Hola de nuevo! Como prometí, aquí está el siguiente capítulo. Es más largo de lo normal así que espero reconciliarme definitivamente por haber tardado tanto en el anterior (pongo carita de niña buena) Como siempre, los personajes no son míos (¬¬ J.K Rowling) y esto no lo hago con ningún afán de lucro. Este capi creo que os va a gustar, al menos en parte. Así que si os gusta... REVIEWS. Un besazo enorme y gracias a todos los que leen esta historia. BSS.

Ah, una cosa, todas me habéis pedido que diga qué tiene Celesti contra Dumbledore. Bueno... solo decir que POR FAVOR, no me enviéis un virus. Os prometo que falta poco para saberlo vale?

Beka de Kerry: Vale, ya sé que se me ve el plumero, pero qué le voy a hacer, ME ENCANTA SNAPE (cofcof, y Alan Rickman, cofcof). Pero no lo niegues, se que a ti también te gusta, jisjis, una más para el club!! En cuanto a Mike, creo que eres la única persona a la que le sigue gustando Mike, bueno, excepto a mí claro (es que toda escritora aprecia a sus creaciones, por muy piiiiii que sean). BSS

Sara Fénix Black: VOLVÍ, VOLVI VOLVI VOLVI VOLVI VOLVI VOLVI. Jis, jis, me alegro de volver a verte (bueno, a leerte, pero tú me entiendes). Menudo Review, la biblia en verso!! Me ha encantado, gracias. Uf, tiene mucho que comentar. Lo de Samantha, aún no lo tengo decidido, pero posiblemente salga en la continuación. A mí también me encantó la conversación de Snape con Norah, realmente me imagino que el verdadero Snape se comportaría así con una amiga de verdad; es que el pobre es más introvertido que poco, pero aunque lo intenta, no puede evitar hacer el bien . En cuanto a lo de la broma, Dumbledore sabe muchas cosas, pero no siempre las cuenta ¿no? Quien sabe, a lo mejor la información llega de forma casual a manos de Sirius, jisjis. Por lo de Mike, no puedo contarte nada, si quieres averiguarlo, MIRA MÁS ABAJO. Espero impaciente tu próximo review (si tienes tiempo, claro) Un besazo enorme.

Amsp14: Hola, ya he vuelto. Gracias por tu review. Me alegro de que te guste como quedó la conversación con Snape. En cuanto a lo de la otra historia, sé que estoy tardando mucho, pero es que no sé muy bien como continuar, si se te ocurre algo... consejos, consejos, consejos. Un besazo.

Bueno, pues nada más que decir, espero que os guste el próximo capítulo de ángeles entre nosotros. BSS

Capítulo 12: Una nueva misión

Después de su pequeña charla con Sirius, Mike se dirigió hacia la torre de Gryffindor maldiciéndose por su estupidez. Había confesado delante de Black lo que sentía por Norah. En realidad era la primera vez que se le escapaba en voz alta, y tenía que haber sido precisamente delante de ese mamarracho!! No recordaba cuando se había dado cuenta de sus sentimientos por Norah. Desde siempre habían sido como hermanos, pero un día algo había cambiado en su interior; dejó de verla como la compañera de juegos y secretos para anhelar su compañía a cada segundo. No le gustaba ver a ningún otro cerca de ella, incluso le costaba horrores controlarse cuando la veía bromeando con Dan.

Cuando tuvo que viajar a Rumanía para llevar a cabo su misión lo único que lo confortaba, pese al gran peligro al que se exponía, era saber que al volver Norah estaría allí, esperándola. Dolía pensar que ella no lo "esperaba" como él quería, pero aún así su sonrisa era lo que le daba fuerzas. Y cuando regresó aquella tarde, y vio a Black con Norah, algo se le revolvió dentro. Después mientras estaban en el ministerio no pudo soportar oír hablar a Norah tan feliz de lo que había ocurrido. Tanto Dan como Samara bromeaban acerca del "feliz" suceso. No pudo soportarlo más, tenía que hacer algo, y dijo lo primero que se le vino a la boca. Se convenció a sí mismo de que aquello tenía que ser verdad, Sirius Black estaba trabajando para Dumbledore. Él no quería realmente a Norah, solo la utilizaba. Y cuando ella se diera cuenta se desharía del mago y correría a sus brazos en busca de consuelo.

Pero al mismo tiempo no podía evitar sufrir al saber el daño que le estaba haciendo a la persona que más le importaba, aún sin quererlo. Sabía que Norah estaba sufriendo, Dan y Samara le habían hablado de lo ocurrido la noche anterior y aunque al principio se había sentido triunfante al comprobar que todo había salido como esperaba, después llegó el gusanillo de la culpabilidad. ¿Realmente estaba haciendo lo correcto? Pero tenía que ser fuerte, no podía permitirse dudar, estaba seguro de que Norah solo estaría bien a su lado. Así que, con un último suspiro, atravesó la puerta que daba entrada a la sala común de Gryffindor. Allí se encontró con que la sala estaba completamente vacía, a excepción de sus tres amigos, que estaban sentados en una esquina, sentados en el suelo y con expresión grave.

-Hola chicos- saludó- ¿Pasa algo?

Norah, que estaba de espaldas a él se giró y le sonrió, cómo le gustaba aquella sonrisa- Hola Mike. No pasa nada- añadió tornándose seria- solo estaba teniendo una charla con Sam y Dan.

-¿Y eso?

-Estábamos haciendo las paces. Ayer me comporté como una niña consentida. Además, decidí contarles lo que ocurrió cuando mis padres murieron- finalizó susurrando las últimas palabras.

Algo se encendió en el interior de Mike. ¿Por qué había tenido que contárselo? Aquel era su secreto, algo que solo ellos dos compartían. Por qué había roto aquel pacto que los unía.

-Bien- dijo finalmente, con voz cortante. Se dio la vuelta dispuesto a dirigirse a su habitación para golpear algo.

-Mike espera- llamó Samara- ¿Te ocurre algo?

-No- dijo de nuevo fríamente.

-¿Seguro?- insistió Norah.

-Sí, pareces alterado- añadió Dan.

-Dejadme en paz!- no pudo aguantar más la rabia y dirigiéndose a Norah, SU Norah, gritó- Eres una estúpida.

-¿Qué te ocurre, Mike?

-Que a pesar de todo sigues siendo una niñata confiada!! Por qué demonios se lo has contado. Ayer mismo decías que siempre estaban rebatiendo lo que decías. Que intentaban hacerte tragar a Dumbledore con embudo. Qué ha cambiado desde ayer.

-Mike- Norah empezaba a asustarse- Ayer estaba equivocada. Aunque no me guste lo que dicen, son mis amigos, y los tuyos, y no lo hacen por hacerme daño. Solo querían ayudar.

-Sí amigo, cálmate- pidió Dan, poniendo una mano en el hombro del rubio, pero este se revolvió y pegándole un puñetazo en la cara lo mandó al suelo.

-No me digas lo que tengo que hacer- y dando un portazo, salió de la sala común.

Mientras Samara ayudaba a Dan a levantarse del suelo, Norah miraba obnubilada la puerta por la que había salido Mike. Sus dos amigos se pusieron a su altura, Dan todavía frotándose la cara, donde el rubio le había golpeado.

-¿Alguien puede explicarme lo que acaba de pasar?- dijo Samara.

-No lo entiendo- musitó Norah- Mike nunca se había comportado así.

-Dejadlo- lo disculpó Dan- Está nervioso. Últimamente todos lo estamos.


En el castillo de lord Voldemort un pequeño grupo de mortífagos habían sido convocados a una importante reunión. Entre ellos estaba Severus Snape, en parte intrigado, pero también preocupado por lo imprevisto de la reunión. Al parecer sus "compañeros" pensaban del mismo modo, y comentaban unos con otros entre susurros. Entre ellos estaban Bellatrix Lestrange y su marido, Pettegrew, McNair y Nott.

-Silencio- ordenó Voldemort. Esta simple orden bastó para que todos dejaran de hablar, y para que varios se estremecieran ante aquella voz gutural.

-Os he convocado aquí- continuó el lord Oscuro- porque tengo una importante misión que encargaros. He decidido que vuestros compañeros, entre los que se encuentra Malfoy, ya han pasado demasiado tiempo en Azkaban. Esta noche atacaréis la fortaleza.

-Pero señor...- interrumpió Nott- ¿No somos pocos para asaltar Azkaban?

-CRUCIO- como era frecuente en aquella reuniones, el mortífago cayó retorciéndose de dolor ante la maldición lanzada por el mago oscuro- No pongas en duda mis planes, Nott. Esta es una misión de estrategia, no de fuerza. Quiero que entréis y salgáis sigilosamente de la cárcel acompañados de los prisioneros. Y no quiero un solo fallo.

Bajo su máscara de mortífago Snape se estremeció. Malfoy era uno de los magos más sádicos y poderosos del mundo mágico. Su libertad firmaría la sentencia de muerte de muchos. Y no solo Malfoy era el peligro; en Azkaban permanecían encerrados muchos otros magos oscuros ávidos de sangre y venganza. Cuando estuviesen en libertad se abalanzarían sobre los culpables de su encarcelamiento, lo que ponía a Potter, Granger, Longbottom y los hermanos Weasley (Ron y Ginny) en primera línea de fuego. Fuese como fuese tenía que dar la voz de alarma.

-Podéis retiraros- ordenó Voldemort después de explicar los pormenores de la misión.

Uno a uno, los mortífagos fueron abandonando la estancia, hasta que solo permanecieron en ella Bellatrix Lestrange y el propio Voldemort.

-¿Querías algo, Bellatrix?- inquirió el Lord Oscuro en un susurro astuto. Intuía lo que le iba a preguntar la mortífaga.

-Mi señor- dijo ella en reverencia- ¿Por qué sigue incluyendo al traidor Snape en las reuniones si ya sabe de su traición?

-Mi querida Bellatrix- sonrió Voldemort- Sabía que no tardarías en darte cuenta de quien era el traidor. Sin embargo todavía lo incluyo en mis planes porque está dentro de mis planes que esta misión llegue a oídos del viejo chocho de Dumbledore y sus estúpidos pupilos. Porque esta vez la información de Snape no será exacta, al menos, en lo que a efectivos mortífagos se refiere.


Después de comer en la sala común de Gryffindor se encontraban Harry y sus amigos, tratando de encontrar algo que hacer con todo el tiempo del que disponían. El que ahora fuese Hogwarts la sede de la Orden del Fénix tenía sus ventajas, como que ya no tenían que limpiar, ya que lo hacían los elfos domésticos (aún bajo las protestas de Hermione), pero también tenía sus desventajas, porque al ser tan grande el sitio, tenían aún menos posibilidades de enterarse de algo que el año anterior.

Así que los Gryffindor se pasaban las horas muertas jugando al ajedrez o al snap explosivo. En ello estaban aquella tarde, cuando por las escaleras de los dormitorios de las chicas bajó Norah.

-Hola chicos- saludó la joven. Aunque no la conocían mucho, los Gryffindor apreciaban a la joven. A diferencia que la mayoría de los del castillo, no los trataba como si fueran asustadizos chiquillos a los que tiene que esconderse la verdad para que no sufran pesadillas. Tampoco intentaba aparentar ser enrollada solo por llevarse bien con ellos. Ella simplemente actuaba acorde con sus ideales, sin importarle lo que los demás pensaran.

-Hola Norah- saludaron al unísono los jóvenes. La mujer cogió un libro de Historia de la Magia que había dejado sobre una mesa camilla y se dirigió a los asientos al lado de la ventana, para leer. Pocos minutos después de que empezase con su lectura, Hermione pareció dudar si dirigirse a la morena.

Desde el día en el que Norah se había molestado con Hermione por insistir demasiado en el tema de los ángeles, la joven se había mantenido alejada de la nieta de Dumbledore. Después de charlar con Remus y Sirius se había sentido avergonzada por su comportamiento, y a la gente como Hermione, acostumbrada a tener siempre la razón, siempre les cuesta mucho disculparse. Pero al ver a la mujer allí sentada, la castaña debió pensar que no encontraría otro momento mejor para hacerlo. La noche anterior había estado hablando con Harry de lo mal que se sentía por lo ocurrido, y su amigo, al verla indecisa, se levantó y dándole la mano a la castaña la acompañó hasta la ventana

-Norah- susurró con la cabeza gacha- ¿te molesto?- la aludida levantó la vista de su libro y observó a Hermione con la mirada azul penetrante que había heredado de Dumbledore.

-Para nada, dime.

-Yo, verás... es que...- la joven Gryffindor se retorcía las manos nerviosamente.

-Sentáos- pidió Norah y dirigiéndose a Hermione añadió- y respira hondo, no quiero que te rompas los dedos- añadió con una sonrisa.

-Yo quería disculparme por lo del otro día.

-¿El otro día? ¿Qué pasó?- preguntó ella perpleja.

-Siento mucho haberte molestado con lo de los ángeles. Lo que pasa es que es un tema que me fascina y siempre había soñado con conocer a uno. Cuando tu apareciste vi esa posibilidad y como soy demasiado impulsiva no pensé en que podría molestarte. Lo siento mucho, prometo que jamás volveré a mencionar el tema.

Hermione dijo todo esto de carrerilla, sin pararse siquiera a respirar. Cuando acabó bajó la mirada pareciendo sentir un repentino interés por los cuadros de su falda.

-No hay nada que perdonar. En parte es culpa mía también- dijo Norah- No tengo que culparte a mí de mis traumas. Verás Hermione, por cosas que ocurrieron en mi pasado el tema de mi naturaleza ángel se hace muy doloroso para mí. No es algo de lo que me guste hablar. Pero espero que algún día pueda, y cuando eso ocurra, te prometo que hablaremos todo lo que quieras, hasta que te duela el cerebro por tanta información. ¿Vale?

-Entonces... ¿amigas?- preguntó la joven esperanzada. Desde que Harry les había contado lo que hizo para salvar a la madre de Ron, la había admirado mucho.

-Nunca hemos dejado de serlo- contestó Norah también sonriendo.

Con una sonrisa de oreja a oreja que le llegaba hasta la mirada Hermione volvió a la alfombra donde los demás jugaban al snap explosivo. Sin embargo, Harry permaneció sentado, observando a Norah con aquella mirada prematuramente adulta que le caracterizaba.

-¿Ocurre algo Harry?- preguntó la morena, divertida.

-Quería hablar de lo que dijiste ayer. Acerca de que Snape y yo nos parecemos.

-No te habré creado un trauma con eso ¿verdad?- preguntó Norah con una mueca, lo que hizo reír al moreno.

-No te negaré que al principio consideré seriamente la posibilidad de colgarme. Pero después...- continuó recuperando la seriedad- me di cuenta de algo.

-¿De qué?

-De que tal vez nadie conozca realmente al profesor. Quiero decir, desde que estoy en el colegio me ha hecho la vida imposible. He perdido más puntos para mi casa por su culpa que todo el colegio junto. Y sin embargo, no sé como, siempre ha estado allí para ayudarme, aunque no demasiado, no fuese a empezar a caerme bien.

-No hace mucho que lo conozco, pero creo que Severus siempre hace lo mismo. No deja que nadie se le acerque demasiado. Pero por qué me cuentas esto.

-Quería preguntarte ¿Crees que hay alguna forma de "desconectarme" de Snape? Quiero decir, algo así como aceptar el pequeño Snape que hay en mí y desconectarme.

Norah rió ante las ocurrencias del muchacho- No sé que decirte Harry, es posible que algún día deje de ocurrirte y puede que siempre mantengas cierto grado de conexión con Severus. Es un tema acerca del que no sé demasiado. Quizás en la biblioteca encuentres algo de información.

-Llámame catastrofista, pero como el vínculo dure para siempre, a Sirius es capaz de darle un yuyu.

-No sé por qué, pero no me extrañaría- rió Norah y después recuperando la compostura- Harry, ¿puedo preguntarte algo?

-Claro.

-Sirius... ha sufrido mucho ¿verdad?

-De eso sabe más Remus, pero yo creo que sí. El Sirius que muestran las fotos de mis padres era mucho más alegre y divertido. Más despreocupado. Desde que salió de Azkaban no ha vuelto a ser el mismo. Doce años en la cárcel cambian a cualquiera, más si eres inocente.

-Sí, aunque él resistió mucho más que cualquier otro. Es admirable.

-Sí, lo es- Harry sonrió con nostalgia- Aunque siempre he soñado con mis padres, en realidad Sirius es la única figura que he podido considerar como tal. Es una gran persona, siempre está ahí para los que le importan.

Un silencio incómodo se estableció entre los dos. Tanto Norah como Harry estaban inmersos en sus pensamientos, hasta que sonriendo Norah habló de nuevo a Harry.

-Oye, la máscara de tu padrino ya está acabada. Solo le falta el nombre. ¿Se te ocurre alguno?

-No sé... Siempre que nos hemos querido comunicar, como ni Padfoot ni Sirius valían, utilizábamos Snuffles.

-¿Snuffles? Me gusta.

En aquel momento la puerta de la sala común de Gryffindor se abrió, dando paso a Remus, que lucía apurado. Con la mirada rastreó la habitación hasta que en la ventana encontró a quien buscaba.

-Norah, Dumbledore nos ha convocado a una reunión. Es urgente, Severus se ha comunicado.


En el despacho de Albus Dumbledore se habían reunido varios miembros de la Orden del Fénix. Habían sido convocados Remus, Sirius, Tonks y los cuatro enmascarados, si bien Mike permanecía un poco alejado de sus amigos. Sirius, por su parte, observaba a Norah de reojo, la cual parecía estar más interesada en los dibujos de la alfombra que en lo que Dumbledore estaba diciendo.

-Severus ha enviado una nota- explicó el anciano director- Esta noche un pequeño grupo de mortífagos planean atacar Azkaban para liberar a algunos de sus miembros. Tenemos que ir allí para impedírselo. La libertad de esos hombres, entre los que está Lucius Malfoy, podría significar un gran avance en los planes de Tom.

-¿No somos demasiados pocos?- comentó Tonks.

-No. Según la información de Severus, tan solo irán cinco o seis mortífagos. Además, yo os acompañaré por si acaso consiguen liberar a algunos de los encarcelados para que se unan a la batalla. Creo que con siete bastará.

-Ocho- dijo Sirius.

-Sirius, ya sabes que no debes...

-Su máscara está lista, profesor Dumbledore- comentó Samara, ya no hay ningún motivo para que Sirius se quede en el castillo.

-Sí- apoyó Dan- Además, por lo que he oído, su presencia nos será de gran ayuda.

Aquellos comentarios solo hicieron incrementar la rabia de Mike, que resopló en una esquina.

-Está bien- admitió finalmente el anciano- Seremos ocho.

Cualquiera que se hubiera fijado en Sirius en aquel momento habría visto como sus ojos adquirían un brillo renovado, ante la perspectiva de salir del castillo, aunque en realidad solo una persona lo vio (N/A: adivinad quien XP)

-Bien, eso es todo. Saldremos en dos horas- anunció el director.

En el momento todos se levantaron para salir del despacho, excepto Remus, que se quedó un rato más.

-¿Ocurre algo Remus?

-Me alegro de que por fin haya dado su permiso para que Sirius participe en la acción. Empezaba a sentirse igual que antes de la noche en el Ministerio de Magia.

-Ahora que va a estar disfrazado, no hay ningún motivo para que lo mantenga en el castillo. Yo solo buscaba protegerlo de las fuerzas del Ministerio. Sé que Sirius es un gran mago, habría dado un gran auror, y estoy seguro de que en activo nos es de más ayuda que encerrado en el castillo.

-Estoy de acuerdo ¿Y usted como está?- preguntó observando con aquella mirada dorada amable que lo caracterizaba, al director- Cómo van las cosas con Norah.

-Mejorando- replicó Dumbledore con una mueca irónica- Al menos hoy no me ha gritado, simplemente ha hecho como si no existiese.

-Tenga paciencia. Pronto se arreglará.

-Últimamente todo el mundo me viene con la misma cantinela.

-A que fastidia ¬¬.

Dumbledore sonrió melancólicamente y observó divertido a su antiguo alumno- Duele probar mi propia medicina, tengo que reconocerlo.


Después de salir del despacho, Dan, Norah y Sam vieron dolidos como Mike se escabullía lo más pronto posible en dirección a la torre de Gryffindor, a paso ligero. Los tres estaban muy extrañados por el comportamiento de su amigo. Era extraño que de repente mostrase aquella actitud hosca con ellos. Aunque Mike siempre había sido un chico serio y rígido, con ellos era distinto, les contaba todo y hacía bromas con los tres. Pero ahora todo había cambiado.

-No he podido hablar con él de lo que ocurrió- comentó Norah- Es más, creo que me ha estado evitando.

-No os preocupéis chicas- animó Dan- Estoy seguro que de aquí a un rato recapacitará y vendrá a hablar con nosotros.

-Lo malo es que precisamente ahora no tenemos tiempo para arreglar la situación, tenemos que prepararnos para esta noche.

-Hablando de eso, tenemos que ir a recoger la máscara para Sirius- dijo Dan.

-Yo me encargo de llevársela- se ofreció Norah, y ante la mirada inquisitiva de sus amigos añadió- Tengo algo que hablar con él.

-Bien, pero recuerda- dijo Samara bromeando- Cuenta hasta diez antes de transformarle en un inodoro ¿vale?

-Ja, ja, muy graciosa ¬¬.

Dan y Samara permanecieron parados en el pasillo viendo como Norah se alejaba.

-¿Has pensado en lo que nos contó?- preguntó Samara finalmente cuando su amiga hubo doblado la esquina del corredor.

-No he parado de hacerlo desde esta mañana. Y sigo sin entenderlo del todo.

-Entiendo lo que dices. Dumbledore no parece de esos.

-No sé, pero creo que en todo esto hay gato encerrado.

-Tendremos que investigarlo.

-Sí. La lástima es que le prometimos a Norah no hablarlo con nadie, y menos aún con Dumbledore.

-Habrá reaccionado en algo, pero sigue siendo tan terca como siempre.

(N/A: a que ahora mismo algunos estáis pensando en torturarme hasta que diga la conversación... Jis jis jis... Tendréis que esperar un poco más, lo siento XP)


Los jóvenes Gryffindor estaban en la sala común intentando acabar las tareas que les habían enviado para las vacaciones. Bueno, más bien, Hermione hacía las tareas y los demás le "consultaban" dudas.

-Que alguien me recuerde por qué esto es más divertido que cualquier otra cosa- se quejó Ron.

-No es más divertido- replicó Hermione- Tan solo es lo que tenemos que hacer.

-¿Y desde cuando te hacemos caso en los temas de estudio?

-Desde que no hay nada mejor que hacer.

-Vosotros dos no empecéis a discutir- pidió Harry.

-Déjales- dijo Ginny- Al menos nos entretendremos.

-Eso tú- murmuró Neville- Con la suerte que tengo se liarán a maldiciones y una me alcanzará a mí.

Todos estaban riendo del comentario de Neville cuando la puerta que daba entrada a la sala común se abrió dando paso a un Sirius sonriente.

-Hola chicos ¿cómo os va?

-Mejor que a ti no, por lo que se ve- dijo Harry, mientras se acercaba a su padrino- ¿Qué ha pasado en la reunión? ¿Buenas noticias?

-No os puedo contar mucho. En realidad no son buenas noticias. De hecho, hemos sabido de un ataque esta noche.

-¿Y entonces qué te hace tan feliz?

-Que esta vez voy a poder ir.

Sin embargo, Harry no reaccionó como Sirius esperaba. Su rostro se volvió sombrío y la luz de sus ojos se apagó. El animago notó esto y lo arrastró hasta una esquina para poder hablar.

-¿Qué ocurre Harry? ¿No te alegras por mí?

-¿Cómo quieres que me alegre de que por fin puedas ir a una misión en la que te maten?- al darse cuenta de lo que pasaba el rostro de Sirius se volvió grave. Harry, desviando un poco la mirada por la vergüenza añadió- ¿Y qué pasa si te ocurre algo?

-Tendré cuidado, te lo prometo.

-La última vez casi te mueres.

-Mira Harry- suspiró Sirius- siempre hay el riesgo de que algo le ocurra a alguien del equipo, pero es algo que tengo que hacer. Si hay algo que pueda hacer para evitar que Voldemort llegue hasta ti voy a hacerlo. Y evitar que recupere más poder es una de esas cosas.

-Solo ten cuidado ¿vale?- pidió Harry finalmente.

-Eso está hecho pequeñajo.

Revolviéndole el ya de por sí rebelde cabello a Harry, Sirius se despidió y subió por las escaleras en dirección a su cuarto. Harry permaneció al pie de la escalinata, quieto, observando el lugar por el que se había ido su padrino, intentando no pensar en lo que haría si algo le pasaba otra vez.

-¿Ocurre algo Harry?- la voz de Norah lo sacó de sus pensamientos.

-Ah... Hola. No, no pasa nada.

-¿Seguro?- la mujer lo observaba preocupada.

-Sí, no te preocupes.

-Bueno ¿Has visto a tu padrino?

-Acaba de subir a su cuarto.


Celesti subió por las escaleras siguiendo el camino de Sirius. Harry no pudo dejar de notar que llevaba un bulto en las manos.

-Adelante- la voz de Sirius se dejó oír al otro lado de la puerta y tomando aire profundamente Norah entró en la habitación.

Sirius sonreía cuando entró, pero al comprobar quien era sus ojos se abrieron de la sorpresa. Desde el día anterior no habían hablado y la actitud para con él por parte de ella durante la reunión había sido bastante fría. Estaba intrigado por lo que podía pasar ahora y Norah había vuelto a ponerse aquella máscara indescifrable que usaba para esconder sus sentimientos.

-Ho... hola- balbuceó el animago.

-Hola. Venía a traerte esto- dijo ella mostrando el bulto que llevaba en sus manos- Me alegro de que esta vez te dejen participar- dijo sin ningún atisbo de sentimiento- Bueno, te dejo para que te la pruebes.

Se dio la vuelta con intención de marcharse, pero dando un par de zancadas Sirius la alcanzó y la agarró del brazo.

-Espera- pidió con voz ahogada. Ella se giró y le observó inquisitivamente.

-Yo...- siguió Sirius- Quería hablar de lo de ayer.

-Sirius...

-No, escúchame antes. Sé que no debí haberte presionado, fui un imbecil. Lo que pasa es que no me gusta verte así.

-Sirius espera- Norah le puso un dedo en los labios al animago para hacerle callar- Soy yo quien tiene que disculparse. Últimamente he estado haciendo mucho el imbécil. No debí focalizar la rabia que tengo por Dumbledore en ti. Sé que no tienes ningún plan macabro confabulado por mi abuelo para acercarte a mí.

Sirius pareció meditar la situación confuso, para finalmente decir- Así que todo solucionado?

-Si tú me perdonas sí.

-Eso está hecho- el animago sonrió ampliamente.

-En fin, que espero que te guste la máscara- Norah volvió a girarse para marcharse, pero una vez más Sirius la detuvo.

-Espera ¿Estás bien?- ella lo miró extrañada.

-¿Por qué no habría de estarlo?- Sirius inspiró hondo

-Sé que soy un poco idiota al sacar este tema justo después de haber arreglado lo de ayer, pero no me gusta verte así. Aunque creas que no se nota yo veo como se te entristece la mirada cada vez que alguien menciona a Dumbledore. Yo solo quería ayudarte.

-No se me entristece la mirada- replicó Norah ofendida, al pensar siquiera en que ése le hiciera ponerse triste.

-Ni tu misma te das cuenta. Pero sí.

-No es verdad.

-Sí lo es- insistió Sirius poniendo las manos en los hombros de la chica y mirándola fijamente a los ojos. Durante unos instantes mantuvieron una lucha de miradas.

-Y qué si así fuera ¡¿Y a ti que te importa?!- Sirius la observo extrañado, como si lo que acabase de preguntar tuviese una respuesta obvia.

-A mí me importa todo lo que te concierna.

Norah no se esperaba aquella respuesta y se quedó estática hipnotizada por los ojos del animago. Al conectar sus miradas, algo parecido a lo de unos días ocurrió. Una descarga recorrió sus espaldas y todo lo que les rodeaba desapareció de su mente. Solo se veían el uno al otro.

Casi sin darse cuenta sus rostros se fueron acercando hasta que sus labios se unieron en un tímido beso, que apenas duró unos segundos. Después se separaron un poco y Sirius volvió a acercarse a ella, acariciándole el rostro.

-Sirius espera...- Norah lo detuvo- Esto no está bien.

-¿Por qué?- el animago parecía confundido y decepcionado. Por unos instantes había creído que iba a explotar de alegría, cuando notó como Norah le respondía al beso.

-Esto no está bien... Quiero decir, yo no estoy bien. Tú... bueno, yo...

-Entiendo lo que quieres decir- sonrió él divertido- ¿Pero por qué eso está mal?

-Porque te estaría utilizando. Mira, hay cosas en mi pasado que aún no estoy preparada para contarte y sería muy egoísta si te pidiera que te quedaras conmigo en una relación que no va a ser sincera. Yo...

Pero Sirius la hizo callar poniéndole un dedo sobre los labios, tal y como antes había hecho ella- No me importa. Sé que tienes muchos secretos, pero eso no me ha impedido enamorarme de ti. No necesito saberlo todo ahora, esperaré a que tu estés preparada para contármelo. Solo quiero estar a tu lado. Si en el fondo de tu corazón realmente sientes algo por mí, por favor, no lo eches a perder por esto.

Sirius observó intensamente a la mujer de la que se había enamorado, como si sus azules ojos intentaran leer su alma, pero no era capaz de adivinar lo que la joven le iba a responder. Pasaron unos instantes que al animago le parecieron eternos, y cuando Sirius ya se iba a retirar, una mano le detuvo.

Casi sin darse cuenta sus labios se juntaron de nuevo, esta vez de forma más intensa, demostrándose en ese beso todo lo que no podían decir sin palabras.


Y aquí lo dejo por hoy. ¿Os ha gustado? Espero que sí ¿Son cosas mías o Norah se ha pasado medio capítulo disculpándose? Bueno, al final todavía no se sabe por qué Norah odia a Dumbledore, pero paciencia, pronto se sabrá. Además, espero que el último párrafo os haya hecho olvidar pequeños detalles como ese. Que más... ¿qué tal va Mike en las encuestas de popularidad? Definitivamente se le cruzó el cable. Esperemos que recapacite. He metido a los adolescentes porque me di cuenta de que hacía tiempo que Harry & Co no aparecían, además, los necesitaba para ciertas cosas. ¿Qué os ha parecido? En fin, que como siempre, dudas, comentarios... todo menos virus de ordenador son bien recibidos. REVIEWS PLEASE.