¿Qué tal Canadá? ¿Eso era suficientemente lejos? La otra punta de la isla ya era suficientemente lejos en estos momentos… pero no podía. Maldición otra vez.
Vale, Harry… concéntrate… seguro que dentro de un rato volverá a entrar un montón de gente preguntando como te encuentras… de modo que di que sonríe y diles que estás perfectamente, que sientes tu comportamiento anterior y que por favor te dejen que estás muy cansado… y si tienes suerte se largarán y te dejarán solo un rato más.
Pero teniendo en cuenta su maravillosa suerte… seguro que aun se quedarían por más tiempo allí.
Se movió un poco en la cama, con una expresión de fastidio en la cara. Sólo había una cosa clara… tendría que hablar con ellos; el problema (al menos para él) era que no tenía nada de ganas de hacerlo.
¿Para que hablar con ellos si sólo les inspiraría lástima?
¿Para que si nunca podrían imaginar como se sentía?
…
¿Para que si lo único que buscaban de Harry Potter era al niño que vivió?
…
Sólo les interesaba que el-niño-que-vivió derrotara a Voldemort de nuevo; y que esta vez, si podía ser, fuera para siempre.
…
¿Pero que pasaba si ya estaba harto de luchar? ¡¿Qué pasaba si ya estaba harto de que los problemas siempre le fueran a él?!
…
Sirius… ¿Dónde estás? Y con esa pregunta en la mente sus ojos volvieron a cerrarse.
La siguiente vez que despertó, no lo hizo solo. Había alguien con él.
Giró la cabeza un poco y pudo ver como Remus Lupin estaba sentado en un taburete al lado de su cama; estaba dormido, echado hacia delante, con los brazos y la cabeza descansando en su misma cama; a pocos centímetros de la cabeza de Harry.
El chico observó las facciones cansadas en la cara de su ex profesor. Su respiración regular. Su pelo ceniciento… ¿Se puede saber cuando demonios había entrado? Sabía que tendría que hablar con él; sólo había esperado que no hubiera sido tan pronto.
¿Qué le diría? ¿De que hablarían? … ¿Acaso esperaban que se sincerara con él, como lo habría hecho con Sirius? … ¡Oh, Dios mío!
Seguro que volvería a intentar animarlo; de la misma forma que lo había intentado en Privet Drive. Aunque no funcionaría… no había nada que pudiera hacer él, ni nadie, para aliviar su dolor.
Suspiró mientras cerraba sus ojos con cansancio; respirando profundamente tratando de calmar la angustia que volvía a crecer en su pecho.
¿Por qué tenía su vida que ser tan complicada? … Oh, si… era Harry Potter; sinónimo de problemas.
No sabia cuanto tiempo había estado observando ese techo blanco que ya empezaba a aborrecer.
Aunque observar tampoco sería la palabra exacta… porqué su vista había estado desenfocada, en realidad. Perdida en un punto del infinito.
La puerta se abrió. No miró, pero sabía quien era. Lo había notado.
El hombre cogió una silla y la acercó a la cama del chico. Y se sentó en ella. Durante unos instantes el silencio volvió a flotar; hasta que Remus lo rompió:
–¿Cómo te encuentras? –le preguntó con voz preocupada.
Una pausa.
–Sirius está muerto –giró la cara para ver a los ojos del licántropo–; es normal como me siento, ¿no?
–Nadie ha dicho que no lo sea.
–Estoy harto de que la gente me trate distinto.
–¿A que te refieres? –preguntó tras unos segundos de perplejidad.
–A ser el chico que vivió.
Remus suspiró. ¿Que podía decirle a eso? A nadie le gustaría pasar por todo eso… pero no había nada que ellos pudieran hacer para evitarlo… ni para cambiarlo… si lo hubiera lo harían; sobretodo él. Haría lo posible para que Harry no tuviera que sufrir tanto.
–Se que no puedo evitarlo –dijo Harry al haber sentido los pensamientos del hombre. Y clavó sus ojos en los del licántropo, quien lo miraba confundido.
Los cerró y volvió a dirigir sus ojos (aun cerrados) hacia el techo.
'Claro que lo hice; pero no te lo dir
Abrió los ojos de repente y se incorporó. Sobresaltando al adulto.
¿Qué había sido eso? Estaba seguro que había sido un pensamiento… pero ¿de quien? De Remus no, estaba seguro de ello. Pero entonces… ¿Cómo?
–Harry –la voz le llamó; como si estuviera muy lejos… en medio de la niebla. Se sintió confuso y desorientado.
Respiraba agitadamente, y una capa de sudor le cubría. Veía borroso. Volvió a cerrar los ojos; esta vez fuertemente, tratando de que el atontamiento se fueran.
'¿Cómo puede creérselo?' 'Parece mentira… y dice que él es un adulto…' 'No quiero que empiece el cole, no quiero que empiece el cole…' '¡Me aburro! ¿Cuándo saldremos de este maldito hospital?' 'Tengo hambre' 'No quiero hacer deberes' 'Estoy harta de este sitio' 'No quiero más pociones' '¡Malditas sonrisas estúpidas!'
Abrió los ojos de nuevo, al mismo tiempo que abría la boca tratando de coger cuanto aire pudiera. Su respiración era aun más agitada. Le dolía un montón la cabeza.
–Me ahogo –consiguió articular mientras se llevaba las manos al cuello.
Se dejó caer de nuevamente de espaladas sobre la cama; tratando por todos los medios de hacer llegar un poco más de aire a sus pulmones.
Poco a poco, y bajo la impotente mirada de Remus; Harry se fue tranquilizando.
–¿Qué diablos fue eso? –se preguntó asimismo Harry en voz alta.
El hombre se había levantado. Y miraba a Harry entre extrañado y confuso. ¿Qué diablos había sido el que? … se había perdido algo, seguro.
–Harry.. ¿Qué?
–Esas voces… esos pensamientos… entran en mi cabeza sin que pueda pararlos… sin control, sin orden… volviéndome loco –dio mientras se llevaba una mano a la sien y cerrara balos ojos con una mueca de dolor.
–¿Pensamientos? –preguntó sin haberlo entendido del todo. ¿De que pensamientos hablaba el chico? Tenía la impresión de que esto (lo que fuera que estaba ocurriendo) se les estaba yendo de las manos.
–Los pensamientos… lo que la gente piensa… me llega; de alguna manera que no logro controlar.
–¿Cómo logras…?
–No lo se.
Y entonces Remus lo notó. La voz de Harry había cambiado. Su forma de hablar su tono; todo había cambiado.
Era como si des de que había entrado en esa habitación, el chico hubiera padecido un proceso de maduración acelerado (N/A: habéis visto k técnico? XDD juas!); como si estuviera tomando conciencia de su potencial mágico.
El hombre se gachó; y suspirando sin saber que decir recogió la silla que había volcado al levantarse de golpe.
–Iré a hablar con Dumbledore… tal vez él sepa algo de lo que te ocurre… porque des de luego yo no lo se –y le mostró una sonrisa cansada–. Hasta luego, Harry. Trata de descansar.
El chico observó como el adulto salía de la habitación y cerraba la puerta tras él. Dejándolo de nuevo solo. Volvió a dirigir la vista al techo, sin mirarlo realmente; y trató de pensar en lo que acababa de pasar.
¡¿Cómo demonios lo había conseguido?!
Porqué sabía lo que había pasado.
¡Oh! Si… por supuesto que lo sabía… pero se suponía que él no tenía ese poder… ¿o si?
No hacía ni tres meses que ni siquiera podía cerrar la mente… y se suponía que ahora podía entrar en la mente de los otros? … sin ni siquiera mantener contacto visual? …
Casi sin darse cuenta, los ojos se le fueron cerrando; y poco a poco, se rindió al abrazo de Morfeo.
En la habitación se podían oír los cuchicheos de los presentes; murmurando en voz tan baja como eran posibles para no despertar al muchacho que yacía dormido en la única cama.
'Espero que esté más calmado' 'Me pregunto que le habrá hecho a Snape…' 'Esto es mi culpa, esto es mi culpa… mi culpa, mi culpa…' 'Pobre, Harry…' 'Que se ponga bien, que se ponga bien…' 'Vamos compañero… recupérate pronto…' 'Maldito Potter… ¿qué hago aquí? Menuda pérdida de tiempo… ¡yo me largo!' '¿Cuánto rato lleva durmiendo?' 'Ya iría siendo hora que se despertara, ¿no?' 'Que esté bien, que esté bien…'
De nuevo un montón de pensamientos rondaban su cabeza. Como si ya de por si su cabeza no estuviera suficientemente llena como para que tuvieran que invadirla los pensamientos de las otras personas. ¿Qué pasa? ¡¿No podían guardar sus pensamientos para ellos mismos; que por algo eran personales e íntimos?! ¡Maldita sea! Y los condenados se escuchaban cada vez más fuerte dentro de su mente. Trataba de clamarse pero no podía… le volvería a doler la cabeza. Seguro.
Se dio la vuelta en la cama llevándose las manos a la cabeza y quedando en posición fetal mientras gritaba:
–¡Haced el favor de pensar en voz baja, maldita sea!
Todos se quedaron perplejos y observaron a Harry con los ojos como platos. Severus Snape se quedó quieto, aun sujetando el pomo de la puerta entreabierta.
'¿Puede leer la mente?' pensó. Y estuvo seguro de que hablaba en serio. Se largó antes de que Potter pudiera descubrir algo más por error.
Al salir intercambió unas palabras silenciosas con el hombre que entraría en esos momentos.
Cuando el hombre mayor entró por la puerta, se encontró con que el chico seguía estirado en la cama; con los ojos cerrados y moviendo la cabeza. Como si estuviera sumido en una pesadilla y tratara de apartarla de su mente.
Aunque quizá la comparación estaba más cerca de lo que nadie pudiera imaginar.
Esperaba haber cerrado bien su mente… aunque tal vez eso no importaría… ya que si no lo había conseguido el chico también tendría sus pensamientos arremolinándose en su mente.
La mayoría de los presentes se giraron hacia él cuando cerró la puerta.
–Por el momento, lo mejor sería que no os acerquéis a Harry a menos que sea necesario –dijo–; creo que entre todos le estamos causando dolor de cabeza.
A las palabras dichas por Dumbledore, todos volvieron a fijar sus ojos en Harry; quien se había acurrucado sobre si mismo y se tapaba las orejas tratando por todos los medios de no "escuchar" nada más.
Obviamente no lo conseguía.
Y por lo visto estaba tan enterrado por los pensamientos ajenos que no había ni notado que Dumbledore acababa de entrar en la habitación.
–Esto… Albus, ¿de que hablas? –preguntó Remus con voz preocupada– ¿Qué el pasa a Harry? Tú lo sabes, ¿verdad?
El anciano suspiró mientras se quitaba las gafas de media luna y se las limpiaba con la túnica plateada.
–Sólo tengo una idea –comentó mientras dirigía su mirada al chico y se colocaba de nuevo las gafas.
–¿Y bien? –le instó a continuar tras ver que Dumbledore no pensaba soltar prenda sobre el asunto.
Suspiró. Pero supo que no podría darles largas en el asunto. A ninguno de los presentes.
–Por alguna razón, los poderes de Harry han… crecido. Hasta tal punto que no los puede controlar –hizo una pausa y continuó–. Tal vez no han crecido mucho; pero lo han hecho lo suficiente como para que no pueda controlar su mente.
–¿Su mente?
–Verás –le dijo a Remus (ya que era a quien menos largas podía darle)–; Severus opina como yo. Estas semanas que Harry ha estado en Privet Drive, su mente ha mejorado muchísimo. Me refiero sobre todo a la Oclumancia y a la Legeremancia.
Todos se quedaron en silencio.
–Lo más curioso –comentó casi con jovialidad el director–, es que Severus sólo le enseñó una pequeña base de Oclumanica… no llegaron a tocar la Legeremancia –volvió a mirar al chico y con una sonrisa casi imperceptible añadió–. Ha aprendido las bases de la Legeremancia y ha perfeccionado la Oclumancia en dos o tres semanas… completamente solo.
Se notaba algo de ¿orgullo? En su voz.
–¿Y que piensas hacer? –preguntó Remus en voz baja; de manera que sólo Dumbledore, a quien se había acercado, pudiera oírlo.
–Creo que es hora de enseñarle a controlarlo –le susurró a Remus.
El hombre lobo cabeceó en señal de asentimiento; para darle a entender que lo había oído.
–Y ahora me gustaría que todos fuerais saliendo de la habitación; y a ser posible no os acercarais demasiado.
Se miraron entre ellos y poco a poco fueron abandonando la estancia.
Todos excepto uno que no se movía.
–Remus –empezó Dumbledore, pero el susodicho no le dejó terminar.
–No me moveré, Albus –la determinación en su voz demostró que, efectivamente, no lo haría.
–Está bien.
El director se acercó a la puerta. La cerró con un hechizo para que nadie les molestara. Dio una vuelta por la habitación lentamente, siendo observado con confusión de parte de Lupin; hasta que éste se dio cuenta de que el anciano estaba murmurando algún hechizo.
Al finalizar se dirigió hasta la cama. Remus le siguió. Al llegar hasta ella se sorprendió de ver que Harry había abierto los ojos de nuevo, y que observaba como si de repente, algo hubiera parado.
Se levantó de golpe y se incorporó en la cama, respirando agitadamente. Suavemente, Dumbledore sentó a Harry en la cama; moviendo un poco el cojín para que el chico estuviera más cómodamente sentado.
El muchacho le miraba sorprendido, e inconscientemente, trataba de encontrar respuestas en la mente del hombre que le obligaba a recostarse.
–¿Qué? –consiguió preguntar con la voz ronca.
–Harry, primero necesito que te tranquilices.
–Lo estoy.
'¿Qué demonios pasa?'
–No lo se –se dirigió Harry a Remus–; pero me encantaría saberlo.
El aludido se quedó sorprendido. '¿Me ha leído la mente?'
Harry le lanzó una mirada exasperada y luego se dirigió hacia Dumbledore.
–¿Cómo puedo parar esto? Me voy a volver loco.
Volvió a suspirar. No sería fácil.
–Me da igual que no sea fácil. Haga que pare –suplicó el joven.
Bien, ahora fue el turno de Dumbledore de sorprenderse. Creía haber cerrado bien su mente; pero comprobó que se equivocaba.
–¿Cómo lo paro? –volvió a preguntar.
–Debes estar muy tranquilo; las primeras veces te costará un poco. Pero luego será más fácil.
–Estoy tranquilo –dijo tratando de respirar profundamente para calmarse.
–Sabes que no es cierto –sonrió Dumbledore–. Los pensamientos de Remus y seguramente los míos también aun entran en tu mente, ¿cierto?
Cabeceó afirmativamente.
–Debes olvidarlos.
–¿Cómo? –preguntó con la desesperación y la frustración patentes en su voz.
–Ignóralos.
Cerró los ojos. Tratando de reunir cuanta concentración pudiera. Pero cada vez que lograba juntar dos líneas de sus propios pensamientos un pensamiento ajeno se interponía y le hacía ponerse nervioso.
–No puedo –exclamó con impotencia.
–Si que puedes –afirmó el director–. Pero debes creerlo.
Asintió débilmente y tragó saliva. Esta vez lo iba a conseguir. Vamos. Lo único que necesitaba era ignorarlos… para eso necesitaba que no entraran... pero ¿Cómo? … si pudiera… pero tal vez lo único que tenía que hacer… era como cuando Snape trató de leerle la mente; podía crear una pantalla. Seguro que al principio le costaría mucho esfuerzo… pero en cuanto su cuerpo y su mente se acostumbraran a ese esfuerzo… sería más fácil. Además de que Dumbledore lo había dicho también.
Decidió intentarlo. Sólo necesitaba encontrar los pensamientos adecuados para crear la pantalla.
…
¡Pero no se le ocurría nada! … y encima se ponía cada vez más nervioso.
Ya. Creía haberlo encontrado.
Se concentró, dejó la mente en blanco y sólo pensó en una cosa.
Manual de limpieza y mantenimiento de escobas.
Los pensamientos pararon de entrar.
Miró a Dumbledore a los ojos. El cual sonrió.
–Recordaré eso si alguna vez tengo que abrillantar mi escoba.
Harry bajó la vista y sonrió. Escuchó un suspiró por parte de Dumbledore y volvió a subir la vista.
–Cuando volvamos a Hogwarts voy a enseñarte a dominar del todo tu mente, Harry –le dijo. Se llevó una mano a la barbilla en actitud pensativa–. Creo que tendrá que ser cada día. ¿Qué te parece cada tarde?
Tardó un poco en reaccionar. –Si, claro.
–Está bien. Bueno, creo que me iré ya… tal vez tenéis que hablar algo entre vosotros. De todas maneras Harry, si te sientes muy cansado, te aconsejo que descanses.
Salió de la habitación sin quitar los hechizos de ella.
–¿Qué tal estás? –preguntó al cabo de un rato.
–Bien –contestó el chaval–. Ahora bien.
–Me alegro.
Silencio incómodo invadiendo la habitación.
–Y… –no acabó la frase.
No sabían que decirse. O tal vez si, pero no encontraban la manera de hacerlo.
–Harry –el adolescente le miró–, quiero que sepas que… siento mucho lo que pasó; y en ningún momento llegué a pensar que t
–Remus –le cortó–, lo se. Gracias.
No hacía falta decirlo. Harry lo había sentido. Remus no lo consideraba culpable de la muerte de Sirius.
No lo había podido resistir; al ver que el hombre no se atrevía a hablarle, había permitido a los pensamientos volver a penetrar en su mente. Y halló la respuesta a todo. Remus no lo culpaba.
El hombre le sonrió y asintió con la cabeza.
Harry le cogió la mano y se la apretó. Remus le devolvió el gesto.
A partir de ese momento, supieron que estaban el uno para el otro.
Que no dejarían que el otro cayera.
J.D.
Miembro de la Orden Siriusana
