Hoeeee!!!!

Bien, aquí va el capítulo dos; aunque creo que realmente nadie leyó el uno, excepto por una personita a la que le agradezco el review, y a la que le dedico este capítulo.

Espero que les guste...ah! otra cosa; Card Captor Sakura no es de mi propiedad, sino de Clamp; y por lo tanto, yo no gano algún dinero en esto.

Un saludo a todos los que nos leen y también a los que no nos leen.

Desde México.¡¡¡¡Un abrazo!!!!





Capítulo Dos: Perspectivas.



-¿Yuki?-

La voz suave, dulce, pero llena de seguridad resonó en aquella pequeña habitación, repleta de libros y papeles regados. Un muchacho alto, de cabello castaño claro y ojos brillantes protegidos por unos lentes de aspecto intelectual, levantó la cabeza de un pergamino de aspecto antiguo y dibujo en su encantador rostro una tierna sonrisa.

-Por acá Tomoyo-chan- Respondió, denotando su ubicación. Cuando vio a su compañera avanzar hasta él con sumo cuidado de no pisar algún documento, enrojeció levemente. Se veía más que linda vestida como iba, sin los pantalones que usualmente usaba; y dejándose el cabello suelto, lucia más..bueno; más.... hermosa.

-Un día atareado, ¿no?- Saludó Tomoyo al llegar hasta él; lo que le provocó acentuar el rubor y tener que girar la cabeza para ocultarlo.

-Lamento el desorden; yo...-

-Oh! Yuki; no tienes que disculparte. No conmigo. ¡ Cómo si no te conociera desde hace ocho años! ¿Ah?- Y sin darse cuenta del estado del joven, ella optó por revisar algunos de los libros que él tenía por el suelo.

Estuvieron así por un rato, fingiendo que leían; aunque realmente ninguno de los dos pudo concentrarse. Cada uno estaba perdido en sus pensamientos.

Por fin, después de algunos minutos; Tomoyo no pudo contener un suspiro que atrajo inmediatamente la atención de su amigo.

-¿Qué sucede?-

-¿Eh?-

-¿Por qué suspiras? ¿Pasa algo?- Preguntó de nuevo, arqueando una ceja, levemente inquieto.

-No....bueno....si....más bien..Yukito; dime algo ¿Qué harías por conseguir el financiamiento para la expedición?-

Yukito la miró un momento, tratando de descubrir el motivo de la pregunta.

-Lo que fuera- Dijo al fin, sin dejar de observarla. -¿Qué sucede Tomoyo?-

Ella suspiró otra vez; más hondo y esbozó una sonrisa que trató de parecer alegre.

-Pues sucede que....creo que tendremos por fin nuestra oportunidad-

La primera reacción de Yukito fue de absoluta sorpresa; seguida de una explosión de alegría; donde decenas de papeles volaron por toda la habitación; incluso se permitió abrazar a Tomoyo sin sonrojarse...tanto.

Pero la apatía de ella, lo hizo reaccionar; y, apartándola suavemente de si, la contempló insistente.

-Por Dios, niña; ¿Vas a decirme que pasa?- Por más tierno y amable que fuera Yukito, cuando quería ser serio, lo lograba. Su mirada se volvía tan fría y penetrante que producía escalofríos.

-Pero si no pasa algo...- Trató de desviar la vista, pero él la regresó hacia si, con un movimiento firme y a la vez dulce, de la mano.

-Y tú esperas que me trague el cuento..-

-Oh! ¡Yuki!- Tomoyo de zafó lentamente de las manos de su amigo, y sin mirarlo, dándole la espalda, respondió.

-Es sólo que ahora.de repente..me ha entrado miedo...miedo de que..-

-¿De qué no lo logremos?- La interrumpió.

Ella sonrió, casi con ironía.

-En parte..si....eso es..es eso...sólo eso-

-Tomoyo-

Cuando él la rodeó, la joven hizo acopio de toda su voluntad para ponerse una máscara de felicidad. Y fue tan buena su actuación, delineando una sonrisa tranquilizadora y alegre, cerrando incluso los ojos para que no se notara la falsedad, que consiguió calmar la inquietud de Yukito.

-Todo saldrá bien; te lo prometo- Le dijo él, sonriéndole una vez más.

-Lo sé; gracias-

- Y ahora, cuéntame; ¿Cómo fue que conseguiste el dinero?-

Tomoyo palideció. ¿Cómo fue? ¿Realmente querría él saber cómo fue?

Por un momento fijó su atención en la ventana, observando pioneras gotas de lluvia, chocar contra el cristal. Entonces recordó casi con amargura lo que sucedió después de cerrar la puerta en la recámara de Kaho....





-----------------Flash back------------------



-Sabía que te quedarías. Siéntate querida-

-Gracias; estoy bien de pie-

-Cómo quieras, yo si pienso ponerme cómoda- Y diciendo esto, la dama se acostó tranquilamente en un diván de estilo oriental que se encontraba al lado de la ventana.

-Veamos..¿Por donde empezaré? Ah! Ya sé..¿Recuerdas a Lord Eriol Hiiragizawa?-

Tomoyo alzó una ceja, ¿Qué clase de pregunta era esa? Claro que recordaba al tal Hiiragizawa. Es más; hace menos de diez minutos había rechazado otro de sus obsequios. Ni siquiera se dignó a contestar. Kaho sonrió burlona.

-Supongo que la pregunta está de más..¿verdad? Bueno; entonces; debo decirte que él está dispuesto a financiar tu expedición, en busca de esa "tierra de fantasía"- Añadió con un gesto despectivo-

La joven no se tomó la molestia de emocionarse. Para gente como su prima y sus amigos, todo tenía un precio.

-¿Y bien? ¿Qué opinas?-

-Nada: aún no has terminado..dilo todo de una vez, Kaho-

-Eres lista pequeña. En fin, Lord Hiiragizawa no pide más a cambio que tu compañía por algunos días-

-¿Mi compañía? ¡Qué generoso! ¿No?- Exclamó Tomoyo sardónica. -¿Bajo que términos?-

La carcajada de Kaho fue demasiado elocuente.

-Seamos sinceras, pequeña. No eres taaan niña para no saber a que me refiero ¿verdad?-

-Qué lista eres, Kaho-

-En fin, - Prosiguió Lady Mizuki, -Tú tienes la opción. Aunque...debo decirte que Eriol me ha decepcionado, pensé que era más listo. ¡ Mira que pagar 20, 000 libras por una insignificancia cómo tú!-

Tomoyo miró hacia la ventana, tratando de ocultar, con éxito, el asombro que sintió. Y se encontró sopesando las opciones que tenía.

Una era salir de ahí y hacerle ver a la descarada de su prima que ella si era una mujer decente.

La otra...

La otra, viendola de modo objetivo, se presentaba como una perspectiva razonable.

-¿Qué puedo perder?- Pensaba - Lo que sea, no se notará realmente...¿cierto? Y podré cumplir el sueño de mi tío, de Yukito y el mio-

Sabía que estaba pensando barbaridades, pero la tentación era demasiado fuerte para rechazar aquella fortuna.

-¿Has dicho 20,000 libras?- Preguntó indecisa, consiguiendo que los ojos de Kaho brillaran malévolos.

-Así es; toda una fortuna ¿no?-

Si; razonó la joven; toda una fortuna.

-Entonces dile que...-

La dama se incorporó con ansiedad mal disimulada. ¿La pequeña señorita dignidad aceptaría semejante negocio? Oh! Era como un sueño.

-Dile que se vaya al diablo- Completó Tomoyo y salió sin más de la habitación, dejando atrás a una mujer furiosa.



--------------Fin del flash back-----------------------------------------



-Tomoyo-chan? ¿Estás bien? Palideciste de repente-

Qué gracioso era Yukito; pensó Tomoyo. Era capaz de notar su palidez aún en la blancura de su piel.

-Estoy bien, Yuki. Es sólo que recordaba cuando recibí la invitación de mi prima para visitarla esta mañana-

-¿Y eso? ¡Qué raro!- Por la mueca que se dibujó en el rostro del joven, se entendía perfectamente que no le agradó aquello.

-Ella me dijo que nuestra abuela dejó una suma de dinero para mi- La mentira quemó sus labios y su conciencia al tomar forma; pero realmente no podía decirle a él de donde pensaba obtener los fondos.

-¿En serio?- Y entonces el silencio reinó en la habitación, y tal era su peso, que ella volteó a ver preocupada al joven, y cuando lo hizo, su preocupación creció al notar el gesto de él. ¿No le habría creído?

-¿Yuki? ¿Qué sucede?-

-Casi nada- Dijo él con voz triste -Solamente odio ser pobre; odio tener que mendigar un préstamo y odio..más que nada...que tengas que usar el dinero de tu dote-

Aquello la dejó helada; con unas ganas profundas de abrazarlo y llorar hasta el cansancio.

-Olvídalo Tomoyo, primero está tu felicidad-

-Mi felicidad es esta. Descubrir la tierra que mi tío soñaba que existiría. Culminar sus treinta años de trabajo y toda nuestra dedicación- Respondió con total sinceridad.

No encontraba otra felicidad. Por aquel sueño, era capaz de sacrificar su vida; aunque dadas las circunstancias, no le pedían su vida; tan sólo su virginidad y toda su dignidad.

¿Valdría la pena?

Sonrió para si con ironía.

¡Cuánto se estaba pareciendo a su prima! Estaba dispuesta a vender su cuerpo por dinero. El motivo era distinto; pero la causa era la misma: Dinero.

Le había dicho a su prima que Eriol se fuera al diablo. Lo había hecho impulsada por el orgullo y por el momentáneo placer de frustrarle los planes a Kaho; pero desde el principio sabía que es lo que tenía que hacer:

Entenderse con Eriol Hiiragizawa directamente.

Y eso es justamente lo que haría.