5.- Celos y revelaciones

Elrond bostezo por tercera vez en la tarde, la cantidad de documentos oficiales que invadian su escritorio habia aumentado con el paso de las horas. Un golpe a la puerta le puso en alerta.

"adelante"- Una cabeza rubia se asomo por la puerta, cuando se hubo asegurado de que el medio elfo se encontraba solo entro en la habitación con paso arrogante.

"debemos hablar"- dijo el rubio

"que se te ofrece, Glorfindel?"- pregunto Elrond dándole la bienvenida a su amigo y senescal con una sonrisa.

"quiero saber que hay entre tu y Haldir"- Elrond levanto la mirada al escuchar el nombre del elfo de Lorien, al ver las finas facciones del Vanyar contraidas en un claro gesto de molestia, se limito a recargarse en el respaldo de su silla.

"no creo que sea algo que tenga que discutir contigo"- dijo por fin después de varios minutos de observación del elfo frente a el

"en eso te equivocas. Haldir es mi compañero"- repuso Glorfindel enojado

"tu compañero dices? El no me ha comentado nada al respecto y me parece que el es el que tiene la ultima palabra en este asunto"- Elrond se puso de pie arrogantemente visiblemente molesto por la actitud de su subordinado

"te lo advierto, Elrond. Alejate de el, es mio"- El tono amenazante del cazador del Balrog puso en guardia al medio elfo.

"No creo que sea tu lugar venir y amenazarme en mi propio estudio, en mi casa y en mi valle"- Elrond se acerco a Glorfindel con los puños cerrados intentando contenerse de abofetear al elfo arrogante.

"ya estas advertido"- dijo Glorfindel saliendo de la habitación sin esperar una respuesta de su amigo.

Elrond dirigio una mirada rapida a la puerta por donde Glorfindel acababa de salir y se dejo caer en su silla, sin duda esto iba a traer mas contratiempos de los que habia pensado.

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Glorfindel camino por los corredores de la casa de Elrond sintiéndose frustrado y enojado consigo mismo por la forma en que habia hablado a su amigo de tantos años y a su señor, este asunto estaba saliéndose de las manos. Una voz musical atrajo su atención, a su derecha se encontraba el estudio de Erestor, el jefe consejero de Elrond. Su rostro se ilumino con una idea, espero unos segundos hasta que un elfo de cabello blanco y facciones amables salio del estudio dirigiéndole una ligera reverencia y una sonrisa.

Erestor se encontraba revisando los ultimos informes sobre la alianza con Mirkwood cuando Glorfindel hizo su entrada inanunciada. El elfo de cabellos oscuros le dirigio una calida mirada a su amigo y sin palabras le ofrecio asiento en una de las comodas sillas frente a su escritorio.

"y bien, Fin? En que puedo ayudarte?"- pregunto Erestor haciendo a un lado los papeles que habia estado revisando.

"necesito tu consejo, meldir"- respondio Glorfindel sin fijar la vista en su amigo.

"que es lo que pasa, fin?"- pregunto Erestor preocupado arrodillándose frente a su amigo.

"es solo....Elrond tiene cierto....interes en Haldir"- respondio Glorfindel -" que ocurre, tor?"- pregunto el elfo rubio al notar la repentina palidez en el rostro del consejero.

"no es nada, meldir"- respondio Erestor poniéndose de pie maldiciendo por haber perdido su auto control frente al eldar

"no me mientas, Erestor"- repuso irritado Glorfindel

"no lo hago"

"se cuando algo te afecta, acaso no confias en mi, meldir?"- pregunto Glorfindel poniéndose de pie y acercándose a su amigo. Erestor contemplo a su amigo unos instantes antes de que sus ojos se humedecieran.

"el.....nunca se ha dado cuenta"- murmuro Erestor mientras bajaba la mirada

"El? Te refieres a Elrond?"- pregunto perplejo el eldar. Erestor se limito a asentir mientras una lagrima se deslizaba por su mejilla. – "lo siento, tor. Por que no me dijiste nada?"- pregunto Glorfindel abrazando a su amigo permitiendo que Erestor ocultara su rostro en su hombro.

"no tenia caso, el nunca me vio como algo mas que un amigo.....cuando era pequeño solia tener un ligero interes pero era solo un amor de juventud...en cuanto llego a su mayoria se olvido"

"ya meldir...encontraremos una solucion. Lo prometo"- agrego Glorfindel dándole un beso en la cabeza a su amigo sin relajar el abrazo.

"gracias, fin"- susurro el escolar

"no es nada, tor"- respondio el eldar jurándose a si mismo que encontraria la forma de hacer a su amigo sonreir otra vez.