Sorpresas para Ryoga y mi gran boda japonesa
Las flores de Nadeshiko revoloteaban entre las Sakuras formando un lazo casi fraternal, dándole al ambiente un toque romántico capaz de ablandar al peor. Un pliegue por acá y otro por allá y el flamante vestido de novia estaría listo. Su blanco inmaculado expresaba a la perfección el sentimiento de Akane y Ranma por el embarazo que iba en avance, igual que el de su hermana y cuñada Kasumi. Ya habían pasado 5 meses de aquella reunión familiar, grata y feliz.
Una tarde placentera, las dos hermanas Tendo paseaban por el centro en busca de unos bonitos lazos para el vestido de la menor. Kasumi entró a un negocio de modas y Akane prefirió esperara afuera, a la sombra.
Ryoga llevaba varias horas por el centro buscando un regalo para su amor platónico. De pronto se detuvo, puesto que la vio en la vereda de enfrente. Hermosa como siempre. Debía apurarse puesto que había empezando a caminar nuevamente con su hermana. Se les acercó por la espalda y le toco ligeramente el hombro a Akane. La cual se dio vuelta y su cara expreso tremenda alegría, lo abrazó. El, por su parte, notó que había algo entre sus cuerpos que le impedía acercarse lo suficiente. Cuando se soltarán lo notó, la pancita de Akane
-A-Akane... qué paso?-preguntó él muy aterrado suponiendo la respuesta
-Pueeeeessssssssss- se sonrojó-ja, verás, que con Ranma...jejeje...
-Ah, no hace falta explicarlo- interrumpió Ryoga al ver el nerviosismo de la chica
-Por que no vienes a casa??Con Kasumi vamos a preparar un bizcochuelo?
Titubeó un momento, no quería verle la cara triunfal a Ranma, pero tampoco podía negarse a estar un rato con la familia Tendo. Asintió con la cabeza y ella entrelazó su brazo con el de él.
-Sabes, Akane- comenzó Kasumi- mejor prepáralo tú, recordé que hoy vienen los padres de ''Puppi'', y debo preparar la cena
-Ok, no hay problema.
Cuando Kasumi se alejó lo suficiente, Ryoga dejó escapar una sonora carcajada.
-Jaaaaaaaaaa.... Puppi XD
-Jaja, así es como le dice al Dr. Tofu U
Ya en el dojo, la chica preparaba feliz la torta mientras Ryoga practicaba. Había mejorado muchísimo. Luego de un rato se sumergió en el baño caliente que la misma Akane le había preparado.
-Y, dime Akane, que van hacer tú y Ranma?- preguntó una vez que salió del baño, seco, limpio y perfumado.
-Pues, nos vamos a casar dentro unos 15 días... lo que pasa es que no tenía una dirección fija para mandarte la invitación.
-Ya veo- respondió con vos quebradiza. Sentía que pese haberse vuelto lo suficientemente fuerte como para derribar a su enemigo de toda la vida de un golpe; este ya le había ganado la batalla por completo.
-Y tu, Ryoga, ya has encontrado alguna chica especial?
-Yo?....no, no he tenido tiempo para ocuparme de eso
-Aja
-Buenas, familia!!- se escuchó una voz desde la entrada y unos minutos luego apareció Ranma en el comedor. Iba vestido con un jean y camisa, llevaba una mochila en un hombro. Saludo a su prometida con un beso en la mejilla y miro a Ryoga.
-Ahhhh, mi viejo amigo, veo que has logrado encontrar el camino
-Calla, Saotome
-Ay, como eres, Ranma, no ves que el pobrecito ha hecho un viaje muy largo y tu lo molestas- lo defendió ella, con una fuente en la mano.
-Bah ¬¬... que hay de comer?
-Que tal unos fideos fritos?
-Ok, muero de hambre
-Ryoga, quieres algo en especial?- preguntó educada ella
-No, comeré lo mismo que uds.- tímidamente
-Esta bien- desapareció hacia la cocina.
-Así que comerás lo mismo, P-chan? No quieres una lechuguita o una zanahoria?
-No jodas- le miró duramente.
Cada uno estaba sentado de un lado de la mesa, mientras que Akane estaba sentada en la cabecera sin darse cuenta de las chispas que salían de los ojos de los expertos en artes marciales.
Con una bonita marcha nupcial entró ella, con su largo vestido blanco a la iglesia. Su belleza era inigualable. Iba del brazo de su padre. A lo largo de las filas estaban toda la familia y amigos, en ese momento deseó que su madre estuviera allí mirándola; pero estaba segura de que desde algún lugar del cielo ella estaba allí alentándola y cuidándola. La ceremonia se celebró respetando todas las pautas y requisitos necesarios. Con esta boda se cerraba un largo y arduo capitulo en la vida de ambos, no más prometidas locas y pretendientes que salían como un volcán en erupción. Ahora se abrían a nuevas historias, de padres e hijo/a, de profesiones frustradas y títulos por recibir. Una historia nueva y diferente, pero sin perder los encantos de los amigos y el amor familiar
