Hola que tal de nuevo nosotras con un nuevo capitulo, ojala les guste
Capitulo 3
Al día siguiente, después del almuerzo, la Señora Lee comentó a Sakura que vendría a pasar unos días Tomoyo Daidogi la hija de una vieja amiga, que es japonesa.
-Yo también soy medio japonesa, madrina Ieran aunque no lo noto.
-Mi pequeña ¿Te acuerdas mucho de aquello?- pregunto la señora Lee, sorprendida por la emoción que había advertido en la voz de Sakura, un tono de voz desconocido.
-Apenas nada. Solo la sensación de haber estado con mama, con papa y Toya.....y recuerdos lejanos, los bosques, la luz....en Hong Kong la luz es muy distinta ¡Ojala recordara mas! Es como si mi vida estuviera partida por la mitad.
Había en su voz una melancolía que era como residuo de azúcar en una taza vacía, el recuerdo de una dulzura sencilla y sin complicaciones.
La señora Lee la abrazo muy fuerte contra si, se arrepentía de haberle preguntado si se acordaba de Japón. Su niña parecía aun mas fatigada que la noche antes, a pesar de que a su edad apenas se notan los signos de fatiga.
Durante la semana siguiente, Shaoran fue toda la noches al cuarto de Sakura. Ahora que la poseía se había liberado los sentimientos que había estado reprimiendo desde hacia muchos años, mas de los que el mismo imaginaba. Ahora habían estallado convirtiéndose en obsesión. No podía pesar en nada que no fuera Sakura. Por fin era suya, por fin podía hacer con ella lo que quisiera.
Por la noche, en cuanto el pasillo quedaba despejado, el entraba en su habitación sin esperar siquiera a que se apagaran todas las luces.
Y tan pronto como veía la secreta blancura de sus pechos y su vientre, olía el perfume a cerezos de su pelo y sentía sus brazos en el cuello, le inflamaba de tal modo la necesidad de poseerla, que perdía la noción de las cosas. Y ella estaba dominada por el, deseando sus besos y, al mismo tiempo, temiendo lo que sabia ya que el había de hacerle.
Todas las noches le esperaba, presa de angustia, pensando de que quizás aquella vez tendría el valor de detenerle y fracasando en el intento noche tras noche.
Sakura nunca experimento el deshogo físico, y era tan ignorante, tan ingenua, que no sospechaba que pudiera haberlo. Pero aunque lo hubiera sabido, no se habría atrevido a pedirlo, porque ella hubiera supuesto una participación mas activa en aquella cosa que el le hacia, Se concentraba únicamente en los minutos de los besos y caricias y procuraba olvidar lo demás. Y luego llegaba el castigo, aquella pesadumbre y aquella zozobra que la perseguía durante todo el día.
A diferencia de Shaoran, Sakura tenia una intolerable sensación de culpabilidad, aunque era demasiado inocente para identificar claramente el sentimiento que le producía una profunda fatiga y una negra tristeza.
Pero la necesitaba a Shaoran; su necesidad era tan apremiante , como su sensación de culpabilidad. Le quería desde los seis años y no sabia que hacer para impedir que la dominara. La culpabilidad y el miedo a quedarse sin nadie en quien apoyarse, sin nadie que le perteneciera, le planteaban un conflicto permanente, y cada día se sentía mas desgraciada y mas desorientada hasta el extremo de no poder pensar
-Sakura, pequeña ¿Nos vamos de compra? Las boutiques ya han recibido los modelos de otoño. Veremos que ha sacado Dior, St. Laurent y Courreges. Con lo que has crecido, necesitas un montón de cosa-dijo Ieran Lee mirando con ansiedad el mal semblante de Sakura.
-No estoy de humor ahora para salir de compras, madrina. Estoy tan cansada, que no resistiría tener que probarme ropa.
-Entonces, tengo una idea. Podemos ir a los baños termales, te meten en una pila de agua de mar caliente, te dan un buen masaje, te envuelven en toallas como si fueras un bebe y te hacen descansar media hora. A la hora del te habríamos terminado y luego podríamos ir a tomar un helado ¿De acuerdo?
-Suena como la tortura del agua-dijo Sakura con indiferencia.
La señora Lee, sin darse por vencida, propuso una excursión en coche por la cuidad para luego comprar aquel queso famoso del siglo XIII o simplemente, almorzar en uno de los restaurantes mas costos preferidos de Sakura.
Pero, con distintos pretextos, Sakura fue rechazando una a una todas las sugerencias de Ieran Lee. No quería quedarse a solas con su secreto y su madrina. Temía que la señora Lee, que tan bien la conocía, adivinara la verdad. Temía, sobre todo, no poder resistir el deseo de contárselo.¿Qué le aria Shaoran entonces?
Una tarde, Sakura, desconsolada e inquieta, se refugio en un rincón de la galería del salón, para tratar de leer a Balzac en francés, actividad que le había recomendado la honorable maestra Noako, su profesora de francés, para las vacaciones del verano. Aun no había leído tres paginas del polvoriento tomo, sin entender casi nada, cuando Shaoran descubrió su escondite
-Te estuve buscando en el bosque- le dijo en tono de reproche.¿Por qué te quedas ahí metida? Hace un día espléndido.
-Quería estar sola
-Y yo quiero hablar contigo. He decido que vendrás conmigo a terminar las vacaciones a Londres
-En Londres...tu y yo juntos?- Le miraba con la boca abierta.
-Por supuesto que si
-Yo quiero quedarme aquí, con mi madrina- dijo Sakura con toda dignidad de que fue capaz.
-Estaremos juntos, solos tu y yo, sin criados fisgones que te traten como si fueras una niña....¿No te gustara?
Sakura no contesto. La ahogaba la indignación.
El, tomando su silencio por asentimiento, deslizo una mano debajo de su blusa y le asió firmemente un pecho, acariciándole el pezón con el dedo pulgar.
A pesar de que estaba furiosa, el pezón se endureció y el aparto la tela de la blusa y mordió con los labios, chupando con ansia y apresuramiento. Con la otra mano dentro de los shorts, buscaba aquella zona cálida de vello suave.
Sakura oyó suaves pisadas en la escalera y se quedo inmóvil, pero Shaoran seguía aferrado a su pecho, como si quisiera tragárselo entero.
Sakura lo empujo violentamente, con una fuerza insospechada, y se situó lo mas lejos posible de el en diván, señalando vivamente hacia la escalera mientras se arreglaba la blusa.
Shaoran, aturdido, entendió por fin y cuando apareció se madre con el jarrón de flores los encontró a mas de un metro de distancia uno de otro. Sakura parecía estas embebida en Balzac.
-¡Chicos!¡Vaya susto! Creí que no había nadie aquí arriba ¿Qué les parecen estas rosas?¿No son hermosas? Para tu cuarto Sakura.
Mañana por la mañana llega Tomoyo.
Aquella noche, lo antes que pudo después de la cena Sakura subió a su cuarto y cerro la puerta con llave. Al cabo e un rato, Shaoran llamo varias veces, mas y mas fuertes, y pronuncio su nombre en voz baja. Ella miraba la puerta con gesto de desafió sin contestar. Pero cuando le oyó alejarse no pudo contener un sollozo de miedo
Al día siguiente ,al amanecer, Sakura salió huyendo del palacio, con un pedazo de pan y una naranja en el bolsillo y estuvo vagando por el inmenso bosque del palacio con Kero
Le parecía que a solas con el perro, podría volver a una época en la que la vida era fácil, en la que los mayores le trazaban una línea a seguir y ella era feliz.
Aquel día llegaba las nuevas visitas, en aquel momento, la idea de conocer caras nuevas le parecía una complicación insoportable; pero de todos modos la chica dormiría en una habitación continua a la suya, lo cual era un gran alivio, una solución ideal.
Cuando llego a puertas del palacio un chofer uniformado sacaba una docena de maletas.
-¡Maldición!- murmuro Sakura para si al contemplar la escena
Era la exclamación mas fuerte que conocía. Su madrina no había dicho que aquella gente viajaba como la familia real en visita oficial a las islas de la corona.
Se miro las fachas estaba polvorienta, los shorts excesivamente pequeños y el jersey viejo. Imaginaba que su pelo debía estar como nido de buitre. Pensó que con un poco de suerte, quizás estuvieran todos en la terraza tomando Te. Así tendría tiempo de arreglarse un poco.
Sakura no vio a nadie en el vestíbulo ni en la escalera. Se acerco silenciosa mente a la puerta de su habitación cuando alguien la llamo desde el otro cuarto.
Entro rápidamente y se paro de golpe al ver a una muchachadita acurrucada en la banqueta de la ventana, mirando al puerto. Ya era tarde para retroceder. La chica estaba mirándola con una expresión de asombro.
-¡No me digas que tu eres Sakura!
-¿Por qué no?
-Me dijeron que Sakura era una niña de quince años
-¿Y cuantos tienes tu?
-Casi diecisiete.
Tomoyo Daidogi se irguió altivamente. Un metro cincuenta y siete de intrépida femenina. Tenia las cejas caprichosa, cara de gatita que se sabe la flor del barrio y una melena negra que sabia azulada. Los ojos eran de color azul oscuro. El vestido que llevaba podía bien muy bien haber sido un traje de novia, de lino rojo plisado, bordado con puntillas del mismo color.
-Quienquiera que seas, eres absolutamente Kawai- dijo a Sakura- Mira que se lo tengo que mostrar a mi madre, ella siempre me viste como una infanta, pero es hora de modernizarme. Espera que te vea.¡Lo que le pesara haberme dejado seguir con estas fachas!-¿No podrías prestarme unos shorts y una blusa camisera?- dijo mirándole a Sakura con una sonrisa
Tomoyo daba vueltas alrededor de Sakura, extasiada. Hasta sus viejos shorts le parecían el summum de la elegancia en prendas de desechos.
-Por mi encantada, desde luego-respondió Sakura con una sonrisa
-Bueno, no me hagas caso. Siempre me pongo así al ver a una chica divinamente alta, castaña clara natural y con hermosos ojos verde esmeralda y absoluta, increíblemente guapa.....me da una comezón aquí dentro, pero enseguida se me pasa. Veras, yo tengo una personalidad bastante sana, pero ¡puñeta!, a las ninfas del bosque hacen que me desmorone.¿Te gusta puñeta? A mi me parece una palabra muy útil.
Miraba a Sakura inquisitivamente, sonriendo con picardía.
-A Lady Tareda ,la celadora del colegio, no le gustaba "puñeta". Por tanto, tiene que ser una palabra buena. Si nos oía decirla, nos daba con la palmeta.
-¡Ah, si, la palmeta!¡La pena capital! No; castigo corporal. Entonces....tienes que ser Sakura, yo creía que Sakura era un nombre un poco tonto, repelente de puro dulce, un ridiculez, vaya. Pero a ti te va perfecto¿...o "es" perfecto?
-"Esta"
-Quelas hadas se apiaden de mi; en gramática soy un tiro al aire. Mira yo me imaginaba a un niñita que se llamaba Sakura nada menos.¿ Y que me encuentro? Pues a una diosa despampanante,¡casi nada! Te aseguro que es para molestar a cualquiera.¿Pero,quién iba a molestarse contigo?¿Sabes que es lo que mas me revienta?
Sakura la miraba sin pestañear. Acababa de darse cuenta de que Tomoyo llevaba las uñas pintadas de verde y rimel, sombra verdes, también reflejos verdes en el pelo
-....Pues esa gente que sale en el Vogue vestida que es un primor y te dice prácticamente que ponerte no saben lo realmente difícil que es, mierda es que nunca he de acertar
Se dejo caer en la banqueta, con su recargado vestido
-No te cambies, no te muevas, no desesperes- le dijo Sakura, asumiendo su papel de líder de "Lady Alden"- ahora vuelvo
Volvió a los cinco minutos, con un moño en la coronilla sujeto con horquillas, llevaba un minivestido de reluciente papel plateado que le había costado 5000 USS en "Biba". Solo servia para una vez y no se había atrevido a sacarlo desde entonces.
-¿Tienes alguna joya de Paco Rabanne?-pregunto Tomoyo
-¿Y quien no lo tiene? Un segundo- dijo Sakura
Tomoyo le ayudo a ponerse el collar y los pendientes.
-Tu no tienes quince años-dijo Tomoyo admirándole
Las dos sonriereron
Durante la semana que estuvo de visita Tomoyo, Shaoran por primera vez en su vida, advirtió que su misantropía generalizada se concentraba en una sola persona: Tomoyo Daidogi, a quien de buena gana habría asesinado.
Tomoyo le había dicho que eso solo podía hacerse con una bala de plata
Tomoyo era un bromista ocurrente, picara y bulliciosa, que buscaba la diversión de tal forma que pese a su inteligencia, había conseguido que cuatro de los mejores colegios de Japón renunciaran a "invitarla" a renovar su inscripción al curso siguiente.
Tomoyo había sobrevivido al daño causado por el disfrute, desde su temprana edad, de absoluta inmunidad, casi desde la cuna, que era miembro de la única aristocracia a la que, en Tokio, valía la pena pertenecer, resultante de ser la ansiada niña llegada a este mundo, después de tres varones; y había sobrevivido gracias a una innata honestidad, rigurosa e incorruptible.
Tomoyo decía siempre la verdad- a los demás y a si misma-, cualidad tan rara que la hacia parecer excéntrica. Su honestidad corría pareja con su carácter impulsivo, y ella y Sakura, cuyas edades se distanciaban apenas un año y medio, se hicieron inmediatamente cómplices.
A las dos les gustaba la aventura y la extravagancia. Tomoyo era la mas mundana y sotisficada de las dos, y Sakura, la mas osada y brava: si Tomoyo era una niña mimada o, como decía ella "divinamente mal criada" . Sakura era sencillamente testaruda.
La mayor diferencia entre ellas estaba en sus respectivos lazos sentimentales: Tomoyo tenia muchos y ninguno la preocupaba, daba a su padre, a sus hermanos y muy especialmente a su madre por desconcertados, y a todos los encontraba graciosos, actitud que desconcertaba y encantaba a Sakura
De todos modos durante la semana que Tomoyo paso en el palacio, las dos muchachas no pasaron mucho tiempo hablando de cosas serias.
Parecían dos potrillos sueltos en un pastizal, gozando de su nueva camareria.
Tras una larga noche de descanso, Sakura recobro la vitalidad y su alegría, su juventud, una juventud que no se atormentaba con temores ni preguntas.
Las dos hacían expediciones a la playa, durante las cuales bromeaban con los pescadores, se hinchaban de coca cola, bebida que la señora Lee nunca tenia en la mansion y compraban salchichas al ajo, que se comían en la calle a grandes mordiscos, mientras hablaban con la boca llena.
A veces tomaban una limosina, e iban al centro de la cuidad y paseaban por el vestíbulo de los grandes hoteles, ataviadas como hippíes ricas y gozando con la escandalizadas miradas de las señoras de clase alta, llevaban la cuenta de las mujeres a las que habían plantado cara en cada hotel para volver a pasar frente a ellas vestidas con conjuntos de chanel, elegantes y carísimos
Intercambiaban sus ropas con entusiasmo, vestidas de igual, recorrían las playas, incomodando con sus gritos los placidos grupos familiares.
Alquilaban una caseta y se bañaban en las frías aguas del océano
Muchas veces llegaban tarde alas comidas, sin una excusa para nadie, salvo para la señora Lee, que no la necesitaba, pues estaba contenta de ver que Sakura, había encontrado una amiga.
Tomoyo solo tenia una queja.
-Ese Shaoran, hijo de la señora Lee, me tiene atravesada- dijo a Sakura-He estado coqueteando con el como una loca, le he invitado a acompañarnos, y el ¡NADA! Nunca me había ocurrido nada igual ¿Es que odia a las japonesas?¡O es por mi pelo verde? No será marica ¿verdad? No lo entiendo
-¡Oh, no le hagas caso! Shaoran no tiene remedio. Esos aires de superioridad le vienen de haber estudiado en Harvard. No es que tenga algo contra ti; es que el es así
¿Es que Tomoyo no se había dado cuenta de que estaba celoso?¡Claro que no!¡Como iba a imaginar que ella. Sakura, se aferraba a su amiga para no encontrarse a solas con Shaoran?
Durante las comidas la miraba fijamente, entornando los ojos. Parecía la escultura de un caballero muerto en las cruzadas. Solo las dos finas líneas de sus pupilas parecían tener vida en aquel rostro hermético; pero ella sentía influjo desde el otro lado de la mesa.
En varias ocasiones, el había, sorprendido en la escalera a solas; pero antes de que pudiera abrazarla, el sonido de los pasos de Tomoyo que la seguía a todas partes le obligaba a retirarse. En su impotencia, Shaoran era a la vez astuto y temerario; pero Sakura procuraba no estar nunca lejos de Tomoyo, y aunque reconocía que aquella pantalla no duraría siempre, la aprovecharía al máximo mientras estaba a su alcance.
Necesitaba apartarse al máximo de Shaoran, lo necesitaba tanto, que estaba dispuesta a exponerse al castigo que sabia que inevitablemente tenia que llegar. Por las noches cuando Tomoyo se quedaba dormida, Sakura permanecía pensativa, tratando de analizar sus sentimientos, pero sin conseguirlo. Lo único que sacaba en claro era que siempre había querido a Shaoran, que necesitaba de Shaoran y lo que hacia Shaoran estaba mal, muy mal, aunque el pensara lo contrario.
Pensó incluso contárselo a Tomoyo, pero al darse cuenta de las palabras que tendría que usar, se convenció de que era imposible. Era una carga que tenia que llevar ella sola, con toda su vergüenza.
Un vergüenza espantosa, ineludible, imborrable.
Por fin llego el día en que Tomoyo debía marcharse.
-Sakura te prometo que en Navidad iras a Japón a ver a Tomoyo- dijo la señota Lee a las desconsoladas muchachas.
-Aun falta un millón de años para Navidad.¿Por qué no viene Sakura a la universidad conmigo?- pregunto Tomyo con rebeldía
-Tiene que pasar otro año en "Lady Alden" antes de poder hacer el examen de ingreso a la universidad- dijo la Señora Lee con paciencia
-¡Oh carajo, carajo puñeta! Perdón señora Lee, me siento como un novio desgraciado a algo así- justificándose Tomoyo
-Al oírte, nadie lo diría- rió la Señora Lee
Sentía gran simpatía por aquélla extraña muchacha, que no parecía hija de su vieja amiga.
Cuando, aquella noche. Shaoran llamo a su puerta, Sakura la abrió inmediatamente. La marcha de Tomoyo la había hecho darse cuenta de que, durante aquella semana de diversión, ella había tomado una decisión sin saberlo. Ahora sentía la imperiosa necesidad de volver a la niñez, de ser otra vez aquella joven alegre.
Sus dudas se habían desvanecido. Podía vivir sin Shaoran. Era preferible estar sola a tener su aceptación. Su cabeza estaba completamente clara por primera vez desde lo que ocurrió aquella tarde.
Shaoran entro y cerro la puerta. Enseguida fue a abrazarla, pero ella retrocedió y se sentó en la banqueta de la ventana.
No se había quitado el vestido de algodón amarillo que llevaba durante la cena, y todas las luces de la habitación estaban encendidas.
-Siéntate, Shaoran. Tenemos que hablar
-Después.
-No, ahora; Shaoran, todo ha terminado. No pienso en volver a hacer eso, porque esta mal y porque no me gusta.
-Ha sido esa víbora de Tomoyo....Se lo habrás contado,¿verdad?¡- dijo con voz de mal agüero
-No le he dicho ni una palabra. Nadie lo sabe y nadie lo sabrá. Te lo prometo. Pero ya se acabo.
-Sakura, hablas como una niña boba de clase media"Ya acabo!¿cómo va a acabar? Nos queremos y tu me perteneces, tontita. Y lo sabes
-Yo no pertenezco a nadie mas que a mi misma.
Shaoran se acerco a ella y la agarro fuertemente por el brazo.
Le hacia daño, pero ella no se movió ni dijo nada, como si fuera de mármol. A la luz de la lámpara, el podía ver sus verdes pupilas y la expresión de firmeza y seguridad que habia en ellas le puso frenético.
-Shaoran suéltame el brazo- dijo ella
Aquellas palabras, dichas con calma y una serenidad a las que Sakura se aferraba con desesperación, le excitaron mas aun.
Con sus manos fuertes y huesudas la tomo por los brazos y la obligo a levantarse de un brusco tiran, como si fuera un caballo testarudo al que hubiera que dar una lección. Ella seguía mirándole a los ojos sin miedo.
Entones Shaoran la atrajo con fuerza hacia si con fuerza y la beso en los labios. Ella no se movió. Apenas respiraba. El, apoderándose de su boca la beso con habilidad con aquellos besos suaves y largos que la encantaban hacia apenas una semana. Pero Sakura seguia impasible, con los labios apretados. El la acariciaba el pelo con la mano exigente y le susurraba al oído .
-Sakura, Sakura....si no quieres mas, no habrá mas....solo besos y abrazos....Te lo prometo. Lo juro.
Pero mientras, la apretaba contra si, magullándole la cara con los beso que quemaban, ella sentía que su pené la apretaba peligrosamente el vientre. Sakura se soltó con brusquedad.
-No Shaoran; no me fió ¡No quiero nada de ti! No mas abrazos, ni mas besos, ni mas mentiras. Y ahora vete de mi habitación.
Lo dijo en vos baja, para que no la oyeran en la mansión, pero con el tono hiriente aversión
Sakura había retrocedido hasta la pared y el se le acerco con la cara congestionada de deseo y la mirada apoca. Shaoran estaba fuera de si. La apretó contra la pared, le levanto la falda con un ademán brusco y oprimió brutalmente el pené contra las bragas. Con la otra mano, le palpaba frenéticamente los pechos pellizcándole los pezones.
-Si mi madrina o mi padrino te vieran, no te atreverías,¡cerdo asqueroso!- jadeo Sakura
Shaoran le dio un fuerte bofetón. Ella sintió que las muelas le cortaban el pómulo y noto el sabor de la sangre en la lengua .
Le pego otra vez y luego otra
Sakura trato de gritar, pero el le tapo la boca con la mano y la arrastro a la cama.
Ni luchando con todas sus fuerzas pudo Sakura apartar aquella mano de su boca durante los espantosos minutos que siguieron.
Mientras tragaba la sangre para no asfixiarse, Sakura sintió que el le rompía las bragas. Aun tuvo que golpearla otras dos veces antes de conseguir separale las piernas con sus rodillas. Luego vino la pesadilla inacabable, el martirio de sentir el roce áspero y candente del miembro, que el hundía una y otra vez con la crueldad de un loco, seca y cerrada como ella estaba. Luego que hubo terminado, se fue.
Sakura permaneció inerte, sangrando por la boca, yerta y desecha. Por fin, al cabo de unos minutos, llegaron las ansiadas lagrimas. Después de las lagrimas, Sakura magullada, pero resuelta, se levanto de la cama u fue en busca de la Señora Lee
La Señora Lee le aplico agua caliente, toallas suaves, le corto la hemorragia y al escucho mientras Sakura, abrazada a ella, le contaba toda la historia una y ortra vez, hasta que calmándose y se quedo dormida
Fue cuando entonces la señora Lee prorrumpió en un llanto mas desconsolado, atormentado y furioso que el de la propia Sakura.
Había defraudado a Nadeshco, a Fuyikata, a su propio esposo, a ella misma y había defrauda aun mas a la propia Sakura. Era su propio hijo el que había cometido aquel delito mayor motivo para desgarrarse por dentro
No volvería a dirigirle la palabra; para ella había muerto.¡Es que no había forma de hacerle pagar le que había hecho!
Se insultaba por su ceguera, por su presunción, por su confianza y lloraba amargamente
Bueno como siempre esperamos sus reviews a rubi8314hotmail.com para ver si les ha gustado y continuar con el fics. ¡por favor necesitamos de sus reviews.
Por ahora hacemos pasar muy mal a nuestros protagonistas, pero nada que el tiempo y sobre todo el amor no cure, cierto
Un beso a todos
Vane y Lidia
Capitulo 3
Al día siguiente, después del almuerzo, la Señora Lee comentó a Sakura que vendría a pasar unos días Tomoyo Daidogi la hija de una vieja amiga, que es japonesa.
-Yo también soy medio japonesa, madrina Ieran aunque no lo noto.
-Mi pequeña ¿Te acuerdas mucho de aquello?- pregunto la señora Lee, sorprendida por la emoción que había advertido en la voz de Sakura, un tono de voz desconocido.
-Apenas nada. Solo la sensación de haber estado con mama, con papa y Toya.....y recuerdos lejanos, los bosques, la luz....en Hong Kong la luz es muy distinta ¡Ojala recordara mas! Es como si mi vida estuviera partida por la mitad.
Había en su voz una melancolía que era como residuo de azúcar en una taza vacía, el recuerdo de una dulzura sencilla y sin complicaciones.
La señora Lee la abrazo muy fuerte contra si, se arrepentía de haberle preguntado si se acordaba de Japón. Su niña parecía aun mas fatigada que la noche antes, a pesar de que a su edad apenas se notan los signos de fatiga.
Durante la semana siguiente, Shaoran fue toda la noches al cuarto de Sakura. Ahora que la poseía se había liberado los sentimientos que había estado reprimiendo desde hacia muchos años, mas de los que el mismo imaginaba. Ahora habían estallado convirtiéndose en obsesión. No podía pesar en nada que no fuera Sakura. Por fin era suya, por fin podía hacer con ella lo que quisiera.
Por la noche, en cuanto el pasillo quedaba despejado, el entraba en su habitación sin esperar siquiera a que se apagaran todas las luces.
Y tan pronto como veía la secreta blancura de sus pechos y su vientre, olía el perfume a cerezos de su pelo y sentía sus brazos en el cuello, le inflamaba de tal modo la necesidad de poseerla, que perdía la noción de las cosas. Y ella estaba dominada por el, deseando sus besos y, al mismo tiempo, temiendo lo que sabia ya que el había de hacerle.
Todas las noches le esperaba, presa de angustia, pensando de que quizás aquella vez tendría el valor de detenerle y fracasando en el intento noche tras noche.
Sakura nunca experimento el deshogo físico, y era tan ignorante, tan ingenua, que no sospechaba que pudiera haberlo. Pero aunque lo hubiera sabido, no se habría atrevido a pedirlo, porque ella hubiera supuesto una participación mas activa en aquella cosa que el le hacia, Se concentraba únicamente en los minutos de los besos y caricias y procuraba olvidar lo demás. Y luego llegaba el castigo, aquella pesadumbre y aquella zozobra que la perseguía durante todo el día.
A diferencia de Shaoran, Sakura tenia una intolerable sensación de culpabilidad, aunque era demasiado inocente para identificar claramente el sentimiento que le producía una profunda fatiga y una negra tristeza.
Pero la necesitaba a Shaoran; su necesidad era tan apremiante , como su sensación de culpabilidad. Le quería desde los seis años y no sabia que hacer para impedir que la dominara. La culpabilidad y el miedo a quedarse sin nadie en quien apoyarse, sin nadie que le perteneciera, le planteaban un conflicto permanente, y cada día se sentía mas desgraciada y mas desorientada hasta el extremo de no poder pensar
-Sakura, pequeña ¿Nos vamos de compra? Las boutiques ya han recibido los modelos de otoño. Veremos que ha sacado Dior, St. Laurent y Courreges. Con lo que has crecido, necesitas un montón de cosa-dijo Ieran Lee mirando con ansiedad el mal semblante de Sakura.
-No estoy de humor ahora para salir de compras, madrina. Estoy tan cansada, que no resistiría tener que probarme ropa.
-Entonces, tengo una idea. Podemos ir a los baños termales, te meten en una pila de agua de mar caliente, te dan un buen masaje, te envuelven en toallas como si fueras un bebe y te hacen descansar media hora. A la hora del te habríamos terminado y luego podríamos ir a tomar un helado ¿De acuerdo?
-Suena como la tortura del agua-dijo Sakura con indiferencia.
La señora Lee, sin darse por vencida, propuso una excursión en coche por la cuidad para luego comprar aquel queso famoso del siglo XIII o simplemente, almorzar en uno de los restaurantes mas costos preferidos de Sakura.
Pero, con distintos pretextos, Sakura fue rechazando una a una todas las sugerencias de Ieran Lee. No quería quedarse a solas con su secreto y su madrina. Temía que la señora Lee, que tan bien la conocía, adivinara la verdad. Temía, sobre todo, no poder resistir el deseo de contárselo.¿Qué le aria Shaoran entonces?
Una tarde, Sakura, desconsolada e inquieta, se refugio en un rincón de la galería del salón, para tratar de leer a Balzac en francés, actividad que le había recomendado la honorable maestra Noako, su profesora de francés, para las vacaciones del verano. Aun no había leído tres paginas del polvoriento tomo, sin entender casi nada, cuando Shaoran descubrió su escondite
-Te estuve buscando en el bosque- le dijo en tono de reproche.¿Por qué te quedas ahí metida? Hace un día espléndido.
-Quería estar sola
-Y yo quiero hablar contigo. He decido que vendrás conmigo a terminar las vacaciones a Londres
-En Londres...tu y yo juntos?- Le miraba con la boca abierta.
-Por supuesto que si
-Yo quiero quedarme aquí, con mi madrina- dijo Sakura con toda dignidad de que fue capaz.
-Estaremos juntos, solos tu y yo, sin criados fisgones que te traten como si fueras una niña....¿No te gustara?
Sakura no contesto. La ahogaba la indignación.
El, tomando su silencio por asentimiento, deslizo una mano debajo de su blusa y le asió firmemente un pecho, acariciándole el pezón con el dedo pulgar.
A pesar de que estaba furiosa, el pezón se endureció y el aparto la tela de la blusa y mordió con los labios, chupando con ansia y apresuramiento. Con la otra mano dentro de los shorts, buscaba aquella zona cálida de vello suave.
Sakura oyó suaves pisadas en la escalera y se quedo inmóvil, pero Shaoran seguía aferrado a su pecho, como si quisiera tragárselo entero.
Sakura lo empujo violentamente, con una fuerza insospechada, y se situó lo mas lejos posible de el en diván, señalando vivamente hacia la escalera mientras se arreglaba la blusa.
Shaoran, aturdido, entendió por fin y cuando apareció se madre con el jarrón de flores los encontró a mas de un metro de distancia uno de otro. Sakura parecía estas embebida en Balzac.
-¡Chicos!¡Vaya susto! Creí que no había nadie aquí arriba ¿Qué les parecen estas rosas?¿No son hermosas? Para tu cuarto Sakura.
Mañana por la mañana llega Tomoyo.
Aquella noche, lo antes que pudo después de la cena Sakura subió a su cuarto y cerro la puerta con llave. Al cabo e un rato, Shaoran llamo varias veces, mas y mas fuertes, y pronuncio su nombre en voz baja. Ella miraba la puerta con gesto de desafió sin contestar. Pero cuando le oyó alejarse no pudo contener un sollozo de miedo
Al día siguiente ,al amanecer, Sakura salió huyendo del palacio, con un pedazo de pan y una naranja en el bolsillo y estuvo vagando por el inmenso bosque del palacio con Kero
Le parecía que a solas con el perro, podría volver a una época en la que la vida era fácil, en la que los mayores le trazaban una línea a seguir y ella era feliz.
Aquel día llegaba las nuevas visitas, en aquel momento, la idea de conocer caras nuevas le parecía una complicación insoportable; pero de todos modos la chica dormiría en una habitación continua a la suya, lo cual era un gran alivio, una solución ideal.
Cuando llego a puertas del palacio un chofer uniformado sacaba una docena de maletas.
-¡Maldición!- murmuro Sakura para si al contemplar la escena
Era la exclamación mas fuerte que conocía. Su madrina no había dicho que aquella gente viajaba como la familia real en visita oficial a las islas de la corona.
Se miro las fachas estaba polvorienta, los shorts excesivamente pequeños y el jersey viejo. Imaginaba que su pelo debía estar como nido de buitre. Pensó que con un poco de suerte, quizás estuvieran todos en la terraza tomando Te. Así tendría tiempo de arreglarse un poco.
Sakura no vio a nadie en el vestíbulo ni en la escalera. Se acerco silenciosa mente a la puerta de su habitación cuando alguien la llamo desde el otro cuarto.
Entro rápidamente y se paro de golpe al ver a una muchachadita acurrucada en la banqueta de la ventana, mirando al puerto. Ya era tarde para retroceder. La chica estaba mirándola con una expresión de asombro.
-¡No me digas que tu eres Sakura!
-¿Por qué no?
-Me dijeron que Sakura era una niña de quince años
-¿Y cuantos tienes tu?
-Casi diecisiete.
Tomoyo Daidogi se irguió altivamente. Un metro cincuenta y siete de intrépida femenina. Tenia las cejas caprichosa, cara de gatita que se sabe la flor del barrio y una melena negra que sabia azulada. Los ojos eran de color azul oscuro. El vestido que llevaba podía bien muy bien haber sido un traje de novia, de lino rojo plisado, bordado con puntillas del mismo color.
-Quienquiera que seas, eres absolutamente Kawai- dijo a Sakura- Mira que se lo tengo que mostrar a mi madre, ella siempre me viste como una infanta, pero es hora de modernizarme. Espera que te vea.¡Lo que le pesara haberme dejado seguir con estas fachas!-¿No podrías prestarme unos shorts y una blusa camisera?- dijo mirándole a Sakura con una sonrisa
Tomoyo daba vueltas alrededor de Sakura, extasiada. Hasta sus viejos shorts le parecían el summum de la elegancia en prendas de desechos.
-Por mi encantada, desde luego-respondió Sakura con una sonrisa
-Bueno, no me hagas caso. Siempre me pongo así al ver a una chica divinamente alta, castaña clara natural y con hermosos ojos verde esmeralda y absoluta, increíblemente guapa.....me da una comezón aquí dentro, pero enseguida se me pasa. Veras, yo tengo una personalidad bastante sana, pero ¡puñeta!, a las ninfas del bosque hacen que me desmorone.¿Te gusta puñeta? A mi me parece una palabra muy útil.
Miraba a Sakura inquisitivamente, sonriendo con picardía.
-A Lady Tareda ,la celadora del colegio, no le gustaba "puñeta". Por tanto, tiene que ser una palabra buena. Si nos oía decirla, nos daba con la palmeta.
-¡Ah, si, la palmeta!¡La pena capital! No; castigo corporal. Entonces....tienes que ser Sakura, yo creía que Sakura era un nombre un poco tonto, repelente de puro dulce, un ridiculez, vaya. Pero a ti te va perfecto¿...o "es" perfecto?
-"Esta"
-Quelas hadas se apiaden de mi; en gramática soy un tiro al aire. Mira yo me imaginaba a un niñita que se llamaba Sakura nada menos.¿ Y que me encuentro? Pues a una diosa despampanante,¡casi nada! Te aseguro que es para molestar a cualquiera.¿Pero,quién iba a molestarse contigo?¿Sabes que es lo que mas me revienta?
Sakura la miraba sin pestañear. Acababa de darse cuenta de que Tomoyo llevaba las uñas pintadas de verde y rimel, sombra verdes, también reflejos verdes en el pelo
-....Pues esa gente que sale en el Vogue vestida que es un primor y te dice prácticamente que ponerte no saben lo realmente difícil que es, mierda es que nunca he de acertar
Se dejo caer en la banqueta, con su recargado vestido
-No te cambies, no te muevas, no desesperes- le dijo Sakura, asumiendo su papel de líder de "Lady Alden"- ahora vuelvo
Volvió a los cinco minutos, con un moño en la coronilla sujeto con horquillas, llevaba un minivestido de reluciente papel plateado que le había costado 5000 USS en "Biba". Solo servia para una vez y no se había atrevido a sacarlo desde entonces.
-¿Tienes alguna joya de Paco Rabanne?-pregunto Tomoyo
-¿Y quien no lo tiene? Un segundo- dijo Sakura
Tomoyo le ayudo a ponerse el collar y los pendientes.
-Tu no tienes quince años-dijo Tomoyo admirándole
Las dos sonriereron
Durante la semana que estuvo de visita Tomoyo, Shaoran por primera vez en su vida, advirtió que su misantropía generalizada se concentraba en una sola persona: Tomoyo Daidogi, a quien de buena gana habría asesinado.
Tomoyo le había dicho que eso solo podía hacerse con una bala de plata
Tomoyo era un bromista ocurrente, picara y bulliciosa, que buscaba la diversión de tal forma que pese a su inteligencia, había conseguido que cuatro de los mejores colegios de Japón renunciaran a "invitarla" a renovar su inscripción al curso siguiente.
Tomoyo había sobrevivido al daño causado por el disfrute, desde su temprana edad, de absoluta inmunidad, casi desde la cuna, que era miembro de la única aristocracia a la que, en Tokio, valía la pena pertenecer, resultante de ser la ansiada niña llegada a este mundo, después de tres varones; y había sobrevivido gracias a una innata honestidad, rigurosa e incorruptible.
Tomoyo decía siempre la verdad- a los demás y a si misma-, cualidad tan rara que la hacia parecer excéntrica. Su honestidad corría pareja con su carácter impulsivo, y ella y Sakura, cuyas edades se distanciaban apenas un año y medio, se hicieron inmediatamente cómplices.
A las dos les gustaba la aventura y la extravagancia. Tomoyo era la mas mundana y sotisficada de las dos, y Sakura, la mas osada y brava: si Tomoyo era una niña mimada o, como decía ella "divinamente mal criada" . Sakura era sencillamente testaruda.
La mayor diferencia entre ellas estaba en sus respectivos lazos sentimentales: Tomoyo tenia muchos y ninguno la preocupaba, daba a su padre, a sus hermanos y muy especialmente a su madre por desconcertados, y a todos los encontraba graciosos, actitud que desconcertaba y encantaba a Sakura
De todos modos durante la semana que Tomoyo paso en el palacio, las dos muchachas no pasaron mucho tiempo hablando de cosas serias.
Parecían dos potrillos sueltos en un pastizal, gozando de su nueva camareria.
Tras una larga noche de descanso, Sakura recobro la vitalidad y su alegría, su juventud, una juventud que no se atormentaba con temores ni preguntas.
Las dos hacían expediciones a la playa, durante las cuales bromeaban con los pescadores, se hinchaban de coca cola, bebida que la señora Lee nunca tenia en la mansion y compraban salchichas al ajo, que se comían en la calle a grandes mordiscos, mientras hablaban con la boca llena.
A veces tomaban una limosina, e iban al centro de la cuidad y paseaban por el vestíbulo de los grandes hoteles, ataviadas como hippíes ricas y gozando con la escandalizadas miradas de las señoras de clase alta, llevaban la cuenta de las mujeres a las que habían plantado cara en cada hotel para volver a pasar frente a ellas vestidas con conjuntos de chanel, elegantes y carísimos
Intercambiaban sus ropas con entusiasmo, vestidas de igual, recorrían las playas, incomodando con sus gritos los placidos grupos familiares.
Alquilaban una caseta y se bañaban en las frías aguas del océano
Muchas veces llegaban tarde alas comidas, sin una excusa para nadie, salvo para la señora Lee, que no la necesitaba, pues estaba contenta de ver que Sakura, había encontrado una amiga.
Tomoyo solo tenia una queja.
-Ese Shaoran, hijo de la señora Lee, me tiene atravesada- dijo a Sakura-He estado coqueteando con el como una loca, le he invitado a acompañarnos, y el ¡NADA! Nunca me había ocurrido nada igual ¿Es que odia a las japonesas?¡O es por mi pelo verde? No será marica ¿verdad? No lo entiendo
-¡Oh, no le hagas caso! Shaoran no tiene remedio. Esos aires de superioridad le vienen de haber estudiado en Harvard. No es que tenga algo contra ti; es que el es así
¿Es que Tomoyo no se había dado cuenta de que estaba celoso?¡Claro que no!¡Como iba a imaginar que ella. Sakura, se aferraba a su amiga para no encontrarse a solas con Shaoran?
Durante las comidas la miraba fijamente, entornando los ojos. Parecía la escultura de un caballero muerto en las cruzadas. Solo las dos finas líneas de sus pupilas parecían tener vida en aquel rostro hermético; pero ella sentía influjo desde el otro lado de la mesa.
En varias ocasiones, el había, sorprendido en la escalera a solas; pero antes de que pudiera abrazarla, el sonido de los pasos de Tomoyo que la seguía a todas partes le obligaba a retirarse. En su impotencia, Shaoran era a la vez astuto y temerario; pero Sakura procuraba no estar nunca lejos de Tomoyo, y aunque reconocía que aquella pantalla no duraría siempre, la aprovecharía al máximo mientras estaba a su alcance.
Necesitaba apartarse al máximo de Shaoran, lo necesitaba tanto, que estaba dispuesta a exponerse al castigo que sabia que inevitablemente tenia que llegar. Por las noches cuando Tomoyo se quedaba dormida, Sakura permanecía pensativa, tratando de analizar sus sentimientos, pero sin conseguirlo. Lo único que sacaba en claro era que siempre había querido a Shaoran, que necesitaba de Shaoran y lo que hacia Shaoran estaba mal, muy mal, aunque el pensara lo contrario.
Pensó incluso contárselo a Tomoyo, pero al darse cuenta de las palabras que tendría que usar, se convenció de que era imposible. Era una carga que tenia que llevar ella sola, con toda su vergüenza.
Un vergüenza espantosa, ineludible, imborrable.
Por fin llego el día en que Tomoyo debía marcharse.
-Sakura te prometo que en Navidad iras a Japón a ver a Tomoyo- dijo la señota Lee a las desconsoladas muchachas.
-Aun falta un millón de años para Navidad.¿Por qué no viene Sakura a la universidad conmigo?- pregunto Tomyo con rebeldía
-Tiene que pasar otro año en "Lady Alden" antes de poder hacer el examen de ingreso a la universidad- dijo la Señora Lee con paciencia
-¡Oh carajo, carajo puñeta! Perdón señora Lee, me siento como un novio desgraciado a algo así- justificándose Tomoyo
-Al oírte, nadie lo diría- rió la Señora Lee
Sentía gran simpatía por aquélla extraña muchacha, que no parecía hija de su vieja amiga.
Cuando, aquella noche. Shaoran llamo a su puerta, Sakura la abrió inmediatamente. La marcha de Tomoyo la había hecho darse cuenta de que, durante aquella semana de diversión, ella había tomado una decisión sin saberlo. Ahora sentía la imperiosa necesidad de volver a la niñez, de ser otra vez aquella joven alegre.
Sus dudas se habían desvanecido. Podía vivir sin Shaoran. Era preferible estar sola a tener su aceptación. Su cabeza estaba completamente clara por primera vez desde lo que ocurrió aquella tarde.
Shaoran entro y cerro la puerta. Enseguida fue a abrazarla, pero ella retrocedió y se sentó en la banqueta de la ventana.
No se había quitado el vestido de algodón amarillo que llevaba durante la cena, y todas las luces de la habitación estaban encendidas.
-Siéntate, Shaoran. Tenemos que hablar
-Después.
-No, ahora; Shaoran, todo ha terminado. No pienso en volver a hacer eso, porque esta mal y porque no me gusta.
-Ha sido esa víbora de Tomoyo....Se lo habrás contado,¿verdad?¡- dijo con voz de mal agüero
-No le he dicho ni una palabra. Nadie lo sabe y nadie lo sabrá. Te lo prometo. Pero ya se acabo.
-Sakura, hablas como una niña boba de clase media"Ya acabo!¿cómo va a acabar? Nos queremos y tu me perteneces, tontita. Y lo sabes
-Yo no pertenezco a nadie mas que a mi misma.
Shaoran se acerco a ella y la agarro fuertemente por el brazo.
Le hacia daño, pero ella no se movió ni dijo nada, como si fuera de mármol. A la luz de la lámpara, el podía ver sus verdes pupilas y la expresión de firmeza y seguridad que habia en ellas le puso frenético.
-Shaoran suéltame el brazo- dijo ella
Aquellas palabras, dichas con calma y una serenidad a las que Sakura se aferraba con desesperación, le excitaron mas aun.
Con sus manos fuertes y huesudas la tomo por los brazos y la obligo a levantarse de un brusco tiran, como si fuera un caballo testarudo al que hubiera que dar una lección. Ella seguía mirándole a los ojos sin miedo.
Entones Shaoran la atrajo con fuerza hacia si con fuerza y la beso en los labios. Ella no se movió. Apenas respiraba. El, apoderándose de su boca la beso con habilidad con aquellos besos suaves y largos que la encantaban hacia apenas una semana. Pero Sakura seguia impasible, con los labios apretados. El la acariciaba el pelo con la mano exigente y le susurraba al oído .
-Sakura, Sakura....si no quieres mas, no habrá mas....solo besos y abrazos....Te lo prometo. Lo juro.
Pero mientras, la apretaba contra si, magullándole la cara con los beso que quemaban, ella sentía que su pené la apretaba peligrosamente el vientre. Sakura se soltó con brusquedad.
-No Shaoran; no me fió ¡No quiero nada de ti! No mas abrazos, ni mas besos, ni mas mentiras. Y ahora vete de mi habitación.
Lo dijo en vos baja, para que no la oyeran en la mansión, pero con el tono hiriente aversión
Sakura había retrocedido hasta la pared y el se le acerco con la cara congestionada de deseo y la mirada apoca. Shaoran estaba fuera de si. La apretó contra la pared, le levanto la falda con un ademán brusco y oprimió brutalmente el pené contra las bragas. Con la otra mano, le palpaba frenéticamente los pechos pellizcándole los pezones.
-Si mi madrina o mi padrino te vieran, no te atreverías,¡cerdo asqueroso!- jadeo Sakura
Shaoran le dio un fuerte bofetón. Ella sintió que las muelas le cortaban el pómulo y noto el sabor de la sangre en la lengua .
Le pego otra vez y luego otra
Sakura trato de gritar, pero el le tapo la boca con la mano y la arrastro a la cama.
Ni luchando con todas sus fuerzas pudo Sakura apartar aquella mano de su boca durante los espantosos minutos que siguieron.
Mientras tragaba la sangre para no asfixiarse, Sakura sintió que el le rompía las bragas. Aun tuvo que golpearla otras dos veces antes de conseguir separale las piernas con sus rodillas. Luego vino la pesadilla inacabable, el martirio de sentir el roce áspero y candente del miembro, que el hundía una y otra vez con la crueldad de un loco, seca y cerrada como ella estaba. Luego que hubo terminado, se fue.
Sakura permaneció inerte, sangrando por la boca, yerta y desecha. Por fin, al cabo de unos minutos, llegaron las ansiadas lagrimas. Después de las lagrimas, Sakura magullada, pero resuelta, se levanto de la cama u fue en busca de la Señora Lee
La Señora Lee le aplico agua caliente, toallas suaves, le corto la hemorragia y al escucho mientras Sakura, abrazada a ella, le contaba toda la historia una y ortra vez, hasta que calmándose y se quedo dormida
Fue cuando entonces la señora Lee prorrumpió en un llanto mas desconsolado, atormentado y furioso que el de la propia Sakura.
Había defraudado a Nadeshco, a Fuyikata, a su propio esposo, a ella misma y había defrauda aun mas a la propia Sakura. Era su propio hijo el que había cometido aquel delito mayor motivo para desgarrarse por dentro
No volvería a dirigirle la palabra; para ella había muerto.¡Es que no había forma de hacerle pagar le que había hecho!
Se insultaba por su ceguera, por su presunción, por su confianza y lloraba amargamente
Bueno como siempre esperamos sus reviews a rubi8314hotmail.com para ver si les ha gustado y continuar con el fics. ¡por favor necesitamos de sus reviews.
Por ahora hacemos pasar muy mal a nuestros protagonistas, pero nada que el tiempo y sobre todo el amor no cure, cierto
Un beso a todos
Vane y Lidia
