He aqui el capitulo 18, espero les guste. Esta un poquitin largo.
HE CORREGIDO ALGUNOS ERRORES, LEANLO, PORFAS, PARA QUE NO SE PIERDAN.
-LeoHagrid: espero este te guste también. No cometi un error, recuerda que Ginny le dijo a Harry que la que egresaba era Angelina.
-yukinajaganashi: Ginny ya aparece. Todo asu tiempo. Yo nunca dije que cambiaran de cerebro, sino de mente. Gracias por tus comentarios.
-gandulfo: la acción ya se viene.
CAPITULO XVIII. DUNKELMOND, BEAUXBATTOMS, THANATOS MORTIDEUS Y DORÉSAULE.
Los días transcurrieron rápidamente, y Harry y Ron comenzaron a acumular deberes, pero aun así, Harry, de alguna manera se las ingeniaba para resolver sus pendientes y pasar un tiempo con Cho, con quien comenzaba a entenderse cada vez mejor. Una vez llego hasta la entrada de la sala comun de Ravenclaw con la capa invisible, dio la contraseña (Águila Cognocere) y entro en la amplia sala comun, que era tan grande como la de Gryffinfor, pero sus butacas eran de metal y sus mesas no estaban gastadas. Se acerco hasta donde se encontraba Cho con una de sus amigas y Roger Davies, platicando muy a gusto. Cuando las chicas se dirigieron a su dormitorio, que se encontraba al final de un pasillo, las siguió y al entrar Cho, entró detrás de ella y una vez dentro, se quito la capa dando un beso a Cho, quien quedo estática durante un momento, cosa que soprendio a su amiga, la cual cuando los dos dejaron de besarse, dijo que no creía que Cho fuera capaz de dar la contraseña a su novio para que la visitara, pero no lo dijo molesta, sino divertida, luego de un rato con Cho, Harry regreso a la sala común de Gryffindor, donde se encontró con Ginny.
-¿Dónde estabas? – le pregunto su amiga, temiendo la respuesta.
-Con Cho – contesto simplemente Harry.
-Eh, Harry, ¿te puedo decir algo?
-Claro, que sucede Ginny – Harry miro intrigado a la hermana de Ron.
-Es en relación con Cho.
-Bien, dime – dijo Harry, tratando de buscar en la pelirroja algun indicio de lo que ella quería decir.
-Pues veras, recuerdas el final del curso pasado, cuando Cho salia con mi ex-novio – dijo Ginny, tanteando sus palabras.
-Si – recordó Harry, y entonces cayó en cuenta de lo que Ginevra quería decir.
-Pues, tu dijiste que no pasaba nada entre tu y Cho, y ahora mirate.
-¿A dónde quieres llegar, Ginny?
-Pues, que tal vez Cho solo este jugando contigo, luego de lo que te hizo, pues….
-Ginny – Harry miro a la pelirroja con una mirada triste – se que parezca hasta cierto punto ilógico y estúpido que lo hiciera, pero, tu no entiendes, no lo entenderías.
-¿Qué es lo que no entendería Harry? – le reprocho su amiga.
-El porque de lo que hago.
-Harry, por dios. ¿Te has mirado últimamente?
-Ginny, yo no…
-Harry, hace no mas de dos meses que perdiste a Sirius, y hace apenas 15 días Fleur murió, y tu vas por la escuela como si nada hubiese pasado. Luego te paseas por ahí con Cho, quien últimamente, si no te has dado cuenta, te presume como si fueras un objeto para ella. – Ginny se contenia de no gritarle, pero falló.
-¡Cho es la unica que me comprende!
-¡No es verdad! – en ese momento, toda la sala común se había volteado a verlos. – Ella finge comprenderte, pero tu no eres mas que una de sus conquistas. Tu solo eres su novio "oficial".
-Ginny, mide bien lo que dices.
-No me crees, pues pregúntale a Roger Davies donde ha estado todas las clases a las que no ha asistido. Y preguntale a Cho lo mismo, entindelo Harry, ¡TU ERES SU JUEGO!
Harry contemplo un momento el rostro de Ginny, un rostro reflejaba una gran rabía, pero no contra el, sino contra las personas que le hicieron daño a el, Harry Potter. Ese rostro le indicaba que lo que la chica decía era verdad. Harry no podía soportar que ese rostro tan bello de le viera de esa manera, por lo que decir nada, y haciendo caso omiso a quienes veían la escena expectantes, se dirigió a su dormitorio, dejando a la pelirroja ahi, en medio de la sala común.
Cuando llegó al dormitorio, sus compañeros ya estaban dormidos. Se tumbo en su cama, y cerro los ojos, haciendo lo posible por no llorar. Las palabras de Ginny bien podían interpretarse como si ella estuviera celosa, pero recordó como Hermione había dicho que Ginny le "gustaba" Harry, pero ahora ya no. luego, puerta de la habitación se abrio, dejando pasar a Ginny, quien se sento junto a Harry, en la cama.
-No me crees, cierto.
-Quisiera no creerte – dijo Harry, incorporándose y secándose las lagrimas - pero lo dijiste tan segura, que no se que pensar.
-Harry, no te lo digo para que termines con Cho, sino para evitar que te sigan haciendo daño. Si no me crees, saca el mapa del merodeador.
Harry saco el mapa de su baúl, y con la habítalo activo.
-Revisa la sala común de Ravenclaw – y la chica espero a que Harry lo hiciera, confirmando lo que ella había dicho. En la sección del mapa que indicaba la sala común de Ravenclaw, había dos motas de tintas encimadas una sobre otra con las inscripciones "Cho Chang" y "Roger Davies" – lo ves, no te engañe.
Harry tenía la vista perdida, se sentía totalmente desorientado. Y se dio cuenta que ese hecho no le molestaba en absoluto, no hubo celos. Comprendio que mas que cariño, lo de él y Cho no fue mas que un juego en el que Cho, resulto ser la mejor.
-No quería que te enteraras así, Harry. Pero no podía dejar que te lastimara esa…, esa…
-Dilo Ginny, ya no tiene importancia para mi.
-Esa perra – dijo finalmente Ginny, y una leve sonrisa ilumino el rostro de Harry.- Harry, no tienes que fingir ser fuerte ante los demas, al menos, no ante mi..
-Entonces, como quieres que sea. ¿Qué me lamente por siempre las muertes de Sirius y Fleur? No sabes lo que es perder a alguien así. Yo prefiero fingir a sufrir ese dolor.
-Harry, ese dolor te indica lo mucho que les quieres, pero no debes olvidarlo, porque sería como olvidarlo a ellos. Y me doy cuenta de que Ron y Hermione estan equivocados.
-¿Por que?
-Ellos dicen que has madurado, que has afrontado esas perdidas como lo haria una persona mayor, pero no es verdad. Te han obligado madurar, y mucho mas rapido de lo que debías. Si eres muy fuerte, pero si no demuestras ese dolor, entonces empezaras a perder lo mas importante, que es tu corazon.
-¿Entonces, como lo hago?
-Harry, se quien eres en realidad, no quien todos quieres que seas. Tu decides lo que eres, no los demás. No te sumas tampoco en un mundo de depresión, porque solo te harás daño, solo acepta las cosas, ya que estas suceden por algo, y no fingas ser quien no eres – y ante esto ultimo, se acerco a Harry le dio un tierno beso en la mejilla, y salio del dormitorio.
Harry analizo cada palabra de lo que le dijo Ginny. Era verdad, había estado viviendo una farsa con Cho y con los demás, estaba aparentando ser fuerte, aunque el dolor le carcomía por dentro, entonces escucho una voz que le hablaba desde dentro de la cabeza "el hecho de puedas sentir ese dolor, demuestra que aun eres un ser humano". se dio cuenta de que había fallado a su promesa, si aquellos que dieron la vida por el lo hicieron para que fuese feliz, fue para que así lo fuera, no para que usara eso como pretexto para esconder sus miedos, su mas grande miedo. Y con estos pensamientos, se quedo dormido.
La mañana del domingo despertó junto con los primeros rayos de sol, y se sentía mal. Se preguntó porque se sentía así, y al recordar la noche anterior, se dio cuenta de que tenía que hacer algo. Se lavo la cara y se vistió, tomo su capa invisible y el mapa del merodeador, y salio de la sala común. Busco en el mapa a Cho, y la encontro en uno de los pasillos del cuarto piso, junto con otra persona, Roger Davies. "Así será mas fácil", pensó para si. Y camino hasta el pasillo del cuerto piso. Cuando llego a él, se pudo su capa y busco a Cho, se encontraba detrás de una armadura junto con Roger Davies, besandose. Se quito la capa y se dirigio hasta ella.
-Cho – dijo enérgicamente, interrumpiendo el beso de los Ravenclaws – tenemos que hablar – su voz era monótona, como si hubiera ensayado lo que diría.
La chica inmediatamente solto a Roger, y se dirigio a Harry, pálida.
-Hemos terminado – dijo Harry, y sin esperar alguna réplica de Cho, salio de ese pasillo, en el momento en que un grupo de chicas de Hufflepuf pasaba por ahí..
Harry camino hasta el Gran Comedor, donde se sumio en sus pensamientos. Mientras el salón se llenaba, no noto como todos lo que le veían lo señalaban y murmuraban. Tampoco noto cuando Cho entro junto con su amiga, y al ver a Harry, se puso a llorar, y estuvo a punto de ir a hablar con él, cuando Ginny Weasley entro en el salón seguida de Colin Creevey y Luna Lovegood. Al verla, Cho, le fulmino con la mirada antes de comenzar a gritarle.
-Tu – le miro y la señaló Cho con el dedo – tu, tuviste la culpa.
-Deja de señalarme – le dijo Ginny amablemente – y no se a que te refieres.
-Claro que lo sabes – le reprocho Cho – siempre estuviste celosa.
-Mira, no tengo tiempo de charlar, ya que tengo hambre, y menos cuando no se de que hablas – dijo Ginny con un dejo de haberse hartado. En ese momento Harry levanto la vista, y su mirada triste se quedo clavada en la pelirroja que en ese momento sacaba la varita disimuladamente – así que apártate, o….
-¿O que? – amenazó Chang – ya me has hecho mucho daño, solo por ser mejor y mas bonita que tu, vamos – y en ese momento apunto con su varita a Ginny - ¿Qué harás?
-Ahora lo veras – dijo Ginny apuntando también con su varita a Cho.
-¡Expeliermus! – se oyó una voz desde la mesa de Gryffindor, al momento en que las dos varitas salían volando de las manos de sus dueñas - ¡Acció Varitas! - Y las varitas llegaron hasta las manos del Gryffindor, que se había puesto de pie para evitar el duelo entre las dos chicas.
Luna y Colin miraron entonces a Harry, mientras Ginny y Cho se veian deseándose lo peor la una a la otra. Todo el salón se encontraba en silencio, un silencio que fue interrumpido por la fría voz de Snape.
-¿Qué sucede aquí?- pregunto Snape, mirando primero a las dos chicas, luego a Harry apuntándoles con la varita en una mano y las varitas de ellas en la otra – Con que usando magia fuera de las aulas, eh, Potter. Bien. Eso son cincuenta puntos menos para Gryffindor y un castigo impuesto por el celador Filch. Ahora Potter, acompañeme, los demás, vuelvan a lo suyo. Devuelva las varitas, Potter – ordeno Snape.
Harry se puso de pie y se dirigió hacia Snape, aun con la mirada triste. Lo siguió y al psar junto a Ginny y Cho, les arrojó sus varitas, mientras el Gran salón veía como desparecía detrás de la puerta.
Harry iba detrás de Snape, en el momento en que Pers bajaba la escalera de mármol.
-Puede irse, Potter – ordenó Snape, quien se dirigía hacía Pers.
-Pero señor, y mi castigo.
-Olvídelo – y sin mas, Sanpe fue detrás de Pers y desaparecieron detrás de la puerta que daba al Gran Comedor. Harry se sorprendió y se preguntó si las cosas entre ellos se habrían arreglado.
Como era domingo y no tenía nada mejor que hacer, decidió ir a pasear por el lago. Salio del castillo y se acerco hasta el pequeño puente que llevaba al aula de Magia Natural. Se detuvo en medio del puente, y se quedo contemplando las tranquilas aguas del algo, cuando una voz lo saco de sus pensamientos.
-Entonces, al fin alguien te ha hecho entender lo que te dije, no es verdad – dijo la amble voz de Lionell Malfoy.
-Profesor – dijo Harry, sorprendido – que quiere decir.
-Que lo que te dije tu lo interpretaste del modo equivocado, te dije que hay que aceptar las cosas y seguir viviendo, y tu entendiste que las cosas pasan y tu puedes hacer lo que quieres.
-Parece que si.
-Y bien, quien fue.
-¿Quién fue que?
-Quien te lo hizo entender.
-Ginevra Weasley.
-Pelirroja, curioso. Bien Harry, entonces, a partir de este momento, conoceremos quien eres en realidad, no es así.
-Si – y sonrio débilmente, sonrisa que su profesor le devolvio.
-Dígame una cosa, profesor. Usted me dijo que perdio a alguien muy importante para usted. ¿A quien perdió?
-A mi esposa. Ella era realmente bella, hermosa, y la vida le fue arrebatada cruelmente. Pero eso solo me enseño dos cosas mas, y una de ellas ya te la he dicho.
-A si, ¿Qué cosas?
-La primera, que una persona no siempre debe estar viva para que la amemos.
-¿Y la segunda?
-Que no existen los finales felices. Bueno, no siempre. Nos vemos despues, Harry – y el profesor se retiro, dejando al chico solo con sus pensamientos.
Harry regreso al castillo a la hora de la comida, donde se dio cuenta de que su rompimiento con Cho y el encuentro de Ginny y esta era la noticia del dia, pero tal como sucedia cada vez que la gente se asombraba al oír su nombre, no le dio importancia. Justo cuando se sentó, Blaise se sentó a su lado.
-Wow, chico. Eres soprendente.
-A que te refieres.
-Desarmaste a las dos chicas mas hermosas del colegio, y lo mejor, sin recibir castigo.
-No se como es que sabes lo del castigo –pregunto Harry, a veces Blaise lo sorprendía
-Veras, si hubieras recibido castigo, no estarías aquí, y Filch no estaría tan molesto.
-Buen punto.
-Sabes Harry, te noto triste.
-Y que lo digas.
-Puedo saberlo.
Y Harry contó lo sucedido a Balise, quien últimamente se había vuelto su confidente ya que tanto Ron y Hermione se desaparecían misteriosamente cuando él los buscaba.
-Pues creo que hiciste lo correcto. –Chang me da mala espina.
-Por que lo dices.
-Pues no se, intuición de serpiente. – y ambos comenzaron a reírse. – y bien, algo interesante que hagamos hoy, ya he acabado mis deberes.
-Yo igual. ¿Te apetece ir a Zonko?
Harry contó a Blaise lo del mapa y lo de la capa, y ambos salieron por el pasillo de la bruja tuerta hasta Zonko, que a pesar de que ese día no estudiantes no acudían, estaba lleno. Compraron muchas golosinas, y decidieron ir a la casa de los gritos, donde Harry contó a Blaise acerca de cómo descubrió en ese lugar que Sirius Black era inocente y su padrino, y que la casa nunca estuvo embrujada.
-Estoy satisfecho – dijo Blaise al comer la ultima barra de chocolate – regresemos a Zonco para volver
-Eso es muy lejos, mejor entremos por aquí.
-¿Por aquí? – pregunto Blaise.
-Si, por este pasillo – indico Harry – llegaremos a Hogwarts, y saldremos debajo del sauce boxeador.
Los chicos se encaminaron hasta Hogwarts, y antes de salir por el sauce, se colocaron la capa, y con una rama, Harry toco al nudo del tronco del árbol, para que el sauce no les atacara. Una vez ya en los terrenos del colegio, se dirigieron al lago.
-Vaya, Harry. Que día, ¿eh?
-Si – murmuro Harry, viendo el lago.
-Creo que tendré que quitarte esa tristeza, ya veré la forma.
-Ja. El gran Blaise me quitara la tristeza. - dijo sarcásticamente Harry – Te lo agradezco.
-De nada. Para que estan los amigos. Mira, ahí van Ron y Hermione – y señalo al pelirrojo y a la chica.
-A donde irán – preguntó Harry.
-Que tal si cogemos la capa y lo averiguamos –y dicho eso, se colocaron la capa de nuevo y se acercaron a ellos, sigilosamente.
-Pero Hermione, no le hemos visto – comentaba Ron.
-Lo se, tal vez esta castigado, recuerda lo que nos dijo Ginny.
-Pero que tipo de castigo. Aparte acuérdate que Neville lo vio a la hora de la comida, y salio del comedor con Blaise – Harry se dio cuenta de que hablaban de él.
-Si, pero no creo que era de Harry de lo que querías hablarme, o si, Ron.
-Pues, no – dijo Ron, poniéndose colorado. Blaise y Harry se miraron, extrañados, antes de volver la vista hacia sus amigos – veras, Hermione, he estado pensado, y…. y… he decidido, confe… confesarte te algo – tartamudeo el pelirrojo.
-Bien… di…dime – tartamudeo Hermione, haciendo esperanzadas suposiciones sobre lo que el chico le preguntaria.
-Veras, Hermione, yo, yo, te quiero decir que… que…
-¡Ron! – grito una voz desde la entrada del castillo - ¡Hermione!
Los dos chicos voltearon a ver quien les gritaba, y vieron a Ginny, junto a Luna y Colin.
-Que sucede – preguntó Ron.
-Es Harry, nadie lo ha visto desde el almuerzo. Y según Snape, no esta castigado.
Al escuchar esto, Harry y Blaise corrieron hasta el castillo, pasaron junto a Ginny y los otros, y fueron hasta la entrada a las mazmorras, donde se quitaron la capa y salieron como si nada hubiese pasado.
-Eh, Colin, ¿que hacen ahí? – pregunto Harry a Colin. Y los tres que se encontraban ahí se dieron la vuelta.
-¿Dónde has estado, Harry? – le pregunto Luna, mirado distraídamente al chico – Te hemos estado buscando, bueno, Ginny te ha estado buscando.
-Luna – reclamo la chica- Es cierto, donde estabas.
-Con Blaise, ¿verdad? – pregunto al Slytherin.
-Si, correcto, no nos hemos separado desde que salimos del comedor, ¿y ustedes, donde estaban?
-Ginny, que ocurre – preguntó Hermione, que había llegado corriendo junto con Ron hasta el vestíbulo.
-Nada, hemos encontrado a Harry.
-Bien, ¿Qué les parece si vamos a cenar, tengo hambre, saben? – dijo Colin.
Los chicos entraron al Gran Comedor y cenaron, para luego retirarse a sus salas comunes.
Los días trascurrían lentamente, aunque sin mas novedad que el hecho de Ginny evitaba a toda costa hablar con Harry (tal vez porque se sentía culpable de que Snape hubiera quitado puntos a Harry por culpa de ella), y que Ron cada día se convencía de que los maestros siempre conspiraban para dejarles tantos deberes que no tenían tiempo para otra cosa.
-Es verdad, miren – les indico Ron a Hermione, Harry y Blaise, un día que estaban en la biblioteca – Sprout nos ha mandado una redacción sobre como diferenciar una semilla de lazo del diablo de la de una tentacula venenosa. Sinistra nos ha hecho hacer los mapas celestes de todos los días hasta el 30 de octubre, McGonagall nos ha dejado practicar la transformación de rocas en tejones y Flitwick nos ha dejado eso hechizos desilucionadores.
-Sin contar que Pers nos ha dejado practicar el control mental – dijo Harry.
-Aberforth nos ha dejado una redacción sobre los poderes magicos del fuego como controlarlos- puntualizó Hermione.
-Y Vianca nos ha pedido el dibujo de cada uno de los animales que hemos visto hasta ahora, que son las esfinges, los Kneazel, las snidgets y los caballos alados – señalo Blaise.
-Creo que voy a vomitar – dijo Ron, poniendo la cabez entre las manos.
A pesar del trabajo, aun así, los tres Gryffindors acudían a sus practicas de quidditch acompañados por Blaise. Hermione mejoro bastante, al igual que Ron, pero Ginny y los hermanos Creevey no se quedaban atrás.
-Ustedes son el mejor equipo que hemos tenido – les dijo Katie al terminar el entrenamiento.-Solo les aviso que debemos entrenar muy duro, ya que jugaremos el primer partido de la temporada el 29 de octubre.
-Y contra quien jugaremos – pregunto Ginny.
-Contra Hufflepuf. Lo que me lleva a otro punto. Hermione, Ginny, quien de las dos jugara. – y las miro expectantes.
Los días trasncusrrieron con aparente calma, hasta que llego el 17 de octubre, fecha en que Dumbledore mando convocar a todos con sus mejores galas en el Gran Comedor en punto de las 7 de la noche.
-Para que nos habrá llamado – se quejo Ron, que vestía una elegante túnica escarlata con bordados negros, un regalo de los gemelos -, aunque espero que la cena sea buena.
-Vamos, Ron. Dumbledore debe tener sus razones, ¿no crees, Harry?
-Si, tal vez – dijo Harry – a lo mejor es para anunciar algo del Torner, no se.
-Ey, Harry – lo llamo Blaise - que tal. Esperemos que la cena este bien, ¿eh?
-Ni que lo digas – dijo Ron – me muero de hambre.
Entraron en el gran salón, que estaba adornado bellamente con vivos rojos, verdes, amarillos y azules. Sobre las mesas, las velas que alumbraban el salón eran de un color dorado. Los chicos se despidieron de Blaise y se dirigieron a la mesa de Gryffindor, y se sentaron junto a Neville. Harry quedo junto a Ginny.
-Hola, Ginny.
-Hola Harry – dijo la pelirroja aun apenada por lo ocurrido hacia casi dos semanas. – Quisiera disculparme, por mi culpa, Snape te quito puntos.
-No fue tu culpa, pero debo darte las gracias.
-¿Las gracias?
-Si, tu me ayudaste a comprender las cosas, a derme cuenta de que estaba actuando mal- y Harry volteo a ver la mesa, y vio como Parvati le guiñaba seductoramente un ojo - ¿Tienes algo en el ojo, Parvati?
Esperaron hasta que todos los alumnos estuvieran reunidos, las puertas se cerraron y el profesor Dumbledore se puso de pie, por lo que todos callaron.
-Me alegro de que estemos todos aquí reunidos. Debo reconocerles que acatan las indicaciones tan bien. Tal vez se pregunten el motivo de esta reunión, y del por qué se les cito con sus mejores vestidos, y la razón se resume en dos palabras: Torneo Wizunspell. En relación a este, me he dado cuenta de que la mayoría participara, pero como recordaran, yo les dije que en este torneo habría muchas mas sorpresas de las que se han imaginado – y miro un momento a los alumnos de las cuatro mesas - La primera es que durante este Torneo, aparte de ustedes, tendremos a alumnos de otras cuatro escuelas que permanecerán en el colegio hasta finalizar el Torneo, mismo que permanecerán en el colegio recibiendo clases con ustedes. Por lo que pido demos la bienvenida al primer colegio – y dirigiendo la vista hacia las puertas del Gran Comedor, estas se abrieron de par en par dando paso a un grupo de veinte alumnos vestidos en túnicas de color púrpura, guiados por una mujer alta y delgada de pelo corto y piel clara que vestía un vestido negro ajustado y una capa verde jade, la mujer llevaba en alto un pequeño estandarte de color purpura con orillas verdes. El estandarte lucía el emblema en que se podían ver una luna creciente negra que se encontraba sobre una montaña donde se encontraba un lobo sentado en sus cuartos traseros. Un hombre de complexión robusta, que vestía de negro y con una capa purpura, el hombre tenía abundante bigote como tio Vernon, pero este al igual que sus cabellos era de color gris, el hombre tenía una mirada seria. El grupo avanzó hasta quedar frente a Dumbledore.
"Demos la bienvenida a la Academia de Hechicería Dunkelmond, de Alemania. -El Gran Comedor estallo en aplausos entusiastas, dando la bienvenida a los alumnos de Dunkelmond, y cuando cesaron, Albus continuó – así también a los encargados de este grupo, la profesora Hilda Hoffnung – nuevamente el salon estalló en aplausos a la profesora, e incluso silbidos, lo que hico a la pálida mujer sonrojarse – y al profesor Ulianov Licht- los aplausos esta vez fueron menos.
"Les damos la bienvenida, alumnos, siéntense como un su casa, y tomen algún lugar en las cuatro mesas – indico a los estudiantes de Dunkelmond – profesores, acompáñenos en la mesa.
Los alumnos tomaron lugar en diferentes mesas, y el salón se animo entre presentaciones y charlas entusiastas sobre el torneo.
-Bien, ahora que ya os avenís conocido, que empiece el banquete – indico Dumbledore, y sobre las charolas aparecieron infinidad de manjares, que los alumnos de Hogwarts y Dukelmond ingirieron gustosos.
Junto a Harry y Ginny, se sentaron un grupo de cuatro estudiantes de Dunkelmond.
-Vaya que Hogwart es grande – decia un chico de cabellos negros y largos atados en una coleta.
-Cierto Elich, es enorme, pero no es lo importante. – dijo una chica de cabellos blancos que se sentó a la derecha de Ginny.
-Alishka tien razón Elich, debes fojarte en los estudiantes,, por ejemplo – y el chico que estaba entre Elich y Aliska se dirigió a Ginny - disculpe, señorita, pero nos interesa conocerla – ante esto, no solo Ginny, sino también Harry y Ron voltearon a ver quien llamo a la pelirroja - . Mi nombre es Ramses Farchivk, y ellos son mis compañeros, Alishka Merek – y señalo a la chica de cabellos blancos-, Elich Noverk – señalo al chico de la coleta – y mi gran amigo – dijo señalando al chico al lado de Elich – Tilldech Huvek. Y usted es…
-Ginny… este… Ginevra Weasley, encantada. – y los saludo, pero se dio cuenta de que los chicos de Dunkelmond esperaban que les presentara a sus amigos - y estos son mis amigos, Hermione Granger – y señalo a la aludida - , mi hermano Ron Weasley y este chic junto a mi, es Harry Potter – y señalo a Harry con la cabeza.
Los cuatro chicos se quedaron viendo a Harry, buscando en su frente la famosa cicatriz, y al encontrarla, se dirigieron a Harry.
-Un placer – dijo Tilldech.
-Igualmente –dijo Harry.
-Que gusto conocerte Harry, puedo decirte Harry, ¿cierto? – dijo esta vez Alishka.
-Si claro. – dijo Harry, quien después saludo a Elich y a Ramses - ¿Entonces también participan en el torneo.?
-Así es – respondio Alishka – mi pareja en el torneo es Ramses, que también es mi novio. Elich y Tilldech participan juntos.
Los chicos siguieron hablando sobre sus colegios, sus profesores y sus familias, hasta que Dumbledore hizo que guardaran silencio.
-Espero que esten satisfecho. Ahora les daré una indicación. Como son cuatro colegios los que nos visitan, cada uno se hospedara en la sala común de cada una de las cuatro casas, por lo que los alumnos de Dunkelmond se hospedaran en la sala común de de Hufflepuf. Por lo les pido a los Prefectos de Hufflepuf, guíen a los estudiantes.
Harry y Ginny se despidieron de sus nuevos amigos y junto con Ron y Hermione, regresaron a la sala común.
Esa semana fue un poco mas tranquila que las anteriores, ya que la mayoría de los profesores dedicaron sus clases a pedir el mejor comportamiento de ellos, durante la estancia de los colegios, en especial McGonagall.
-Espero que todos ustedes demuestren su buen comportamiento – indico durante una clase de transformaciones – y no esta de más que les demuestren también sus capacidades en la hechicería. No olviden nunca que la modestia esta primero. Deberan practicar mucho sus encantamientos todos aquellos que entren al Torneo, ya que las pruebas no serán sencillas.
Luego, Flitwick, les dijo la importancia de realizar encantamientos que confundan o que debiliten a lo demás, ya que era probable que en el Torneo se aplicaran pruebas de poder.
Durante esa misma semana, Harry, Ron, Hermione tuvieron clase de Pociones con los de Hufflepuf y los de Dunkelmond, ya que compartin la sala comun. Harry se alegro de ver que Ramses, Alishka, Elich y Tilldech era los unicos de sexto curso de Dunkelmond.
-Bienvenidos, estudiantes de Dunkelmond – empezo Sanpe, un tono un poco alegre – según se, ustedes tiene un nivel aceptable de pociones, pero durante lo que resta del curso, su nivel subirá hasta alcanzar el de los estudiantes de Hogwarts. Pero para demostrar su habilidad, realizaremos la Pocion Envejedora, que en ocasiones resulta muy util. Sigan las instrucciones de la pizarra – y con un movimiento de varita, las instrucciones aparecieron.
Al finalizar la clase, los cuatro alumnos de Dunkelmond habían realizado una poción impecable para envejecer treinta años.
Las otras clases que compartieron con los de Dunkelmond fue la de Artes Oscuras y la de Magia Natural, lo que indicaba que los cuatro chicos de Dunkelmond se preparaban también para aurores.
Cuando al fin llegó el viernes, y hubieron salido le la clase de Magia Natural tras practicar arduamente la desaparición de objetos con la mente, los tres Gryffindor, Blaise y los cuatro de Dunkelmond, fueron hacia el Comedor, donde mientras cenaban, Dumbledore hizo un anuncio.
-Estoy muy complacido de la forma en que han recibido a nuestros huéspedes, y espero que asís siga hasta el fin del curso. Solo les informó que el día de mañana, a las 9 en punto, llegaran dos colegios más, por lo que deberán reunirse en el lago, donde se realizara la bienvenida a estos colegios, y se hará un pequeño picnic, y que el domingo por la noche, cerca de las siete, deberán estar puntuales con sus mejores galas para recibir al último colegio. Y recordarles que solo hace falta una semana para el inicio del tan esperado Torneo Wizunspell, y que las inscripciones se cerraran el domingo al llegar el último colegió. No olviden tampoco apoyar a los equipos de Quidditch de Gryffindor y Hufflepuf, que inician la temporada de Quidditch el sábado próximo. Eso es todo.
Todos estaban emocionados por recibir a los tres colegios restantes, y mientras regresaban a sus salas comunes, eso era de lo que hablaban.
Cuando Harry, Ron, Hermione y Ginny llegaron a la sala común, Alicia y Katie les avisaron junto con los hermanos Creevey que la próxima semana entrenarían el lunes, el miércoles y el viernes, para prepararse.
-Pero lo que no entiendo, es porque la temporada inicia en octubre. – comentó Ron.
-Es cierto – afirmó Hermione – por lo general, la temporada inicia la segunda semana de septiembre.
Los chicos se despidieron y se dirigieron a su dormitorio.
A la mañana siguiente, Ron levanto a Harry muy temprano para reunirse con Hermione en la sala común con Ginny y Hermione. Harry se puso unos vaqueros y una playera blanca, mientras Ron se puso igual unos vaqueros y una camisa negra. Cuando llegaron a la sala común, se encontraba abarrotada, y encontraron a Ginny, que vestía unos jeans azules con una blusa amarilla muy bonita, junto con Hermione, quien lucia un sencillo vestido blanco. Ron se quedo embelesado mirando a Hermione, y cuando dieron las 8:30, toda la sala comun salio rumbo al lago.
Bajaron las escaleras y al llegar al Vestíbulo, los cuatro Gryffindors se reunieron con Blaise y con Ramses y los demás. Salieron hacia el lago, donde ya se encontraban una gran cantidad de mesas para diez personas cada una con sus sillas. Sobre el lago había una especie de barca donde se encontraba una amplia mesa donde ya estaban los profesores de Hogwarts y Dunkelmond sentados, y quedaban lugares para los restantes.
Justo cuando dieron las 9 y la mayoría de los lugares se encontraron ocupados (en la mesa donde estaban Harry y los demás sobraba un lugar), Dumbledore pidió silencio dando un silbido. Al cabo de unos minutos de espera, el silencio se corto por el sonido provocado por un carruaje que surcaba los cielos conducido por enormes caballos alados. Era el carruaje de Beauxbattoms. Los caballos aterrizaron cerca de la cabaña de Hagrid, quien ya estaba afuera esperándolos. Cuando estuvo quieto el carruaje, un joven de capa azul bajo haciendo reverencias, y coloco una escalerilla dorada, por la que momentos después Madame Maxime bajo seguida de dos mujeres de cabellera rubia. Harry reconoció a las mujeres como la abuela y la madre de Fleur. Las mujeres vestían hermosos vestidos de satén negro, y la madre de Fleur lleva el cabello recogido elegantemente. Detrás de ellas, bajaron cerca de 14 jóvenes.
El comité era encabezo por Madame Maxime, que vestia una esplendida túnica rosa de seda, las dos mujeres y Hagrid, con su abrigo de topo.
-Demos entonces la bienvenida nuevamente a Hogwarts a la Academia Beauxbattoms de Magia, proveniente de Francia- y un estrépito de aplausos resonó por los terrenos.
-Acabo de recordar algo- dijo Harry a Ron.
-¿Que?
-No le mandamos a Hagrid los saludos de Madame Maxime.
-Bueno, ya no podemos hacerlo.
Los alumnos de Beauxbattoms se acercaron hasta las mesas, todos vestían sus túnicas azules de seda.
-Madame Maxime, señoras Delacour, por favor, acompáñennos en la mesa para profesores – dijo Dumbledore – y jóvenes, tomen asiento en alguna de las mesas.
Los chicos de capas azules se repartieron entre las mesas, pero una chica de largos cabellos plateados se dirigió a la mesa donde se encontraba Harry, y tomo el único lugar que sobraba e la derecha de Harry: era Gabrielle.
-Hola Harry – saludo la chica – ¿como has estado?
-Pues, me recupero.
-No te preocupes, lo superaras. Pero yo todavía la extraño.
-Yo también, pero no debemos aferrarnos a ella, o no descansara en paz.
-Así es, siempre la cabeza y el orgullo por delante, como ella decía – y ambos rieron.
Gabrielle entabló entonces conversación con Blaise, quien la veia con cara de tonto, solo asintiendo y diciendo alguna que otra palabra para seguirle la conversación.
Luego de unos diez minutos de charlas, Dumbledore pidio silencio nuevamente, para esperar al tercer colegio, del cual no se veía un solo rastro. En ese momento, el sol se oculto detrás de una nube blanquísima, la cual, comenzó a descender hacia donde ellos se encontraban. Gabrielle fue la primera en darse cuenta de ello.
-Miren, la nube – grito la chica, y todos voltearon la vista al cielo. La nube bajaba rápidamente, pero en vez de posarse sobre ellos, se coloco lejos de las mesas, cerca del sauce boxeador, y tras unos instantes en que solo se vio la nube, esta se disperso dejando ver una hermosa construcción griega. Era muy parecida a uno de los templos griegos ubicados en Atenas, y aunque era muy simple, ya que solo tenía pilares corintios y un techo muy labrado, era muy hermoso. Brillaba tanto que Harry supuso que era de marfil. Cuando la nube se disperso totalmente, se pudieron ver que dentro de la construcción había cerca de 20 personas. Estas comenzaron a avanzar hacia las mesas, y cuando se acercaron lo sufieciente, Harry noto que las tunicas de estos era de un color blanco aperlado, adornado con verde en las orillas.
-Demos la bienvenida al Liceo Thanatos Mortideus para la Enseñanza Magica, que viene desde Grecia –esta vez los aplausos fueron mas emocionados, sobre todo de parte de las chicas, ya que de los 10 varones que venian del Liceo, todos eran rubios y de ojos azules o verdes. – Que en esta ocasión son dirigidos por los profesores Endimión Decib, Hector Frich y la profesora Elis de McJill, por favor, tomen asiento junto a nosotros – les pidió Dumbledore. Los profesores llevaban en alto un estandarte de solo blanco con vivos azul y verde olivo. En el estandarte se encontraba una figura de color negro que representaba al dios de la muerte, Thanatos, quien llevaba una hoz y estaba coronado por una corona de olivos.
"Ya que estamos aquí, nuevamente sean bienvenidos – hablo Dumbledore cuando todos los estudiantes estuvieron en las mesa y los profesores junto a ellos – y antes de iniciar esta pequeña comida, he de recordarles que nuestros visitantes se hospedaran en las salas comunes de las cuatro casas. Los alumnos de la Academia Beauxbattoms se hospedaran en la sala común de Ravenclaw mientras que nuestros visitantes del Liceo Thanatos Mortideus, se hospedaran en la sala común de Slytherin.
El resto del almuerzo fue entretenido, pero como la mayoria del Liceo se sentaron en mesas separadas de Harry y los demas, no pudieron establecer conversaciones con ellos. Al fin, cuando se termino la picnic, las mesas desaparecieron y los alumnos se dedicaron a lo suyo. Harry y su amigos se dirigieron a una de las orilla del lago, donde podían nadar bien, ya que los alumnos de Dunkelmond querían nadar. Estuvieron nadando muy divertidos hasta que fueron interrumpidos por una chica de cabellos negros y ojos azules que vestía el uniforme del Liceo.
-Disculpen- dijo la chica – queríamos preguntarles si podemos nadar con ustedes, ya que parece que esta parte del lago es la mas calida y tranquila.
-Claro que pueden – dijo Harry – vengan.
Entonces la chica se retiro unos metros para llamar a dos chicas, ambas de cabellos rubios, que se acercaron hasta donde estaban los demás nadando.
-Miren, ellas son Elena y Eleonor O'Villey, son gemelas. Y yo soy Iris Mawli– dijo antes de que con un movimiento de varita convirtieran sus tunicas en bikinis.las chicas se metieron, y luego de dar un chapuzón, Eleonor se dirigio a Harry.
-¿Y quienes son ustedes? – dijo Eleonor.
-Pues, mira, ella es Ginny – dijo Harry – y el es su hermano, Ron – y los señalo con la mirada – . Ellos son Hermione, la mas inteligente de la escuela – Hermione se sonrojo – y Blaise. Todos ello y yo somos de de Hogwarts. Y ellos cuatro son de Dunkelmond, y son Ramses – indico al chico de cabello negro – Alishka – la chica saludo con la mano -, Tilldech y Elich – dijo finalmente – y yo, soy Harry, Harry Potter.
-Wow – exclamo Elena – es increíble, ¡Realmente eres tu!
-Pues, si – dijo Harry apenado.
Sigueron en el agua hasta que el solo comenzó a meterse, por lo que salieron y con un hechizo, Hermione seco a todos. Se dirigieron al castillo para la cena.
-¿Y que año cursan? – pregunto Ron.
-Cursamos el sexto año, junto con otra chica llamada Mónica Kingtoll, pero creo que estaba cansada, y se metió al Liceo.
-¿Liceo? – pregunto Hermione intrigada.
-Si, es esa construcción en que veníamos. Dicen en que nuestra escuela fue fundada por la misma Circe, una gran bruja, y construyó el Liceo para que los alumnos se trasladaran sin necesidad de escobas
-¡Vaya! Nosotros tuvimos que viajar todo el día desde Alemania para llegar hasta aquí en escobas – se quejo Elich.
-Miren, ya viene Mónica – dijo Elena, señalando un punto cerca del sauce boxeador. El punto blanco se acerco y se reunió con ellos.
Se presentaron ante Mónica mientras entraban al Gran Comedor. La cena fue exquisita, y todos se sentaron en la mesa de Gryffindor (N/a: ¿Cuántas personas caben en cada mesa?). la primera en irse fue Gabrielle.
-Nos vemos chicos, Harry cuídate. Me voy, ya que tengo que encontrar a alguien que me indique el camino a la sala común de Ravenclaw.
Siguieron charlando hasta que la profesora Sinistra, que era la unica que quedaba en la mesa junto con la profesora Vector, los mandaron a la cama.
Bueno, su sala común será Slytherin, es por las mazmorras – les indico Hermione a las chicas del Liceo – nos vemos mañana.
Se despidieron de los chicos de Dunkelmond, se dirigieron a la sala común de Gryffindor.
El día siguiente, lo usaron para visitar a Hagrid, solo que ahora Blaise acompaño a los tres Gryffindors. Cuando llegaron a la cabaña de Hagrid, oyeron voces dentro.
-Pasen, pasen – les indico Hagrid.
Cuando los cuatro entraron, notaron que Madame Maxime estaba dentro.
-Hola Hagrid –saludo Harry.
-Ya era hora de que se presentarán – les reclamó Hagrid – veo que estas mejor, ¿eh Harry?
-Clago, ese chico es fuerte Haggyd, no debes subestimarlo, ¿a que no, Haggy?
Harry solo asintió con la cabeza.
-¿Quién es el? – pregunto bruscamente al ver la insignia de Slytherin en la capa de Blaise.
-Soy Blaise Zabini – dijo el chico – Amigo de Harry, Ron, Hermione, Ginny, y otros.
-Un Slytherin, eh.
-Si. Mi padre dice que no eres lo que pareces.
-Zabini, Zabini, si, ya recuerdo – dijo Hagrid, analizando a laise – tu padre es Basil, cierto.
-Así es.
-Era un gran chico, pero el estuvo en Ravenclaw.
-Si, soy la deshonra de mi familia, eh Harry – y los dos chicos comenzaron a reír ante las miradas de Madame Maxime, Harry, Ron y Hermione.
-Bueno Hagrid, veníamos a ver que tal estbas, pero veo que interrumpimos, ¿cierto? – dijo Ron para romper la tension provocada por las risas de sus amigos.
-No es que interrumpan, pero ahora no los puedo atender. Vuelvan luego. Grawpy los desea ver.
-Si Hagrid, volveremos. Dijo Harry sujetándose el estomago, que le dolia por la risa.
Salieron de la cabaña y decidieron deambular por los terrenos.
-¿Qué tal si vamos a Hogmeade? – dijo al fin Blaise.
-No podemos Blaise, tenemos premiso- le reprocho Hermione.
-Lo se pero con la capa y el ma… ayy –Blaise cayo ante el codazo y la mirada de Harry – si tienes razón. Vayamos a la biblioteca, tengo que sacar un libro para Runas.
-¿Tu estudias runas? – le pregunto Ron atónito.
-Si, a veces son de utilidad.
-Tienes razón Blaise, vayamos – dijo Hermione sanjando la conversación. Harry y Ron no tuvieron mas remedio que acompañarlos.
-En que piensas – le pregunto Ron a su amigo, al ver que había perdido la vista en las entanterias de la biblioteca. Hermione y Blaise continuaban buscando su libro.
-En Ginny – murmuro Harry tan débilmente que Ron no alcanzó a oir.
-¿En quien?
-Eh, … nada, nada.
-Ya esta el libro. Vayamonos a cambiar, ya falta poco para las siete –les idico Hermione.
Salieron a los dormitorios a cambiarse y a las siete menos quince ya se encontraban en el Comedor. Esperaron a que todos llegaran, y en ese momento Ramses, Alishka, Elich y Tellich se sentaron frente a ellos en la mesa de Gryffindor, y momentos despues, Elena, Iris, Monica y Eleonor se sentaron junto a ellos.
-LA sala común de slytherin es una pesadilla - se quejo Iris-, eso chico, Malfoy, es insoportable.
-Y aun no lo conoces bien – le indico Ron.
Cuando todos estuvieron en las mesas. Dumbledore se puso de pie, y el silencio se hizo.
-Finalmente, el ultimo colegio ha llegado. Demos la bienvenida a los profesores y alumnos del Colegio Dorésaule de Artes Magicas, provenientes de Francia -en ese momento, las puertas se abrieron y por ellas, entraron el comité de alumnos extrajeros mas grande que entonces había llegado. Eran cerca de 30, y eran dirigidos por cuatro adultos, dos ellos, gemelos. Todos, alumnos y profesores, vestían una túnica color dorada con los bordes blancos. Y uno de los profesores llevaba en un estandarte el escudo de su escuela: un sauce dorado con grande follaje verde y una varita cruzada. – sean bienvenidos, a este colegio Hogwarts de Magia y Hechizeria. – y el salon porrumpio en aplausos. – Profesores, pasen por favor a esta mesa, y alumnos, incorporense.
Los alumnos se esparcieron en las cuatro mesas, y dos de ellos se sentaron cerca de Harry.
La cena paso sin incovenientes, hasta que nuevamente se hizo el silencio y Dumbledore habló.
-Es maravilloso ver a los alumnos de estos cinco colegios reunidos para un fin tan específico. Todos los alumnos han acudido a participar en el Torneo Wizunspell, un torneo, el cual hace ya bastante tiempo no se celebraba en Hogwarts. Se dice que los primeros participantes de este torneo fueron los fundadores de cada una de las escuelas aquí reunidas. Pero ahora, a las sopresas. No solo los colegios visitantes participaran en el torneo, sino también participaran en la copa de Quidditch del colegio. Cada colegio trajo a su delegación de jugadores, que esperan llevarse la copa. El primer partido se llevara a cabo a las once en punto del sabado proximo, pero esta vez habra un cambio: se tenía pensado que el primer partido sería entre Gryffindor y Hufflepuf, pero los equipo que se enfrentaran seran los de Gryffinor – dirigio una mirada hacia donde Harry se encontraba – y los estudiantes de Dorésaule – los murmullos estallaron en el salon. Esa era la primera vez que un equipo del colegio se enfrentaba a del la otra escuela – Y como ultimo aviso, los alumnos de Duorésaule se hospedaran en la sala común de Gryffindor. Pueden retirarse.
HE CORREGIDO ALGUNOS ERRORES, LEANLO, PORFAS, PARA QUE NO SE PIERDAN.
-LeoHagrid: espero este te guste también. No cometi un error, recuerda que Ginny le dijo a Harry que la que egresaba era Angelina.
-yukinajaganashi: Ginny ya aparece. Todo asu tiempo. Yo nunca dije que cambiaran de cerebro, sino de mente. Gracias por tus comentarios.
-gandulfo: la acción ya se viene.
CAPITULO XVIII. DUNKELMOND, BEAUXBATTOMS, THANATOS MORTIDEUS Y DORÉSAULE.
Los días transcurrieron rápidamente, y Harry y Ron comenzaron a acumular deberes, pero aun así, Harry, de alguna manera se las ingeniaba para resolver sus pendientes y pasar un tiempo con Cho, con quien comenzaba a entenderse cada vez mejor. Una vez llego hasta la entrada de la sala comun de Ravenclaw con la capa invisible, dio la contraseña (Águila Cognocere) y entro en la amplia sala comun, que era tan grande como la de Gryffinfor, pero sus butacas eran de metal y sus mesas no estaban gastadas. Se acerco hasta donde se encontraba Cho con una de sus amigas y Roger Davies, platicando muy a gusto. Cuando las chicas se dirigieron a su dormitorio, que se encontraba al final de un pasillo, las siguió y al entrar Cho, entró detrás de ella y una vez dentro, se quito la capa dando un beso a Cho, quien quedo estática durante un momento, cosa que soprendio a su amiga, la cual cuando los dos dejaron de besarse, dijo que no creía que Cho fuera capaz de dar la contraseña a su novio para que la visitara, pero no lo dijo molesta, sino divertida, luego de un rato con Cho, Harry regreso a la sala común de Gryffindor, donde se encontró con Ginny.
-¿Dónde estabas? – le pregunto su amiga, temiendo la respuesta.
-Con Cho – contesto simplemente Harry.
-Eh, Harry, ¿te puedo decir algo?
-Claro, que sucede Ginny – Harry miro intrigado a la hermana de Ron.
-Es en relación con Cho.
-Bien, dime – dijo Harry, tratando de buscar en la pelirroja algun indicio de lo que ella quería decir.
-Pues veras, recuerdas el final del curso pasado, cuando Cho salia con mi ex-novio – dijo Ginny, tanteando sus palabras.
-Si – recordó Harry, y entonces cayó en cuenta de lo que Ginevra quería decir.
-Pues, tu dijiste que no pasaba nada entre tu y Cho, y ahora mirate.
-¿A dónde quieres llegar, Ginny?
-Pues, que tal vez Cho solo este jugando contigo, luego de lo que te hizo, pues….
-Ginny – Harry miro a la pelirroja con una mirada triste – se que parezca hasta cierto punto ilógico y estúpido que lo hiciera, pero, tu no entiendes, no lo entenderías.
-¿Qué es lo que no entendería Harry? – le reprocho su amiga.
-El porque de lo que hago.
-Harry, por dios. ¿Te has mirado últimamente?
-Ginny, yo no…
-Harry, hace no mas de dos meses que perdiste a Sirius, y hace apenas 15 días Fleur murió, y tu vas por la escuela como si nada hubiese pasado. Luego te paseas por ahí con Cho, quien últimamente, si no te has dado cuenta, te presume como si fueras un objeto para ella. – Ginny se contenia de no gritarle, pero falló.
-¡Cho es la unica que me comprende!
-¡No es verdad! – en ese momento, toda la sala común se había volteado a verlos. – Ella finge comprenderte, pero tu no eres mas que una de sus conquistas. Tu solo eres su novio "oficial".
-Ginny, mide bien lo que dices.
-No me crees, pues pregúntale a Roger Davies donde ha estado todas las clases a las que no ha asistido. Y preguntale a Cho lo mismo, entindelo Harry, ¡TU ERES SU JUEGO!
Harry contemplo un momento el rostro de Ginny, un rostro reflejaba una gran rabía, pero no contra el, sino contra las personas que le hicieron daño a el, Harry Potter. Ese rostro le indicaba que lo que la chica decía era verdad. Harry no podía soportar que ese rostro tan bello de le viera de esa manera, por lo que decir nada, y haciendo caso omiso a quienes veían la escena expectantes, se dirigió a su dormitorio, dejando a la pelirroja ahi, en medio de la sala común.
Cuando llegó al dormitorio, sus compañeros ya estaban dormidos. Se tumbo en su cama, y cerro los ojos, haciendo lo posible por no llorar. Las palabras de Ginny bien podían interpretarse como si ella estuviera celosa, pero recordó como Hermione había dicho que Ginny le "gustaba" Harry, pero ahora ya no. luego, puerta de la habitación se abrio, dejando pasar a Ginny, quien se sento junto a Harry, en la cama.
-No me crees, cierto.
-Quisiera no creerte – dijo Harry, incorporándose y secándose las lagrimas - pero lo dijiste tan segura, que no se que pensar.
-Harry, no te lo digo para que termines con Cho, sino para evitar que te sigan haciendo daño. Si no me crees, saca el mapa del merodeador.
Harry saco el mapa de su baúl, y con la habítalo activo.
-Revisa la sala común de Ravenclaw – y la chica espero a que Harry lo hiciera, confirmando lo que ella había dicho. En la sección del mapa que indicaba la sala común de Ravenclaw, había dos motas de tintas encimadas una sobre otra con las inscripciones "Cho Chang" y "Roger Davies" – lo ves, no te engañe.
Harry tenía la vista perdida, se sentía totalmente desorientado. Y se dio cuenta que ese hecho no le molestaba en absoluto, no hubo celos. Comprendio que mas que cariño, lo de él y Cho no fue mas que un juego en el que Cho, resulto ser la mejor.
-No quería que te enteraras así, Harry. Pero no podía dejar que te lastimara esa…, esa…
-Dilo Ginny, ya no tiene importancia para mi.
-Esa perra – dijo finalmente Ginny, y una leve sonrisa ilumino el rostro de Harry.- Harry, no tienes que fingir ser fuerte ante los demas, al menos, no ante mi..
-Entonces, como quieres que sea. ¿Qué me lamente por siempre las muertes de Sirius y Fleur? No sabes lo que es perder a alguien así. Yo prefiero fingir a sufrir ese dolor.
-Harry, ese dolor te indica lo mucho que les quieres, pero no debes olvidarlo, porque sería como olvidarlo a ellos. Y me doy cuenta de que Ron y Hermione estan equivocados.
-¿Por que?
-Ellos dicen que has madurado, que has afrontado esas perdidas como lo haria una persona mayor, pero no es verdad. Te han obligado madurar, y mucho mas rapido de lo que debías. Si eres muy fuerte, pero si no demuestras ese dolor, entonces empezaras a perder lo mas importante, que es tu corazon.
-¿Entonces, como lo hago?
-Harry, se quien eres en realidad, no quien todos quieres que seas. Tu decides lo que eres, no los demás. No te sumas tampoco en un mundo de depresión, porque solo te harás daño, solo acepta las cosas, ya que estas suceden por algo, y no fingas ser quien no eres – y ante esto ultimo, se acerco a Harry le dio un tierno beso en la mejilla, y salio del dormitorio.
Harry analizo cada palabra de lo que le dijo Ginny. Era verdad, había estado viviendo una farsa con Cho y con los demás, estaba aparentando ser fuerte, aunque el dolor le carcomía por dentro, entonces escucho una voz que le hablaba desde dentro de la cabeza "el hecho de puedas sentir ese dolor, demuestra que aun eres un ser humano". se dio cuenta de que había fallado a su promesa, si aquellos que dieron la vida por el lo hicieron para que fuese feliz, fue para que así lo fuera, no para que usara eso como pretexto para esconder sus miedos, su mas grande miedo. Y con estos pensamientos, se quedo dormido.
La mañana del domingo despertó junto con los primeros rayos de sol, y se sentía mal. Se preguntó porque se sentía así, y al recordar la noche anterior, se dio cuenta de que tenía que hacer algo. Se lavo la cara y se vistió, tomo su capa invisible y el mapa del merodeador, y salio de la sala común. Busco en el mapa a Cho, y la encontro en uno de los pasillos del cuarto piso, junto con otra persona, Roger Davies. "Así será mas fácil", pensó para si. Y camino hasta el pasillo del cuerto piso. Cuando llego a él, se pudo su capa y busco a Cho, se encontraba detrás de una armadura junto con Roger Davies, besandose. Se quito la capa y se dirigio hasta ella.
-Cho – dijo enérgicamente, interrumpiendo el beso de los Ravenclaws – tenemos que hablar – su voz era monótona, como si hubiera ensayado lo que diría.
La chica inmediatamente solto a Roger, y se dirigio a Harry, pálida.
-Hemos terminado – dijo Harry, y sin esperar alguna réplica de Cho, salio de ese pasillo, en el momento en que un grupo de chicas de Hufflepuf pasaba por ahí..
Harry camino hasta el Gran Comedor, donde se sumio en sus pensamientos. Mientras el salón se llenaba, no noto como todos lo que le veían lo señalaban y murmuraban. Tampoco noto cuando Cho entro junto con su amiga, y al ver a Harry, se puso a llorar, y estuvo a punto de ir a hablar con él, cuando Ginny Weasley entro en el salón seguida de Colin Creevey y Luna Lovegood. Al verla, Cho, le fulmino con la mirada antes de comenzar a gritarle.
-Tu – le miro y la señaló Cho con el dedo – tu, tuviste la culpa.
-Deja de señalarme – le dijo Ginny amablemente – y no se a que te refieres.
-Claro que lo sabes – le reprocho Cho – siempre estuviste celosa.
-Mira, no tengo tiempo de charlar, ya que tengo hambre, y menos cuando no se de que hablas – dijo Ginny con un dejo de haberse hartado. En ese momento Harry levanto la vista, y su mirada triste se quedo clavada en la pelirroja que en ese momento sacaba la varita disimuladamente – así que apártate, o….
-¿O que? – amenazó Chang – ya me has hecho mucho daño, solo por ser mejor y mas bonita que tu, vamos – y en ese momento apunto con su varita a Ginny - ¿Qué harás?
-Ahora lo veras – dijo Ginny apuntando también con su varita a Cho.
-¡Expeliermus! – se oyó una voz desde la mesa de Gryffindor, al momento en que las dos varitas salían volando de las manos de sus dueñas - ¡Acció Varitas! - Y las varitas llegaron hasta las manos del Gryffindor, que se había puesto de pie para evitar el duelo entre las dos chicas.
Luna y Colin miraron entonces a Harry, mientras Ginny y Cho se veian deseándose lo peor la una a la otra. Todo el salón se encontraba en silencio, un silencio que fue interrumpido por la fría voz de Snape.
-¿Qué sucede aquí?- pregunto Snape, mirando primero a las dos chicas, luego a Harry apuntándoles con la varita en una mano y las varitas de ellas en la otra – Con que usando magia fuera de las aulas, eh, Potter. Bien. Eso son cincuenta puntos menos para Gryffindor y un castigo impuesto por el celador Filch. Ahora Potter, acompañeme, los demás, vuelvan a lo suyo. Devuelva las varitas, Potter – ordeno Snape.
Harry se puso de pie y se dirigió hacia Snape, aun con la mirada triste. Lo siguió y al psar junto a Ginny y Cho, les arrojó sus varitas, mientras el Gran salón veía como desparecía detrás de la puerta.
Harry iba detrás de Snape, en el momento en que Pers bajaba la escalera de mármol.
-Puede irse, Potter – ordenó Snape, quien se dirigía hacía Pers.
-Pero señor, y mi castigo.
-Olvídelo – y sin mas, Sanpe fue detrás de Pers y desaparecieron detrás de la puerta que daba al Gran Comedor. Harry se sorprendió y se preguntó si las cosas entre ellos se habrían arreglado.
Como era domingo y no tenía nada mejor que hacer, decidió ir a pasear por el lago. Salio del castillo y se acerco hasta el pequeño puente que llevaba al aula de Magia Natural. Se detuvo en medio del puente, y se quedo contemplando las tranquilas aguas del algo, cuando una voz lo saco de sus pensamientos.
-Entonces, al fin alguien te ha hecho entender lo que te dije, no es verdad – dijo la amble voz de Lionell Malfoy.
-Profesor – dijo Harry, sorprendido – que quiere decir.
-Que lo que te dije tu lo interpretaste del modo equivocado, te dije que hay que aceptar las cosas y seguir viviendo, y tu entendiste que las cosas pasan y tu puedes hacer lo que quieres.
-Parece que si.
-Y bien, quien fue.
-¿Quién fue que?
-Quien te lo hizo entender.
-Ginevra Weasley.
-Pelirroja, curioso. Bien Harry, entonces, a partir de este momento, conoceremos quien eres en realidad, no es así.
-Si – y sonrio débilmente, sonrisa que su profesor le devolvio.
-Dígame una cosa, profesor. Usted me dijo que perdio a alguien muy importante para usted. ¿A quien perdió?
-A mi esposa. Ella era realmente bella, hermosa, y la vida le fue arrebatada cruelmente. Pero eso solo me enseño dos cosas mas, y una de ellas ya te la he dicho.
-A si, ¿Qué cosas?
-La primera, que una persona no siempre debe estar viva para que la amemos.
-¿Y la segunda?
-Que no existen los finales felices. Bueno, no siempre. Nos vemos despues, Harry – y el profesor se retiro, dejando al chico solo con sus pensamientos.
Harry regreso al castillo a la hora de la comida, donde se dio cuenta de que su rompimiento con Cho y el encuentro de Ginny y esta era la noticia del dia, pero tal como sucedia cada vez que la gente se asombraba al oír su nombre, no le dio importancia. Justo cuando se sentó, Blaise se sentó a su lado.
-Wow, chico. Eres soprendente.
-A que te refieres.
-Desarmaste a las dos chicas mas hermosas del colegio, y lo mejor, sin recibir castigo.
-No se como es que sabes lo del castigo –pregunto Harry, a veces Blaise lo sorprendía
-Veras, si hubieras recibido castigo, no estarías aquí, y Filch no estaría tan molesto.
-Buen punto.
-Sabes Harry, te noto triste.
-Y que lo digas.
-Puedo saberlo.
Y Harry contó lo sucedido a Balise, quien últimamente se había vuelto su confidente ya que tanto Ron y Hermione se desaparecían misteriosamente cuando él los buscaba.
-Pues creo que hiciste lo correcto. –Chang me da mala espina.
-Por que lo dices.
-Pues no se, intuición de serpiente. – y ambos comenzaron a reírse. – y bien, algo interesante que hagamos hoy, ya he acabado mis deberes.
-Yo igual. ¿Te apetece ir a Zonko?
Harry contó a Blaise lo del mapa y lo de la capa, y ambos salieron por el pasillo de la bruja tuerta hasta Zonko, que a pesar de que ese día no estudiantes no acudían, estaba lleno. Compraron muchas golosinas, y decidieron ir a la casa de los gritos, donde Harry contó a Blaise acerca de cómo descubrió en ese lugar que Sirius Black era inocente y su padrino, y que la casa nunca estuvo embrujada.
-Estoy satisfecho – dijo Blaise al comer la ultima barra de chocolate – regresemos a Zonco para volver
-Eso es muy lejos, mejor entremos por aquí.
-¿Por aquí? – pregunto Blaise.
-Si, por este pasillo – indico Harry – llegaremos a Hogwarts, y saldremos debajo del sauce boxeador.
Los chicos se encaminaron hasta Hogwarts, y antes de salir por el sauce, se colocaron la capa, y con una rama, Harry toco al nudo del tronco del árbol, para que el sauce no les atacara. Una vez ya en los terrenos del colegio, se dirigieron al lago.
-Vaya, Harry. Que día, ¿eh?
-Si – murmuro Harry, viendo el lago.
-Creo que tendré que quitarte esa tristeza, ya veré la forma.
-Ja. El gran Blaise me quitara la tristeza. - dijo sarcásticamente Harry – Te lo agradezco.
-De nada. Para que estan los amigos. Mira, ahí van Ron y Hermione – y señalo al pelirrojo y a la chica.
-A donde irán – preguntó Harry.
-Que tal si cogemos la capa y lo averiguamos –y dicho eso, se colocaron la capa de nuevo y se acercaron a ellos, sigilosamente.
-Pero Hermione, no le hemos visto – comentaba Ron.
-Lo se, tal vez esta castigado, recuerda lo que nos dijo Ginny.
-Pero que tipo de castigo. Aparte acuérdate que Neville lo vio a la hora de la comida, y salio del comedor con Blaise – Harry se dio cuenta de que hablaban de él.
-Si, pero no creo que era de Harry de lo que querías hablarme, o si, Ron.
-Pues, no – dijo Ron, poniéndose colorado. Blaise y Harry se miraron, extrañados, antes de volver la vista hacia sus amigos – veras, Hermione, he estado pensado, y…. y… he decidido, confe… confesarte te algo – tartamudeo el pelirrojo.
-Bien… di…dime – tartamudeo Hermione, haciendo esperanzadas suposiciones sobre lo que el chico le preguntaria.
-Veras, Hermione, yo, yo, te quiero decir que… que…
-¡Ron! – grito una voz desde la entrada del castillo - ¡Hermione!
Los dos chicos voltearon a ver quien les gritaba, y vieron a Ginny, junto a Luna y Colin.
-Que sucede – preguntó Ron.
-Es Harry, nadie lo ha visto desde el almuerzo. Y según Snape, no esta castigado.
Al escuchar esto, Harry y Blaise corrieron hasta el castillo, pasaron junto a Ginny y los otros, y fueron hasta la entrada a las mazmorras, donde se quitaron la capa y salieron como si nada hubiese pasado.
-Eh, Colin, ¿que hacen ahí? – pregunto Harry a Colin. Y los tres que se encontraban ahí se dieron la vuelta.
-¿Dónde has estado, Harry? – le pregunto Luna, mirado distraídamente al chico – Te hemos estado buscando, bueno, Ginny te ha estado buscando.
-Luna – reclamo la chica- Es cierto, donde estabas.
-Con Blaise, ¿verdad? – pregunto al Slytherin.
-Si, correcto, no nos hemos separado desde que salimos del comedor, ¿y ustedes, donde estaban?
-Ginny, que ocurre – preguntó Hermione, que había llegado corriendo junto con Ron hasta el vestíbulo.
-Nada, hemos encontrado a Harry.
-Bien, ¿Qué les parece si vamos a cenar, tengo hambre, saben? – dijo Colin.
Los chicos entraron al Gran Comedor y cenaron, para luego retirarse a sus salas comunes.
Los días trascurrían lentamente, aunque sin mas novedad que el hecho de Ginny evitaba a toda costa hablar con Harry (tal vez porque se sentía culpable de que Snape hubiera quitado puntos a Harry por culpa de ella), y que Ron cada día se convencía de que los maestros siempre conspiraban para dejarles tantos deberes que no tenían tiempo para otra cosa.
-Es verdad, miren – les indico Ron a Hermione, Harry y Blaise, un día que estaban en la biblioteca – Sprout nos ha mandado una redacción sobre como diferenciar una semilla de lazo del diablo de la de una tentacula venenosa. Sinistra nos ha hecho hacer los mapas celestes de todos los días hasta el 30 de octubre, McGonagall nos ha dejado practicar la transformación de rocas en tejones y Flitwick nos ha dejado eso hechizos desilucionadores.
-Sin contar que Pers nos ha dejado practicar el control mental – dijo Harry.
-Aberforth nos ha dejado una redacción sobre los poderes magicos del fuego como controlarlos- puntualizó Hermione.
-Y Vianca nos ha pedido el dibujo de cada uno de los animales que hemos visto hasta ahora, que son las esfinges, los Kneazel, las snidgets y los caballos alados – señalo Blaise.
-Creo que voy a vomitar – dijo Ron, poniendo la cabez entre las manos.
A pesar del trabajo, aun así, los tres Gryffindors acudían a sus practicas de quidditch acompañados por Blaise. Hermione mejoro bastante, al igual que Ron, pero Ginny y los hermanos Creevey no se quedaban atrás.
-Ustedes son el mejor equipo que hemos tenido – les dijo Katie al terminar el entrenamiento.-Solo les aviso que debemos entrenar muy duro, ya que jugaremos el primer partido de la temporada el 29 de octubre.
-Y contra quien jugaremos – pregunto Ginny.
-Contra Hufflepuf. Lo que me lleva a otro punto. Hermione, Ginny, quien de las dos jugara. – y las miro expectantes.
Los días trasncusrrieron con aparente calma, hasta que llego el 17 de octubre, fecha en que Dumbledore mando convocar a todos con sus mejores galas en el Gran Comedor en punto de las 7 de la noche.
-Para que nos habrá llamado – se quejo Ron, que vestía una elegante túnica escarlata con bordados negros, un regalo de los gemelos -, aunque espero que la cena sea buena.
-Vamos, Ron. Dumbledore debe tener sus razones, ¿no crees, Harry?
-Si, tal vez – dijo Harry – a lo mejor es para anunciar algo del Torner, no se.
-Ey, Harry – lo llamo Blaise - que tal. Esperemos que la cena este bien, ¿eh?
-Ni que lo digas – dijo Ron – me muero de hambre.
Entraron en el gran salón, que estaba adornado bellamente con vivos rojos, verdes, amarillos y azules. Sobre las mesas, las velas que alumbraban el salón eran de un color dorado. Los chicos se despidieron de Blaise y se dirigieron a la mesa de Gryffindor, y se sentaron junto a Neville. Harry quedo junto a Ginny.
-Hola, Ginny.
-Hola Harry – dijo la pelirroja aun apenada por lo ocurrido hacia casi dos semanas. – Quisiera disculparme, por mi culpa, Snape te quito puntos.
-No fue tu culpa, pero debo darte las gracias.
-¿Las gracias?
-Si, tu me ayudaste a comprender las cosas, a derme cuenta de que estaba actuando mal- y Harry volteo a ver la mesa, y vio como Parvati le guiñaba seductoramente un ojo - ¿Tienes algo en el ojo, Parvati?
Esperaron hasta que todos los alumnos estuvieran reunidos, las puertas se cerraron y el profesor Dumbledore se puso de pie, por lo que todos callaron.
-Me alegro de que estemos todos aquí reunidos. Debo reconocerles que acatan las indicaciones tan bien. Tal vez se pregunten el motivo de esta reunión, y del por qué se les cito con sus mejores vestidos, y la razón se resume en dos palabras: Torneo Wizunspell. En relación a este, me he dado cuenta de que la mayoría participara, pero como recordaran, yo les dije que en este torneo habría muchas mas sorpresas de las que se han imaginado – y miro un momento a los alumnos de las cuatro mesas - La primera es que durante este Torneo, aparte de ustedes, tendremos a alumnos de otras cuatro escuelas que permanecerán en el colegio hasta finalizar el Torneo, mismo que permanecerán en el colegio recibiendo clases con ustedes. Por lo que pido demos la bienvenida al primer colegio – y dirigiendo la vista hacia las puertas del Gran Comedor, estas se abrieron de par en par dando paso a un grupo de veinte alumnos vestidos en túnicas de color púrpura, guiados por una mujer alta y delgada de pelo corto y piel clara que vestía un vestido negro ajustado y una capa verde jade, la mujer llevaba en alto un pequeño estandarte de color purpura con orillas verdes. El estandarte lucía el emblema en que se podían ver una luna creciente negra que se encontraba sobre una montaña donde se encontraba un lobo sentado en sus cuartos traseros. Un hombre de complexión robusta, que vestía de negro y con una capa purpura, el hombre tenía abundante bigote como tio Vernon, pero este al igual que sus cabellos era de color gris, el hombre tenía una mirada seria. El grupo avanzó hasta quedar frente a Dumbledore.
"Demos la bienvenida a la Academia de Hechicería Dunkelmond, de Alemania. -El Gran Comedor estallo en aplausos entusiastas, dando la bienvenida a los alumnos de Dunkelmond, y cuando cesaron, Albus continuó – así también a los encargados de este grupo, la profesora Hilda Hoffnung – nuevamente el salon estalló en aplausos a la profesora, e incluso silbidos, lo que hico a la pálida mujer sonrojarse – y al profesor Ulianov Licht- los aplausos esta vez fueron menos.
"Les damos la bienvenida, alumnos, siéntense como un su casa, y tomen algún lugar en las cuatro mesas – indico a los estudiantes de Dunkelmond – profesores, acompáñenos en la mesa.
Los alumnos tomaron lugar en diferentes mesas, y el salón se animo entre presentaciones y charlas entusiastas sobre el torneo.
-Bien, ahora que ya os avenís conocido, que empiece el banquete – indico Dumbledore, y sobre las charolas aparecieron infinidad de manjares, que los alumnos de Hogwarts y Dukelmond ingirieron gustosos.
Junto a Harry y Ginny, se sentaron un grupo de cuatro estudiantes de Dunkelmond.
-Vaya que Hogwart es grande – decia un chico de cabellos negros y largos atados en una coleta.
-Cierto Elich, es enorme, pero no es lo importante. – dijo una chica de cabellos blancos que se sentó a la derecha de Ginny.
-Alishka tien razón Elich, debes fojarte en los estudiantes,, por ejemplo – y el chico que estaba entre Elich y Aliska se dirigió a Ginny - disculpe, señorita, pero nos interesa conocerla – ante esto, no solo Ginny, sino también Harry y Ron voltearon a ver quien llamo a la pelirroja - . Mi nombre es Ramses Farchivk, y ellos son mis compañeros, Alishka Merek – y señalo a la chica de cabellos blancos-, Elich Noverk – señalo al chico de la coleta – y mi gran amigo – dijo señalando al chico al lado de Elich – Tilldech Huvek. Y usted es…
-Ginny… este… Ginevra Weasley, encantada. – y los saludo, pero se dio cuenta de que los chicos de Dunkelmond esperaban que les presentara a sus amigos - y estos son mis amigos, Hermione Granger – y señalo a la aludida - , mi hermano Ron Weasley y este chic junto a mi, es Harry Potter – y señalo a Harry con la cabeza.
Los cuatro chicos se quedaron viendo a Harry, buscando en su frente la famosa cicatriz, y al encontrarla, se dirigieron a Harry.
-Un placer – dijo Tilldech.
-Igualmente –dijo Harry.
-Que gusto conocerte Harry, puedo decirte Harry, ¿cierto? – dijo esta vez Alishka.
-Si claro. – dijo Harry, quien después saludo a Elich y a Ramses - ¿Entonces también participan en el torneo.?
-Así es – respondio Alishka – mi pareja en el torneo es Ramses, que también es mi novio. Elich y Tilldech participan juntos.
Los chicos siguieron hablando sobre sus colegios, sus profesores y sus familias, hasta que Dumbledore hizo que guardaran silencio.
-Espero que esten satisfecho. Ahora les daré una indicación. Como son cuatro colegios los que nos visitan, cada uno se hospedara en la sala común de cada una de las cuatro casas, por lo que los alumnos de Dunkelmond se hospedaran en la sala común de de Hufflepuf. Por lo les pido a los Prefectos de Hufflepuf, guíen a los estudiantes.
Harry y Ginny se despidieron de sus nuevos amigos y junto con Ron y Hermione, regresaron a la sala común.
Esa semana fue un poco mas tranquila que las anteriores, ya que la mayoría de los profesores dedicaron sus clases a pedir el mejor comportamiento de ellos, durante la estancia de los colegios, en especial McGonagall.
-Espero que todos ustedes demuestren su buen comportamiento – indico durante una clase de transformaciones – y no esta de más que les demuestren también sus capacidades en la hechicería. No olviden nunca que la modestia esta primero. Deberan practicar mucho sus encantamientos todos aquellos que entren al Torneo, ya que las pruebas no serán sencillas.
Luego, Flitwick, les dijo la importancia de realizar encantamientos que confundan o que debiliten a lo demás, ya que era probable que en el Torneo se aplicaran pruebas de poder.
Durante esa misma semana, Harry, Ron, Hermione tuvieron clase de Pociones con los de Hufflepuf y los de Dunkelmond, ya que compartin la sala comun. Harry se alegro de ver que Ramses, Alishka, Elich y Tilldech era los unicos de sexto curso de Dunkelmond.
-Bienvenidos, estudiantes de Dunkelmond – empezo Sanpe, un tono un poco alegre – según se, ustedes tiene un nivel aceptable de pociones, pero durante lo que resta del curso, su nivel subirá hasta alcanzar el de los estudiantes de Hogwarts. Pero para demostrar su habilidad, realizaremos la Pocion Envejedora, que en ocasiones resulta muy util. Sigan las instrucciones de la pizarra – y con un movimiento de varita, las instrucciones aparecieron.
Al finalizar la clase, los cuatro alumnos de Dunkelmond habían realizado una poción impecable para envejecer treinta años.
Las otras clases que compartieron con los de Dunkelmond fue la de Artes Oscuras y la de Magia Natural, lo que indicaba que los cuatro chicos de Dunkelmond se preparaban también para aurores.
Cuando al fin llegó el viernes, y hubieron salido le la clase de Magia Natural tras practicar arduamente la desaparición de objetos con la mente, los tres Gryffindor, Blaise y los cuatro de Dunkelmond, fueron hacia el Comedor, donde mientras cenaban, Dumbledore hizo un anuncio.
-Estoy muy complacido de la forma en que han recibido a nuestros huéspedes, y espero que asís siga hasta el fin del curso. Solo les informó que el día de mañana, a las 9 en punto, llegaran dos colegios más, por lo que deberán reunirse en el lago, donde se realizara la bienvenida a estos colegios, y se hará un pequeño picnic, y que el domingo por la noche, cerca de las siete, deberán estar puntuales con sus mejores galas para recibir al último colegio. Y recordarles que solo hace falta una semana para el inicio del tan esperado Torneo Wizunspell, y que las inscripciones se cerraran el domingo al llegar el último colegió. No olviden tampoco apoyar a los equipos de Quidditch de Gryffindor y Hufflepuf, que inician la temporada de Quidditch el sábado próximo. Eso es todo.
Todos estaban emocionados por recibir a los tres colegios restantes, y mientras regresaban a sus salas comunes, eso era de lo que hablaban.
Cuando Harry, Ron, Hermione y Ginny llegaron a la sala común, Alicia y Katie les avisaron junto con los hermanos Creevey que la próxima semana entrenarían el lunes, el miércoles y el viernes, para prepararse.
-Pero lo que no entiendo, es porque la temporada inicia en octubre. – comentó Ron.
-Es cierto – afirmó Hermione – por lo general, la temporada inicia la segunda semana de septiembre.
Los chicos se despidieron y se dirigieron a su dormitorio.
A la mañana siguiente, Ron levanto a Harry muy temprano para reunirse con Hermione en la sala común con Ginny y Hermione. Harry se puso unos vaqueros y una playera blanca, mientras Ron se puso igual unos vaqueros y una camisa negra. Cuando llegaron a la sala común, se encontraba abarrotada, y encontraron a Ginny, que vestía unos jeans azules con una blusa amarilla muy bonita, junto con Hermione, quien lucia un sencillo vestido blanco. Ron se quedo embelesado mirando a Hermione, y cuando dieron las 8:30, toda la sala comun salio rumbo al lago.
Bajaron las escaleras y al llegar al Vestíbulo, los cuatro Gryffindors se reunieron con Blaise y con Ramses y los demás. Salieron hacia el lago, donde ya se encontraban una gran cantidad de mesas para diez personas cada una con sus sillas. Sobre el lago había una especie de barca donde se encontraba una amplia mesa donde ya estaban los profesores de Hogwarts y Dunkelmond sentados, y quedaban lugares para los restantes.
Justo cuando dieron las 9 y la mayoría de los lugares se encontraron ocupados (en la mesa donde estaban Harry y los demás sobraba un lugar), Dumbledore pidió silencio dando un silbido. Al cabo de unos minutos de espera, el silencio se corto por el sonido provocado por un carruaje que surcaba los cielos conducido por enormes caballos alados. Era el carruaje de Beauxbattoms. Los caballos aterrizaron cerca de la cabaña de Hagrid, quien ya estaba afuera esperándolos. Cuando estuvo quieto el carruaje, un joven de capa azul bajo haciendo reverencias, y coloco una escalerilla dorada, por la que momentos después Madame Maxime bajo seguida de dos mujeres de cabellera rubia. Harry reconoció a las mujeres como la abuela y la madre de Fleur. Las mujeres vestían hermosos vestidos de satén negro, y la madre de Fleur lleva el cabello recogido elegantemente. Detrás de ellas, bajaron cerca de 14 jóvenes.
El comité era encabezo por Madame Maxime, que vestia una esplendida túnica rosa de seda, las dos mujeres y Hagrid, con su abrigo de topo.
-Demos entonces la bienvenida nuevamente a Hogwarts a la Academia Beauxbattoms de Magia, proveniente de Francia- y un estrépito de aplausos resonó por los terrenos.
-Acabo de recordar algo- dijo Harry a Ron.
-¿Que?
-No le mandamos a Hagrid los saludos de Madame Maxime.
-Bueno, ya no podemos hacerlo.
Los alumnos de Beauxbattoms se acercaron hasta las mesas, todos vestían sus túnicas azules de seda.
-Madame Maxime, señoras Delacour, por favor, acompáñennos en la mesa para profesores – dijo Dumbledore – y jóvenes, tomen asiento en alguna de las mesas.
Los chicos de capas azules se repartieron entre las mesas, pero una chica de largos cabellos plateados se dirigió a la mesa donde se encontraba Harry, y tomo el único lugar que sobraba e la derecha de Harry: era Gabrielle.
-Hola Harry – saludo la chica – ¿como has estado?
-Pues, me recupero.
-No te preocupes, lo superaras. Pero yo todavía la extraño.
-Yo también, pero no debemos aferrarnos a ella, o no descansara en paz.
-Así es, siempre la cabeza y el orgullo por delante, como ella decía – y ambos rieron.
Gabrielle entabló entonces conversación con Blaise, quien la veia con cara de tonto, solo asintiendo y diciendo alguna que otra palabra para seguirle la conversación.
Luego de unos diez minutos de charlas, Dumbledore pidio silencio nuevamente, para esperar al tercer colegio, del cual no se veía un solo rastro. En ese momento, el sol se oculto detrás de una nube blanquísima, la cual, comenzó a descender hacia donde ellos se encontraban. Gabrielle fue la primera en darse cuenta de ello.
-Miren, la nube – grito la chica, y todos voltearon la vista al cielo. La nube bajaba rápidamente, pero en vez de posarse sobre ellos, se coloco lejos de las mesas, cerca del sauce boxeador, y tras unos instantes en que solo se vio la nube, esta se disperso dejando ver una hermosa construcción griega. Era muy parecida a uno de los templos griegos ubicados en Atenas, y aunque era muy simple, ya que solo tenía pilares corintios y un techo muy labrado, era muy hermoso. Brillaba tanto que Harry supuso que era de marfil. Cuando la nube se disperso totalmente, se pudieron ver que dentro de la construcción había cerca de 20 personas. Estas comenzaron a avanzar hacia las mesas, y cuando se acercaron lo sufieciente, Harry noto que las tunicas de estos era de un color blanco aperlado, adornado con verde en las orillas.
-Demos la bienvenida al Liceo Thanatos Mortideus para la Enseñanza Magica, que viene desde Grecia –esta vez los aplausos fueron mas emocionados, sobre todo de parte de las chicas, ya que de los 10 varones que venian del Liceo, todos eran rubios y de ojos azules o verdes. – Que en esta ocasión son dirigidos por los profesores Endimión Decib, Hector Frich y la profesora Elis de McJill, por favor, tomen asiento junto a nosotros – les pidió Dumbledore. Los profesores llevaban en alto un estandarte de solo blanco con vivos azul y verde olivo. En el estandarte se encontraba una figura de color negro que representaba al dios de la muerte, Thanatos, quien llevaba una hoz y estaba coronado por una corona de olivos.
"Ya que estamos aquí, nuevamente sean bienvenidos – hablo Dumbledore cuando todos los estudiantes estuvieron en las mesa y los profesores junto a ellos – y antes de iniciar esta pequeña comida, he de recordarles que nuestros visitantes se hospedaran en las salas comunes de las cuatro casas. Los alumnos de la Academia Beauxbattoms se hospedaran en la sala común de Ravenclaw mientras que nuestros visitantes del Liceo Thanatos Mortideus, se hospedaran en la sala común de Slytherin.
El resto del almuerzo fue entretenido, pero como la mayoria del Liceo se sentaron en mesas separadas de Harry y los demas, no pudieron establecer conversaciones con ellos. Al fin, cuando se termino la picnic, las mesas desaparecieron y los alumnos se dedicaron a lo suyo. Harry y su amigos se dirigieron a una de las orilla del lago, donde podían nadar bien, ya que los alumnos de Dunkelmond querían nadar. Estuvieron nadando muy divertidos hasta que fueron interrumpidos por una chica de cabellos negros y ojos azules que vestía el uniforme del Liceo.
-Disculpen- dijo la chica – queríamos preguntarles si podemos nadar con ustedes, ya que parece que esta parte del lago es la mas calida y tranquila.
-Claro que pueden – dijo Harry – vengan.
Entonces la chica se retiro unos metros para llamar a dos chicas, ambas de cabellos rubios, que se acercaron hasta donde estaban los demás nadando.
-Miren, ellas son Elena y Eleonor O'Villey, son gemelas. Y yo soy Iris Mawli– dijo antes de que con un movimiento de varita convirtieran sus tunicas en bikinis.las chicas se metieron, y luego de dar un chapuzón, Eleonor se dirigio a Harry.
-¿Y quienes son ustedes? – dijo Eleonor.
-Pues, mira, ella es Ginny – dijo Harry – y el es su hermano, Ron – y los señalo con la mirada – . Ellos son Hermione, la mas inteligente de la escuela – Hermione se sonrojo – y Blaise. Todos ello y yo somos de de Hogwarts. Y ellos cuatro son de Dunkelmond, y son Ramses – indico al chico de cabello negro – Alishka – la chica saludo con la mano -, Tilldech y Elich – dijo finalmente – y yo, soy Harry, Harry Potter.
-Wow – exclamo Elena – es increíble, ¡Realmente eres tu!
-Pues, si – dijo Harry apenado.
Sigueron en el agua hasta que el solo comenzó a meterse, por lo que salieron y con un hechizo, Hermione seco a todos. Se dirigieron al castillo para la cena.
-¿Y que año cursan? – pregunto Ron.
-Cursamos el sexto año, junto con otra chica llamada Mónica Kingtoll, pero creo que estaba cansada, y se metió al Liceo.
-¿Liceo? – pregunto Hermione intrigada.
-Si, es esa construcción en que veníamos. Dicen en que nuestra escuela fue fundada por la misma Circe, una gran bruja, y construyó el Liceo para que los alumnos se trasladaran sin necesidad de escobas
-¡Vaya! Nosotros tuvimos que viajar todo el día desde Alemania para llegar hasta aquí en escobas – se quejo Elich.
-Miren, ya viene Mónica – dijo Elena, señalando un punto cerca del sauce boxeador. El punto blanco se acerco y se reunió con ellos.
Se presentaron ante Mónica mientras entraban al Gran Comedor. La cena fue exquisita, y todos se sentaron en la mesa de Gryffindor (N/a: ¿Cuántas personas caben en cada mesa?). la primera en irse fue Gabrielle.
-Nos vemos chicos, Harry cuídate. Me voy, ya que tengo que encontrar a alguien que me indique el camino a la sala común de Ravenclaw.
Siguieron charlando hasta que la profesora Sinistra, que era la unica que quedaba en la mesa junto con la profesora Vector, los mandaron a la cama.
Bueno, su sala común será Slytherin, es por las mazmorras – les indico Hermione a las chicas del Liceo – nos vemos mañana.
Se despidieron de los chicos de Dunkelmond, se dirigieron a la sala común de Gryffindor.
El día siguiente, lo usaron para visitar a Hagrid, solo que ahora Blaise acompaño a los tres Gryffindors. Cuando llegaron a la cabaña de Hagrid, oyeron voces dentro.
-Pasen, pasen – les indico Hagrid.
Cuando los cuatro entraron, notaron que Madame Maxime estaba dentro.
-Hola Hagrid –saludo Harry.
-Ya era hora de que se presentarán – les reclamó Hagrid – veo que estas mejor, ¿eh Harry?
-Clago, ese chico es fuerte Haggyd, no debes subestimarlo, ¿a que no, Haggy?
Harry solo asintió con la cabeza.
-¿Quién es el? – pregunto bruscamente al ver la insignia de Slytherin en la capa de Blaise.
-Soy Blaise Zabini – dijo el chico – Amigo de Harry, Ron, Hermione, Ginny, y otros.
-Un Slytherin, eh.
-Si. Mi padre dice que no eres lo que pareces.
-Zabini, Zabini, si, ya recuerdo – dijo Hagrid, analizando a laise – tu padre es Basil, cierto.
-Así es.
-Era un gran chico, pero el estuvo en Ravenclaw.
-Si, soy la deshonra de mi familia, eh Harry – y los dos chicos comenzaron a reír ante las miradas de Madame Maxime, Harry, Ron y Hermione.
-Bueno Hagrid, veníamos a ver que tal estbas, pero veo que interrumpimos, ¿cierto? – dijo Ron para romper la tension provocada por las risas de sus amigos.
-No es que interrumpan, pero ahora no los puedo atender. Vuelvan luego. Grawpy los desea ver.
-Si Hagrid, volveremos. Dijo Harry sujetándose el estomago, que le dolia por la risa.
Salieron de la cabaña y decidieron deambular por los terrenos.
-¿Qué tal si vamos a Hogmeade? – dijo al fin Blaise.
-No podemos Blaise, tenemos premiso- le reprocho Hermione.
-Lo se pero con la capa y el ma… ayy –Blaise cayo ante el codazo y la mirada de Harry – si tienes razón. Vayamos a la biblioteca, tengo que sacar un libro para Runas.
-¿Tu estudias runas? – le pregunto Ron atónito.
-Si, a veces son de utilidad.
-Tienes razón Blaise, vayamos – dijo Hermione sanjando la conversación. Harry y Ron no tuvieron mas remedio que acompañarlos.
-En que piensas – le pregunto Ron a su amigo, al ver que había perdido la vista en las entanterias de la biblioteca. Hermione y Blaise continuaban buscando su libro.
-En Ginny – murmuro Harry tan débilmente que Ron no alcanzó a oir.
-¿En quien?
-Eh, … nada, nada.
-Ya esta el libro. Vayamonos a cambiar, ya falta poco para las siete –les idico Hermione.
Salieron a los dormitorios a cambiarse y a las siete menos quince ya se encontraban en el Comedor. Esperaron a que todos llegaran, y en ese momento Ramses, Alishka, Elich y Tellich se sentaron frente a ellos en la mesa de Gryffindor, y momentos despues, Elena, Iris, Monica y Eleonor se sentaron junto a ellos.
-LA sala común de slytherin es una pesadilla - se quejo Iris-, eso chico, Malfoy, es insoportable.
-Y aun no lo conoces bien – le indico Ron.
Cuando todos estuvieron en las mesas. Dumbledore se puso de pie, y el silencio se hizo.
-Finalmente, el ultimo colegio ha llegado. Demos la bienvenida a los profesores y alumnos del Colegio Dorésaule de Artes Magicas, provenientes de Francia -en ese momento, las puertas se abrieron y por ellas, entraron el comité de alumnos extrajeros mas grande que entonces había llegado. Eran cerca de 30, y eran dirigidos por cuatro adultos, dos ellos, gemelos. Todos, alumnos y profesores, vestían una túnica color dorada con los bordes blancos. Y uno de los profesores llevaba en un estandarte el escudo de su escuela: un sauce dorado con grande follaje verde y una varita cruzada. – sean bienvenidos, a este colegio Hogwarts de Magia y Hechizeria. – y el salon porrumpio en aplausos. – Profesores, pasen por favor a esta mesa, y alumnos, incorporense.
Los alumnos se esparcieron en las cuatro mesas, y dos de ellos se sentaron cerca de Harry.
La cena paso sin incovenientes, hasta que nuevamente se hizo el silencio y Dumbledore habló.
-Es maravilloso ver a los alumnos de estos cinco colegios reunidos para un fin tan específico. Todos los alumnos han acudido a participar en el Torneo Wizunspell, un torneo, el cual hace ya bastante tiempo no se celebraba en Hogwarts. Se dice que los primeros participantes de este torneo fueron los fundadores de cada una de las escuelas aquí reunidas. Pero ahora, a las sopresas. No solo los colegios visitantes participaran en el torneo, sino también participaran en la copa de Quidditch del colegio. Cada colegio trajo a su delegación de jugadores, que esperan llevarse la copa. El primer partido se llevara a cabo a las once en punto del sabado proximo, pero esta vez habra un cambio: se tenía pensado que el primer partido sería entre Gryffindor y Hufflepuf, pero los equipo que se enfrentaran seran los de Gryffinor – dirigio una mirada hacia donde Harry se encontraba – y los estudiantes de Dorésaule – los murmullos estallaron en el salon. Esa era la primera vez que un equipo del colegio se enfrentaba a del la otra escuela – Y como ultimo aviso, los alumnos de Duorésaule se hospedaran en la sala común de Gryffindor. Pueden retirarse.
