Hola! Siento haber tardado en actualizar. Pretendía subir el nuevo chap el jueves por la noche, pero esa misma mañana me enteré que por la tarde tenía prácticas (durante 4 horas!!! Con un mismo tío, que encima no era divertido ni algo parecido, aunque tengo que reconocer que le he visto clases peores) y que el viernes toda la mañana tenía prácticas en el hospital (aunque algo bueno tenía que tener, el paciente que nos tocó era un bebé más liindo… y estaba como una rosa!!) En fin, que después tuve que estudiar el resto del día y hasta hoy no he podido escribir el capítulo. Por donde iba, a sí, enrollándome como una persiana perdón. Antes de que se me vaya la pelota GRACIAS POR LOS REVIEWS, me hace muy feliz que la historia esté gustando. Este capítulo me encanta. Es un poco pastel, todo hay que reconocerlo, pero es que por fín hay un acercamiento entre Norah y… jis jis soy mala, se verá más abajo . Bueno, que espero que lo disfrutéis, si es así decídmelo porfis (no sé si soy buena escribiendo estos "momentos")
Zeisse: Que bien que te hayas leído los 8 capítulos y que te hayan gustado!! Espero que siga siendo así!! Un besazo. Ah! Y gracias por el review que me dejaste en la otra historia; ahora sé que al menos tú no me enviarás un virus si me retraso un poquito . BSS.
Sara Fénix Black: Cuanta sustancia había en tu review (pero me encanta ) Por dónde empiezo. Si te gustó lo de la torre de astronomía, creo que este chap te encantará (a no ser que el azúcar suba demasiado), ya me dirás que te parece. Con Snape, bueno, a mí también me encanta, pero Norah con él solo va a tener una gran amistad (similar a James con Sirius o Remus) aunque para eso habrá que esperar que las cosas vayan sucediendo. Si Mike no te caía demasiado bien en este capi vas a desear ahorcarlo (espero no estarte desvelando demasiado el chap, si es así PARA DE LEER). Por último, si después de este capítulo Dumbledore no te da pena, ME DOY POR VENCIDA. Nada más, espero que lo disfrutes, un besazo enorme.
Strega-in-progress: Ein?? Que Norah perdone a Voldemort? Y a Dumby no?? En cuanto a lo de que Norah se líe con Severus (no me mates) no creo que pueda complacerte, aunque sí que van a ser grandes amigos. Pero te aviso que Severus encontrará el amor en la continuación del fic que tengo pensada. Por lo del punto 3, tal vez se te cumpla Ten paciencia! BSS
GaRrY: Hola!! Siento decepcionarte, pero en este fic Harry tiene un papel más bien secundario. Claro que saldrá porque tiene que arreglar lo de "contactar" con Snape, pero no va a ser de los principales. Quizás en la continuación que tengo pensada para el fic tenga algo más de importancia, pero aún así me voy a centrar más en la generación "adulta". Aun así, espero que no dejes de leer la historia y que la disfrutes. BSS!!
Ana María (amsp14): Me alegro de que te gustase el capítulo. Respecto a lo de con quién acabará Norah, no creo que se cumpla tu deseo (con Snape va a ser muy muy muy amiga) pero no por mi nick, terminé Black porque me parecía que era el que mejor quedaba con Narúa, pero nada más, mis personajes favoritos son Moony Padfoot y Severus por igual. Pero de todos modos, en la otra historia si que le estoy buscando pareja a Sev, y te aseguro que en la continuación del fic le buscaré pareja. PROMETIDO. BSS. Espero que te guste el chap.
Beka de Kerry: Me temo que no has acertado. Nada más lejos de la realidad. En cuanto a lo de los cinco enmascarados… por ahora seguirán siendo 4, pero en un futuro no muy lejano (espero) aumentarán. UN BESAZO.
Clau de Snape: Me encantan tus reviews, te gusta todo!! Como algún día me critiques me entrará depresión. No en serio, te agradezco muchísimo tus reviews, eres un cielo. Gracias, gracias, gracias.
Ana Black: Siento decirte que ni te has acercado. Aunque el fallo es mío por no dejar clara la edad de Norah. Lo de la pelea de Ananke con Dumbledore fue hace 25 años (u entonces no había ni proyecto de Norah!!) Y comenté en un capítulo (o eso creo) que Norah tenía 9 años cuando lo de sus padres. Cómo de eso hace 15 años, yo le aproximaba unos 24, 25 años. Perdón si no quedó claro. En cuanto a lo de Norah-Dumbledore, es que la pobre todavía no tenía suficiente sangre en el cuerpo para reaccionar como le hubiese gustado!! Ya verás en este capítulo (como no te parezca suficiente voy a tener que hacer que Norah le acuchille!!) Ya me dirás qué te parece . BSS.
Terminé, cuantos reviews (que conste que no me quejo, cuantos más mejor, me hacen mucha ilu) Creo que ya no me queda nada. Os dejo, por fin con el siguiente capítulo de ángeles entre nosotros.
Capítulo 9- Sola
Después de dos semanas encerrada en Hogwarts, el humor de Norah no había mejorado. Debido a su situación, no era seguro que saliese del castillo sin estar ocultada bajo la doble máscara, pero por ahora no había habido ninguna misión que necesitase de los enmascarados. Más bien Dumbledore había intentado hasta el momento que su nieta no se expusiera al peligro. Aunque era poderosa, si se descubría que era Celesti, estaría perdida.
Por otro lado durante los días en el castillo se aburría soberanamente, ya que estaba sola. Debido a la necesidad de aparentar normalidad, Samara y Dan habían regresado a sus trabajos, y aunque los veía por las noches, durante el día no tenía nada que hacer. Y para rematar la faena Mike había tenido que viajar a Bulgaria en busca de sus compañeros de Durmstrang, para investigar como estaban las relaciones internacionales de Voldemort, así que Norah se había quedado sin la única persona que podía entenderla completamente, y eso hacía que se sintiese atrapada entre cuatro paredes, como si le faltase la respiración.
Se sentía sola como hacía años que no lo hacía, y eso hacía que su carácter, de por sí frío, empeorase. Aquella conversación con Sirius en la torre de Astronomía había hecho pensar al animago que desde entonces la joven se abriría más a ellos, y aunque en un primer momento había sido así, los últimos días estaba más introvertida que nunca. Se paseaba de un lado para otro como león enjaulado o leía uno de los libros de historia de la biblioteca. Sirius podía reconocer en la morena la frustración que lo había dominado el año anterior y eso lo tenía preocupado. De vez en cuando se olvidaba de levantar el escudo que la aislaba del resto del mundo, para dejar entrever a la Norah que era con sus amigos de la infancia, y era en aquellos momentos cuando Sirius más deseaba que aprendiese a confiar en él.
Solo había otra persona, aparte de él, Remus, Tonks y Molly, con la que Norah parecía haber empezado a congeniar; y para desgracia de Sirius, no era otro que Severus Snape. Hacía una semana que el animago había empezado a notar un cambio en la forma en que se trataban aquellos dos durante las comidas; mantenían conversaciones y Snape incluso ponía un tono relativamente amable, claro, que la cara de vela derretida la mantenía. Todas las mañanas Norah se levantaba temprano para bajar a las mazmorras; debido a que había estudiado por sí misma, y en un orfanato muggle, nunca había podido aprender pociones en condiciones, y a pesar de sus esfuerzos ninguno de sus amigos sabía lo suficiente como para enseñarle. Cuando Norah le contó que Snape se había ofrecido a ayudarla con su problema, por primera vez Sirius deseó estar en el cuerpo de Snape (y que conste que el solo pensarlo le provocaba úlcera).
Allí se encontraba en aquel momento. Hacía cuatro horas que Norah había salido de la torre de Gryffindor en dirección a las mazmorras. En realidad no tenía que llegar hasta una hora después, pero Hermione la había puesto nerviosa. Desde que la gryffindor se había enterado de que Norah era un ángel se había puesto frenética. Los primeros días se había pasado horas en la biblioteca buscando información sobre los ángeles y después había intentado hablar con ella sobre el tema. Sin embargo, Norah no se había mostrado muy comunicativa respecto a ese tema y la escrupulosidad de Hermione con sus deberes no había ayudado, con preguntas como "es verdad que los ángeles vuelan?" "sabías que en la antigüedad eran venerados como dioses en algunas culturas?" Hasta que finalmente llegó a la pregunta clave "¿Por qué no has mostrado tus poderes de ángel hasta el momento?" Aquello fue la gota que colmó el vaso. Hasta el momento Norah había esquivado las preguntas con delicadeza, pero aquello fue un intento de acercamiento demasiado profundo para ella y sin decir una palabra cerró el libro que estaba leyendo y salió de la sala común en dirección a las mazmorras.
Sirius, Remus y Harry estaban presentes en aquel momento y miraron a Hermione, que parecía contrariada por la actitud del ángel y estaba ceñuda.
-No te enfades Hermione- pidió Remus- Es ella la que debe estarlo.
-¿Pero por qué? No debería ser tan orgullosa solo por ser un ángel.
-Con tanto libro Hermione- suspiró Sirius- a veces te olvidas de cómo tratar a las personas.
-Yo tampoco la entiendo muy bien- confesó Harry en voz baja.
-No digo que tenga razón- explicó Sirius- Pero por lo que nos han dicho Mike, Samara y Dan, Norah nunca ha querido utilizar sus poderes. Las razones solo las conoce Mike.
-Si no se lo ha contado a dos de sus mejores amigos, que son como sus hermanos, ¿cómo te lo va a contar a ti?- concluyó Remus.
Ante estas palabras Hermione se mostró avergonzada de su reacción inicial.
-No te preocupes Hermione- la tranquilizó Sirius- Seguro que no se lo ha tomado a mal. Simplemente no está preparada para contarlo. Quizás algún día lo esté.
Después de dos horas trabajando en la poción veritaserum por fin ésta empezaba a estar lista. Severus había establecido un programa de trabajo acelerado en el que los dos colaboraban en la elaboración de las pociones, y Norah estaba aprendiendo a marchas forzadas. Los primeros días el profesor había tenido que detenerla varias veces para evitar que añadiera en la poción algún ingrediente que la volvería mortífera, pero ahora ya casi no ocurría. Si todo seguía como hasta el momento, Norah conseguiría hacer su primera poción perfecta.
-Estás demasiado concentrada- observó Severus
-No quiero equivocarme- se limitó a responder ella. Aquellas palabras hicieron que Snape sonriese satisfecho.
-Estás aprendiendo muy rápido- comentó.
-Ssssh- Snape no estaba acostumbrado a que le mandasen callar, y menos una "alumna". Observó a Norah detenidamente. Aunque desde habían empezado con las lecciones de pociones su relación se había ido estrechando, todavía se mostraba totalmente reacia a hablar con él de sus padres, sus abuelos o sus poderes. No era que "quisiese" saber lo que había ocurrido, pero veía que todo aquello era un peso demasiado grande para la joven, más ahora que Mike no estaba ni siquiera por las noches; y aunque Samara y Dan hacían todo lo posible por ayudarla, ella cada día se volvía más sombría.
-No dejes que el dolor te pueda- dijo finalmente. Aquellas palabras hicieron que, sin querer, Norah dejase caer demasiada raíz de mandrágora en la poción, que pasó de tener un delicado color transparente a ser una mezcla aceitosa y grumosa de color negro.
-Severus- protestó ella ceñuda. Y soltó el cuchillo con frustración. Empezó a ordenar los ingredientes para volver a empezar, como si nada hubiese pasado.
-¿Oíste lo que dije?- insistió el mago, haciendo que ella adquiriese una expresión sombría.
-Sí- Susurró Severus se sorprendió al ver como una lágrima asomaba a los ojos de la siempre hermética joven- Eso intento- añadió, y sin mirarle a los ojos terminó de recoger las cosas lo más rápido que pudo y se despidió- Tengo prisa, Molly me espera para charlar mientras paseamos por el lago- explicó. Y salió de allí como alma que lleva el diablo.
Severus bajó su máscara por un segundo y una expresión triste asomó a sus ojos mientras terminaba de ordenar los libros que habían usado. Aquella mañana Molly había ido al Ministerio a ayudar a Arthur con unos permisos para la Orden y no llegaría a Hogwarts hasta la noche.
-¿Qué es lo que te está destrozando por dentro, Norah? Ojalá lo supiera.
Después de caminar durante horas por los jardines que rodeaban al lago, sola, Norah regresó a la sala común de Gryffindor. Se había perdido el almuerzo, pero no le importaba. Al contrario, se alegraba; desde que los demás habían vuelto a sus trabajos se sentía demasiado sola. Antes ella tenía pequeños trabajos esporádicos. Muchas veces la habían contratado los ayuntamientos muggles para que diera clases de pintura en los parques. Le encantaban aquellas tardes en las que con pintura de dedo, tiza y un rollo enorme de papel se presentaba en el parque donde multitud de niños la esperaban impacientes; siempre salía de allí pintada de pies a cabeza, tanto que la mayoría de las veces la ropa que llevaba se iba directa a la basura, pero no le importaba. Le encantaban aquellos días.
No estaba acostumbrada a permanecer quieta demasiado tiempo. Sentía que le faltaba aire y las personas que la acompañaban no ayudaban. Sentía como si todos los que vivían en el castillo fuesen de otro bando, del bando de su abuelo. No quería relacionarse demasiado con ninguno de ellos porque tenía miedo de que su amistad solo fuese un modo de intentar convencerla de que cambiase de actitud. Aparte de Molly, quizás Severus, Sirius y Remus eran los que le inspiraban más confianza. Remus tenía aquella mirada dorada, tan amable; nunca decía una palabra más alta y siempre era respetuoso, aunque los demás no lo fueran con él. Severus había sufrido mucho a lo largo de su vida; sus circunstancias habían hecho de él alguien introvertido y enigmático; guardaba muchos secretos, quizás por eso se sentía tan unida a él.
Y por último estaba Sirius; en sus ojos podía ver que el sufrimiento de aquellos años en Azkaban le habían dejado una huella demasiado profunda; el color azul de su mirada había perdido el brillo que se podía ver en sus fotos de escuela; pero su sonrisa seguía siendo igual de infantil. Lo había observado cuando les contaba historias de los merodeadores a los chicos por las noches, y en aquellos momentos sonreía de una manera que a Norah la llenaba de calor (N/A:¬¬ malpensados absténganse de pensar mal). Le encantaba escuchar aquellos relatos de niños; habría sido fantástico estar con ellos en el colegio y compartir sus aventuras. Aunque siempre escuchaba las palabras del animago, nunca se había atrevido a unirse al grupo. De vez en cuando él giraba la vista hacia ella y Norah sentía electricidad correr por su cuerpo, pero rápidamente, asustada, apartaba la mirada y fingía seguir leyendo un libro, o escuchar las conversaciones de Dan y Samara sobre cómo había ido el día.
Dando vueltas a la cabeza sin parar llegó al cuadro de la señora gorda, dio la contraseña (Toby) y entró en silencio en la sala común. Para su alivio, estaba vacía, así que se sentó en un sofá al lado de la ventana y mirando las nubes empezó a cantar una canción.
"Young girl, don´t cry
i´ll be right here when your world starts to fall
Young girl, it´s alright
Your tears will dry, you´ll soon be free to fly.
When you´re safe inside your room you tend to dream
Of a place where nothing´s harder tan it seems
No one ever wants to bother to explain
Of the heartache life can bring and what it means
When there´s none else, look inside yourself
Like your oldest friend, just trust de voice within
Then you´ll find the strength that will guide you way
You´ll learn to begin to trust de voice within
Young girl don´t hide
You´ll never change if you just run away
Young girl just hold tight
Soon you´re gonna see your brighter day
Now in a world where innocence is quickly claimed
It´s so hard to stand your ground when you´re so afraid
No one reaches out a hand for you to hold
When you look outside look inside to your soul
When there´s none else, look inside yourself
Like your oldest friend, just trust de voice within
Then you´ll find your strength that will guide your way
You´ll learn to begin to trust the voice within"
Un ruido en la sala la hizo detenerse. En el umbral de la puerta, con las manos a la espalda y apoyado contra el marco, estaba Sirius.
-No pares por favor- pidió.
-Da igual, ya estaba terminando de todos modos- dijo ella volviendo su vista hacia la ventana. El hombre se acercó hasta donde estaba ella y se puso al frente.
-Es una canción preciosa- comentó.
-Gracias- replicó insistiendo en no mirarle a los ojos- Me la enseñó mi padre. Cada cumpleaños después de comer la tarta nos sentábamos al piano y la cantábamos juntos. Decía que era su forma de entregarme lo más importante de la vida, la fuerza para seguir mis propios instintos. Luego me dejaba tocar a mí lo que quisiera y bailaba con mi madre por todo el salón. A veces simplemente golpeaba las teclas, pero ellos bailaban como si fuese el vals más hermoso que existiese.
Esta vez no fue capaz de retener las lágrimas. Sirius la miró sorprendido, la máscara de acero se había caído. Dejó un paquete sobre el sillón y arrodillándose ante ella la abrazó con delicadeza. Norah al principio se sorprendió, pero cuando sintió la mano de Sirius acariciándole con suavidad el pelo no quiso fingir más fortaleza y cayendo también al suelo lloró desconsolada contra el pecho del animago, agarrando con fuerza su túnica. Él solo podía acariciarle el pelo mientras la abrazaba hasta que se calmase, no podía hacer otra cosa, porque lloraba por algo que él no comprendía; lloraba por sus padres, lloraba por aquel secreto que llevaba dentro y que la estaba matando. No supo cuanto tiempo permanecieron así, los dos arrodillados en el suelo, Norah apoyando todo su peso contra Sirius. Al final la joven pareció calmarse, pero no se separó del abrazo del mago, ni él dejó de acariciarle el pelo o susurrarle que todo estaría bien.
Finalmente, todavía sorbiendo las lágrimas, Norah rompió el contacto, pero no bruscamente.
-Gracias- dijo sin mirarle a los ojos- Siento haberte hecho pasar este rato.
-No te preocupes- dijo él observándola con inquietud- ¿Estás bien?
-Ahora sí. Perdona, seguro que viniste aquí a algo importante y yo entreteniéndote con mis cosas- Sirius recordó de pronto a qué había ido a la torre. Y poniéndose de pie de golpe se giró hacia el sillón donde había depositado el paquete.
-Se me había olvidado. Toma- Norah observó confusa el pequeño paquete envuelto con cuidado en papel que le tendía el moreno- No te vi en el almuerzo y los elfos dijeron que tampoco habías pasado por las cocinas. Supuse que tendrías hambre. Es un poco de pastel de melaza, zanahorias, plátanos flameados, pudin y patatas asadas. No sé si te gustará.
Norah observó el paquete como si de una aparición se tratase y con cuidado lo tomó entre sus manos, rozando sin querer la punta de los dedos de Sirius- Gracias- dijo, y mirándole a los ojos sonrió como Sirius nunca la había visto sonreír. Esta vez la sonrisa llegó hasta sus ojos, que brillaron incluso más que aquella noche en la torre de astronomía.
Él le devolvió la sonrisa- De nada.
Norah se sentó en el sillón de nuevo con el paquete sobre sus rodillas y lo desenvolvió con rapidez. Hasta ese momento no se había dado cuenta de cuanta hambre tenía. Efectivamente, al quitar el papel vio que allí había todo lo que le había dicho Sirius, además de un pequeño juego de cubiertos. Se dispuso a coger el tenedor, pero éste se cayó al suelo repicando.
-Qué torpe- exclamó mientras, dejando al lado el paquete, se agachaba para recogerlo, pero con tan mala pata que chocó con Sirius, que también se había agachado para recoger el tenedor al ver que se había caído. Los dos calleron de culo al suelo, con una mano en la frente y los ojos cerrados por el dolor. Finalmente el dolor cesó y los dos se miraron.
-¿Estás bien?- dijeron al unísono. Ambos estallaron en carcajadas por la casualidad y se dispusieron a levantarse. Pero Norah no vio que al caerse el tenedor también había caído un plátano y al intentar ponerse en pie resbaló, cayendo sobre Sirius, que todavía estaba arrodillado. El animago la sujetó por la cintura y un brazo para que no se hiciese daño. Al recuperar el equilibrio Norah levantó la cabeza. Por tercera vez desde que Sirius había entrado en la habitación, sus miradas conectaron, pero esta vez fue distinto. Norah sintió el ya conocido escalofrío recorrer todo su cuerpo, pero esta vez no pudo apartar la mirada, ni tampoco Sirius. Ambos estaban hipnotizados por los ojos del otro y sin darse cuenta sus caras se fueron acercando más cada vez. Sirius desplazó la mano que tenía sobre el brazo de Norah a su mejilla y ella se apoyó en su pecho. Ya casi solo quedaban milímetros para que sus labios se juntaran y ambos cerraron los ojos, mientras hacían desaparecer el espacio que quedaba.
-Hola!!- una voz saludó justo antes de que el beso pudiese ser una realidad, haciendo que ambos volviesen a la realidad de golpe. Al girar la cabeza, pudieron ver a Mike en la puerta sonriente. La cara de Norah se iluminó.
-MIKE!!- se levantó de golpe y corrió a abrazar a su amigo, que la recibió entre sus brazos y levantándola del suelo la hizo girar, mientras ella reía- Te he echado mucho de menos. ¿Que tal las cosas por Bulgaria?
-No tan bien como esperaba pero tampoco ha sido desastroso- respondió después de haber depositado a su amiga- Dan y Samara también han llegado. Hay una reunión urgente en el despacho del director. Me pidieron que viniese a buscarte. Tú también estás convocado Black, Lupin te estaba buscando.
Los tres salieron de la sala común y en silencio caminaron por los pasillos en dirección al despacho de Dumbledore. Sirius estaba confuso; todo había sido demasiado rápido. Solo sabía que por fin el muro que Norah había construído entre ella y los habitantes del castillo había empezado a derrumbarse. Aquella tarde había visto por fin a la verdadera Norah, alguien tan humano como el resto, no tan fuerte como aparentaba ser, ni tan dura. Había compartido con él lo de sus padres, y mientras lo hacía había visto sus ojos brillar con aquel brillo que ya se le estaba haciendo tan necesario como el aire. Y después, había estado a punto de besarla. No sabía cómo había ocurrido, pero de pronto sus ojos eran lo único que veía, todavía enrojecidos por las lágrimas, y sintió que lo único que quería hacer por el resto de sus días era trabajar para que aquellos ojos azules nunca volvieran a llorar. Recordaba el tacto de su piel, tan suave, y su cintura, que parecía demasiado frágil para la fuerza que tenía la joven. Irónico, pensó, el Gran Sirius, Sirius el Don Juan de Hogwarts, Reino Unido y parte del extranjero, se ha enamorado. Un momento ¿enamorado? ¿De dónde había salido esa palabra? Nunca había sentido algo que pudiese calificar de amor, por ninguna mujer, pero Norah, su misterio, su sonrisa, su corazón, lo habían conseguido. Se sintió feliz y al mismo tiempo triste, porque sabía que ella no estaba bien, que no podía seguir con ella las tácticas que con las demás mujeres. Tenía que ir despacio, porque podía asustarla y no solo perder toda oportunidad con ella, sino también conseguir que volviese a encerrarse en sí misma y perder su amistad también.
Mike observaba de reojo a Sirius mientras éste pensaba todo aquello, ceñudo. Al entrar en la sala común había visto como Norah resbalaba y caía sobre el animago. Se quedó allí parado, sin atreverse a decir nada, aunque no sabía por qué. Después vio como poco a poco se iban acercando. ¡Iban a besarse! Tenía que impedirlo como fuese. Y por eso habló en aquel preciso instante. La rabia recorría su cuerpo como corrientes eléctricas, ¿cómo se atrevía Black a hacer aquello? Seguramente se había aprovechado del estado de Norah. Por las cartas de Dan sabía que su querida amiga estaba volviendo a caer en una de sus frecuentes depresiones y él no estaba allí para apoyarla. Por eso había regresado lo más rápido posible para estar con ella. Y se encontraba con esto. No sabía qué, pero tenía que hacer algo.
-Mike ¿estás bien?
-Eh? Sí, Norah, no te preocupes.
Habían llegado hasta la estátua que daba paso al despacho del director. Mike dijo la contraseña (helado de nuez y chocolate) y ascendió por las escaleras. Sirius seguía ensimismado.
-Sirius... Padfoot!- el animago levantó los ojos sorprendido. Era la primera vez que Norah le llamaba por su apodo de merodeador. Y al mirarla vio que sonreía como lo había hecho antes en la sala común- ¿Vienes? ¿O te gustan las baldosas del suelo y prefieres quedarte admirándolas?
-Sí, claro. Quiero decir... sí que voy- y con rapidez pasó por delante de la joven y ascendió por las escaleras
Al llegar al despacho ya todos estaban allí: McGonagall, Remus, Dan, Samara (a estos dos la joven los abrazó alegre cuando los vio), Tonks, Kingsley, Molly, Arthur, Moody y el propio Dumbledore. Después de los saludos de rigor, todos tomaron asiento y la reunión dio comienzo.
-Os he reunido porque hay una misión. Un trabajo para el que será necesario que los "enmascarados" colaboren con nosotros- mientras decía esto Dumbedore miró fugazmente a su nieta. Aunque había intentado retrasarlo lo máximo posible, ya no podían esperar más; para aquella misión no podía contar sólo con los de la Orden- Severus ha sido convocado esta tarde por Voldemort. Ha enviado un mensaje.
-¿Qué dice?- apresuró McGonagall nerviosa.
-Esta noche atacarán el Ministerio. Voldemort quiere volver a entrar en el departamento de Misterios.
-¿El departamento de Misterios?- preguntó Remus confuso- Pero la profecía fue destruída.
-No es por eso por lo que quiere entrar- explicó el anciano- Allí se guarda información sobre los hechizos que protegen Hogwarts. Está buscando una manera de entrar. Ahora que sabe que tanto Harry como Norah están aquí, su mirada está puesta en el colegio, aquí están las dos cosas que más desea.
-Tenemos que ir allí- exclamó Sirius, asustado por que algo pudiese pasarle a su ahijado... y a Norah. El director lo observó con intensidad.
-Sé que no te va a gustar esto Sirius- dijo- Pero prefiero que te quedes. He informado también a Fudge. Es el Ministro y en esta ocasión no puedo pasar por encima de él; sus aurores estarán allí también. No es seguro que vayas.
-Iré disfrazado- dijo.
-Todavía no está listo tu disfraz. Esas máscaras son especiales, nadie puede arrancarlas si el dueño no quiere. Necesitan una serie de hechizos y pociones especiales que todavía no están listas.
Sirius iba a protestar, pero Remus, que estaba a su lado, apoyó una mano sobre su hombro- Por favor Padfoot, comprende. Si te pasa algo otra vez, cómo se lo vamos a explicar a Harry.
Moony era un rastrero, sabía cual era su punto débil. Resoplando levantó la mirada hasta encontrarse con la de Norah, al otro lado de la habitación. No decía nada, pero lo miraba, como diciéndole que Remus tenía razón.
-Está bien- dijo finalmente- me quedaré.
Todos se mostraron aliviados al poder estar seguros de que Sirius no correría ningún riesgo. El resto de la reunión se dedicó a informar de la estrategia a seguir durante el ataque y de los grupos que se establecerían. No podían separar a los "enmascarados" así que ellos formarían un grupo y Moody, Remus, Kingsley y Tonks formarían otro. Molly no podía ir, tenía que volver a casa para seguir con lo que estaba haciendo con Arthur.
Finalmente la reunión se disolvió y todos se dirigieron a la puerta, para ir a sus destinos. Norah era la última.
-Norah...- pidió Dumbledore- Espera un segundo, por favor.
La mirada gélida volvió a asomar a los ojos de Norah. Iba a soltarle alguna bordería cuando Sirius, desde detrás, le apretó la muñeca. Sin saber por qué, asintió y se quedó, pero de pie, y con los brazos cruzados en posición de defensa. Dumbledore se frotaba las manos nervioso.
-Verás, yo... Quería pedirte que no fueras a esa misión- dijo finalmente.
-¿¡¡Cómo!!?- exclamó ella.
-Voldemort estará allí. Si te descubre estás perdida. La única protección que tienes es que todavía no sabe que eres Celesti.
-¿Y de qué me sirve si no puedo usarla?- gritó.
-Aquí estarás más segura que en ningún otro lado.
-¿SEGURA?- gritó ya fuera de sí- Cómo voy a estar segura en un lugar en el que tu dominas todo. No te pareció lo suficientemente seguro cuando echaste a mi madre de aquí hace 25 años!
Aquello dolió al director- Yo solo quiero protegerte.
-PROTEGERME!! Y puedo saber qué he hecho para merecer tal honor?? Por si no lo recuerdas soy la hija de Dred y Ananke, por si no lo recuerdas tú renegaste de su relación. SI RENEGASTE DE ELLOS, RENEGASTE DE MÍ.
-Si quisieras escucharme Norah. Las cosas no son así.
-No tengo el más mínimo interés en escucharte- lágrimas de rabia caían de sus ojos- No lo sabes, pero se querían, se querían tanto que hasta les dolía. Y Dred fue un gran padre. Se pasaba el día trabajando de guardia muggle para que pudiésemos pagar la cas. Hacía feliz a mamá y tú ni siquiera le diste una oportunidad. Lo rechazaste por ser hijo de quien era. ¿Por qué a mí no? Yo llevo su sangre, yo también comparto genes con Voldemort ¿no tienes miedo de que te ataque?
Dumbledore había perdido toda sombra de jovialidad. Su rostro ahora estaba sombrió y lágrimas amenazaban con asomar a sus ojos azules, al igual que lo hacían ya en los gemelos de su nieta.
-Llevo dos semanas encerrada en este castillo- siguió ella- Y si crees que voy a permanecer un minuto más en él, pudiendo alejarme de aquí. Estás muy equivocado.
Y sin decir nada más salió dando un portazo. Dumbledore ya no fue capaz de contener las lágrimas.
Aquí lo dejo por hoy!! ¿Qué os ha parecido? Yo creo que ha habido de todo en el chap. La verdad es que me gustó como quedó (raro, aunque como a vosotros no, me pego un tiro, porque eso significará que soy un bicho raro). El caso es que se acabó por hoy.
Por cierto, la canción es "The voice within" de Christina Aguilera. Me pareció que era apropiada para contar un poco como era la vida de Norah con sus padres. Es preciosa, os la recomiendo, en serio. Intentaré subir el próximo el miércoles por la noche (tengo jueves y viernes libre , así que no estaré apurada) Por cierto, Sara Fénix Black, espero que me perdones por dejar a Sirius en tierra en esta ocasión, pero es que lo necesito para el próximo capítulo. Prometo que sólo será por esta vez (tomatazos no porfa) Bueno, creo que nada más, solo que si me queréis hacer muy feliz y ayudarme a ultimar detalles… REVIEWS!!!!
