Hola!! Ya he vuelto de nuevo. Quiero agradecer a todos los que lean este fic. Espero que os esté gustando como queda. Como siempre, ninguno de los personajes de Harry Potter son míos, son de J.K Rowling (snif, snif) Gracias por los reviews!! Hacía tiempo que no recibía tantos juntos ^^ Os lo agradezco muchísimo. Espero que os guste el nuevo capítulo. Por fin se descubre a todos los enmascarados y Harry vuelve a "establecer contacto" con Snape. A partir de ahora espero que las cosas vayan un poco más rápido. Estos primeros capítulos han sido como para situar la acción, desde ahora la historia se desarrollará más ampliamente, hacia donde quiero ir. Gracias ^^.

Beka de Kerry- Me alegro de que te guste. ¬¬ Haciendo publicidad del equipo... jeje, se te ve el plumero. Bueno, espero que este capi no te defraude, ya me dirás que te parece. Desde luego que Norah es un huracán y que se preparen, sobretodo Voldy!! Un besazo.

Strega-in-progress: Verde de envidia ¿Por qué? Tú escribes genial!! Lo digo en serio, me encanta tu historia!! Espero que te siga gustando la mía ^^. BSS.

Elizabeth Potter: Gracias por tu review ^^. Lo del hijo se explica en el siguiente capítulo. Todo tiene una lógica. Ya lo verás. Ya me dirás que te parece el capi ^^. BSS.

GaRry: Gracias por tu review. Espero que te guste ^^.

Amsp14: Hola!! Bueno, parte de lo que me pides se va a cumplir ^^. En cuanto a lo de Snape... va a dejar de estar solo, pero no en el modo en que tu crees. Primero tiene que ser algo más sociable no? (aunque así me encanta ^^) Lo del romance lo tenía pensado para la continuación de este fic, pero te aseguro que Sevy va a empezar a tener sentimientos extraños, no de amor, pero al menos de amistad, y va a empezar a relajarse. Espero que te guste ^^. BSS.

Bueno, os dejo con el nuevo capítulo de ángeles entre nosotros:

Capítulo 7- Reuniones familiares

-Voy a salir ahí a negociar con mi "querido abuelo" que suelte a la mejor amiga de mi madre.

Estas palabras dichas por la joven tardaron un rato en ser procesadas por los miembros de la Orden. En un principio la sola idea pareció imposible, pero cuando se fijó mejor Sirius pudo ver en aquellos ojos azules la furia que escondía la afable mirada de Albus Dumbledore y en su gran palidez la huella de Voldemort. Aquella era realmente la hija de Ananke y Dred Grey.

-No voy a permitirte que hagas eso- dijo Clutch desde detrás de su máscara, mientras agarraba con dulzura pero con firmeza a "Celesti". Pero ella, lejos de amilanarse le miró con ojos escrutadores y serenos, como intentando ver a través de su disfraz.

-Ambos sabemos que estamos en una mala situación. Estamos atrapados en un túnel sin salida del que no podemos desaparecernos, con dos heridos y un Ministro botarate al que le han lanzado un imperius. Por otro lado, para salir tenemos que pasar por todos los mortífagos que halla en esta fortaleza incluyendo a Voldemort. Nosotros somos ocho con posibilidades de luchar.

-Y saliendo tú sola vas a solucionarlo todo.

Remus iba a intervenir, pero Lossus se lo impidió mientras le susurraba- Cuando esos dos discuten es mejor no meterse por medio.

-No- replicó Celesti a Clutch- Sólo voy a crear una distracción para que vosotros salgáis, de Molly Weasley me encargo yo.

Clutch y Celesti parecieron mantener durante un tiempo en un combate de miradas. Finalmente el hombre le soltó el brazo.

-Espera- dijo Sirius- No puedes...

-¿Alguien tiene un plan mejor?- preguntó Lossus, ya resignado a que su amiga saliese sola a encarar a su abuelo paterno. Como nadie dijo nada, pese a la rabia, Celesti echó a andar hacia el final del corredor.

-Norah- gritó Samara antes de que estuviese demasiado lejos. La morena se dio la vuelta- Toma esto- le dijo lanzándole un colgante en forma de roseta que pendía de su cuello- Ten cuidado.

Norah, Celesti, desapareció de la vista de los demás.

***********

Molly Weasley estaba tirada en el suelo, sin fuerzas para levantarse, debido al fuerte hechizo que le había lanzado Voldemort. Voldemort la había arrastrado hasta un piso superior, no demasiado lejos del túnel principal, donde varios mortífagos vigilaban que nadie escapase. Sentía como los mortífagos cerraban un círculo a su alrededor, impidiéndole cualquier vía de escape, solo dejando un espacio abierto, donde Voldemort la miraba altivo, con una mueca cruel en los labios. Sus ojos rojos brillaban de sádica satisfacción mientras pensaba en qué hacer con su prisionera. Cerca de él, Snape intentaba parecer indiferente ante el hecho de que la buena mujer, madre de 7 hijos, estuviera allí, tirada en el suelo, a la espera de su "castigo".

Algo distrajo la atención de Molly cuando un murmullo llegó del túnel principal. De pronto, 4 de los mortífagos apostados allí de guardia, aparecieron volando al borde de las escaleras y cayeron estrepitosamente contra el suelo, inconscientes. Los ojos rojos de Voldemort miraron con furia hacia las escaleras, donde las antorchas empezaban a dejar vislumbrar a alguien ascendiendo por las escaleras.

Una joven morena de pelo muy largo y piel pálida, apareció a la entrada de aquel nivel. El círculo de mortífagos empezó a cerrarse ante ella.

-ALTO- ordenó Voldemort, y sus secuaces retrocedieron rápidamente hasta formar una especie de pasillo entre el Señor Tenebroso y aquella misteriosa mujer. Ella observó al ser que se alzaba ante ella y con calma se guardó la varita en el bolsillo trasero de su pantalón. Voldemort sonrió con una mueca- ¿Tan segura estás de tus posibilidades?- preguntó- ¿Crees que vas a poder tu sola con todos mis mortífagos, y conmigo?

-En realidad no- admitió ella lacónicamente- He venido a pedirte amablemente que la dejes marcharse- dijo señalando a Molly Weasley, que observaba a aquella joven, confusa.

-¿Y qué te hace pensar que voy a cumplir tu deseo?

-¿Qué no haría un abuelo por su querida nieta?

Los ojos rojos de Voldemort parecieron perder su frialdad durante unos instantes, por la impresión. Luego recuperaron su aspecto normal y escrutaron a la mujer ante él de arriba abajo. Finalmente, sonrió.

-Veo que has sacado el pelo y la palidez de tu padre pero los ojos y la cara son de tu madre. Por qué narices los ojos de ese viejo chalado tienen que estar por todas partes.

-Pregúntaselo a la genética- murmuró ella fingiendo aburrimiento. Severus Snape todavía no salía de su asombro. Se suponía que Dumbledore tenía un nieto, pero Voldemort no parecía asombrado ante el hecho de que aquella mujer estuviese allí, ante él, declarando ser familia suya. ¿Acaso el Señor Tenebroso sabía algo que ellos no?

-También has sacado de él esa fría ironía- sonrió complacido refiriéndose a su hijo- Me alegro de que mi querida nieta haya decidido por fin unirse a la familia, pero me temo que no puedo dejar escapar a esta traidora de la sangre, ni tampoco a los demás, a los que estoy seguro de que tú intentas encubrir mientras huyen- Si aquellas palabras desmontaron la táctica de Celesti, ella no lo demostró. Es más, sonrió de forma enigmática. Se llevó las manos a la espalda, pero cuando la sacó, no llevaba su varita, sino algo metálico: el arma del guardia muggle.

-La verdad- dijo todavía con sonrisa socarrona (en eso se parecía a Voldemort, como no pudo dejar de notar Snape)- No esperaba que colase.

-¿Entonces? ¿Has venido a unirte a mí?

-No exactamente. He venido a negociar- replicó mientras se ponía aquella arma en la sien- Estas cosas muggles pueden ser todo lo burdas que quieras, pero son efectivas. O sueltas a esa mujer y dejas ir a los demás, o me pego un tiro aquí mismo.

********

Iban a dar las cuatro de la mañana y Harry todavía no había conseguido dormirse. Estaba extendido en la cama, mirando hacia el techo con las manos en la nuca, dándole vueltas a lo ocurrido aquel día. Desde que se había ido a la reunión con Dumbledore habían pasado varias horas, y Sirius todavía no había regresado. Estaba harto de estar allí esperando a que volviese para que le contase qué había pasado, le gustaría saber lo que ocurría.

De pronto sintió que el techo se iluminaba. Debía ser Sirius que había vuelto, pero al girar la cabeza vio que su habitación había desaparecido. Estaba en un lugar desconocido para él y al mirar al frente vio con angustia que allí había al menos 20 mortífagos. De la impresión retrocedió, asustado, pero pronto se dio cuenta de que a su lado había alguien, un hombre vestido de mortífago, con su pelo grasiento pegado a su frente. Severus Snape ¿qué hacía allí? O mejor ¿cómo había llegado Harry hasta ese lugar? ¿Estaría de nuevo "conectado" con el profesor de pociones? Snape parecía inquieto; unas pocas gotas de sudor comenzaban a acumularse en su frente, pese a que se notaba que intentaba evitarlo. Al mirar hacia donde se dirigía la vista del Slytherin vio con horror que en el centro de la habitación yacía la señora Weasley. ¿Qué hacía allí?

Intentaba desesperadamente pensar en qué hacer para ayudarla, no podía dejar que la mataran. Si alguien no subía por esas escaleras para sacarla de allí se lanzaría contra los mortífagos, aunque descubriese su tapadera. Un momento, pensó Harry, ¿qué tapadera? Él no tenía ninguna tapadera, es más, ni siquiera debería estar allí. Entonces calló en la cuenta. Lo que le faltaba, ahora compartía los pensamientos de Snape. Por qué de todos los seres del planeta había tenido que establecer un "vínculo", como decía Lupin, con el profesor más odiado de Hogwarts.

-O la sueltas o me pego un tiro aquí mismo- aquella voz sacó a Harry de sus pensamientos y vio que quien había dicho aquello era una mujer de pelo negro y ojos azules. Aquellos ojos, aquella cara. Era igual a Ananke Dumbledore!! ¿Pero no estaba muerta? Además, ella debería tener la edad de la madre de Ron y aparentaba ser muchísimo más joven.

-Por muy nieta mía que seas- dijo Voldemort con voz tétrica, haciendo que Harry comprendiera quién era aquella mujer. Pero qué se proponía- ¿Por qué crees que me importaría que te pegases un tiro?

Harry tuvo que reconocer que Voldemort tenía razón. Mató a su hijo, por qué salvar a su nieta. Pero aquella mujer no parecía alterada, al revés que Harry, a cuya angustia se unía la de Snape, cuyo corazón parecía que se iba a salir de su pecho.

-No me creas tan ingenua, abuelo- masculló, como escupiendo la última palabra- ¿Crees que no sé que me has estado buscando desde que regresaste? Y no te preocupes, ni por un momento se me ha pasado por la cabeza que lo hicieses por "amor". Ese es un sentimiento demasiado abstracto para que tú puedas siquiera acercarte a entenderlo.

-¿Entonces?

-Sin embargo- continuó ella- sé que perderías mucho si me matase. Después de todo, un ángel es el arma secreta que has estado buscando ¿no?

Harry no entendía nada. Los ángeles eran leyendas de los muggles. Además, no le veía las alas a aquella mujer. Sin embargo Voldemort no parecía alterado, sino más bien furioso.

-Tú también perderás si la mato- dijo el mago oscuro refiriéndose a la señora Weasley.

-En el momento en el que ella caiga muerta, yo disparo- amenazó, y al ver la reacción de Voldemort sonrió con malicia- Creo que vas a tener que pensarlo muy bien.

***********

Sirius vio como la noche se abría ante ellos al salir a la superficie. Durante un rato habían estado intentando buscar una forma de escapar de los mortífagos apostados al inicio del túnel, pero de pronto se habían retirado, y entonces vieron su oportunidad de escapar. Tuvieron que hacer esfuerzos sobrehumanos para conseguir que Arthur no se desviase hacia el túnel de la izquierda, en busca de su mujer, y solo habían podido convencerle cuando Lossus le aseguró que Norah se encargaría. Tampoco lo habían tenido fácil con Fudge -Debo ir a ver a mi amo- repetía como un loro una vez tras otra.

Finalmente Sirius había estallado -Ya le tengo ganas Fudge, así que cállese o encontrará verdaderas razones para meterme en Azkaban- le gritó, pero el Ministro seguía con su cantinela.

Finalmente habían llegado a la superficie y la plaza del Big Ben los había recibido con su débil iluminación. En un primer momento todos respiraron aliviados al verse libres, pero al rato empezaron a inquietarse. Celesti no salí, y de Molly no había ni rastro. ¿Qué estaría ocurriendo allí dentro?

Sirius todavía no había asimilado que aquella mujer era la nieta de Dumbledore, pero su mirada no mentía. Hacía unas horas había estado tan cerca y no lo habían sabido. ¿Por qué no había querido revelarles su identidad cuando le preguntaron por el paradero del hijo de Dred y Ananke? ¿Por qué no había buscado a Dumbledore cuando se quedó sola? Había algo muy extraño en todo aquello. Desde que supo de su existencia, siempre se había imaginado al nieto del director como alguien débil y asustado al que era necesario proteger, pero había resultado, además de nieta, ser una persona serena y valiente. Es más, era una de las personas que le había salvado de la muerte eterna tras el velo. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando el propio Dumbledore se apareció en el lugar, Remus debía haberlo avisado por medio de la pluma.

-¿Qué ha pasado?- preguntó alarmado- ¿Estáis bien?- miró a todos los presentes como evaluando la situación y se detuvo al darse cuenta- ¿Dónde está Molly?

Arthur todavía luchaba por entrar a buscarla, pero Moody lo tenía bien agarrado. Nadie parecía dispuesto a darle explicaciones al director, así que finalmente fue Sirius quien dio un paso adelante para situarse frente a Dumbledore, bajo la mirada alarmante de Remus, que parecía decirle que escogiera bien las palabras.

-Voldemort la tiene, pero hay alguien que ha ido a buscarla- Dumbledore lo observó desconfiado.

-¿Una persona? ¿Severus?

El moreno negó lentamente con la cabeza, manteniendo sus ojos azul profundo fijos en los claros del anciano. Había llegado el momento de decírselo- Profesor Dumbledore... Albus- se corrigió- Se llama Norah y ella... bueno, ella es la hija de Ananke y Dred.

Los ojos de Dumbledore se abrieron como platos de la impresión, cuando procesó lo que significaban esas palabras. Lágrimas pugnaban por asomar a sus ojos.

-Una... una niña?- Sirius asintió con la cabeza.

Un ruido los distrajo. Todos sacaron las varitas a espera de recibir un ataque por parte de los mortífagos. El sonido de pasos se iba acercando cada vez más, hasta que de repente, tal y como había echo Snape antes, alguien se apareció de pronto ante ellos. Arthur casi se calló de la impresión, mientras corría a abrazar a su esposa, que en las manos traía la pistola muggle y lloraba incrédula.

-Era ella...- decía- es como Ananke...

-¿Dónde está?- preguntó Clutch impaciente.

Por primera vez Dumbledore se dio cuenta de la presencia de los enmascarados- ¿Qué hacéis aquí?

-Norah- explicó Sirius- Es Celesti.

-Ella... ella...- sollozaba Molly.

-Tenemos que ir a buscarla- gritó Dumbledore recuperando su energía desbordante y avanzando decidido hacia la entrada a la fortaleza.

-Espere- gritó Samara, que ayudada por Lossus sujetó al director- Ella estará bien.

Dumbledore se giró furioso hacia la rubia- ¿Con Voldemort? Permítame que lo dude, señorita Jones- dijo el anciano, que había reconocido a una de sus antiguas alumnas en aquella mujer.

-Tiene un traslador- insistió ella- El colgante que le di era un traslador.

Nada más pronunciar Samara estas palabras, Norah Smith apareció junto a Clutch, haciendo que todos se sobresaltasen. Lucía agotada, tanto que habría caído al suelo si su compañero no la hubiese sujetado. Clutch la agarró por la cintura y ella gimió de dolor. Entonces es cuando se dieron cuenta de algo. Su camiseta blanca estaba teñida de rojo; de una herida en el abdomen brotaba sangre sin cesar. Dumbledore se quedó donde estaba, estático, sin saber qué hacer, por una vez.

-¿Qué ha ocurrido?- preguntó Clutch. La morena levantó la mirada hacia su amigo.

-Tenía que convencerle de que era capaz.

-¿Capaz de qué?- insistió el enmascarado.

-No es el momento de explicaciones- ordenó Lossus- Hay que llevarla a algún lugar donde la curen.

Dumbledore pareció reaccionar por fin- En Hogwarts la atenderemos- aquella voz hizo que Norah levantase la vista una vez más. En aquel anciano pareció reconocer a su abuelo. Y entonces ocurrió algo totalmente inesperado, su mirada se endureció, como habría hecho ante el mismísimo Voldemort.

-No pienso ir a Hogwarts- masculló- Llevadme a cualquier otro sitio- añadió mientras apartaba la vista del director. Nadie entendía lo que estaba pasando, y su estado catatónico se vio interrumpido cuando la joven se desvaneció, debido a la pérdida de sangre.

-Norah!- gritó Clutch tirándose al suelo mientras sujetaba a Celesti. Dumbledore cayó de rodillas al suelo ante su nieta.

-Vámonos- ordenó Lossus. Todos se giraron hacia él.

-¿Adónde?- preguntó Sirius.

-A Hogwarts. Hay que curarla.

-Pero ella dijo...

-Lo sé, pero créanme, no conseguirán llevarla allí de ninguna otra forma.

-¡Ella no quiere ir! No podemos hacerlo- gritó Clutch desde el suelo.

-Clutch, algún día Norah va a tener que enfrentarse a esto, y lo sabes tan bien como yo, aunque no quieras aceptarlo, como ella tampoco lo hace- le dijo Samara lo más suavemente que pudo.

Los miembros de la Orden solo podía permanecer allí esperando a que aquello se resolviera. Pero no estaban en un lugar seguro y era necesario salir de allí cuanto antes.

*********

Harry se despertó bañado en sudor frío. ¿Qué había ocurrido? Aquella mujer había amenazado a Voldemort con matarse, que así él perdería un arma importante. Él no le había creído y entonces la joven se había disparado a sí misma en el estómago!! Luego había vuelto a repetirle la misma amenaza a Voldemort y entonces él había cedido. Para aquel entonces su corazón estaba a punto de salirse de su pecho, al igual que el de Snape, lo que duplicaba la angustia del Gryffindor.

Después los mortífagos habían dejado a la señora Weasley marcharse, con la pistola de la mujer, que empezaba a tener mala cara. ¿Cuánto tiempo podría vivir alguien con un tiro en el abdomen?

-Ahora ponte cómoda, mi querida nieta- había dicho Voldemort- Tenemos mucho de que hablar.

-¿Quién dijo que esto era una reunión familiar?- había replicado ella, mientras se llevaba las manos al cuello.

-COJEDLA- gritó Voldemort, pero antes de que pudieran hacer nada, la mujer había desaparecido.

En aquel momento Harry se despertó en su cama, angustiado, gritando por lo que había visto.

-Harry!- gritó Ron, levantándose de golpe al oír a su amigo- ¿Qué ocurre? ¿Estás bien?

-Ella está herida, está mal!!

*********

Finalmente Clutch había cedido ante lo que Lossus y Fairy proponían. Pronto se aparecieron en las cercanías de los terrenos de Hogwarts y lo más rápido que pudieron corrieron hacia el castillo. El sol empezaba a asomar en el horizonte.

Ahora Norah yacía en una cama de la enfermería, después de que se le hubiese extraído la bala y curado la herida. Molly había necesitado una poción para dormir sin soñar, debido a lo alterada que estaba. Samar y Tonks se recuperaban de sus heridas y Fudge había sido llevado a San Mugo para que le quitasen los efectos del imperius.

El resto se había dirigido a una habitación cercana a la enfermería, donde habían sido invocado sofás para todos y los elfos habían traído un poco de té. Todos tomaron asiento a excepción de Lossus y Clutch, que permanecían de pie.

-Tomen asiento- pidió Dumbledore- Necesitamos hablar.

-Está bien- cedió Lossus- Pero antes creo que deberíamos presentarnos- dijo mientras se llevaba las manos a la máscara, dejando al descubierto un hombre moreno de ojos extrañamente violetas- Me llamo Dan McEnrrow.

Lossus miró a Clutch insistentemente, hasta que éste con un bufido también se quitó la máscara. Se trataba de un hombre rubio de ojos marrones y mirada dura- Me llamo Michael Smith.

Ambos hombres tomaron asiento finalmente.

-¿Por qué no nos dijeron quien era Celesti cuando nos encontramos esta noche?- preguntó Dumbledore visiblemente contrariado.

-Celesti no quería decirlo, y eso es suficiente razón- masculló Michael.

-¿Pero por qué?

-Eso debería saberlo usted.

-Deberías mostrar más respeto- farfulló Moody- ¿Acaso no sabes con quien estás hablando?

-Ese es el problema- gritó Clutch, poniéndose en pie de golpe- que sí lo sé- y salió de la habitación.

-Perdonad a Mike- suspiró Dan- Está muy alterado.

-Lo entiendo- dijo Dumbledore lo más suavemente que pudo- Pero me gustaría saber lo que está pasando. Qué ha pasado en los últimos 15 años con mi nieta. Por qué no quería venir a Hogwarts.

-Porque usted está aquí... Pero empecemos desde el principio, pero por favor, no me interrumpan- dijo Lossus al ver que Dumbledore se quedaba atónito ante sus declaraciones- Empecemos por el principio. Nosotros cuatro nos conocemos desde el orfanato. Al principio éramos solo Samara, Norah y yo. Pero poco después llegó Mike. Se habrán fijado en que él y Norah tienen el mismo apellido. Mike era el hijo de los vecinos de Norah y sus padres; ella adoptó el apellido Smith cuando llegó al orfanato. Después de que aquello le ocurriese a los Grey, los Smith hulleron, pero los encontraron. Los mortífagos, sedientos de venganza y poder, creyeron que los Smith podrían decirles el paradero de Norah, ya que sabían que ella era un ángel- Dumbledore abrió los ojos sorprendido. Sirius se dio cuenta al fin de que quien lo había sacado del velo era ella- Torturaron a los Smith hasta la muerte, pero Mike escapó, y por caprichos del destino, acabó en el mismo orfanato que nosotros. Mike siempre ha sido el mejor amigo de Norah, y aunque nosotros sabemos parte de lo que ocurrió cuando sus padres murieron, solo Mike conoce toda la historia. Pero me estoy desviando. Los cuatro nos hicimos grandes amigos durante aquellos años en el orfanato. Cuando cumplimos los 11 años, nuestros poderes mágicos se manifestaron. La directora era hermana de una bruja, así que no se sorprendió, y no opuso obstáculos para que aprendiésemos. Samara fue a Hogwarts, Lossus a Beauxbeatons y Mike a Durmstrang. Pero Norah, nunca quiso ir a ninguna escuela de magia, decía que la estarían buscando.

-Entonces cómo aprendió...- preguntó Remus.

-Por sí misma, le prestábamos nuestros libros y aprendía ella sola. Sabíamos que Norah estaba en peligro, así que nunca hablamos a nadie del pequeño grupo que formábamos, juramos protegernos unos a otros, y así lo cumplimos. Hace un año, Voldemort regresó.

-¿Cómo lo supisteis?- preguntó Sirius- El Ministerio lo ocultó hasta hace poco.

-Norah tiene ese don, siente cosas. Y cuando Voldemort volvió, ella sintió como una gran magia oscura aparecía, otra vez. Sabíamos que ahora que había vuelto, no pararía hasta encontrarla. Mike quería que la escondiésemos, pero Norah propuso otra cosa... luchar contra él. Se nos ocurrió que podíamos ayudar a los que no podían defenderse y decidimos ocultar nuestra identidad. Si nos identificaban a uno de nosotros, no tardarían en llegar hasta los demás, así que nos inventamos estos pseudónimos: Clutch, por ser alguien muy fiero; Fairy, por su alegría y optimismo; Lossus, bueno, creo que mi tamaño habla por sí solo, y Celesti, por lo que es.

-Pero por qué no se unieron a la Orden. Norah tenía que conocer su existencia- dijo Remus.

-Por la misma Norah. Ella...- Lossus dudó antes de decir aquello- siento tener que decirle esto, profesor Dumbledore. Ella no quiere tener nada que ver con cualquier cosa que se asocie a usted.

El director se quedó mudo, impresionado por aquella revelación, y abatido por la realidad que se le presentaba- ¿Por... por qué?- balbuceó.

-No lo sé- suspiró Dan- Ni Sam tampoco, solo Mike sabe. Sam y yo hemos intentado convencerla, porque usted podría protegerla, pero nunca ha querido.

-Bueno- suspiró Dumbledore, con evidente dolor en la voz- Siendo ella un ángel no veo como podría protegerla. Es más poderosa que todos nosotros.

-Usted no lo entiende- replicó Lossus- Algo le ocurrió a Norah hace 15 años, algo que hace que ella se niegue a desarrollar sus poderes de ángel.

-Pero a mí me salvó- insistió Sirius.

-Eso no tiene nada que ver con poderes- explicó Lossus- El soportar la magia del velo no requiere ningún esfuerzo, simplemente depende de la capacidad de soportar la presión que la magia concentrada en ese sitio ejerce sobre cualquiera que entra en él. Pero aparte de eso, Norah reniega de su naturaleza ángel.

-Hay otra cosa que no entiendo- continuó Dumbledore- ¿Por qué habéis permitido que traiga a Norah aquí?

-Clutch nunca lo admitirá porque apoyaría a Norah hasta la muerte, pero Sam y yo creemos que ella necesita esto, enfrentarse a usted, para poder seguir adelante. Samara dice que todavía tiene pesadillas con esa noche. Por mucho que diga, nunca ha llegado a recuperarse del todo de lo que vio aquel día, y creemos que usted podría ayudarla.

El silencio reinó en el lugar durante un rato, mientras cada una de las partes asimilaba lo que allí se había dicho. Sirius no salía de su asombro. Qué era lo que le había ocurrido a Norah para que no quisiese saber nada de Dumbledore. Él había tenido sus más y sus menos con el director, pero reconocía que era un buen hombre y no conocía a nadie, aparte de Voldemort, que hubiese tenido problemas graves con él. ¿Qué creía Celesti que había hecho su abuelo que era tan terrible?

-Está bien- suspiró Dumbledore levantándose finalmente- Os agradezco todo lo que habéis hecho: ayudar a la Orden, salvar a Sirius, dejar que Norah viniese a aquí, y lo más importante, haber cuidado de ella durante todos estos años. Si hay algo que pueda hacer...

-Bueno- dijo Lossus esbozando una tímida sonrisa- podría prestarnos alguna armadura. Porque cuando Norah despierte y se de cuenta de donde está, vamos a necesitarlas.

*********

Bien, ¿Qué os ha parecido? Os ha gustado el capítulo? O ha quedado demasiado dramático? A lo mejor sí, pero era necesario para explicar lo que ha ocurrido durante los últimos años. Lo de la pistola ya se que un poco fantasma si que es, pero necesitaba un motivo para que se pudieran llevar a Norah a Hogwarts, porque os aseguro que consciente, no va ni de coña ^^. Realmente espero que os haya buscado. Me marcho que me esperan... Ah!! Se me olvidaba, comentarios, dudas, zapatazos... REVIEWS PLEASE.