Les saludo nuevamente a todos lo que leen este fic. Espero les guste lo que llevo, dejen sus opiniones a través de sus reviews.

Agradezco a los que mandan sus reviews, no dejen de hacerlo, y ahí van:

DoXy-BaGsHoT: gracias por tus reviews, intentaré seguir subiendo un capítulo por día, para que no se desesperen. Espero te guste también este capitulo.

Y ahora si, el anhelado capitulo 10. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Disfrutenlo!!!!!!!!!

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CAPITULO X. EL SECRETO DE LA ESCALERA

Harry subía las escaleras en dirección a la Torre de Gryffindor, o eso era lo que el creía. Llego hasta el tercer piso, siguió derecho por es pasillo y subió a otra escaleras, sin siquiera mirar al frente, apartar la vista de la hermosa rosa miniatura. Siguió por esa escalera, llego a un descanso, pero en vez de dar vuelta a la izquierda, giro a la derecha, en dirección contraria a su destino. Seguía con la mirada fija en el centro de la rosa, cuyo color era escarlata, y no dorado como los pétalos y el tallo. Curiosamente, la escalera era de las mas largas del castillo, y cuando comenzó a moverse, Harry tuvo que agarrarse del barandal para no caer, y realizo esto sin siquiera apartar su vista del pequeño objeto que traía en la mano (N/a: ¡que reflejos tiene!).

El seguía ascendido por la escalera mientras esta continuaba moviéndose. Le faltaban 20 escalones para llegar al final de la misma, que terminaban en precipicio. Seguí avanzando, le quedaban 10, continuaba avanzando, 5, no se detenía, uno mas, ¡detente!

Y dio el último paso justo cuando la escalera había llegado a un descanso, dándole así al chico mas camino por recorrer. Harry continuaba caminando hacía el frente, sin volver la vista a ningún lado, hasta que de pronto, de dio de bruces contra un muro, que según él, no debía estar ahí.

-¿Qué demo..? ¿Dónde estoy? - se dijo el chico, estaba en un pasillo totalmente desconocido y nuevo para el - recuerdo haber tomado la escalera a la Torre, pero,, tal vez tome la otra - el muchacho estaba sorprendido por eso, ¿Cómo era que nunca antes había estado ahí?.

Se puso de pie, y observo el pasillo. Era increíblemente hermoso, tenia adornos hechos de oro y plata, algo que nunca antes había visto: cuatro cuadros en los que se encontraban, pintados al óleo, los cuerpos de cuatro magos. Se paso de frente, en dirección a una hermosa puerta tallada en pino y decorada con figuras en relieve de un león, un águila, un hurón y una serpiente. Observo que a cada lado se encontraban dos pinturas, y en cada lado, una pintura era de un varón y la otra de una mujer. Se acerco al cuadro que se encontraba a su derecha, que era de una hermosa bruja de cabellos negros que vestía un bello vestido blanco, con una capa azul marino. La observo detenidamente, a no ser por sus cabellos, el rostro de aquella bruja, sus ojos con esa mirada penetrante, el estilo de la cara, la nariz, eran casi idénticos a ¿Hermione? Se acerco al borde inferior de la pintura, y leyó "Rowena Ravenclaw: fundadora de Hogwarts".

El chico se estremeció. Estaba observando una pintura con un gran valor. Sabía que no existía foto o pintura alguna de los cuatro fundadores de Hogwarts, y si esa era la re la fundadora de Ravenclaw, las tres restantes deberían ser de los otros tres fundadores.

Miró el cuadro que tenía a su izquierda, e inmediatamente identifico al mago ahí plasmado, sin necesidad de leer el rotulo, ese era Salazar Slytherin. Vestía una túnica verde con plateada, si rostro reflejaba prepotencia, supremacía y poder. En las manos cargaba una gran serpiente, que Harry pensó, sin duda era el Basilisco que el había matado durante su segundo curso. Miro entonces la pintura que se encontraba al lado de la del fundador de Slytherin. En el cuadro se dibujaba a una alegre bruja vestida de amarillo, sonriente y con una cara amigable, era una bruja un poco regordeta, de la complexión de la profesora Sprout. Se encontraba sentada en un tronco, con los cortos cabellos cubriéndole una pequeña parte de la cara, que irradiaba felicidad. "Helga Hufflepuf", leyó Harry.

Finalmente miro el ultimo cuadro que quedaba, que sabía era la pintura del fundador de su casa, Godric Gryffindor. Miro la pintura, que tenía como fondo un rojo atardecer, tan hermoso como el amanecer que había visto esa mañana. El hombre que se plasmaba ahí era alto, de buen porte. También era atractivo, pero no guapo. Era de complexión robusta, marcada por el ejercicio. Su cabello castaño caía hasta la altura de los hombros. Su mirada expresaba gallardía, fuerza, vida. Y en la mano empuñaba una espada, misma que Harry ya conocía y había usado en su segundo año.

No lo podía creer, en ese momento, Harry se había convertido en una de las pocas personas que habían visto un retrato de los fundadores del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Debía decírselo a Dumbledore, para que este diera a conocer las pinturas. En ese momento, decidió regresar a descansar a su habitación, pero algo lo detuvo, un extraño sentimiento de volver la cara se apodero de el, y volteo a ver la puerta al final del pasillo. Se encamino a ella, como si le llamará. Se acerco y deslizo sus dedos por los relieves en oro de los animales representativos de cada una de las casas. El águila se encontraba en la parte superior de la puerta, con las alas abiertas en posición de vuelo. El la parte inferior, se encontraba la serpiente, y en la parte central el hurón y el león, este ultimo con las fauces abiertas. Miro que en toda la orilla de la puerta estaban colocados extraños símbolos y letras. Intento leerlos pero solo pudo leer:

"Nar irba essa treu psal, o tne imas nep unas mosenoc o los. San evsus erro cer eu qol y odazil airet amro male, no zar oc ledal repal agne tzeu jere dis noc es nei u qodna uc, selo brá soled saj oh salom ocari dra oi ciuij ledre dop le"

Harry termino de leer eso, e intentaba descifrar lo que significaba. Hasta que unas voces lo sacaron de sus pensamientos.

-¿Lo encontraron? - preguntó una voz femenina.

-No, no sabemos a donde se metió.

-Dimitri, estaba bajo tu protección, ¡¿Cómo lo perdiste?!

-Nyphandora, tranquilízate. No pudo haber salido de los terrenos del colegio, y si estuviera en peligro, el sabía que hacer.

-Dimitri, no me pidas que me calme, porque no lo haré. ¿Cómo le diré a Dumbledore, a Remus, que perdí a Harry?

-Pudrían calmarse - dijo una segunda voz femenina -. Sabemos que no ha salido del castillo, solo hay que buscarlo.

-Cyrce tiene razón - se oyó otra voz, pero masculina -. Hay que encontrarlo. Albus ha dicho que hay grandes misterios y peligros dentro del colegio que no han sido aún descubiertos. Después de todo, sabemos quien es el.

-Es cierto, Benjamín tiene razón - habló Cyrce - el es Harry Potter, hijo de Lily y James. No lo recuerdan. Ya ha salido de problemas peores que extraviarse en su colegio. Es ya es mayorcito como para cuidarse. Pero si nuestra misión es cuidarle, no podemos que darnos cruzados de brazos.

-Bien, ya. Dimitri, ve con Cyrce, tu Benjamín, conmigo. A buscarle.

-¡Esperen! - Harry gritaba desde la orilla el pasillo, no había escalera, la única forma de subir era por la escalera en que llego, pero se había movido. Mientras gritaba, se dio cuenta que estaba en la parte mas lata del castillo, en un pasillo que iniciaba en la gran pared de piedra, y que no se veía desde otros lugares.

-¡¿Harry?! ¿Que haces hasta allá arriba?

-Nada - mintió el chico - pero no hay necesidad de buscarme, ¿o si?

-Tienes razón - grito Dimitri, para que le escuchara - pero como llegaste ahí.

-Por una escalera, nunca antes me había traído hasta aquí. Y cuando me di cuenta de que no era mi camino, esta ya había desparecido, y no puede bajar.

-Quédate donde estas - gritó Benjamín - ¡Torbelino! - grito apuntando hacia donde estaba Harry, y un enrome torbellino apareció, desde al piso hasta donde se encontraba Harry.

-Buen hechizo Benjamín - felicito Cyrce.

-Ahora arrójate al centro del torbellino, y bajaras lentamente hasta el piso.

-De acuerdo Dimitri - y Harry salto al centro del torbellino, y sintió como comenzó a dar vueltas, rápidamente, hasta que toco el piso.

-¡Desvanezco! - y Dimitri apunto al torbellino, el cual desapareció instantáneamente.

-Gracias - agradeció Harry a sus guardias.

-Si que nos preocupaste - exclamo Tonks - pero estas bien.

-Te dije que no había de que preocuparse - dijo Cyrce.

-Ahora a la cama Harry - dijo Benjamín - este ha sido un día muy agitado.

Tonks, Nyphandora, Dimitri y Benjamín acompañaron a Harry hasta el retrato de la Dama Gorda, donde se despidieron no sin antes pedirle que les informara sobre cualquier cosa. Harry entro a la sala común, que estaba vacía. La atravesó y subió las escaleras hasta su dormitorio. Todos sus compañeros ya estaban dormidos, excepto Neville, que a la luz de una vela escribía sobre un pergamino.

-¿Qué haces, Neville? - pregunto Harry a su compañero.

-Escribiendo a mis padres. Sabes Harry, estoy realmente feliz.

-A tus padres, creía que ... - pero no continuó, sabía cuanto le dolía a Neville hablar sobre eso.

-Si Harry. Estaban enfermos, pero en San Mungo acaban de encontrar una cura para su enfermedad - decía emocionado su amigo -, les hizo recobrar la sanidad mental y la memoria.

-¡Vaya Neville! Que bien que se hayan recuperado. Podrás recuperar el tiempo perdido - y mientras decía eso, se le formaba un nudo en la garganta, como hubiera deseado tener a sus padres, aunque solo por un momento, tocarlos, acariciarlos, decirle lo mucho que los quería, pero sabía que era imposible.

-Si Harry. Lamento nunca haber hablado de ellos con ustedes. Tenía miedo, de que creyeran que mis padres estaban mal de la cabeza. Pero ahora ya no importa.

-Eso es Neville. Que termines tu carta, hasta mañana. - y se dirigió a su cama, cerro las cortinas y se desvistió. Se recorto sobre la cama y murmuro.

En la cabeza de Harry se repetían las palabras que había leído en la puerta del pasillo de los Fundadores, no dejaba de pensar en ellas. Miro a su mesita de noche y vio un que ahí estaban un pergamino y una pluma. Volvió su vista a la cabecera de la cama, aun con aquellas palabras rondándole en la mente. Así que decidió tomar el pergamino y pluma para escribir aquellas palabras, tal vez así le encontraría algún sentido. Una vez escritas, las volvió a leer, pero no le decían nada, así que lentamente cayo en un sueño, un profundo sueño.

-Buenas noches a ustedes, papá, mamá y Fleur. - murmuro antes de dormir por completo.

Se encontraba en lo que creía era un gran cementerio. Hileras e hileras de sepulturas colocadas en el interminable paisaje. Mientras caminaba entre ellas, leía en las lápidas los nombres de aquellas personas que habían muerto a causa de los ataques de lord Voldemort y sus mortífagos. James Potter, Lily Potter, Bertha Jorkins, Cedric Diggory, Sirius Black, Fleur Delacour. No podía soportar ese dolor que le invadía la cicatriz, como si alguien le pasara un cuchillo sobre la frente. Continuaba caminando, cada vez, la oscuridad se hacía mas intensa, hasta el punto de ver nada, solo un profundo negro ante sus ojos. A lo lejos, muy lejos de ahí, se veían dos diminutas luces color rojo sangre, alumbrando aquella penumbra. El camino se hacía cada vez mas pesado, sentía como si caminara sobre carbones ardiendo. Aun así, una fuerza salida de quien sabe donde, lo motivaba a seguir adelante. La luz comenzaba a parecer nuevamente, hasta que frente a los ojos del chico, se erguía una enorme mansión. Seguía caminando, entro por la gran puerta de metal, que al atravesarla, mostraba un amplio pasillo iluminado con antorchas en los lados, donde también se encontraban cientos de individuos arrodillados, con capas negras y mascaras. Caminó hasta el final de ese pasillo, un hombre estaba arrodillado a las espaldas de otro, que tenía una larga capa larga y negra. El hombre arrodillado tenía un brazo plateado.

-Señor, aquí estoy. - decía la voz del individuo arrodillado.

-Ya me he dado cuenta, no soy estúpido. ¡Crucio! - aquella voz, que parecía un silbido, frió y cortante, solo dirigió su varita al hombre arrodillado a sus pies, sin siquiera voltear la vista. Parecía examinar un libro, mientras el otro se revolcaba en el piso de dolor.

-Lo se, señor, lo se - chillaba el hombre - pero ahora, para que me necesita.

-A eso iba Colagusano - siseo la voz - entonces, si no me equivoco, lo que buscamos tiene el poder de juzgar a quien este frente a mi, si asi lo deseo, ¿no es verdad?

-Si, mi Lord.

-Y el juicio que recibe es .. - y se detuvo para que Colagusano contestara

-La muerte o la vida, según sea juzgado.

-Vaya, vaya. Quien diría que después de todas las estupideces que has hecho, aun seas útil. - el Lord dio media vuelta, mirando a Colagusano, y entre las manos traía un libros, de un forro negro metálico brillante - ¿pero seguro que no me ocultas nada?

-Seguro, mi señor.

-¡Calla! ¡ha entrado!

-A que se refiere.

-Al chico Potter. Creía haber colocado a todos en las entradas, para que sus mentes no le dejaran entrara. ¡ahora lo sabe!

-¿Qué sabe, mi señor?

-Trae a Sloopfy, esa estúpida ha tenido la culpa.

-Si señor. De inmediato.

Y Colagusano salio de aquella habitación, Harry solo miraba a Voldemort. Si lo que ha dicho es cierto, estaba dentro de su mente, y eso podría ser una ventaja, aunque también peligroso. En ese momento, una mujer delgada, y de cabello corto entraba en la habitación.

-Mi Lord - exclamo ella - no se como pudo pasar, todos hemos hecho lo posible por ..

-¡Avada Kedavra!

Un gran destello de luz verde ilumino el cuarto, mientras la mujer que recién había entrado caía al piso, dando un golpe seco. La cicatriz de Harry comenzaba a arder como si fuera lava ardiendo, le quemaba, el dolor era insoportable. No lo aguantaba.

-Y que eso quede claro, que ya nadie deberá cometer errores, a no ser que quieran quedar como ella. - puntualizó Voldemort.

El dolor aumentaba, cada vez era mas y mas potente, y antes de cerrar los ojos, Harry leyó la cubierta del libro que Voldemort traía en manos "Nekromikron". No lo toleraba, debía de hacer algo, calmar el dolor, pero era inútil. No podía hacer nada, más que gritar. Y así lo hizo.ç

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh.

El grito resonó por toda la habitación, despertando a sus habitantes.

-Harry, ¿que te sucede? - pregunto con dificultad Seamus.

-El, el, el, el ha, el ha.

-¿Quien? - pregunto preocupado Neville.

-Una cosa, el juicio, la muerte. - Harry apenas y podía hablar, estaba empapado en sudor, y jadeaba.

-Harry, vamos, tranquilízate, parte por parte. - Ron intentaba tranquilizar a su amigo.

-Llamen a McGonagall - Fue lo ultimo que dijo Harry. En ese momento, Deán salió corriendo del dormitorio, a cumplir lo que Harry había pedido.

Así duro la escena largo rato, Harry sentado, chorreando sudor, y respirando con dificultad, tocándose la cicatriz, y murmurando palabras ininteligibles para los demás, que se encontraban alrededor de él, preocupados por lo que había sucedido. Llegó entonces, corriendo y jadeando, la jefa de la casa Gryffindor.

-Señor Potter, que sucede, Deán Thomas me informo que .. Dios mío, ¡que ha sucedido! - exclamó al ver el estado de Harry, no se veía nada bien.

-Tuve un sueño, estuve en su mente - decía el chico de ojos verdes, respirando entre cada palabra - dijo que había algo que juzgaba a las personas, y mato a uno de los suyos.

-Señor Potter, contrólese. Estuvo en la mente de quien. - aunque por su cara, que se había puesto pálida, ya se temía la respuesta.

-En la mente de Voldemort.

En ese momento, cuatro CLAC se oyeron en la habitación, y los guardias de Harry aparecieron.

-Harry, ¿estas bien? - pregunto Tonks.

-¿Cómo preguntas eso? Harry, que ha pasado - pregunto Dimitri.

-El ha entrado en la mente de Lord Voldemort - explico Neville, ante la sorpresa de todos, y mas aun sorprendente, que dijera el nombre del Lord.

-Es verdad eso Harry - preguntó Cyrce.

-Si. - respondió débilmente el chico.

-Creo que ya nos explicaras después Harry, levémosle a la enfermería. Necesita dormir tranquilo - Benjamín hablo decididamente.

Y así, los cuatro adultos llevaron a Harry hasta la enfermería, donde madame Pommfrey le dio una poción para dormir sin soñar, que al momento de tocar los labios de Harry, este quedo completamente dormido.

A la mañana siguiente, despertó muy temprano, a las siete con veinticinco, para ser exactos. Mientras se incorporaba, noto que McGonagall se había quedado dormida en la silla junto a él. Había momentos en que Harry pensaba que aunque su jefa de casa era estricta, tenía un comportamiento maternal con los alumnos, preocupándose por ellos, y más aun, por él. No sabía como darle las gracias, "aunque con buenas calificaciones y un mejor comportamiento podría ayudar", pensó.

Sin despertar a su profesora, Harry se vistió, y justo cuando salía del baño de la enfermería, McGonagall despertaba.

-Veo que ya estas mejor Harry - dijo la mujer en tono maternal en que siempre se dirigía a Harry cuando estaban solos.

-Si, gracias por preocuparse. La poción estuvo muy bien, así no perderé las clases de hoy.

-Me gusta esa actitud, la de superarse día adía. Pero debo preguntar otra cosa, si me permite.

-Seguro, le contaré todo lo que vi. En el sueño. Ayer estaba muy alterado para hacerlo.

-Entonces, debe sentarse, para relajarse, supongo.

-Pues verá. Ayer después de - hizo una pausa, no sabía si decirle o no del pasillo de los retratos de los Fundadores, aunque que tenía de malo, se había perdido, no lo regarían por haber encontrado esos cuadros, ¿o si? - que Tonks y los otros me ayudarán a bajar del pasillo donde me perdí de regreso al castillo.

-¿Se perdió, señor Potter?

-Si, no supe como, pero llegue a un pasillo donde estaban pintados en cuadros los cuatro fundadores de Hogwarts.

-¿Qué dice? - grito McGonagall, poniéndose de pie - ¿Cuadros de los fundadores?

-Si, yo igual me sorprendí, no hay muchos cuadros de ellos, ¿o si?

-Mejor dicho, no existen cuadros ni retrato de ellos. ¿Está seguro de lo que dice? - pregunto emocionada.

-Claro, solo que no se como llegué. Iba camino a la Torre de Gryffindor, cuando no se donde equivoque el camino y fui a parar ahí.

-Entonces no sabe llegar - y McGonagall se vio decepcionada.

-Por escaleras, no. Pero si recuerdo el lugar donde estaba dicho pasillo, se lo puedo mostrar.

McGonagall corría detrás de Harry como sus pies se lo permitían. En el camino tropezó con Flitchwick, y le grito, son dejar de correr, que la siguiera. Minutos después, no solo McGonagall, sino también Flitchwick, Snape y Sprout corrían tras Harry Potter. Se detuvieron al llegar al lugar donde comenzaban las escaleras.

-Es ahí - señalo con un dedo la parte más alta del castillo.

-Pero ahí no hay nada. Es solo el muro. -dijo McGonagall.

-Que precisamente buscamos, Minerva - dijo Sprout.

-Si, ¿cual es la razón de correr tras de Potter, que no puede esperar? - pregunto fríamente Snape.

-El joven Potter dice haberse encontrado ayer con el Pasillo de los Fundadores.

-Minerva, eso es mito - dijo Snape con la arrogancia que lo caracterizaba.

-Pues Severus - dijo alegremente el jefe de la casa Ravenclaw - eso decíamos también de la Cámara de los Secretos, y resulto ser una verdad.

-Es cierto - Sprout sonreía -. Tal vez si buscamos, encontraremos aquel pasillo. Un poco de reto no les vendría mal a los Hufflepuf.

-¿Qué quiere decir profesora Sprout? - pregunto Harry.

-Harry, cariño. Tu has visto ese pasillo, y tus guardias pueden asegurar que te bajaron de ese punto - y señalo donde Harry ya lo había hecho antes -. Y tú mas que nadie sabes que este castillo tiene sus trucos y sus mañas. Tal vez descubriste el pasillo sin darte cuenta. Entonces propongo que los jefes de las casas que motiven a sus alumnos a buscar ese dichoso pasillo, así tendrán algo en que entretenerse, y tener un poco de diversión en estos tiempos difíciles, ¿les parece?

-Muy buena idea - exclamo Flitchwick - pero como recompensaremos a quien lo encuentre.

-¿Que les parecen 200 puntos para la casa del alumno que lo haga? - dijo Snape, con un tono de satisfacción en la voz.

-Me parece bien a mi, Severus, a ustedes -pregunto la jefa de Gryffindor a los jefes de Ravenclaw y Hufflepuf, que asintieron.

Harry dejo a sus profesores hablando, mientras el se dirigía a su sala común por sus cosas. Al llegar ahí, contó a Ron, Hermione, Ginny y a quien quisiera escucharlo lo que sucedió después del sepelio de Fleur, y lo que los jefes de las casas planeaban organizar. después de que termino de hablar sobre el pasillo de los Fundadores, espero a que Lavender Brown y Parvati Patil se alejaran de ellos, y entonces le contó a Ron, Hermione y Ginny sobre el sueño en la mente de Voldemort.

Bajaron al Gran Comedor charlando sobre el sueño de Harry, donde ya gracias a Parvati y Lavander, el rumor de la búsqueda del pasillo ya se había expandido por tres cuartas partes de la escuela (la parte restante correspondía a Slytherin, ya que a ninguno de los demás estudiantes les gustaba la idea de que Slytherin ganará puntos.

Durante el desayuno, Dumbledore hizo oficial al chisme, agregando unas cosas y modificando otras: se le entregaría quien o quienes los encontraran 300 a cada uno, mas aparte la insignia por Servicios Especiales al Colegio y 500 galeones que se repartirían en partes iguales (en caso de que mas de uno encontrará dicho pasillo), resaltando que la cantidad de dinero fue bien donada por los profesores (aunque cuando Dumbledore dijo eso, el trío de Gryffindors vio como Snape ponía una mueca de antipatía).

Todo el comedor se lleno de murmullos cuando Dumbledore termino de hablar, emocionados por la idea. "Después de todo, Sprout tenía razón, un poco de distracción no les haría mal" pensaba Harry, mientras salia con sus amigos rumbo a la primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras de ese sexto curso.

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Como prometí, terminado ya el capitulo 10. no dejen de mandar sus reviews para saber su opinión del capítulo y de lo que va de la historia hasta ahora, hasta el próximo capitulo.