Jejejejeje me encantó lo que hizo Alanis, francamente no me hubiera imaginado la reacción de Severus en un momento así, pero luego me puse a pensar, y lo vi mas o menos como hubiera reaccionado mi hermano. Bueno, después de siglos y siglos de espera, por fin estoy tratando de escribir el siguiente capítulo.....

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°

Capítulo VI  "El ataque II"

Alanis se quedó dormida después de un buen rato de estar platicando con el profesor Snape acerca de los viejos tiempos. Normalmente el hacer uso de su poder del fuego provocaba que perdiera mucha fuerza y energía, por lo que dormía bastante. Se levantó hasta el siguiente día como a la una de la tarde. Lo bueno es que era domingo, así que podría quedarse todo el día en cama si gustaba.

Tenía los ojos cerrados, pero sentía cierto movimiento alrededor de ella, sin embargo, no tenía nada de ganas de levantarse, así que se negó a abrirlos.

-Ya es de día- dijo una voz a su lado. Alanis sonrió, pero no abrió los ojos. Snape gruñó.

-Creo que ya debería levantarse, hay algo importante que debo decirle- dijo después de un rato. La chica frunció el ceño, pero seguía sin abrir los ojos.

-De acuerdo, esperaré hasta que tenga ganas de madurar- exclamó Snape, sentándose en un sillón que había por ahí. Ella se dio por vencida al ver que el hombre jamás se iba a ir, así que optó por la pacífica solución de abrir los ojos y desearle buenos días.

-¿Qué es la cosa importante que me tenía que decir?- preguntó ella.

-El profesor Dumbledore ha optado por confinarnos a nuestras habitaciones al menos por este fin de semana, en lo que se ocupa de registrar y proteger bien el lugar. Solo por seguridad.- Alanis bufó y se enfadó. Su tío sabía perfectamente cuanto odiaba ella el encierro, y por si fuera eso poco, sus habitaciones no tenían ventana, ya que estaban en las mazmorras.

-Esta... bien...- dijo a regañadientes.

Se levantó y se metió al baño, para salir una media hora después totalmente bañada y cambiada. Se había dejado suelto el cabello, y vestía con una falda de mezclilla no muy larga ni muy corta, botas negras y una blusa roja que era escotada hasta los hombros. Sus zapatos era unos huaraches de plataformas que combinaban con la blusa, y su había puesto unos aretes y collar rojos. Para sorpresa de Snape, uno de sus aretes era una cadena que tenía otro arete, el cual se ponía en la parte superior de la oreja sin necesidad de tener un agujero ahí. El resultado eran dos aretes conectados por la cadena y parte de ésta cayendo por debajo del lóbulo. A Alanis le encantaba ese arete y normalmente lo usaba, pero desde que era profesora había dejado de hacerlo, ya que no sentía que cuadraba con lo que se esperaba de un buen profesor. Snape la miró con la boca entreabierta por unos instantes, y luego se percató de ello, así que cerro la boca, pero no por eso dejó de mirarla con la ceja arqueada.

-¿Qué?- exclamó Alanis -No voy a trabajar hoy, así que me puedo vestir como me de mi regalada gana, aunque sea el estilo muggle, espero que no sea un anti-muggle, por que la verdad no me va a importar- Traía una sonrisa pícara en el rostro.

-¿Descansó bien?- preguntó Snape, cuando por fin pudo articular palabra alguna. Se había quedado estático al ver a la chica, pero en ese momento prefería morir mil veces antes que admitir que la ropa muggle le venía muy bien.

-Descansé lo que tenía que descansar, pero no creo estar preparada para volver a hacer algo como que lo hice ayer. Necesité de todas mis fuerzas y aún así sabía que si me quedaba mas tiempo así me iba a descontrolar totalmente. Aún no crece bastante mi poder como para poder manejarlo a mi antojo, lo que hice ayer fue muy peligroso, pero sabía que no había otra manera-

-Creo que nos salvó a ambos- Dijo Snape. Alanis lo interpretó como un agradecimiento y deseó haberlo grabado de alguna forma, después de todo, ¿cada cuando se ve a Snape haciendo algún cumplido?.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°

-¡Se te escapó! ¡Crucio!- exclamó una voz helada. Los gritos de alguien mas se escucharon por todas partes, mientras que a su alrededor se movían las sombras como locas. Todo mundo estaba expectante, ya que lo mas probable era que matara al muchacho, sin embargo, Voldemort sabía que si lo mataba, entonces se quedaría sin espías en Hogwarts, y el joven Malfoy no se podía usar, ya que tenía una imagen que guardar ante la sociedad.

-¡Mañana mismo quiero ese poder en mis manos!- bramó el Lord Oscuro, provocando que algunas rocas cayeran de lo mas alto. -¡Morirás si te atreves a presentarte sin él! Es tu última oportunidad, de lo contrario Dumbledore la esconderá aún de mi bastante bien, y mis planes se frustrarán, así que la tienes que traer, ¿¡entendido?!-

-Si señor- La voz tenía todo el tono de alguien humillado

-Bien, te espero mañana aquí a la misma hora- Y la junta se dio por terminada.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°

El sonido de su estómago le decía a Snape que era hora de comida, pero Alanis se había quedado dormida nuevamente, cubierta solamente con una colcha blanca, y no quería despertarla, ya que necesitaba descansar bien. Se quedó un rato mirándola, y tratando de encontrar en sus facciones a la niña que había sido su compañera de casa en otro tiempo.

Ya no tenía los rasgos de una niña, y eso contrariaba mucho a Snape, ya que se sentía extraño con una muchacha a su cuidado.

Su cabello rojo era el mismo, sus ojos verde también eran los mismos, sin embargo había desaparecido su aspecto de niña juguetona. Sabía que lo seguía siendo, pero ya había madurado, y era responsable y se cuidaba por si sola. No como en el colegio, cuando tenía que andar velando por ella, de lo contrario no estaría ahí en esos momentos. Pero ella nunca se había enterado de eso, puesto que iba en contra de los principios de un Slytherin preocuparse por los demás. Pero no podía evitarlo, siempre le había atraído la niña de cabellos rojos y ojos verdes que había incendiado la Sala Común de Slytherin en menos de lo que se tarda en decir "fuego". Pero claro que no estaba dispuesto a aceptarlo, después de todo, el no tenía derecho a amar. Se lo había repetido tantas veces su padre que había momentos en que si lo llegaba a creer y le dolía. (*Ver precuela*).

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°

-¡Ya te dije que no fue mi culpa!- exclamó por enésima vez la niña de cabellos rojos, gritándole a Malfoy, cinco años mayor que ella, por que el muchacho pensaba que ésta era la que había conseguido que a su casa le quitaran cincuenta puntos.

-¡McGonagall te los quitó a ti!- vociferó Malfoy, pero la niña no se amedrentó.

-¡McGonagall me mandó decirte que por TU culpa, la casa había perdido cincuenta puntos, si tan solo hicieras tu trabajo y estuvieras haciéndola de prefecto en lugar de querer alardear de que eres de los mayores, tal vez no tendríamos tantos problemas con los profesores, eres un engreído egocéntrico!- La voz de la niña era tan fuerte que incluso Malfoy se alejó un poco de ella, pero sabía que no debía mostrar miedo alguno, sin embargo no sabía que responderle. Una sonrisa comenzó a dibujarse en el rostro de ella, sin embargo esto ocasionó que a Malfoy se le acabara la paciencia, y levantando la mano le soltó una bofetada con la parte externa de su mano, haciendo que la pequeña cayera al suelo. Un hilo de sangra comenzó a manar de su frente, y Snape, que veía la escena desde un rincón, pudo apreciar que Malfoy traía un anillo en la mano con una piedra muy filosa, con el cual había conseguido herir profundamente a Alanis.

Snape se levantó inconscientemente a ayudar a la niña, pero en ese preciso momento ésta se levantó como dominada por la furia.

-¡A mi nadie me golpea!- y levantó su brazo derecho, apuntando a Malfoy, y al instante toda la Sala Común quedó reducida a cenizas. El resto de los alumnos presentes contemplaban la escena sin decir palabra, así que Alanis se limitó a terminar su sonrisa y alejarse a las habitaciones de las chicas de primer grado.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°

-Fue el error que desencadenó todo esto- dijo una sonriente muchacha desde la cama. Alanis se había despertado y lo observaba fijamente. Al parecer había estado leyendo su mente mientras el se hundía en los recuerdos de su juventud. –Tiene razón, no hay privacidad en este castillo- afirmó cuando el pensó eso.

El hombre se levantó y caminó por la habitación.

-¿Por qué no se retira a descansar?- preguntó Alanis.

-No puedo dejarla sola, podría ocurrir cualquier cosa- contestó Snape, y aún no había terminado de decir esto cuando una cágrob se abalanzó sobre la cabeza de la muchacha con fines bastante claros, pero esta vez Snape fue mas rápido y pudo golpearlo de manera que quedara a una distancia considerable, sin embargo el animalejo no pareció contento con ello, así que arremetió contra Snape, apuntando sus cuernos en contra de dicho profesor, pero esta vez Alanis sabía lo que tenía que hacer, así que apuntó hacia el animal y se concentró de nuevo, provocando que el fuego lo alcanzara solamente a éste.

Pero nuevamente había perdido mucha energía, y cayó dormida. Snape se adelantó y la subió a la cama, para después salir a buscar al profesor Dumbledore.

La noche se cernía sobre la escuela, y mientras todo mundo dormía, en la oficina de Dumbledore se celebraba una junta, en la cual solamente estaban presentes Alanis, Snape y Dumbledore.

-Esto es mas grave, Alanis, tendrás que abandonar la escuela en este momento, Snape, tu cuidarás de ella, encontré una casa perfecta para que vivan ahí sin que nadie lo sepa. Es con los muggles. No les diré en donde está, la red flu está conectada por unos momentos a ese lugar para que puedan irse.- Mientras decía esto, Dumbledore le ofreció un pellizco de polvos flu a Snape y uno a Alanis. La chica lo tomó en sus manos temblorosa.

-No te preocupes hija mía, todo saldrá bien- dijo Dumbledore con voz paternal. La abrazó y le dio un beso en la frente. Alanis dejó escapar una lagrima.

-¿Cuándo volveré a verte?- preguntó ella. Iba a alejarse de todo lo que amaba y conocía por tiempo indefinido.

-Muy pronto, no te preocupes, se fuerte y obedece al profesor Snape en todo por favor, ahora váyanse ya- declaró Dumbledore, y Alanis y Snape arrojaron sus polvos a la chimenea, se tomaron de la mano.

-¡Al escondite!- exclamó Alanis con voz fuerte pero al mismo tiempo terriblemente aguda, y ambos desaparecieron de la vista de Dumbledore, quien se despedía de su querida sobrina con un movimiento de mano.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°

Ok, ya es muy noche y tenía otras cosas que hacer, espero que me disculpen si sale corto el cap, si sale largo entonces no me preocupo ^^´ Jejejeje. Quería incluir algunos detalles extra, pero francamente ya no me dio tiempo, así que los tendré que incluir en algún momento del futuro.

Espero que lo disfruten

Atte

Kiche