Invisibles Cadenas
No sé si es ese avión que cruza el cielo el que te lleva (si ya te fuiste hace tanto tiempo), pero para mi todos lodos los aviones que rugen en el aire son las fieras devoradoras que te tragaron, que te encierran en su vientre sin dejarte escapar, que anuncian la distancia; yo aquí oyendo a Yoko Kanno tocar un blue. Vos allá, talvez también, y sin quererlo no proponértelo, oyendo un blue de Kanno.
Nunca hablando de eso. Entre tantas palabras de amor, tantos adioses, tantos desencuentros, tanta despedida, no tuvimos tiempo de hacer nombres, de ponerle música a lo nuestro, de leer a cuatro ojos las páginas de un libro.
Y aquí estoy yo, dejada de tu mano, con una dirección para escribirte, pero ningún indicio para imaginar tus acciones, tus pasos en cada hora del día. Tus horas de allá, acá son diferentes porque permanecemos en diferentes latitudes, y mi verano es tu invierno de allá arriba, tu sobretodo gris, tu risa de muchacho, tu nostalgia quizás trayéndote a estas calles que nos son familiares y nos pertenecen por el sólo hecho de haber caminado por ellas, de habernos salpicado con sus charcos los días de lluvia.
Otros tienen de vos lo que me falta: tu enjuto cuerpo, los ademanes de tus manos firmes, los gestos de tu cara, la onda arruga de tu desconcierto, los dientes en primer plano de tu poco usual sonrisa.
Otros tienen de vos lo que me falta: el olor de tu aliento, tu palabra de voz ligeramente húmeda.
Les hablas en un idioma que conozco en forma elemental y su significado más que entender, adivino en las canciones que rara vez cantabas, llenas de melancolía, de silencioso llanto en la noche por la que los aviones pasan llevándote, siempre el mismo avión que te lleva y te lleva y te aleja hacia el norte de todas las distancias.
Quisiera poder entibiar con el calor de mis manos el hueco que dejaste, pero para ello tendría que abrirme el pecho.
Ya ves, ni siquiera puedo tocarte.
Te apareces de pronto dentro de mí, un instante nomás, luego te escapas, huís, flotas por largos kilómetros hacia otro país y me dejas toda la soledad para mi sola.
Es demasiada soledad la que me dejas.
Demasiado silencio.
Demasiado llanto.
Demasiada ansiedad.
Todo te lo has llevado.
Pensabas que era mejor así: no atarme con promesas, no pronunciar palabras que te comprometieran a quererme en la distancia.
Dijiste que no querías dejarme atada, pero la verdad es que no querías quedarte atado a mí.
"Tendremos que estar mucho tiempo separados, Pilika. Un año, dos... quizás más..."
"No me interesa el tiempo, yo te quiero."
"Es tonto prometernos cosas que tal vez no podamos cumplir... Prefiero despedirme como si fuera una despedida común, de cualquier día. Y reunirnos a mi regreso, como si tal cosa, si es que aún queda algo de lo nuestro entre nosotros."
"Eso es cruel, Ren."
"No, no es cruel, es generoso. Lo egoísta es dejar de vivir lo que la vida puede acercarte, acercarme."
"Pero si yo te dejo libre..., sólo te pido que si me querés, me quieras y me lo hagas saber."
"Ah..., que finas cadenas invisibles y fuertes son las que llamas libertad, que finas cadenas, finas e irrompibles son esas con que queres asfixiarme. Dejemos todo así. Que sea el tiempo el que cure, el que mate, el que mantenga encendida la llama o la vaya apagando poco a poco."
Terminaste el café y dijiste 'ja ne'.
Allá no decís 'ja ne', decís 'sayonara'.
Tal vez también decís palabras de amor en ese idioma.
Tal vez no. Tal vez las guardas para mi y las traigas de regreso el día menos pensado, a cualquier hora, llegando en un avión cuyo rugido en la aire de esta tierra me parezca distinto..., y en vez de ser el avión que te lleva constantemente, todos los días, todas las tardes, todas las noches, todas las veces que levanto mis ojos para verlo cruzar el cielo..., sea el avión que te traiga y te deje a mi lado para siempre.
Y ya no temas mis invisibles cadenas, ni mi visible amor, ni mi visible emoción, ni mi visible llanto.
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Notas de la Autora:
Un One-Shot desde el punto de vista de Pilika. Cuenta de una supuesta futura relación con Ren que no tiene mucho futuro que digamos. Lo hice por Bratty quien me dijo dio la idea de hacerle un regalo a cada persona de Mankin para su cumpleaños, en este casa el de la peliazul.
