Hola a todos, lamento mucho la demora, es que he andado con mil cosas y pues este no es el único fic que tengo que actualizar, en realidad le estoy dando prioridad a otros, pero bueno, muchas gracias a Tania Chang por recordarme que no había actualizado este, una disculpa por el retraso y a ver si te gusta este cap. ^_^´
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Capítulo II "Discusiones"
Alanis caminaba por los pasillos de Hogwarts al lado del profesor Snape, que no había pronunciado palabra alguna, ya fuera de desprecio o aprecio, desde que habían dejado el Caldero Chorreante. Alanis empezó a molestarse con ese silencio, pero no decía nada, ya que temía enfadar al profesor de Pociones antes de haber empezado su nuevo trabajo. Llegaron al despacho de Dumbledore, después de haber pasado por la gárgola. ("Paleta de crema").
-¡Ayline! ¿Cómo estas?- preguntó Dumbledore con una sonrisa, abrazando a su sobrina consentida con cariño, mientras Snape contemplaba la escena sin decir palabra.
-No me digas Ayline, sabes que lo detesto- contestó Alanis con una sonrisa, recorriendo el despacho con la mirada. Sonrió. –Está igual que las miles de veces que estuve aquí en detención, todo gracias a mis compañeros de casa- y dicho esto, volteó a ver a Snape significativamente, pero éste le devolvió la mirada sin expresión.
-Aún no se por que tocaste en Slytherin, siendo que toda nuestra familia ha tocado en Gryffindor desde tiempos inmemoriales- dijo Dumbledore seriamente, sentándose detrás de su escritorio.
-¿Vas a seguir con el mismo cuento de siempre?- preguntó Alanis, frunciendo el ceño. Dumbledore suspiró. -¿Sigues aún con los sueños?- preguntó después de un rato de silencio. Alanis pareció meditar la respuesta.
-Si- contestó Alanis, mientras se entretenía con el retrato de uno de los antiguos directores de Hogwarts.
-Bien, haz favor de esperarme afuera unos momentos, tengo que discutir algo con el profesor Snape, después el te guiará a tus habitaciones- dijo Dumbledore sonriendo, y señalando la puerta.
-Puedo ir sola, no te preocupes tío- contestó Alanis con una sonrisa.
-Mejor que te acompañe Severus, para que no digas que la hospitalidad está decayendo en el castillo- Contestó Dumbledore con un guiño, mientras Alanis salía de la oficina, pero tuvo mucho cuidado de no cerrar la puerta completamente, jamás aprendería cuan mala educación era escuchar a través de las puertas. Las voces de Dumbledore y Snape llegaban hasta ella.
-¿Sigue en pie con el plan?- preguntó Dumbledore seriamente, mientras que Severus se encontraba de espaldas a la puerta.
-Así es, espera ejecutarlo en un tiempo mas, al parecer va a esperar a que el poder crezca, pero no crea que será mucho tiempo- contestó Snape impasible.
-Bien, será mejor que sea usted quien esté al cuidado de mi sobrina durante su estancia aquí, creo que he decidido bien al contratarla como profesora de Aritmancia, después de todo, la profesora Vector quería tomarse unas muy bien merecidas vacaciones de unos años- contestó Dumbledore, entrelazando los dedos. –No quiero que la pierdas de vista, sería peligroso-
-Si es tan bien portada como en la escuela, eso será difícil- gruñó Snape.
Alanis bufó con furia, mientras bajaba las escaleras en forma de caracol y se encaminaba hacia la habitación designada a la maestra de Aritmancia. No le importaba lo que le harían si desobedecía, después de todo, ya no podían bajarle puntos a Slytherin, aunque a decir verdad jamás le había importado que le bajaran puntos a su casa. Se encontró de pronto perdida en una infinidad de pasillos y escaleras, y pensando que estaba en la torre, se dedicó a bajar las escaleras hasta que estas tuvieron un fin, entonces se dio cuenta de que estaba en las mazmorras. "¡Uff! Tanto tiempo lejos y ya se me olvidó todo... Tengo que volver a memorizar cada pasillo de aquí..." pensó con amargura Alanis.
Se encontró de pronto en frente de la mazmorra 4, fue entonces cuando se ubicó.
"Muy bien, este corredor da a las habitaciones de Slytherin, donde no quiero volver a entrar el resto de mi vida, y este da a la habitación del profesor Snape, donde jamás quisiera llegar a entrar, este da para el Gran Comedor" pensó Alanis, mientras se dejaba guiar por el corredor que creía que iba al Gran Comedor, pero para su desgracia, estaba equivocada.
-Veo que aún no ha perdido el gusto por andar en problemas, ¿o si?- preguntó una voz a sus espaldas. Ella se volvió para enfrentarse al profesor Snape.
-Veo que aún no se le quita la manía de andarme molestando, ¿o si?- preguntó ella, con una sonrisa pícara en el rostro, lo que provocó que Snape se enojara.
-Señorita Skinner, con gusto la escoltaré a sus habitaciones que se encentran del otro lado del castillo, y espero que jamás se le vuelva ocurrir andar merodeando por las mías-
-Señor Snape, no necesito que me escolte a ninguna habitación, así que déjeme tranquila, entienda que ya no soy aquella mocosa que lo molestaba con gusto, ahora tengo mis deberes como para andarme preocupando por pequeñeces- contestó ella, mientras le daba la espalda a Snape, pero éste la tomó del brazo, y Alanis se sorprendió por la delicadeza con que lo hacía.
-Le prometí a Dumbledore que cuidaría de usted- contestó el fríamente, como respondiendo a su mirada.
-Yo puedo cuidarme sola- espetó Alanis, volteando hacia la derecha, tratando de reconocer el corredor.
-Si, claro- refunfuñó Snape, y la tomó firme pero suavemente del brazo, para luego conducirla por el intricado castillo hasta una pintura en la que estaba alguien parecido a Pitágoras tomando café.
-Muy bien señorita Skinner, esta es su habitación- dijo Snape, mirándola fijamente.
-Pésimos gustos el que puso la puerta- murmuró por lo bajo Alanis, pero Snape alcanzó a escucharla solo para mirarla mas fríamente. –Pero bueno- añadió en voz alta –muchas gracias, nos vemos después- dijo mientras se alejaba de la puerta.
-¿A dónde cree que va?- preguntó Snape.
-A pasear- contestó ella, dirigiéndose hacia la salida principal.
-Usted no sale de este castillo- dijo Snape, mientras se ponía enfrente de Alanis.
-¡Usted no me da ordenes a mi!- exclamó Alanis. Snape no dijo nada, pero la volvió a tomar firmemente del brazo para dirigirla hacia el cuadro, pero ella logró soltarse. Lo miró por unos instantes y volvió a dirigirse a la salida principal.
-Profesora Skinner, usted me esta agotando la paciencia, tengo órdenes de Dumbledore de protegerla, pero usted dificulta mi trabajo- dijo Snape.
-Lo siento mucho, pero tu trabajo no está en mis asuntos, así que haré lo que me venga en gana- contestó ella, mientras se alejaba. Snape gruñó de nuevo y empezó a seguirla, pero ella le llevaba mucho camino de ventaja. Alanis volvió la cabeza para darse cuenta de que Snape la seguía, así que aceleró el paso, llegó a las escaleras principales y las bajó de dos en dos, justo para darse de bruces con la profesora McGonagall.
-Señorita Skinner, ¿Debo recordarle que las escaleras no son para jugar?- preguntó la profesora, mientras la veía tras sus gafas de manera severa, como si aún fuera una alumna.
-Muy bien, muchas gracias profesora, el viaje estuvo excelente, espero que usted este bien también- contestó Alanis, sin expresión alguna en su rostro. McGonagall suspiró.
-Bien, espero que esté cómoda- y dicho esto, se fue.
Alanis ya estaba en frente de la Puerta Principal cuando de pronto Snape volvió a tomarla del brazo, cosa que hizo que Alanis se volviera totalmente enojada.
-¡Usted no va a ninguna parte!- exclamó Snape.
-¡Yo voy a donde me place! A usted no le importa mi vida, jamás le ha importado, ¿Por qué tiene que empezar a preocuparse ahora? Solo déjeme tranquila- dijo Alanis, soltándose, pero una voz a su derecha los interrumpió.
-¿Qué es lo que esta pasando aquí?- preguntó Dumbledore con una sonrisa.
-Nada señor, su SOBRINA CONSENTIDA está actuando como una niña que conocí hace mucho- contestó Snape, mirando significativamente a Alanis.
-Profesor Dumbledore, creo que es MI decisión si voy o no voy a dar un paseo, estaba pensando en ir a Hogsmeade, ¿Hay algún impedimento para ello?- preguntó Alanis, rechinando los dientes.
-No, no lo hay, pero el profesor Snape tendrá que acompañarte- declaró Dumbledore.
-Pero profesor...- empezaron a decir Alanis y Snape.
-Vamos Snape, creo que te sentará bien ir a dar un paseo antes de empezar clases, se te quitará el estrés y además podrás comprarte lo necesario para tus clases, que creo que tu armario de ingredientes está menguando...- contestó Dumbledore, y les dio la espalda para alejarse. Snape y Alanis se miraron fríamente antes de salir del castillo, cada uno lo mas separado posible del otro.
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