Harry, el señor y la señora Weasley, Remus Lupin y Ojoloco Moody se dirigieron hacia el parque que se encontraba a tres calles de la casa de los Dursley. Allí los estaba esperando un perro negro al lado de una caja vieja y medio destruida. El perro comenzó a saltar alrededor de Harry y él lo acarició con cariño en la cabeza, obviamente era Sirius el padrino de Harry. -Hola Sirius-dijo Harry en voz baja mientras acariciaba al perro. -Harry, esta caja es un trasladador, así que por favor colócate a mi derecha-dijo el señor Weasley. Harry hizo lo que le indicó y unos momentos después se encontraban dando vueltas. A Harry le pareció que iba a vomitar cuando llegaron a una sucia calle con edificios de mal aspecto a los lados: habían legado a Grimmauld Place. -Muy bien, ya estamos aquí-dijo la señora Weasley. Comenzaron a caminar hacia el numero once de la calle y al llegar, entre el numero once y el trece, aparecieron tres escalones y una puerta. Entraron y Harry se llevó una sorpresa al ver el aspecto renovado de la casa. Todo lucía más limpio y confortable; habían quitado el cuadro de la madre de Sirius y las cabezas de los elfos y ya no parecía la casa de un mago tenebroso. Unos momentos después, Sirius apareció detrás de Harry y le dio un fuerte abrazo que Harry le devolvió alegre de volver a ver a su padrino. -¿Cómo has estado Harry?-preguntó Sirius. -Como uno lo puede pasar en la casa de los Dursley, perfecto-respondió Harry con ironía. Luego fueron hacia la cocina, la cual estaba muy cambiada también, y Lupin, con un movimiento de su varita, hizo aparecer seis tazas de té y unas galletas arriba de la mesa. -De acuerdo Harry, te contaremos lo sucedido y luego podrás ir a ver a Ron y Hermione-dijo Lupin y suspiró profundamente. -Hace unas semanas estábamos terminando de limpiar esta casa, que como podrás ver está mucho mejor que la última vez; Dumbledore estaba hablando con Mundungus Fletcher cuando un búho negro apareció y nos dejó una nota. Albus la abrió y luego de leerla con cuidado nos la pasó a todos para que pudiéramos leerla. En ella estaba escrito con una letra muy horrible: Dumbledore, tenemos a uno de los tuyos que sorprendimos espiándonos y si no vienes rápido morirá. Estamos en el Ministerio, tú sabes dónde. Por supuesto, esa nota era de Lord Voldemort, pero Dumbledore no se inmutó, lo que hizo fue decirnos que nos quedáramos tranquilos, que él iba a ir al Ministerio a resolver todo. Pero nosotros no lo dejamos, decidimos acompañarlo allí y llamamos a algunos más. Unos momentos después, Dumbledore, Ojoloco, Arthur, Mundungus, Kingsley, Nymphadora, Minerva, Severus, Molly y yo nos dirigíamos al Ministerio de la Magia. Llegamos y encontramos el Ministerio desierto, no había ni un solo mago. Dumbledore nos dirigió hacia la sala donde fue hecho tu juicio, Harry, y no entendimos por qué íbamos hacia allí. Cuando llegamos, estábamos a punto de abrir la puerta pero Dumbledore nos lo impidió. Dijo que tenía un plan, él iba a entrar solo y si luego escuchábamos ruidos extraños, íbamos a entrar- Lupin tomó un sorbo de té y continuó con el relato- Pasados unos minutos escuchamos gritos e inmediatamente entramos. Lo que nos encontramos fue increíble: Dumbledore y Voldemort (los dos Weasley pegaron un grito) estaban peleando duramente, echándose hechizos de aquí y de allá y los mortífagos al vernos comenzaron a atacar- Lupin frunció el entrecejo como si mientras contaba lo sucedido lo volviera a revivir –Yo esquivé por un pelito dos Avada Kedavra, al igual que los demás, pero ese no es el punto. Cuando logramos deshacernos de los mortífagos, vimos que Dumbledore le echaba el maleficio mortal a Voldemort, pero él, con una agilidad y una destreza excepcionales se lo devolvía como si fuera una pelota, y Dumbledore lo recibió justo en medio del pecho- dijo Lupin y agregó: -Arthur, continúa tú por favor, ya estoy cansado de contar esto- finalizó. -De acuerdo Remus-dijo el señor Weasley-luego de eso, Harry, oímos que la gente del Ministerio comenzaba a llegar y también vimos como Voldemort poseía el cuerpo de Dumbledore y éste tomaba la forma del cadáver del Innombrable, por lo que cuando llegaron todos los del Ministerio, incluyendo a Fudge, todos nos encontrábamos con un grado de confusión tal que no alcanzamos a explicarles que no era el-que-tu-ya-sabes el que había muerto sino Dumbledore y ahora todos creen que fue eso lo que pasó y no hay manera de cambiarles a mentalidad-concluyó el señor Weasley. -Sí, están más tercos que el año pasado-agregó la señora Weasley. -Por eso Potter hay que tomar medidas-gruñó Moody-ahora Hogwarts no tendrá la misma protección que tenía cuando Dumbledore estaba al mando-terminó. -¿Y quién será el nuevo director de Hogwarts?-preguntó Harry. -Todavía no lo sabemos pero creemos que Fudge está haciendo lo posible para tomar el mando de Hogwarts-dijo el señor Weasley-y ya que el colegio no tiene director, lo más probable es que eso suceda-respondió el señor Weasley con un hondo suspiro. -Pero Harry, mi amor, ya han sido demasiadas historias para tu cabeza por hoy, mejor ve arriba a encontrarte con tus amigos y a descansar-dijo la señora Wealey. -Buenas noches Harry-dijo Sirius que se había mantenido en silencio durante toda la noche. Y Harry se fue a su habitación sin protestar, sentía muchísima confusión en su cabeza, aún más que la que había tenido antes de que le explicaran todo. Cuando llegó a la habitación, Ron, Hermione, Hedwig y Pig lo recibieron con mucha alegría y gritos. -¿¿¡¡CÓMO HAS ESTADO HARRY!!??-preguntó Hermione muy exaltada. -¿¿¡¡HARRY TE ENCUENTRAS BIEN??!!¿¿¡¡NO TE HA SUCEDIDO NADA MALO, VERDAD??!!-preguntó Harry. -Harry, cuéntanos todo-dijo Ron. -Sí Harry, no nos han querido decir nada desde que llegamos aquí-concluyó Hermione.