Hola!!!!!!! Somos dos amigas españolas de 13 y 14 años y éste es nuestro
primer fic.
Disclaimer: salvo algunos inventados, los personajes de ésta historia no
son nuestros (ya nos gustaría...), pertenecen a J. K. Rowling.
La Maldición de Hogwarts
1º Un nuevo curso
El Expreso de Hogwarts aminoró su velocidad, por las ventanas empezaron a vislumbrarse las luces de la estación de Hogsmeade.
Cuando el tren se detuvo, los estudiantes se bajaron y se dirigieron a los carruajes. Al salir, Harry, Ron y Hermione oyeron la voz de Hagrid a sus espaldas, llamando a los de primero.
Se giraron y vieron el enmarañado pelo del semigigante sobresaliendo entre los alumnos.
-¡Hagrid! -Hermione alzó la mano para llamar su atención.
-¡Hola! ¿Cómo pasasteis el verano? –preguntó Hagrid volviendo la cabeza hacia ellos.
-Bien –contestó Ron-. Harry vino la última semana a mi casa.
-¡Ah, Harry! ¿Recibiste mi regalo de cumpleaños?
-Eh... sí –contestó Harry, recordando la aplastada caja que contenía una de las desastrosas tartas de Hagrid.
-Nos vemos en la cena –se despidió Hagrid.
Tras la conversación con Hagrid, los tres subieron a uno de los carruajes, que los llevarían a Hogwarts, junto con Neville.
En cuanto entraron en el castillo, tuvieron una sensación extraña... agobiante. Harry tuvo un mal presentimiento.
Al sentarse en la mesa de Gryffindor y observar a los profesores, vieron a una chica joven de unos veinte años, sentada en el lugar del profesor de Defensa contra las Artes Oscuras. Era bastante guapa, su cabello negro y lacio le llegaba hasta la cintura y sus ojos grises le daban un aspecto misterioso.
-Bienvenidos un año más a Hogwarts. Como va siendo habitual, os presento a la nueva profesora de Defensa contra las Artes Oscuras, Niké Malfoy –la joven profesora se levantó de su silla y algunos chicos, Ron incluido, abrieron los ojos como platos (se entiende por qué, ¿no?).
-Deja de mirar a la profesora con esa cara de idiota, Ron –Hermione le lanzó una mirada de desaprobación-. Se te cae la baba.
-Pues tú hacías lo mismo con Lockhart –le reprochó éste.
-Ron –dijo Seamus-, ¿cómo les va a tus hermanos el negocio?
-Bien, todos sus inventos funcionan a la perfección, os lo aseguro –contestó Ron en un tono irónico.
-¿Cómo lo sabes, acaso los prueban en ti? –preguntó Dean.
-Esto... chicos, ¿habéis oído lo mismo que yo? –dijo Harry, un poco ensimismado.
-No, ¿a qué te refieres? –respondió Ron, intentando cambiar de tema.
-El apellido de la profesora, ¿tú no lo has oído, Hermione?
-No, estaba distraída –al decir esto, Hermione se sonrojó.
-Creo que ha dicho Malfoy.
-Sí, yo también lo he oído –afirmó Seamus.
-¿Cómo? ¿Ella es familiar de esa cosa? –preguntó Ron, perplejo.
-Tampoco es tan guapa –replicó Hermione.
En la mesa de Slytherin, todos acosaban a Draco con preguntas.
-Venga, Draco, cuéntanos de una vez quién es esa profesora –pidió Zabini por enésima vez.
-¿Qué más te da? –dijo Draco, ya un poco harto.
-¿Es que tienes algo que ocultar? –preguntó Pansy, celosa.
-Es mi prima –respondió con sequedad.
-¿Y qué hace aquí? –preguntó Zabini.
-¿No lo ves? Va a ser la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-Eso ya lo sé, no soy tonto.
-¿Ah, sí? Qué novedad...
-Muy gracioso –dijo Zabini, empezando a enfadarse-. Me refería a qué está haciendo en Hogwarts.
-Sé lo mismo que vosotros, todavía no me ha dado tiempo a preguntarle –mintió Draco.
Al finalizar la cena, Draco y Pansy guiaron a los de primero a sus dormitorios, después de deshacerse de Pansy, Draco se dirigió al despacho de la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-Eh... ¿Niké? –la llamó Draco en voz baja, temiendo que lo descubrieran hablando con ella a esas horas.
-¿Eres tú, Draco? –preguntó Niké.
-Sí, ¿puedo pasar?
-¡Claro! –le abrió rápidamente la puerta para darle un abrazo-. Estaba deseando verte.
-¿Qué, cómo te ha ido tu primer día? –preguntó Draco, intentando recuperarse del fuerte abrazo.
-Muy bien, aunque hubiera preferido haber estado sentada entre los alumnos...
Mientras sobrevolaba el lago, Harry se quedó dormido en la escoba y cayó al agua. Al sentir el agua fría se despertó, y vió sobre una roca a un sapo rosa apunto de comerse una galleta, un instante después empezaron a salirle plumas, el sapo-canario se alejó y Harry lo siguió, entonces escuchó algo y al girarse se encontró un grupo de sirenas acosando al calamar gigante.
Sin pensar lo que hacía, salió en su defensa, apuntando a las sirenas con la varita. Éstas se fueron, y el calamar gigante se volvió hacia él con los ojos en forma de corazón, y se le acercó intentando besarle.
Harry, asustado, huyó despavorido y salió del lago en dirección al castillo. Al entrar tuvo la misma extraña sensación que había sentido antes.
Había mucha gente en el vestíbulo, nada más verlos notó que había un ambiente muy tenso entre ellos; dos profesores que había allí se estaban gritando, un grupo de alumnos se pegaba fuertes puñetazos y patadas, y en una esquina había dos chicos tirados en el suelo, inconscientes, y un charco de sangre en el suelo.
Entonces, sin más, una chica intentó pegarle un puñetazo, y Harry cerró los ojos con fuerza. Al abrirlos, se encontró en otra habitación que le recordó al despacho de Dumbledore. Había tres personas junto a la mesa, una de ellas estaba escribiendo en un pergamino.
CONTINUARÁ
Dejad reviews, please! De vosotros depende que sigamos escribiendo Intentaremos actualizar pronto, aunque entre las vacaciones de una y otra tardaremos un poco más. Aparte de misterio y aventura, este fanfic contiene algo de romance, pero no os vamos a decir entre quién (somos malas, eh?). Bueno, vamos a probar suerte a ver si conseguimos subir el fic. Bye!!
La Maldición de Hogwarts
1º Un nuevo curso
El Expreso de Hogwarts aminoró su velocidad, por las ventanas empezaron a vislumbrarse las luces de la estación de Hogsmeade.
Cuando el tren se detuvo, los estudiantes se bajaron y se dirigieron a los carruajes. Al salir, Harry, Ron y Hermione oyeron la voz de Hagrid a sus espaldas, llamando a los de primero.
Se giraron y vieron el enmarañado pelo del semigigante sobresaliendo entre los alumnos.
-¡Hagrid! -Hermione alzó la mano para llamar su atención.
-¡Hola! ¿Cómo pasasteis el verano? –preguntó Hagrid volviendo la cabeza hacia ellos.
-Bien –contestó Ron-. Harry vino la última semana a mi casa.
-¡Ah, Harry! ¿Recibiste mi regalo de cumpleaños?
-Eh... sí –contestó Harry, recordando la aplastada caja que contenía una de las desastrosas tartas de Hagrid.
-Nos vemos en la cena –se despidió Hagrid.
Tras la conversación con Hagrid, los tres subieron a uno de los carruajes, que los llevarían a Hogwarts, junto con Neville.
En cuanto entraron en el castillo, tuvieron una sensación extraña... agobiante. Harry tuvo un mal presentimiento.
Al sentarse en la mesa de Gryffindor y observar a los profesores, vieron a una chica joven de unos veinte años, sentada en el lugar del profesor de Defensa contra las Artes Oscuras. Era bastante guapa, su cabello negro y lacio le llegaba hasta la cintura y sus ojos grises le daban un aspecto misterioso.
-Bienvenidos un año más a Hogwarts. Como va siendo habitual, os presento a la nueva profesora de Defensa contra las Artes Oscuras, Niké Malfoy –la joven profesora se levantó de su silla y algunos chicos, Ron incluido, abrieron los ojos como platos (se entiende por qué, ¿no?).
-Deja de mirar a la profesora con esa cara de idiota, Ron –Hermione le lanzó una mirada de desaprobación-. Se te cae la baba.
-Pues tú hacías lo mismo con Lockhart –le reprochó éste.
-Ron –dijo Seamus-, ¿cómo les va a tus hermanos el negocio?
-Bien, todos sus inventos funcionan a la perfección, os lo aseguro –contestó Ron en un tono irónico.
-¿Cómo lo sabes, acaso los prueban en ti? –preguntó Dean.
-Esto... chicos, ¿habéis oído lo mismo que yo? –dijo Harry, un poco ensimismado.
-No, ¿a qué te refieres? –respondió Ron, intentando cambiar de tema.
-El apellido de la profesora, ¿tú no lo has oído, Hermione?
-No, estaba distraída –al decir esto, Hermione se sonrojó.
-Creo que ha dicho Malfoy.
-Sí, yo también lo he oído –afirmó Seamus.
-¿Cómo? ¿Ella es familiar de esa cosa? –preguntó Ron, perplejo.
-Tampoco es tan guapa –replicó Hermione.
En la mesa de Slytherin, todos acosaban a Draco con preguntas.
-Venga, Draco, cuéntanos de una vez quién es esa profesora –pidió Zabini por enésima vez.
-¿Qué más te da? –dijo Draco, ya un poco harto.
-¿Es que tienes algo que ocultar? –preguntó Pansy, celosa.
-Es mi prima –respondió con sequedad.
-¿Y qué hace aquí? –preguntó Zabini.
-¿No lo ves? Va a ser la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-Eso ya lo sé, no soy tonto.
-¿Ah, sí? Qué novedad...
-Muy gracioso –dijo Zabini, empezando a enfadarse-. Me refería a qué está haciendo en Hogwarts.
-Sé lo mismo que vosotros, todavía no me ha dado tiempo a preguntarle –mintió Draco.
Al finalizar la cena, Draco y Pansy guiaron a los de primero a sus dormitorios, después de deshacerse de Pansy, Draco se dirigió al despacho de la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.
-Eh... ¿Niké? –la llamó Draco en voz baja, temiendo que lo descubrieran hablando con ella a esas horas.
-¿Eres tú, Draco? –preguntó Niké.
-Sí, ¿puedo pasar?
-¡Claro! –le abrió rápidamente la puerta para darle un abrazo-. Estaba deseando verte.
-¿Qué, cómo te ha ido tu primer día? –preguntó Draco, intentando recuperarse del fuerte abrazo.
-Muy bien, aunque hubiera preferido haber estado sentada entre los alumnos...
Mientras sobrevolaba el lago, Harry se quedó dormido en la escoba y cayó al agua. Al sentir el agua fría se despertó, y vió sobre una roca a un sapo rosa apunto de comerse una galleta, un instante después empezaron a salirle plumas, el sapo-canario se alejó y Harry lo siguió, entonces escuchó algo y al girarse se encontró un grupo de sirenas acosando al calamar gigante.
Sin pensar lo que hacía, salió en su defensa, apuntando a las sirenas con la varita. Éstas se fueron, y el calamar gigante se volvió hacia él con los ojos en forma de corazón, y se le acercó intentando besarle.
Harry, asustado, huyó despavorido y salió del lago en dirección al castillo. Al entrar tuvo la misma extraña sensación que había sentido antes.
Había mucha gente en el vestíbulo, nada más verlos notó que había un ambiente muy tenso entre ellos; dos profesores que había allí se estaban gritando, un grupo de alumnos se pegaba fuertes puñetazos y patadas, y en una esquina había dos chicos tirados en el suelo, inconscientes, y un charco de sangre en el suelo.
Entonces, sin más, una chica intentó pegarle un puñetazo, y Harry cerró los ojos con fuerza. Al abrirlos, se encontró en otra habitación que le recordó al despacho de Dumbledore. Había tres personas junto a la mesa, una de ellas estaba escribiendo en un pergamino.
CONTINUARÁ
Dejad reviews, please! De vosotros depende que sigamos escribiendo Intentaremos actualizar pronto, aunque entre las vacaciones de una y otra tardaremos un poco más. Aparte de misterio y aventura, este fanfic contiene algo de romance, pero no os vamos a decir entre quién (somos malas, eh?). Bueno, vamos a probar suerte a ver si conseguimos subir el fic. Bye!!
