Capítulo 9: Harry y Draco se sientan en un árbol

Faltaban cuatro semanas para que comenzaran las vacaciones de Navidad. Decir que Draco y Harry estaban nerviosos habría sido una subestimación. Cuando Lucius llevó a Draco a la tienda de Madame Malkin para elegir sus trajes, le tomó una hora para decidir qué quería. Estuvieron alrededor de otra hora en la joyería sólo para escoger la pulsera correcta para el enlace. Para el momento en que se encaminaron al Salón de Té, su padre estaba listo para lanzarle una maldición.

Draco se enfadó con Pansy cuando la descubrió espiándolos a Harry y a él. Cuando la chica lo amenazó con decirle a su padre lo qué estaba sucediendo, le contestó, muy enérgicamente y sin dejar lugar a dudas, que su padre ya sabía, muchas gracias, y estaba haciendo lo que él deseaba y a menos que ella quisiera estar en el extremo final de una repugnante maldición, sería mejor que cerrara la boca.

La sala común quedó silenciosa mientras todos dieron la vuelta a mirar al rubio adolescente. Éste murmuró algunas palabras y después salió del cuarto como un huracán.

A Harry no le estaba yendo mejor. Había conseguido esconderse de Ron y de Hermione durante la mayor parte de su tiempo libre. El fin de semana Moria vino a Hogwarts a llevarlo para adquirir su traje para la ceremonia, y le entregó un libro sobre etiqueta mágica. Cuando tomaban el té, le explicó el por qué se lo había dado. Le pidió que lo leyera, diciendo que hablarían de ello el próximo fin de semana en que lo visitara. Cualquier duda que tuviera antes de eso, podría preguntarle a Draco.

Draco y Harry pasaban mucho tiempo juntos. Con excepción de los adultos implicados, no había nadie más con quien pudieran hablar sobre lo que sucedía, excepto el uno con el otro. Algunas veces se encontraban en un aula vacía en las mazmorras, cerca de los aposentos de Severus.

Un viernes, estaban sentados sobre unas almohadas que Draco había transformado a partir de algunos libros que se encontraban allí. Harry había conseguido algunos dulces con Dobby, así que se sentaron a comer en silencio por un rato.

-La gente no va a estar feliz –Draco habló por fin, quedamente.

-No, no lo estará –convino Harry –. Puede que no se alegren por nosotros, pero nuestros verdaderos amigos deberán apoyarnos.

-Es verdad– aceptó Draco -. Si nuestros nombres no fueran Malfoy y Potter. Mis amigos...no creo tener ningún amigo verdadero.

-Ron estallará y rechazará hablar conmigo por un tiempo- se lamentó Harry-. Hermione también estallará y después intentará y encontrará una manera de sacarme de esto.

Draco casi preguntó si quería salir de eso, pero contuvo su lengua.

-Por lo menos no tenemos que hacer nada –dijo finalmente-. Tía Moria se está ocupando de todo.

-Me gusta tu tía – declaró Harry-. Es linda.

-Sí, lo es.

-Era amiga de mi mamá – continuó Harry-. Estudiaban juntas.

Hicieron silencio por algunos minutos.

-Draco, ¿has hecho eso antes? –preguntó Harry.

-¿Eso?

-Ya sabes – titubeó Harry-. Sexo.

-¿Hombre o mujer?- preguntó Draco.

-Cualquiera.

-Mujeres, un poco de besuqueo y tal –Draco se encogió de hombros-. Nada con hombres.

-Igual yo – musitó Harry y miró al otro adolescente-. Esto va a ser tremendo, ¿verdad? Quiero decir, que ni uno ni el otro sabemos lo que estamos haciendo.

-Se pueden conseguir libros sobre ello– comentó Draco.

-Bien, pero no creo que estén en la biblioteca – replicó Harry-. Y no creo que eso sea algo sobre lo que podamos preguntar a tu padre.

-No, no lo es –convino Draco-, aún cuando él no fue cien por ciento Heterosexual. Tía Moria podría hacerlo, pero se burlaría sin piedad.

-Por lo menos no nos haría una mala pasada sobre ello – observó Harry.

-Eso nos deja únicamente a Dumbledore- ambos adolescentes se estremecieron- , o a mi Padrino.

-Snape –suspiró Harry-. No puedo creer que estemos pensando realmente sobre esto.

-Por lo menos él no se reirá de nosotros- Harry se limitó a mirarlo con incredulidad -.¿A quién estoy engañando? –gimió Draco-. Reirá tan fuerte que tendremos que levantarlo del suelo.

Así es cómo Draco se encontró parado en la oficina de Severus la tarde siguiente.

-¿Desea algo, señor Malfoy? –preguntó el Profesor.

-Tengo que pedirte un favor, tío Severus – suplicó Draco.

-Oh me gusta eso, ¿cierto? –preguntó Severus-. Bien, ¿cuál es el favor?

-Harry y yo estuvimos hablando – explicó Draco-. Verás.... él y yo... es decir... ninguno de nosotros ha hecho..... necesitamos....- miró al piso.

-Draco, ¿qué estás tratando de decir? –preguntó Severus.

Draco respiró profundamente.

-Es sobre sexo –expresó finalmente.

Se arqueó una ceja.

-¿Qué hay sobre ello?

-Merlín, esto es embarazoso –murmuró Draco.

-No conseguirás que sea más fácil al dar tantos rodeos –razonó Severus-. Sólo escúpelo y ya.

-De acuerdo, aquí va – replicó Draco-. Harry y yo no sabemos nada sobre sexo gay y nos preguntábamos si podrías ayudarnos.

Hubo una pequeña tos.

-¿Qué clase de ayuda? –preguntó el hombre mayor.

-Pensamos que quizás podrías encontrarnos un... un libro o algo – sugirió Draco. Su cara estaba casi del color del cabello de Ron.

-¿Un libro?

-Bien, ¡necesitamos algo! –explotó Draco. -¡Ninguno de los dos tenemos experiencia alguna con esto!

-Ambos sois vírgenes – declaró Severus, intentando no sonreír-, en todo el sentido de la palabra.

-¿Y qué si lo somos? –preguntó Draco-. El ser virgen no es algo para estar avergonzado, ¿sabes?.

-No, no lo es -aceptó Severus-, y me disculpo por mis risas.

Draco rechazó las disculpas con la mano.

-¿Nos ayudarás o no? –insistió.

-Veré lo que puedo hacer – concedió Severus.

-Gracias – musitó Draco-. Sólo una cosa más.

-¿Y eso sería?

-¿Podrías esperar cinco minutos después de que me vaya para comenzar a reír? – pidió el adolescente-. Por lo menos de esa manera tendré la ilusión que tomaste esto seriamente.

Severus sólo le hizo un gesto con la mano para que se fuera del cuarto.

Tres días más tarde, un paquete fue entregado a Draco. Al abrirlo, encontró dos libros: "Guía de un Principiante al Sexo Gay" y "La Alegría del Sexo Gay". Tío Severus se había superado. Se los mostró a Harry esa noche.

-¿Rió mucho cuando se los pediste? –preguntó Harry.

-No mientras pude escucharlo –contestó Draco-, pero, conociendo su pervertido sentido del humor, lo más probable es que continuara riendo entre dientes el resto del día.

-No lo dudaría – comentó Harry-. ¿Miraste los libros?

-Un poco – asintió Draco-. Pensé que sería mejor si los mirábamos juntos.

Se recostaron sobre las almohadas transformadas y abrieron 'La Guía del Principiante'. El único sonido que se escuchó en los siguientes minutos fue el paso de las páginas. Ambos muchachos se ponían más rojos con cada nueva página. Finalmente, Draco cerró el libro de golpe.

-Oh, Merlín – susurró.

-He oído hablar de cosas como esas –titubeó Harry-, pero nunca imaginé...

-Ni yo – concordó Draco-. Tenemos que hacer eso.

-Sí, lo tenemos que hacer – asumió Harry-. Esto es culpa de tu padre.

-Sí, lo es – aceptó Draco-. Ajustaremos cuentas con él más adelante- miró al otro muchacho-. ¿Y qué hacemos ahora?

-No estoy seguro – musitó Harry-. Quiero decir, no quiero entrar en esto con los ojos cerrados pero....

-Pero no te sientes con ánimo como para tener sexo en este momento – terminó Draco-. Yo tampoco- Harry dejó escapar el aire que no sabía que sostenía-. Nos conocernos mejor, pero no creo que estemos listos para esto.

-Por otra parte, si no hemos hecho nada, esto va a ser muy... torpe – comentó Harry-. ¿Qué sugieres?

-Bien. ¿Qué te parece un beso? – propuso Draco-. Quiero decir, esa sería probablemente una buena manera de comenzar.

Harry asintió.

-¿Y qué hacemos? –preguntó.

Draco se incorporó e indicó a Harry que lo imitara.

-Sólo relájate –susurró Draco. Deslizó sus manos alrededor del cuello de Harry y lo jaló suavemente hacia él. Sus labios se tocaron levemente por un par de segundos, antes de separarse.

-Wow –murmuró Harry quedamente.

-Sí –convino Draco.

-¿Podemos intentarlo otra vez? –preguntó Harry.

-Seguro – aceptó Draco-, si tú quieres.

Sus labios se tocaron pero esta vez no se separaron. Draco lamió ligeramente el labio inferior de Harry, haciendo al muchacho de pelo oscuro gemir. El rubio aprovechó la situación y frotó su lengua a lo largo de la boca de Harry quién no tardó en responder. Pronto, sus besos llegaron a ser muy profundos y ardientes.

Después de lo qué pareció ser una eternidad pero sólo fueron segundos, se separaron. Ambos jadeaban y sus caras estaban rojas. Pero esta vez no por vergüenza. Les tomó algunos minutos recuperar el aliento, y poner bajo control otras reacciones corporales.

-Casi es hora del toque de queda – observó Harry-. Mejor nos vamos.

Draco asintió.

-¿Mañana por la noche? –preguntó.

-Sí – afirmó Harry, dándole una pequeña sonrisa-. Mañana por la noche.

Dio a Draco otro pequeño beso y luego salió del aula.

Esa noche, ambos muchachos se echaron en sus camas, pensando en esos besos. Pasó un largo rato antes que cualquiera de ellos cayera dormido.

Continuará...

Hola chic@s. Aquí estamos con el nuevo capítulo. Además de nuestras traducciones en nuestro grupo podéis encontrar la traducción de los tres primeros capítulos de atracción magnética de la que hemos conseguido el permiso de frizzy. Esperamos vuestros comentarios. Besos

DI_MALFOY: Esperamos que te hayan gustado los besos de este capítulo ya que qerías ver más de la pareja. Para la boda faltan poquitos capítulos.

Gala Snape: sí, por lo menos ya van avanzando y más en este capi. No solo Harry creo que tampoco Draco lo va a permitir.

Azalea: Tienes razón todos lo hemos demostrado. Ya verás la que se lía por culpa de la prensa pero lo superarán todo juntos. Harry y Draco se protegerán con ayuda de Moria y Lucius seguramente no pueda llevar sus planes a cabo.

ARLC MALFOY: Muchas gracias, lo hacemos lo mejor que podemos. Nuestras actualizaciones suelen ser los viernes.

Paola: Hola. Gracias por seguir con nosotras. El bebé no sabemos como se va a llamar y hasta lo que lleva la autora aún no había nacido.



Murtilla: muchas gracias por leer, lo sentimos pero ninguna de tus preguntas pueden ser contestadas porque aún no se ha visto algunas cosas en el fict y tampoco podemos estropeárselo a la gente que está leyendo la historia.