Tomoyo veía la costa sin observarla realmente. Estaban a punto de desembarcar y en lo único que podía pensar era en como soportaría el tacto de la mano del odiado lord en la propia.

Un lujoso coche los esperaba al pie del barco. Una vez arriba y a la vista del paisaje, rumbo a la mansión veraniega, Tomoyo no pudo sino refugiarse en el diario de su tío para aferrarse a un valor que, a ratos, la abandonaba por completo:

"He encontrado más fundamentos para corroborar mi teoría. Aquí, en las ardientes arenas de Gizeh, los fosilizados recuerdos de escritura hierática me hablan de un lugar mágico.

Ninguno de los profesores me ha escuchado. Han comparado el lugar de mis descubrimientos con la tierra en la que reina Osiris. La teoría puede ser parcialmente cierta, en todo caso. Tal vez, aquel pueblo, provenía de un linaje superior al resto de los atlantes, y por eso fundaron su reino en un lugar que a los ojos de los demás, sería sagrado.

Ahora bien; hay algo en esos confusos párrafos que ha despertado mi curiosidad. Puedo dilucidar –y lo digo con total emoción- que la entrada a aquel reino mágico es...¡múltiple

Los "caminos" a los que se refieren las viejas crónicas francesas que he estudiado no son materiales ¡sino espirituales! Por lo tanto; las puertas están conectadas a ciertas zonas de energía y esas zonas fueron creadas por los mismos descendientes de los atlantes en su afán de mantener un contacto permanente.

Puedo entonces, presumir que he descubierto tres puertas, además de la principal, que es la que más me interesa. Porque los caminos alternos a la Isla de las Manzanas pueden ser confusos por la energía tan débil que se concentra en el lugar; y el viaje, entonces, no sería seguro......"

El hilo de sus recuerdos se interrumpió por la llegada a la hermosa residencia francesa de Hiiraguizawa.

La morada era grande, blanca y aparentemente de nueva construcción; aunque está última impresión la desmentía su orgullosa ubicación sobre los riscos que dominaban el Mediterráneo. Sólo una antigua casona de alcurnia hubiera podido permitirse aquella vista.

Bajo el radiante sol crepuscular, se abría el mar azul. Oscuro e imponente. Tan inmenso que Tomoyo se perdió en la contemplación de una isla imaginaria en algún remoto mar como aquel.

-Voy a encontrarte- Susurró para si, con la mirada determinante y la voz firme. Eriol, que la contemplaba casi absorto en su belleza sumergida en el ocaso, al ver aquella nueva faceta de la muchacha, comenzó a admirarla.

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Apenas se escuchaba ya el rítmico golpetear de la lluvia sobre el tejado de su habitación.

Yukito se encontraba en un estado somnoliento; presa de sentimientos negativos y de cansancio.

Por momentos veía a Tomoyo a su lado, cuidándolo como en aquella ocasión que fue victima de una extraña enfermedad parecida al sarampión.

Empezó a dudar si tendría fiebres; aunque de hecho, poco le importaba el tenerlas, incluso las deseaba, porque así, podría tener a la mujer que amaba al menos en delirios.

Pero no pasó.....

La imagen de Tomoyo se disolvió para dar lugar a al figura de un hombre alto, de cabello negro y porte majestuoso que le sonreía paternalmente.

Con ese hombre, acudieron a su cabeza entonces, imágenes de lugares que nunca había visto pero que le eran absolutamente conocidas.

Largos valles, frondosos bosques, inmensas montañas y cristalinas lagunas......

Un aroma a manzanas inundaba el aire.....

Se escuchaba además, tan cerca de él, el batir de las alas de cientos de pájaros......¿o era un solo pájaro enorme?

Yukito se revolvió inquieto. De repente, el hombre alto caminó hacia él y cuando llegó a su lado, ya no tenía el cabello negro, sino castaño rojizo y se había convertido en su maestro: Fujitaka.

Escuchó risas y escuchó voces, pero no hablaban en su idioma, de hecho no hablaban en algún idioma conocido pero él podía entenderlos. Sintió entonces una gran nostalgia ante aquella lengua suave y acariciadora, pero también sintió miedo.

En aquel momento; Fujitaka Kinomoto alargó su mano, hasta encontrar la del joven para estrecharla en un gesto protector y se desvaneció.

Y Yukito supo entonces, antes de perder el conocimiento que todo eso era parte de la historia de su vida.

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N. de A.

AHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Son las tres de la mañana!

Pero aquí está lo que prometí. ¡Antes de una semana!

Aunque no es largo....de hecho es muy cortito....je, je....

Pero aquí está. Y para el siguiente, prometo que aunque no lo subiré en menos de una semana si habrá más acción......especialmente entre Tomoyo y Eriol....

Ah!!!

Le dedicó el siguiente capítulo a quien adivine cuál es el lugar que quiere encontrar Tomoyo y que su tío está descubriendo!

Buenos días!!!