Me volví a perder parece...¿Qué sala es esta?
Giro asombrada alrededor de mi misma para apreciar lo más que pueda.
No hay nadie aquí salvo ....oh! qué pájaro más raro y triste (si, yo soy más triste aún...¬¬) pareces medio enfermo...le empecé a acariciar con mis manos frías de espíritu y él tiritaba ¿qué pasa pajari...? OH! ...
...BUAH! lo maté! Ahora soy una asesina...- y paso por una hora de soliloquio de autocompasión y baja de autoestima (si es que puedo tener menos autoestima aún)- Sin embargo- medito- ¿porqué alguien se tendría que enterar de que yo lo maté?
Así, mi ánimo sube, mi autoestima no, y me dedico a intrusear un rato. Boto casualmente un libro "Crónicas de los Boggarts", él cual leo hasta que escucho que se abre la puerta principal de la habitación. Vuelo sin mirar a donde y de pronto todo oscurece.
- Qué desordenado soy, olvidé este libro en el suelo
- Mierda...es Dumbledore, estoy en su despacho -pienso.
Siento la presencia de otro a mi lado. Yo miro a través de un hueco entre las bisagras y no presto atención a mi compañero.
- No salgas hasta que Dumbledore se vaya- le digo bajito
Noto que él es demasiado callado y volteo mi cara para mirarlo. No hay nadie a mi lado. Hay algo a mi lado. Una olla de piedra con humo caliente. Es, en realidad, de mi misma temperatura. De mi misma composición. De mi mismo color. Y yo empiezo a girar igual que él, lentamente pero cada vez más rápido, no puedo controlarlo, por que es un torbellino como cuando tiran la cadena en mi retrete...pero esto no era lo mismo así que no me confié, no me dejé caer; me aferré al borde de la olla, pero ya era demasiado tarde; lo atravesé, suelo olvidar que estoy muerta, no puedo fríamente aceptar...
...Eso no fue un WC definitivamente. ¿Qué habrá sido eso? Aquí sentía todo distinto. Me paré del suelo, me sacudí el polvo...esto era muy extraño.
"Esta escalera me parece conocida...al parecer, aun estoy en Hogwarts. Pero de todos modos no sé donde estoy exactamente, pero esto parece un deja vú. Averiguaré donde estoy. O ¿para qué? Mejor me voy directamente a mi baño."
Salté. Me tiré de cabeza al piso...y no supe más.
Desperté. La cabeza me dolía endemoniadamente.
BUAH! - me puse a llorar con toda mi alma y sin mucho esfuerzo -¡No pude atravesarlo...y me duele! -entonces, noté que no estaba sola. Había un chico de pie a mi lado que no sabía si ayudarme o no, o no sé si en realidad quería ayudarme ¬¬.
- ¿Vienes a reírte de mí? ¿por qué no pude atravesar un objeto? -me di cuenta que el chico nunca tuvo intenciones de algo porque nunca me estuvo mirando. Estaba de pie rígido a mi lado, serio, extremadamente serio, ni siquiera me vio cuando yo le hablé. Era un antipático -¿Es que soy tan fea que no quieres mirarme? ¡No te hagas el tonto! Yo te voy... -y sentí un hielo gaseoso que me congelaba hasta las entrañas cuando el chico atravesó mi cuerpo -¿¡Qué?!
"Estoy ...¿viva?"
Miré mi mano. "No puede ser, ¡como!" balbuceé, sintiendo mi mano sólida; viéndola blanca y no transparente. Entonces me llevé un dedo a la cara y acaricié...tomé una lágrima de mi mejilla. La probé. Estaba tibia.
- Niña párate. Una señorita no debe sentarse en el suelo con las piernas abiertas.
- Oh, lo siento -me puse de pie. Quien me hablaba pude reconocerlo como el Fraile Gordo.
- ¿Porqué estás llorando? -me preguntó con voz de abuelito, poniendo su mano en mi hombro -Cuéntame tu problema y así, quizá, juntos podamos encontrarle solución.
- Es que..no sé que hago aquí.
- Supongo que estudias aquí en Hogwarts ¿no? ¿cuál ees tu problema?
- Es que un chico me atravesó y yo...
- ¿Te dio miedo? No llores, niña, vas a tener que habituarte, es muy frecuente ver almas en pena rondando el colegio, apuesto a que eres nueva.
- Bueno, de cierta forma...
- ¿Estás perdida? ¿quieres que te acompañe a algún sitio?
- Al segundo piso, podría ser...?
En realidad, puede haber sido un espíritu, se veía bastante poco nítido, ahora que lo pienso, descartando la posibilidad de que fueran los efectos del golpe que me di. Era algo bizarro el hecho de que alguien me atravesara, ahora puedo saber que se siente de lo más extraño =| . En todo caso, el tipo, como espíritu, fue bastante antipático; ni una señal de buenos modales, le fui indiferente.
- ¿Querrías ir al baño a lavarte la cara?
- Si, sería una estupenda idea - dije entusiasmada ante la idea.
- Cualquier problema, cualquier cosa que necesites, yo, el Fraile Gordo, estaré ahí para ayudarte ¡buena suerte! - y se esfumó como yo lo hago siempre.
"Tan vacío como siempre...un momento, creo que no está vacío y ellos..."
- ¿Qué hacen aquí? Para que sepan este es un baño de chicas y es MI baño así que SALGAN!
Era una tropa de viejos con caras de funeral que invadían mi territorio. Esto me indignó obviamente, además del hecho que tampoco me hicieron caso. Me acerqué a ver que ocurría.
Presencié una escena de la que había escapado hace años y por tal motivo no pude presenciar, debido a que en ese momento mi alma había empezado a vagar por el colegio en vez de dirigirse a su descanso eterno como todas las demás. No necesité verlo de frente para saber que era mi cuerpo que estaba ahí recostado sobre la camilla que cargaban los hombres; si, eso que estaba viendo ocurrió momentos después de mi muerte. Parecía que eso no me había causado sorpresa alguna, y era por que estaba shockeada.
- El cuerpo yacerá aquí en Hogwarts - dijo el más anciano ¿quién es ese tipo?- Lo llevaremos a un ataúd y permitiremos, antes de que sea enterrado, que los padres vean su cadáver. Síganme, señores.
No es necesario aclarar que no entendía nada de lo que ocurría a mi alrededor y por que estaba ahí, en ese momento; ¡y viva!.
Los seguí por las escaleras, sintiendo un revoltijo que había olvidado, cuando las escaleras se empezaron a mover y yo miré hacia el vacío; la primera vez en 53 años que sentía vértigo. A veces me despistaba al tener que seguirlos, y me atrasaba, por poco y no alcanzaba a abordar la escalera. Eso ocurrió en el tercer piso, al distraerme al ver al joven y al profesor Dumbledore hablando con cara de gravedad; no había nadie más aparte de ellos y nosotros. El colegio estaba inerte.
Íbamos subiendo. Llegamos al cuarto piso. El hombre que lideraba al grupo a mi lado miró fue recibido por la enfermera con una expresión de preocupación. Se apresuró hacia ellos; sin ningún preámbulo, saludo, nada por el estilo, la enfermera acercó su boca a una pared y le susurró algo. Los ladrillos se hicieron polvo formando un arco por el cual los hombres entraron. Dentro de aquella pieza estaba mi ataúd; de madera roja, muy bien pulido. Me puse en su cabecera, esperando a que mi cuerpo llegara al lugar del cual no se movería jamás desde que tocara las suaves mantas blancas del ataúd al ser depositado. Aquel hombre dirigió una oración por mi alma.
- Señor, bueno, desde que a ocurrido esta desgracia nadie se garantiza a salvo en Hogwarts...
- O sea, ya no es el lugar más seguro del mundo mágico
- ¿Qué será entonces del destino del colegio? -terminó el primer hombre que habló.
- Creo que con mucho pesar -empezó a decir aquel anciano lentamente ("ya lo recuerdo, este tipo es el Armando Dippet, se ve mucho mayor de lo que lo recuerdo") -el colegio deberá cerrar sus puertas mientras no encontremos al culpable.
El silencio, entonces, fue desesperante. ¿Así que todo esto por causa de mi muerte? Que divertido. Pero se quedaron mucho rato discutiendo ahí adentro, y ya no fue más divertido; me quedé media dormida sentada con la cabeza apoyada en la pared, y cuando desperté ya se habían ido, y yo me había quedado encerrada allí adentro. No hallaba como salir. La pared estaba sellada, tampoco había escuchado la contraseña, maldita sea, no se me ocurrió. Y me eché a llorar por si alguien me escuchaba, pero ¿quién lo haría? La roca se veía tan firme, además, no escucho nada de afuera. De todos modos, hasta el momento, el único que me había escuchado, o mejor dicho, advertido mi presencia, había sido el Fraile Gordo. Mi única opción era esperar a que apareciera en algún momento, pero a lo mejor tendría que esperar toda la vida. Que esperanza sería esa, él esta muerto, tampoco podría sacarme. Me acurruqué en un rincón a llorar como la niña que soy, como todas mis fuerzas como sólo yo sé hacerlo.
"¿Y si se me acaba el aire? Justo ahora que estoy viva ¿dónde vagará mi espíritu si muero?"
Ya desde entonces sentía que me moría, como si hubiesen pasado horas. Me agoté de llorar y me puse de pie, y empecé a observarme, o sea a mi cuerpo. Parecía feliz. Quien me viera. No, que equivocado estaría quien así pensara. Nunca fui feliz. Tampoco de muerta. Pero ha pasado tanto tiempo desde entonces, quien sabe si mi cuerpo sonrío al saber fugazmente que le esperaba otra vida a mi alma, que daría un vuelco todo lo que antes había sufrido...o quizá sólo se alegró del hecho de tener que dejar de soportarme ¬¬.
"Por suerte" aprecié "esta pieza está iluminada con ánforas porque...detesto la oscuridad" y sollocé de miedo. Pero volví a apreciar mi cuerpo, y acaricié con ternura mi cara, antes de que arruinara mi piel (imposible una cara más fea) el proceso de putrefacción. Pobre de mí. Y recordé...
...Cuando mis compañeros me molestaban. Cuando escondían mis cosas. Las chicas tomaban mi varita de la pieza y la dejaban en algún lugar donde yo no la pudiese encontrar. Un día me aburrí y volví mi varita transparente. Siempre la llevaba bajo las calcetas que usaba hasta la rodilla...
Y ahí aún estaba. Mi varita adorada. Ahora, saldré de aquí.
"Que bueno que esos cretinos no me la arrebataron"
׺°"˜`"°º×//\/\\€i~!{¤ //\//ø¥éßåRa׺°"˜`"°º×
espera sinceramente que hayan disfrutado estos dos capítulos J
