N/A: Viajo al Callejón Diagon para comprar las cosas del colegio, que emoción!!!!

Capitulo 3:El Callejón Diagon.

Cuando llegamos al Callejón Diagon (que lo hicimos por medio de la red flu), el primer negocio que vimos fue uno en el que había un cartel que decía: "Calderos- Todos los Tamaños-Latón, Cobre, Peltre, Autorrevolvientes, Plegadizos." Nos dirigimos allí para comprar nuestros calderos. Salimos con dos hermosos calderos de peltre, medida dos.
Luego fuimos a Madam Malkin, Túnicas para todas las Ocasiones. Nos atendió una bruja sonriente y regordeta. Nos hizo subir a un escabel y tomo nuestras medidas. Después de unos minutos ya teníamos las túnicas, los sombreros y las capas.
Fuimos a comprar pergamino y plumas. La siguiente parada era Flourish and Blotts, donde conseguimos nuestros libros: -El Libro Reglamentario de Hechizos, por Miranda Goshawk. -Una Historia de la Magia, por Batidla Bagshot. -Teoría Mágica, por Adalbert Waffling. -Guía de Transformación para Principiantes, por Emeric Switch. -Mil y Una Hierbas Mágicas y Hongos, por Phillida Spore. -Filtros y Pociones Mágicas, por Arsenius Figger. -Animales Fantásticos y Donde Encontrarlos, por Newt Scamander. -Las Fuerzas Oscuras: Una Guía para la Autoprotección, por Quentin Trimble.

Compramos también un conjunto de balanzas para pesar ingredientes de las pociones y unos telescopios plegables de cobre.
Luego volvimos locos a nuestros padres para que nos compraran una mascota a cada una. Y lo conseguimos, a Padma le compraron un gato atigrado y a mi uno blanco.
Y lo que nos faltaba era Ollivander, el único lugar para las varillas. El señor Ollivander era un anciano de ojos grandes y pálidos. Mientras unas cintas métricas nos median del hombro al dedo, de la muñeca al codo, del hombro al suelo, de la rodilla a la axila, alrededor de la cabeza y entre las fosas nasales, el señor Ollivander buscaba entre los estantes. Un rato después apareció con una pila de cajas.
Padma se llevo una varilla de doce pulgadas, elástica, hecha de madera de Roble y pluma de fénix. Mientras que yo preferí una hecha de Arce y fibras de corazón de dragón, trece pulgadas y media, linda y flexible.
Finalmente terminamos las compras para dirigirnos a casa, ya estábamos muy cansados como para seguir caminando.