Bien, estoy aquí de nuevo, lamento la tardanza de este capitulo, pero
tuve que moldearlo para que quedara mas o menos bien. Antes de iniciar,
aquí están los reviews:
Prima-chan: hasta ahora, Hermione solo ha aparecido (por asi decirlo), en la carta que envio. No deseperes.
Jamincillo: como dije, no importa lo que manden en sus reviews, los tomare en cuenta. Espero que continúes leyendo, ya que poco a poco se pone interesante.
Amaly Malfoy: me gusta que te guste. Lo de Hermione se resolverá en el próximo capitulo, y lo de Ron, pues tengo pensado algo diferente con el.
Aquí esta entonces el capitulo.
CAPITULO IV. EL CUADRO.
Antes de que Fleur separará sus labios de la mejilla de Harry, este ultimo, sin saber el por qué, acerco sus labios a los de Fleur. En ese momento, Harry sintió como si algo por dentro le moviera el estómago, pero aun así, y sin que hubiera una protesta por parte de Fleur, continuo besando aquellos suaves y hermosos labios. Tanto Fleur como Harry hicieron lo posible por prolongar ese beso, que poco a poco se hizo tan profundo, pero al final, su necesidad de respirar les hizo separarse.
Quedaron sus rostros enfrente uno del otro, ambos estaban sonrojados, y por lo que Harry observaba, Fleur parecía divertida.
-Bueno, este .-. Tartamudeo Harry
-Si-. Intervino la rubia.
-Pues, disculpa-. Harry se apeno aún mas.
-No tienes pogqué disculparte, me ha gustado, ¿y a ti?
-Si, también-. La cara del chico comenzó a aumentar su tonalidad roja.
-Bien, será mejor que vallamos a.-. La chica dejo de hablar de golpe y dirigió la mirada hacia el umbral de la biblioteca. Instantáneamente, Harry también lo hizo.
-Bill, ¿qué se te ofgece?-. Pregunto un poco nerviosa la chica, pero recobro su naturalidad. -¿Pasa algo?
Harry noto, por unos segundos, una mirada inquisidora y fría por parte de Bill, y la dirigía a el. Pero momentos después, la cambio por una amplia sonrisa, que dirigía a Fleur y no a Harry, antes de que el pelirrojo dijera algo.
-Si, mamá me ha mandado a indicarles que ya esta lista la cena, y los esperamos en la cocina-. Fue lo que dijo antes de salir.
-Esta bien, que espegamos Harry, vamos-. La chica hizo una seña para que este la tomará del brazo, y Harry así lo hizo, saliendo con ella de la biblioteca.
Durante la cena, Harry se sentó, quedando entre Fred y Fleur. También noto que mientras entraba del brazo de Fleur, los gemelos y Bill le dirigieron una mirada furtiva, pero después lo recibieron alegremente como siempre, a excepción de Bill, que se mantenía apartado. Harry platico alegremente con Fleur. Esta le contaba lo maravilloso que era trabajar en el banco de Gringotts, todo lo que había aprendido en su colegio Beauxbattons en Francia, y un gran número de etc. Pero cuando toco a Harry el turno de hablar sobre el:
-¿Pero de que quieres que te cuente?-. Hecía divertido Harry, despues del ultimo comentario de Fleur.
-Pues no se, ¿Qué tal te va en Hogwarts?.
-Pues ultimemente, no muy bien. Seguro te habrás enterado de todos los problemas que cause en el Ministerio y de la muerte de .-. Se detuvo, el recordar eso le dolía, aun no podía ni sabía como superarlo.
-No te preocupes, te comprendo. Aun debes estar sentido y pienso hacerte recordar algo que te hace daño-. El tono de la rubia era uno tan cariñoso, uno con el que a Harry nadie antes le había hablado.
-Gracias.
-No te preocupes. Pero hay que cambiar a un tema mas alegre.
-¿Cómo que?
-No se, ¿tienes novia?
-No. Aun no-. Harry se sorprendió tanto de la pregunta así como de su respuesta.
-Entonces, señog Haggy Potteg-. Dijo estas palabras a propósito con su acento francés al tiempo que se acercaba a la oreja de Harry y le susurro al oido. -entonces, tendremos que cambiag eso, no cges?
-S..si, no lo dudes-. A Harry aún le temblaba la voz, pero cada vez se sorprendía mas de los que decía, Junto a Fleur se sentía más seguro de si mismo. Espero un momento y se puso de pie, se despidió de todos y dijo que iría a dormir, pero la señora Weasley le dijo una cosa antes.
-OH, querido, lo siento, debí decirte antes. Como esta ahora es tu casa, puedes buscarte una habitación donde dejar tus cosas. Aunque parezca de fuera pequeña, la casa si que es amplia.
-Esta bien, gracias-. Se despidió de Fleur y salio de la cocina, tras de el salieron los gemelos.
Harry tomo su baúl y lo arrastro hasta el segundo piso de la casa, y al llegar a el se dio cuenta de que había un tercero, puesto que las escaleras continuaban, así subió y encontró un pasillo, que al final contenía una puerta de madera muy hermosa, la abrió y noto que era hermosa y amplia, también se dio cuenta de que nadie la ocupaba. Metió su baúl y sus demás cosas. Harry penso que la señora Weasley y los demás debieron haber trabajo muy duro para limpiar la casa. Noto también que sobre la cama, que estaba adorselada y pegada a la izquierda de la habitación, había un hermoso cuadro, vacío con un fondo azul mar. No le presto atención y acomodo sus cosas, coloco a Hedwig en un pequeño buró en la esquina del cuarto y se recostó en la cama. Intento pensar en su padrino, pero esta vez, en los buenos recuerdos, y no aquel que lo atormentaba culpándolo de la muerte de Sirius. Cuando por fin estaba a punto de dormirse, alguien toco la puerta de la habitación. Se pregunto como era que sabían que estaba ahí. Aun así, se levanto y abrió la puerta, era Bill Weasley.
-Hola Harry, ¿puedo pasar?
-Claro, ¿Qué pasa Bill?
-Bien, tengo que hablar contigo sobre una..., cosa.
-Por supuesto, ¿de que?
-Bien, ¿tu conocías ya antes a Fleur, cierto?
-Si, en el torneo de los tres magos-. Harry se sentía extraño, ¿por qué el hermano de su mejor amigo le preguntaba eso? Aunque tenía una ligera sospecha.
-Pues, queria saber., ¿sabes si tiene novio?-. Pregunto el pelirrojo en un tono tan bajo que apenas y Harry alcanzó a oír.
-¿A que viene todo esto? ¿Te gusta Fleur?-. El tono de Harry cambio a lo que parecía un reproche, pero no estaba molesto, mas bien divertido.
-No,. digo, si pero,. Harry, yo. Buenas noches-. Y el chico salio dejando la puerta abierta y a Harry con una cara de sorpresa tan grande que cualquiera que la hubiera visto, se abría desmallado de risa.
El joven de cabello oscuro cerro la puerta, y se dirigio a la cama, con el pensamiento de "así son todos los Weasley con las mujeres, bueno, a excepción de Fred y George" en su cabeza.
Se recostó en la cama y dirigió la vista hacia el cuadro de fondo azul que había visto antes, como esperando que alguien se asomara por ahí. Cerro los ojos e intento vaciar su mente, cosa que últimamente hacia, tal y como hacía un año su profesor de pociones se lo había pedido y no había hecho, pero ahora lo hacía ya que cada noche que intentaba dormir, una pesadilla (eso quería creer, ya que era demasiado real) acerca de Voldemort torturando a alguien lo atormentaba. Mientras vaciaba su mente, oyo una voz procedente de la cabecera de la cama, una voz conocida.
-Me alegra verte Harry, sabía que tarde o temprano me encontrarías.
Harry se levanto de golpe y volteo la vista al cuadro, que en esta ocasión ya no estaba vacío, sino tenía la imagen de una persona ya conocida por el. Pero era imposible. No lo podía creer. Había deseado tanto ver a la persona que estaba ahora frente a el, en un cuadro.
-Si.Siri. Sirius?-. Murmuro el joven, completamente sorprendido.
-Por supuesto, ¿que me veo tan diferente en pintura?
-No, solo es que.-. Harry creyó que sería fuerte en ese momento, pero no se pudo contener. Estaba profundamente arrepentido, por lo que los ojos se le inundaron de lágrimas.- Lo siento tanto, por favor.-tragó saliva- perdóname.
-Vamos Harry, no llores. Y no tienes por que pedir perdón.
-Si tengo, yo. por mi . te mataron. Fue mi culpa
-No Harry, no fue tu culpa. Fue mía. No me debí confiar tanto, y menos en una pele contra Bellatrix.
-No, so yo no hubiera creído que.. que lo Voldemort envió a mi cabeza era real, tu no estarías.
-No Harry. Comprende bien esto. No fue tu culpa. Aparte de eso, estoy orgulloso de ti.
-¿Orgulloso?, pero si yo te mate, no lo entiendes, fue mi culpa-. Harry decía esto mientras se golpeaba el pecho, el remordimiento, la ira, su incapacidad por no haber ayudado a Sirius, por haberle conducido a la muerte. Tenía que explicarse.
-Entiende esto Harry-la voz de Sirius se oía suave, de comprensión- tu no me mataste, nadie lo hizo. Simplemente, la muerte llego a mí porque así debía ser. Y si estoy orgulloso de ti, has demostrado una gran valentía, como lo hubieran hecho tus padres, sin dudar ni un segundo en ello. Creíste que estaba herido, y decidiste ayudarme, sin importarte tu propio bienestar. Te agradezco que te hayas preocupado por mi. Y fuiste muy valiente, lo suficiente para inspirar a tus amigos confianza y esperanza, aun en un momento en que pensabas que morirían, ideaste un plan para salvarlos, a ellos, sin importar que tu murieras, con tal de que ellos estuvieran a salvo. También, no debes sentirte mal ni culparte de mi muerte. Comprendes.
-Si, pero., ya casi no tengo a nadie. Primero mis padres, ahora tu, ¿Quién mas me queda? No comprendes, te necesito.
-Lo se Harry. Y sabes que, ahora que he muerto, al igual que tus padres, siempre estaré ahí para apoyarte. Pero no te aferres a mi. No te aferres a la idea que algún día regresaré, que solo estoy tras el velo, y que si te acercas y estiras la mano, ahí estaré. No te hagas eso Harry, ya que solo conseguirás lastimarte, hacerte daño. He muerto, y ningún poder ni magia me harán regresar.
-¿Por qué? ¿Por qué no puedes regresar?
-Veras Harry. Las reglas que rigen la vida y la muerte son complicadas. Somos nosotros, con nuestras acciones, los que determinamos nuestro destino, no el destino nos determina a nosotros. Debías ya haberte dado cuenta, después de conocer a Trelawney- dijo graciosamente, haciendo que Harry esbozara una pequeña sonrisa. -Y como seguramente te lo habrá explicado ella, aunque lo dudo, los resultados o consecuencias de nuestras acciones son tan inesperados, que al final, no queda mas remedio que aceptarlo. Pero si no lo aceptas, y te aferras a alguna cosa que pudo ser y no fue, terminaras loco.
-¿Qué quieres decir?-. Harry ya se había calmado y se secaba la cara.
-Que lo que paso tenía que resultar tal como sucedió. Pudo no haber sido así, pudo haber sido completamente diferente, pero ya lo habías escogido. Tu estabas dispuesto a morir cuando creíste que estaba en peligro, y yo estuve dispuesto a dar mi vida con tal proteger la tuya. Esas decisiones fueron las que determinaron los sucesos. Entendiste Harry.
-Si, me quieres decir que debo aceptar lo que paso y seguir adelante.
-Asi es. Entonces, por favor, cuidate, como siempre los has hecho, ¿de acuerdo?
Harry asintió. Había visto a Sirius, había hablado con el, lo hizo sentir bien, y lo mejor de todo, era el único que no lo trataba como a un niño.
-Sirius, ¿permanecerás en el cuadro, como Phineas?
-No Harry, este es un cuadro especial. Permite que una personas muerta, por una sola vez, regrese para concluir los pendientes que dejo, siempre y cuando se necesitará de su presencia. En mi caso, tu me necesitabas, por eso volví, para explicarte lo que ya he dicho y para que estés tranquilo. Siempre te cuidaré -se detuvo cuando miro la expresión de Harry, sabía en lo que estba pensando -y, Harry, tampoco pienses que tus padres aparecerán en el cuadro, porque no será asi.
-Pero dijiste que podían volver, si se les necesitaba.
-Pero tu ya no los necesitas. Y ellos lo saben, siempre cuidaremos de ti. Adios Harry, te aseguro que algún día nos volveremos a ver-. Y dicho esto, la imagen de Sirius despareció.
Harry se sintió triste de nuevo, otra vez aquel dolor le invadía. Pero recordó lo que Sirius dijo, hay que seguir adelante, y que no debía sentirse mal por la muerte de su padrino. Ahora que habló con el, supo que era feliz, y que quería que el también lo fuera, así que se juro en ese momento enfrentarse a la vida, y según lo dicho por Sirius, realizar sus decisiones de la mejor manera.
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Bien, espero les haya gustado. Me costo mucho escribir la última parte, pero estoy satisfecho (ni yo mismo me entendí). Pero espero sus reviews.
Prima-chan: hasta ahora, Hermione solo ha aparecido (por asi decirlo), en la carta que envio. No deseperes.
Jamincillo: como dije, no importa lo que manden en sus reviews, los tomare en cuenta. Espero que continúes leyendo, ya que poco a poco se pone interesante.
Amaly Malfoy: me gusta que te guste. Lo de Hermione se resolverá en el próximo capitulo, y lo de Ron, pues tengo pensado algo diferente con el.
Aquí esta entonces el capitulo.
CAPITULO IV. EL CUADRO.
Antes de que Fleur separará sus labios de la mejilla de Harry, este ultimo, sin saber el por qué, acerco sus labios a los de Fleur. En ese momento, Harry sintió como si algo por dentro le moviera el estómago, pero aun así, y sin que hubiera una protesta por parte de Fleur, continuo besando aquellos suaves y hermosos labios. Tanto Fleur como Harry hicieron lo posible por prolongar ese beso, que poco a poco se hizo tan profundo, pero al final, su necesidad de respirar les hizo separarse.
Quedaron sus rostros enfrente uno del otro, ambos estaban sonrojados, y por lo que Harry observaba, Fleur parecía divertida.
-Bueno, este .-. Tartamudeo Harry
-Si-. Intervino la rubia.
-Pues, disculpa-. Harry se apeno aún mas.
-No tienes pogqué disculparte, me ha gustado, ¿y a ti?
-Si, también-. La cara del chico comenzó a aumentar su tonalidad roja.
-Bien, será mejor que vallamos a.-. La chica dejo de hablar de golpe y dirigió la mirada hacia el umbral de la biblioteca. Instantáneamente, Harry también lo hizo.
-Bill, ¿qué se te ofgece?-. Pregunto un poco nerviosa la chica, pero recobro su naturalidad. -¿Pasa algo?
Harry noto, por unos segundos, una mirada inquisidora y fría por parte de Bill, y la dirigía a el. Pero momentos después, la cambio por una amplia sonrisa, que dirigía a Fleur y no a Harry, antes de que el pelirrojo dijera algo.
-Si, mamá me ha mandado a indicarles que ya esta lista la cena, y los esperamos en la cocina-. Fue lo que dijo antes de salir.
-Esta bien, que espegamos Harry, vamos-. La chica hizo una seña para que este la tomará del brazo, y Harry así lo hizo, saliendo con ella de la biblioteca.
Durante la cena, Harry se sentó, quedando entre Fred y Fleur. También noto que mientras entraba del brazo de Fleur, los gemelos y Bill le dirigieron una mirada furtiva, pero después lo recibieron alegremente como siempre, a excepción de Bill, que se mantenía apartado. Harry platico alegremente con Fleur. Esta le contaba lo maravilloso que era trabajar en el banco de Gringotts, todo lo que había aprendido en su colegio Beauxbattons en Francia, y un gran número de etc. Pero cuando toco a Harry el turno de hablar sobre el:
-¿Pero de que quieres que te cuente?-. Hecía divertido Harry, despues del ultimo comentario de Fleur.
-Pues no se, ¿Qué tal te va en Hogwarts?.
-Pues ultimemente, no muy bien. Seguro te habrás enterado de todos los problemas que cause en el Ministerio y de la muerte de .-. Se detuvo, el recordar eso le dolía, aun no podía ni sabía como superarlo.
-No te preocupes, te comprendo. Aun debes estar sentido y pienso hacerte recordar algo que te hace daño-. El tono de la rubia era uno tan cariñoso, uno con el que a Harry nadie antes le había hablado.
-Gracias.
-No te preocupes. Pero hay que cambiar a un tema mas alegre.
-¿Cómo que?
-No se, ¿tienes novia?
-No. Aun no-. Harry se sorprendió tanto de la pregunta así como de su respuesta.
-Entonces, señog Haggy Potteg-. Dijo estas palabras a propósito con su acento francés al tiempo que se acercaba a la oreja de Harry y le susurro al oido. -entonces, tendremos que cambiag eso, no cges?
-S..si, no lo dudes-. A Harry aún le temblaba la voz, pero cada vez se sorprendía mas de los que decía, Junto a Fleur se sentía más seguro de si mismo. Espero un momento y se puso de pie, se despidió de todos y dijo que iría a dormir, pero la señora Weasley le dijo una cosa antes.
-OH, querido, lo siento, debí decirte antes. Como esta ahora es tu casa, puedes buscarte una habitación donde dejar tus cosas. Aunque parezca de fuera pequeña, la casa si que es amplia.
-Esta bien, gracias-. Se despidió de Fleur y salio de la cocina, tras de el salieron los gemelos.
Harry tomo su baúl y lo arrastro hasta el segundo piso de la casa, y al llegar a el se dio cuenta de que había un tercero, puesto que las escaleras continuaban, así subió y encontró un pasillo, que al final contenía una puerta de madera muy hermosa, la abrió y noto que era hermosa y amplia, también se dio cuenta de que nadie la ocupaba. Metió su baúl y sus demás cosas. Harry penso que la señora Weasley y los demás debieron haber trabajo muy duro para limpiar la casa. Noto también que sobre la cama, que estaba adorselada y pegada a la izquierda de la habitación, había un hermoso cuadro, vacío con un fondo azul mar. No le presto atención y acomodo sus cosas, coloco a Hedwig en un pequeño buró en la esquina del cuarto y se recostó en la cama. Intento pensar en su padrino, pero esta vez, en los buenos recuerdos, y no aquel que lo atormentaba culpándolo de la muerte de Sirius. Cuando por fin estaba a punto de dormirse, alguien toco la puerta de la habitación. Se pregunto como era que sabían que estaba ahí. Aun así, se levanto y abrió la puerta, era Bill Weasley.
-Hola Harry, ¿puedo pasar?
-Claro, ¿Qué pasa Bill?
-Bien, tengo que hablar contigo sobre una..., cosa.
-Por supuesto, ¿de que?
-Bien, ¿tu conocías ya antes a Fleur, cierto?
-Si, en el torneo de los tres magos-. Harry se sentía extraño, ¿por qué el hermano de su mejor amigo le preguntaba eso? Aunque tenía una ligera sospecha.
-Pues, queria saber., ¿sabes si tiene novio?-. Pregunto el pelirrojo en un tono tan bajo que apenas y Harry alcanzó a oír.
-¿A que viene todo esto? ¿Te gusta Fleur?-. El tono de Harry cambio a lo que parecía un reproche, pero no estaba molesto, mas bien divertido.
-No,. digo, si pero,. Harry, yo. Buenas noches-. Y el chico salio dejando la puerta abierta y a Harry con una cara de sorpresa tan grande que cualquiera que la hubiera visto, se abría desmallado de risa.
El joven de cabello oscuro cerro la puerta, y se dirigio a la cama, con el pensamiento de "así son todos los Weasley con las mujeres, bueno, a excepción de Fred y George" en su cabeza.
Se recostó en la cama y dirigió la vista hacia el cuadro de fondo azul que había visto antes, como esperando que alguien se asomara por ahí. Cerro los ojos e intento vaciar su mente, cosa que últimamente hacia, tal y como hacía un año su profesor de pociones se lo había pedido y no había hecho, pero ahora lo hacía ya que cada noche que intentaba dormir, una pesadilla (eso quería creer, ya que era demasiado real) acerca de Voldemort torturando a alguien lo atormentaba. Mientras vaciaba su mente, oyo una voz procedente de la cabecera de la cama, una voz conocida.
-Me alegra verte Harry, sabía que tarde o temprano me encontrarías.
Harry se levanto de golpe y volteo la vista al cuadro, que en esta ocasión ya no estaba vacío, sino tenía la imagen de una persona ya conocida por el. Pero era imposible. No lo podía creer. Había deseado tanto ver a la persona que estaba ahora frente a el, en un cuadro.
-Si.Siri. Sirius?-. Murmuro el joven, completamente sorprendido.
-Por supuesto, ¿que me veo tan diferente en pintura?
-No, solo es que.-. Harry creyó que sería fuerte en ese momento, pero no se pudo contener. Estaba profundamente arrepentido, por lo que los ojos se le inundaron de lágrimas.- Lo siento tanto, por favor.-tragó saliva- perdóname.
-Vamos Harry, no llores. Y no tienes por que pedir perdón.
-Si tengo, yo. por mi . te mataron. Fue mi culpa
-No Harry, no fue tu culpa. Fue mía. No me debí confiar tanto, y menos en una pele contra Bellatrix.
-No, so yo no hubiera creído que.. que lo Voldemort envió a mi cabeza era real, tu no estarías.
-No Harry. Comprende bien esto. No fue tu culpa. Aparte de eso, estoy orgulloso de ti.
-¿Orgulloso?, pero si yo te mate, no lo entiendes, fue mi culpa-. Harry decía esto mientras se golpeaba el pecho, el remordimiento, la ira, su incapacidad por no haber ayudado a Sirius, por haberle conducido a la muerte. Tenía que explicarse.
-Entiende esto Harry-la voz de Sirius se oía suave, de comprensión- tu no me mataste, nadie lo hizo. Simplemente, la muerte llego a mí porque así debía ser. Y si estoy orgulloso de ti, has demostrado una gran valentía, como lo hubieran hecho tus padres, sin dudar ni un segundo en ello. Creíste que estaba herido, y decidiste ayudarme, sin importarte tu propio bienestar. Te agradezco que te hayas preocupado por mi. Y fuiste muy valiente, lo suficiente para inspirar a tus amigos confianza y esperanza, aun en un momento en que pensabas que morirían, ideaste un plan para salvarlos, a ellos, sin importar que tu murieras, con tal de que ellos estuvieran a salvo. También, no debes sentirte mal ni culparte de mi muerte. Comprendes.
-Si, pero., ya casi no tengo a nadie. Primero mis padres, ahora tu, ¿Quién mas me queda? No comprendes, te necesito.
-Lo se Harry. Y sabes que, ahora que he muerto, al igual que tus padres, siempre estaré ahí para apoyarte. Pero no te aferres a mi. No te aferres a la idea que algún día regresaré, que solo estoy tras el velo, y que si te acercas y estiras la mano, ahí estaré. No te hagas eso Harry, ya que solo conseguirás lastimarte, hacerte daño. He muerto, y ningún poder ni magia me harán regresar.
-¿Por qué? ¿Por qué no puedes regresar?
-Veras Harry. Las reglas que rigen la vida y la muerte son complicadas. Somos nosotros, con nuestras acciones, los que determinamos nuestro destino, no el destino nos determina a nosotros. Debías ya haberte dado cuenta, después de conocer a Trelawney- dijo graciosamente, haciendo que Harry esbozara una pequeña sonrisa. -Y como seguramente te lo habrá explicado ella, aunque lo dudo, los resultados o consecuencias de nuestras acciones son tan inesperados, que al final, no queda mas remedio que aceptarlo. Pero si no lo aceptas, y te aferras a alguna cosa que pudo ser y no fue, terminaras loco.
-¿Qué quieres decir?-. Harry ya se había calmado y se secaba la cara.
-Que lo que paso tenía que resultar tal como sucedió. Pudo no haber sido así, pudo haber sido completamente diferente, pero ya lo habías escogido. Tu estabas dispuesto a morir cuando creíste que estaba en peligro, y yo estuve dispuesto a dar mi vida con tal proteger la tuya. Esas decisiones fueron las que determinaron los sucesos. Entendiste Harry.
-Si, me quieres decir que debo aceptar lo que paso y seguir adelante.
-Asi es. Entonces, por favor, cuidate, como siempre los has hecho, ¿de acuerdo?
Harry asintió. Había visto a Sirius, había hablado con el, lo hizo sentir bien, y lo mejor de todo, era el único que no lo trataba como a un niño.
-Sirius, ¿permanecerás en el cuadro, como Phineas?
-No Harry, este es un cuadro especial. Permite que una personas muerta, por una sola vez, regrese para concluir los pendientes que dejo, siempre y cuando se necesitará de su presencia. En mi caso, tu me necesitabas, por eso volví, para explicarte lo que ya he dicho y para que estés tranquilo. Siempre te cuidaré -se detuvo cuando miro la expresión de Harry, sabía en lo que estba pensando -y, Harry, tampoco pienses que tus padres aparecerán en el cuadro, porque no será asi.
-Pero dijiste que podían volver, si se les necesitaba.
-Pero tu ya no los necesitas. Y ellos lo saben, siempre cuidaremos de ti. Adios Harry, te aseguro que algún día nos volveremos a ver-. Y dicho esto, la imagen de Sirius despareció.
Harry se sintió triste de nuevo, otra vez aquel dolor le invadía. Pero recordó lo que Sirius dijo, hay que seguir adelante, y que no debía sentirse mal por la muerte de su padrino. Ahora que habló con el, supo que era feliz, y que quería que el también lo fuera, así que se juro en ese momento enfrentarse a la vida, y según lo dicho por Sirius, realizar sus decisiones de la mejor manera.
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Bien, espero les haya gustado. Me costo mucho escribir la última parte, pero estoy satisfecho (ni yo mismo me entendí). Pero espero sus reviews.