BLANCARENAS Y LOS SIETE ASESINOS.

Capítulo Nueve: La función más Esperada.

Trowa llevó a los chicos al vestidor, mientras distraía a su hermana. Alcanzó a sacar el frasco de la antigua fórmula que le había dado Heero para el cansancio, y recuperar sus energías. Estaba casi lleno. Les dio ropa, y les asignó papeles. Wufei, Hilde y el niño irían a primera fila. Heero ayudaría con las cortinas, junto con Zechs, Noein, Relena y Duo como asistentes.

-Trowa... -Heero se detuvo a preguntarle.

-Eh... Si?

-No recuerdo haberte dado un libro así.

-Así es. -Le miró con sospecha Own. -¿Cómo es que encontraste el libro de los siete sellos?

-En el mercado.

Heero, Sally y Own lo miraron incrédulos, esto es, con las manos atrás, y el rostro adelante.

-Quééé!!!

-Así es. A pesar de ser muy noche, al regresar, encontré el mercado en vivo. Pasé a comprar un conejo vivo, -Se abrió la ropa, y encontró un rastro de sangre y humo -aj, que asco, pero traía un conejo, encontré el libro, y 'algo' me hizo comprarlo a un anciano.

-Ese es un libro que aumenta el poder de los magos. Como lo tuviste, y además, sostuviste luego los siete sellos en tus manos, fuiste protegido. Ahora lo comprendo.

-El dios escogió tu conejo como sacrificio. -Own estaba sorprendida -como sostenías los sellos, aumentó el valor de ellos. Ese es un Libro del Arte Secreto.

-A mi lo que me sorprende una y otra vez es que Heero siempre hallara el hechizo correcto. Se ha vuelto un mago muy poderoso, ahora que conoce el Amor. -Comentó Sally.

-¿Porqué lo dices? No comprendo. -Heero la miró desafiante.

-Porque para ser mago te faltaba una suerte de comprensión de caritas, no de mente, sino de corazón. ¿Comprendes?

-Si. Creo que iré al mercado mas tarde, a lo mejor encuentro un sombrero mágico.

-Si lo necesitas, aparecerá.

-Pero ya vamos... Ya casi es hora de salir a escena. -Trowa los apuraba para que se cambiaran rápido. Aunque Heero y Relena saldrían con los trajes investidos.

-Yo tengo una duda -Zechs levantó la mano. -¿Cómo fue que Relena se ha vuelto no sé si bruja o duende de arena?

-Por el anillo que me mostraron las hadas y faeries

-Es humana -Le respondió Own, seria. -No puede ser duende, se nace duende, pero es como ser bruja.

Las trompetas sonaron, y ya no se pudo mas hablar. La función más esperada estaba por comenzar.

La reina tembló al verlos sentarse en primera fila. Su respiración se hizo muy agitada. Se puso pálida, y una mujer tomó al niño, mientras ella disfrutaba de la función en el palco real. Al principio, cuando lo vio a él, no supo quién era. Sólo un joven esposo con su bebé en brazos, y su mujer detrás. Mas cuando la vio a ella, sólo un segundo, reconoció a  la muchacha que había mantenido encerrada en su armario, llorando, durante todo su embarazo. Recordó que había huido cuando ella estaba pariendo. La chica había venido para vengarse. Anunciaron un baile antes de la función. Apareció un hermoso danzarín trenzado, pareció llenar la pista desde el primer momento. Entre los bailarines secundarios, reconoció otro que vestía ahora de azul. Y mas allá, a la mujer que había derrotado en ocasión de una obra mágica, para luego desterrarla. Estaba junto a sus amigas, una de pelo corto, pero moreno, y otra de pelo rubio. Una niña corrió hasta el centro del escenario, con las vestimentas propias de una Magical Sand, e hizo un pequeño baile con el que esparció estrellas y flores de agradable aroma por todo el lugar. La gente estaba fascinada. Claro, era magia blanca en su mayor expresión, el baile y la alegría. Y mas si un celestial los ayudaba.

Las mejillas de la reina estaban pálidas. El gran sacerdote había entrado al palco a decirle al Rey que las estrellas habían dicho que esta tarde aparecería Quatre, y se desenmascararía la Reina. El Rey hizo un gesto de ya saberlo, y la indicó, toda ella estaba en pie sólo porque sus nervios estaban demasiado excitados como para que pudiere caer. Observó al los pequeños que danzaban, y en especial a la Magical Sand, que en esos momentos corría alrededor de la pista montada en un hermoso caballo, ella era toda risa y gracia, montaba de pie. Otro chico hacía malabarismos sobre otro caballo, y ambos corrían sincrónicamente alrededor de una mujer que se equilibraba sobre una pelota. Ella era muy hermosa, relucía, tenía cabellos color corteza de árbol, y alborotados, como las nubes que se ciernen gigantescas sobre el horizonte. Vestía ropas mínimas, pero debía ser muy honorable, no se la había visto en el pueblo mas que con ropas decentes, y había acudido con velo a las ceremonias religiosas. El chico que bailaba sobre el caballo no parecía tener problemas para dominarlo, pero la Magical era un prodigio.

Zechs miraba a su hermana divertirse de lo lindo sobre el caballo, para ella eso era solo diversión, y no trabajo. Siempre se había llevado bien con los animales, la prueba era que podía montar aquella bestia como si fuera cosa de todos los días. También había que aceptar que era tal vez parte de la magia que llevaba por nacimiento. Esto último le entristecía, pues esto significaba que ella tendría que quedarse en el bosque. Sally y Noein le hacían señas por detrás de la cortina. No pudo evitar sonreír. Miró a su lado, y vi al mago sosteniendo igual que él, la cortina, con sus ropas azules. Duo había bailado, y se había quedado en el fondo del espacio. Cuando Catherine (ella dirigía los caballos sobre la pelota) le hizo el signo que avanzara con la música, no tuvo ojos mas que para él. Los caballos se cruzaron tras él, con extraño sentido de la sincronía, a lo mejor el hechizo ayudaba... Y mucho. Lo subió a su pequeña pelota, y lo dejó allí bailando, mientras entraba los caballos. Trowa y Relena se quedaron a los lados del escenario.

Salió el dueño del circo, y le habló al público. Miró alrededor, era una carpa inmensa, la mas grande que en sus años de carrera hubiera podido ver. Al fondo, los reyes, y los haces de sol multicolores hacían sombra, el techo del circo era de tela de varios colores, como un arco iris centrado en el pilar mayor. Anunció su número de magia, y sus ayudantes serían Sally y Noein.

Se habían vestido igual, para salir en medio de los aplausos caminando a un tiempo.

El Gran Sacerdote las vio salir. Sabía que quien sujetaba era un celestial, un hombre de gran poder, que ha alcanzado un gran nivel de perfección tras años de sacrificio, y trabajo desinteresado, pensando solo en otros, y dando finalmente su vida como sacrificio, como regalo se le había dado la oportunidad de estar aquí para enseñar, o estar en un templo. Sabia que habían asesinos en el escenario, de aquella raza de sortilegios. La Magical Sand lo era. Entre el público apareció otra pareja, llagando tarde, pero que llamaron su atención. Uno era asesino, otra era la bruja de Own, como sacerdote la había ido a ver por sus consejos. Pero ya no vestía sus ropas.

El mensaje de los dioses de continuo traía la noticia de cómo seguía el príncipe Quatre, decían que estaba con unos asesinos, lo había salvado un mago. La primera vez que llegó el mensaje, se dijo que ayudaría a esos asesinos si le traían de vuelta. Y hoy había llegado el mensaje que aparecería. Su corazón no podía estar mas dichoso que el del rey, pero al parecer lo estaba. El hecho que gobernara el hijo de Mari mella, y no el de Dorothy, de la raza de serpientes. Al parecer, estaban improvisando. El acto de magia había hecho sonreír a la misma serpiente. al ver su palidez, no necesitó saber mucho para entender lo que le pasaba. La hubieran acabado de no estar ese niño en sus entrañas, y ella lo sabía.

-¿Se siente mal, señora Dorothy? Se ve un poco pálida.

Ella se volteó a mirarlo con los ojos llenos de temor.

-No. Estoy bien, gracias. -Pareció murmurar. Parecía haberse empequeñecido.

-Ahora, la función más esperada por todos, -Habló el dueño del circo, un mago, o prestidigitador - haré un acto de magia que ni ustedes se esperan. Invitaré como ayudante a mi amigo mago. -Le hizo un gesto a Heero. -Vamos, dinos de que se trata.

-Hace casi un año, -Habló Heero al público -en un día como este, desapareció el sol de nuestras vidas. El príncipe Quatre, por las malas artes de una mujer, cuyo nombre todos sabemos y que no quiero acordarme, desapareció durante un día de caza. Lo oculté a la luz del sol, amparado por las regias voces, donde vagó por los bosques sin saber su nombre. Ahora el sello ha sido devuelto, la mano pérfida lo rechazó de supuesto, y nuevamente intentó matarlo, a lo que el dios acudió para mejorarlo. Ahora tendremos, y pido toda vuestra atención, al príncipe Quatre reciban con ardor.

Se hizo humo en medio del escenario, un humo azulado, y cuando se hubo deshizo, apareció Quatre, o Blancarenas, en medio del escenario, tosiendo por el humo. El Rey, que se había puesto serio de lo ansioso al escuchar el discurso, apretándose las manos, y yendo hacia adelante, se le llenaron los ojos de lágrimas al verle allí de pie, como si se hubiera ido ayer.

Pero el tiempo no deja de pasar por los cuerpo y las voces. Cuando emocionado habló a la multitud esclarecida, con las manos abiertas, lo hizo con el poder que otorga la distinción sólo a aquellos que han nacido bajo esa cumbre. Se rodeó de una atmósfera, aquella misma que él había llevado sobre su pueblo, empujándolo hacia el campo, y los hombres lo habrían seguido hacia la guerra.

Habló con ciertas palabras, pero su discurso fue demasiado largo, su canto demasiado puntilloso con los detalles para reproducirlo completo aquí. Alabó con emoción a los soldados,  y a quien le permitió vivir, ocultándolo. Alabó a quienes le cuidaron, hablando conmovedoramente de la difícil e injusta situación de los asesinos, de los dioses, y las hadas, y que los hombres olvidan ver de donde vinieron. Hablo, por fin, que no se debe guardar rencor hacia quienes equivocándose causan dolor, pero que estos debían ser castigados, para que no hagan más daño. Y que todos se merecen una segunda oportunidad.

El pueblo en sí ya estaba conmovido de sólo verle. algunos tenían la boca abierta, aún no lo podían creer. Sin embargo, era cierto, ellos tenían frente a sí al príncipe Quatre, que llevaba en su pecho la insignia que los dioses le dan a quienes deben gobernar. Los hombre aplaudieron emocionados, muchos lo conocían muy de cerca. Y no podían equivocarse. Muchos lloraron.

La Reina seguía pálida. Intentó fingir una alegría que no sentía. El espíritu del Rey que florecía la asfixiaba. La detonaba. Sabía el peligro. Respiró profundo. El pueblo le abrió paso al príncipe, para que llegara hasta el Rey. el regreso del hijo pródigo. Aquello siempre era motivo de celebración, cantos y fiestas. De seguro muchos la tendrían por culpable, y si algo llegaba a ocurrir el resto sabría que era ella. Mas no podía ser castigada, ella era Dorothy Cataluña. Y ellos era asesinos. Hacía demasiado poco que se había dejado la última revuelta contra ellos, pocos sabían de su sobre vivencia, y no faltarían aún quienes pensaran que ellos encarnaban el mal de toda la raza.

Los asesinos nacían por distintas razones, muchas veces de humanos puros. En sociedades primitivas no eran descubiertos, es más, eran admirados. Muchas veces pasaban desapercibidos, si no hubieren desarrollado el comercio más amplio, y manifestado sus artes... No es que se preciara demasiado del recato, mas molestaba no poder estar a su altura. Incluso eran una minoría dentro de ellos los que poseían tierras, mas los mataron a todos por igual. A veces dentro de las mismas familias, en los casos mas estremecedores, en cuanto que otras familias murieron ocultando a sus hermanos asesinos. Mas cómo surgían? Algunos decían que les venía en la sangre, otros que en algún momento se hacían. Mas al parecer eran ambos.

¿Queréis saber más de los asesinos? Si es así, sigan este párrafo, si no, salten al siguiente. Como no se han suicidado (me temo que quedará un poco largo) les cuento con un ejemplo. Hace poco uno de ellos me explicaba. Hay una costumbre de su tiempo, siglo XX, XXI, que asemeja a el espíritu de los Asesinos. Es un hombre que deja carne cruda de algún animal doméstico en un cierto lugar, cerca de una cabaña donde se refugia. Cuando viene el rey del lugar, el depredador mas grande, lo espera. Lo observa desde un sitio del cual no pueda ser visto, usa camuflaje, y usa una mira infra azul, una como un puntero láser, pero que no es visto por la presa. El animal come tranquilo. Es obvio que se ha cuidado el cazador de ubicarse de forma de no ser olfateado, el viento trae el olor de su presa. Ése día es de experimento, y deja ir al animal. Matarlo ahora sería arriesgado, puede fallar. Repite los mismos pasos muchas veces, las que considere necesarias. Antes se usaba una rama hueca, en vez de mira. Lo ve caminar, siente sus pasos. Cuenta sus respiraciones. Poco a poco empieza a seguir éstas. La respiración del cazador y el cazado se empiezan a sincronizar. Es el momento. La mira está ajustada. El arco está tenso. Sólo se dispara tras botar todo el aire, antes que el corazón salte de nuevo. Los latidos del corazón del cazador no pueden excitarse, deben contener la emoción. Sin embargo, ésta se observa también en la presa. Hay un instante en que el corazón de la presa pasa de seguro a peligro, y los latidos se descompensan... Tras botar el aire, y antes que el corazón salte de nuevo, el gatillo retrocede. Un latido se escucha junto con el último que se siente de la presa... Un rugido, y el corazón de ambos se detiene, el hombre se pone en pie... Y camina hacia su presa. Se toca el corazón, que ahora aparece alivianado. Eso es el arte de asesino. Arte es técnica, es talento, es romper con lo establecido, ir más allá, romper todo límite. Los asesinos pensaban por sí mismos. Siempre hacían burla de la autoridad. El quitar almas correspondía a los Shinigamis. Se les llamaba asesinos casi por convención, pero no eran sicarios. No todos, al menos. Algunos eran cazadores. Otros muchos, líderes de gran valía. En otros reinos se les despreciaba por sus conductas licenciosas para con su mismo sexo. Mas siempre rompían con lo establecido, eran el signo de cambio, de movimiento. Eso les causó el odio de quienes no quieren cambiar, y se aferran a sus falsas seguridades.

Un gran hombre que habría pertenecido de vivir en este mundo, a esta gran raza, es Jesús. Una de las mayores burlas cometidas, y que fue el motivo de sus asesinato, fue el acto de entrar a Jerusalén montado en un burro por la puerta principal. Sólo imaginen, era un hombre mas alto del común, además era Rabí (es un grado de estudios) y entró en la 'ciudad sagrada' como libertador, con su ejército de seguidores, pero en vez de montar un caballo, tal como lo exigía la costumbre de un salvador, en un pequeño burro joven. Los sacerdotes deben haber palidecido al ver esta afrenta a lo que ellos predicaban. Y más, aún, el pueblo siguió la humorada, al batir palmas, y hojas de olivo. Aunque esta parte no me queda clara, si la tenían o no preparada. Creo que lo hizo para hacer despertar al pueblo, como un 'Actúen'. Sin embargo, aún esperaban ver caer un salvador como el maná del cielo.

Mejor dejo de polemizar, y vuelvo a la historia. Como saben, mis manos han recorrido muchos libros, y mis ojos han visto esas líneas, y muchas épocas. Mis pies han caminado igual que grandes señores, y sufrido como esclavos.

Quatre estaba feliz, por fin volvía a abrazar a su padre. Sabía que el pueblo lo miraba, mas no veía a nadie más. Dorothy sonrió, y al separarse él y su padre, quiso acercarse a abrazarlo.

-No sería correcto –Dijo Quatre, repitiendo lo que uno de sus antepasados le susurraba al oido.

-Como diga, señor Quatre.

-Ya que el hijo primogénito ha vuelto, -Tomó la palabra el Rey -se cancela parte de la celebración, en cambio, tal como dice el mandamiento de las costumbres: Asemos cuanto cabrito, cubrámonos de seda, y bebamos las mejores cepas! ¡Celebremos el renacimiento del hijo de Mary Mella!

La gente hizo ovación de pie por varios minutos. Empezaron a salir del magnífico circo. Los asesino se miraron entre si, y se reunieron... Ahora sin Blancarenas. Un largo silencio los inundó. Los ruidos música y risas les llegaban como a lo lejos.

-Creo que llegó la hora de separarnos. –Pronunció por fin Zechs.

-Si, eso creo. –susurró Traize.

-A ustedes les toca obtener un salvoconducto, y deben irse de la frontera. –Sally estaba con sus manos cruzadas, mirando de frente a Zechs y Noein, que estaban de la mano.

-No, yo me debo quedar con Relena. –Zechs bajó la vista.

-no, -Insistió Sally –Deben irse. Ahora.

-Yo me iré. Seré desterrada del bosque. –Own sonrió con tristeza –He sido desterrada del bosque. –Sus ojos se llenaron de lágrimas. –No podría seguir viviendo aquí tras esto. –Se buena, Relena.

-¿qué? –Los ojos de Relena se llenaron de temor. –No... no estarás diciendo...

-Pequeña Relena, nunca has tenido miedo... ¿Porqué ahora? Yo devo marcharme, como todos nosotros. Ahora que se ha descubierto nuestra identidad, vendrán a cazarnos.

-¡no! –Quatre entró de golpe a la tienda -¡No deben marcharse, pueden quedarse cuanto quieran!

-Blancarenas, aunque quisiéramos, no podemos quedarnos...

-Al menos... quédense en el reino... mi padre y yo queremos agradecerles todo lo que hicieron por mí.

-Háganle caso al príncipe, por favor. –Entró el Sumo Sacerdote. –El pueblo quiere premiarlos.

-No lo sé. –Traize dudó –No queremos quedarnos, y que luego nos hagan daño.

-No será así. El pueblo quiere recompensaros, se os dará identidad, y salvoconducto. Luego, podréis hacer lo que queráis, pero no podemos dejaros ir sin agradeceros, sería un sumo deshonor... aparte –Dijo mirando a Relena, que se escondió tras Sally –Que deseo hablar con ustedes, y saber porqué se ha producido el prodigio.

Traize miró a Own, que bajó la vista, ella ya no podía actuar como nada. La abrazó, todos se consultaron con la mirada entre sí, y la mirada de Sally le dio la respuesta.

-Aceptamos, no podemos desagraviar así al Rey que nos permitió nuestra estadía en el bosque.

-¡Bien! –Gritó Quatre, lo que hizo reir a todos.

-Como Blancarenas o como Quatre –se refirió Duo –Sigue siento el mismo grillo.

-Bien, ahora son invitados del Rey. Pasen por favor, al palacio. Creo que estamos un poco copados, como celebración se ha atraido a mucha gente, incluidos nobles. Peros sus estancias estan sin tocar, amo Quatre.

-Gracias, Sumo sacerdote.

-Recuerde que como mandatario, usted puede decirme Rassid.

-no, no puedo. Pero pudo hacer estooo. –Y se le tira en un abrazo.

-Amo... –Se escandalizó el Sumo sacerdote. –Perdonenlo ustedes, de niño fue muy efusivo.

Heero asintió. Y la mirada sospechosa del sumo sacerdote se posó sobre él. Su pecado no estaba perdonado, si eso era lo que creía. Era un confuso convicto, ¿Habría que juzgarlo por intento de asesinato? ¿Qué fue lo que le hizo cambiar de opinión? ¿Por qué había pasado de Necro a Celestial? ¿Porqué protegió al amo? ¿Porqué luego lo deja a su suerte? ¿Cómo se podría juzgar, si fue quien trajo a salvo a Quatre? Estaba seguro que era el mensajero negro que solía usar la reina, sin embargo... Estaba la teoría de los demás, que se había ido para protegerlo, y mantenerlo a salvo cuando se había enterado de los planes de la reina, y posiblemente recibido sus órdenes. El porqué no le había dicho a nadie... Era un chico muy callado... Los que lo habían conocido señalaban que era su principal característica. Y eso se prestaba a otra cuestionante, ¿Porqué había hablado tanto?

Pero bueno, ya tendrían tiempo de hablar y hacerle las preguntas pertinentes. Miró al amo Quatre, cuya mente estaba cerca del cirquero al que se acercaba durante los pasillos oscuros a tomarle la mano, o acariciar, sabiendo que nadie lo vería, o no diría nada.

Lamento la tardanza de éste capítulo, pero es que acabo de entrar a la universidad, y estoy super ocupada. T.T ahora me escapé un rato. También ha sido falta de inspiración, aun que quienes opinan que no tengo talento, no les importará en lo absoluto. XD Cualquier reclamo, duda, sugerencia, o golpe, deberán enviarlo a jakito_kun(arroba)hotmail.com

Espero tener el róximo listo pronto, para lo cual, lo empezaré a escribir ahora. ¿Y cuándo estudio?

(N/A: Las Faeries y hadas poseen características similares, es más, se traduce de ésa manera. Pero la iconografía me hace pensar que son diferentes, las hadas están envueltas en luz, usan vestidos largos y decentes, en tanto que a las faerie (como las de sueño de una noche de verano, de Shakespeare, o campanita de peter pan) se las muestra con vestidos muy cortos, o como recortados. Sin embargo, al hablar de ellas anteriormente, y como me baso mucho en el inglés, hablo de faeries. No se tanto como para asegurar nada el respecto, debido al respeto que me inspiran las mitologías.)