- ¿Dónde estamos?

- Querido, la pregunta es...¿a cuánto estamos?

Cuando revisé en mi mente todo lo que yo tomé por ayer me di cuenta de que había ocurrido cronológicamente mañana, pero no sabía cuanto mañana. Desperté yo primero; me dolía la cabeza, todo me daba vueltas, y se me repetía el alcohol.

- Eso se llama resaca.

- Gracias Harry. OH! estás despierto.

- ¿Qué has hecho hasta ahora?

- Tratar de recordar todo lo que ocurrió antes de despertar, desde los cohetes...

- Si es lo que salía en el capítulo pasado tienes una memoria impresionante.

- ...y acariciarte la cabeza - dije con descaro

- What?!

Me puse en pie y giré en torno a mi mismo tratando de ubicarme. El giratiempo cayó dentro del pensadero. Bien. No podemos estar mejor. ¿Cuántos giros habrá dado? Muchos giros, muchos. ¿Porqué demonios tienen que ocurrir estupideces como ésta? ¡y con Myrtle!

- sé que preferirías estar perdido en el tiempo y en el espacio con una persona que no fuera yo pero...

- No, Myrtle, no he dicho eso pero...

- Lo pensaste

- Demonios, como lo supo - pensé

- Harry, qué básico eres...¬¬ ¿No puedes decir siquiera "no, no lo pensé"? Es que ya la gente ni siquiera finge que quiere estar conmigo, pero por lo menos lo esperaba de ti, una de las pocas personas con las que he hablado más o menos de verdad, yo...

- Mira, no te vas a echar a llorar ahora. -dijo Harry impaciente

- MMmmm...no -dije en un tono orgulloso y cortante- solo te decía anteriormente que sé que puedo no ser tan inteligente como tu Hermione ni tan amiga ejemplar como tu Ron...NI TAN BELLA COMO TU CHO...PERO!

- Es lo que hay- me susurró en el oído en la forma más frívola que podría escuchar nunca de Parvati Patil, oh si. MMmm...bueno. Quizá no.

Así que ahí estaba. Mareado, no con resaca pero mareado. Con dolor de cabeza y plantados en una carretera. Antes de empezar a echar raíces, dije, será mejor que vayamos andando. Como no sabía donde estaba, fui hacia donde sea, y Myrtle me siguió como si hubiese sabido a donde íbamos, sin preguntar nada.

Media hora después de caminar en silencio, casi vimos un auto pasar volando, si no hubiesen sido muggles los que estaban dentro de él. Luego otro auto más y otro.

Recién, prácticamente cruzamos un bosque. Un bosque con una carretera al medio, por supuesto. No importaba mucho que camino tomábamos. La cosa era llegar a alguna parte. Más posibilidades teníamos estando en la ruta A270.

- ¿Dónde dijiste que estábamos?

- Mira, si vas hacia allá vas a encontrar Brighton

- What the fuck!?

- Pero si vamos hacia allá, dice ahí el letrero, que llegamos a Coldean, de ahí podemos preguntar como llegar a Lewes...

- ¿Lewes?

- Mi pueblo natal. La única ciudad aparte de Londres que conozco.

- ¿No hay otra cosa más cerca?

- Moulsecoomb

- ¿Qué es eso?

- No sé, ahí dice.

Harry se volteó para ver donde indicaba Myrtle. Efectivamente, había un letrero que decía "Bienvenido a Moulsecoomb", cayéndose por el peso del moho. Se encontraba escoltando un largo camino de tierra. Era como los típicos lugares que escogían los magos para instalarse. Si fuera así, seguramente los muggles verían ese letrero como un trozo de madera vieja, pensó Harry. Además, el camino era de tierra.

- Con suerte imagino una carreta ahí dentro. Vamos a Coldean. - y caminó en aquella dirección.

- Harry ¿vamos a ir caminando?

- ¿Se te ocurre algo mejor? creo que ni tu ni yo tenemos permiso o somos capaces siquiera de aparecernos. Tampoco tengo mi escoba, y si la supiera, tampoco sé de medidas antimuggles- pasó suficiente susto con la audición de aquel año...o bueno, de aquel presente que fue su ayer.

- Esperemos a que los muggles nos paren.

5 horas después...

- Me oxido...

- Bueno, esta será una medida desesperada.

Myrtle se subió la falda hasta la cintura y la amarró bien, se sacó la túnica y el chaleco y se amarró la camisa como un peto.

- Myrtle, estemmm...

- Cállate! si sé que soy horrible y gorda y paliducha y que no caliento a nadie pero ...pero... de lejos no se nota! supongo

- Es que no tienes...

- No tengo pues, que quieres que tenga si soy tan solo una niña.

Tiene 13 y parece de mucho menos. Hermione no tenía...bueno, no tendrá tan poco a su edad, tan poco busto, digo, no es que le esté mirando nada a ella que es casi mi hermana, casi, pero, bueno la cosa es que Myrtle es muy pequeña para su edad.

- Es que no tienes nada de nada...- pero ella no lo escuchó

- Tío ¿me lleva?

- JA JA JA JA mira a esta mocosa, de perra a su edad, si le faltan no más los pañales- dijo el camionero mientras se iba a toda velocidad.

Harry me miraba abochornado. Es que no tengo ni un espejo para inspirarme y derrochar mi personalidad, así no me encuentro. No puedo más que tirarme al suelo a llorar mi desgracia de estar ahí...

sola con Harry... 13 años. =( uu

Estamos perdidos, nadie nos va a encontrar nunca, mis encantos hacen el mismo efecto en la gente que el zorrillo con su olor, no puede ser, vamos a morir de hambre y sed y frío y...

- Ya nos pararon.

- ¿Qué hiciste?

- Dedo.

¿Quienes fueron nuestros benefactores que se detuvieron para contemplar un fenómeno infemenino postrado y estropajeado en el piso como libélula aplastada? unos chicos. Qué vergüenza, y así yo con tan poca ropa, no. Que sensuales estos muchachos tan serios, no son de muchas palabras, con un gesto apenas me indicó el conductor que subiera a su auto, un descapotable color verde limón. Es que tanta palabra rompe la magia del momento, ¿no crees Myrtle? OH! ya estoy hablando sola en voz alta otra vez, jijiji, tendré que desacostumbrarme.

[Segundos antes y mientras...]

- Hola, muñeco. ¿te place subir?- le preguntó a Harry el conductor

- Este, yo, podría ser...

- Ay, guapo, no seas tímido, yo te ayudo- dijo uno de ellos, muy happy (y muy floppy, por lo demás).

- Ay, ¿cómo te llamas?

- Potter. Este, Harry Potter.

- Harry, que lindo nombre tienes, ponte cómodo, siéntate al lado mío.

- No, ¡se va a sentar conmigo!- dijo uno de pelo rubio largo con pinta de cantante de cumbias argentino.

- ¡pero yo lo vi primero!- dijo uno que tenía el pelo cortito muy negro y sedoso, que le salía como gusanitos; tenía la cara muy blanca y los labios con brillo, tenía cara de niña.

- Pero yo quiero sentarme con él, ¡está tan mono!- los tres discutían creyendo que Harry no los escuchaba, pero mientras más lo hacían, a Harry le sudaban frío las manos y sentía un hielo que recorría su espalda, cada vez sintiéndose más pálido y azulado y rojo y morado...y rosado.

Así, fue como Bryan, Freddy, David, George y Felipe acogieron dulce y desinteresadamente a Harry; George (así se llamaba el de pinta de artista sound) agilmente se bajó del auto para recoger las "cosas de Harry", la túnica y el chaleco de Myrtle, que George tomó por propiedad del chico; quizá lo más probable es que lo haya hecho para mostrar su torso desnudo lleno de pequeños tatuajes...sound.

- ¿Se nos olvida algo, Harry? ¿eso era todo lo que traías?- pregunta Bryan, el conductor.

- ¿Y Myrtle? ¿no van a dejar que se suba?

- ¿Myrtle? ¿qué es eso, Harry? ¡dime!- dijo David, el que tenía pinta de niña, tenía la tendencia a pescar con los pulgares su polera manga larga estirándola como si tuviese frío en las manos y llevarse uno a la boca, como comiéndose la uña. Era muy saltón además.

- Oh, eso es...ella.

- Ah...ELLA- dijeron al unísono.

...

- ...OH! ya estoy hablando sola en voz alta otra vez, jijiji, tendré que desacostumbrarme.

En fin, por lo menos no se irían a pie. Además, se encargarían de "impresionar" a Harry: Bryan, amenizando el viaje con los 200 kms/hr; David, arreglándole el pelo a cada rato, sacándole y poniéndole los lentes, y probándole su chaqueta (criticando a Myrtle por lo bajo además, mirándola como niñita top a otra loser); Freddy, con la música que ponía: estaba en el asiento de adelante y se volteaba para cantarle a Harry. George creía que ya lo tenía impresionado, jurándose sutil, tenía un brazo alrededor del cuello de Harry y jugueteaba con su oreja, y Felipe, un negro musculoso de 1,90 por lo menos, tenía su mano en la pierna de Harry.

...y Harry tiritaba.

¿Harry tiritaba? ¿qué hacía ahí Harry? sentirse como un pavo recién servido al que se lo van a comer, y eso, parecía un trozo de carne rodeado de perros hambrientos, o perras hambrientas...y Myrtle, Myrtle monologando, y si no monologa me mira deseosa que no me imagino, habría sido mejor sentarse con Myrtle, ¿por qué no me senté con ella? capaz que le hubiesen quemado el pelo o algo estas víboras, pero ¡qué me importa! lo que sea ¡que me los saquen de encima!

Anocheció de repente. Harry cabeceaba. Temía hacerlo, con todas sus fuerzas trataba de seguir tenso y bien despierto, pero mientras más lo hacía, más se agotaba. Mal que mal es solo un niño, se dijo George, y obligó pero delicadamente a Harry, a que apoyara su cabeza en su hombro. Rápidamente, cayó en sus sueños.

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Epílogo del Capítulo

- Harry ¿cómo estás?

- Shhhh, Bryan, niña, que está durmiendo

- Oh, pobrecito, debe estar agotado...

- ¿Lo dejamos en Coldean...o no?- dijo Felipe con malicia.

- Si. Es muy pequeño para Woodstock.

- ¿Y...esa?

- "Si, Myrtle, recuerdo que me dijo la Dama Gris, debes tener estrías aparte de telarañas"- decía lejana.

- ¿Seguros que duerme Harry?

El auto se detuvo en medio de la carretera prolija de otros vehículos. Harry no tenía por qué darse cuenta ¿no? ¿para qué despertarlo por detallitos?

Listo. Ahora llevaban un lindo equipaje vestido con ropas de Hogwarts que lloraba a gritos dentro de un portamaletas con un hechizo de insonoridad.