Second Sight Tres.

Hace bastante tiempo que debí publicar esto, después del paro estoy de vacaciones, pero en fin, vamos al grano, como dijo el dermatólogo. (Wacala)

Este capítulo lo dedico primero a Carol, o Wich Hunter Robin en persona, una adorable chica muy simpática que gusta de mis fics de Gravy, y a mi ex koi, kirito, que me acaba de dejar esta semana. Dudo que lea esto, esta demasiado ocupado con su nueva chica, pero igual se lo dedico, para que vea las cosas que nos quedaron por hacer.

Bien sólo una cosa mas, y es que no esperen trama. Estos son unos sueños sexuales algo extraños, pero no tan extravagantes como los que me acaban de contar, créanme. Me gasto unas amigas...

Quiero agradecer los rewiew que me han llegado por este fic, aunque han sido pocos, según Nat porque algo paso en según yo porque les da pudor, o no les gusta, sencillamente.

Y bien aquí empezamos exactamente en la frase anterior.

Cuando desperté, Yuki ya se había levantado.

Fui al baño, y sentí ruidos en la cocina.

Fui a asegurarme que no había bolsos en la sala, y que era Yuki el que estaba allí. Se encontraba lavando los trastos del día anterior. Yo estaba desnudito, y me puse un delantal de cocina que encontré, tomé un paño de cocina, y me puse a secar y guardar las cosas.

-Baka, ¿Porqué no te vestiste?

-Me da flojera, si después me desvestiré de nuevo.

-¿Y porqué te pusiste el delantal?

-Porque me da frío el agua tan helada con mi cuerpecito aún caliente tras la noche que acabamos de pasar.

-Mh, no te creo.

-Eh?

-Lo habrás hecho a propósito. –Me dio una palmada.

-Yuki... –dije alargando la u.

-Vamos a desayunar pie de limón. Toma esas galletas partidas de allá...

-¿Estas?

-Si, esas, y muélelas bien. Hazlas polvo. Y luego nos echamos uno, de acuerdo?

-¿Eh?

-Ya, no importa. Mientras yo derrito la mantequilla...

Cuando estuvo todo molido, Lo dejamos hecho pelota reposar un rato mientras hacíamos el relleno y el merengue. Hicimos, por alguna extraña razón, mucho relleno.

-Esto está para meterle los dedos. –Metí los dedos a la masa.

-No todavía. Primero poner mantequilla al molde, luego la masa, ahora relleno, -Yo sujetaba mientras Yuki hacía todo. –Y ahora el merengue. Dejó el molde en el horno para que se dorara un poco.

-¿Ahora sí puedo...?

-Si, puedes.

Metí mis dedos al dichoso elemento, junto con Yuki, pero la fuente estaba un poco retirada de la orilla de la mesa de la cocina, así que quedé un poco al aire... Y Yuki aprovechó, como siempre. Primero me pasó un dedo por la parte baja de la espalda, y las nalgas, preparando antes de entrar, pero lo hizo con fuerza. Metió un dedo, cosa que nunca había hecho.

-Yu Yuki...

-¿Cómo está el relleno, Shuichi? Dijo muy cerca de mi oído.

-Se... Se siente raro. –Gemí cuando Yuki introdujo un segundo dedo. Yo estaba simplemente jadeando, me relajé un poco sobre la mesa, y sentí un tercer dedo entrar a mí. Y moverse de una forma que en casi treinta patéticos segundos, terminé, pero de forma fenomenal. Sólo entonces Yuki me soltó, y se fue a lavar las manos.

-Limpia. –Fue cuanto me dijo. Me puse a limpiar un poco, y me iba a sentar, cuando Yuki me dijo –No, vamos mejor a la cama. Lleva café.

Yuki se fue a la cama llevando dos platillos, cuchillo de cortar tortas y del otro, cucharillas, todo en una bandeja. Yo puse la cafetera, y preparé un poco de café. La habitación de Yuki no tiene tele, no sé cómo no se aburre. Dice que es porque usa la cama para descansar, y para culiar, y el living para ver tele, pero claro, no le da nada tener sexo en el sillón, en la silla del escritorio, o la mesa de la cocina. Llevé los dos café a su cuarto, uno en su taza favorita, una que es de color indeterminado, pero oscuro, y la mía, con el símbolo de mi manga favorito.

Me apuré a llegar, ya se sabe qué hace Yuki con los dulces, pero así y todo, cuando llegué ya se había comido un tercio, o iba por allí. Le pasé su café.

-Está pésimo.

-Lo hizo la cafetera, no yo.

-Hasta en la cafetera te sabe mal el café. Eres pésimo en la cocina, y en la cama, no puedes hacer bien ni un café, ni una mamada.

Hay veces en que se me agota la paciencia, y soy un monstruo. Rara vez, mas bien nunca Yuki me había visto en tal estado. Hacen falta horas menos de sueño bajo permanente frustración de todo tipo... Lo cual normalmente en la disquera está a orden del día. No recuerdo muy bien lo que dije, pero recuerdo la cara de agobio de Yuki mientras le gritaba todas las cosas que me solía repetir, y dónde diablos estaba todo, que si en realidad yo era sólo un estorbo, porqué tenía sexo conmigo cada vez que podía, y cosas así.

Me respondió, cuando me quedé callado porque me dolía la garganta, y no podía hablar mas, que si entonces me había dado cuenta del doble juego que hacíamos. Como ya no podía hablar, me siguió hablando, cada vez mas dolido, y enojado, de las cosas que se me pasaban por alto. Como el hecho que le insultara tan seguido por estupideces que no valían la pena. Y otras cosas, que prefiero no recordar.

Fue la pelea mas horrible que hayamos tenido.

Yo no podía hablar, y Yuki me seguía retando. Tenía un nudo en mi garganta. Por fin se sentó, callado. Él estaba llorando, sus ojos estaban llenos de penita, y de rencor. Quizá es demasiada sobrecarga, y sólo jugaba a enfadarme, como tantas otras veces. Y yo también lloraba. Pero en silencio. Apoyé mi espalda en la puerta del armario, y me deslicé hacia abajo. Yuki me sujetó antes de caer.

-¿Qué te pasa, baka? ¿Acaso no puedes hablar?

Hice un gesto de no con la cabeza.

-Perdóname, creo que perdí la cabeza. Sólo intentaba jugar contigo, comunicarme. No sé cómo hacerlo, sueles ser indiferente e insensible a casi todo lo demás. Por eso siempre reclamo por ello. Pero sabes que no es cierto, ¿Verdad...?

Maldita sea, yo sufriendo por que este idiota no me decía mas que esas cosas, y era por que yo, otro idiota, nunca le ponía atención, ni era capaz de entender su lenguaje. Bajé la cabeza, volteándola a un lado.

-¿Hay alguien en casa? –Se escuchó desde el living. Seguchi. Yuki puso cara de urgencia.

-Estamos en el cuarto, no vengas, Toma, te lo advierto. –Le gritó mientras hacía volar el delantal. Me pregunté: A todo esto... ¿Porqué tiene Yuki un delantal con vuelitos en su casa... Ak.

Si, adivinaron.

Yuki me empezó a vestir deprisa, porque escuchamos además a K y Hiro. Supongo que a ellos ya no les causa pudor el hecho de vernos así, de modo que podían llegar y pasar finalmente me vestí con un pijama mío. Metió el delantal bajo las almohadas, y me hizo un gesto de silencio. Tomó su café, y me pasó el mío, y un poco de pie. En cuanto empecé a comer, entraron.

-Ah, come'n here, mister Shindou kun y Yuki san. Comiendo pastel, y no querían convidarnos eh? K san jugaba con su arma algo peligrosamente, como siempre. –tomó sin pedir permiso un poco de pie, y se lo echó de una vez.

-Ah, pero que escena mas obscena han visto mis ojos, Shuichi.- Entró saludando Hiro. Yuki le dio un poco de pastel.

-Creo que queda mas café en la cafetera, por si alguien quiere. –Les ofreció Yuki. – está bastante bueno.

Yo asentí.

-Y porqué no nos sirves tú mismo, Eiri san. Eres muy malo con tus invitados.

-Yo no los invité.

-Es que vinimos por Shindou kun. Necesitamos que hable en una conferencia. –Señaló K.

-Creo que no se va a poder. Tiene un shock nervioso al parecer, hace unos minutos que no puede decir palabra.

-¿Qué... lo ignoraste? –Preguntó Hiro, aludiendo a la vez anterior que perdí la voz.

-No, le puse demasiada atención.

-¿Es eso cierto, Shindou san?- Asentí con la cabeza. –que oportuno, no puedo decir menos.

-En todo caso, está en sus días de asueto. –Yuki ya llevaba la mitad del pastel el solo.

-Yo soy su manager. –K jugaba con su arma. – Y sé que le conviene recuperar su voz ahora mismo, si no quiere perder mucho.

Fujisaki entró en ése momento, casi dormido.

-Hola Shindou kun, hola Yuki san. –Y se durmió sobre la cama. Me lo quedé mirando, y lo piqué un poco con el dedo.

-Lo interrumpimos también, como ven.

-Si Shu tiene que ir a hablar estando mudo, creo que puedo ir yo también. –Yuki me miraba preocupado. Le miré lindo de vuelta. Y me sonrió. Creo que eso intentaba diciéndome esas cosas pesadas, retomar la complicidad que desde el principio no hizo pelear jugando. Comprendí lo valioso de todo esto, como crecimiento personal para Yuki. Porque pese a ser todo un juego, sólo una vez me entregaré así. Y será para él. Pero la entrega no es a él, es a mí mismo, a mi cuerpo, a mi modo de comunicarme.

-Entonces terminen de desayunar, y nos vamos. Ah, Eiri san, me preguntaba si no se me quedó aquí un delantal.

-¿Un delantal?

-Si.

-¿Uno rosa con flores y adornos?

-Si.

-Pues no, que yo sepa, ninguno. ¿Has visto uno así, Shu? –Dije que no con la cabeza. – Ya lo vez.  Revisa, tal vez sea porque apenas ustedes se fueron nos vinimos a la cama. – Y me sonrió de forma pícara. Yo enrojecí, de modo que todos supieron de qué hablaba.

Terminamos de desayunar, y tuvimos que ir. Como siempre, no hay otro remedio. Fujisaki dormía todo el tiempo. Al parecer, pasó algo grave, pues afuera del departamento había cámaras. Mientras yo me vestía en el baño, vigilado por Hiro desde fuera, Yuki estuvo hablando con Seguchi san, y al parecer discutieron. Yuki me abrazaba todo el tiempo, me habían hecho ponerme una chaqueta con el cuello alto, y gorro, y cuando salí del baño, Yuki pidió que no se me dijera nada. nos fuimos en una van conducida por K san hasta un hospital.

Una vez allí, todo transcurrió de un modo muy rápido, y desagradable. Todos hablaban, yo no quería escuchar, y resulta que Yuki en un momento me llevó aparte, para explicarme  bien lo que acababa de entender.

-Shuichi, yo sé que no tienes mucha idea de lo que pasa, y de las consecuencias que tendrá esto para nosotros. Una chica que murió hace poco en este hospital dijo algo en su delirio que al parecer fue oído por una reportera, que anoche hizo un escándalo terrible. Toma me dijo que me estuvo llamando luego, ¿Recuerdas que se retiraron porque había un problema? –Asentí. – pues era este. Esta muchacha afirmó que yo era el padre de su hijo. Sé que no puedes responderme, y tal vez ni entenderme, pero quiero que sepas que no es cierto. Puedo hacer una prueba de ADN para la opinión pública, pero debes ser tú quien me crea primero.

Yo no supe qué hacer. Traté de pensar, pero no pude. Cuando he podido, por lo demás.

-Shuichi- Prosiguió Yuki con su discurso. –Se me va a caer el mundo encima si digo que el niño no es mío, pero quiero hacerlo porque no es justo que yo cargue con algo que no hice. Es un bebé de x semanas, para que lo hubiera hecho yo, hubiera sido el tiempo que mas pasé contigo.

"Y todos sabemos que no tienes tantos espermios", casi le dije. Si, coincidía con el tiempo de mis vacaciones de huida, o honey moon, como la habíamos bautizado, para risa de todos, y enojo de Seguchi. Sé que no podía confiar mucho en Yuki, pero parecía un poco preocupado de cómo pensaba.

Supongo que un niño nos separaría sólo un poco más rápido de lo que nos hubiéramos separado nosotros... Eso si yo pensara. A mí nadie me iba a alejar de Yuki, nada. No de nuevo. Nunca. Cuando uno ama de verdad, no deja que ni uno mismo impida estar con quien se ama. Puede que sea impulso sadomasoquista, pero nada nos aleja.

Yuki me miraba queriendo saber mi respuesta. Allí había un block de dibujo, tomé un plumón, y empecé a escribir.

Yuki empezó a hablar. Dijo algo así como: "Creo que me estás volviendo sádico. Necesito oírte gemir mi nombre. Me siento extraño contigo, sin poder hablar. Nunca creía que diría esto, pero es extraño.

En eso llegó el doctor a examinarme. Yuki quedó en silencio, y yo dejé de escribir. Estuve atento, y Yuki no hizo seña de querer leer lo que había escrito.

El doctor me examinó la garganta, me tomó el pulso, y me dijo que era por nervios, que debía relajarme. Salió de allí, porque no tenía pluma para escribirme la receta de tranquilizantes, y aproveché de mostrarle mi respuesta a Yuki:

"Reconoce al niño. Adoptémoslo. Aunque no sea tuyo, me gustaría darte un hijo, y ya que no puedo..."

-Baka, y mil veces baka. ¿Porqué te quieres echar encima problemas que no son para ti? Ambos somos gay, soy adicto a veces, pero me puedo permitir eso porque soy libre. Además eso significaría atarnos. No, no quiero hacerlo, Shuichi.

Escribí: "Pero Yuki, ese niño no tiene la culpa"

-Yo tampoco, y no voy a cargar con eso. Cada cual a lo suyo, además, si acepto esto, puede que luego empiecen con otra cosa. No, Shuichi, aunque tú me lo pidas no puedo hacerlo.

Regresó el doctor, y miró algo enojado a Yuki. Me dio la receta, y me iba a empezar a dar lata, pero Yuki me tomó de la mano, y me llevó lejos, después de darle las gracias. Cuando llegamos donde Toma nos esperaba, para hacer el examen de sangre de Yuki, lo primero que le dijo fue:

-Quiero que lo examine otro doctor, ese no me gusta.

-Yo mismo veré que así se haga. No me gusta la idea que pueda hablar ahora, pero mañana necesito que lo haga. Lo absurdo es que la fecha de concepción es cercana a vuestra luna de miel, y en cuanto a ello todos sabemos...

-Si, si, si, no es necesario que lo digas en voz alta. –Lo interrumpió Yuki.

-Aunque si lo deseas, ahora hay pastillas azules que...

-Ya, basta. Funciona para xxx a Shuichi, no necesito otra cosa.

Yo debía estar peor que un globo, de lo redondo y lo rojo, ya se imaginarán. Aunque Yuki no hubiera podido hacer a ese niño, lo quería para mí. Sé que es egoísta, es un capricho pasajero, como todos los que me han dado, como tener un gato. Al final el bicho es mas de Yuki que otra cosa. Si, sé que no es correcto tener un niño de mascota, por eso elegí obedecer a Yuki y no pedí mas al niño. Y escribí en un papel: "No te preocupes, volverá la voz en cuanto necesite decir algo"

Yuki sonrió, me quitó el papel de las manos con una mirada que ya me conozco muy bien, me abrazó, y me acarició el cabello. "siii"me dijo. "soy un maldito sádico, necesito escuchar cómo me ruegas que pare, que no pare" se puso serio, de pie, miró a todos lados, y dijo "Creo que sabrás que nunca dije eso".

Asentí. Creo que si no se aleja en ese momento, hubiéramos dado un espectáculo fenomenal. Le tenía aún unas ganas... sólo quería que toma nos dejara ya en casa. Tan rápido en buscarnos, y lento en dejarnos... pero no debo quejarme, es mi vida, y hay que aceptar, y aprender a vivir con algunas cosas.

En el auto, Yuki preguntó dónde íbamos. Como estábamos en la Van, hay más espacio, así que al escuchar que íbamos a un cana, Yuki me acarició las nalgas. Me subí arriba de él. Hiro iba en otro auto, en este sólo estábamos nosotros, y Seguchi san manejaba. Yuki me bajó los pantalones que llevaba, que por cierto son fáciles de bajar, y sentí cómo se bajaba el cierre. Maldito Yuki, siempre está listo... Me aferró bien fuerte la cintura, y me mordisqueaba el cuello y las orejas. Seguchi san miró para atrás.

-Chicos, pásenla bien, de aquí a como veintiocho horas no estarán solos de nuevo. –Se puso un estéreo. –Sólo tienen media hora.

Así que Yuki siguió ocn lo que hacía. Me penetró a lo bruto, como siempre, mientras sus manos recorrían todo mi cuerpo. Sin darme cuenta estaba gimiendo su nombre. Sentía a Yuki reirse, y dejé mi concentración atrás.

-¿De qué te ríes?

-De ti.

-¿Cómo de mí?

-En realidad de lo luego que se te pasó la mudez. –Y siguió riendo.

-Yuki malo. No me dí cuenta. Ya no quiero seguir, sácamelo...

-Mh... -Habló cerca de mi cuello. –Así que no quieres seguir ahora –Se movió, y todo mi cuerpo recibió el movimiento.

-No, no quiero, me duele mucho.

-Oh, vamos, lo mismo de siempre –Sus manos torturaban mis pezones que se volvían cada vez mas sensibles al tacto. –Primero dices que no quieres, y luego ya no puedes parar. –yuki movía mis caderas con su mano. –Vamos, Shuichi, dentro de algunos segundos gritarás, pero no de dolor... Sólo relájate, y ya verás cómo va todo bien...

Sus manos realmente me estaban quemando. Ya me faltaba poco. Eché mi cabeza para atrás, acomodándola en su hombro. Él echó las caderas un poco para delante, y me miró la cara. Mi espalda rozaba casi totalmente con su pecho, poco atlético, pero firme. Lo miraba silencioso, o casi, sólo era ruidosa mi respiración a cada movimiento. Su cara cuando me lo hace es grandiosa. Me miró, y me besó la cara.

-¿No estarás enojado? Vamos Shu, no me hagas rogarte, quiero oírte gritar, gritar por mí...

Sus manos bajaron por mis caderas hasta mis rodillas, y me las envió para atrás, de modo que impulsó mi espalda un poco para adelante. Empecé a gemir como nunca. Me masajeó levemente la espalda, y de mis ojos caían ésas lágrimas que a veces suelen caer. Este era el caso. Seguí gimiendo su nombre, no me valía la pena morderme los labios para evitarlo, y terminé antes que él, en su mano.

Me moví un poco, me incorporé, y el ligero dolor de cuando es muy brusco me hizo decir ay. Él también había terminado, unos momentos después que yo.

Me tendí en el asiento como pude. Yuki bajó al pisadero, y se arrodilló. Él cabía allí, yo estaba un poco adolorido, sino bastante. Apoyó su cabeza en mi ombligo, y sentimos que Seguchi detuvo el auto.

-Llegamos chicos. Ahora deben comportarse como la gente normal.

Yuki me besó el ombligo, me bajo el suéter, y me subió los pantalones. Me abrochó todo. Él se arregló, y Seguchi abrió la puerta del auto. Bajó Yuki, y me llevó cubierto al lugar donde íbamos. Nunca antes había estado allí.

Hasta aquí llegó este capítulo. Bastante lemon para todos estos días. Bastante largo, nueve páginas. Bien, este... quiero agradecerle a quienes me han escrito, enviado mensajes por msn, o simplemente enviado rewiews por este fic. Esto... a Anna, a Diora, con sus faltas de ortografía, me dio mucho gusto, y lo continuaré, a Vaslav, que beno que te haya gustado Tohma, y si, yo también me reí al imaginar la situación, pero me alegra que alguien haya encontrado una anécdota mía sublime. rikku-tomoe, creo que Mi Vida Con Shuichi es un fic muerto, estuve demasiado tiempo con él. No sé si agregaré un capítulo, recuerda que no son historias en sí, pese a que por momentos lo parezcan. Son simplemente diarios de vida con mucho lemon desde el punto de vista de los personajes. Y ese fic tiene trauma, así que no creo... No creo poder seguirlo, pero ya he dicho esto dos veces, y ahí lo tienes. Es el fic con mas éxito que haya tenido jamás. Curiosamente, es el mas mío, no planificado, no parte de un solo impulso, hay tanto de mí como de cálculo en los otros. No esperen que siga tal cual la historia, eso es... Muy tosco para mí. Lo siento, soy muy densa.

Besos para todas!