CAPÍTULO 10: ESTÁ COMENZANDO A PARECER MUCHO COMO NAVIDAD

-¿Estás seguro que no quieres que pasemos las vacaciones contigo? –preguntó Ron, quien estaba terminando de embalar su baúl.

-Estaré bien- Harry aseguró al pelirrojo-. Dumbledore dijo algo sobre mantenerme ocupado hasta el próximo mes.

-Supongo que podría ser peor. Podía ser Snape.

Ambos muchachos se estremecieron. Ron cerró su baúl y luego bajó acompañado por Harry.

Hermione los esperaba en la sala común.

-Si hubieras empacado ayer por la noche –comenzó ella.

-Entonces no tendrías a nadie a quien enloquecer– replicó Ron.

La muchacha de pelo marrón le miro con rabia antes de girar hacia Harry.

-He dejado tus regalos con el Profesor Dumbledore –le informó-. Él me aseguró que te los guardaría hasta Navidad.

Envié los vuestros anticipadamente – comentó Harry. La señora Weasley se cerciorará de que los recibáis para Navidad.

Harry caminó con sus amigos hasta el Vestíbulo de Entrada y los miró mientras subían en los carruajes. Luego de un breve saludo con la mano, se alejaron. El Niño-Que-Vivió continuó parado en la escalinata hasta que los perdió de vista. Con un suspiro, dio la vuelta y entró nuevamente al castillo.

Dumbledore estaba parado en el Vestíbulo cuando Harry llegó al interior.

-¿Cómo estás hoy? –preguntó el anciano.

-Bien, creo -Harry se encogió de hombros.

-¿Vienes conmigo? – pidió Dumbledore-. Hay algo que quiero mostrarte- y dando la vuelta, caminó por el pasillo con Harry detrás.

Harry reconoció el área del castillo en el que estaban. del tiempo en que Remus había estado enseñándole. Era el área dedicada al las habitaciones del profesorado, con excepción de los Jefes de las Casas que permanecían cerca de sus respectivos dormitorios, y estaba generalmente fuera de límites de los estudiantes. Mientras la pareja caminaba por el pasillo, Harry vio a Severus y Draco, quienes los estaban esperando. Ambos Slytherins levantaron la vista cuando se acercaron.

-Bueno, aquí tienes a ambos – comentó Dumbledore.

-¿Y por qué estamos aquí? –preguntó Severus.

-Pensé que a los muchachos les gustaría ver donde se van a quedar después de la boda – declaró el Director.

-¿Donde nos vamos a quedar? – inquirió Draco.

-¿No estaremos en nuestros dormitorios? –preguntó Harry.

-Una vez que os enlacen y con el niño, pensamos que sería más fácil si teníais vuestros propios cuartos –explicó Dumbledore-. ¿Entramos?

Se acercó al retrato que guardaba la puerta.

-Respiración de bebé – expresó. El retrato se movió para abrirse-. Por supuesto, podeis cambiar la contraseña- el cuarteto caminó adentro.

La sala de estar era la mitad del tamaño de la sala común de Griffyndor y estaba decorada con cortinas verdes y azules con acentos de plata y oro. Era sencilla pero parecía cómoda. Había una pequeña cocina a un lado y una sola puerta.

-A través de esa puerta está su dormitorio, el cuarto de baño y el cuarto de niños –informó Dumbledore.

-Entonces permaneceremos aquí hasta después de que el bebé nazca – musitó Harry-. Incluso durante el verano.

-Sería lo más seguro – confirmó Dumbledore.

-Mi padre podría protegernos – sugirió Draco.

-Si el Señor Oscuro decidiera visitar la Mansión, como ha hecho en varias ocasiones en el pasado – intervino Severus-, la protección de tu padre sería menos que ideal.

-Si permanecéis en la escuela, estaréis más allá de su alcance – sentenció Dumbledore-. Él no es lo bastante fuerte como para atacar la escuela y sobrevivir.

-Todavía –murmuró Severus, pero fue ignorado.

-El Profesor Snape y yo os dejaremos curiosear –dijo Dumbledore mientras él y Severus caminaban hacia la puerta-. Haré que uno de los elfos domésticos os traiga el almuerzo más tarde- con eso, los adultos se fueron.

-A veces, no sé quién es peor –meditó Harry-. Voldemort, tu padre, o Dumbledore.

-Los tres enlazan –contestó Draco-, y creo que Dumbledore es el más manipulador del grupo.

-Y lo peor es que la mayoría de la gente no se da cuenta de lo que él está haciendo –agregó Harry.

Caminaron hacia la puerta del dormitorio. Era obvio que ambos muchachos estaban nerviosos. Sabían lo que representaba esa puerta y eso los ponía nerviosos. Por otra parte, querían ver como lucía. Respiraron profundamente y abrieron la puerta.

El dormitorio estaba artesonado con roble ligero, la misma madera que había sido usada en el resto del cuarto. Dos mesillas, una tallada con leones y la otra con serpientes, situadas al lado de dos armarios haciendo juego. La cama tenía una escena forestal tallada sobre la cabecera. Era fácilmente tres veces el tamaño de sus camas habituales.

-Esto es agradable – comentó Harry.

-Muy agradable – convino Draco-. Pienso que podría dormir aquí.

Harry caminó y abrió una de las puertas.

-Y definitivamente no me importaría bañarme aquí adentro.

Draco pasó para ver de lo que hablaba.

-Parece como uno de los cuartos de baño de la mansión – comento.

La bañera podía albergar fácilmente a tres personas. Había una ducha separada con dos regaderas. Un lavabo doble con grifos separados estaba ubicado al lado del reluciente tocador blanco.

-¿Tienes baños como este? –preguntó Harry.

-Solamente en los cuartos de huéspedes más pequeños – desestimó Draco- caminaron nuevamente dentro del dormitorio.

-Sólo queda una habitación- señaló Harry.

Pues hazte a la idea con ello –dijo Draco-. Quiero decir, ¿qué malo podría ser?

-Estamos hablando de Dumbledore – comentó Harry-. Podría ser muy malo.

-Me había olvidado de eso –murmuró Draco-. Esperemos que no lo haga mejor- caminaron y abrieron la puerta.

-Bien, esto sí es una sorpresa – exclamó Harry. El cuarto estaba totalmente vacío.

-El Profesor Dumbledore pensó que era posible que os gustara decorarlo vosotros mismos –habló una voz detrás de ellos.

Los muchachos se dieron la vuelta, sacando sus varitas. Moria estaba parada en el umbral, mirándolos con una ceja arqueada.

-Buenos reflejos, chicos – comentó ella mientras entraba en el cuarto.

-Tía Moria – saludó Draco, mientras bajaban sus varitas-. ¿Qué te trae por aquí?

-Si recuerdas bien, mañana vamos al Callejón Diagon– contestó Moria-. Pensé que sería más fácil si pasaba la noche aquí.

-Y, por supuesto, no tienes ningún otro motivo oculto más para permanecer aquí –sonrió Draco.

-No tengo ni idea de qué me estás hablando – replicó Moria, con voz distante.

Harry tampoco tenía idea de qué hablaban.

-¿Algo que yo deba saber? –preguntó.

-En absoluto –dijo Moria, rápidamente.

-Más tarde –le susurró Draco en voz baja. Harry sólo asintió.

El trío caminó dentro de la sala de estar mientras uno de los elfos domésticos entró al momento.

-¿Los jóvenes amos querrán su almuerzo ahora? - preguntó.

-Por favor – aceptó Harry, mientras los otros asentían-. Sopa y emparedados, jugo de calabaza y té para tres.

El elfo desapareció y un minuto más tarde el almuerzo solicitado apareció en la mesa, con el elfo parado al lado de él.

-¿Desean alguna otra cosa? –preguntó.

-No, gracias – denegó Harry. El elfo desapareció otra vez mientras ellos se sentaban.

-¿Qué más falta por hacer? –preguntó Draco, mientras comenzaban a comer. No acostumbraba fingir sobre lo que sucedía.

-No mucho en realidad – declaró Moria-. La unión es en cinco días y la mayoría que las cosas están preparándose justo ahora. Mañana, iremos a buscar vuestros trajes y pulseras, así como algunos regalos de Navidad de último minuto que podéis necesitar. Pensé que podríamos tomar el día para ello. El Profesor Dumbledore dijo que puedo llevaros al Londres muggle mientras que tengamos cuidado.

-Eso suena genial –ironizó Harry. La sonrisa en su rostro no alcanzó a sus ojos.

-Chicos, quisiera que ambos me escucharais –dijo Moria-. Sé que esto es mucho peso para vuestros hombros, especialmente en vuestra edad, y creerme cuando digo que quisiera que hubiera una salida de esto, pero no la hay. Durante el próximo año, van a ocurrir muchos cambios en sus vidas. Solo quisiera que recordarais una cosa. Si todo esto llega a ser demasiado para cualquiera de vosotros, dejármelo saber. Podéis escaparos a mi mansión siempre que lo necesitéis. Mi red floo está cerrada a la mayoría de personas y los encantamientos resguardan mis murallas de cualquier persona que no quiero que entre. Nadie sabrá que estáis allí si no quisierais que se supiera. Quisiera que ambos me prometieran eso, ¿de acuerdo? - ambos muchachos asintieron-. Bien –sonrió ella-. Amo mucho a mi hermano pero no lo dejaré utilizaros- esta vez, las sonrisas eran genuinas.

Después de almuerzo, Draco y Harry pasaron la mayoría de la tarde enfrascados en sus tareas. Sabían que pasarían varios días después del enlace antes de que las cosas se tranquilizaran lo suficiente como para que pudieran hacerla. Estudiaron juntos puesto que tenían casi las mismas materias.

Cenaron con los profesores y los otros estudiantes que se habían quedado durante las vacaciones. Puesto que no había muchos, estudiantes y profesores se sentaron en una mesa en el centro del Gran Comedor. Acababan de comenzar a comer cuando Draco dio un codazo a Harry.

-¿Qué?

-¿Ves al lado de quién se está sentando mi tía? –preguntó.

Harry echó un vistazo hacia los profesores.

-El Profesor Snape –se encogió de hombros-. ¿Y?

-Creo que él es el motivo oculto del que estaba hablando – musitó Draco.

Los ojos de Harry dieron vueltas.

-Tu tía y....

-Padre comentó que ellos salían cuando estaban juntos en la escuela – explicó Draco-. Todos se sorprendieron cuando no se casaron.

-¿Por qué no? -.preguntó Harry.

-¿Quién sabe? – Draco se encogió de hombros-. Pero creo que han decidido renovar su... amistad.

Ambos muchachos miraron mientras los adultos hablaban, con sus cabezas muy juntas.

-Pienso que tienes razón – convino Harry-. Quizás haga las clases un poco más agradables si está consiguiendo follar en una base regular.

Los muchachos pensaron en ello por un momento.

-Nah- dijeron a un tiempo

*******.

Moria suspiró y besó el área de la piel que se encontraba al lado de ella.

-¿Pasa algo?- preguntó una voz de terciopelo sobre ella.

-No realmente – contestó la mujer-. Creo que Draco y Harry saben sobre nosotros.

-¿Eso te incomoda? –preguntó Severus.

No –susurró ella -, pero tampoco quisiera que te incomodara a ti.

-No me incomoda –aseguró el Profesor de Pociones-. Ni unos ni el otro comentarán nada sobre ello, por lo menos no a cualquier persona. Sin embargo, puede que lancen sarcasmos e insinuaciones en nuestra dirección.

-Soy un Malfoy – estableció Moira-. Me criaron con sarcasmos e insinuaciones. ¿Quieres venir con nosotros mañana? Conociéndote, lo más probable es que no hayan hecho ninguna de tus compras de Navidad.

-Eso dolió – se quejó el hombre-. Sabrás que he hecho la mayoría de mis compras- ella sólo lo miro-. Además, no creo que los otros dos miembros de la expedición quisieran que me pegara.

-Mi expedición, mi invitación – declaró ella-. Además, quisiera que pudieran conocerte fuera de la escuela. Algo me dice que esos dos va a necesitar a alguien aquí que se ocupe de sus mejores intereses, alguien además de Dumbledore. Él lo hace bien pero siempre tiene su propia agenda.

-De acuerdo – se rindió con un suspiro fingido-. Iré contigo. ¿Alguna cosa más ?

-Viste ropa muggle bajo tu túnica- le pidió-. También vamos a ir a Londres- eso generó un gemido.

La mañana siguiente, Draco y Harry esperaban en el Gran comedor. Acababan de desayunar cuando entraron Moira y Severus.

-Veo que están listos para partir- comentó Moria-. ¿Ya comieron?- ambos chicos asintieron-. Dennos unos minutos para desayunar y nos marcharemos.

-¿Nos?- inquirió Harry.

-Le pedí al Profesor Snape que viniera con nosotros- explicó Moria-. Pensé que me ayudaría a lidiar con ustedes dos.

-Por supuesto- comentó Harry.

-Paga- intervino Draco extendiendo la mano. Harry frunció el ceño y dejó caer un galeón en su mano-. Gracias. Nunca apuestes contra un Malfoy sobre un Malfoy.

-Sí, sí- murmuró Harry

-¿De qué se trata, chicos?- interrogó Moira.

-Nada- respondieron ambos a un tiempo.

-¿Por qué será que no creo eso?- inquirió Severus.

-¿Porque tienes una naturaleza demasiado suspicaz?-sugirió Draco con dulzura.

-¿Por qué no nos encuentran en la entrada en quince minutos?- intervino Moira antes que Severus replicara-. Para entonces estaremos listos- los chicos asintieron y se encaminaron al Vestíbulo.

-Va a ser así todo el día, ¿cierto?- preguntó Severus.

-Probablemente- replicó Moria-. Vamos, comamos para poder partir.

Después de una breve caminata hasta Hogsmeade, los cuatro viajaron por red floo hasta el Caldero Chorreante y luego entraron en el Callejón Diagon. Se detuvieron en Gringott para conseguir dinero de sus bóvedas, cambiando una parte en moneda muggle, y luego se encaminaron hacia Madame Malkin para comprar las túnicas.

Draco y Harry estaban en vestidores separados mientras Moira iba de un sitio a otro. Severus se limitó a pararse al final de la tienda y observar con una sonrisa en los labios. Tomó hora y media para que Moira quedara satisfecha con los resultados. Las túnicas fueron pagadas, empaquetadas y dejadas en la tienda. La joyería no estuvo mal. Los brazaletes estaban listos así que todo lo que tuvieron que hacer fue pagarlos y partir. Después de eso, llegó el turno a las compras navideñas.

El grupo pasó la mañana yendo de tienda en tienda. Tuvieron que sacar a rastras a Severus de la tienda de Pociones y a los muchachos de la de Quidditch. Comieron un ligero tentempié en el Caldero Chorreante y luego de recoger las túnicas, se encaminaron al Londres muggle. Harry les había comentado sobre un centro comercial de tiendas, una versión muggle del Callejón Diagon, y decidieron que allí sería más fácil realizar el resto de las compras. Tomaron un taxi y se dirigieron al que el conductor les dijo era el centro comercial más grande del área.

Harry fue el guía no-oficial en el centro comercial. Dado que ninguno de los otros tres habían pasado tiempo en el mundo muggle, mucho menos en un centro comercial, le tocó a Harry explicarles el funcionamiento de las cosas. Todos estaban extremadamente confundidos con la tienda de artículos electrónicos. Harry comprendía que la mayoría de los artículos electrónicos no funcionaban en el mundo mágico.

Las tiendas de ropa no estaban demasiado mal pero Severus rehusó a intentar con ninguna. Aseveró que tenía suficiente ropa muggle, muchas gracias, y no necesitaba más. Harry y Draco compraron algunas camisas y jeans y Moria también compro unas cuantas cosas.

Después de un par de horas el grupo se dividió. Draco y Moira fueron por un camino y Harry y Severus por otro. Todavía tenían que comprar los regalos de los otros. Convinieron encontrarse a las cuatro para comer.

-Profesor, ¿puedo hacerle una pregunta?- pidió Harry mientras caminaban.

-Si tienes que.

-¿Qué opina de este enlace?

-¿Quieres la verdad?

-No le hubiera preguntado si no fuera así.

-Muy bien- aceptó Severus-. Creo que Lucius está loco al hacer esto. Involucrar a Draco y a ti en este absurdo plan sobrepasa con creces cualquier cosa que haya hecho antes. Si hubiera una salida a esto para cualquiera de nosotros, que garantizara nuestra seguridad y la de los demás, la tomaría, no importa lo que fuera; pero no la hay. Por lo tanto, debemos sacar lo mejor de esta situación.

-Mientras tanto, debemos descubrir lo que está planeando- comentó Harry-. No creo que nos lo vaya a decir.

-Oh, nos lo dirá- dijo Severus-, pero en el momento y la forma en que él decida.

-Lo he pensado mucho- Harry suspiró-. Esto va a empeorar antes de mejorar, ¿cierto?

-Usualmente lo hace, Potter. Usualmente lo hace.

Comieron en un pequeño restaurante mexicano. Harry introdujo a los demás en el mundo de los tacos, enchiladas y demás platos típicos, terminando con un plato de helado frito (N/T: sí existe jeje). Cuando terminaron, tomaron sus paquetes y llamaron un taxi, regresando al Caldero Chorreante.

Para cuando regresaron a Hogwarts, Draco y Harry casi caminaban dormidos. Moira acompañó a Harry a su dormitorio mientras Severus atendía a Draco, ambos adolescentes estaban dormidos para cuando llegaron a la cama. Moria se alegraba de que pudieran dormir ahora. Los siguientes días serían extenuantes para todos los involucrados.

Continuará.............

Hola chic@s. Esta semana como novedad hemos empezado a subir el fict de frizzy "atracción magnética", nos encantaría que le echarais un vistazo. Besos a tod@s

Gala Snape: garcias por la parte que nos toca. Esperamos que este también te agrade.

Azalea: Hola. Si que fue una sorpresa que Draco fuera inexperto, A partir de ahora es cuando empieza a cuajarse la relación.

Paola: gracias por seguir con nosotras. Esperamos que te siga gustando.

Murtilla: Estaría muy bien que la autora hubiera comentado algo sobre sus sueños pero ya veremos que pasa la noche e bodas.

Maggie: muchas gracias por leer. Esperamos que te siga agradando.

Di_Malfoy: ya se ha visto un poco más pera hasta la noche de bodas la relación no ira más allá. No alegra que te guste.