Disclaimer: Nada de esto es mío, todo es de J.k. Rowling. Bueno, salvo la historia y los personajes, hechizos y lugares no conocidos, eso es todo invención de mi loca imaginación. Espero que os guste.

Nota: Que conste que esta historia es ligeramente AU pese a que se basa en todo lo que sabemos de los 5 libros, si los 5 es la continuación de la Orden del Fénix, así que si no lo has leído y continúas no protestes si encuentras Spoilers. Además los personajes son bastante OCC, osea, que se comportan bastante diferente que lo que Rowling haría (obviamente yo no soy J.K...). UY, que nota más larga me ha salido...

Y este capítulo va dedicado a... todos por lo majos que sois.

La Traición de la Luz

Capítulo 6 ~ Las palabras del Fundador: Hogwarts, una historia.

Alexander abrió el libro de la hermosa serpiente de plata y buscó la cinta verde plateada que servía de señalador. Una vez encontrado el lugar dónde había parado la lectura el día anterior al irse a dormir, retomó la historia.

"Cuando volvimos juntos a Inglaterra llevábamos en mente la idea de crear algún lugar donde los niños y niñas mágicos pudieran aprender todo lo necesario para sobrevivir en el mundo a lo largo de sus vidas. Para eso necesitábamos ayuda de alguien. Enseguida pensé en una compañera de juegos y regaños que había tenido durante mis estancias en el castillo de Gales. Ella era Helga Hufflepuff. Era una experta en Curación, Herbología e Historia de la Magia. Siendo unos pocos años menor que yo, siempre la recordaré como a la niña de carácter dulce y leal que tenía una de las más grandes determinaciones que me había encontrado jamás.

Al encontrar por fin a Helga en una reunión de Curadores en Jorvik (York) descubrí que la bonita adolescente que había visto la última vez que mi camino me llevó a las cercanías de su hogar se había convertido en una hermosa joven mujer pelirroja. Tras contarle nuestra idea se entusiasmó, empezó a ofrecer ideas y sugirió el sitio ideal para situar la escuela. Hacía poco un tío abuelo suyo había muerto dejándole como herencia un destartalado castillo en las Tierras Altas de Escocia, sólo tendríamos que adaptarlo a nuestras necesidades. También nos aconsejó que añadiéramos otra persona para hacer par nuestro número. Así conocimos a Rowena Ravenclaw. Ella era una dama noble que habitaba en la corte de uno de los reyes de la heptarquía sajona. Hasta pocos años antes su familia estaba formada por pequeños terratenientes y ahora era una de las más influyentes entre los nobles sajones.

Rowena era rubia, con los ojos azules centelleantes. Su inteligencia me deslumbró cuando la conocí. Era muy sencillo hablar con ella, siempre parecía sabe que decir para hacerte sentir bien. Era una experta en encantamientos y aritmancia, y nunca fui capaz de entender algunas de las cosas que explicaba en conversaciones sobre teoría mágica.

Dividimos el colegio en cuatro casas que llevarían por nombre nuestros apellidos. Cuando terminamos los arreglos nos dimos cuenta que necesitaríamos alguien para que diera clases de adivinación, cuidado de criaturas mágicas y de costumbres del Mundo Mágico. Rápidamente pensé en mi viejo tutor: Orión Malfoy. Le mandé una lechuza y aceptó inmediatamente. Así fue como el uno de septiembre del año 997 el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería abrió por primera vez sus puertas.

Los primeros alumnos eran pocos, apenas llegaban a la cincuentena (50) Helga tuvo trece alumnos, lo mismo que Godric. Rowena y yo acabamos con una docena cada uno. Ese año fue tranquilo y fructífero. Tanto los alumnos como nosotros estábamos contentos. El siguiente fue bastante igual a su precedente hasta Noviembre. Estábamos en plena cena cuando Argenteus (Latín: de plata), el fénix de mi familia, llegó con su plumaje de brillante plata empapado en sangre. Este hecho causó no poco revuelo entre nuestros alumnos que en su mayoría reconocieron que clase era. No traía carta alguna. Sin dudar ni un momento decidí partir al castillo de mi familia en Gales, dónde estarían en esta fecha del año. Godric decidió venir conmigo, preocupado por cual pudiera ser el destino de mi familia, a la que había conocido unos años antes, la última vez que pasé por mi hogar.

Como ya he dicho, habían pasado varios años desde mi último contacto con mi familia. Había sido para el vigésimo cumpleaños de Gina. Cuando nos acercamos a los terrenos Slytherin en Inglaterra supe que algo iba definitivamente mal. Los ricos campos de cultivo estaban ennegrecidos por el fuego. Mientras avanzábamos hacia la oscura mole del castillo en contraste al fuego de los campos en llamas que lo rodeaban, encontramos al que identifiqué como el maestro de armas de mi padre. El hombre estaba casi muerto por la perdida de sangre.

"Mi Lord..." dijo al reconocerme cuando me acerqué. "Todos muertos... mi señor... Vuestro padre...vuestra madre...vuestra hermana... Los vikingos... atacaron durante la noche... inesperado... una bruja estaba con ellos..."

Si dijo algo más yo ni siquiera lo escuché, trataba de procesar que mi familia, mi queridísima familia estaba muerta. Entré en shock todo en lo que podía pensar era en que debía entrar en el castillo y comprobar si era verdad. Una vez en el interior del castillo encontramos los cuerpos mutilados de mi familia.

Godric me sacó de allí ya que yo no hubiese podido hacerlo por mí mismo. Algo se rompió en mi interior esa noche, desde que nací había contado con el ancla que me proporcionaba mi amada familia, por mucho que viajase siempre podía volver a casa y mi padre me estaría esperando a la puerta para darme la bienvenida y que le contase mis viajes y descubrimientos, o encontrarme con el fuego encendido y un aún más cálido abrazo de mi madre, o mi queridísima Gina que me molestaría interminablemente por no haberme casado todavía pese a tener cuarta y dos años. Pensar que un nunca más volvería a verlos, a oír sus risas o escuchar sus sermones me destrozaba.

Después de los entierros, empezar las reparaciones y hacer inventario de las perdidas, partimos de vuelta a Hogwarts. Helga y Rowena nos estaban esperando. Al parecer Godric les había mandado una lechuza contándoles lo sucedido. No recuerdo gran cosa de ese año, que para mí fue el más doloroso de mi vida.

Los siguientes años fueron muy tranquilos, mirándolo desde mi actual perspectiva me doy cuenta que demasiado para ser bueno. La población de estudiantes del castillo creció tanto que tuvimos que contratar gente para que diese clases y nosotros tuvimos que decidirnos por una de las asignaturas que habíamos estado enseñando hasta ese momento. Helga decidió seguir dando clases de Historia de la Magia y ayudar cuando fuese necesario en la enfermería. Godric quiso permanecer dando clases de Transformaciones. La decisión de Rowena fue mantener Teoría Mágica, debido principalmente a que no pudimos encontrar ningún experto en la materia que fuese competente para reemplazarla en el puesto. Para mí la decisión fue muy complicada ya que tanto Pociones como Defensa Contra las Artes Oscuras me eran muy queridas. Al fin resolví seguir enseñando Defensa Contra las Artes Oscuras a instancias de ese pelirrojo loco con el que había fundado el colegio. Según él no podríamos conseguir que otro miembro de la Liga diera clases, la mayoría preferiría mil veces que se les encerrase en un calabozo con una quimera hambrienta que en un aula llena de niños.

Fue durante el verano del quinto año tras la muerte de mi familia cuando encontré a la que sería el amor de mi vida, Onaia. La encontré cerca del lugar dónde se encontraban sepultadas las ruinas de la antigua Pompeya muggle. La mágica aún existía. Era medianoche y la luna llena brillaba en todo su esplendor sobre el profundo terciopelo azul oscuro salpicado de resplandecientes estrellas de la cúpula celeste. Iba vestida con pantalones de montar que se pegaban a su cuerpo como una segunda piel, también llevaba una camisa de mangas anchas de color plateado. Una larga capa azul marino con una capucha que llevaba echada sobre el rostro cubría parcialmente el conjunto. Tanto su postura como todo su atuendo gritaba que era alguien con quien no se debía jugar, una guerrera totalmente entrenada. Cuando se quitó la capucha observé su rostro maravillado, sus facciones eran suaves, resaltando únicamente su pálida piel de nácar y sus brillantes ojos marrones con un leve tinte verdoso. Su largo pelo castaño caía en cascada hasta media espalda libre a los caprichos del viento que lo desordenaba juguetonamente. Así entre las ruinas del pasado empezó la relación entre mi amadísima Onaia de la Noche y yo. Fue tres años después de eso noche en Italia cuando nos casamos en Hogwarts. Aún recuerdo la cara de sorpresa de Rowena al descubrir que la prometido del profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras era una vampiresa miembro de la famosa y casi extinta Hermandad de la Noche.

Fue después de mi boda que todo se precipitó. Al parecer, mucho más tarde descubrí, Rowena tenía esperanzas de casarse conmigo, puesto que Godric ya tenía no sólo esposa sino dos hijos gemelos de los que siempre le oíamos hablar. No quería nuestras nupcias porque estuviera enamorada de mí o de Gryffindor ni nada por el estilo, sino porque quería 'hacerse' con los títulos y propiedades de la familia Slytherin y dar a su familia poder en el Mundo Mágico igual que había hecho en el Mundo Muggle. Empezó a crear malentendidos y desacuerdos entre Godric y yo, uno de sus argumentos para convencer a mi amigo de que me había vuelto loco era que después del asesinato de mi familia odiaba y culpaba a los Muggles y a los magos hijos de muggles de sus muertes. Murmuraba y nos hacía llegar rumores falsos. Eso duró dos años aproximadamente, hasta que en el 1013, cuando hacía 58 años de mi nacimiento, sucedió nuestra primera pelea grave en público. Fue durante una comida. No recuerdo exactamente ya lo que nos llevó a esa situación, pero acabamos por tener un pequeño duelo delante de todos nuestros horrorizado alumnos y profesores prójimos. Esa fue la primera de muchas ocasiones en las que acabamos nuestras discusiones a golpe de maldiciones. Sólo los esfuerzos de mi querida Helga nos mantenían de matarnos el uno al otro.

Fue en ese clima de tensión y agresividad en el que nació mi único hijo Sebastian, vino al mundo la tarde del 10 de enero del 1015 en medio de una enorme tormenta de nieve. El mismo año que mi primogénito cumplía los cuatro años sucedió la tragedia. Los desasosiegos se habían calmado de manera leve entre Godric y yo gracias a la dulzura de Sebastian y a la constante presencia calmante de Helga en Hogwarts. Fue entonces cuando un terrible accidente, aunque hace mucho tiempo que fuera tan casual como se dijo, sacudió a todos los habitantes del colegio. La querida Helga Hufflepuff murió trágicamente a los 61 años de edad durante un viaje a Londinium (Londres) con Rowena Ravenclaw. Según la versión que ésta nos contó, fue un accidente de escoba durante una tempestad. Me sorprendería descubrir que no fue ella misma la que la empujó de la escoba aprovechando el mal tiempo. A partir de ese momento todo fue degenerando de mal en peor. Menos de un año después yo abandonaba el colegio que había ayudado a fundar con tantos esfuerzos y esperanzas de futuro y volvía entristecido con mi esposa e hijo al melancólico castillo Slytherin que era cuna de mi familia en las Islas Británicas.

Más tarde Orión me contó que ni dos meses después de mi partida el propio Godric abandonó el castillo de Hogwarts para volver con la familia que había dejado atrás para fundar la escuela. Se fue a su hogar, dónde quiera que este estuviese ya que nunca he logrado encontrarlo por mucho que buscado... Así fue como Rowena Ravenclaw consiguió aquello que tanto anhelaba, era la directora del único colegio para los magos y su poder se incrementaba a pasos agigantados. Mientras que Godric y yo pasábamos a la leyenda como el héroe y el villano de todas las historias de la Fundación."

Nota de la autora: Sé que he tardado mucho más de lo que dije, pero solamente conseguí el ordenador nuevo la semana pasada que tenía muchos exámenes. Además estoy haciéndole un favor a mi mejor amiga pasando su historia ya que ella no puede. Es posible que para el fin de semana ya esté listo el siguiente capítulo. He decidido cambiar unas cuantas cosas que tenía planeadas para la historia, así que no os fiéis demasiado de lo que dije en los reviews de capítulos anteriores.

Veamos, las preguntas del capítulo. Este capítulo no hay preguntas. ¿Le dirá Alexander la verdad a sus amigos? ¿Cuál será la reacción al cambio de bando de Harry/Alexander?

Klerenallan's Challenge (Queeee, me gusta como suena en inglés...)

Harry es hijo biológico de Voldemort. Dumbledore lo sabe. Harry lo averigua, no importa si por su propia deducción o porque se lo dice alguien. Harry cambia físicamente, mucho o poco a vuestra elección.

Klerenallan Serpiente de Plata