¿Por qué siempre tienes que ocultarlo todo?
Por Ikana Katsuragi
Capítulo 4
(A/N: Pues otra vez me volví a equivocar y este tampoco es Lemon, o era esto o un capítulo bastante largo... mejor esperen la actualización un poco más, quiero detalles, jaja, muchos detalles. Taito * Taito * Taito)
**************************************************************
Ya eran las 7 cuando el Sr. Ishida volvió a llamar y dijo que llegaría muy tarde, pasada la media noche por cuestiones de trabajo. Matt se sintió decepcionado y como prueba de su enojo, se arrancó la aguja que tenía conectada en la mano.
-No la aguantaba más –fue su excusa.
La herida que le dejó sangró y manchó las sábanas. Yo me asusté pero pensé que Matt hacía un gran esfuerzo por no quejarse del dolor.
-Es lo peor, ¿sabes?
Le amarré una venda alrededor de la mano apretándola lo más fuerte que pude. Podía sentir su debilidad y la tibieza que disminuía a cada palpitación. Luego de un rato le pregunté.
-¿Estás seguro que no tienes hambre? –pero ya se había dormido.
Yo también tenía sueño, estaba cansado, y me quedé dormido junto a él. No sé cuanto tiempo pasó, me desperté cuando empezó a quejarse emitiendo leves sonidos. Me preocupaba el estado en el que estaba, y estuve a punto de llamar a su mamá cuando sujetó mi brazo con su mano herida.
-No te vayas...
-No lo haré –me incliné un poco y le besé la frente, luego conseguí zafarme.
Preparé algo de comida e hice que comiera a fuerza, eso fue una realización personal, porque ni siquiera quería abrir la boca.
-¿Ya te sientes mejor?
-Sí... gracias... –su voz se escuchaba extraña y me senté a su lado para ver televisión.
-Supongo que no irás mañana a la escuela –pregunté.
-No lo sé... no quiero faltar tanto.
-Por favor cuanto son dos días.
Sonrió pero diferente a otras veces. Se veía triste, cansado, y a pesar del terrible estado en el que estaba se veía igual de perfecto que siempre. Bueno, no taaan perfecto como siempre, pero para mi lo es. Y tiene razón en portarse así, recordé aquel día antes de salir de vacaciones:
//Flash back//
Iba caminando rumbo a casa luego de una mañana terrible en la escuela. Matt no había llegado a tiempo para regresar conmigo, así que decidí ir solo. Pasé por una tienda para comprar algo de comer y cambié el rumbo. Ya con una barra de chocolate en la mano estaba a punto de abrirla cuando encontré a mi amigo en el puente. Me pregunté que hacía ahí, y fui a averiguarlo.
-¿Matt? –dije, tenía un cigarro en la mano y miraba al vacío de abajo. Me acerqué más y puse mi mano sobre su hombro: estaba a punto de llorar.
Caminamos de regreso a su casa, pero no cruzamos palabra alguna. Muchas suposiciones pasaron por mi cabeza: algún pleito con la banda, su mamá, su papá, la escuela, una niña (que no creo), TK... sí, debía ser TK, porque lo había visto en la mañana con él. Y no estaba completamente equivocado.
Ya en su departamento me dio las gracias por haberlo acompañado pero insistí en que hablara conmigo. Se resignó y me dejó entrar. Había una botella de vodka en la mesa, a la mitad y un vaso volteado. Sirvió un poco en él y dio un trago. Cuando se disponía a hacerlo de nuevo tomé su mano y lo obligué a que hablara.
Dio un largo suspiro y se dejó caer sobre el sofá. Cerró los ojos y dejó que sus lágrimas cayeran libremente. Lo abracé y lloró más fuerte aún.
-Es TK, ¿verdad? –pregunté. Asintió sin hacer nada más.
Dijo que tuvo una pelea con él. Kaworu (uno de los integrantes de la banda) le había comentado que había visto a TK en el bar que solían frecuentar, con unos tipos que en su vida había visto, pero al parecer eran de preparatoria, más grandes que él. Que lo vio tomando y fumando, que trató de seguirlo cuando salió pero lo perdió de vista cuando subió a un auto con los demás y más chicas que ni siquiera Kaworu conocía.
Había hablado con TK acerca de esto en la mañana, pero al parecer fue peor:
-¿Por qué a Kaworu habría de importarle lo que hago? –Preguntó TK luego del argumento que Matt había preparado para discutir –Tú se lo pediste, ¿no?
-Eso no importa ahora, pero me alegro que me haya dicho, ¿qué tienes que decir al respecto?
-Que no tienes derecho a cuestionarme si tú haces lo mismo –contestó el niño de 13 años.
-Soy casi mayor de edad y con mucho más responsabilidades, y sé las consecuencias de mis actos, pero parece que tú no sabes a lo que te atienes. Además soy tu hermano mayor y no quiero que te metas en problemas.
-¿Y qué harás? Decirle a mamá supongo –contestó en tono desafiante.
-Es una opción si te sigues comportando así.
-¿Y cómo se supone que debo portarme? ¿El niño bueno y obediente que sale de excursión con sus amiguitos de la escuela? ¿Qué todavía es cuidado por su "hermano mayor"? Ni siquiera a mamá le incumbe –dijo todo esto en tono sarcástico.
-Exactamente así me gustaría –Matt se estaba molestando y tomó a TK por el brazo.
-Suéltame... -ordenó el menor.
-Promete que no lo volverás a hacer.
-¿O? –contestó entre dientes.
A esta altura Matt creyó que estaba hablando con otra persona que no era su hermano. Era irreconocible y se sintió muy mal cuando forcejeó para zafarse de él. No pudo decir nada.
-Deberías cuidarte primero a ti –Dicho esto dio media vuelta y se alejó de ahí.
--------
-Ya no se que hacer –murmuró Matt.
-Creo que tiene razón en la mitad de lo que dijo –empecé mientras le quitaba el cigarro de la mano –y deberías empezar a dejar esto.
Obviamente la otra mitad de su argumento era la parte que concernía a su conducta. Era demasiado pequeño para hacer cosas así. Simplemente no era bueno, y el cambio radical en su personalidad me provocó escalofrío, ¿qué tal si Kari andaba también por esos rumbos? No quería ni imaginarlo.
//Fin del flash back//
Lo rodeé con mi brazo y el se recargó en mi hombro. Ahora podía sentir su cabello y el peso de su cabeza, parecía dormido de nuevo, pero yo sabía que tenía los ojos abiertos y aproveché esa ocasión.
-¿Alguna vez has estado enamorado? -comencé
Levantó la cabeza y me miró de reojo.
-¿Por qué preguntas?
-Me gustaría saber como se siente
-¿Nunca lo has estado? –preguntó algo incrédulo. La conversación parecía interesarle.
-Creo que lo estoy ahora... pero no quiero equivocarme... por eso te pregunto qué se siente –esperaba encontrar una pista y resolver mis inquietudes.
-No lo sé –dijo tranquilamente y luego preguntó con curiosidad -¿puedo saber de quién?
-Pensé que ya lo sabías
-No me he fijado
-Pues fíjate –y dicho esto lo besé ligeramente en la mejilla. Se sonrojó pero no dijo nada. Después de un rato de escepticismo (palabra de él) se dio cuenta.
-¿Yo?
-Quizá... -y lo abracé.
-Tai... no sé que decir... -murmuró sin levantar su cabeza de mi hombro.
-No tienes que decir nada... de hecho... no tienes que hacer nada... pero si te molesta lo aceptaré.
-¿Cómo se que yo también siento lo mismo por ti?
-Ya te pregunté eso... y dijiste que no lo sabías.
-Se siente bien... sea lo que sea.
Sonreí para mis adentros. Matt no es de las personas que confían en cualquiera, y al tenerlo así, tan... vulnerable, me hizo sentir especial. Nos separamos y tomé su mano lastimada: la besé. Pensé que estaba procesando toda la información que acababa de recibir y ahora estaba listo para tomar una decisión. Yo esperé paciente mientras lo miraba directamente a los ojos. Sentí ese algo que sienten los que están enamorados y confirmé mis acciones. No estaba equivocado. Y debo confesar lo que averigüé en ese instante. Es muy difícil que alguien se sienta atraído sentimentalmente por una persona al momento en que se conocen. Pero inmediatamente te das cuenta que hay algo especial cuando la vez a los ojos y encuentras al ser real que oculta adentro. El que se defiende del mundo exterior, porque tiene miedo de que le hagan daño. Y él tiene mucho miedo... igual que yo. ¿Por qué siempre tienes que ocultarlo todo? La pregunta del millón. Él jamás la respondería... pero yo ya había encontrado la respuesta.
-¿Tai?
-¿Sí?
-¿En qué estás pensando?
-Uh, no sé... estoy divagando –dije. (A/N: realmente está divagando, atención lector que esta escritora aficionada está loca)
-¿Quieres que te diga algo?
-¿Es un secreto? Porque si no lo es no me interesa...
Sonrió y se sentó sobre mis piernas. Estaba listo para dar su respuesta.
-¿Sabes cuál es la diferencia entre atracción y deseo? –preguntó otra vez como si fuera una filosofía, pero sensualmente... y digo MUY sensualmente.
-No, ¿cuál? –lo abracé por la cintura.
-No lo sé, hay que averiguarlo –y entonces me besó.
***************************************************
*¿Qué tal? Espero que se hayan emocionado... porque ahora sí, les juro y les vuelvo a jurar que el próximo es Lemon*
Matt: ¿No es muy obvio que el próximo lo sea?
Tai: Es que a la pobre ya no se le ocurre nada
Ikana: Cállate o tendrás un final no muy feliz!
Tai: Ok, ok, está bien... no es para tanto
*Reviews por favor, recomendaciones para los próximos capítulos que están abiertas al lector, hasta se podría hacer un cuento colectivo, no sería mala idea...*
Matt: Dios mío, porqué le habrá dado varicela a esta imbécil...
Ikana: Mira... que tu me gustas para el género Angst/Tragedy así que mejor pórtate bien.
*Hasta luego*
Por Ikana Katsuragi
Capítulo 4
(A/N: Pues otra vez me volví a equivocar y este tampoco es Lemon, o era esto o un capítulo bastante largo... mejor esperen la actualización un poco más, quiero detalles, jaja, muchos detalles. Taito * Taito * Taito)
**************************************************************
Ya eran las 7 cuando el Sr. Ishida volvió a llamar y dijo que llegaría muy tarde, pasada la media noche por cuestiones de trabajo. Matt se sintió decepcionado y como prueba de su enojo, se arrancó la aguja que tenía conectada en la mano.
-No la aguantaba más –fue su excusa.
La herida que le dejó sangró y manchó las sábanas. Yo me asusté pero pensé que Matt hacía un gran esfuerzo por no quejarse del dolor.
-Es lo peor, ¿sabes?
Le amarré una venda alrededor de la mano apretándola lo más fuerte que pude. Podía sentir su debilidad y la tibieza que disminuía a cada palpitación. Luego de un rato le pregunté.
-¿Estás seguro que no tienes hambre? –pero ya se había dormido.
Yo también tenía sueño, estaba cansado, y me quedé dormido junto a él. No sé cuanto tiempo pasó, me desperté cuando empezó a quejarse emitiendo leves sonidos. Me preocupaba el estado en el que estaba, y estuve a punto de llamar a su mamá cuando sujetó mi brazo con su mano herida.
-No te vayas...
-No lo haré –me incliné un poco y le besé la frente, luego conseguí zafarme.
Preparé algo de comida e hice que comiera a fuerza, eso fue una realización personal, porque ni siquiera quería abrir la boca.
-¿Ya te sientes mejor?
-Sí... gracias... –su voz se escuchaba extraña y me senté a su lado para ver televisión.
-Supongo que no irás mañana a la escuela –pregunté.
-No lo sé... no quiero faltar tanto.
-Por favor cuanto son dos días.
Sonrió pero diferente a otras veces. Se veía triste, cansado, y a pesar del terrible estado en el que estaba se veía igual de perfecto que siempre. Bueno, no taaan perfecto como siempre, pero para mi lo es. Y tiene razón en portarse así, recordé aquel día antes de salir de vacaciones:
//Flash back//
Iba caminando rumbo a casa luego de una mañana terrible en la escuela. Matt no había llegado a tiempo para regresar conmigo, así que decidí ir solo. Pasé por una tienda para comprar algo de comer y cambié el rumbo. Ya con una barra de chocolate en la mano estaba a punto de abrirla cuando encontré a mi amigo en el puente. Me pregunté que hacía ahí, y fui a averiguarlo.
-¿Matt? –dije, tenía un cigarro en la mano y miraba al vacío de abajo. Me acerqué más y puse mi mano sobre su hombro: estaba a punto de llorar.
Caminamos de regreso a su casa, pero no cruzamos palabra alguna. Muchas suposiciones pasaron por mi cabeza: algún pleito con la banda, su mamá, su papá, la escuela, una niña (que no creo), TK... sí, debía ser TK, porque lo había visto en la mañana con él. Y no estaba completamente equivocado.
Ya en su departamento me dio las gracias por haberlo acompañado pero insistí en que hablara conmigo. Se resignó y me dejó entrar. Había una botella de vodka en la mesa, a la mitad y un vaso volteado. Sirvió un poco en él y dio un trago. Cuando se disponía a hacerlo de nuevo tomé su mano y lo obligué a que hablara.
Dio un largo suspiro y se dejó caer sobre el sofá. Cerró los ojos y dejó que sus lágrimas cayeran libremente. Lo abracé y lloró más fuerte aún.
-Es TK, ¿verdad? –pregunté. Asintió sin hacer nada más.
Dijo que tuvo una pelea con él. Kaworu (uno de los integrantes de la banda) le había comentado que había visto a TK en el bar que solían frecuentar, con unos tipos que en su vida había visto, pero al parecer eran de preparatoria, más grandes que él. Que lo vio tomando y fumando, que trató de seguirlo cuando salió pero lo perdió de vista cuando subió a un auto con los demás y más chicas que ni siquiera Kaworu conocía.
Había hablado con TK acerca de esto en la mañana, pero al parecer fue peor:
-¿Por qué a Kaworu habría de importarle lo que hago? –Preguntó TK luego del argumento que Matt había preparado para discutir –Tú se lo pediste, ¿no?
-Eso no importa ahora, pero me alegro que me haya dicho, ¿qué tienes que decir al respecto?
-Que no tienes derecho a cuestionarme si tú haces lo mismo –contestó el niño de 13 años.
-Soy casi mayor de edad y con mucho más responsabilidades, y sé las consecuencias de mis actos, pero parece que tú no sabes a lo que te atienes. Además soy tu hermano mayor y no quiero que te metas en problemas.
-¿Y qué harás? Decirle a mamá supongo –contestó en tono desafiante.
-Es una opción si te sigues comportando así.
-¿Y cómo se supone que debo portarme? ¿El niño bueno y obediente que sale de excursión con sus amiguitos de la escuela? ¿Qué todavía es cuidado por su "hermano mayor"? Ni siquiera a mamá le incumbe –dijo todo esto en tono sarcástico.
-Exactamente así me gustaría –Matt se estaba molestando y tomó a TK por el brazo.
-Suéltame... -ordenó el menor.
-Promete que no lo volverás a hacer.
-¿O? –contestó entre dientes.
A esta altura Matt creyó que estaba hablando con otra persona que no era su hermano. Era irreconocible y se sintió muy mal cuando forcejeó para zafarse de él. No pudo decir nada.
-Deberías cuidarte primero a ti –Dicho esto dio media vuelta y se alejó de ahí.
--------
-Ya no se que hacer –murmuró Matt.
-Creo que tiene razón en la mitad de lo que dijo –empecé mientras le quitaba el cigarro de la mano –y deberías empezar a dejar esto.
Obviamente la otra mitad de su argumento era la parte que concernía a su conducta. Era demasiado pequeño para hacer cosas así. Simplemente no era bueno, y el cambio radical en su personalidad me provocó escalofrío, ¿qué tal si Kari andaba también por esos rumbos? No quería ni imaginarlo.
//Fin del flash back//
Lo rodeé con mi brazo y el se recargó en mi hombro. Ahora podía sentir su cabello y el peso de su cabeza, parecía dormido de nuevo, pero yo sabía que tenía los ojos abiertos y aproveché esa ocasión.
-¿Alguna vez has estado enamorado? -comencé
Levantó la cabeza y me miró de reojo.
-¿Por qué preguntas?
-Me gustaría saber como se siente
-¿Nunca lo has estado? –preguntó algo incrédulo. La conversación parecía interesarle.
-Creo que lo estoy ahora... pero no quiero equivocarme... por eso te pregunto qué se siente –esperaba encontrar una pista y resolver mis inquietudes.
-No lo sé –dijo tranquilamente y luego preguntó con curiosidad -¿puedo saber de quién?
-Pensé que ya lo sabías
-No me he fijado
-Pues fíjate –y dicho esto lo besé ligeramente en la mejilla. Se sonrojó pero no dijo nada. Después de un rato de escepticismo (palabra de él) se dio cuenta.
-¿Yo?
-Quizá... -y lo abracé.
-Tai... no sé que decir... -murmuró sin levantar su cabeza de mi hombro.
-No tienes que decir nada... de hecho... no tienes que hacer nada... pero si te molesta lo aceptaré.
-¿Cómo se que yo también siento lo mismo por ti?
-Ya te pregunté eso... y dijiste que no lo sabías.
-Se siente bien... sea lo que sea.
Sonreí para mis adentros. Matt no es de las personas que confían en cualquiera, y al tenerlo así, tan... vulnerable, me hizo sentir especial. Nos separamos y tomé su mano lastimada: la besé. Pensé que estaba procesando toda la información que acababa de recibir y ahora estaba listo para tomar una decisión. Yo esperé paciente mientras lo miraba directamente a los ojos. Sentí ese algo que sienten los que están enamorados y confirmé mis acciones. No estaba equivocado. Y debo confesar lo que averigüé en ese instante. Es muy difícil que alguien se sienta atraído sentimentalmente por una persona al momento en que se conocen. Pero inmediatamente te das cuenta que hay algo especial cuando la vez a los ojos y encuentras al ser real que oculta adentro. El que se defiende del mundo exterior, porque tiene miedo de que le hagan daño. Y él tiene mucho miedo... igual que yo. ¿Por qué siempre tienes que ocultarlo todo? La pregunta del millón. Él jamás la respondería... pero yo ya había encontrado la respuesta.
-¿Tai?
-¿Sí?
-¿En qué estás pensando?
-Uh, no sé... estoy divagando –dije. (A/N: realmente está divagando, atención lector que esta escritora aficionada está loca)
-¿Quieres que te diga algo?
-¿Es un secreto? Porque si no lo es no me interesa...
Sonrió y se sentó sobre mis piernas. Estaba listo para dar su respuesta.
-¿Sabes cuál es la diferencia entre atracción y deseo? –preguntó otra vez como si fuera una filosofía, pero sensualmente... y digo MUY sensualmente.
-No, ¿cuál? –lo abracé por la cintura.
-No lo sé, hay que averiguarlo –y entonces me besó.
***************************************************
*¿Qué tal? Espero que se hayan emocionado... porque ahora sí, les juro y les vuelvo a jurar que el próximo es Lemon*
Matt: ¿No es muy obvio que el próximo lo sea?
Tai: Es que a la pobre ya no se le ocurre nada
Ikana: Cállate o tendrás un final no muy feliz!
Tai: Ok, ok, está bien... no es para tanto
*Reviews por favor, recomendaciones para los próximos capítulos que están abiertas al lector, hasta se podría hacer un cuento colectivo, no sería mala idea...*
Matt: Dios mío, porqué le habrá dado varicela a esta imbécil...
Ikana: Mira... que tu me gustas para el género Angst/Tragedy así que mejor pórtate bien.
*Hasta luego*
