N/A: Estás advertido. Hay sexo en esta parte. No es gráfico pero está aquí. Creo que conseguí permanecer con el ranting R.

CAPÍTULO 12. UNA NUEVA MANERA DE VOLAR

El banquete fue encantador aunque muy pocos sabían realmente por qué la cena era mejor que la habitual. Ni siquiera los elfos domésticos sabían qué había de especial en la comida. Lo qué no sabían, no lo podrían decir, ni por accidente. Lo único de lo que la mayoría de personas tenía certeza, era que estaban disfrutando de una comida maravillosa.

Draco y Harry no comieron mucho y dejaron a los otros hablar. En ese momento, trabajaban en un caso de nerviosismo que amenazaba con consumirlos. Finalmente, decidieron que era suficiente por esa noche. Dijeron adiós y se dirigieron hacia sus habitaciones.

Fue una caminata silenciosa, ni uno ni el otro hablaron hasta que alcanzaron el retrato que protegía su puerta y Draco susurró la contraseña. El retrato se abrió y entraron. Todavía no habían dicho nada. Finalmente, se movieron al otro lado del cuarto, permitiendo que la puerta se cerrara detrás de ellos.

-Hecho- dijo Harry finalmente.

-Sí –susurró Draco-. ¿Quieres algo de beber? Creo que hay un poco de jugo de calabaza en la cocina.

-Ya voy yo –ofreció Harry, dirigiéndose hacia allí.

-De acuerdo- aceptó Draco-. Hay algo para lo que necesito ir al dormitorio.

Harry regresó llevando dos vasos de jugo en el preciso momento que Draco salía del dormitorio. Harry le dio un vaso y se sentaron en el sofá.

-¿Es eso? –preguntó Harry en voz baja, notando el frasco en la mano de Draco.

-Sí –asintió el rubio-. Tío Severus dijo que tenías que tomarlo por lo menos treinta minutos antes...antes que nosotros –tragó-. Antes de que tuviéramos sexo – entregó el frasco a Harry.

-Oh - Harry se enderezó repentinamente-. No es útil posponerlo- comentó. Quitó el tapón y se llevó el frasco a la boca y lo vació en solo un trago. Comenzó a toser cuando estaba vacío-. ¡Merlin, esto es horrible! –consiguió decir-. Imaginaba que podría hacerlo con un sabor más agradable.

-Me aseguraré de menciónaselo- Draco se rió entre dientes-. Por lo menos, ya terminó.

-Esta parte, en todo caso– agregó Harry. Miró hacia abajo al traje que estaba usando-. No sé tú, pero quiero quitarme esta ropa.

-Y yo –convino Draco-. Por qué no tomamos una ducha y nos cambiamos. Puedes ir primero.

-De acuerdo – aceptó Harry, levantándose. Después de un momento, se inclinó y besó a Draco-. Un frente unido- susurró.

-Un frente unido –repitió el rubio. Sonrieron y Harry entró en el dormitorio.

Para el momento en que Harry salió del cuarto de baño sin usar otra cosa que una toalla, Draco estaba sentado en la cama vistiendo tan sólo un par de boxer de seda. Los ojos del rubio se abrieron de par en par mientras lanzaba su primera buena mirada hacia su marido. No se había dado cuenta de cuan bien la ropa ocultaba el cuerpo de Harry. Aunque era naturalmente delgado, el Quidditch había trabajado sus músculos, haciéndole lucir en forma y entonado. Harry notó la mirada que Draco le estaba lanzando y su cara se tornó a un color rosa.

-Tu... tu turno en el cuarto de baño –balbuceó.

-Luces genial – lo admiró Draco. Se puso de pie y caminó hacia el moreno.

-Gracias – musitó Harry, mirando a su pareja de arriba a abajo. Era más delgado que él pero algunas pulgadas más alto y con el mismo tono muscular- . Tú también.

Draco deslizó sus brazos alrededor de Harry y lo jaló hacia él.

-Podremos superar esto –le aseguró; luego lo besó con cuidado, le libero y entró en el cuarto de baño.

Para el momento en que Draco salió del cuarto de baño, Harry estaba ya en la cama y debajo de las sábanas. Sostenía los otros frascos en su mano.

-¿Qué son éstos? – preguntó.

-¿Estás usando algo? –preguntó el rubio. Cuando el otro sacudió su cabeza denegando, Draco tiró su toalla y se metió debajo de las sábanas-. Esto es lubricación –le explicó, tomando el frasco claro.

-¿Y esto?- estaba sosteniendo el recipiente con el líquido púrpura.

-Tío Severus dijo que era un afrodisíaco suave – contestó Draco con un suspiro-. Comentó que podría ayudarnos a seguir en caso de que las hormonas adolescentes no pudieran superar las inquietudes de la noche de bodas.

-¿Crees que lo necesitaremos? –pregunto Harry, mientras miraba el frasco.

-Si es el caso, podemos tomarlo más tarde –Draco se encogió de hombros y Harry lo colocó en la mesita de noche. Cayeron en silencio.

-Así pues –propuso Harry, rompiendo el silencio-. Creo que debemos empezar.

-Creo que debemos –convino Draco. Más silencio. Finalmente, suspiró-. Esto es ridículo- declaró-. Somos amigos, ¿correcto?

-Correcto.

-Y los amigos pueden tener sexo, ¿correcto?

-¿Y somos sólo amigos que tienen sexo? –preguntó Harry.

-Correcto.

-Sólo amigos que tienen sexo para hacer a un bebé –musitó Harry en voz baja.

-Lo sé –susurró Draco. Alcanzó a Harry y tiró de él más cerca hasta que sus frentes estaban tocándose-. No pienses en la parte del bebé. Por ahora, somos sólo dos amigos que tienen sexo y a los que esto les hace sentir bien - una lágrima solitaria corrió por su mejilla, haciendo sombra a otra similar en Harry-. Un frente unido -Harry asintió.

-Podríamos besarnos –propuso Harry.

-Besarse es bueno –sonrió Draco. Se inclinaron adelante hasta que sus labios se encontraron.

Después de algunos momentos, la lengua de Draco salió y lamió el labio inferior de Harry. Éste jadeó, permitiendo la entrada al rubio. Ambos gimieron mientras sus lenguas se movieron hacia adelante y hacia atrás. Harry envolvió los brazos alrededor del cuello de Draco y se acostó, tirando del otro adolescente con él.

A medida que continuaron besándose, sus manos vagaron sobre el cuerpo del otro, tocando por todas partes que podían alcanzar. Draco bajó los labios, besando una línea desde los labios de Harry, bajando de su cuello a su pecho. Mordió en una tetilla mientras que sus dedos frotaron ligeramente la otra. Los gemidos que venían de Harry solo hicieron a Draco excitarse más, justo tan excitado como Harry comenzaba a estar como consecuencia de sus atenciones.

Siendo adolescentes con hormonas adolescentes, no tomó mucho tiempo antes de que los dos estuvieran completamente excitados. Después de algunos minutos, Draco subió hasta Harry. Pasó un dedo por la cara del muchacho de pelo oscuro. Se miraron a los ojos por un momento, entonces Harry asintió.

-Gira sobre tu estómago – indicó Draco suavemente, cogiendo una almohada-, y coloca esto debajo de tus caderas.

Harry lo hizo así con los brazos metidos bajo su cabeza. Estaba intentando acostarse aún pero había sutiles temblores que corrían a través de su cuerpo.

-¿Estás bien? –preguntó Draco.

-Estoy muy bien -lo aseguró Harry-. Solo déjame saber lo que estás haciendo, ¿bien?

-Ninguna sorpresa –asintió Draco. Se inclinó y cogió el frasco transparente de la mesita de noche donde lo había colocado anteriormente-. Voy a utilizar mis dedos primero –explicó -, para estirarte. Déjame saber si te lastimo, ¿de acuerdo? Harry solo asintió. Draco besó su mejilla-. Estarás bien- lo tranquilizó.

Draco separó las piernas de Harry y colocó sus rodillas entre ellas. Cubrió uno de sus dedos con el lubricante y luego vertió un poco en Harry. Llevó el dedo hasta su hendidura, deteniéndose a masajear su entrada. Eso hizo que Harry contuviera su respiración.

-¿Estás bien? –preguntó Draco.

-Sí –susurró Harry.

-Voy a deslizar un único dedo ahora –dijo Draco-. Intenta permanecer relajado.

Draco puso un poco más aceite en su dedo e introdujo la extremidad en Harry. Éste silbó y su esposo se detuvo, pero no sacó su dedo. Después de algunos segundos, el moreno asintió y Draco metió su dedo más lejos. Paró por un momento cuando llegó al segundo nudillo, luego empujó el resto del camino hasta el interior. Después de un minuto, comenzó a mover el dedo lentamente hacia adentro y hacia fuera.

Luego de eso sacó su dedo, agregando un poco más aceite, cruzó dos dedos y los insertó lentamente. Una vez que estuvieron adentro, los descruzó y comenzó a moverlos cual tijeras, hacia adentro y hacia fuera. Después de algunos minutos, repitió sus acciones y agregó un tercer dedo. Mientras estaba moviéndose adentro y fuera, se movió sobre un pequeño bulto. Eso causo que Harry gritara y empujara sobre los dedos.

-¿Qué... qué fue eso? –preguntó Harry, sin aliento.

-Creo que encontré tu próstata –musitó Draco-. Supongo se siente bien.

-Sí –jadeó Harry.

-Casi listo – declaró Draco-. Solo un dedo más -Harry asintió, intentando mantener su respiración bajo control.

Mientras Draco empujó hacia adentro con los cuatro dedos, se las arregló para golpear ese pequeño bulto para hacérselo más fácil a Harry. Cuando su pareja comenzó a empujar hacia atrás, Draco supo que ya era hora de terminarlo. Sacó sus dedos, haciendo que Harry gimiera.

-Tranquilo, Harry –sonrió Draco-. Creo que estás listo- Cogió el aceite y se cubrió bien. Empujó a Harry sobre sus rodillas. Tenía una mano en la cadera del moreno y con la otra sostenía su pene. Lo colocó en la entrada del chico-. Quiero que respires hondo-pidió-. Cuando te diga, deja salir el aire y sostenlo.

-Estoy listo –afirmó Harry y respiró hondo.

-Ahora –dijo Draco y comenzó a empujar. Harry expulsó el aire, mientras comenzó a sostenerlo. Repentinamente, Draco pasó a través del primer anillo, haciendo que Harry diera un pequeño grito, y se detuvo, frotando la espalda del pequeño.

-¿Estás bien? –preguntó el rubio-. ¿Lastima mucho?

-Solo un poco- consiguió decir Harry-. Arde.

-Intenta respirar lentamente – sugirió Draco, continuando frotando su espalda-. No me moveré hasta que me digas que todo está bien.

Tomó un minuto o dos pero finalmente Harry asintió para que Draco continuara. Draco comenzó a moverse otra vez, empujando lentamente hacia adelante. Tomó algunos minutos pero finalmente estuvo completamente en el interior de Harry. Se detuvo brevemente, inclinándose sobre la espalda de su esposo y reclinando la frente allí. Ambos estaban cubiertos con sudor y respirando con dificultad.

-Harry –jadeó Draco-. ¿Puedo moverme?

-Por favor, hazlo –jadeó Harry a su vez.

Draco se incorporó y comenzó a salir lentamente, entonces volvió a entrar. Gradualmente, comenzó a tomar velocidad hasta que sus caderas daban una palmada contra Harry. Éste no podía moverse porque el rubio aferraba con fuerza sus caderas. Consiguió mover una de sus manos y comenzó a frotarse ligeramente. No tomó mucho tiempo antes de que ambos muchachos gritaran su culminación.

Harry se derrumbó en la cama y Draco lo siguió, apoyándose sobre sus brazos para no aterrizar sobre él. Tan pronto como su respiración comenzó a estabilizarse, Draco salió del cuerpo de su chico, haciéndolo silbar, y luego se derrumbó a su lado. Por algunos minutos, ni uno ni el otro hablo o se movió. Finalmente, Harry consiguió girar sobre su costado.

-¿Estás bien? -preguntó Draco, alargando la mano y apartando de los ojos de Harry el pelo empapado de sudor.

-Estoy un poco dolorido –admitió Harry-. ¿Qué tal tú?

-Estoy bien –dijo Draco. Alcanzó su varita y limpió rápidamente a ambos. ¿Y?- continuó-. ¿Crees que podremos hacerlo otra vez?

-Probablemente – Harry se encogió de hombros-. Pero la próxima vez, a mí me toca arriba

-Si insistes - ambos se rieron entre dientes.

-No sé tú, pero estoy cansado –dijo Harry-. Algo me dice que las cosas van a ponerse muy ocupadas dentro de poco tiempo.

Draco cabeceó su acuerdo. Se inclinaron y se besaron suavemente, después sin alejarse uno del otro, cerraron los ojos y se quedaron dormidos.

Continuará...