Notas de la Autora:

Este fic es muy tonto y se me ocurrió en una noche de calor. Es medio sugestivo.

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El Calor del Verano

Escrito por Natalia

Calor.

Hacia mucho calor. Odiaba este calor, deseando por milésima vez que el verano no existiera. Tampoco ayudaba que su aire acondicionado decidiera romperse ayer.

Se acostó sobre su espalda, y suspiró. Necesitaba algo frío. Hielo. Viento. Algo, mientras la haga sentir frío…

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"¡AAH!" Se paró bruscamente, secándose con la mano la humedad fría en su rostro. Agua caía de su pelo y cuerpo sobre el piso de madera, creando pequeñas manchas oscuras. "¡¿Qué te pasa?!"

Ojos sonrientes parpadearon una vez, luego dos veces. "Creo que me pasé un poquito."

Un gruñido—el calor impedía que utilizara la fuerza a pesar de su irritación. "De todas las personas, tenías que ser vos."

"¡Annita! ¡Suenas como si me odiaras!"

Suspiró exasperadamente. "¿Qué es lo que quieres?"

La cabeza de cabello marrón se movió para un costado en contemplación. "Buena pregunta. ¿Qué piensas que yo quiero?" Luminosos ojos la miraron intensamente, un brillo curioso en ellos.

Ella conocía ese brillo. Instintivamente tomó un paso para atrás, frunciendo el ceño. "Oh no…"

"¿Por qué no?" Sus labios se volvieron un puchero, hablando con reproche.

El Colorado tiñó sus mejillas. "¡¿Qué nunca piensas en otra cosa que no sea eso?!"

"Si. Pienso en ti." Una dulce y sincera sonrisa, círculos negros mirando significativamente los de ella.

El Colorado se volvió carmín. Cerró su mano tembleque formando un puño, levantándolo y dirigiéndolo hacia la otra persona.

Una larga mano la detuvo y atajó su muñeca antes de que pudiera golpearlo. "Tan violenta, Anna. Tsk, tsk."

Le dio a su prometida una mirada asesina. "Déjame. Ir."

"No."

Antes de poder hacer algo más, se vio atrapada contra la pared por largos, firmes brazos, y una hambrienta boca reclamando la de ella. Se quejó pero finalmente se relajó, escuchando su propio suspiro de derrota y deseo.

"Me rindo."

Una sonrisa, labios rozando su oreja y haciéndola temblar. "Chica inteligente. Deberías haberlo hecho desde un principio."

"Tienes suerte de que haga tanto calor, o te estarías sintiendo muy adolorido ahora."

El joven se quejó visiblemente. "Lo dudo." Bufó y no dijo nada, apoyando su cabeza sobre el hombro de su prometida.

"No querrás que lo hagamos aquí, espero."

Otra brillante sonrisa. "¡No! Conozco un lugar donde el aire acondicionado funciona."

La cabeza de cabellos dorados lo miró acusadoramente. "¿Por qué no dijiste eso al principio?"

"Sólo quería asegurarme de que no me amabas por razones materiales… ¡OUCH!" El shaman se masajeó su ingle dolorosamente. "¡Eso dolió!"

Fue su turno de reír. De repente, se estaba sintiendo mucho mejor. "¿Vamos a ir a ese lugar, o no?"

"Ahora se porque dicen que las relaciones son dolorosas…"

"Cállate o repetiré mi última acción."

Lágrimas. Y grandes ojos llorosos. "¡Annitaaaa--!"

Suspiro.

Las cosas que soportaba para conseguir aire-acondicionado.

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Notas de la Autora:

Esta fue la idea más idiota que se me ocurrió ¿verdad? Me vino a la mente durante la noche de un día otoñal pero que extrañamente y curiosamente hacía mucho calor y no me podía dormir. De ese calor e insomnio resulto este fic. Extraño y tonto…

Bueno, haber si me cuentan que piensan, aunque sólo escriban para decir que es estúpido no hay problema.