Sólo para ti

Escrito por Natalia

Gentilmente tragó saliva mientras buscaba en su armario su habitual vestido negro. Largos dedos acariciaron la delicada prenda mientras la retiraba del lujoso mueble con cuidado. Con su otra mano sacó el pañuelo rojo y lo apoyó sobre el futon.

Cuando terminó de acomodar todo, se concentró en la tarea de vestirse. No le llevó mucho ya que un vestido de una sola pieza es muy fácil de poner. Luego de acomodárselo con sus manos se dirigió al espejo de su habitación y tomó entre sus manos un cepillo para el cabello. Mientras se lo cepillaba, estaba indecisa de que cantar para sí durante el proceso, lo cual era habitual en ella.

Respiró hondo, y se puso a cantar su pieza favorita: Omokage. Le gustaba esa particular canción; su tiempo no era rápido pero tampoco muy lento, y tenía un ritmo fácil de seguir. Sus manos cepillaban sus hebras dorados rítmicamente al compás de la música.

Le encantaba cantar, más que cualquier otra cosa. Y, lo mejor era que no lo hacía mal. A pesar de no haber estudiado en ninguna academia, la madre naturaleza la había favorecido con una voz privilegiada.

La música era algo que nunca fallaba a la hora de relajarla. Disfrutaba cantando, ya sea algo divertido o triste.

En toda su vida, sólo había cantado para tres personas. Su Okaa-san. Su Otou-san

E Yoh.

Le había cantado a su Okaa-san cundo sólo tenía cuatro o cinco años de edad, canciones de niños, tradicionales o las que ella le pedía. Okaa-san siempre era feliz cuando ella le cantaba, y por eso era que lo hacía. Okaa-san se veía tan feliz cuando lo hacía. Recordaba sentarse sobre su falda, cantando las canciones que aprendía en la escuela, escuchando su dulce y feliz risa. Cuando murió, no había nadie a quien cantarle. Y guardó su voz cantora, bajo dulces memorias y dolor.

Jamás pensó que sentiría la necesidad de volver a cantar, hasta que se reencontró con su Otou-san, quien había vuelto de un viaje de entrenamiento por el cual había dejado a la familia sola. Y había cantado porque él se lo había pedido. Y él, también, fue feliz, igual que Okaa-san. '¿Por qué?' se había preguntado. '¿Por qué eres tan feliz cuando canto? Ni que fuera tan buena haciéndolo.'

Su sonrisa era tan gentil, tan suave, y le respondió, 'Porque es un gesto de amor. Tu no cantas para cualquier persona.'

Pero él también la había dejado.

Y una vez más guardó su voz, enterrada en dolor y confusión, prometiéndose que nunca más dejaría que alguien la volviese a escuchar. Significaría que querría mucho a una persona, demasiado para su propio bien. No de nuevo; no iba a ser lastimada una tercera vez. Nunca más.

Pero con su entrenamiento de itako, Yoh había aparecido. Y su mundo había sido cambiado irrevocablemente en el momento en que sus ojos se encontraron.

"Asakura Yoh desu", el joven pronto-a-ser-shaman le dijo felizmente. Su suave voz aún resonaba en sus oídos. "¿Kimi wa--?"

"Kyouyama Anna" respondió dudosamente.

"Vamos a vernos seguido, así que hay esperanzas de que seamos buenos amigos" Continuó con una dulce sonrisa que hizo que su cara se vistiera de colorado.

"…Aa." Vio como Yoh se sentaba a su lado. Los rayos del sol se reflejan sobre su cabellera marrón, lo que lo hacía hermoso.

Y sin ninguna razón, algo dentro de su corazón saltó y volvió a su lugar después de esa oración.

No importaba quien era en realidad Asakura Yoh, decidió. Lo que era importante era que el joven flaco la intrigaba mucho, y quería, más que nada, conocerlo mejor.

"…hay esperanzas de que seamos buenos amigos…"

Sabría que así sería.

Tal vez muy buenos amigos… o algo más que amigos…

---

Yoh…

Una invisible banda de hierro parecía atrapar su corazón, apretándolo dolorosamente. No lo suficientemente fuerte para sacar sangre, pero eso era cuestión de tiempo.

La frustraba tremendamente, que Yoh no parecía darse cuenta de que si no entrenaba no se volvería fuerte. Y sino se apuraba, en el Torneo de los Shamanes iba a terminar muy mal herido o más… Date cuenta, rogó silenciosamente. Sino terminarás muriendo. Yo no podría soportar eso. No podría vivir en un mundo sin ti.

La canción terminó sin siquiera darse cuenta. Lentamente abrió sus ojos y vio su reflejo en el espejo.

Un suave aplauso sonó tras su espalda. Saltó, dándose vuelta. Yoh estaba apoyado contra el marco de la puerta, una extraña expresión en sus ojos. Pero estaba sonriendo, una sonrisa tan dulce como la que le había dado el primer día que se conocieron.

Respiró hondo temblorosamente y miró enojada - o trató – al joven shaman. "¿Qué nunca tocas?" se quejó.

"Pero te hubiera interrumpido," Yoh dijo suavemente. "Eso fue hermoso, Annita. No sabía que cantabas."

"Nunca preguntaste."

"Bueno, ahora ya lo se, de todas maneras." Se separó de la puerta y caminó hacia ella. "¿Anna?" Yoh abrió sus ojos, mirándola con esa extraña expresión nuevamente.

"¿Si?"

"Si te pido que cantes para mi… ¿lo harías?"

Ella nunca duda. "Si."

No quiero perderlo. No puedo perderlo. No…

Una suave sonrisa "Canta para mi"

"Sólo por ti."

Yoh volvió a sonreír, una sonrisa que estaba brillando radiantemente. "Gracias, Annita."

La música inundó el cuarto nuevamente, música que permanecía dulcemente en los oídos de aquellos que la escuchaban. En esa canción, un espíritu perdido temporaríamente encontró paz.

Sólo para él.

Fin

-------------------------

Notas de la Autora:

Esto se me ocurrió escuchando la canción Omokage (segundo ending de la serie). Y como todos sabemos en Japón la seijou (quien hace la voz) de Anna es nada menos que Megumi Hayashibara, quien canta los openings y endings de la serie y muchas otras canciones tan bonitas. ¡Megumi, te amamos! salta sacudiendo sus banderines de Megumi en las manos

Ejem, bueno, una vez terminada la idiotez, sigamos. Por eso es que creo que Anna podría tranquilamente cantarle algo a Yoh.

El pasado de Annita lo volví a inventar (cuándo no…) para darle un poco de más sentido al fic. No tengo ni idea si su padre los abandonó para realizar un viaje de entrenamiento y después volver, o si su madre murió cuando ella era sólo una niña… así que perdónenme ¿si?

Respecto a las palabras en japonés, pues acá abajo va la aclaración:

Asakura Yoh desu Me llamo Yoh Asakura

¿Kima wa…? ¿Y tú eres…?

Aa Si

Y sin más que decir me despido con un abrazo y la esperanza de encontrarlos en los reviews.